Partida Rol por web

Camináis tranquilamente al borde de una de las carreteras que salen de la ciudad durante al menos un par de horas. En una de vuestras pausas paráis a revisar el mapa, y tomáis un camino secundario que se pierde en un bosque cercano. Los árboles cubren el cielo con su sombra y hay rocas enormes cubiertas de musgo, el aire está bañado de una humedad agradable y transporta el olor de flores y hierba fresca.

Seguís la ruta señalada por lo que parece un camino casi natural, serpentea por entre las rocas y las flores siguiendo un camino ligeramente ascendente. La tierra está seca y no os supone mayor problema andar por esta zona. En algunas zonas el camino se complica un poco, debéis esquivar algunas formaciones de plantas venenosas que han invadido el camino y saltar algunas piedras que se han ido desplazando con el paso de los años.

A medio día os tomáis un pequeño descanso, habéis avanzado mucho, y aunque sois conscientes de que os queda un largo trecho por delante, encontráis un sitio con un cierto encanto para poder tomaros un pequeño respiro.

La temperatura ha subido bastante, pero en el interior del bosque se está bastante fresco y a gusto. Os llama la atención la tranquilidad que se respira por doquier, el silencio solo es interrumpido en algunas ocasiones por el sonido de los pájaros que habitan las copas de los árboles o algún matorral agitado por alguna pequeña sabandija. Todo el bosque parece desprender una tranquilidad como hacía mucho que no sentíais, y tiene una magia especial que parece empaparlo todo con una magia salvaje y tranquila.

Aprovecháis el alto en el camino y la tranquilidad para poneros un poco al día, intercambiar vuestras primeras impresiones e intentar aliviar la pesada marcha. De pronto, un ruido entre la maleza os llama la atención; vuestros instintos se ponen alerta y vuestras armas están dispuestas. Habíais oído rumores sobre las bestias salvajes que habitan estas tierras; se mantienen alejadas de los caminos principales, pero incluso allí las caravanas deben llevar una fuerte escolta armada.

El viento transporta un dulce aroma de flores y hierba fresca, pero este está salpicado por el ligero aroma a bestia, a pelo y colmillo. Casi con majestuosa cautela aparece un hermoso ejemplar de Diacornio, una bestia natural de estos bosques, majestuosa y elegante, de pelaje blanco como la nieve y cornamenta intrincada. Os mira con ojos brillantes y llenos de una sabiduría antigua y primigenia. Ninguno os atrevéis a moveros, algo en vuestro interior os dice que sois invitados en su territorio... un gesto en falso y podríais asustarlo... Incluso algo peor.

La hermosa bestia se detiene pacientemente a vuestra reacción.

El espectacular animal fue una visión que ninguno de ellos había visto antes y no supieron o quisieron reaccionar a tiempo por miedo a romper la mágica escena.

El Diacorno espera durante lo que se os antoja una eternidad antes de girar sobre sus pasos y volver a meterse en la maleza. Aparentemente el animal solo tenía curiosidad por los recién llegados y cuando esta estuvo satisfecha simplemente volvió a sus propios asuntos.

Recuperados del sorprendente encuentro, decidís recoger vuestras pertenencias y seguir la marcha. El viaje es largo y solo acaba de empezar, pero ese encuentro os ha servido para daros cuenta de cuan diferentes son las cosas en la naturaleza; muchos cazadores pasan sus vidas buscando ejemplares como el que habéis visto, y casi ninguno está vivo para contarlo.

Avanzáis por la arboleda con paso ligero y tranquilo, pero con vuestros sentidos siempre alerta. Los sonidos de los animales se vuelven distantes a medida que os acercáis a las montañas, pero aún podéis ver ocasionales arroyuelos que serpentean para dar verdor al bosque.

En uno de estas fuentes agua fresca podéis ver a un hermoso ciervo macho, con su cornamenta apenas formada que disfruta de la fresca temperatura ambiente. Sin previo aviso, un par de tentáculos de enredadera surgen de la maleza y lo enredan, el animal protesta y gime en vano, un instante después los zarcillos le han roto el cuello y varias costillas antes de volver a adentrarse en la maleza.

De pronto, el aire se llena con un aroma extraño, mezcla de flores silvestres y sangre que empapa el aire. Del lugar donde han llevado al ciervo aparecen una docena de insectos, semejantes a mantis verdes, de un metro y medio de alto, con sus cabezas rematadas en unas flores de un color rojo vivo. Se mueven con una sorprendente velocidad, y sus patas están rematadas en unas peligrosas guadañas aserradas manchadas de sangre fresca. Los extraños bichos planta os rodean con velocidad y bien coordinados… dispuestos a lanzar un rápido ataque sobre vosotros y haciendo una formación de semi círculo… sus cuerpos quitinosos hacen ruidos extraños y sus mandíbulas se abren y cierran con ansiedad. Han olido vuestra carne y ahora van a por ella.

 Si algo le había quedado claro al grupo durante el camino al bosque era que Virgilio no era especialmente hablador; no dejaría preguntas o charlas dirigidas a él sin respuesta, pero estaba lejos de sacar conversación durante el camino para “aligerar el viaje”.

 Ya adentrados en aquel bosque, y tomándose un descanso con el resto, no se mostraría visiblemente sorprendido por la llegada y huida de aquel precioso espécimen, más aún así en su interior residiría cierta curiosidad respecto a que otros animales, o criaturas, pudiesen habitar ese bosque…

 Debido a su natural inexpresividad era difícil saber lo que el pelirrojo pensaba durante el camino, más por la manera en la que se quedaba viendo el movimiento de las hojas en los árboles, la luz filtrándose a través de estos, el agua fluyendo sobre las rocas… El bosque tenía cierto aire que para el servidor de Julius resultaba refrescante, y hasta novedoso…

 -Uhm… -pero todas las advertencias que les indicaron al salir no fueron en vano, pues más pronto que tarde se verían bajo ataque de unas extrañas criaturas cuya mera descripción podría causar pesadillas a los niños. -. Acabemos rápido. Agotar energías con estas cosas solo nos perjudica -opinó el pelirrojo clavando su mirada en aquel grupo de insectos, sin sacar las manos de su gabardina.

 Tras estudiar vagamente al enemigo, su mirada se clavaría sobre uno de ellos en específico, provocando a continuación un golpe directo a su rostro; Virgilio no había lanzado nada, no había dicho nada, ni siquiera se había movido de su lugar… Pero la fuerza psíquica que manejaba era más que suficiente para golpear a sus objetivos sin tener que mover un dedo.

Hacia mucho tiempo que no se me permitía salir de la ciudad podría incluso decirse que no recordaba la ultima vez que había salido pero lo recordaba claramente, la belleza de la naturaleza contrastaba totalmente con la ciudad había muchísimo mas color a mi alrededor en las flores, arboles, incluso el suelo era totalmente diferente a las paredes y suelos llenos de concreto con colores opacos.

Con cada paso que daba podía tararear con total libertad había el suficiente silencio para escuchar mis pensamientos algo que solo podía disfrutar cuando el sol se ocultaba y la noche caía sobre Puerta de Dragon, como si se tratara de un niño pequeño yendo de excursión soltaba unas pequeñas e inocentes risas entre los tarareos.

Aunque los otros se detenían de ves en cuando para mirar el mapa yo permanecía un par de metros por delante de ellos, recordaba la ruta perfectamente de hecho había memorizado el mapa en su totalidad, motivado por una gran curiosidad me empecé a desviar del camino principal por uno que conducía por el medio del bosque viendo las arquitectura natural de las rocas como de los arboles que daban un camino serpenteante, mis ojos se movían de un lado a otro observado todo con el mínimo detalle, me comportaba como un niño completamente al saltar por encima de las ponzoñosas plantas como de las rocas que obstruían el camino.

Aun manteniendo mi ventaja de un metro sobre los demás llegaría a un pequeño prado donde la brisa pasaba sobre mi piel, al sentirme a gusto mas la sensación de clama que me provocaba esa zona en particular me tire al suelo sentándome mientras sacaba de mi bolsa un panecillo con una botella de agua empezando a comer mientras los demás me alcanzaban -Deberían descansar se ven terribles- Hablaba con mis mejillas hinchadas mientras masticaba y tragaba, ignorando si los demás comían algo terminaría mi merienda guardando la botella vacía de nuevo en mi bolsa escuchando unos pequeños ruidos y viendo aquella majestuosa criatura que se asomaba por los arbustos mirándonos, no parpadeaba de mirarla ni siquiera parpadeaba mientras examinaba a esa criatura a la distancia.

Al ver la criatura marcharse mostré mi decepción mientras me ponía de pie y limpiaba mi ropa, me quede estático unos segundos sintiendo un olor que con cada segundo se hacia mas fuerte, al ver a esa criatura frente a nosotros me quede pálido unos momentos mientras le echaba un rápido vistazo -Que alivio solo es una planta- Suspiraría y vería la errática forma en la que nos acechaba mientras se acercaba, mire a esa cosa y como mas de uno se preparaba a luchar, mirándola fijamente correría contra la planta tirandome al suelo para deslizarme sobre el césped mientras sacaba dos dagas de mis mangas atacando lo que podría llamarse las piernas de esa cosa, poniéndome de pie rápido alejándome de esa cosa al mismo tiempo que las dagas desaparecían de mis manos -Soy un ingeniero y explorador, no debería estar luchando, pero al menos no es un insecto.

Una vez iniciado el viaje y con sus debidas presentaciones finalmente seguimos el camino del mapa, deteniéndonos de vez en cuando para observar el camino marcado por Veigar. Sinceramente este era un buen cambio, llevaba gran parte de mi vida dentro de esa ciudad y las veces que viajaba a otros lugares cuando se podía era simplemente genial ver estos paisajes naturales, todo lo contrario a Puerta del Dragón.

Cuando finalmente nos detuvimos a descansar me senté sobre una roca, dejando frente de mi la mochila que tenía encima y dándole un sorbo a mi cantimplora. Tenía un buen aguante así que no necesitaba estar bebiendo agua seguido, pero me preocupaba el resto, no sabía que tanto podrían aguantar y que tanta suerte teníamos con las fuentes de agua a medida que avanzábamos a nuestro objetivo. Pero entonces mi atención pasó de ser del agua hacia uno de los matorrales, donde allí apareció esa criatura tan majestuosa y hermosa.

Había sabido un par de cosas de las criaturas como estas, en un mundo de magia eran más allá que simples ciervos y conejos, esta era una criatura que de molestarla cosas malas pasarían, así que solo me quedé totalmente quieto, mirándola con atención en todo su esplendor, algo que nunca pensé que llegaría ver en toda mi vida. Pero luego de esos segundos tensos así como llegó el Daicornio se fue, desapareciendo, y luego de recuperarnos de ese susto seguimos nuestro camino.

Luego de un rato caminando finalmente damos con un lago, y lo que se ve como un hermoso ciervo macho estaba bebiendo tranquilamente en el agua... Pero todo cambia de repente cuando unas lianas empiezan a atraparlo y arrastrarlo, y rápidamente se escucha como sus huesos se rompen. Rápidamente me quité la mochila de viaje que tenía y tomé mis pistolas, apuntando hacia donde había desaparecido el ciervo, solo para ser de pronto rodeados por criaturas como insectos gigantes, ansiando el también probar nuestra sangre. Virgilio ataca a uno con si telequinesis y aquel niño de antes se lanza, sacando unas dagas de la nada que luego desaparecen. Sin querer quedarme atrás en mi cerebro se procesa una simple orden: Jala del gatillo. Y dicho y hecho, en ese segundo fue cuando jalé el gatillo de la pistola que agarraba con la mano derecha y se escuchó un fuerte estruendo, un ruido más duro y poderoso que el de una pistola común mientras que del barril salió disparado dicho proyectil, yendo en dirección del pecho de la criatura.

         -Equipo si les es posible disparen a distancia, muevanse de donde están y alejense de la creatura para volver atacar a distancia, excepto que se sientan muy fuertes, seguros y resistentes para aguantar de frente mientras que los demás le flanqueamos! -      Dice directiva Trinity mientras que saca una pistola debajo de su manga izquierda y otra de un compartimento oculto del brazo mecánico en la derecha para hacer un par de disparos con un repentino golpe de suerte mientras que reacciona y esquiva algún intento de ataque rodando, esquivando y huyendo unos metros de ser necesario para cubrirse, convertirse en una Estatua Invisible y prepararse para un nuevo intento de disparar cuando vuelva a tener oportunidad

Replantéate muy bien las acciones que vas a hacer porque:

·Cuento 3 Acciones en un solo turno: Disparar, Disparar, Activar Estatua Invisible. Un Perfecto puede gastar Puntos Heroicos para hacer varios ataques al tiempo, pero entonces no activas Golpe de Suerte (solo tienes uno)

·Estatua Invisible requiere que estés QUIETO, no es una habilidad tipo MOBA que entras en Sigilo por obra y gracia del espíritu santo, sino que te permite ser completamente invisible en acciones de infiltración.

·Astucia te permite hacer una acción adicional, que no has declarado, pero que presupongo que es Esconderse. Si la próxima vez lo puedes declarar lo agradecería.

Así que teniendo en cuenta la cantidad de errores que tienes en ese combate, no puedo darlo como acción. Un solo ataque por turno, y consumo de Puntos Heroicos de forma razonable, que no son cosas que se puedan gastar como si te los regalaran. Usemos la cabeza para los combates. Has declarado tantas acciones que estaba pensando "Si, claro, y se mete en el saco de dormir, se arropa y se duerme..."

      Ok, olvidemos lo de la estatua!    Mi personaje es ambidiextra para hacer ambos disparos con un golpe de suerte si es necesario en alguno de ellos y la astucia solo para alejarse y ponerse en cubierto tras los disparos

Turno 1

·Maxwell: De un sorprendente disparo de su arma destroza el cuerpo herbáceo de uno de los insectos antes de que este pueda ni siquiera reaccionar
·Virgilio: Un golpe psico-quinético golpea a una de las plantas con tanta fuerza que el propio impulso del golpe daña a una segunda planta.
·Planta 1: Ataca a Maxwell en venganza por su hermana muerta con su hoja guadaña. Solo causa un pequeño rasguño en el brazo (1 Herida)
·Planta 2: Ataca a Virgilio. La garra intenta atravesar su ropa reforzada, pero no pasa de la primera capa.
·Planta 3: Ataca a Tobías. Aunque el ataque era increíblemente preciso, el joven se mueve demasiado rápido y solo se lleva un pequeño zarpazo en el hombro (1 Herida)
·Planta 4: Ataca a Trinity con sus guadañas y antes de que pueda hacer nada la pega un corte bastante feo en el abdomen (3 Heridas)
·Planta 5: Ataca a Harosuki que se encuentra en una posición defensiva. Por desgracia no consigue reaccionar a tiempo y se lleva un corte que le recorre su brazo izquierdo (3 Heridas)
·Trinity: Desenfunda sus armas ocultas y dispara contra la planta que la ha atacado, destrozando su cuerpo y con la inercia al de una planta que ya había sufrido daño. Con una ágil voltereta consigue encontrar algo de cobertura.
·Tobías: Se desliza por debajo de la planta que le ha atacado, intentando atacar a las patas, pero la atraviesa de lado a lado, quedando cubierto de un limo verde.
·Harosuki: Defensa Completa

Aunque han tenido bastantes bajas, las plantas aguantan con valor los ataques de sus enemigos y se reorganizan para cerrar aún más el círculo sobre los viajeros.

Dos de las plantas han cambiado uno de sus brazos por unos tentáculos vegetales similares a los que visteis que atraparon al ciervo. Parecen bastante furiosas por las muertes de sus hermanas caídas, cuyos cuerpos se descomponen rápidamente y el limo verdoso que es su sangre se convierte en un matillo lleno de flores en el momento en que toca la tierra (Tobías solo está cubierto de ese limo, pero parece que está bien) Vuestros golpes han sido letales y notáis incluso que tenéis algo de ventaja, pero tenéis que estar preparados para los siguientes ataques.

El camino no fue muy agradable. Como se ha dicho antes, Harosuki no sabe manejarse bien en bosques y zonas verdes. Al finy al cabo, el lugar de donde venia, Las Islas de Cristal, era un lugar donde el metal abunda mas que la madera, y el vapor es el aire que se respira en la calle, así que este nuevo ambiente era desconocido para el samurái, aun así tampoco era tan incompetente como para cometer errores básicos. Racionaba bien el agua, tomando en muy escasas ocasiones, es mas, es posible que el halla sido el que menos tomo agua de todo el grupo, estaba acostumbrado a reducir al máximo su abastecimiento básico como comida o liquido sin perder ni una pizca de energía desde su tiempo en las islas. Como era de esperar de un hombre con su cuerpo, su resistencia era respetable, apenas sudaba y su respiración estaba regulada perfectamente, cualquiera que lo viese diría que no ha caminado tanto como de verdad lo ha hecho.

Al igual que Virgilio, eso de aliviar la marcha con conversación no era el estilo de Harosuki. Solo hablo si alguien le hablaba primero, y sus respuestas eran cortas y precisas, nada que pudiese dejar entablar una conversación.

Cuando el majestuoso animal se presentó ante el grupo, La primera reacción de Harosuki fue llevar la mano a la espada, pero al fijarse en la criatura, Harosuki relajo su cuerpo. Como originario de las Islas de Cristal, Harosuki sabia como apreciar los cuadros naturales que ofrecía el mundo. Aquella imagen se quedo gravada en los recuerdos del samurái, una criatura de tal majestuosidad y belleza merecía tener toda la atención que uno le pudiese dar. Los ojos antiguos y perfectos del Diacornio penetraron en el corazón de Harosuki. Que criatura tan elegante y genuina, solo haber podido tener la oportunidad de verla hacia valer la pena haber aceptado esta misión. Cuando por fin el Diacornio se retiro, Harosuki cerro los ojos y respiro profundamente, agradeció a los espíritus por haberle brindado tal oportunidad y entonces continuo su camino sin decir una sola palabra, su mente rondaría sobre el Diacornio durante un buen periodo de tiempo del viaje, incluso cuando se detuvieron junto al lago, Harosuki se dedico a apreciar al ciervo mientras recordaba al Diacornio, pero sus pensamientos fueron interrumpidos por aquellas desagradables criaturas.

Cuando los tentáculos comenzaron a moverse hacia el ciervo, Harosuki se percato al instante, aun así, no pudo hacer mas nada que ver como el ciervo era asesinado. Los alaridos del animal siendo atacado por las criaturas, luego el sonido de la carne desgarrándose alertaron a Harosuki y a su grupo. El viaje a penas estaba comenzando pero ya estaban pasado cosas. Eso no podía ser una buena señal. De todas maneras, por mas enemigos menores que sean estas criaturas, de que eran peligrosas lo eran, y si se abalanzaban ante ellos con intenciones asesinas, pelear era la única opción.

Harosuki se preparo para el combate, tiro al suelo su bolso y antes de llevar su mano a su espada para desenvainar su mano se movió hacia su nuca, debajo de su cabello, donde escondía el mecanismo de su mascara. Presionó un botón y de detrás de su cabeza una pequeña nube de vapor apareció, las piezas metálicas se accionaron y se movieron, armando por partes la cara del demonio blanco, sin ojos y con su eterna y espeluznante sonrisa. El símbolo rojo escrito en su frente “Kokoro” y los cuernos afilados representaban la determinación y poder del guerrero.

La mascara se acciono en segundos. Harosuki después de eso Harosuki llevo su mano hacia su katana, pero, para sorpresa para sus compañeros, de las dos armas del samurái, la que desenvaino fue la mas pequeña, aunque esa era de tamaño normal, no era difícil saber que la otra mas grande y maciza seria mas efectiva contra aquellas bestias, pero Harosuki tenia sus razones. El samurái se puso en guardia y se preparo para el contacto con el enemigo. Centrado primero en la defensa para probar a sus enemigos. Recibió un corte en el brazo, pero no era nada que no pudiese manejar.

Sus compañeros hicieron su trabajo, y eliminaron unos cuantos animales. Ahora era momento de que el samurái mostrase sus habilidades. Se desplazo hacia la criatura mas cercana. Su velocidad no era tan sorprendente pero pronto haría gala de su sobresaliente fuerza. Apretó con fuerza la empuñadura mientras la criatura entraba en su rango de ataque, entonces trazó un preciso corte alto en forma de luna creciente dirigido hacia la cabeza de la criatura, no cortaría su cuello, si que rebanaría la cabeza de la criatura a la mitad.

Era interesante, las indicaciones de Trinity eran perfectas si tomaban a Harosuki en cuenta, el ere ese guerrero resistente que necesitaban en el frente.

Con la respuesta de una de las plantas rápidamente trato de girar un poco de lado mi cuerpo mientras trato de hacerme para atrás para evitar el ataque de uno de esos bichos, pero al ver como el rasguño parecía ir a mi cara rápidamente por reflejo levanto el brazo e interpongo el antebrazo entre el ataque y mi cara, recibiendo nada más que un rasguño. -Agh, ¡Hijo de perra, a ver como la arreglaré luego!- Y así junto a un apenas perceptible gruñido de ira vuelvo a apuntar hacia la misma bestia que me atacó, de nuevo jalando el gatillo y sonando la explosión de mi arma.

Como ya pudieron notar algunos en lugar de ser el típico fogonazo de color amarillento o naranja era uno de color más blanquecino, y el proyectil fue rápidamente al pecho de la criatura.

 Tal como podía esperarse Virgilio, la mayor amenaza en aquel combate era el número de enemigos y el esfuerzo que habría que hacer para controlarlos, pero por suerte incluso aquel del que menos esperaba una utilidad en combate, Tobias, resultaba tener iniciativa, y algo le decía que aquellas criaturas no tenían una inteligencia de la cual tuviesen que preocuparse. Así mismo, la mujer parecía tomarse enserio su papel como líder del grupo, mencionando un plan que ciertamente era ideal teniendo en cuenta la manera en la que estaba construido el equipo, aunque en el caso de Virgilio era uno de esos que se sentían fuertes, seguros y resistentes.

 -Uhm… -de Virgilio no saldría ni un quejido al detener el ataque de la planta gracias a la prenda que la mecánica había preparado para él, clavando su mirada sobre la criatura en cuestión. -. Bien hecho, Sarah… -dijo en sus pensamientos agradeciendo a la rubia por el buen trabajo que había hecho con la protección, decidiendo que lo menos que podía hacer era evitar que recibiese más daños innecesariamente colocando un poco más de ganas en el combate, llevando entonces a sacar su mano derecha de su gabardina para abrirla delante de la criatura que recientemente le había atacado -. Aparta… -y como si un muro invisible se hubiese creado entre él y su objetivo, aquella fuerza invisible golpearía a la planta en todo el cuerpo con el fin de mandarla a volar hacia atrás, ya fuese entera o en pedazos...

Entre los precisos ataques del enorme samurái, disparos letales de Maxwell y los poderes psíquicos de Virgilio apenas quedan tres plantas en pie.

Tiene un momento de duda, no están seguras de que hacer a continuación, su instinto colapsa durante un instante, antes de salir corriendo emitiendo extraños chillidos mientras agitan sus extremidades al aire; inconfundiblemente, sean humanos o plantas, aquellos seres habían quedado presas del pánico y antes de que pudierais ir tras ellos ya se habían perdido en la espesura en lo que casi era una situación cómica.

A pesar de las heridas que habéis sufrido, estáis mas o menos ilesos, y al parecer no hay que lamentar ninguna pérdida por el momento. Os aseguráis de que lo lleváis todo y seguís con vuestro periplo.

Una vez que salís de la arboleda os espera un camino bastante llano y recto que os lleva a la falda de la montaña. Es un trayecto bastante tranquilo y os permite incluso disfrutar de las espectaculares vistas del Monte Épsilon que se alza majestuoso ante vosotros.

La marcha es tranquila, de unas cuatro horas desde que salís de la formación de árboles hasta que llegáis a lo que parece un antiguo lugar de acampada especialmente preparado para los viajeros. La tierra ha sido removida y aplanada, limpia de posibles piedras para montar un campamento moderado, y en el centro del mismo se ha colocado un círculo de piedras para poder hacer una fogata bastante decente. Además, parece que la ubicación esta especialmente pensada para proteger a los viajeros, la propia montaña os resguarda del frío viento del norte, y aunque el camino se empina rápidamente tenéis una vista perfecta de todo el campo, pudiendo vigilar sin problemas cualquier cosa que se acerque al amparo de la noche.

Una vez habéis desplegado vuestras tiendas en torno a la hoguera, podéis ver un pequeño lago a escasos diez minutos del campamento, con matorrales bajos y de troncos gruesos que os pueden servir como leña. Aunque os cuesta un poco encender, los leños olvidados hace mucho tiempo sirven como buena base para hacer una hoguera decente y compartir algo de conversación iluminados por el cielo estrellado y una luna que parece vigilaros desde la alturas. Ninguno habíais visto un cielo así de claro en mucho tiempo; los edificios, las luces de gas o simplemente la falta de tiempo no os había permitido disfrutar de tan extraordinarias vistas. Ocasionalmente alguna nube pasajera de lluvias lejanas os ensombrece el paisaje, pero en general es una tranquila noche despejada.

Una vez habéis disfrutado de una cena tranquila, solo os queda organizar las guardias y descansar. Por lo que veis desde aquí, la parte más dura del viaje empieza a partir de este punto.

.         - Al parecer nuestro ataque rápido y exitoso logro ahuyentar las últimas de esas creaturas camaradas!     Bien hecho discretos pero efectivos aventureros! -.     Dice Trinity al resto del grupo mientras sale con ellos de la arboleda y cuando ve el camino plano y largo hacia las montañas les mira de reojo antes de decir:

.          - No se si las creaturas anteriores sean comestibles, pero si no creo que traigamos muchos víveres debemos conseguír y recolectar que beber y comer en el camino si tardaremos como 5 días de viaje!   Esperemos encontrar un buen lugar para acampar antes de subir las montañas, no creen?-.    Propone la emisaria perfecta mientras busca recolectar setas bayas o hierbas aromáticas 

Encuentras sin alejarte demasiado del camino unos champiñones de un color marrón oscuro que desprenden un fuerte olor a tierra. No parece que sean venenosos, ni percibes con tus sentidos más desarrollados trazas de veneno en ellos.

Casi podrías decir que son un buen complemento para algo de carne a la brasa.

Me quede congelado unos segundos pensé que había conseguido cortar a aquella criatura pero sentí como si mi cuchillo la hubiera traspasado pude sentir aquel fluido verde cubrí mi rostro y parte de mi cuerpo esculpiría rápidamente al suelo por temor que aunque sea un poco de esa sustancia hubiera entrado a mi boca, usaba mis manos para intentar quitarme la pegajosa sustancia de la ropa y la cara -Asco, asco, asco- Me había distraído lo suficiente pero lo que volvería a ponerme en guardia seria aquellos chillidos que venían de las plantas pocos segundos antes de correr de forma pavorosa -Se fueron, que asqueroso fue eso- Caminaría un poco y me tiraría contra el césped rodando de un lado a otro como si estuviera prendido en llamas pero solo quería quitarme el limo verde y pegajoso de encima, entre la claridad de mi mente sacaría aquella botella de agua que ahora se encontraba vacía y empujaría con mi mano parte del limo que quedaba en mi rostro y demás partes de mi cuerpo dentro del recipiente hasta que lo veía lleno, guardando aquel frasco de limo de nuevo en mi mochila.

Aunque parecía que estaba mas limpio que antes mi sorpresa seria cuando lleve mi mano a mi cabello y notaria mi cabello pegajoso, me acercaría a aquella fuente donde aquel ciervo estaba bebiendo agua tranquilamente para meter mi cabeza al agua y poder lavar mi cabeza, sacaría mi cabeza del agua y la sacudiría de un lado a otro como un animal para secarme, continuaríamos por el camino aunque esta vez me iría con los demás miembros del grupo en ves de tomar la delantera como había hecho anteriormente, aunque si echaba varios vistazos al alrededor viendo que podía tomar de la naturaleza aunque no seria capaz de tomar nada.

Seguiría el paso de los demás hasta llegar a aquellas colinas donde parecía ser el punto de descanso de numerosos viajeros me acercaría corriendo casi y dejaría mi bolsa cerca del suelo mirando como los demás armaban sus tiendas por mi parte yo tomaría uno de los leños viejos y lo arrastraría para sentarme junto a la hoguera sacando de mi bolsa agua y un par de manzanas aunque solo me comería una y la otra la dejaría a la vista de los demás, alguno debía querer algo de fruta -Si nos quedamos sin comida podemos pescar o podríamos conseguir ingredientes para hacer sopa- Mientras el sol se ocultaba y la noche caía sacaría de mi mochila un lápiz y una libreta empezando a dibujar, usando mi buena memoria empezaría a retratar aquel ciervo de pelaje blanco que habíamos visto antes y la planta carnívora que nos habían atacado -Perfecto, quiero ver mas cosas para dibujar.

Tienes una bonitas y pequeñas flores blancas, similares a las margaritas que te han crecido en el pelo cuando lo mas mojado (no te han crecido literalmente, pero el limo es un potente fertilizante y tu lo has mojado) Aparte de eso, has cogido unas hojas similares al te, pero están demasiado verdes para poder hacer una infusión y las desechas (aunque ahora tu equipo huele muy bien)

.        - Calma chico!   Si pasamos cerca de alguna fuente de agua te limpias y limpio unos hongos comestibles que me he encontrado! -    Responde Trinity a Tobías mientras qué desempolva unas setas que ha arrancado de la tierra al separarse un momento del grupo de camino a las montañas y se volverá a separar con el si identifica rastros de agua a continuación.

Miraría a la Perfecta con algo de incrédulo mientras recogía unas plantas esperando que al menos fueran comestibles pero al llevar cualquiera de ellas a mi boca el amargo sabor me haría sacar la lengua en forma de desagrado y soltarlas al suelo aunque el agradable olor quedaría impregnado en mi ropa y en mi bolsa,pero sobre la Perfecta, no terminaba de entender como había terminado en una misión como esta aunque sabía que había Perfectos que eran monstruosamente hábiles a la hora de pelear, sacudiría mi cabeza de un lado a otro lo ultimo que quería era recordar aquellas lecciones de combate a un estilo completamente militar que había fallado de niño.

Me llamo Tobías aunque no lo parece tengo 22 años creo que no habíamos intercambiado palabra alguna, aun así es extraño tener esa cosa verde en el cabello, ¿y si me quedo calvo?- Mientras pasaba mis dedos como un cepillo entre mis cabellos mi rostro cambiaria rápidamente a uno de sorpresa y algo de miedo, sacudía mi cabello con mis manos hasta notar como entre mis manos encontraba objetos ajenos al cuero cabelludo hasta que tome uno y note aquellas flores pequeñas de color blanco semejantes a unas margaritas -¿Me voy a volver una planta como las de antes?- Mirándome como mis castaños cabellos ahora estaban adornados con esos pétalos y flores sonreí mirando a los demás que parecían preferir mantenerse callados, Virgilio, Maxwell, Trinity y Harosuki quien no dejaba de mirarme en ningún momento -¿Me veo bien?, casi parezco una de esas criaturas mágicas de los cuentos de hadas que circulan por la ciudad.