Partida Rol por web

El ultimo barco en que te enrolaste, una vieja carraca barachana atracón en Tortuga para repartir y gastar el oro y la plata que con sangre y sudor habías arrebatado de las muertas manos de un gordo comerciante  proveniente de Shem y de sus cerdos guardianes, con sus cimitarras casi tan curvas como sus narices.

La primera noche se convirtió en una juega brutal,como las que acostumbraban a gastarse en ese puerto sin ley, donde la espada mas hábil y el brazo mas fuerte impone su ley sobre los demás. Esa noche rebanaste el cuello de uno de tus compañeros de tripulación, estabas demasiado borracho como para recordar ahora quien ofendió a quién, pero el desenvainó y a nadie le importó que muriera.

Volviendo al barco, a dormir la borrachera y acabar la faena con la mujer que te acompañaba. Pudiste escuchar a tu, en aquel momento, capitán, hablar con un extranjero que no habías visto jamas, y no parecía pertenecer a aquel puerto, ni a ningún otro, Su acento era áspero y susurrante, y hablaba la lengua de los hijos de Set. Iba acompañado por un gran hombre, corpulento como muy pocos jamas has visto, con brazos robustos como un tronco de roble, y una larga melena negra, que llegaba hasta su cintura, y vestido con algunas pieles de animales. Tu capitán, le entregó un cofrecito que había en el botín del barco de Shem. El estigio le pagó con una simple mirada al enorme extrangero, que lo empaló en su enorme espada como un cuchillo caliente undiéndose en la nieve helada. Pocos instantes después, el enorme bárbaro estaba buscando a cualquier persona en el barco para partirla en dos, y al final, prendió fuego al barco.

Pensaste en degollar a esa mole por la espalda, pero tuviste suerte, de ver como otro lo intentó antes que tu, y murió en el intento.

Escapaste de el puerto y decidiste ir hacia tu casa, en Kordava, y al llegar, y amarrar el pequeño bote con vela que usaste para llegar, viste las cabezas de tus familiares clavadas en picas en la primera linea de costa. Asco y rabia te invadió en ese momento, mientras maldecías aquellas picas y el pobre desgraciado que las uso para empalar a tu familia, y a viejos camaradas a los que capturaron, metidos en jaulas para que los devorarar las gaviotas, una patrulla se acercó a ti, unos pobres estúpidos soldados del Conde, que pretendían apresarte para ahoracarte en la plaza delante del magistrado. No tuviste problemas en desprenderles de sus miserables vidas, pero mas soldados se acercaban y una retirada se hizo necesaria, así, fuiste al único lugar conocido donde podías pasar desapercibido, y averiguar quien fue el pobre desgraciado que dio la orden de acabar con tu gente. El perro mugriento.

Las mesas estaban aun vacias, solo un viejo tabernero con un parche en el ojo y algunos borrachos en en una mesa del rincón, una joven muchacha, vestida con ligeras telas de seda y un cinturón de monedas que sonaban ctintineantes cuando caminaba, y una pandereta en la mano, hablaba con el tabernero, al verte entrar sofocado y con el sable ensangrentado, se hace silencio, y se quedan mirandoté durante unos instantes, despues, siguen a lo suyo, sin apenas mirarte.

No puede ser. Esto no ha podido ocurrir. Tantas muertes en un día... tengo que concentrarme. No puedo bloquearme.

 Al entrar, cierro la puerta del Perro Mugriento y no miro a mi espalda.  Me apoyo en la puerta con el hombro derecho, intentando recuperar el aliento.

 Mi familia, mis camaradas.. todos los momentos... todas las experiencias. No les daré ese gusto*

. Me doy la vuelta, y veo a un hombre con un  parche en el ojo, y una chica, bastante atractiva y unos cuantos hombres divirtiéndose en una mesa. y me acerco al tabernero violentamente: - "Tranca la puerta cíclope, ahora mismo... si no quieres que limpie mi espada en tu yugular. ¡VAMOS! Y dime... que es lo que está sucediendo por aquí. Por la sangre de todos los demonios, que coño sucede aquí.    ¡¡¡¡HABLAAAA!!!!"-.

Llevabas días en la ciudad vagabundeando, sin rumbo ni decisión. Por lo poco que tenias que hacer, tuviste tiempo de conocer la ciudad y darte cuenta de que es lo que estaba pasando, aquel lugar se estaba volviendo mas loco de lo que ya era.

Ayer viste como unas brigadas de hombres armados con el emblema del Conde de Kordava estaban entrando en algunas casas. Parecía una redada, en busca de espías, piratas o contrabandistas, pero no era así. Los gritos del interior de las casas eran de mujeres y ancianos también. Viste como sacaban las cabezas de esas personas, los cuerpos mutilados y llenando los adoquines de la calle de la anguila de sangre. Cuando intentaste husmear o hacer alguna pregunta solo encontraste un -Lárgate! Aquí no tienes nada que ver.

Un Hombre  grande, con una reluciente coraza sobre su túnica purpura y un casco reforzado en la parte superior que recordaba a la aleta de un tiburón, parecía observar con agrado la escena desde dentro del pelotón de soldados, pos sus atuendos y armas parecía ser el capitán, o el líder de aquel grupo, y estaba agarrando una cadena, que engarzaba con el cuello de un hombre apenas reconocible. Este se retorcía entre sollozos y llantos, viendo importante como aquellos soldados acababan con todas aquellas personas que al parecer eran importantes para él. Los transeuntes estaban horrorizados y muertos de miedo,solo los mas morbosos se quedaban a ver aquel sufrimiento, y ninguno se atrevía a siquiera decir nada.

Esta brigada fue a una casa, y a otra,y a otra. Parecía que nadie iba a detener aquella oleada, y que las patadas e insultos a aquel pobre desgraciado que llevaban atado no podía merecerlas ningún hombre.

En la ultima casa que asaltaron, tras mas gritos y masacre, dos soldados salieron por la puerta, llevaban a otro con hombre con ellos. Era un hombre delgado con el pelo castaño y un bigote largo y cuidado.

Uno de los soldados que cargaba con él dijo.

-Capitán Ramírez, hemos encontrado a otro.

El capitán Ramírez contesto:

-Excelente, traédmelo aquí para que lo vea.

En ese momento, aquel hombre del bigote grito:

-Has sido tú!, sucio bastardo! Nos has traicionado! Juro que te materé Fernando, ¡Lo juro!

Fue entonces cuando este hombre del bigote consiguió zafarse de sus captores y logró huir, matando a un soldado con su propia espada.

Algunos soldados salieron corriendo tras él, pero no alcanzaste a ver mas.

Los cuerpos mutilados y las cabezas las colgaron en picas junto al muelle.

El capitán Ramírez,mientras colgaban los cuerpos, subió a un cajón de un ágil salto, se quito el yelmo, y grito con una sonrisa de satisfacción.

-Esto es lo que les pasa a aquellos que cooperan con Los Filibusteros. Cualquiera que sea descubierto como amigo de Los Filibusteros; socio de Los Filibusteros; Dando cobijo a Los Filibustero o ayudando de cualquier modo a Los Filibusteros acabará clavado en una pica. Y su familia sera esclavizada. Estas son las ordenes de el Conde Villagro.

Poco después no quedaba nada mas que trozos de carne secándose al sol, la gente intentaba no mirar aquella grotesca escena, y el puerto que hacia unas horas rebosaba de actividad ahora estaba triste y asolado.

No podías irte de aquella ciudad sin saber que demonios había pasado.

Al día siguiente te pusiste en busca de alguien que supiera que había pasado, la gente estaba asustada, y nadie quería hablar. Solo una pista pudiste encontrar:

-Si estas buscando esos problemas, tal vez en el "perro mugriento alguien se atreva a hablar contigo...

Tras una ligera búsqueda llegas a la taberna, Has visto entrar a un hombre pocos segundos antes, parece muy alterado y dejaba un pequeño rastro de gotas de sangre.

Entrarás en El Perro Mugriento???

 Soy un caballero de Aquilonia y aunque no vista como tal ni vaya predicandolo a los cuatro vientos, tengo la educación de un noble de la nación más civilizada y avanzada del mundo, asi pues aunque mi honor me ata las manos ante semejante atropeyo, la sagrada  Mitra sabe que solo me he contenido  porque actuaban en nombre de la ley y eran sus agentes, la  sangre me hervía y con que solo uno o uan de lso presentes me hubiera pedido ayuda, habría estado dsipuesto a provocar  un incidente diplomatico habiendome interpuesto entre los captores y víctimas y gritando que estaban bajo mi proteción y por ende de la de Aquilonia.

 Pero en la situación actual y con la esperada  entrada  de las tropas aquilonias y podría comenzar una revuelta que en el agitado ambiente de la ciudad podría contagiarse y prender provocando un motín multitudinario que corriera como el fuego por los pastos secos de la llanura, cada vez más identificado con los altos valores y honor de los nómadas que me acogieron y enseñaron su cultura y forma de vida tengo  pensamientos un poco extraños para un noble poitiano, así pues solo pude apretar con fuerza las riendas de mi montura que sintió mi agitación interna al igual que mis fieles lobos los cuales erizaron el pelo a  la espera de la orden de atacar. Pero tampoco conocía nada de lo que estaba ocurriendo en la ciudad y tal vez los desdichados merecieran el castigo que se les aplicaba, aunque de ser el caso debería ejcutarse de uan forma más civilizada. 

 Tras terminar de ver la macabra ejecución de la Ley, bajo de mi montura y me acerco a preguntar a los pocos transeúntes que quedan, todos con miradas esquivas y cabezas gachas rechazan si quiera mirarme no ya tan solo responderme, dado el conocimiento de mis limitaciones en el campo social me dirijo  hacia los restos de los ejecutados y en voz alta y profundo respeto encomiendo las almas de los pobres diablos a misericordia de la bendita Mitra.

  Nada más terminar la oración y cuando me disponía de nuevo a subir a mi montura, un movimiento en lo que parecía no ser mas que un montón de despojos de retales de tela manchados de suciedad se remueve y ante el movimiento, que me había  pasado desapercibido,  mis   fieles compañeros y guardias se ponen a gruñir, rápidamente  hecho mano a  empuñadura de la espada, pero una voz vieja y cascada surge de los retales y en un perfecto aquilonio me dice :" Si extranjero en esta ciudad y en toda Zingara pasan cosas extrañas en tiempos revueltos, pero no te hará falta tu acero conmigo , si quieres enterarte de lo que aquí pasa, y baja la voz  hasta apenas un susurro, es posible que en el puerto y mañana alguien este más dispuesto a soltar la lengua".

Al día siguiente me puse en busca de alguien que supiera que había pasado, la gente estaba asustada, y nadie quería hablar. Solo una pista pudiste encontrar:

-Si estas buscando esos problemas, tal vez en el "perro mugriento alguien se atreva a hablar contigo...

Tras una ligera búsqueda llegue a la taberna, Has visto entrar a un hombre pocos segundos antes, parece muy alterado y dejaba un pequeño rastro de gotas de sangre.

  Desmonto de mi montura, la dejo en un lado de la calle (si tiene establo la posada la dejo ne el establo con uno del so lobos con la orden de vigilar) afianzo el escudo en mi  mano, agarro el pomo de la espada (preparo el arma para desenvainar) y me acerco a la puerta pegando la oreja con intención de escuchar algo antes de entrar y después empujo  la puerta con el escudo por delante y atento a lo que pueda ocurrir entro con decisión.

-Tranquilo! y vigila tu lengua o tendré que hacer que mis hombre te la corte... ¿Quién demonios crees que eres para ordenar que cierre mi puerta?

Tu mirada de odio y desesperación se clava en El Tabernero, que sale de la barra. Es un hombre grande, corpulento, y se mueve con lentitud. 

-Tienes suerte de que no haya clientes a estas horas. ¿Te han seguido hasta aquí?

En ese momento un hombre derriba la puerta con su escudo y entra unos pasos en la habitación. Es un hombre extranjero y porta un escudo de heráldica Aquilonia, tal vez de Poitán o de Gunther. La sala es un local grande de techo bajo, con algunas mesas de madera vacías, salvo una mesa en el rincón en la cual tres hombres se acaban de levantar y de debajo de sus capas han sacado sus sables y estoques tras la brusca irrupción, al fondo hay una barra en la cual una joven muchacha esta sentada con poca mas ropa que un cinturón y unos trozos de seda colgando de su cuello que tapan sus pechos. Junto a ella un hombre grande con un parche en un ojo acaba de salir de detrás de la barra.

 La tensión el el aire augmentaba cada fracción de segundo y en cualquier momento podía estallar un reguero de sangre.

Saco mi sable, de la vaina izquierda y me voy a la barra con la mano izquierda en la frente, tapando los ojos.

Lo que faltaba. No se si reirme o llorar.

 Y mientras camino hacia la barra, digo al tabernero, sin mirarle: -"Ya no hará falta que Tranques la puerta y a ver que le dices a tu nuevo invitado"-.                    

Me apoyo en la barra, con los codos, mirando hacia la puerta. Con el sable en la mano derecha.

Puede ser algún mercenario, que tabaje para esos Zingarios, por ese escudo aquilonio. Otra cosa no puede ser

Parece que Sanchez se ha tranquilizado, ante tanto ajetreo y lo único que puede hacer, es ver un poco el panorama. Porque ya no le queda mente, para poder seguir, tantos acontecimientos. Es como si se lavara las manos, hasta que se acerquen a él. Por lo menos tendrá unos segundos de descanso

Antes de decir nada miro al suelo siguiendo el reguero de las pequeñas gotas de sangre has la mesa de los tres hombres que tiran de sus aceros desnudandolos, yo por mi parte no desenfundo mi arma aunque si mantengo mi mano sobre el pomo de la empuñadura,me dirijo hacia la barra y ordeno al lobo que había pasado conmigo se siente, mientras examino a los parroquianos, guiño un ojo a la dama de poca ropa y relajo mis postura pero sin soltar el escudo acercándome al que se acerco a la barra.

"Buenos días señores " Digo ne un correcto Zíngaro y saludo con la cabeza a los de las armas en la mano, me fijo a ver si el que esta apoyado en la barra es el que escapo ayer de la patrulla de ejecución, así como si se ven restos de sangre en su atuendo.

" Soy Aquilonio y estoy de paso por la ciudad, ayer tuve la desgracia de ver como la guardia impartía cruel y brutal justicia sobre un filibustero y su familia por orden del conde Villagro, no me gusto lo que vi y no se porque ocurrió ni la guardia ni la gente me quiso contar nada, salvo un viejo mendigo que me dijo que preguntara por el puerto hoy, tampoco nadie me quiso dar explicaciones y solo una persona me dijo que si me quería meter en esos líos que preguntara aquí, aquí estoy y seria mejor para vos que os curaran esa herida digo señalando al de la barra,"y que vos maese posadero salierais a la calle y borrarais el rastro de sangre que este caballero ha dejado hasta vuestra puerta" .

Espero un par de segundos a ver como reaccionan, después continuo "no me gusta la gente que imparte tan bárbara justicia pero la ley es ley y ha de cumplirse, contadme lo que esta pasando y convencerme para que no os entregue al tal capitán Ramírez

Siguiendo con la misma postura. Miró al aquilonio, y mientras envainaba su sable dijo:- Aquí la justicia se imparte con sangre. Y si necesitas saber más sobre ello, quizás te contesten con una brecha en la garganta. Puede que lo mejor será que te vayas donde has venido. yo que tú lo haría... o es que quieres morir. Lo digo por el tabernero, al que le acabas de romper la puerta-.

-hgrmmm, Tomás, sal y limpia eso... El tabernero parece no estar preocupado por la intrusion tan agresiva que acaba de haces Severius.

Uno de los hombres de la esquina va a limpiar la sangre que quedaba en la parte de fuera. Es entonces cuando ves que las pequeñas gotas se sangre singuen hasta el hombre de la barra, pero no tiene ninguna erida visible, probablemente no sea suya.

Cuando Tomas vuelve a entrar con un un cubo de agua teñida de rojo. El Tabernero espera a que este entre, apoya la puerta sobre el marco y dice:

- Vas a tener que pagarme esa puerta, extrangero... Veo que te has cruzado con Ramírez, ese psicopata ha estado segando la vida de muchos de los nuestros...

Mirando a la chica que está casi a mi lado... digo:-Y Quién es ese Ramirez? en mi vida he oído hablar de él. He trabajado para el Rey, para Villagro y para toda la estirpe de delincuentes y lacayos mal nacidos. Y en mi vida ( dando un manotazo a la barra), nadie se ha puesto delante en mi camino, al menos en Zingaria. (mirando al Tabernero).Como bien dije, aquí la justicia se toma con sangre. ¿Sabes donde vive ese tal Ramírez, tabernero?.

Y acercándome a Tomas para meter el sable en el cubo y limpiarla digo:- Y tú, extrangero... si quieres conocer a un buen Filibustero, ya tienes trabajo-. Saco la espada del cubo y la miro. -"Tomas, traeme un trapo, no sea que hoy el sable no pinte*"-.

Juro que esta noche, iré a descuartizarle junto con su familia entera.

" Solo quiero saber lo que esta pasando, para que mi conciencia quede tranquila por que deje escapar a un hombre de la justicia, si ayer te hubiera cazado mientras huías de la guardia no tendría la oportunidad que ahora se me brinda de que Vos o cualquiera de los aquí presentes me pongáis al tanto"

Fijo descuidadamente, la mirada en el posadero," El tal Ramirez es un mala bestia que deshonra su sangre noble si la tiene por cobarde y cruel, y Mitra sabe que nada me hubiera dado mas gusto ayer que haber desbandado a su patrulla y después haberle metido dos palmos de buen acero aquilonio en su pecho en busca de su negro corazón, pero soy un hombre de ley y actuar con precipitación no va con mi carácter, por eso estoy aquí para acallar a mi conciencia por dejar huir ayer a un criminal y para que si me vuelvo a encontrar en esa situación no deje que un lobo carnicero como él y su guardia vuelvan ha hacerlo"

"En cuanto a la puerta solo esta un poco desencajada, por el golpe ajustad la bien y volverá a cumplir con su función".Volviendo mirar a mirar al de la barra " La justicia solo se hace con la ley y desde luego aquel que abusa de la ley para su enriquecimiento, mejora de posición o cualquier otro aprovechamiento personal merece que el peso de la ley caiga con toda su fuerza sobre el o ella".

"Y ahora si place a vuestra merced o a alguno de los presentes ponerme al día de lo sucedido y su razones, os estaré agradecido, antes de que vayáis a pintar vuestro lienzo, caballero, en cuanto a mi garganta no os preocupéis por ella se defender la bastante bien, no quiero conocer a ningún filibustero, al menos por ahora solo, saber lo que esta pasando para para actuar conforme a mi conciencia".

Esperando aún por el trapo para secar  el sable digo:- Estoy como tú, extrangero. Solo se que se han cargado a mi familia, y han puesto sus cabezas en postes de madera. (Mirando al tabernero, tocando con la mano derecha la hoja del sable). ¿Tabernero, quieres decirme quien es ese tal Ramírez, para quien trabaja y dónde vive?-."

Siguiendo con la mirada en el sable digo:

-"Extrangero, no se a que vienes a este puerto... pero solo vas a encontrar sangre. Esta noche, prepara tus armas. Si crees que ya no tienes nada que ver con esto, no has ido al sitio indicado.(susurrando) Esos hombres, que están ahí en la mesa... lo más probable es que te delaten, por hablar conmigo. No los conozco, y eso es mala señal. -.

Hoy si no vamos a por ellos. Ten la certeza de que irán a por nosotros.

" Agradezco tu Advertencia pero yo arranco las vidas solo cuando la ley lo dicta como castigo o cuando no me queda más remedio, si esos de ahí me delatan yo sabre defenderme de ellos o de quienes vengan por mi, en cuanto a lo de tu familia mis condolencias"

Sé que mi forma de actuar me puede traer problemas pero mi vida se rige por mis principios y sin ellos no soy nada. "buen posadero dejad la puerta puerta e informarnos pues de los motivos de lo sucedido y bajando la voz dirigiéndome al tipo de la barra, "si ahora vienen daremos pronta cuenta de ellos"

-. Esos perros van a venir. Será mejor que busquemos un lugar donde no nos vean. A no ser que quieras morir, a manos de un verdugo. Te aseguro de que estas ratas, te alargarán una sonrisa y te atacarán por la espalda... No sabes bien, donde te has metido, y no estoy hablando de esos que están ahí sentados... que seguro, que sabrán más que nosotros. Y muy callados están, como tu perro. Y perro poco ladrador...-.

-Así que no os habéis enterado? El tabernero le tira el trapo que Sanchez le pidió a Tomas, uno de sus hombres, que eran los que estaban en la mesa del rincón y desenvainaron al entrar Severius.

-Aquí nadie va a delatar a nadie, pero como intentéis algo contra mi o mi taberna, ese Ramírez no va a ser vuestro mayor peligro. A mi no me cae bien tampoco, así que lo que tengáis contra él no me incumbe. En El Perro Mugriento no hay mas ley si no la mía.

-Sentaos, os contaré que ha pasado.

-Muy bien, me sentaré-. Dije cogiendo una silla y sentándome, mientras seco el sable.

"contadnos pues Buen posadero e informad nos de lo que ocurre "

La curiosidad sobre el asunto cada vez crecía más en mi interior.

El Tabernero Tuerto se sienta en una silla con vosotros, su barriga choca con la mesa en la que estáis. Coge el trapo que te dio y dice:

-Martina, haz el favor de lavar esto.

La bailarina que hablaba con el antes de que llegaseis lo coge y desaparece por la cortinilla tras la barra.

Tomas y los otros tipos que estaban con el al principio, vuelven a su mesa con su botella de vino, ahora casi vacía. No os quitan el ojo de encima, no vaya a ser que os diera por armar algún desastre

Entonces, El Tabernero Tuerto, prosigue...

-Ese Ramírez es el nuevo perro lacayo de Villagro, es un sádico y una mala pieza. Ascendió rápidamente durante la gerra, y ahora se encarga del trabajo sucio de Villagro.

El muy cerdo...hrgmm, Mala puñalada le den, que respire como las ballenas!...

Villagro parece que ahora quiere acabar con todos los que algún dia fueran Filibusteros. Cuando acabó la guerra, ya no nos necesitaba para nada, ya tiene todo lo quedesea, menos la corona de Fedrugo sobre su cabeza, y para ello no le sirven piratas ni mercearios... Pero ahora no se porqué ha echo esto, ni porqué acabar con todos. Puede que para intentar limpiar su nombre para los miembros del parlamente, pero así, no solo consigue quela gente le tema, si no también que le odien... Es muy raro que él haya decidido hacer esto solo por detener a los pocos Filibusteros que quedan...

-¡Ja! Yo he trabajado para ese tal Villagro. Ese es capaz de hacer de todo, por hacerse con todo lo que brille. Pero si ese hombre es el responsable de las muertes de mis familiares, y camaradas. Puede darse por muerto. Y ese Ramírez... dime donde vive. Esta noche le haré una visita-. Dije levántandome de la silla. Hago un malabarismo con el sable, la tiro al aire, la recojo y la meto en la vaina.

".- Y si no me lo dices, lo averiguaré por otros medios-."