Partida Rol por web

La solidaridad de los de abajo, entre nosotros es maravillosa. Agradezco profundamente el trozo de carne, por suerte la semi oscuridad no me permite ver de qué animal se trata, y no me importa. Como con avidez, realmente tengo bastante hambre.

- Y… ¿esta es su casa? Cuando supe de estos túneles flipé inmediatamente, hermano. Las posibilidades de entrar y salir son infinitas. ¿Cómo haría un vigilante pa seguirte por acá? Ustedes viven en un paraíso de marginales. Me quedaría a vivir aquí con gusto, pero tengo familia, ¿Saben? Mi mujer y mi hijo están en alguna parte allí arriba y el silencio después de la tormenta no hace más que impacientarme. ¿Podrían ayudarme a salir de aquí y llegar a ellos?

Viktor miró al chico a los ojos y le tendió la mano, mientras su madre hablaba de fondo.-Hola, me llamo Viktor.-Sonrió al niño y miró a la mujer con sus ojos claros y habitualmente poco expresivos.-Charles Blackwater?....ajá, esta bien.-Mentira, aquello no estaba bien, ella iba a morir y su hijo estaría solo...por que su padre es probable que esté muerto.-Cuidaremos de su hijo y lo llevaremos con su padre o al menos lo intentaremos.-Le puso la mano en el hombro y le susurro.-Ya esta, puedes dejarlo ir...descansa en paz.-no sabia reconfortar a un moribundo, pero al menos tuvo la decencia de no decirle que llevarían al chico al primer centro de campaña que viesen si es que había sobrevivido alguien y estaban organizándose para recuperar la calma en la ciudad.

-Gracias -respondo devolviéndole la sonrisa con educada inercia. La ciudad atacada, atrapados en un túnel semiderruido y empapados en aguas fecales... No me parece la mejor situación para intercambiar piropos, aunque agradezco que sea amable y mantenga la calma, pues antes de que apareciera yo estaba al borde de la histeria.
-Busquemos la salida, entonces -propongo echando a andar en una dirección al azar, pero al instante me detengo y lo miro-. Se me acaba de ocurrir algo: el agua debe de fluir hacia abajo. Si caminamos contracorriente estaremos ascendiendo... no? -después de decirlo en voz alta ya no me parece un plan tan infalible, aunque supongo que es mejor que caminar sin rumbo.

Los hombres afirman con la cabeza cuando hablas de su paraíso pero niegan cuando hablas de ayudarte a subir -Lo siento Rapaz pero nosotros no salimos de aquí, este lugar es nuestra vida y nuestra muerte, solo estaremos seguros viviendo aquí. Además, llevamos años sin salir, no creo que nosotros podamos ayudarte. Siento lo de tu familia -concluye dándote el pésame, como si tu familia ya estuviera muerta.

Lo que hice el viejo es la verdá pero nusotros conocemos a uno que puede arrimarte el hombro pa salí de aquí -te comenta el otro hombre, que parece bastante menos cuerdo que el anciano -ez uno de los nueztros, una especie de jefazo, noz trae comia y bebía de arriba y nusotros tenemos que hacé lo que a él le salga del rabo.

Gracias, gracias, estaré con vosotros donde quiera que estéis, protegiendoles -os dice la mujer entre lágrimas. Sus palabras parecen rozar la mayor amabilidad pero también pueden ocultar una velada amenaza.

Michael, estos hombres te llevarán pronto con papá y podréis iros a cazar ranas al lago. Yo voy a esperar a que vengan a llevarme y me reuniré contigo en cuanto pueda -le dice la mujer al crío, que comienza de nuevo a llorar -venga, iros ya, no os detengáis.

¡No quiero mamá! No quiero dejarte aquí sola. Y ese hombre me da miedo, tiene el pelo raro -grita el niño señalando a Nacer sin dejar de llorar.

Rob te mira sorprendido ante tu propuesta -Ostras, pues es verdad, no lo había pensado. Chica lista. Vamos, no se cuanto pueden durar las pilas de una linterna.

Os ponéis en camino, atravesando túneles en contra de la corriente de las aguas malolientes que inundan el lugar, en completo silencio. La red de túneles presenta un aspecto cada vez peor conforme pasan los minutos, con daños evidentes provocados por los bombardeos. 

Tras avanzar un buen rato escucháis el sonido de decenas de animales correteando frente a vosotros. Cuando Rob apunta su linterna hacia allí veis un montón de ratas alimentándose de lo que parece ser el cuerpo de un hombre. Grandes zonas de piel han sido arrancadas a mordiscos por los animales, que os miran con sus ojos rojos. Por la ropa que lleva parece ser uno de los guardias de seguridad del metro.

Viktor cogió suavemente al chico del hombro.-tranquilo, estarás a salvo y su pelo no te hará nada raro jaja.-intento reírse naturalmente pero aquello era un poco forzado.-Vamos pequeño, mamá tiene que esperar...te llevaremos con papá...

Mmmm… no estoy seguro de querer conocer al tipo que maneja este lugar. Si la mitad de las cosas que cuenta Floro son verdad sólo puedo esperar algún tipo de psicópata. De todas formas, no es que tenga demasiadas opciones.

- Como ven, tengo la pierna rota y no tengo nada más que mi arma – La menciono sin mostrarla, para ver la reacción – Cualquier ayuda me viene de perlas. No quiero abusar de su hospitalidad, pero si pueden presentarme a ese hombre, y logro salir de acá, voy a deberles un favor. – Esto último lo digo mirando directamente al hombre que parece más conectado con la realidad - ¿Cómo llaman a este “jefazo”?

Es una posibilidad aunque de seguro no me saldrá gratis. Sólo espero que este hombre me reconozca como un marginal como ellos, y que sepa que entre fantasmas no nos pisamos la sábana.

Nacer no estaba acostumbrado a tratar con niños y, en realidad, no le gustaban. Le parecían seres caprichosos e irracionales a los que era incapaz de convencer de ninguna cosa... así que desistió de hacer comentarios sobre su pelo. Se limitó a tratar de no parecer tan serio.. 

Suelto un grito y retrocedo un paso. No son las ratas lo que me asusta, en la vieja fábrica había unas cuantas, sino la visión del cadáver a medio devorar. Quizás aún estaba vivo cuando comenzaron a comérselo...
Me llevo la mano a la boca y contengo las náuseas.
-Qué horror -murmuro en un gemido ahogado. Ese cuerpo comido por las ratas podría haber sido yo. O Rob.
Pero nosotros todavía estamos vivos y no pienso morir aquí para que esos bichos repugnantes me devoren hasta los huesos.
-Déjame la linterna -digo al tiempo que se la quito de la mano. Lo que voy a hacer es repugnante e irrespetuoso, pero necesitamos salir de estos túneles.
Cubriéndome la boca y la nariz con el antebrazo me abro camino lentamente entre las ratas hasta llegar al cadáver. Ilumino el cuerpo tratando de no mirar sus horribles heridas y busco en su uniforme otra linterna, pistola, porra, llaves de posibles puertas de salida... Todo lo que podamos necesitar.

Los ojos del niño se iluminaron ante la leve luz del mechero cuando escuchó hablar de su padre -Si, quiero ver a mi papá. El pesca en el mar. Un día pescó un pez así de grande -afirma extendiendo los brazos frente a su pequeña figura -pero no podemos dejar a mamá sola en la oscuridad, no la podrán encontrar -dice mirando a su madre, parcialmente oculta por la oscuridad y los desprendimientos. De su bolsillo saca una especie de artilugio, un silbato, y se lo da la mujer -toma mamá, tienes que soplar muy fuerte y así te encontrarán fácilmente y podrás volver rápido con nosotros. No tardes mucho mami -concluye dándole un beso mientras su madre le susurra algo al oído y le acaricia el cabello.

¿Vamos?-pregunta una vez está en pie, acercándose a Viktor. Parece que el crío no se ha percatado de lo ocurrido y se está tomando todo como si fuera un juego más.

Dios...no tengo valor para abandonarlo, joder...

Fue lo primero que pensó con el corazón en un puño ante la cruda y cruel escena, lo peor de todo sería que seguramente el padre de aquel chico muriese por las bombas del exterior...si es que aún quedaba un exterior.-Si, vamos.-Le dijo al pequeño chico mientras le cogía la mano, tragaba saliva y reunía valor para su próxima mentira.-Vamos a buscar a papá...

Nacer hizo un gesto a Viktor para que continuase con el chico, los alcanzaría enseguida. Después se agachó junto a la mujer y le susurró para asegurarse de que aquél chaval no oyese nada, ni si quiera su compañero.

- Haremos todo lo que sea por tu hijo pero, antes de irme.... ¿ puedo hacer algo para paliar tu sufrimiento ? - dijo con cierto temblor en la voz. Tenía la mano en el bolsillo, apretando aquella navaja que parecía hacerle sentir más seguro.... No sabía si podría ayudarla, si le pediría algo.. pero le parecía una pregunta que debía hacer, le pareció lo más humano.

La mujer mira a Nacer con confusión en los ojos hasta que poco a poco las palabras salen de su boca -No, no, cualquier cosa que hagas solo me hará sufrir, ahora solo tengo que esperar a que todo se apague. Es todo tan distante, apenas siento nada...

Rob te hace caso sin dudar y te cede la linterna sin demora. Te acercas al cuerpo mientras escuchas como el chico, incapaz de aguantar el asco, expulsa el contenido de su estómago sobre el suelo del metro.

El estado del cadáver es todavía peor de lo que esperabas, las ratas han devorado su festín con gran voracidad. Haciendo de tripas corazón rebuscas el cadáver, encontrando solo una cartera caída a sus pies, con su carnet de identidad pero sin billete alguno. Sorprendida por la desaparición del dinero, armas y herramientas del vigilante decides fijarte con más atención y te percatas de una gran linea roja en el cuello del hombre. Su posición, con la cabeza caída, junto a su estado y la oscuridad te habían ocultado en un primer momento que alguien le había rajado la garganta.

El hombre anciano te mira con evidente incomodidad tras tu propuesta -Lo llamamos "El jefazo". Es un hombre peligroso Rapaz, tiene acojonados a los de arriba y aquí abajo su palabra es la ley. No podemos prometerte nada, no hasta que vuelva. Salió a la superficie a por comida, no sabemos si volverá porque parece que en vuestro mundo se ha liado una buena...

Nacer acarició de soslayo el pelo de la mujer y se levantó, caminando hacía su compañero y el niño. No sabía que decirle, no sabía que hacer... así que simplemente salió de allí. 

-Joder...! -se me escapa al descubrir la herida en el cuello.
Asustada retrocedo para volver junto a Rob.
-No lo ha matado el derrumbamiento -le digo casi en un susurro-. Vamos a seguir con cuidado. El que lo haya asesinado todavía puede andar por aquí... -enfoco temerosa con la linterna el túnel más allá del cadáver. Tal vez el asesino esté esperándonos tras la primera esquina, y ahora tiene una pistola.