Partida Rol por web

Uno de los soldados alemanes comenzó a disparar, tras ver que no soltábais las armas. El subfusil que portaba comenzó a brillar en la oscuridad, fruto del relámpago de los disparos. Los disparos se los llevó Ian (Daño a Ian: 1 pv). Acto seguido, Alan apuntó a uno de los focos... ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG!¡BANG!¡BANG! Y el cristal y soporte de luz se apagaron al instante, sorprendiendo a los alemanes un poco. Otros dos soldados volvieron a disparar, pero sólo uno de ellos alcanzó a Alan, que estaba rodando en el suelo: las balas le dieron bastante profundo... (Daño a Alan: 8 pv). John pareció olvidarse de la treta de los focos, o tal vez no vió la estratagema, sino que apretó los dientes y disparó a uno de los cinco tipos con su sufusil, el cual fue herido en el brazo (Daño a Nazi5: 2). Entonces Ian, herido de poca gravedad, disparó a un segundo foco, el cual debió estar conectado en serie con un tercero, pues ambos se apagaron instantáneamente... ¡AHORA ESTABA TODO A OSCURAS! Aún así, el último par de interventores nazis en la batalla dispararon contra vosotros, pero sólo uno logró acertar a Ian cerca de su tobillo izquierdo (Daño a Ian: 4). Mientras todo ésto ocurría, Witty sacó la granada, y pensando en lanzarla contra el foco, lo que ahora podría hacer sería tal vez lanzarla contra el grupo de alemanes y sus canes...

-¡Mierda, joder!- pienso cuando veo la sangre que sale del cuerpo de Alan al ser salvajemente atravesado por las balas de esos hijos de puta. Ian no está mucho mejor. Es mi turno, y me armo de coraje. Pretendía joder esos focos, pero mis colegas lo han hecho ellos solos, así que ahora arrojo la granada sobre el grupo más voluminoso de alemanes que distinga en la oscuridad, o directamente a su capitán si alcanzo a reconocerle. -¡GRANADAAA!- advierto a mis compañeros. Acto seguido saco la segunda granada de la caja. -O morimos aquí o jodemos bien a estos cabrones- pienso al no ver una escapatoria posible.

Witty gritó "¡Granada!", con, al parecer todas las consecuencias.

El movimiento de muñeca no fue muy rápido, ni los músculos de su brazo se tensaron demasiado: lanzó el explosivo en un lugar privilegiado y apropiado para que, en un par de segundos, cuatro nazis saltaran por los aires, al igual que sus extremidades. Los focos ya habían sido ametrallados, y la confusion por tal oscuridad (y además en medio de la noche), hicieron que algunos de vosotros escapárais: Ian salió corriendo, al igual que Alan, a través de unos matorrales cercanos. Sin embargo Frank y el médico John fueron golpeados con la culata de algún arma y cayeron redondos, hacia atrás.

Lo único que recordaron cuando desperataban es a varios nazis llevádoselos a rastras (y esos no significaba la muerte, sino algo peor: caer prisioneros suyos).