Partida Rol por web

Asamblea de Bestias

Sigue al Conejo Blanco (Prólogo Sandro)(Terminado)

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11/03/2014, 15:20
El Libro de Nod

15 de Diciembre de 1999

355 Berry Street
21:45

Por fin en casa.  

Aquel fue el primer pensamiento que inundó tu mente nada más abrir la puerta de tu lujoso apartamento en Berry Street, cerca de la Bahía de San Francisco. Normalmente no solías salir de casa por temas laborales: todo aquel paripé, aquella forma de fingir que  creías que el imbécil que había sentado frente a ti llegaba a los cánones mínimos de inteligencia humana, te desquiciaba más y más con el paso de los años. Preferías el contacto vía Internet, con una pantalla de por medio. Definitivamente era lo mejor. Así no tenías que entrenar aquella expresión condescendiente, podías reírte a tus anchas ante las reiteradas muestras de estupidez humana.

Pero hoy, hoy había sido distinto. Uno de los principales clientes de la empresa había requerido tus servicios y allí estabas tú, después de cuatro interminables horas de reunión en las que tu odio hacia la raza humana había incrementado de una forma inversamente proporcional al interés que mostrabas por lo que te estaba diciendo aquel tipo.

Afortunadamente, ya estabas en casa. Nada más llegar, sin siquiera descalzarte, fuiste hacia el ordenador, encendiéndolo, para que fuera cargando mientras dejabas tu americana y tu maletín en su lugar correspondiente.  Tranquilamente, te dirigiste hacia la nevera, de donde sacaste una cerveza fría y una jarra de cristal. Hoy te hacía falta.

Mientras te acercabas a la mesa, caíste en la cuenta de que hoy ni siquiera habías abierto tu correo en toda la tarde. Eso te haría perder ahora un par de valiosas horas contestando emails. Un plan, sin duda, sensacional.

Sin embargo,  algo no iba bien. Te extraño ver por el rabillo del ojo que tu fondo de escritorio no había cargado.  Algo había fallado.

Y, la sorpresa fue mayor cuando, al sentarte delante del ordenador viste  lo que estaba sucediendo: allí estaba, aquella pantalla en negro: sin escritorio, sin carpetas, sin fondo de escritorio. La pantalla estaba vacía, salvo por cuatro palabras en blanco que, enmarcadas en un recuadro, parecían estar riéndose de ti.

Sigue al conejo blanco. ¿Qué demonios era aquello?

Estabas jodido. Te habían hackeado.

El cazador, cazado.

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12/03/2014, 12:47
Sandro Rosselly

Por fin en casa.

Todo es perfecto cuando todo está en su sitio, cuando el entorno que te rodea está en consonancia con el que tienes dentro, en tu cabeza; cuando no hay piezas erráticas que desmontan -con intención o por pura inutilidad- la coherencia que debería gobernar todas nuestras actuaciones. Pero, por desgracia, cada día hay mayor abundancia de este tipo de hombres-pieza que impiden que el puzzle esté correctamente encajado. Continuamente encajado.

 

Mientras destapo la botella de cerveza y relleno la jarra, el rabillo del ojo capta algo que no tendría que ser así: la pantalla del ordenador no brilla con los colores que debería.

¿Un fallo en el arranque del sistema operativo? Podría ser. ¿Una unidad extraíble que no he retirado por descuido y que interfiere en ese arranque? Me extrañaría. ¿Un fallo de hardware? Uhm…

Analizo diversas teorías en cuestión de los segundos que tardo en acercarme desde la barra de mi cocina hasta la mesa de trabajo y encuentro la respuesta.

¿Pero qué demonios…? -mi cabeza desecha de un manotazo todas las explicaciones anteriores para que quede sobre la mesa la única plausible, la que tiene una alta probabilidad de ser la correcta. No todos  los días ocurre que te den a probar de tu propia medicina, y, al margen de suponer una inesperada molestia, lo cierto es que también supone un reto estimulante.

- Bien, pues sigamos el rastro del conejo blanco. -No para saber a dónde va, sino para averiguar de dónde ha venido.

Presiono sobre el teclado, a ver si responde. Por si no lo hace, busco con la mirada el maletín con mi portátil. Una de las soluciones podría pasar por conectar los dos ordenadores entre sí para, desde él, intentar tomar el control del que ha asaltado el misterioso Lewis Carroll. Aunque antes debería probar otras cosas; rápidamente hago un listado en mi cabeza de posibles acciones que pueda emprender, todo ello aún sin saber si el ordenador está o no completamente bloqueado.

¿Quién será el estúpido que intenta hackearme? -me pregunto. Aunque me queda la extraña sensación de que, quizás, el adjetivo estúpido no sea el más acertado en este caso.
 

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15/03/2014, 02:26
El Libro de Nod

Muchas ideas en tu cabeza. Muchas opciones distintas, concebidas con un único fin: solucionar aquello. Demostrar que, fuera quien fuera quien había hecho aquello tú, sin duda, eras mejor que él. Preguntas y respuesta que se sucedieron en tu cabeza intentando razonar cómo había  conseguido aquel conejo colarse allí mismo, en tu salón, delante de tus narices.

Y, sin embargo, ni siquiera tuviste tiempo de ver si era cierto que el ordenador estaba bloqueado. Como si alguien estuviera observando todos y cada uno de tus movimientos, tu teléfono móvil sonó justo en el preciso instante en el que estabas a punto de presionar aquel teclado.

Oportuno, sin duda. Muy oportuno.

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16/03/2014, 07:31
Sandro Rosselly

Suena el teléfono y por mi cabeza pasa fugazmente la idea de que la llamada pueda estar relacionada con el misterioso conejo blanco. Lo tomo entre mis manos y me fijo en la pantalla para saber si es de alguien conocido o no. Acto seguido, descuelgo.

- ¿Sí? ¿Dígame?

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18/03/2014, 01:03
Voz al Teléfono

-Alicia empezaba ya a cansarse de estar sentada con su hermana a la orilla del río, sin tener nada que hacer: había echado un par de ojeadas al libro que su hermana estaba leyendo, pero no tenía dibujos ni diálogos. «¿Y de qué sirve un libro sin dibujos ni diálogos?», se preguntaba Alicia.

Así pues, estaba pensando (y pensar le costaba cierto esfuerzo, porque el calor del día la había dejado soñolienta y atontada) si el placer de tejer una guirnalda de margaritas la compensaría del trabajo de levantarse y coger las margaritas, cuando de pronto saltó cerca de ella un Conejo Blanco de ojos rosados.

No había nada muy extraordinario en esto, ni tampoco le pareció a Alicia muy extraño oír que el conejo se decía a sí mismo: «¡Dios mío! ¡Dios mío! ¡Voy a llegar tarde!». Pero cuando el conejo se sacó un reloj de bolsillo del chaleco, lo miró y echó a correr, Alicia se levantó de un salto, porque comprendió de golpe que ella nunca había visto un conejo con chaleco, ni con reloj que sacarse de él, y, ardiendo de curiosidad, se puso a correr tras el conejo por la pradera, y llegó justo a tiempo para ver cómo se precipitaba en una madriguera que se abría al pie del seto.

La voz al otro lado del teléfono ni siquiera se presentó. Comenzó a recitar, profunda, serena, tanto que resultaba inquietante. Demasiado inquietante. Una voz de hombre, no había duda. Una voz que, además, tenía claro no reconocer.

Tras recitar aquel fragmento, la voz al teléfono hizo una pequeña pausa, de apenas un par de segundos. Fue precisamente el tiempo necesario como para que Roselly supiera que, lo que venía a continuación, era algo dirigido a él, no al resto.

-Digame, señor Roselly... ¿Entrará usted en la madriguera tras el conejo blanco?

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20/03/2014, 07:49
Sandro Rosselly

Mientras la voz al otro lado recita poéticamente el fragmento del primer capítulo de Alicia, me acerco a la ventana y echo un vistazo al exterior, semioculto por las cortinas. No es que tenga esperanzas reales de encontrar nada con ello, pero no puedo quitarme de encima la sensación de que mis movimientos son vigilados.

Paseo luego mi mirada por el interior de mi apartamento, con la sospecha de que haya algún tipo de cámara oculta que espíe mis movimientos. El momento de la llamada ha sido demasiado certero como para ser por casualidad.

El hombre hace una pausa antes de proseguir con una pregunta. Supongo que debo seguirle el juego, si quiero acabar sabiendo de qué coño va todo esto. Tras otra pausa por mi parte, dejando por unos momentos en suspenso la cuestión, contesto:

- Pues, no sabría decirle señor… Carroll. Todo dependerá de lo que ese conejo suyo tenga para ofrecerme; si le soy sincero, no estaba entre mis más inmediatos planes el entrar en ninguna madriguera. Y tendría que haber algo más que zanahorias para que me decidiera a hacerlo.

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24/03/2014, 13:02
Voz al Teléfono

-Habrá algo más que zanahorias, créame. dijo la voz al otro lado del teléfono.- Busque La Madriguera. Y recuerde que, para llegar hasta ella, es posible que necesite beber.

Una sonrisa se adivinó al otro lado del teléfono, a juzgar por el tono con el que la voz pronunció la ultima palabra. Y, de repente, el sonido del auricular al colgar y aquel pitido uniforme informaron a Sandro de que la llamada había concluido.

Y, como por arte de magia, la pantalla de su ordenador cambio.

 

Las páginas blancas. Un lugar en el que encontrar prácticamente cualquier sitio, incluso puede que una madriguera de conejo.

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27/03/2014, 08:25
Sandro Rosselly

- Hasta luego, señor Carroll. -la despedida es inútil, pues hace unos segundos que el hombre ha colgado la comunicación y ya estoy guardando mi móvil en el bolsillo.

Manos a la obra, que hay que cazar un conejo.

Contemplo la blanca pantalla de las Páginas Blancas, toda una invitación a que busque algún negocio, posiblemente un garito o una tienda, con ese nombre tan peculiar.

Pero antes de buscar la madriguera, me gustaría encontrar el camino que ha usado el orejudo amigo para colarse hasta la cocina de mi ordenador. No resulta fácil llegar hastra allí desde el exterior y sólo un experto excavador de túneles puede haberlo conseguido. Burlar los elementos de seguridad del ordenador de un experto en elementos de seguridad, no es moco de pavo.

Entre el enojo porque haya ocurrido lo que no creía posible y la curiosidad de saber quién ha sido capaz de hacerlo, efectúo mis primeros movimientos, destinados a averiguar cómo ha podido llevarse a cabo la intrusión. Miraré si vuelvo a tener el control del ordenador y, en caso de ser así, rastrearé en todos los lugares del sistema donde pueda hallar una pista. Me llevará un rato, pero espero conseguir algo. Si el ordenador siguiese bloqueado, intentaré por todos los medios que se me ocurran burlar ese bloqueo.

Cuando tenga un esquema mental claro y preciso de cuál es la situación, haré lo que se presupone que debo hacer: escribir La Madriguera en el buscador de la página que, tan amablemente, han abierto por mí.

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30/03/2014, 00:22
El Libro de Nod

Nada. Eso fue lo que encontró Sandro en sus labores de investigación sobre el hackeo de su ordenador. Más bien el problema fue que el ordenador parecía seguir bloqueado, como si estuviera siendo controlado desde algún otro lugar, sin que él pudiera hacer nada por evitarlo. Quien quiera que estuviera detrás de aquello o bien conocía muy bien a Sandro y sabía que pasos seguiría exactamente, o era un profesional difícil de atrapar.

Fue entonces cuando Sandro comenzó a buscar. Y, en esta ocasión, no todo pareció ser tan sencillo como podría parecer a priori.

0 results found.

Aquello fue lo que rezó la pantalla del ordenador cuando Sandro escribió aquella palabra en el ordenador. No, no era una madriguera lo que tenía que buscar. Quizás fuera algun otro tipo de agujero...

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30/03/2014, 14:34
Sandro Rosselly

Está claro que el señor Carroll es un rival duro de roer. Todos mis intentos por recuperar el control han resultado infructuosos. Puedo hacerme una idea de cómo ha podido llegar a conseguirlo, pero, siendo prácticos, de nada me sirve eso ahora cuando mi ordenador a cambiado literalmente de manos.

Así que hago lo poco que me dejan hacer, que es usar el buscador. No me gusta sentirme manejado y noto que todo este asunto está comenzando a resultarme bastante molesto.

La sorpresa me la llevo cuando veo la cantidad de resultados que arroja mi consulta.

- Así que no es tan fácil como eso, ¿eh? -eso reaviva un poco mi interés. Parece que al dueño del conejo no le gustan las cosas evidentes y le entretiene el que me rebane un rato los sesos.

En fin, probemos de nuevo.

Bares, Bares de copas, Locales nocturnos,... -esas serán mis próximas consultas. En definitiva, lugares donde uno pueda beber hasta hartarse. Luego me quedará el repasar si entre los resultados hay algo que se pueda relacionar con las viviendas de los conejos.

Y, hablando de beber, le echo un trago a mi cerveza que casi había olvidado.

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02/04/2014, 22:37
El Libro de Nod

Y allí estaban aquellos resultados. Bares ordenados alfabéticamente en un listado interminable de lugares que no parecían tener relación alguna con ninguna madriguera, ni ningún conejo.

Sin embargo, la providencia, la suerte, o el señor Carroll hicieron que, al pasar página para seguir viendo resultados, Sandro se encontrara de repente con una página con tan sólo cuatro resultados, algo raro, teniendo en cuenta los centenares de posibilidades que tenía hasta hacía unos instantes.

¿Estaba el señor Carroll echándole un cable?

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05/04/2014, 08:05
Sandro Rosselly

Sorprendido gratamente por el poder de refinamiento que el motor de búsqueda de las Páginas Blancas ha mostrado tan repentinamente, leo detenidamente los cuatro resultados a los que ha quedado reducida la lista.

Bajo una pizzería de un “buen tipo”, cuatro locales cuyos nombres hacen referencia a agujeros y cavidades; cualquiera de ellos podía entenderse como una madriguera, dado el contexto en el que nos movemos. Y, además, alguno de ellos se encuentra realmente cerca de donde vivo.

En fin, veamos: abro en varias pestañas los enlaces a cada uno de los locales, a ver qué información me aporta o si algo me llama la atención. Si fuese necesario, buscaré más datos sobre ellos en otras páginas, para seguir tirando del hilo.

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08/04/2014, 00:43
El Libro de Nod

Una a una fuiste entrando a cada una de las páginas que te mostraba aquel buscador. La primera de todas pertenecía al Jackson Hole Group y mostraba la página de lo que parecía una consultoría de negocios, o algo por el estilo.

 

El segundo resultado correspondia a un garito de moteros llamado Hole in the Wall:

 

En el tercer caso, el garito compartía nombre con el anterior, aunque en este caso se trataba de una pizzera sin aparente relación con el anterior local:

 

Por último, el cuarto enlace correspondía a una abogada de San Francisco:

 

¿Sería una de estas la madriguera que estabas buscando? En tu mano estaba decidir si alguna de las cuatro era merecedora o no de tu atención.

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10/04/2014, 08:32
Sandro Rosselly

Estoy un rato mirando las páginas, pasando de una a otra pestaña. Mi cabeza me dice que todo esto es como una especie de juego para quien ha conseguido colarse en mi casa, y que es él quien lo dirige. Yo soy el jugador que debe interpretar sus pistas hasta llegar a donde él quiere.

Y en eso me concentro, en intentar ver qué relación puede tener un conejo, su madriguera y un hacker informático de respetable nivel con una consultoría, un garito de moteros, una pizzería de estilo neoyorquino o una abogada.

¿Será esto una atrevida forma de reclutar nuevos empleados de la primera? ¿Alguien ha visto en mí una oculta vocación de Hell Angel? ¿O es un nuevo estilo de publicidad intrusiva de los locales de restauración? ¿Qué querría de mí una picapleitos de San Francisco?

Tras unas cuantas reflexiones que no me llevan a ninguna parte, decido comenzar por el final. ¿Quién será esa abogada de quien la página no muestra mayor información? Investiguemos.

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13/04/2014, 19:23
El Libro de Nod

Teclear en Google el nombre de aquella abogada pronto dio sus frutos. Parecía que la señora Holing resultaba ser una abogada de renombre que, para más inri, también ejercía como fiscal en California. Nombre, dirección, teléfono... Todo estaba a tu alcance. Ahora tenias dos opciones: llamarla por teléfono o hacerle una visita.

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22/04/2014, 13:05
Sandro Rosselly

Resulta que la tal Holing es una famosa abogada. ¿Para qué querría alguien así jugar conmigo de la manera en que están haciéndolo?

Soy un mar de dudas pues ninguna de las cuatro opciones me resulta más llamativa que otra. Miro mi ordenador, como si de repente fuese un extraño, no aquél con quien comparto gran parte de mi vida (*).

Saco el teléfono móvil de mi bolsillo y miro el último número que me ha llamado. Quizás pueda tirar del hilo buscando ese número en internet. Y después, quizás le devuelva la llamadita.

Notas de juego

(*) Doy por hecho que Sandro ya ha hecho todo lo que está en sus manos y su sapiencia informática para intentar desbloquear su ordenador, que es lo primero que haría antes de ponerse a buscar otras opciones, ¿no? :)

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23/04/2014, 12:38
Voz al Teléfono

Justo en aquel preciso instante, cuando alzabas el móvil en tu mano para ver el número, el teléfono volvió a sonar, sacándote de dudas. Número oculto, por supuesto. Alguien que se había tomado todas aquellas molestias por bloquear y controlar lo que te rodeaba hasta aquel punto no iba a jugársela con algo tan absurdo como el numero de teléfono.

-Señor Roselly, ¿Qué sucede? ¿Acaso no ha visto aún el agujero por el que se coló el conejo? No se preocupe, le ayudaré. Siga al conejo blanco, señor Roselly. Sigalo, a través de ese agujero en la pared, hacia el interior de su madriguera...

Y, antes de que pudiera añadir nada más, el desconocido volvió a colgar, casi al mismo tiempo en que, de repente, alguien llamó al portero.

¿Casualidad?

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26/04/2014, 12:04
Sandro Rosselly

- El agujero en la pared… -¿Hole in the Wall?-  Antes de que pueda pedirle alguna aclaración sobre aquello -concretamente si la pared a la que se refiere tiene pósters colgados con imágenes de temática motera (por cierto, en la de su web hay unas pequeñas figuras blancas que podrían recordar levemente a nuestro simpático bichejo) o más bien lo que cuelgan de ella son los abrigos de los clientes de una pizzería- el misterioso amaestrador de conejos vuelve a colgar.

El número es oculto, por supuesto. Era lo más lógico en alguien que se está tomando tantas molestias en tenerlo todo controlado, así que no tenía ninguna esperanza en ese punto.

Suena el timbre del portero electrónico justo en el momento de colgar. Me acerco al telefonillo.

- ¿Sí? -pregunto. La verdad es que tengo mucha curiosidad por saber si es casualidad o otra demostración más de la minuciosidad y precisión con que se ha preparado este juego.

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29/04/2014, 00:58
El Libro de Nod

-¿Oiga? Ya está aqui el taxi que pidio. Dése prisa, hay un tráfico de cojones esta noche. -la voz del taxista a través del porterillo rompió quizas aquella burbuja, demasiado mundana y demasiado campechana para comprender mínimamente de qué podía ir todo aquello, y mucho menos que quizás estaba siendo partícipe de ello.

De repente, el ordenador de Sandro se apagó, con aquel característico sonido eléctrico que solían producir los ordenadores cuando se apagan de golpe. ¿Una clara invitación a salir de aquel lugar?

Fuera como fuera, había una cosa clara: abajo un taxi le esperaba. ¿Sería aquella la forma de llegar hasta la madriguera?

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30/04/2014, 18:30
Sandro Rosselly

- Sí.... Sí. Enseguida bajo, no tardo ni un minuto. -Y antes de colgar, añado: - ¿Le han informado ya de a dónde tenemos que ir?

Así sabremos si la siguiente casilla del tablero de juego ya está preestablecida o deberé improvisar algo sobre la marcha. En cuanto tenga la respuesta, recogeré mi chaqueta, el maletín con el portátil, el móvil, la cartera y las llaves y bajaré al portal, a poner rumbo a algún punto de San Francisco. No es el tipo de actividad que tenía planeada para finalizar este jodido día, pero he de reconocer que todo esto está resultando ser lo más estimulante de la jornada, después de las largas horas apabullado por la estupidez de mi cliente.

¡Ah! Y, por pura curiosidad, antes de bajar miraré si el ordenador enciende de nuevo o si Mr. Carroll ha conseguido silenciarlo del todo.