Partida Rol por web

15 de Diciembre
23:23, Número 47 de Delmar Street

El húmedo frío de la noche de San Francisco comenzaba a calarte hasta los huesos. No hacía ni treinta minutos, Zack, el psicólogo de la policía te había hecho levantarte de tu sofá mientras veías Saturday Night Live y comías algo de comida china recalentada.

La llamada te había preocupado. La llamada de Zack era para avisarte de que tu hermano David estaba jodido. Un antiguo compañero de la fiscalía de tu hermano había aparecido muerto en uno de los callejones de Delmar Street, a la altura del número 47. Tu hermano estaba bastante afectado, y Zack parecía algo nervioso ante la gravedad del suceso.

Eso hizo que te preocuparas aun más, pues tu hermano era alguien acostumbrado a ver cadáveres.

La zona estaba acordonada, y había como poco, media docena de coches de policía. Por suerte, pudiste dejar el tuyo junto a los de policía, momento en el que te bajaste, y uno de los policías fue a tu encuentro, siendo interceptado por Zack, quien le puso una mano en el hombro, y negó con la cabeza. - Me encargo yo - Le pidió al policía, el clásico policía con ligero sobrepeso y pocas ganas de pelear por su trabajo, que volvió junto a los coches, mientras se ajustaba la gorra.

- Eve - Alzó la voz Zack. - Gracias por venir tan pronto, nunca había visto así a tu hermano, es como si hubiera visto un fantasma - Se paró ante tu persona, señalando hacia atrás, a uno de los callejones.

"Tendría que haberme enterado"

Era un pensamiento muy egoísta, pero no podía evitarlo. Trabajo sabiendo cosas. Me dedico a saber cosas. Mi vida es saber cosas. Sólo esta mañana, paseando por la calle, he descubierto más entre los peatones que muchos detectives en toda su carrera (o eso creo yo, porque los detectives que he conocido son unos ceporros insufribles). Ego colosal aparte, si hubiera algún asesinato, especialmente uno que pille cerca a mi hermano, supuse que sería la primera en enterarme. La misma víctima me llamaría, o quizá el asesino en persona. Total...¿Para qué postergar lo inevitable? Eve Williams es Némesis, la Parca y todos los Ángeles Castigadores juntos cuando se trata de descubrir algo.

Zack lo sabía. Zack, ¿Por qué se empeñarían todos en forzar mi relación con un loquero? No estoy clínicamente loca, por mucho que eso tranquilizara a todos los mediocres de San Francisco...

Asentí con la cabeza a mi niñera. No me detuve. Fui directamente hacia el callejón. No es que mi hermano y yo fuéramos como los de Aquellos Maravillosos 70, pero la familia es la familia.

Zack observó mientras te acercabas a él. Quizás, por un momento, tuvo la esperanza de que te pararías junto a él para charlar un momento, que dijeras algo, o que al menos te detuvieras un segundo a escuchar lo que quería decirte. Pasas de largo, y él te sigue con la mirada durante los primeros pasos que das, dándose la vuelta inmediatamente, acelerando el paso para ponerse a tu altura.

Arrastrado por la situación, olvidó que tu eras Eve Williams. O que todo esto hubiera salpicado a tu hermano tan de cerca te hiciera cambiar de actitud. No podías verlo mientras se acercaba a ti para alcanzarte, pero sabías que estaba psicoanalizándote... otra vez.

El lugar era un ir y venir de policías. Viste entonces que aquello, a pesar de todo, seguía siendo una escena de un crimen clásico y corriente. El cordón policial cerraba el paso a lo largo del callejón, y no eran pocos los policías que detrás del cordón miraban la escena, donde un par de policías de la científica observaban el lugar. Evidentemente, para unos ojos como los tuyos, lo estaban haciendo mal. Ineptos.

A un lado, cerca del callejón, estaba la ambulancia con la parte trasera abierta, y dentro estaba tu hermano, con una manta sobre los hombros, sentado dentro y más pálido de lo normal. Mucho más pálido.

En el callejón, el cadáver tenía una manta policial por encima, seguramente para que periodistas y curiosos no hagan leña del árbol caído.

Zack se paró a tu lado, cruzándose de brazos, y tras mirar la escena del crimen y acto seguido mirar en dirección a la ambulancia, te preguntó. - ¿Cómo lo ves? - Aunque en ese momento, no sabías si se refería al crimen, o a tu hermano.

Mi hermano. Mi hermano. Pocas veces le he visto así de afectado. Generalmente es de puro hielo, como debe ser alguien que trabaja en la fiscalía. Debe ser algo muy jodido...o algo que le pille cerca.

Empiezo a guardar una sospecha que me eriza el vello de la nuca. Me sorprende que me afecte tanto. Nunca me he considerado cercana a su ayudante, esa chica que no hace más que hablar. No puede ser...Me encuentro deseando, rogando a una deidad de cuya existencia reniego que no sea ella, como se llame...su secretaria. Ni siquiera me sé su nombre, o no me acuerdo ahora mismo y estoy muy proecupada. Que no sea ella, por favor...

Vuelvo a pasar olímpicamente de Zack y de todo el mundo y me dirijo apresuradamente hacia el cuerpo. Que no sea ella, por favor, que no sea ella...

La mujer esta tendida en el callejón. A pesar de seguir ignorando a Zack, este sigue detrás  tuyo, siguiéndote, y esta vez, no dice nada. Quizás, simplemente, ha comenzado a analizarte, haciendo su trabajo como silencioso testigo. No te costó, a pesar de todo, entrever lo que Zack intentaba hacer.

Te paraste junto al cadáver, observándolo en silencio. Tus peores sospechas habían sido ciertas. Allí, tendida, estaba la ayudante del fiscal. Al ver su cara, varios Flashbacks sobre tu pasado común con ella (los momentos que estabais juntas, que era generalmente con tu hermano delante) se sucedieron en tu cabeza en apenas un segundo. Marta Halliwei. Aquella chica que no paraba de hablar, con una sempiterna sonrisa, y que gustaba de meter las narices en todo.

De alguna manera, te recordaba a ti. Al menos, a una versión distorsionada de ti. No tan joven, no tan guapa, no tan lista, mucho más amable y... En ese momento, reparaste en varios detalles. El cordón de plata que llevaba alrededor del cuello.

Lo reconociste.

No era idéntico al que solía llevar tu hermano hace un par de años... ERA el de tu hermano. No parecía haber signos de lucha, ni sangre. Aun más, la mujer estaba totalmente pálida y con una cicatriz en la base del cuello. Una cicatriz que no recordabas que tuviera.

- Si vas a hacer algo, ponte los guantes - Te recordó Zack ahora, al ver como mirabas a la mujer. Y te tendió un par de guantes de látex blanco, por si acaso.

Tiene el cordón de mi hermano. Así que se lo ha debido dar mi hermano. ¿Tendrían algo? Justificaría que se sintiera así, Sesgo del Mundo Justo, lo llaman en la facultad de psicología, buscará algo que haya hecho mal para sentirse culpable, porque su mente interpretará que el mundo no ha podido hacerle gratis algo tan horrible. La mente humana es maravillosa...

Y una cicatriz...una cicatriz que no recuerdo. Por lo tanto, una cicatriz nueva. Voy a echar un vistazo.

- Guantes - pido a nadie en particular. Alguien me oirá

Me dirijo hacia el cuerpo. Daré un par de vueltas para ver que me llama la atención y me agacharé para estudiarlo más de cerca. O al menos para intentar entender qué es esa cicatriz.

Zack volvió a zarandear los guantes de látex que sujetaba con una de sus manos, acercándolos ahora a tu cara, para hacer más obvio el gesto cuando pediste los guantes. El hombre permaneció de pie, ya había visto el cadáver, y no creyó que había nada más que ver, hasta que centraste tu atención en algo.

Él hizo lo propio, buscando el origen de tu curiosidad, intentando ver por detrás de tu hombro. Tu por tu lado, inspeccionas el cadáver. No es el primero que ves, no será el último. Observas con detalle el cuerpo. Sin duda, la cadena es la de tu hermano, y aquellas cicatrices.... has visto otras así en algún caso de los más raros, de aquellos que quedaron por resolver y archivados.

Unas cicatrices prácticamente cerradas, pero que nadie había reparado en ellas. No solo era extraño aquellas cicatrices, también extraño el asunto del callejón.

El cuerpo no había sido movido de allí, ¿Que estaba o estaban haciendo allí entonces? ¿Que o quien los había conducido hasta ese lugar?

Desde aquel punto de vista, pudiste ver que tu hermano seguía allí, sentado en la ambulancia. Pero esta vez había algo diferente, esta vez estaba mirando en la dirección en la que te encontrabas. Pero era imposible de saber si miraba el cadáver de la mujer, o te miraba a ti.

Zack, por su parte, seguía mirando por encima de tu hombro, intentando descifrar que habías visto... o que pasaba por tu cabeza.

Los casos que me atormentan. Los casos que no he podido resolver. Tengo otro. Dios, es muy cruel lo que voy a decir, pero agradezco enormemente este nuevo hilo del que tirar. Esta nueva pista. Es como si me hubieran hecho un regalo. Contemplo largamente las incisiones. Curadas, en proceso de cicatrizar. Y precisas, paralelas, casi como de mordisco. Mi investigación aún no ha dado con el arma homicida. Barajo las garras a lo Eduardo Manos Tijeras como una especie de firma del asesino o incluso los dientes mismos, limados, como si fuera un vampiro de cuento, un fetichista sanguinario. Imagino que la habrán trasladado, porque, si no me falla la memoria, le habrán sacado toda la sangre y según mi propia experiencia, eso lleva tiempo.

Imagino que David no lo verá como algo tan divertido y fascinante. Tendré que hablar con él tarde o temprano, del cordón, de la chica y de su relación con ella. Así me asiento con la cabeza a su mirada y me pongo en marcha hacia la ambulancia. Mientras, digo a Zack:

- Que busquen testigos

Ya se que no encontrará ninguno, pero igual los inútiles de la policía tienen suerte esta vez.

- Ya los hemos buscado. Parece que nadie vio nada. Tu hermano había quedado con ella en esa misma esquina y cuando llegó, fue él mismo quien la encontró. - Explicó el hombre, señalando la esquina al principio del callejón. Se metió las manos en los bolsillos, girandose hacia donde estaba la ambulancia, en silencio.

- Eve, deberías hablar con él. Es lo primero... además, si alguien vio algo debió verlo él. Tu hermano no esta bien. - Repitió, mirandote de reojo. - ¿Has encontrado algo? - PReguntó, con curiosidad, al ver que habías dejado de inspeccionar el cadaver. Se pasó la mano por la nuca, lanzando un largo suspiro.

- El juez esta a punto de llegar, y querrá hacer el levantamiento del cadaver rápido. Dime una buena excusa para demorarlo -

Quedó con ella. Eso puede indicar varias cosas. O que la estaban siguiendo y conocían el margen de tiempo que tenían o bien que fue un crimen oportunista con muchísima suerte. El asesino parece tener un perfil organizado. Incisiones pequeñas, concienzudas, milimétricas, tomando lo que ha venido a buscar, dejando el cuerpo donde está porque no le interesa para nada...podría suponer que la han seguido. Es una casualidad muy exagerada que un tipo que sin duda necesita tiempo para trabajar haya tenido tanta chiripa, ¿Qué clase de asesino desorganizado es tan limpio? Hasta parece haber cerrado las heridas...

Una excusa para mantener el cuerpo aquí...La verdad es que no le veo mucha importancia. Parece que en este caso el cuerpo es lo de menos, pero mi mente, que agradece jugar con estas cosas para mantenerse en forma, agradecería algo de ejercicio. 

- El escenario puede ser clave. El asesino parece organizado y seguramente tendrá un proceso. El cadáver es el tema principal del lienzo. Que no levanten el cadáver ni muevan nada hasta que hayan hecho tantas fotos que pueda ver este callejón en 3D. Y quiero también que algunos agentes miren la distancia con la calle y los locales cercanos para poder cronometrar lo que ha tardado en hacer esto, y con un poco de suerte, sepamos de donde salió - es una esperanza un poco tenue para estos inútiles, pero yo podría llegar a sacar algo de ello

Sin dar ninguna explicación a Zack, voy hacia la ambulancia de mi hermano. Le dejaré hablar primero, siempre habla cuando me quedo callada mirándole.

A cada frase que terminabas, podías ver como los intentos de Zack por decir algo se veían interrumpidos por una nueva frase que provenía de tus labios. Cada vez que hacías una pausa para coger aire, veías que Zack se preparaba para decir algo, que, posiblemente para él tuviera un gran sentido, o fuera algo realmente profundo.

No para ti.

Y con la última frase, miró a los lados, comprobando que comercios había allí, y cuando fue a decir algo, pasaste de largo, alejándote de él. Zack alzó la voz, levantando la mano en un vano intento de llamar tu atención, a pesar de tu marcha, como si de espaldas pudieras verlo. - ¡Eve! ¡EVE! ¡Bah! - Acabó por decir, bajando la mano y girándose hacia uno de los policías, comentándole algo mientras señalaba los comercios que desde allí podían verse y señalando el cadáver.

Al acercarte a la Ambulancia, tu hermano David permanecía sentado en la caja trasera de esta, con ambas puertas abiertas mientras un enfermero vestido con el clásico chaleco reflectante seguía de cuclillas delante de él sin decir nada. Ninguno de los dos decía nada.

David iba bien vestido. Parecía que el haber quedado con ella no era algo casual, había algún motivo oculto. Tenía una manta echada por los hombros, pero la chaqueta caía por debajo de la chaqueta, y podías ver como llevaba algo cuadrado en su bolsillo derecho.

Cuando te paraste, el enfermero te miró, y no tardó demasiado en bajarse de la ambulancia. Bien te había reconocido, bien se había dado cuenta que sobraba o que teníais algún tipo de relación parental. David te miró.

Una mirada vacía, deslucida, carente de humanidad, brillo o alegría. Volvió a mirar al suelo, sin decir nada. Aquella situación se alargó más de 15 minutos. Tardó más de quince minutos en abrir la boca. - ¿A qué esperas para interrogarme? - Preguntó con la voz quebrada, con un hilo de voz que luchaba por no romperse con cada palabra que salió de sus labios.

Me hace sentir extrañamente satisfecha el fastidio de Zack. Sólo puede seguir mi estela, tratar de poner sus pies en mis huellas.

Mientras mi hermano calla escucho la actividad de la policía, trato de encontrar algo interesante en sus conversaciones. Algo que me distraiga, alguna pista...realmente me ayuda a pensar tener voces dando ideas, por tontas que sean, a mi alrededor. Cualquier coincidencia puede ser la clave.

Quince minutos. Se está ablandando. Será por lo afectado que se encuentra. Casi sonrío, pero imagino que eso no es lo que hacen las hermanas pequeñas con los hermanos mayores. Debería...¿Mostrarme amable? Sospecharía, además soy muy torpe. La verdad es que no tengo muy claro qué hacer en estos casos.

- Eres aproximadamente tan listo como yo, David, ¿Qué crees que debería saber?

Me muero por saber lo del colgante, si la chica era su pareja o algo así. Puede que sea mejor preguntarle a su ayudante. Esa otra que no para de hablar...como se llame.

Mientras dura el silencio, puedes escuchar a Zack, intentando hacerse el importane, dando unas ordenes vacilantes, pero que siguen el esquema que tu le has dado. Manda buscar testigos, buscar en contenedores de basura, cronometrar la distancia entre el lugar y los locales cercanos, interrogar a los dueños de tales locales, perguntar por camaras de seguridad en la escena del crimen...

De entre todos los comentarios, escuchas algunos que que estan a medio camino entre la más profunda estupidez, y la mas brillante de las obervaciones. "¿Lo has visto? No tiene una sola gota de sangre." "No tiene heridas en la nuca, debió estar tumbada cuando murió" "Necesito un café... que mierda que no haya un solo local abierto a estas horas"

Pero antes de poder desviar la atención, David suspiró pesadamente, como si se le escapara el alma por la boca. - Mujer blanca. Treinta años. Metro sesenta y siete. Setenta kilos. Algo extraño, debía llevar muerta un máximo de veinte minutos, pero su temperatura temporal correspondía al equivalente a dieciséis horas de muerte. Causa de la muerte más probable, exanguinación. El luminol ha confirmado que no hay gota de sangre en la escena del crimen, ni en las ropas de... Marta.

Aquella última palabra fue la que tu cabeza más hizo trabajar. Había llamado a la víctima por su nombre, se había implicado y lo que era peor, estaba comprometido por la situación. Por muy profesional que fuera, todas sus explicaciones estaban sujetas a la sujestividad.

- Supongo que ya lo habrás visto, pero tiene dos marcas en la base del cuello. La cicatrización es avanzada, superior a las 72 horas... y cuando ayer nos vimos, ni siquiera tenía herida alguna. - David acabó por agachar la cabeza, llevandose las manos a la cabeza, volviendo a resoplar. Daba la sensación de que de un momento a otro, rompería a llorar.

Podría añadir mucha curiosidad a los ineptos agentes de la ley que me rodean. Puede que estuviera tumbada cuando murió, o puede que la estuvieran sujetando y luego la dejaran en el suelo con cuidado. Los fetichistas suelen hacer cosas así. Ningún local abierto...bueno, eso no me lo esperaba del todo, pero también ayuda. Será una persona que estuviera en el callejón, cosa que siempre puede pescarse con un buen testigo, alguien que trabajara en algún local, cosa aún más fácil, o alguien que pasara por la calle, igual de sencillo que en el primer caso. Siendo de perfil organizado la debía estar siguiendo o esperando. Ya podemos olvidarnos de los locales. Si la esperaba habrá que descubrir cómo, y eso lo puedo solucionar yo hablando cinco minutos con su familia y amigos. Si la seguía...es algo más complicado, pero igual hay alguna cámara que haya pillado algo. En vídeo y foto me cuesta más leer las expresiones de la gente, pero por David, podría esforzarme. Por David podría esforzarme. Qué enternecedor amor fraternal, en fin, supongo que es uno de mis puntos de presión, es una suerte que sólo nos vean discutir y tratarnos con frialdad; nadie sospecharía que puede llegar a mí a través de mi hermano...y viceversa.

Mujer blanca. Treinta años. Metro sesenta y siete. Setenta kilos. Algo extraño, debía llevar muerta un máximo de veinte minutos, pero su temperatura temporal correspondía al equivalente a dieciséis horas de muerte. Causa de la muerte más probable, exanguinación. El luminol ha confirmado que no hay gota de sangre en la escena del crimen, ni en las ropas de... Marta.

- El nitrato de amonio puede enfriar un cuerpo. Pero ya sabes que no tiene ningún maldito sentido meter nitrato de amonio a una persona si piensas sacarle sangre...toda la sangre. ¿Hay algún caso similar en tu oficina, antiguo o nuevo? - No pregunto "¿Sabes si hay un caso similar?", sé que sabrá si lo hay, es a su trabajo como yo al mío

Supongo que ya lo habrás visto, pero tiene dos marcas en la base del cuello. La cicatrización es avanzada, superior a las 72 horas... y cuando ayer nos vimos, ni siquiera tenía herida alguna.

- Son incisiones paralelas y muy semejantes, podrían pasar por pinchazos mal hechos si no fuera porque hacer dos pinchazos tan juntos es una soberana tontería. Lo único que podría explicarlo es un error, pero estoy segura de que los dos llegan a la arteria. Imagino que es la firma del asesino. Fetichista sangriento. Supongo que es pronto para decirlo pero imagino que atacará a mujeres en exclusiva, es lo más común. Lo de la cicatrización admito que me intriga. Quizá haya podido echarle algún agente, pero sería tan brillante como lo del nitrato de amonio, y el que ha hecho esto no es tonto

Le dejo pensar mientras pienso yo misma. Ignoro por completo sus alusiones personales. Hoy no. Esperaré a Navidad. Espero que sepa que con cualquier otro no sería tan educada. Intento no pensar en los otros casos. Mis cisnes negros. Me atormentan.

- Correcto, pero el Nitrato de Amonio produce Cloruro de Sodio en forma de polvo... y este es reactivo al luminol. - Negó con la cabeza, pasandose ambas manos por la nuca. Estaba sufriendo, sin duda. Y aun así, al igual que tu, seguía aplicando la fría lógica, el estudio frio de la circustancia, por mucho que le costara evadirse de lo que estaba ocurriendo.

No, tu sabías que no estaba evadiendose, no del todo. De ser así, sabes que estaría discutiendoc ontigo, debatiendo posibilidades, mostrando cartas, guardandose otras en aquel extraño juego que compartíais, siempre con una muerte de por medio.

Pero en esta ocasión todo era distinto.

- Muertes extrañas tenemos todos los días, Eve. Como aquella chica del parque... ¿La recuerdas? - Viste como fruncía el ceño, como si acabara de darse cuenta de algo. - Aquella vez... tu hermana me comentó que tenía dos extrañas cicatrices en la base del cuello... - Alzó la mirada, como si acabara de tener algún tipo de revelación.

- Pero aquella vez, el juez clasificó todos los archivos. No se nos permitió siquiera quedarnos copia alguna de aquello. Todo desapareció... incluso el cadaver. - Y no pudo mirar tras de ti, a aquel cuerpo que estaba tendiedo en el suelo.

- No conozco ningún agente que permita una cicatrización tán rápida. - Acabó por decir, humedeciendose los labios con la punta de la lengua. Llegó entonces el enfermero, dandote un pequeño empujón. No se disculpó, y se subió a la furgoneta, rebuscando algo en ella.

- Y aunque eso nos ayude a descubrir si de hecho usó nitrato de amonio, sigue sin tener maldito sentido - no obstante diré a Zack que lo comprueben. Que no sea lógico para nosotros no quiere decir que no tenga sentido para el asesino

Y entonces menciona a la chica del parque. Es una especie de tabú. Él no habla de mis casos sin resolver, que me atormentan como un jersey muy picante que no te puedes quitar. No sé si para no molestarme o para que yo no hable de sus cagadas, sean cuales sean. Pero claro, este caso es similar y le pilla cerca, así que...

- Lo recuerdo muy bien. En aquella ocasión llegué a la misma conclusión del fetichista sangriento, y sugerí que se trataba de alguna clase de secta o de un hombre pudiente que podía hacer desaparecer ése tipo de cosas

Mi hermano podría hacer desaparecer ése tipo de cosas. Y las estadísticas dicen que quien se la tira se la carga, al menos el 88% de las veces. Pero no lo digo, imagino que él ya lo habrá pensado.

- Yo tampoco recuerdo nada igual, será alguna mierda de ésas que los gobiernos suelen negar y que nos traen de Corea, o de Rusia o de Japón, tendremos que preguntarle a Marie. Podrías indagar en temas de tráfico o en bandas, igual saben algo

Hago una pausa de unos segundos, escuchando el ajetreo de la policía. No tengo muy claro cómo abordar esto. Si fuera cualquier otro...pero es mi hermano. Va ser duro.

- Tengo que preguntarlo, ¿Qué relación tenías con la víctima?

David pareció percatarse de que te había jodido con el tema del caso del parque. No, él no solía ser de los que echaban cosas en cara, y mucho menos a ti, una persona de quien sabía tenía las de perder a la larga. Pero si hizo mención es por dos buenas razones, al menos, para él. La primera, que era el caso más parecido que recordara. La última cosa donde los tres hermanos trabajaron juntos, y que no consiguieron nada. La segunda razón es, porque si era el mismo cabrón quien lo había hecho, de haberlo detenido aquella vez... ella no estaría muerta.

Y eso, a David, le hacía sentirse culpable.

Sentía que sus fracasos le perseguían. Un hombre mucho más emocional que tu, que creía en su trabajo como herramienta de purga en la sociedad. Y un fracaso significaba un asesino suelto, más víctimas. Una desgracia.

- Le pediré a Marie ayuda. Y hablaré con el Juez que lleve la instrucción para que nos faciliten las cintas de seguridad de todos los comercios de la calle. Declararemos a Marta como desaparecida y pondremos una orden de búsqueda televisada. Si alguien la vio hoy, nos darán detalles de que hacía y por donde. Nos ayudará a reconstruir sus... últimos pasos. -

Suspiró. Estaba afectado, era evidente. Y hundió la cara entre las manos, momento en el que viste que el enfermero que había subido, el cual no recordabas haber visto, se bajaba de la furgoneta con dos bolsas de agua destilada. Pero tu última pregunta hizo que tu hermano levantara la cabeza, y te mirara.

- Eve. - Dijo, manteniendo unos segundos de silencio y apartando la vista de tus ojos.  - Se lo que estas pensando. Pero no caeré en el cliché de negarlo sin más. - Quien se la tira, se la carga. - Éramos pareja desde hacía seis meses. Lo llevábamos en secreto, ya sabes cómo funcionan las cosas en nuestro mundo. - Apoyó los codos en sus rodillas, mirando el suelo.

Asiento en silencio. No digo nada más. No tengo muy claro qué debería decir. Lo siento se antoja tan banal en estas circunstancias...además, no lo siento por ella, realmente, lo siento por él. Y seguramente sólo porque es mi hermano. Marie sabrá consolarle mejor yo, espero.

Sin añadir nada más que un suspiro, me pongo en pie. Luego, con un arrebato de humanidad le aferro brevemente el hombro. No las tengo todas conmigo, pero si no me equivoco, significa todas ésas patochadas que se dice a las víctimas ("tranquilo", "estamos contigo", "lo cogeremos" y demás).

Espero a ver si responde, pero debería ir a ver si Zack ha puesto a sus idiotas en movimiento. Y seguramente me de una vuelta para ver si encuentro algo interesante.

Tu hermano no se mueve al sentir tu mano. No dice nada más, mientras tu mano esta en su hombro. Si se esperaba o no ese gesto humano por tu parte, esta claro que no lo demuestra. Se limita a sostener su columna apoyando el peso de esta en los codos que estan sobre sus propias rodillas. Con la cabeza agachada, como si no quisiera levantarla.

No hay culpa, hay pena.

Y mientras, miras a tu alrededor mirando a Zack, observando que esta allí, quieto, hablando de vez en cuando con alguno de sus lacayos, los policias, que siguen caminando de un lado a otro como si fueran patos mareados. Es evidente que si solo la mitad de los policias allí reunidos tuviera la mitad de tu cerebro, las cosas ya estarían resueltas en muchos de los casos. En muchos de los casos, y en este.

Pero hay algo que te llama la atención. Algo que no te esperas, que es totalmente anormal en una situación como aquella. El enfermero que subió a la ambulancia, aquel que te empujó y tomó las bolsas de agua destilada, habla con Zack, y este asiente. Acto seguido, se acerca al cadaver con intención de derramar el agua destilada sobre el cadaver.

Y recuerdas las palabras de tu hermano, aquel que esta sentado junto a ti, en silencio, derrotado.

Correcto, pero el Nitrato de Amonio produce Cloruro de Sodio en forma de polvo... y este es reactivo al luminol.

Cloruro de Sodio. También conocida como sal, soluble en agua sin mineralización... como el agua destilada. Allí, delante de todo el mundo, se iban a cargar las pruebas del caso de tu vida.

En mi cabeza se produce todo un vals de "what ifs"; Eve saca la pipa y apunta al enfermero...demasiado, Eve pega al enfermero...demasiado. Eve tiene que hacer otra cosa.

- ¡No! - grito simplemente mientras me acerco a Zack y en enfermero

Me planto ante ellos, esperando, rogando con toda mi alma que no hayan arruinado las pruebas. Ha podido ser un error inocente o la demostración de que en verdad hay alguien muy grande detrás de esto. De momento fingiré que me creo lo del error inocente, pero examino al enfermero de arriba abajo con una mirada. Cualquier cosa, cualquiera, podría darme la clave sobre si está enmarronado o no.

- No se os puede dejar solos - regaño con pedantería