Partida Rol por web

Asesinato en Córdoba

III. La huida

Cargando editor
11/04/2014, 00:03
Narrador

Corréis por vuestras vidas entre los casi laberínticos callejones de Córdoba. Las calles, todas ellas estrechas, parecen toda la misma, y eso unido a que non pocos omnes con ganas de acabar con vuestra vida vos persiguen, face que pronto perdáis el sentido de la orientación. Yunus, Zacarías et Ishaq, los únicos que tienen algo más de conocimiento de la zona por sus vivencias aquí, van protegidos por todas partes, et no pueden guiaros.

Desesperados, creyendo pasar ya por tercera vez por la misma calle, un joven, de apariencia judía, llama vuestra atención.

Cargando editor
11/04/2014, 00:05
Joel

-¡Seguidme! -face un gesto con la mano hacia sí- ¡Sé dónde esconderos!

Notas de juego

Tirada opcional de Escuchar normal (+0%).

Cargando editor
11/04/2014, 09:54
Gracián de Alcaracejos

Resoplando como un fuelle d'herrería en plena faena, el gordo Gracián intentaba seguir el ritmo del resto. En combate estático su enorme cuerpo ayudaba, mas en las huídas era una carga terrible. Aún así, perdido entre callejuelas y rincones oscuros el pobre estaba más que desorientado, por lo que no teniendo otro sitio al que recurrir baja la cabeza y se dirige en pos al joven que les prestaba ayuda, mas sin soltar ni maza ni escudo, por si las moscas.

-Buf…buf…buf…bufff…buff…arf…-

- Tiradas (1)

Notas de juego

Como sigamos así, alguien tendrá que llevarme a caballito.

Cargando editor
11/04/2014, 10:36
Martí Carbonell

La caminata por las estrechas calles de Córdoba nos daban un breve respiro tras la enorme reyerta vivida en las afueran del mesón, callejeando de un lado para otro, sin ninguna orientación con la que poder escabullirnos, un joven judío nos manda que lo sigamos.

"¿Que otra cosa podemos hacer?" pienso a la vez que me encamino tras los pasos del desconocido siendo lo más precavido posible, aún con su ayuda, por el momento seguía desconfiado ante él.

Mientras seguimos al hombre, me preocupo por mis compañeros de la guardia -¿Os encontráis todos bien?-

-¿Alguno esta herido?- digo dirigiéndome especialmente a los compañeros judíos.

 

- Tiradas (1)
Cargando editor
11/04/2014, 16:00
Yunus ibn al–A'war

Estamos bien, si... estamos bien... - Respondí al jóven Carbonell. Me aseguré que Zacarías siguiera el ritmo del grupo, y efectivamente así era. El muchacho sabía cuidarse por si sólo. Debía dejar de preocuparme tanto por él y hacerlo más por mi mismo, a fin de cuentas soy poco más que un viejo al que cada vez le cuesta más lanzar un paso trás el otro. Me costaba un horror mantener la carrera y, de no ser por Ishaq y Gracían probablemente ahora sería un cuerpo linchado y sin vida...

Notas de juego

No recuerdo si a mi también me dieron una capa de la guardia, de ser así me la quito y la lanzo en cualquier esquina de algún callejón ;).

Cargando editor
12/04/2014, 10:46
Ishaq ben Abner

Habiendo conseguido salir como ilesos, o esa pareciame a mí, no dudé en seguir a ese tipo en cuanto hiciéronlo mis compañeros alguaciles. Sin duda que continué corriendo con mi cuchillo en la mano. Le preguntaba a Yunus mientrs corría, entre exhalación y exhalación...:

¿Estáis bien, señor?

Cargando editor
14/04/2014, 00:16
Narrador

Escuchas pasos alrededor y susurros. Poco tardas en darte cuenta de que os están rodeando, y que la salida que os ofrece el joven es la única viable.

Cargando editor
14/04/2014, 00:17
Narrador

Escuchas pasos alrededor y susurros. Poco tardas en darte cuenta de que os están rodeando, y que la salida que os ofrece el joven es la única viable.

Cargando editor
14/04/2014, 08:56
Gracián de Alcaracejos

Aún resollando como un cerdo en pleno matadero, Gracián pudo por lo menos farfullar unas breves indicaciones al grupo, señalando con su arma alrededor.- Bufff…bufff….staos alerta…. bufff…. arffff……rodeandonos….. arfff…..arfffff…..única salida….buffff….por donde el joven judío…..aaaaaaarffffff!!!!!!-. Dicho esto siguió haciendo lo que buenamente podía para no tener un paro cardíaco en lo que parecía ser la épica carrera acaecida en Marathon en pos al joven judío que les brindaba lo que parecía ser la única vía de escape.

Cargando editor
14/04/2014, 10:57
Yunus ibn al–A'war

Corría tan rápido como me permitía mi viejo cuerpo; -Estamos bien. Gracias Ishaq. Estoy en deuda con vos. -y seguímos corriendo sin saber muy bien hacia donde...

Cargando editor
17/04/2014, 21:17
Rodrigo de Baena

Acostumbrado estaba a salir por pies, aunque aquella era la primera vez que encontrábase ante una turba borracha y demasiado enfurecida como para entrar en razón. Así que, sin perder de vista a sus compañeros y con un ojo puesto en los rezagados, echó a correr por calles y callejas desconocidas para él, siguiendo a los que iban en cabeza y sin fijarse por dónde pasaba. Todo resultábale igual a Rodrigo y llegó el momento que dudó si no estarían dando vueltas al mismo sitio una y otra vez.

Por suerte, o por lo menos así esperaba y que no resultara una encerrona, encontráronse con un joven judío que pareció querer ayudarles. Si querían salir de aquel laberinto de callejuelas no tendrían más remedio que confiar y seguirle, aunque el joven de Baena empezaba a recelar de todo y de todos.

- Tiradas (1)
Cargando editor
21/04/2014, 18:40
Ishaq ben Abner

Siempre era de de buen recibir el agradecimiento de un hermano hebreo, pese a que no dudara yo en roerles todo lo que pudiera sacarles, que no miraba yo que fueran cristianos, moros o judíos cuando de bolsas y otras cosas se trataba... Et que corrí, ¡corrí!, que tras salir de aquella infamia no miré hacia atrás.

Cargando editor
22/04/2014, 00:31
Pedriño "O Maruxo"

¡Carallo! De tanto correr me ardía el pecho, que subía y bajaba intentando acaparar más aire. El olor a quemado aún impregnaba mis narices. Me había rezagado un poco de os compañeiros conmocionado por la posibilidad de verme apaleado, por el susto de haber matado a aquel hombre con mi espada y por ver mis manos manchadas de su sangre. Tanto fue así que me aguanté como pude a parva en la barriga con tal de no echarla delante de los demás. 

Lo que sí eché fueron las manos a la capa, intentando limpiarme aquel escandaloso vermello. Me alivió ver cómo el viejo médico y el muchacho estaban ya con nosotros. ¡Ni de eso me había dado cuenta! Lo que sí llegó a mis entendederas fue el joven que decía de escondernos. Comencé a recuperar la fé en las historias, contadas no lar do filandón, dónde los probes ayudaban a la soldadesca, a los príncipes y os cavaleiros para que los salvasen de las meigas. Claro, que ninguno de aquellos protagonistas eran judíos. Como mucho mouros, y de esos pocos.

Arrimándome como pude a Gracián le dije entre resuellos:

— Gra...gra..Gracián... ¿esto é siempre así? ¿Correr e recibir pa...pa...palos?

Cargando editor
22/04/2014, 01:05
Martí Carbonell

-¡Apresurémonos!- digo tras escuchar susurros y pasos cada vez más cercanos.

-El gentío parece estar acercándose, pongamonos a salvo cuanto antes-

Me apresuro a seguir los pasos del desconocido que nos prestaba ayuda tratando de seguirle lo más rápido posible y escapar de la muchedumbre de gente que nos perseguía.

Cargando editor
23/04/2014, 02:40
Narrador

Corréis tras el zagal evitando a la muchedumbre que vos rodea hasta llegar a la judería. Justo en ese momento ciérranse las puertas que separan al barrio judío del resto de la ciudad, impidiendo así el paso de unos cuantos que han seguídoos hasta aquí. Sin éxito intentan asaltar la judería, et pronto la multitud acaba dispersándose.

El muchacho vos lleva a su casa. Una vez dentro podéis observar que tiene unas dieciocho primaveras: trátase de un jovenzuelo de complexión normal, con rasgos judíos.

Cargando editor
23/04/2014, 02:44
Joel

-El mío nombre es Joel -se presenta-, et aquesta es la mía casa. Por favor, aguarden aquí un instante. He de ir a buscar al Rabbí Samuel.

Y sin más, el hiperactivo por culpa de los nervios zagal márchase en busca del rabino, dejándoos en el salón de su casa junto a vuestro "amigo" Isaac, quien no ha vuelto a decir una palabra desde que abandonárais el mesón de don Fadrique.

Cargando editor
23/04/2014, 11:43
Ishaq ben Abner

La judería.

Si.

Tiempo ha que viví allí, y salí tan pronto del lugar cuando mi padre llegó que apenas tuve tiempo de decirme "judío" de verdad. Volver era como una carga, como una inexpresión tan pronunciada que hacíame sentir mal; un vacío, un temor, un recelo: tanto o más que si esa muchedumbre nos volviera a perseguir ahora mismo.

Y ahora el rabino... -pensaba yo mientras me miraba la capa de alguacil (cristiano), pese a tener una estrella de David cosida. Miré a Yunus y luego a Pedrinho, que parecía seguir fatigado por la carrera. Tragué saliva y esperé los acontecimientos.

Cargando editor
23/04/2014, 12:59
Yunus ibn al–A'war

Aún estando en la judería no conseguía hallar sosiego. Sin duda el percance en el mesón de don Fadrique nos pasaría factura. Y lo que me extrañaba, además de preocuparme, era que interés tenía el rabino en darnos cobijo y ensuciar sus manos con tal peligroso asunto.

¿Estas bien zagal? -Examiné por encima a Zacarías. Su respuesta afirmativa me tranquilizo.

...aunque una fugaz deducción volvió a intranquilizarme; estaba claro que el mozo que nos había conducido hasta aquí no nos había encontrado por casualidad. ¿Sabría con antelación lo que iba a pasar en el mesón? O quizá todo el revuelo hubiera nublado mi juicio y mi percepción del tiempo... Me sentía algo aturdido...

Cargando editor
23/04/2014, 13:41
Pedriño "O Maruxo"

Case non cabíamos todos naquela casa mais no sería por lo que forcé para entrar, entre resuellos y sudores ¡Y una vez dentro o rapaz judío di que se vai fóra! ¡Vaia por Deus!

Busquei algo que beber e comer, para pasar o tempo y disimular la ansiedad. Aún veía aquel home lleno de sangre. Dábame igual fuese comida de judío, cristiano o perro. Mientras lo hacía di un codazo al pequeño Ishaq:

— ¡Pequeno! Estás no teu lugar ¿non? Digo eu que estarás máis cómodo aquí. - hice una pausa para mojarme los labios, pues tenía necesidad de agua - ¿Sabes onde pode haber un armario con comida ou bebida?

Cargando editor
24/04/2014, 01:08
Rodrigo de Baena

Resoplando por la carrera, Rodrigo tranquilizose sólo cuando las puertas se cerraron impidiendo el paso a los perseguidores, permitiose unos segundos, apoyado en una pared, para recuperar el resuello antes de seguir al mozo, el cual aparentaba pocos años menos que él, que los había conducido por el barrio judío hasta llegar a lo que, según entendió, era su casa.

Extrañose al ver cómo el joven los metía a todos en su casa, mas no dijo nada y siguió a los sus compañeros hasta el interior, dudando si aquello sería una buena idea y no una nueva encerrona, que menudo día llevaban... y eso que aún era el primero. Mientras esperaban por el tal rabino, el de Baena entretúvose en contemplar al hombre que había comenzado todo aquel lío, preguntándose qué carajo pretendía dando aquellas voces. Y, sin poder aguantar la lengua, dirigiose a él para que lo sacara de dudas.

- En buen lío nos ha metido. ¿Acaso pretendía acabar de manera rápida con su vida? Bueno... y de paso con la nuestra.