Partida Rol por web

Asesinato en Córdoba

IV. Desenrredando el enredo

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25/11/2014, 00:19
Narrador

Os ponéis algo tensos al ver la situación en la calle. La gente parece estar perdiendo el control, nerviosos. Si bien ya habéis sufrido en las vuestras propias carnes la psicosis de la marabunta, cuando más de una vez a punto han estado casi de aplastaros tachándoos de criminales, aquesta vez la cosa paresce distinta. Se puede notar la crispación en el ambiente, el miedo incluso. Las gentes miran de reojo al caminar.

La noche discurre tranquila en la posada de Estuarda, donde sigue cautivo el morisco. El pequeño hijo de Martí agradece el volver a ver a su padre, et non tarda en demandar historias fantásticas sobre su padre, el mejor Guardia de la ciudad. Con un ojo abierto puesto en el prisionero, pasáis la noche tan bien como puede pasarse sabiendo que quizás en cualquier momento alguien de quienes vos buscan podría irrumpir en aquella estancia.

Ya en la mañana apenas tomáis desayuno (muy en contra de los deseos de Pedrinho et, sobre todo, de Gracián), et partís en busca de Monseñor Simplicio. Non tardáis en dislumbrar una humarea elevándose entre las casuchas mientras camináis, como ya viene siendo casi costumbre, por calles angostas et poco transitadas, guiados por el astuto judío. Basta una discreta pregunta para enterarvos de que trátase de la casa de don Ramón, que ha salido ardiendo durante la noche, casi al despuntar el alba. Visto lo visto, es mejor que sigáis caminando, pensáis, et alejarvos del tumulto, non sea que de nuevo vos caiga el muerto...

Finalmente Ishaq tuerce una esquina et podéis ver el Guadalquivir, presidido por la ahora Catedral, antigua Mezquita de Córdoba. El asistente personal del Obispo, un omne alto, delgado, et tembloroso (casi parescía mostrar miedo ante la vuestra presencia), vos recibe.

-¿Desean una audiencia con Monseñor Simplicio? Me temo que habrán de esperar. Et, por supuesto, habrán de deponer sus armas antes de entrar...

Notas de juego

Por aligerar, supongo que vais a ver al Obispo, todos juntos.

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25/11/2014, 10:51
Ishaq ben Abner

Andábamos muy cerca de la judería, y en tanto que así era que el cuello de la camisola hícemelo subir, y evité mirar hacia las puertas de ésta, por la que muchos hebreos entraban y salían. Menos mal que la Mezquita sagrada andaba cerca. Era lógico deponer armas en estando en un sitio sagrado, fuera cristiano o musulmán, pero que lo hiciera la guardia de la ciudad era otra cosa. Et más con los aconticimientos acaecidos hasta el momento... Desde luego a mí no me parecía buena idea, mas esperé a que alguno del resto hablara (no lo íba a comentar un pobre judío...).

Notas de juego

Pregunta: sé que la casa del obispo está justo a nuestro lado y en el de la Catedral, incluso que hay un puente que comunica su casa con la misma, por la esquina suroeste. ¿Cabe la posibilidad de colarnos en la casa del Obispo?
 

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26/11/2014, 13:21
Rodrigo de Baena

Tiempos revueltos parecía estar viviendo la ciudad y el de Baena sentíalo en el gentío que caminaba por las calles. Intentando pasar lo más desapercibido posible, caminó junto a los sus compañeros hasta que, por fin, llegaron a la casa del Obispo. El mandato de aquel criado no hízole ninguna gracia a Rodrigo. Después de todo lo que habían pasado y las cuitas en las que se habían visto inmersos, no iba a permitir ahora que le despojaran de su amada hacha y verse indefenso ante el Obispo, por muy hombre de Dios que fuera.

Miró a cada uno de los sus compañeros mientras negaba con la cabeza, dando a entender que por su parte no entregaría tan fácilmente el arma. Mas eran hombres buscados y no podían decir que eran alguaciles. Mal asunto era aquel, aunque si el resto estaba dispuesto a desarmarse para entrar, Rodrigo esperaríalos fuera ojo avizor.

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27/11/2014, 16:35
Narrador

Notas de juego

Se puede, Ishaq, dando alguna excusa al criado para retiraros y pasando una tirada de Sigilo.

El criado espera la respuesta de los demás. Yunus (ergo Zacarías) y Martí están dispuestos a entregar sus armas. Estaría bien que al menos uno de vosotros entrara a hablar con el Obispo para no tener que pnjotizar la conversación entera xD

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27/11/2014, 19:47
Ishaq ben Abner

No tuve tentación alguna de esconderme lo que llevaba encima: una honda y un cuchillo. Me sacudí los bolsillos llenos de tierrilla, fruto de meter ahí las piedras que luego hube lanzado, en alguna ocasión no ha mucho, digno de olvidar cuanto antes... Empero que no era cuestión de turbar la calma en la mezquita-catedral, que díle los "utensilios de justicia" al asistente. En no yendo el primero, díle un pequeño toque al judío Yunus, y le dediqué unas palabras por lo bajo.

Dudo mucho que nos dejen entrar si nos miran más de la cuenta... Será mejor que hablen los cristianos, ¿no lo cree usted? -le aconsejé-.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Estaría bien que al menos uno de vosotros entrara a hablar con el Obispo para no tener que pnjotizar la conversación entera

No estaría mal que fuera Pedrinho o también Rodrigo. No creo que el su Ilustrísima quiera hablar con un pobretón judío (probesico Ishaq...). Aunque yo más bien me refería a poder fisgonear en su casa, colándonos, vaya...

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28/11/2014, 22:14
Rodrigo de Baena

Rodrigo quedose mirando a Pedriño esperando alguna reacción por su parte. Él no era ducho en la palabra y no quería deshacerse de su arma, aunque si no quedaba más remedio tendría que hacerlo aunque fuese a regañadientes. No era tan tonto como para no darse cuenta que el Obispo no querría hacer tratos con judíos, y mucho menos con judíos de baja ralea, así que pocos quedaban para tal cometido.

-Entonces ¿entramos todos? -No le hacía ninguna gracia pero, ahora que pensábalo con más detenimiento, quizás no fuera buena idea quedar él solo allí esperando, al fin y al cabo ahora andábanlos buscando.

Pero ¿y si el Obispo enfadábase y mandaba buscar a la guardia? Entonces tendrían que escapar a carreras y desarmados. Difícil dilema para el joven Rodrigo. Escapar se le daba bien pero su hacha era uno de sus bienes más preciados. Quedose con la mano en la empuñadura, dudando si entregarla, como bien había hecho el judío, o mantenerse en su primera idea de quedar allí apostado.

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29/11/2014, 11:41
Narrador

Notas de juego

Me refería a que, dando una excusa al guardia para "quitaros de enmedio" y pasando una tirada de sigilo, podríais colaros en la casa del Obispo a fisgonear. Él ahora mismo está en la catedral, que es donde no os dejan entrar con armas.

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01/12/2014, 10:44
Ishaq ben Abner

Notas de juego

Vale, pues en cuanto nos dé permiso para entrar, pese a que me he desarmado, le intentaré dar una excusa ;) A ver si cuela.

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01/12/2014, 22:56
Narrador

El médico judío et el suyo aprendiz ficieron uso de la razón et de Ishaq, et prefirieron en su condición de judíos non entrar en aquel templo otrora musulmán et agora cristiano, esperando en un lugar apartado a que terminaran los suyos compañeros de facer averiguaciones. Martí parescía dispuesto a entrar, así como el corpulento Gracián. El omne parescía impaciente esperando una respuesta.

-¿Et bien?

Notas de juego

Recordad que quizá podáis usar "Esconder" para ocultar algún arma pequeña.

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09/12/2014, 21:28
Rodrigo de Baena

Con un suspiro de resignación, Rodrigo soltó el hacha del cinto y entregola al hombre que, ya con gesto impaciente, esperaba nuestra decisión. Sólo esperaba que la decisión que acababa de tomar no fuera la equivocada y que, si necesitaban salir a la fuerza de allí, a pesar de ser lugar sagrado, pudieran hacerlo con los puños pues con las armas no podrían.

Pensó si esconder el cuchillo que usaba para cortar el queso, pero acordose que lo llevaba en el saco con sus pertenencias, así que ni siquiera con él podría contar. Sintiose desnudo una vez que vio el su hacha en manos del criado pero nada podía hacer ya. Girose para mirar a Pedriño y ver si él le acompañaría.

-Vamos pues.

No era ninguna pregunta sino más bien una afirmación, así que dispúsose a seguir al criado ante la presencia de Monseñor. Si el gordo no le seguía mal iría, pues el de Baena con la labia sólo podía enredar más las cosas. Maldita sea.

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10/12/2014, 12:39
Ishaq ben Abner

Notas de juego

Cuando entren todos yo intento escabullirme, máster.

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12/12/2014, 14:57
Narrador

Tira Sigilo.

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13/12/2014, 17:28
Ishaq ben Abner
- Tiradas (1)

Notas de juego

Menos mal que declaré suerte... ^^'

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16/12/2014, 16:14
Narrador

Non tiene Rodrigo la suerte de poder esconder el suyo arma, de modo que se ve obligado también de entregar el filo que intentaba ocultar.

Pasáis todos (a excepción de los judíos) al interior de la Catedral, donde el Obispo vos recibe, con rostro serio.
 

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16/12/2014, 16:18
Monseñor Simplicio

-¿Et bien? ¿Puedo ayudarvos en algo, hermanos?

El omne non paresce precisamente simpático, aunque tampoco es que aquello sea una característica propia del clero.

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16/12/2014, 16:19
Narrador

Con disimulo et algo de maña, el joven Ishaq consigue colarse en los aposentos del Obispo, dejando que mientras tanto sean los suyos compañeros quienes entrevisten a Monseñor Simplicio. El joven judío, impresionado con la parafernalia religiosa que adornaba la estancia, así como todo tipo de lujos, no da crédito a tanto oro como hay en la habitación. Una enorme caba preside la habitación, con incrustaciones de oro en la madera et lujosas ropas de cama que parescieren de algún telaje caro. Un escritorio de madera noble encontrábase a su lado, junto a una lujosa silla tapizada con lo que paresce terciopelo granate. Sobre el escritorio descansa una pluma de halcón junto a unos cuantos papeles y una Biblia.

En el extremo opuesto de la habitación, un enorme armario ocupa casi la totalidad de la pared, extendiéndose casi hasta la puerta.

Un olor extraño la inunda. Paresce que huele a humo, o a cenizas, como si algo hubiese sido quemado recientemente.

Notas de juego

Si quieres investigar la habitación, di por dónde buscas. Si no se te ocurre nada, puedes tirar Descubrir.

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17/12/2014, 10:06
Ishaq ben Abner

Quedéme anonadado. Ni en los sueños de José alguien podría descubrir cuán gordas habían sido las vacas para éste hombre, fuera obispo o simple cura cristiano. Miraba a todas partes, como exhausto de mirar todo aquello sin poder siquiera tomar nada sin que se diesen cuenta. Y es un chivato como uno era de otros judíos había malvivido siempre, et aquello non era vida; empero que ahora, llenos de problemas hasta el cuello, se me brindaba a ver aquel portento de oro y riquezas. Tentado estuve en sentarme en el lugar, mas no era prudente. Et aquel olor... ¿habría el obispo quemado algo que fuere relevante? Acerquéme al escritorio, et divisé bajo él, et sobre él, junto a la pluma y otros folios..

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18/12/2014, 16:05
Narrador

Que había alguna pelusa, pese al lujo de la habitación, es lo único que puedes descubrir bajo el escritorio.

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19/12/2014, 19:14
Ishaq ben Abner

Non podía discernir de dónde procedía aquel olor, ¿qué habría pasado allí dentro? Cualesquiera que fuera la trama habría dádola casi por perdida, pues en todo aqueste sitio había tanto por lo que comenzar a preguntarse que... Et que aquello además podría impedirme encontrar alguna pista del embrollo del Gremio de los Tejedores. Busqué por el armario, bajo el escritorio de nuevo, en algún cajón, et moví mobiliario fino y algunos objetos (tentado incluso en llevarme algo de allí)...

- Tiradas (1)

Notas de juego

He tirado por Descubrir a nivel general.

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21/12/2014, 14:19
Pedriño "O Maruxo"

Atrás deixé as miñas armas. ¡Ay!¡Se o meu pai se enterase! La su filosa en manos del mozo de un cura. Pedriño quitose el sudor de a frente, entre nervioso y divertido. Ademais, o estómago pedía máis comida, pois tanta trasfega por Córdoba, con pouco máis que o almorzo en la barriga, non le sentara nada ben.

Aquelas cousas do clero non é que le intimidasen, pois en Galicia sabian moito de tratar cos da iglesia, pero falar directamente con monseñor, fixo saír su tartamudez. Tratando de ser respetuoso, puso rodilla na tierra, que eso era lo que se facía y besó o anillo del cura. Decidió ir al grano.

—Bos días, monseñor Sim...sim...simplicio.— dijo levantándose trabajosamente— Sabemos que e un omne muy ocupado, et no queremos facerle perder o tempo do dedicación al señor. Venimos do gremio, de parte del finado Don Honesto. ¿Non sé si sabéis do que aconteceú al...al...al probe?

Aguardó a ver la cara del obispo antes de soltar a pedra de las donaciones, más que nada para ver si reconocía alguna cosa el hombre de iglesia, mais Pedrinho era xoven e inexperto et non sabía de leer os rostros. Quizá sí lo ficesen os sus compañeiros. Aquel asunto era extraño cuanto menos.