Partida Rol por web

El sol brillaba con fuerza sobre la pequeña ciudad de Berniz, su luz reflejada en las casas hechas con ladrillos de barro, dejándolas en un tono mucho más claro y dorado de lo que eran de verdad, además de causar cansancio en la vista de aquellos intrépidos, o estúpidos, lo suficiente de caminar con la cabeza desprotegida.

Más que una ciudad, aquel sitio no pasaba de una aldea pesquera sin mucha importancia. Las ruinas que la rodeaban, de torres y estatuas, dejaban claro que Berniz debió ser en un pasado alguna ciudad importante para el comercio de Akhan, pero ahora no era más que la carcasa de lo que había sido un día. Sobre las edificaciones originales de la ciudad, nuevas y más recientes construcciones habían sido erigidas sin darle atención al detalle y cuidado que habían sido depositados en los edificios originales, por lo que era común de verse chozas y pisos de madera o incluso tejido.

Era extraño que el Caza-Talentos hubiera marcado aquel punto como lugar de reunión. No era nada más que otra aldea sin importancia. Sin embargo, allí estaban ellos.

El Caza-Talentos te conoció a un mundo de distancia de donde te encuentras ahora. Vivías en una de las ciudades-estado de Irongross, cerca a Mirtza, donde apenas tenias dinero para sobrevivir con tus espectáculos callejeros.

No tienes ni idea de que atrajo la atención del Caza-Talentos hacia ti, pero un buen día te visitó en la choza, con una sonrisa alegre y ojos brillantes de expectativa, pidiéndote que le hicieras un espectáculo en cambio de algunas monedas. Por un momento, temiste que fuese algún ciudadano que robaste y que ahora quería vengarse, pero no, por lo contrario. Tras decir algo así como "un talento así desperdiciado..." te ofreció una propuesta.

- Y si en vez de pudrirte de asco aquí en este fin de mundo, no te vienes conmigo y te enseño como usar tus habilidades para ganar fama y dinero? - 

Aceptaste sin titubear, y al siguiente día, estabas en un barco dirigido al sur de Mirtza. Tardaste algunos días en llegar, y el viaje en general fue muy estresante, pero por fin, habías llegado.

El Caza-Talentos se llamaba Elihu Alexey, y lo conocías bastante poco. Era un tipo muy alegre y soñador, ex-mercenario o algo por el estilo, que te había contactado mientras viajaba por los dominios del Imperio Irongrad.

El sujeto era obscenamente adinerado, y te había ofrecido una buena cantidad de dinero para que le hicieses algunos encargos en el Este del continente, en Mirtza. Por lo que entendiste de lo que te había contado bien resumidamente, estaba en busca de individuos para crear una especie de hermandad, aunque estas seguro de que en realidad es algo bastante diferente de eso. La propina es buena y además podrás conocer el mundo y salir de ese antro de decadencia que es Irongrad. No hay nada a perder, cierto?

Con eso en mente, aceptaste el viaje pago de Elihu a Mirtza, y tras algunos meses de un muy cansino viaje, tu barco atracó por fin en la ciudad de Berniz, donde supuestamente Elihu te estaría esperando.

El Caza-Talentos es un señor llamado Elihu Alexey, y lo conociste apenas de nombre y vista cuando cierto día visitó tu oficina en la ciudad de Hertucide. Aunque fuese ya un hombre de edad, se parecía un niño asombrado al ver tu golem Burj, analizándolo de cada angulo posible y haciendo anotaciones.

Sabiendo que no se encontraba en tu oficina para encomendar nada, le preguntaste a que se debía su visita, y te explicó algo sin mucho sentido sobre su plan en crear una suerte de hermandad para individuos talentosos. No le diste mucha importancia y estabas listo para expulsarlo, hasta que te ofreció una cantidad generosa de dinero en cambio de que trabajaras para el en algunos encargos.

Aceptaste, porque al fin de al cabo, los materiales de herreros no se compran solos, y quedasteis en encontraros en la ciudad de Berniz, al noroeste de Hertucide. El viaje no seria seguro, ya que Berniz quedaba en la borda del desierto de cenizas, pero pudiste encontrar una caravana que estaba a camino, llegando a Berniz tras algunos pocos días con relativa seguridad.
 

El Caza-Talentos se llama Elihu Alexey, y es un ex-mercenario que buscaba gente talentosa para montarse una especie de hermandad, parecida con un grupo de mercenarios, pero compuesta de individuos con talentos diversos.

Conociste al hombre cuando decidiste tratar de expandir tus escuelas hasta los limites de Irongross, encontrando dificultades por la falta de contactos. Por suerte, una prima de una amiga de un colega de trabajo te contó acerca de Elihu y de como estaba de pasaje por una ciudad al sur. Supiste que el hombre era increíblemente adinerado y que estaba pagando personas para hacerle encargos.

Lograste encontrarte personalmente con el, y aunque no tenia mucho tiempo disponible para escuchar tus ideas, pareció entusiasmado con que hubieras optado por pedirle ayuda y te orientó a buscarle en la ciudad de Berniz, Mirtza, en cierta data donde podrías encontrarlo.

Usando tus ahorros, dejaste tus escuelas a cargo de tus discípulos mas fieles y te fuiste rumbo Berniz en un viaje de barco que tardó varias semanas.

Ya te habías empezado a acostumbrar con los mareos marítimos cuando llegaste a Berniz.

Las embarcaciones flotaban suavemente en el muelle de Bernis. El olor de pescado y el sonido de los trabajadores sacando las mercancías y reponiendo sus barcos llenó los sentidos de los viajantes mientras cada uno pisaba en tierra firme, oficializando sus llegadas a Berniz por primera vez.

El sitio se hallaba bastante concurrido con mercaderes y vendedores, además de otros viajantes pintorescos que habían decidido viajar junto de los barcos mercantiles y también bajaban a Bernis por sus razones singulares. Delante del muelle, las casas y construcciones eran algo separadas y construidas de forma algo caótica, rodeando los restos de un pilar lleno de jeroglíficos que había sido erigido por el Imperio Akhan en la antigüedad. 

De pie, arrimado a un arco de piedra que llevaba al interior de la ciudad, se encontraba el Caza-Talentos Elihu Alexey, vistiendo un colorido manto azul, rojo y dorado impecable, dejando claro su riqueza, y al mismo tiempo, su valentía en usar ropas tan llamativas en un ambiente urbano donde muy fácilmente podría ser atracado a cualquier momento.

Bajaba del barco jalando una enorme caja que se encontraba en una plataforma con ruedas, se dispone a caminar en direccion hacia donde el cazatalentos le había indicado evitando lo mas posible a la multitud, con una cara algo amargada por el viaje y con una actitud de no querer de estar del todo ahí. "Estupida ciudad..." pensó, "Podria estar perfectamente en mi estudio... solo espero que la paga sea buena"
- hey cuidado! - Dice a un tranceunte que se acercaba demasiado

Un joven ushino bajo del barco acompañado de los marinos entre carcajadas, mientras les ayudaba a bajar algunas cosas que se veían algo pesadas para su frágil aspecto, pero no parecia importarle.

Poco despues se despidió de ellos con una radiante sonrisa lupina.
Lo cual los marineros le respondieron con calidez, mientras el ushino se alejaba corriendo.
Se sacó de debajo de su ropa unos dátiles que les había robado como acto de picardía entre tantas que habían traído.
Jugo con ellos en su mano, disfrutando de aquel nuevo lugar…
"-el pueblo donde había vivido, estaba muriendo… y yo con él."

Respiró hondo sintiendo emociones en cantidad, finalmente fijó sus ojos en una presa, sonrió, vio a unos niños humanos hambrientos, se arrodillo y les ofreció los dátiles.
Desconfiados los niños le quitaron los dátiles de su mano de un manotazo y se fueron corriendo… sintió miedo salir de ellos, cosa que le entristeció, pero uno de los niños volteo y le gritó ”- Gracias señor!!” y le sonrió. El ushino vio eso y se le llenó el corazón de felicidad, decidió alimentarse del niño que palideció al sentir que la alegría de los dátiles y de tener algo para comer era devorado por algo ajeno a su comprensión, se quedó con la mirada perdida unos momentos, y se puso a llorar, siendo finalmente llevado a rastras por otro de los niños.
El ushino no se sentía orgulloso por lo que había hecho, pero agradeció al pequeño por haberle “alimentado”, relamió el sentimiento y camino hacia el punto de reunion que el cazatalentos lo había convocado.
Lo vio desde lejos apoyado en el marco de piedra, se movió ágilmente entre el mar de gente. Al llegar con el, Ameri se veía menos delgado a como había llegado.
Le sonrió al cazatalento, con algo mas de vida en el cuerpo a como lo había encontrado por primera vez en ese muelle casi abandonado. 

"- Le he hecho esperar?" pregunto con una pequeña sonrisa revelde y amigable, mientras arrugaba la nariz, como si le olfateara.

La visión de la ciudad me inquieta profundamente....Por una parte, estaba feliz de llegar a mi destino y ambadonar el bendito barco de la muerte. Pero....por otra parte... estaba aún fresco en mi mente los pormenores que pase en la embarcación....... ¡ más que relajarme al mirar el mar, esta me ponía nerviosa!

Ese subir y bajar del camarote era un dolor de ojos, y si añadimos el calor......¡Uf! ¡una tortura! ¿Cuánta veces limpie mis sábanas ante la traición de mi cuerpo? ¡Ahy que ni que limpiará por 3 horas seguidas, quitaba el olor de mi propio vómito!.

Apreté mis puños mientras aún recordaba la pasada noche.... Pero tenía que controlarme. No podía caer en mi vicio de nuevo, tenía que ver el lado positivo. Sin complicaciones, sin pelear y sin "Desagradables" en el barco. Todo aburrida y normal, tal y como debe ser un buen viaje.

"¡Pero eso no me interesa! ¿Para que venir desde tan lejos, para...para ..ESTO!"-Pero fallo, la ira me acelera el corazón cuando veo el pobre estado de la casas...y....aquellos colores tan llamativos, me desquite en mi propia mente-"¿¿Es que quieren espantar a los ladrones dejandolo ciegos?? "- Pero tras aquel pensamiento negro, que yo agitó la cabeza de frustración-"No, aquí no. Controlate, cuenta...uno...dos...tres... cuatro"-Segui contando en mi mente, mientras respire por mi nariz y empeze exhalar lentamente. Seguí caminando no mirando las casas, si no al piso. Haciéndolo rítmicamente, los números serían mi compas.

"Bien.....ahora olvida el pasado. Mira el presente. Aquí está el, es mi oportunidad"-levanto la mirada y veo donde está el caza talento. Notando con interés su buen traje de seda y de oro. No sabía nada de él, pero este debió no haber salido mucho de su casa. Le hace falta discreción.

Busco en mi bolsillo un papel y con un pulso temblorosa escribo en el-"¿ESTAS DEPRIMIDO ? ¡MIRA QUE LLEVAR ESE TRAJE EN PÚBLICO ES UN PELIGRO, TE VAN A ROBAR POR GAFO. "-Tras terminar, voy hacia el y le entrego el papel. Mientras sonrió, pero con cuidado. No quiero que vea el hueco de mis dientes. Pero no me sale bien, ya que había otros extranjeros a lado suyo. Uno le miro de arriba a abajo con rapidez,era un USHINO..

Volteo el rostro para no verlo. Respiro y vuelto a contar en mi mente, para estar más segura me alejo dentro de lo posible de el, pero sin dejar atrás al casa recompensa.

Elihu salió a camino del grupo al verlos dirigiéndose hacia el con una amplia sonrisa de oreja a oreja. Al estar a una distancia más corta, extendió los brazos, casi golpeando a un traseúnte en el proceso por accidente.

- ¡Por fin llegaron! ¡Bienvenidos a Berniz, señores! ¿Tuvieron un buen viaje? ¿Mucho mareo? - Preguntó con entusiasmo, caminando hacia cada uno de los integrantes y apretándoles las manos con vehemencia. - Deben estar cansados, pero no os preocupéis, ya os tengo hospedaje y comida preparada. - Detuvo su parloteo al ver lo que Dido le había dicho con su ortografía temblorosa, dejando escapar una carcajada. - Te preocupas demasiado, Sra. Malik. Estamos en plena luz del día, no es como si esta ciudad fuese el mayor vertedero del mundo, aunque lo aparente. - Entonces, dio una palmada en el cinturón de cuero que llevaba, enseñando la espada que traía enfundada. - Además, vengo protegido. - Su mirada regresó al resto de los presentes. - Uno, dos... Falta uno aquí... - Volvió a mirar al muelle, notando a Apolo entre la multitud, y con energía empezó a gesticular para que se acercase.

Sonrió brevemente al son de las palabras de Elihu. Con el gesto, es visible sus dientes amarillos y rotos, con un hueco en los incisivos. Una pequeña bocada de aire sale de este, una suspiracion breve y rapida de su pecho. Si tuviera lengua, sonaría como un gruñido.

-Ya, canoso y extrecho. Musculos fuerte, pero a la vez rigidos. Este debio recibir su buenos coñazo en el cuarte, ¡roncar de noche es un pecado!-Pense, al mirar con interes la pequeña arma que tiene en su cinturo. Pero aun no me sentia muy comoda, el sentido de superioridad es muy peligroso. Como un veneno, intoxica la mente y lo hace imprudente.

Pero....era un señor viejo como yo, tenia experiencia buenas y malas. Asi que....si seria verdad que ha tomado precauciones, pero....la vejez tambien enseña a oir a otras persona. tengo curiosidad, ¿que tan sabio de ser ?.

chasqueo las manos y señalo la hoja que le di, mueve el indice indicando que se acerce. Espero que me de la hoja, volteandolo, escribo en ella otra letra grande y tembloroso. Una lengua muerte, si señor.

-PENSAS COMO YO, CUANDO FUI A LA GUERRA. RODEADO DE MIS CAMARADAS, CODO A CODO BAÑADO EN SUDOR. ¿QUIEN HUBIERA IMAGINADO QUE NO VERIA LA FLECHA VENIR A MI BOCA ? EL NUMERO NO ES SIGO DE SUPERIORIDAD.

Se la doy, aun ignorando el ushino. Mientra espero su respuesta, mis ojos se enfoca en el Bastemis. Por la confianza en su rostro, debe ser un jovencito. Es tipico de los jovenes, se creen invisible y no es hasta que sucede una calamidad que cambian. Luego miro al sombredero, un vena se marca en mi rostro viendo su sombrero-¡Un genio! ¡Semejante tamaño, crea una sombra que protege su cuerpo ante el sol! ¡Voy a robarle la idea!.

Luego, asisto ante la invitacion de Elihu. Es un verdadero rico, no todo los dias tengo oportunidad de probar comida exotica en otras parte. Habia oido, que los Bastemis tienen conocimientos de 10000 cosa, entre ellas como dejarse robar por humanos.

-ESTOH, ¿LOS USHINOS COMEN ? CREO QUE ELLOS NO NECESITAN COMER. ¿COMO SE HACE ALLI ?- Le paso otra tarjeta al Caza talento, sabia la respuesta de antemano. Pero prefiria no comer en la misma mesa que ese...USHINO

El ushino se vio extrañado al ser invitado a comer, miro al cazador de talentos y acepto sin dudarlo con una gran sonrisa. 

Es la primera vez que me invitan a comer, no se que responderle, gracias gracias.

Tomo la mano del señor y la estrecho agradecido, le mantuvo la mirada un tiempo y libero la mano de entre sus manos delgadas, cuales uñas negras se movieron naturalmente para evitar lastimar a su afitrion.p

El ushino vio que estaba haciendo una escena y se apartó del afitrion, aunque tenía aspecto de quererlo abrazar.

Tenia aspecto de haber pasado malos tiempos.

Miro con algo de vergüenza a los demás "talentos" y volvió a hablar con el cazador de talentos.

Llevo las emociones a flor de piel, trataré que no se arrepienta conmigo.

Sonríendo un poco más, viéndose más seguro. Mira a una anciana de piel roja y sintió sabor amargo, trato no verla mucho y tratar no pensar en ella. El lugar era hermoso, y todas las personas de alguna forma le estaba llenando por dentro, nunca había visto tanto movimiento. Pero le resultó dificil apartarla de sus pensamientos a la extraña anciana de piel roja. Algo aferró este sentimiento entre sus garras y se lo llevó a una parte oscura en su cabeza.

Cuando logro apartarse de los sentimientos de la anciana, poso su mirada en el Bastemis, al igual que la anciana era la primera vez que veía uno de su clase… y le resultó raro no sentir nada emanar de el.

Se le quedó viendo con ojos curiosos, se hacerco a él esquivando la caja aún manteniendo su expresión. Sonrio mostrando sus caninos y le extendió la mano con unas uñas que parecían más garras.

Ameri, de mirtza… alegra ver alguien como tú, el mundo aún me sorprende.

Su palabras sonaban sinceras. Aún así no sintió nada de el. El ushino le vio aún más curioso con el bastemi, y lo dejo tranquilo.

Después de presentarse, salto sobre las puntas de su pie de un lado a otro lleno de energía y algo ansioso. Aunque se mantenía alejado de la enana, se sentía mal cerca de ella, pero trato de ocultarlo.

se quedaba mirando al variopinto grupo que el cazatalentos habia reunido, su miraba expresaba tanta curiosidad como un ligero desagrado por los que posiblemente tendrian que ser sus compañero, finalmente se detiene frente al cazatalentos dejando la enorme caja detras de el, los presentes podian distinguir mejor la apariencia del bastemi, lucia una especie de pechera de tela con colores blancos y azules con "gemas" doradas intentando asemejar al oro pero se notaba que no eran mas que cristales tintados, de la cintura para abajo tenia una falda plisada del mismo color, no parecia tener calzado aunque no demostraba molestia alguna por el calor, en los brazos lucia unos brazaletes metalicos que llegaban de la muñeca al codo algo ornamentados, los mas observadores podian distinguir un simbolo semejante al del antiguo imperio bastemi en  la parte interna de estos. 

por andar distraido analizando a sus compañeros no se habia dado cuenta de que el cazatalentos se encontraba hablando
-e-eh? comida? si si, sera un gusto aceptarla pero... si eh llegado a la reunion correcta no?-

"porfavor dime que estos solo son sus asistentes... tranquilo ashen.. manten la compostura" pensaba el bastemi mientras volvia a poner una exprecion seria y orgullosa

-Ehem, disculpe mis modales, es un gusto poder volver a verlo en este.... "lugar"... me alegra que haya tenido la vision y la sabiduria de invitarme a esta reunion, estare gustoso de aceptar la comida- 

Le sonrie demostrando un ligero aire de superioridad mientra le extendia la mano pero la regreso al ver como el ushino se acercaba

-y sobre el hospedaje... que tipo de lugar sera? y que tan seguro sobre todo-

dice con la cabeza alzada demostrando demasiada confianza para alguien que aun dudaba de la seguridad del lugar, pero mas bien lo hacia para evitar contacto visual con otro que no fuese Alexey

Elihu gesticuló para que el grupo lo siguiera, cruzando el arco y empezando a transitar por las calles polvorientas de Berniz. 

- Ya os enseño donde os vais a hospedar, y aprovechando, almorzamos. - Se rió consigo mismo, observando la mirada del grupo y observando sus comentarios. - ¡Venga, venga! No os agobiéis, la ciudad es fea, pero no es peligrosa... No para ustedes, al menos. Os llamé porque se que sois individuos los cuales saben cuidar de si mismos. ¿No os dije a cada uno que buscaba personas talentosas? Ladrones solo asustan a quien no tiene ningún talento. Ustedes están por encima de eso. -  Dijo, sonando alentador.

El centro de la ciudad no era más prometedor que el puerto. Había, justo en medio del lugar, una estatua de piedra tallada con el formato de una mujer con cabeza de vaca, la diosa de la fertilidad Bastemi.

Habían algunos barracones vendiendo comida y tejidos, además de algunas gallinas sueltas por el centro. Elihu no se detuvo por mucho tiempo en aquel sitio, tomando una calle y alejándose hacia una parte más antigua de la ciudad y menos transitada.

El Caza-Talentos se detuvo delante de un edificio de dos pisos perteneciente a la antigua Berniz y aparentemente restaurado para mantener el estilo del edificio viejo. Enredaderas verdosas cubrían una de sus paredes frontales, y un pequeño pozo se hallaba cerca de este, donde algunas mujeres Bastemi recogían agua.

Sobre el edificio, había también un pequeño terrazo. Un montaje de madera juntado con enredaderas hacia con que el terrazo tuviese una buena y agradable sombra, aunque desde abajo el grupo no podía ver muy bien todos sus detalles, porque era cubierto por un tejido rojizo que colgaba desde la parte superior del montaje.

Elihu extendió los brazos para enseñar la casa. 

- ¿Veis? No es todo tan horrible en Berniz. La casa es de un viejo compadre mio, venid. - Les dijo, haciendo una mesura a las Bastemi y caminando hasta la puerta de la casa, golpeando esta tres veces. 

La puerta fue abierta por un hombre tan alto que tendría que inclinarse si quiera pasar por el marco. Debería tener cerca de la misma edad que Elihu, o quizás un poco más joven. Calvo, con barba negra y rostro cuadrado. Lo que más llamaba la atención en el era su tamaño y su masa, porque era alguien muy fuerte, con brazos del tamaño de leños. De un tortazo, podría fácilmente tumbar cualquier uno del grupo.

- Ah, pues son mas delgaduchos de lo que pensé. - Dijo, sin saludar, al ver al grupo. - Venga, entrad. La comida está lista en el terrazo. - Les ofreció una sonrisa tranquila antes de apartarse de la puerta para permitir el paso del grupo. 

El joven ushino se mantuvo cerca de Elihu durante todo el camino hacia la posada, como un perro callejero al que le hubieran tirado un hueso.

Se le veía maravillado de las casas altas y burdas.

Cada tanto sonreía y saludaba a los humanos que pasaban cerca de el de forma amigable, quizás demaciado amistosa, para ver cómo estos se alejaban de el. Dejaba caer las orejas un poco expresando algo de pena, para poco después intentar hacerlo con otras personas mas.

Era fácil de ver qué era la primera vez que estaba en un área tan poblada. Pero se notaba a flor de piel que le encantaba el lugar, y de alguna forma le estaba dando nueva vida al demacrado joven, se podía ver qué estaba mucho más sano a como había llegado.

Al llegar a la posada vio el lugar, guardando silencio, Oliendo curiosos cerca del cazatalentos y a los demás. Detrás de el su cola se movía de un lado a otro. Y espero a ver qué haría su afitrion.

Elihu al tocar la puerta, sintió a alguien corpulento detrás de la puerta de la posada, por lo que no se sorprendió al ver a Sam salir de la casa. Ni sintió miedo, ya que dentro del corpulento señor no tenía malas intenciones. 

Le saludo desde atrás de Elihu y se acerco a Sam con intención de estrecharle la mano. y vio la diferencia entre sus manos. Ameri, un gusto, bien alimentado señor.

Al ver Sam no respondió su saludo, le aproximo la cabeza en un gesto como si hubiera tratado de pedir unas caricias en su cabeza de forma sutil.

Volvió detrás de Elihu, con pasos ágiles y de punta de pie, y les dejo que siguieran hablando. Al escuchar que la comida estaba lista, sonrió un poco y vio que quería contener la emoción, pero su cola le traicionaba. Mordisqueo un poco el aire ansioso y babeando, haciéndole agua la boca pensando en que le darian.

Al dejarle pasar fue el primero al llegar a la puerta, pero espero a que Elihu pasará antes. Se mantuvo dando pequeños saltos en su lugar, hasta que pudo entrar.

Anote en mi mente, el hecho que halla ignorado mi comentario. Obviamente este sujeto le debe gustar los Ushino, no estuvo en los dias oscuro cuando unificado por un mismo ideal. Atacaron y destruyeron a todas sin piedad alguna-A mi no me engañan, su orejas y cola, (aparte que innecesaria es, cualquiera te la pisa en combate y ya tenes convulsiones gratis...de hecho...podria pisarlo y fingir que no fue intencional....pero mejor no, soy mala en cuestiones del sigilo. Tampoco quiero llamar la atencion, el visto de la muerte que haga el resto.) son todos una armas muy peligrosa.

Luego, en el camino hacia la posada, sentí como mis pierna temblaron un poco por cada paso dado. Sin duda necesitaba un descanso, el mareo no se habrá ido completamente pero no podía retrasar el grupo...a menos que.....

¡La estatua! ¡No se quien sea, pero eres perfecta! Claro, no te dieron otro uso practico, que no fuera el de embellecer el lugar artisticamente. Por lo menos tenia esa intencion, no como esos colores amarillos. El arquitecto tiene sentido comun, pero igual....

De forma brusca, muevo mi brazo para que se estrellara débilmente a las piernas del Bastemis. Luego, yo señale la estatua y para completar el mensaje indirecto, mueve la mano hacia a mi persona con la palma abierta. Luego agito la palma unos segundos y para terminar, meneo lentamente la cabeza hacia la izquierda. Esperaba que fuera suficientemente inteligente para captar el mensaje. Me quedo alli mirando al Bastemis esperando que me de la respuesta, momento ideal para hacer descansar unos momentos.

Cita:

Abri la boca, mostrando mi falta de lengua. Asistiendo la cabeza. Para comunicarme con el, hago el gesto de mostrar musculos en los brazos y tocarlo con mi mano, para asi señarlarlo a el. Le aplaudo y alli entro a la casa.

Observo todo el lugar. El cazaRecompensa dice que no pasara nada, pero aun no me fio. Pero sin importar que pasara, me siento lo mas lejos posible del Ushino.

Allí estiro la pierna desde abajo de la silla y hago una suspiracion de alivio. Era una caminata corta si, pero mi cuerpo ya no esta para tanto. La comida sera buena para recomponer lo perdido en el dia de hoy.

"Es imposible que la siguiente sea cara."

Decía Apolo mientras el marinero frente a el lanzaba una moneda al aire y la atrapaba una vez estuvo a la altura adecuada, el marinero vio el resultado en la moneda y frunció el ceño ante el resultado.

"!ES IMPOSIBLE!, NI SIQUIERA ESTAS VIENDO!"

El marinero insulto y ladro mientra Apolo se llevaba el anillo del marinero como premio.

Apolo bajo del barco y "miro" a todas direcciones buscando al Caza-Talentos, no fue hasta que camino un poco perdido que pudo toparse con su objetivo.

Se acerco algo confundido al grupo y centro su atención en Elihu.

¿Eres el caza-talentos, no?, soy yo Apolo, perdón por tardar aveces me distraigo con algo mas.

Realizo una reverencia ante Eliuh, aunque su sombrero se entrometió un poco, con su presentación hecha procedió a seguir al grupo por toda la ciudad, admirando el lugar y las los habitantes, aunque decir que el "admiraba" seria la mejor forma de definirlo, para otros solo seria alguien con un sombrero enorme que lo movía de un lado al otro como si algún loco se hubiera puesto a desfilar en las calles

No fue hasta que llegaron al lugar en donde se hospedarian que empezó a tomar un poco de confianza en la ciudad "Tal vez no sea tan malo", se dijo a si mismo antes de entrar al lugar, después de batallar un poco con su sombrero pudo entrar y ver el interior, "Debo suponer que es lo mejor que pudo encontrar", dijo al ver el interior, no era el mejor lugar ni el peor en el que había estado pero tenia un toque rústico que simplemnte le hizo recordar su hogar

¿Que es lo que vamos a comer?,si me permite preguntar, no quiero ser grosero ni nada, solo es curiosidad.