Partida Rol por web

El capitán pareció ignorar al resto de los presentes mientras parecía ventear la oportunidad como un lobo viejo en invierno. Cojeando con marcados estampidos metálicos, Mormorac se acercó hasta la silla que había justo enfrente del gobernador y se dejó caer sobre ella. No se limitó a sentarse. Se repantingó comodamente como si aquel fuera el puente de mando de la propia Pandora. Su prótesis ocular zumbó al recorrer la estancia mientras mantenía un semblante funesto, hasta que finalmente quedó fija en el hombre que les había sacado de prisión.

- Casualmente mi tripulación y yo, su señoría - dijo con un tono mas diplomático y una mirada tan amistosa como la de una serpiente - nos encontramos desempleados y varados aquí por un desafortunado malentendido. Así que estamos dispuestos a escuchar cualquier oferta de trabajo. Siempre que podamos beber algo mientras charlamos sobre ello... Digamos que como gesto de buena voluntad. En nuestro alojamiento las raciones líquidas dejaban bastante que desear. - Y sus finos labios se curvaron en una sonrisa tan amable como su mirada.

Jarvis, sírvenos un pequeño refrigerio - dijo al pequeño droide de servicio -. Que incluya bebidas variadas de alta graduación por favor - añadió tras pensar unos instantes -.

Adenof tomó asiento junto al resto de los asistentes a la variopinta reunión.

Ahora que ya nos conocemos un poco mejor podemos hablar de negocios. No me gusta hablar de este tipo de cosas sin que mis interlocutores se sientan confortables. 

Jarvis se afanaba en servir comida y bebida a todos los asistentes cuando Adenof al fin hizo su propuesta.

Como ya saben, el sístema Tuniger-16 es muy rico en Odium. Por eso constituye un perfecto y apetitoso blanco para gentes ávidas de riqueza, sobre todo de la ajena. Debemos estar siempre vigilantes para atrapar y aplastar a ese lumpen espacial. Nuestros detectores han localizado un rastro iónico de entrada a uno de los asteroides que orbitan aldededor de Adelbor pero no han captado ninguno de salida. Les dejo que saquen sus propias conclusiones al respecto. El asteroide en cuestión es el asteroide minero 44 que cuenta con un complejo de explotación de Odium ya abandonado pues la veta de esa roca se acabó hace tiempo. Me preocupa que unos piratas hayan tomado el asteroide 44 como escondite para atacar alguno de los convoyes que continuamente transitan las órbitas superiores de Adelbor. Y aquí es donde entran ustedes. Me veo obligado a ofrecerles un trabajo interrumpiendo su agradable estancia en este humilde planeta. Si aceptan y culminan con éxito la misión encomendada conllevará un pequeño estipendio económico por las molestias derivadas de la turbación de su tranquilidad y la destrucción de cierto expediente administrativo cuya gestión les mantenía en el planeta más de lo que hubieran deseado.

Se refrescó la boca con un vaso que contenía un líquido de color verde y olor a hierbas balsámicas antes de continuar.

Entonces, ¿qué les parecería darse una vuelta por allí? Después comprobarían si allí hay, o no, piratas escondidos y en el caso de haberlos sería conveniente eliminar la amenaza que suponen para los descuidados comerciantes de Odium que atraviesan el círculo de asteroides aldeboriano.

Vaya... aventuras. Ya iba siendo horar de vivir experiencias intensas. Rona no podía contener la emoción que sentía y sin poder evitarlo sus alas se abrieron un tanto debido a la excitación que sentía al pensar en volar libre y tener una misión junto a sus compañeros. El ala tocó una de las sillas libres y la tiró al suelo... - "Oh... lo siento... perdón... no era mi intención". Rápidamente su vocecita interior le habló : ¡Rona cálmate! ¡No des la nota! respira hondo... venga, ya pasó... tranquila, controla la situación. No pudo ocultar una sonrisita dirigida a Morlum que parecía más bien una súplica para que aceptara el trabajo.

Qué típico, burgueses cobardes que no se atreven a encargarse de los asuntos bélicos del país y que buscan a cualquiera para que se haga cargo...

Por lo que a mi respecta, habla el capi, no voy a poner mi vida en peligro si no hay nadie herido o si no recibo la orden directa, por muy tentador que me sea salir de este tugurio asqueroso, y sobre todo, inadecuado para la salud, no se cómo es posible que los presos no mueran de una enfermedad.

Espero que por lo menos nos devuelvan el equipo, como nos hagan ir allí sin nada los mandaré a tomar viento.

No me gustaba la idea de recibir ordenes del mismo tío que hacía que estuviera allí injustamente. Sólo por ayudar a un preso fugado. Si tantas quejas tienen de eso, que no hagan jurar el juramento hipocrático, que deja claro que hay que ayudar a todos, no a todo el que puede pagar.

El capitán tomó un vaso después de dudar un instante entre la variedad de licores colocados simétricamente sobre la bandeja. Cuando la silla calló con estrépito y la matasanos abrió la boca, se limito a poner los ojos en blanco y a lanzar una mirad fulminante sobre la deslustrada charretera de su hombro. Después recompuso su sonrisa de androide sintético y dedicó un brindis al anfitrión. Bebió echando la cabeza atrás, dejando que el líquido abrasador entrase de un solo trago en su estómago.

- Aaaaaah. - Se limpió la boca con el dorso de la mano y con absoluto desparpajo tomó otro vaso. Su voz siguió hiriendo el aire con la misma mordiente cortesía. - Su señoría, desde luego suena como la clase de trabajo que la tripulación del Pandora puede hacer. Pero... - y vació el segundo trago con la misma soltura - siento una enorme curiosidad por saber por que deposita su fe en que cumpliremos una vez nos libere. Porque eso es lo que nos va a contar ahora, ¿verdad? La consabida contrapartida dramática. - Dirigió una mirada crítica al vaso. - Mmmm... creo que me quedo con ese icor azul, arde como el corazón de una estrella, pero por el vacío que es combustible de primera. ¿Que estaba diciendo? Ah si. Las amenazas. ¿Pasamos ya a las amenazas?

¿Amenazas? - dijo con un estupor algo impostado - Siento si se han sentido amenazados mientras les exponía los motivos de nuestra improvisada reunión y les pido perdón si se han sentido ofendidos. Por supuesto, si mi propuesta no les interesa podrán seguir disfrutando de su estancia en nuestro querido planeta.

Algo menos desorientado, consiguió incorporarse para sentarse como los demás sobre una de las sillas que rodeaban la mesa en la que estaban teniendo lugar las negociaciones. En realidad Ch1ld no entendía nada, sabía que se trataba de algún tipo de combate dialéctico ya que cada frase venía acompañada por una serie de patrones de conducta muy determinados que no llegaba a descifrar.

<Inicio del proceso de descifrado...>

<Fallo en el proceso de descifrado>

<Informacion irrelevante o carente de sentido>

El pequeño droide se mantuvo en silencio, pues no entendía nada y al final haría lo que le mandasen ya que era un refugiado de las estrellas y no tenía otra cosa que se pareciera más a lo que los organismos vivos conocían como "hogar" que la nave que el Capitán Mormorac había bautizado con el nombre de Pandora.

Gobernador, creo que a lo que mi capitán querido se refiere es a "y si aprovechan que les devuelvo su nave para escapar tengo una flota en órbita que les volatilizará"

Pero eso, se da por supuesto. Lo que no ha dicho es qué se hace con la nave de los piratas y sus cosas, ¿ podemos quedárnoslas?

En Adelbor tenemos costumbre de ser civilizados enfrentándonos a las discrepancias. Si no cumplieran sus obligaciones contractuales me vería obligado a restituir su expediente . Esto tendría las consecuencias administrativas pertinentes que quizás conllevarían a prolongar su estancia en Adelbor más de lo deseado.

Tras una pausa que empleo para paladear algo más de aquel líquido de apariencia tan sabrosa continuó hablando.

Por otra parte, a petición de del señor Daft, incluiremos una clausula en el contrato que les autorice a apropiarse de todo el material que requisen a los posibles piratas excepto la nave. Esta deberá ser recogida por los servicios de vigilancia del cinturón de asteroides del sistema Tuniger 16. ¿Entiendo entonces que aceptan el trato? 

Rona estaba que no cabía en si de nervios... "Acepte Capi, acepte... por favor..." (sonaba en su cabecita). Uno de sus pies empezó a dar golpecitos en el suelo, impaciente.

A mi no me mire, yo solo mantengo esa preciosidad a flote.  Y araño algo de material ,si usted me entiende, iré donde el capitán diga.

El capitán habla por mí, voy a donde el vaya y ayudo a quien me diga que he de ayudar. Si voy será porque mi capitán me lo dice, no usted.

No esperaba caerle bien al jefe de esta cárcel, no creo que le vea por mucho más tiempo.

Una sonrisa untuosa y algo siniestra se extendió por los labios de Mormorac.

- Es reconfortante hacer negocios con un hombre tan civilizado, Gobernador. - Dijo masticando las palabras con aquella doble cortesía un tanto anacrónica. Tomó otro vaso mas de la bandeja y lo olisqueó con una nariz aguileña que parecía tallada con una navaja. - Todo parece en orden y ya ha oído a mis muchachos. En cuanto lleguemos a un acuerdo con respecto a nuestra tarifa firmaremos con la prontitud que la emergencia parece requerir. Su hospitalidad me ha dejado bastante entumecido y me gustaría estirar las piernas...

Una vez mas, bebió de manera brusca y dejó el vaso de lado junto a los otros dos, manteniendo aquella curva incisiva en sus labios y clavando sus ojos en los de Adenof con fijeza. Siempre parecía terriblemente seguro de si mismo, igual que siempre parecía un bastardo cruel y distante. En sus ojos flotaba la bruma llena de cordita de una vida sangrienta abriéndose paso a tiros por la inmensidad del espacio. Sin embargo, debajo de aquel personaje que desempolvaba ante los extraños, se sentía cansado y terriblemente viejo. Se había ablandado.

Hubo un tiempo en el que habría matado a aquella rata del gobernador rajándole el cuello con un vaso roto. Un vaso como el que había dejado sobre la mesa con prontitud para alejar cualquier tentación. Le seguiría el juego y seria un buen chico. Pero que le condenasen si trabajarían de balde para aquellos hijos de puta. Su tripulación no se iría de aquel estercolero con las manos vacías, fuera cual fuera el botín que sacasen después. Y menos después de la indignidad sufrida por el señor Daft.

Mírame a los ojos, maldito bastardo. Mírame y calcula hasta que punto puedes intimidarme o si siquiera puedo sentir miedo. Mírame y recuerda por que prefieres mandarnos a nosotros en lugar de a tus guardias. Mírame. Y paga puto cerdo engordado...

Me agrada escuchar eso Capitán Mormorac - respondió pronto con una amplia sonrisa - y me encanta el respeto que le brinda su tripulación.

Introdujo en su boca unas pequeñas bolas de aspecto atercipelado y color fosforescente que cogió del frugal aperitivo que Jarvis había preparado para la ocasión. Tras deleitarse unos segundos con tan singular condumio prosiguió dirigiéndose esta vez hacia todo el grupo. 

Aunque me desagrada tratar de temas tan prosaicos como el dinero permítanme ofrecerles 150 créditos para cada uno, inlcuido el droide, amén del botín que recuperen si nuestras sospechas no son infundadas. La nave de los piratas, si la hubiera, será confiscada por la flota Adelboriana. Para llegar hasta el asteroide les será devuelta su.. ¿Cómo expresarlo?... Pintoresca nave bautizada, muy apropiadamente, con el nombre de Pandora. Me sentiría muy feliz si pudieran partir de inmediato y así solucionar este pequeño desasosiego que me genera ese misterioso rastro de iones. 

Rona no pudo aguantar la curiosidad y avanzó un par de pasitos a la vez que extendía uno de sus brazos para coger un par de esas bolas que había degustado el Gobernador. Como habitualmente, su voz interior le habló sugerente: -"Tengo hambre y seguro que eso es delicioso... vamos Rona, pruébalo... me temo que no tendrás muchas oportunidades de tomar cosas tan exclusivas". Cogió dos y se las introdujo en la boca. Nunca había comido nada parecido... ese sabor era centelleante, dulce y salado también, crujiente pero con unos jugos por dentro maravillosamente refrescantes. Delicioso. Luego empezó a picar en el paladar y un par de lagrimillas asomaron a los oscuros ojos de la gigante. oh, oh... iba a peor... Se volvió insoportable para la mutante. Entonces agarró uno de los vasos con líquido para aliviar el picor... -" ahhhhhhhhhh, picaaaaaaaaaa" Ingirió el líquido azulado y eso fué aún peor... era puro alcohól que le abrasó el esófago y llegó al estómago casi vacío como una losa... comenzó a toser y se retiró hacia atrás limpiándose las lágrimas como pudo con dos manos, con las otras dos dejó el vaso con dificultad sobre la mesa, y con las otras dos se "abanicaba" la boca.

" pero que... auuuuuuuuuuggggggggggg" ¿podría tomar agua por favor? aaarrggggggggggg, agua por favor!".

Ah querida... No sufra. Los excrementos de Inox Adelboriano son exquisitos pero no se debe comer nunca más de uno a la vez si no se tiene costumbre. Tome un poco de este jugo de Xanti y el picor desaparecerá en breve.

El gobernador acercó a la mutante un vaso con un líquido de color gris verdoso mientras sonreía.

Rona lo tomó con una de sus manos libres y lo bebió con avidez... -¿ Excrementos...?  todo empezó a normalizarse a los pocos segundos y el picor dió paso a un agradable sabor dulce. - mmmmmmmmmmm... esto está mucho mejor. ¡¡Creí que me estaba abrasando la tráquea!! Gracias Gobernador. No debí comerlas, pero estoy tan hambrienta... ¿Podría tomar una ración de algo que no pique? y ... que no contenga excrementos a poder ser...?
 

Durante la conversación había mantenido el silencio, no solo porque su Capitán hablase por él, sino también porque se estaba encargando de almacenar en su memoria todos los datos del acuerdo con el gobernador, para evitar que más tarde tuviese lagunas de memoria.

<Transcribiendo a sistema binario...>

<Almacenando en memoria...>

<Proxima copia en 1min>

Toda la tripulación del Pandora parecía estar de acuerdo, por lo que no tuvo nada que añadir. Había interferencias en las comunicaciones, por lo que no podía asegurarse de que Shiri se encontrase bien. Al escuchar al gobernador hablar de la nave del Capitán, el pequeño robot se sintió algo más aliviado. Después observó como la instintiva forma de ser de Rona, le había jugado una mala pasada. Era algo cómico, ver a una criatura de ese tamaño tambalearse de este modo pero por suerte pudo mantener la compostura tras alcanzar su objetivo.

De acuerdo, gobernador, devuélvame mi llave y nosotros limpiaremos su mierda.

Puso una mano en la cabeza del robot, para apoyarle.

Vamos roboto, tengo que echarle un ojo a tus servos, yo creo que chirrian.

No tan deprisa señor Daft, el capitán Mormorac todavía no ha aceptado el acuerdo, sea paciente. Y usted señorita no se preocupe haré que le lleven al Pandora una ración de lo que haya tenido a bien mi cocinero personal en prepararme.