Te acercas cabalgando, intentando que el sonido de los cascos del animal amortigue el grito que aún resuena en tus oídos. El pequeño Rob se aprieta contra tí, no puedes ver su rostro, pero no es difícil intuir lo asustado que está.
El villano tiene la espada en alto para atacar a la mujer morena, mientras la rubia permanece paralizada. Cuando está a punto de atacar, se tira al suelo revolviénsose entre carcajadas.
Mierda...... - exclama la chica. Se lleva los dedos a la boca y pega un silbido.
Eleanor! - grita a la rubia, sin dejar de vigilar al villano - prepara la soga.
Prepara su espada para atacar.
Mientras das las órdenes a Eleanor, que por fin ha espabilado, un hombre a caballo se acerca a vosotras. El la grupa lo acompaña un niño de unos ocho años, con cara asustada.
Están todos marcados.... ¿marco solo a rob?..
¿se supone que no lo conozco?
Sipo, marcas solo a Rob, disculpa que no os avisase. De momento, estais los dos solos.
De momento y hasta nuevo aviso, marca sólo a Gwy. ^^
Perfect..... se supone que no lo conozco ¿verdad?
No, no os habeis visto antes.
El horrible grito que viene del pueblo paraliza al bandido. Baja la guardia unos segundos. Un tiempo que Eleanor, la mujer rubia, parece aprovecha.
Ahora que por fin ha reaccionado, se levanta de un salto, clavándole un puñal en el corazón. El hombre abre mucho los ojos, y un gemido de dolor se ahora en sus labios. Cae, ya sin vida, en la verde hierba de Avalon.
El grito de la multitud ha cesado, pero en el aire se respira la intranquilidad. ¿Qué ha podido pasar en el tranquilo pueblo de Biriem?.
Miro al Jinete, con la espada preparada para atacar, pero Eleanor me pasa como una exalación y le clava el puñal en el corazón al bandido, sin que yo pueda impedirlo.
Bueno, jamás sabremos si este hombre tenia alguna información.... musito para mis adentros.
Centro entonces mi atención en el jinete que acaba de llegar ... y en el niño que trae con el
¿Quien sois? - le pregunto aún inquieta por el grito que acabo de oir en el pueblo y preparandome ya para ir hacia allí a ver que pasa.
-Lo... lo siento. Estaba tan asustada, no era capaz de hacer nada y... entonces... sólo quería matarlo.- dice Eleanor avergonzada, como si no fuese capaz de creer lo que ha hecho.
El hombre se baja del caballo, el niño se mantiene detrás del caballo, intentando evitar ver el cadáver.
- Me alegro de no haberles sido de ayuda señora, usted parece que se saben defender bien.- dice con amabilidad- ¿son de Biriem?.- pregunta haciendo referencia a vuestro pueblo.
Cojo A Eleanor del brazo y la pongo tras de mi - quedate ahi - le digo.
Acerco mi mano a la boca y silbo de nuevo a ver si aparecen los demás, por si acaso.
Continúo con la espada preparada para atacar si es preciso y le contesto a aque tipo - Si, lo somos ¿y quien lo pregunta? ¿quien sois vos y quien es el? - digo señalando al niño con la mirada.
Me quedo quieta, esperando la aparicion de los demás y la respuesta del hombre.
jolín, soy una borde!
Tras el silbido de la espadachina, una señal a todas luces, presto especial atención a todo ruido que se pueda colar entre los árboles cercanos: ruido de pasos, cascos o tal vez el pronto y seco restallar de una cuerda. Tenso la musculatura de las piernas dispuesto a saltar y arrastrar al pequeño Rob en la caída. Mejor una caída que un flechazo.
- Soy Rob, El Rojo, y este pequeño hombretón de aquí es el pequeño Rob - respondo con voz amable y tranquila, evitando levantar más de lo necesario la voz para seguir prestando la atención debida a mi entorno -. ¿Con quién tengo el placer de hablar?
Miro al Extraño.... vaya, un Padre y su hijo.... interesante.... - Me llamo Gwyanna - le digo con uanpequeña inclinación de cabeza, sin dejar de mirarlo.
Me doy cuenta que se ha puesto tenso y a la espera de que pase algo y una fugaz sonrisa pasa por mi rostro, hasta que en nada recuerdo que ha nombrado el pueblo - ¿porqué habeis prguntado si soy de Biriem? ¿acaso ha pasado algo alli?
Hago una pausa, pensando en lo que he oído y en las posibles implicaciones de su pregunta. ¿Está intentando alejar mi mente de los gritos que se oyeron? ¿Serán esos a quiénes ha llamado silbando quienes han provocado aquellos terribles gritos?
- ¿No oísteis los gritos? - pregunto señalando en la dirección en que los oí.
Echo una muy breve mirada hacia atrás, de refilón, que parezca que estoy viendo al niño - al que dirijo una señal tranquilizadora, para que sepa que todo va bien - pero aprovecho para ver la colina.
Cada vez mas nerviosa e impaciente.... donde diablos está esta gente... contesto solamente con un lacónico y cortante - Si
Tras unos segundos de silencio incomodo le pregunto - ¿no tendreis vos nada que ver con los gritos, no? -
- Me temo que no, señora. Mi presencia aquí dificulta terriblemente mi posibilidad de ser la causa de los gritos allí.
Observo su arma, todavía empuñada.
- Haya paz. ¿Enfundamos nuestros aceros?
Esta melodramática actitud entre la duda y la hostilidad no nos va a llevar a ninguna parte. Toda persona habla con mayor comodidad cuando no hay un arma empuñada contra ella.
Miro al hombre de arriba a abajo y asiento, aceptando enfundar nuestros aceros.
Pues si vos no habeis sido, y por vuestras preguntas no parece que sepais el origen de los gritos, dejempos las presentaciones formales para otro momento y vayamos al pueblo - le digo de manera un tanto brusca al extraño.
A mi! TODOS! - grito para que se reunan todos donde estamos Eleanor y yo, y sin esperar a que suceda vuelvo a gritar - al pueblo!!!!!!!!
De los árboles, casi surgidos de la nada, aparece un numeroso grupo de jóvenes. Uno de ellos se acerca a las chicas con gesto protector.
-Gwy, tal vez sea mejor que subamos nosotros y os vengamos a buscar después.- dice a la chica morena.
Mientras hablais, una mujer pelirroja y una hombre con la capucha echada, llegan a vuestra altura.
-Hola.- os saluda la mujer -¿Algún problema Rob?.-
- Ninguno, mis señores - digo mientras me subo al caballo -. Tranquilo, hijo - añado en un susurro viendo que todavía tiembla.
Examino a los presentes e informo.
- Estos hombres quieren ir a ver qué sucede en Biriem. ¿Desean comprobarlo o seguir el viaje previsto?
Profesionalidad ante todo.