Partida Rol por web

- ¡Siriel mantente detras de mi. Este bicho es enorme! - grita el guerrero mientras se encara ante el ogro.

El pequeño Siriel se movió rápido para ponerse detrás de Rom. Aquel ser era enorme y quizás no se fijara como el pequeño halfling acuchillaba sus enormes piernas.

Esto comenzaba a ponerse interesante.-No somos traidores idiota, somos muy leales mientras se nos pague.-Tal vez aquel apunte estaba de mas, pero con tanta prisa no podía pararse a pensar.

Cuando los orcos salen Ataulfo reacciona, es momento de atacar por la espalda al último y cogerlos por la retaguardia, eso desorientaría a los orcos y los sorprendería por momentos, segundos que son cruciales. 

Siguiendo mi prudente práctica habitual procuro que el ogro y mis compañeros se encuentren entre esos orcos y mi persona

El enorme ogro echa mano de su enorme maza y empieza a girarla alrededor de su cabeza para que gane velocidad con la intención de aplastar la cabeza a los enanos que han osado herirle de gravedad. Mientras los orcos corren colina arriba gritando oscenidades y preparados para entablar combate contra vosotros.

Ataulfo espera a que el último orco pase delante de él y abandona su escondrijo para atacar al último de la fila con su jabalina. En cuanto éste sale despedido se dispone a sacar su mandoble. Su arma destella y se dispone a causar estragos. El ogro era ya bastante rival y él pensaba hacer frente a los orcos con coraje y premura. Su metal no se hace esperar y parece vibrar de placer en su mano.

Duncan se dispuso a intentar rematar al Ogro pero este ya había reaccionado intentando alejar a sus acosadores girando la maza para ganar espacio. Le fue imposible acercarse lo suficiente como para rebanarle el tendón de la rodilla.-Maldita sea.-

La llegada de los orcos podría complicar bastante el combate, de modo que decido probar mi nueva magia. Desentendiendome del ogro empiezo a gesticular hacia la derecha de los orcos, de un lugar con algunos arboles y al cabo de un momento un grupo de unos 20 guerreros con armaduras completas salen de alli silenciosos y desafiantes hacia los orcos

Siriel salió de detrás de su amigo Rom para intentar hendir la carne de aquel animal. Arrugó la nariz al notar el pestilente olor de aquel ogro.... por los dioses ¿es que no ha visto nunca el agua?

El malherido orco es capaz de manteros alejados de el sin que podias herirlo y a continuación descarga su enorme maza sobre el pequeño humano que le ha apuñalado por la espalda. Pero la visión del grupo de guerreros saliendo de la espesura parece distraerle ya que su mano se desvia y el arma golpea el suel osonoramente.

- ¡Muere monstruo! - grita el valiente guerrero y aprovechando el grito del ogro introduce su espada por la boca del enorme ser haciendo que esta salga por el otro lado de su craneo provocando un sonido bastante desagradable y matandolo al instante.

- ¡Victoria, victoria! ¡Petra nos sonrie! -  grita el clerigo asombrado ante el poderoso y mortal golpe asestado por su compañero.

De repente uno de los orcos que se dirigia hacia vosotros cae al suelo mortalmente herido al haber sido atravesado por una jabalina lanzado por un hombe fuertemente armado que se encontraba a sus espaladas. Ademas de eso ven como el ogro cae muerto con su cabeza destrozada y por si fuera poco un grupo de guerreros salen de detras de los arbustos lo cual ya hace  que su poco espiritu se venga abajo y en vez de seguir corriendo para luchar cambian de dirección para intentar huir.

El ataque ha ido perfecto, excepto por un pequeño detalle

-a ver si podéis capturar vivo a algún orco, nos vendrían bien algunas respuestas-

Mientras tanto me concentro en hacer que mi ilusión parezca bastante real, aun podría irnos bien, quien sabe

-el relevo real podría venir en cualquier momento, nos conviene movernos rápido-

El ladrón dejó caer la daga y sacó su ballesta ya cargada. Sabía que la necesitarían. Apuntó a las piernas del uno de los orcos y disparó esperando no seccionarle nada importante y que muriera desangrado.

Viendo lo rapido que huian Romauldo no vio muy claro que pudiera coger a eso orcos a la carrera asi que rapidamente hecho mano de su arco corto y disparo un certero flechazo que impacto en uno de los piel verdes atrvesandole el gaznate y acabando con el instantaneamente.

Echando mano de otra de sus jabalinas Ataulfo la arroja con fuerza y precisión alcanzando al orco que quedaba en pie malhirendolo y haciedo que tropezara y cayera al suelo.

El ladrón suelta la ballesta y se precipita en una carrera hacia uno de los orcos heridos e intenta desesperadamente dejarlo fuera de juego.