Partida Rol por web

Cuando Rake entra en la taberna hay bastante gente, varios matones estan lanzando cuchillos a una diana y otros tantos mirando lascivamente a la tabernera. En un rincon hay dos personas cuyo aspecto llama la atencion, dos pelirrojos, un hombre y una mujer, él esta bien armado y lleva un camisote de malla y una espada en el cinto  y es muy alto y corpulento, ella tambien es muy alta siendolo mas que la mayoria de hombres, va muy ligera de ropa y destacan su gran capa, sus largos guantes y sus altas botas. Ambos estan jugando a un juego de cartas y parece que ella va ganando.

Echo un vistazo alrededor, me escurro entre propios y extraños y alcanzo la barra. No puedo evitar fijarme en la tabernera. Me siento en la barra y observo el lugar. Llaman mi atención la extraña pareja de pelirrojos del rincón. ¿Serían guardias? Se acerca la tabernera hacia mí con una sonrisa (forzada o no es de lo más vistosa).
-Una buena jarra de hidromiel.
Y en cuanto se da la vuelta me giro a mirar a los dos pelirrojos.

Ella esta de espaldas a ti y solo ves su larga melena roja y su larga capa, en cuanto al hombre que esta delante de ella ves claramente una runa dibujada en su hombro.

¿De qué me suena esa runa?
-Soy nuevo por aquí- le digo a la tabernera- ¿con quién tengo que hablar para que me de una habitación cerca tuya?- añado guiñándole un ojo cuando me trae la hidromiel.

La marca es de los custodios de la torre-bilbioteca de Följning, sin duda son magos. Y tras un rato de mirarlos te das cuenta que ella es muy buena en el arte del subterfugio y sus faroles son perfectos.

En cuanto a la mesera te indica que hables con el dueño, el hombre grandote que esta tras la barra que porcierto es su marido.

Me acerco a su marido, apuro la hidromiel y le pido una habitación, barata.
-¿Las partidas son comunes aquí?
Le pregunté, a ver si conseguía averiguar algo de esa gente. ¿Qué me pasaba, por qué me llamaban tanto la atención esos dos?

- La verdad es que  no son comunes -dice el tabernero- Sobretodo desde que la parejita dejo sin ropa a la mitad de los jugadores de la ciudad.

¿Así que son buenos con las cartas? Eso tendrán que demostrarmelo...
-¿Te quedan habitaciones libres?- le insisto, en mi cinto Dúraan empieza a ponerse nerviosa y no me gusta cuando se pone a silbarme la Oda de Sir Könning. Quizás después de acomodarme pueda bajar a desplumar a esos dos. Saco la bolsa (la más pequeña) con las monedas y la dejo en la mesa, con normalidad, para que el tabernero capte que pienso pagarle.

- Si -dice el posadero- dos monedas de oro una habitacion individual  y cinco de platas una comunal, comida y bebida no incluida.

Lucian entra en la taberna,el ambiente sigue siendo el mismo que cuando entro James.

Observo a todas las personas que estan en la habitación reunidas y me acerco a donde esta la mesera, intentando evitar molestar a la gente. Al llegar sonrio abiertamente y amablemente pido algo de comer y al ser posible algo de vino para acompañarlo. Luego busco alguna mesa para colocarme mientras abro bien mis orejas intentando escuchar algo interesante.

La mesera sonrie amablemente y trae vino y comida al elfo, el gentio no comenta nada interesante, solo comentarios lascivos sobre la mesera y sobre la pelirroja y demas tonterias del mismo estilo, tambien oyes a esta ultima diciendole a su compañero que deberia dedicarse a otra cosa, que eso de jugar a las cartas no es lo suyo.

Un elfo entra y pide comida. Nada de interés. Le sonrío al tabernero y le pago la habitación y la hidromiel.
-¿Me puede indicar cuál es la mía?- le pido dejando tres monedas de oro y separándolas para que se vea bien.

Agradezco de nuevo a la joven mesera, y comienzo a comer con un poco de ansia. Escucho el comentario de la pelirroja y después de un sorbo de vino, sonriendo comento: - Tal vez un Tahúr de su talla necesita de otro gran Tahúr, señorita.

Continuo dandole otro sorbo a mi copa de vino mientras observo sin descaro a la ganadora de cartas.

-Esta al fondo -dice el posadero- mano derecha,caballero

La chica se gira hacia el elfo, el cual puede ver que su ropa deja poco a la imaginacion, y le hace indicacion de que se siente con ellos dos.

- Parece que tenemos un nuevo jugador Alfihari -dice ella- espero que sea mas bueno que tu o me voy a aburrir.

Me levanto acercandome a la mesa con la copa de vino y me siento con ellos. -No se lo bueno que puedo ser, las veces que juego he ganado. Pero jamas diria que soy el mejor... al menos no publicamente.

Le pido la baraja y comienzo a barajarlas con estilo y elegancia.

Cuando me dirijo a mi nuevo cuarto, observo cómo el elfo que acaba de entrar se sienta a jugar a las cartas con los dos pelirrojos. Esto se pone interesante. Antes de girar y perderme atisbo a ver cómo el elfo maneja magistralmente las cartas frente a sus dos contrincantes, además desde este lugar veo perfectamente las carnes de la mujer. Se pone pero que muy interesante.

Entro en mi cuarto, y reviso la estancia para hacerme un esquema mental de lo que hay dentro, mientras desenfundo a Dúraan
-"Dios ya era hora de que me diera el aire llevo encerrado como dos días en esa vaina andrajosa"
-No puedo sacarte así como así...- le dije.

-Mueves muy bien las cartas -dice Alfihari, el grandote que visto de cerca le debe sacar mas de dos cabezas- Pero aqui lo importante es no es mover las cartas.

Alfihari explica como va el juego, el cual al parecer trata de engañar al adversario mas que de tener una buena mano, en fin, que es un concurso de mentirosos y cazadores de mentirosos.Ves al fondo otra chica que pasaba desaparcibida y que mira fijamente.

La habitacion es sencilla y sobria, consta de una cama, un armario y una ventana. Hay varias lamparas de aceite en la pared, las cuales se podrian encender cuando oscureciera.

No hay anda inusual en la habitacion, parece un lugar tranquilo y la cama es comoda.