Partida Rol por web

Por fin había llegado el gran día. Después de tres años sirviendo bajo las órdenes de William Adama, un oficial al que admiras y respetas, le había llegado la hora de jubilar a la vieja Galáctica. La Estrella de Combate era una de las primeras doce que se fabricaron en honor a las colonias de Kobol. Galáctica representaba al planeta Cáprica, capital de las colonias y cuna de la cultura del sistema.

En el CIC, controlando las comunicaciones entrantes de las naves que venían a asistir a la despedida de tan legendaria nave, casi te daba algo de nostalgia tener que abandonarla. Pero ya sabías cuál iba a ser tu siguiente destino: una de las nuevas Estrellas de Combate dotadas de los últimos sistemas informáticos y de un tamaño mayor que esta. En ella esperabas que tu carrera diera un salto importante, tal vez un ascenso a XO.

Entonces una alarma en uno de los paneles rompió tus ensoñaciones. Uno de los asistentes del puente se te acercó con un mensaje. Al parecer había problemas en la Estación Espacial de la zona del Armisticio. Habían emitido por banda ancha que tenían problemas antes de perder la conexión. El mensaje venía del centro de mando colonial en donde se pedía que investigaran el suceso las naves más cercanas.

¿Un mensaje de socorro? ¿Han especificado el problema? -seguramente un fallo mecánico o de propulsión- ¿No? Gracias, eso es todo.

Tengría que informar a Tigh, pero es preferible hablar directamente con el Viejo. Estoy seguro de que querrá información de primera mano.

Gaeta preparaba el próximo paso, informar a sus superiores de una alteración del plan del día, mientras notaba alguna mirado sobre él. Debía reaccionar como se esperaba.

Informe a la sala de máquinas para que inicien la propulsión subluz, y póngame con el comandante Adama de inmediato. Es posible que hoy no sea el último día de Galáctica.

Gaeta no sabía que aquellas palabras contenían más verdad de lo que parecía.

Un ligero retumbar en el suelo te informa de que la nave ha cobrado vida y empieza a moverse. Casi al instante suena el teléfono en el puente y uno de los oficiales acude enseguida.

-Teniente, es el coronel Tigh -te dice tendiéndote el teléfono.

Lo recoges mientras murmuras "CIC" y al instante escuchas la voz airada de Tigh.

-¿Cual es motivo de que se hayan activado los motores subluz, teniente? Va contra las órdenes del comandante.

Tenía que ser Tigh...

Algo alterado cae en la cuenta de que en su intento por ganar tiempo ha contravenido las órdenes del comandante. Prepara una excusa apropiada.

Lo lamento señor, había pedido que le llamaran. El centro de mando colonial nos ha ordenado investigar una llamada de socorro proveniente de la Estación Espacial del Armisticio, según parece han informado de un problema indeterminado y una posterior caída de las comunicaciones. He revisado el mapa y somos la única nave militar del sector, señor. Todavía no he comprobado las naves civiles.

En el CIC la actividad había aumentado considerablemente. Los técnicos se encontraban pendiente de las consolas y Dualla, al mando del control de vuelo, acababa de terminar de coordinar el aterrizaje de la nave Colonial Heavy 798 que traía al grupo de periodistas y a la secretaria de educación a la ceremonia. Gaeta se encontraba hablando por el telefono del puente situado en el centro del CIC bajo el DRADIS cuando el comandante Adama entró en la sala. El viejo se había dado cuenta de camino que los motores de la nave se habían puesto en marcha a velocidad subluz. Todos los integrantes del puente saludaron cuando Adama se acercó hasta el teniente Gaeta.

En ese momento, Apolo y el jefe Tyrol entraron también en el CIC para encontrarse con la misma situación.

Después de contárselo todo a Tigh, el coronel responde con un:

-Está bien, voy para allá.

Antes de colgarte.

Tras hablar con Tigh, Gaeta colgó el teléfonoe informó a Adama (padre) de la situación.

Comandante. El centro de mando colonial nos ha ordenado investigar una llamada de socorro proveniente de la Estación Espacial del Armisticio, según parece han informado de un problema indeterminado y una posterior caída de las comunicaciones. He revisado el mapa y somos la única nave militar del sector, señor. Ahora me disponía a comprobar las naves civiles.

- La Guerra Cylon es demasiado larga. No debemos olvidar todavía, las razo... - Adama recitaba el discurso que iba a dar ese mismo día por su jubilación, cuando Gaeta se le acercó para hablarle.

- Buenos días, teniente. ¿Algo interesante? - El viejo comandante escuchó las palabras que siguieron con cierto escepticismo. Continuaba andando por el puente, haciendo que Gaeta tuviera que moverse a su lado con el informe en la mano - Puede ser un problema de mantenimiento. Realmente estamos todos un poco ocupados aqui, ¿no cree, teniente? ¿Usted que opina? Creo que esta vieja nave se merece un pequeño descanso - dijo mirando hacia arriba, en una dirección cualquiera. Su mano temblaba un poco y hacía que el papel hiciera un ruido por lo bajo.

Lee entró en CIC un poco más nervioso de lo que esperaba. No sabía si se debía al estar en el centro de mando o a que vería a su padre.

Hechó un rápido vistazo a la sala para tratar de localizarle y en cuanto lo vio se dirigió hacia él. Al parecer estaba hablando con el oficial táctico. Se paró un poco alejado de ellos, por la cara que ponía su padre no estaba seguro de que fueran buenas noticias, y prefirió esperar a aque terminaran.

Opino, señor, que se merece un descanso, tanto la nave como usted. Sin embargo es una orden del centro de mando colonial.

Y aquello lo decía todo. Las órdenes son órdenes.

- Envíe una partida de reconocimiento compuesta por un "Raptor" y tres "Vipers". Necesitamos al resto para las maniobras de vuelo. - dijo tendiendole a Gaeta de nuevo su informe - Que envien su informe lo antes posible. Introduzca en el raptor a alguno de los mecánicos para arreglar los posibles fallos técnicos en la estación. Llevan cuarenta años haciendo lo mismo cada vez... enviar un embajador de paz. Que tonterías.

El comandante se dió la vuelta para posar sus ojos por primera vez sobre su hijo, Apolo. Primero se le abrieron mucho, incapaz de creer lo que estaba viendo, pero después su rostro se volvió serio. Tendría que hablar con él, no quería perder al único hijo que le quedaba con vida. Más tarde, cuando todo ésto hubiera acabado y él fuera un hombre jubilado, sería el momento perfecto.

- Capitán, bienvenido a bordo del "Galactica" - dijo haciendo el saludo militar con la mano sobre la frente. Y sin dejarle contestar, continuó su camino a lo largo del puente con otra frase, sin mirarle ni si quiera - Preséntese en la sala de prensa dentro de veinte minutos. Me temo que la rutina requiere una sesión fotográfica antes del discurso y del vuelo.

Tal y como Lee se esperaba, la reacción de su padre fue bastante fria y marcial. No obstante contestó a su saludo militar.

Gracias, señor.

Aunque el comandante no esperó a que lo hiciera y seguidamente ya le estaba dando ordenes.

Señor. Sí. Señor.

Y sin decir nada más, se dio la vuelta y se dirigió fuera del CIC. Un poco más malhumorado de lo que le gustaría admitir.

No sé por qué me sorprendo. No ha cambiado lo más mínimo.
Supongo que me dejé llevar por la nostalgia que me transmitió el jefe. Me está bien empleado.
No me volverá a pasar desde luego.

Sí, comandante. Una escuadrilla de naves, así lo haré. Sólo una última pregunta, ¿Galáctica se queda dónde está o también acudirá?

De quedarse aquí habré encendido los motores para nada...¡maldita sea!

- Continuaremos a velocidad subluz en dirección a la órbita de Cáprica, teniente. Las órdenes son y han sido siempre jubilar ésta nave de batalla. Ya va siendo hora de que la demos un respiro. Y si, dada nuestra cercanía, podemos ayudar con la cuadrilla de investigación, asi lo haremos. Pero una vez tengamos el informe lo reportaremos a la Flota y que ellos decidan.

Una vez pasado por el puente, William Adama se acercó a Galen Tyrol, quién estaba en uno de los accesos, con las manos tras la espalda.

- Buenos días - dijo haciendo el saludo pertinente - Y bien, Jefe. ¿Qué es eso que quería mostrarme?

Tyrol saluda rápidamente al Comandante, y carraspea.

- Vera, señor, los chicos y yo le hemos preparado una sorpresa en el hangar... Pero ahora parece muy ocupado... - mirando a ambos lados, se da cuenta de que gran parte de la tripulación le está mirando - ...y no quisiera interrumpirle.

Ha visto salir al capitán Apolo con cara de pocos amigos, tras un breve intercambio de palabras con su padre. Parece que los Adama tienen un caracter fuerte, demasiado para limar asperezas del pasado.

- No obstante, señor - retoma su expliación al Comandante - cuando disponga de unos minutos, me gustaría invitarle a venir al hangar 1. Allí aclararé sus dudas.
 

- Por ahora está todo correcto, Jefe. - Se gira hacia el teniente. - Señor Gaeta, aviseme en cuanto se reporte el informe. Seguiré con mis proyectos de jubilación. - dice con una sonrisa. - Muchas gracias por todo, Teniente. Es usted un magnífico profesional.

Se vuelve a girar hacia Tyrol.

- Sr. Tyrol, estoy justo detrás de usted. Si es tan amable - le hace un gesto indicándole que le "guíe" hasta el hangar. Vamos allá, ¿qué será lo que quiere enseñarme? Estoy un poco harto de tanta burocracia, sólo quiero que se acabe el día pronto.

- Muy bien entonces, Comandante, acompañeme.

El Jefe Tyrol camina junto a Adama, ya que tras los últimos 4 años sirviendo en la misma nave, entre el viejo y él hay un mutuo respeto y confianza. Aunque siempre manteniendo las formas y el protocolo. La tripulación de una nave debe ser llevada con tanta firmeza y orden como el mantenimiento de cualquier maquina. Tyrol admira el dominio que posee el Comandante para dirigir a toda la tripulación de una nave tan impresionante como es una Estrella de Combate, y procura mantener el mismo rigor en sus competencias como Suboficial Jefe de Galáctica.

Abandonan el CIC con dirección al hangar 1.

Sí, señor.

Tras saludar al Comandante y a los demás asistentes al CIC, procedió a actuar. Las órdenes estaban dabas, Gaeta procedió a hacerlas cumplir. Descolgó el teléfono.

Sala de máquinas. Nuevo rumbo. Destino Cáprica. Velocidad subluz Confirmen orden.

Después ordenó avisar a los pilotos. Para ello informó a la joven suboficial.

Suboficial Dualla. Nueva misión de reconocimiento. Un Raptor y tres Víper con destino a la Estación Espacial del Armisticio. El Raptor debe llevar a bordo un técnico de comunicaciones y material apropiado para una reparación.