Partida Rol por web

El receso de verano había terminado y era momento de reanudar clases. Todos se levantaron en sus casas, listos para comenzar un nuevo año escolar y reencontrarse con sus antiguos compañeros. El clima seguía siendo soleado y la esperanza de un nuevo comienzo rondaba en el ambiente.

El instituto lucía como siempre pero no así sus esperanzas del futuro. Muchos pensaban en el año que tendrían, en las decisiones que se acercaban, en todo el futuro que tenían por delante, pero más importante que eso, delante de todos estaba la entrada al instituto. Los salones estaban cerrados, cosa extraña, ya que sus nombres estaban en una lista, pero la respuesta sería rápidamente por la megafonía donde se escuchaba la voz de la directora del colegio: Ai Murakami.

- Bienvenidos a todos. Esperamos que este receso haya servido para trazar nuevas metas y comenzar a materializarlas. Es un placer tenerlos con nosotros nuevamente y por esto, hemos preparado una actividad para recibirlos a todos. Se le solicita a todo el alumnado que se presenten en el gimnasio. Allí recibirán las instruccones de lo que sucederá a continuación - la megafonía terminó y todos se dirigieron al gimnasio con muchas preguntas en su rostro. La directora era amable pero esto era poco habitual en ella.

El gimnasio era un lugar espacioso y bien iluminado, cuya madera se caracterizaba por ser muy brillante y permitir el reflejo de quien se encontraba allí. Tenía graderías en los lados y un auditorio en la parte posterior. Sin duda, podía albergar a todo el instituto pero aún no comprendían cuál era el regalo que tenían para todos.

Se dedicaron a observar un poco alrededor y pudieron ver que había mesas con ponche, algunas luces instaladas e instrumentos en el escenario. Al parecer, sería una fiesta.

Por el momento, debían concentrarse en reunirse con sus compañeros de clase, ya que todos se conocían, al menos de vista.

El dia empezo en cierta forma como todos, para Maki el hecho de ir al instituto era simplemente un paso mas en su rutina diaria, sabia que no gustaba alli y no tenia ningun amigo, para ella era como el lugar por el que tenia que pasar antes de ir al templo que es el lugar donde realmente se sentia bien, donde podia ser ella misma. Con una sonrisa se despide de casa, no queria preocupar a sus padres sobre lo que le sucedia en el instituto, ellos no podian hacer nada y bastante habian hecho ya llevandola a varios doctores.

El camino hacia el instituto fue un poco como siempre, el hecho de que fuera el primer dia solo influia en que tendria que mirar cual era su clase y tal vez algun chico o chica nuevos con los que nunca habia estado que le miraban con miedo, curiosidad o desagrado, nada mas alla de lo habitual. Cuando llega se da cuenta que la puerta esta cerrada para el acceso a las aulas, pero es entonces que escucha un sonido, es la megafonia que suena en esos momentos.

Tras el mensaje de la directora la joven camina con tranquilidad hacia el lugar indicado mientras desea que la presentacion que les haran no dure demasiado, a fin de cuentas esas cosas terminaban haciendose pesadas y si se alargaban mucho la gente terminaba hablando entre ellos y formando pequeños grupos en los que ella nunca estaba invitada. Pero al llegar todo era peor de lo que ella esperaba, una fiesta, una fiesta de bienvenida, eso era una de las cosa que mas temia Chidori, cuando pequeña una vez fue a una fiesta y lo paso realmente mal, no queria volver a pasar por una experiencia asi, pero tenia que quedarse alli ya que seguramente no le permitan marcharse.

Caminando algo apresurada se dirige a una zona donde no hay nadie, a una zona donde poder estar sola y tranquila, cosa habiual en ella por otra parte, sabe que algunos de los chicos y chicas que hay la mira y hablan de ella, pero prefiere no escucharles, simplemente camina apresuradamente para quedarse en una esquina, en el rincon mas solitario que encuentra y alli de pie y sola sacar su movil y usarlo para leer y asi espera pasar desapercibida lo maximo posible, o al menos no ser objeto de las burlas de todos como lo fue aquella vez en aquella fiesta en donde todos la llamaba "la chica oni"

- Shiro, Shiro, despierta

Abrió un ojo y vio a su padre sonriente despertarla.

- Es hora de ir al instituto, es tu primer día. Tienes el desayuno hecho. 

Sorprendida pegó un brinco de la cama y boquiabierta dijo:

- Pero si eres un vago, nunca haces nada.

Inmediatamente le cayó un capón que le dolió mucho. Mientras tanto Hook movía la cola felizmente mientras lamía la cara de Shiro.

- Trabajo y te aguanto a ti. Eso es doble carga. Venga, levanta de la cama, perezosa.

Se aseó, desayunó y se preparaba para ir a clase. Su padre salió antes, ya que trabaja y tiene que ir en moto hasta el trabajo. Shiro siempre iba en bici hasta el instituto, ya que le resultaba cómodo y estimulante. Por este motivo iba con mochila, a diferencia de muchas de sus compañeras que llevan un maletín. Además, queda mejor, piensa para ella.

Tras llegar al instituto, ve que mucha gente se dirige hacia el gimnasio. 

- ¿Qué ocurre?, ¿adonde va todo el mundo?

Al enterarse, se dio cuenta de que llegó un pelín tarde. Maldita sea, siempre igual. Por lo que parece, hay algún tipo de evento en el gimnasio. Qué raro, eso no suele pasar. Cuando Shiro vio todo lo preparado, estaba eufórica: ¡una fiesta de bienvenida!

¡No se me ocurre mejor manera de reencontrarme con mis compañeros de clase!

El despertar sobresaltado en su cama fue calmado por los tenues rayos del sol que entraban en una caricia cálida a través de la ventana para tocar su rostro húmedo. Katherine se limpia las pequeñas lágrimas que se atrevieron a rodar sobre sus mejillas y con un calosfrío recorriendo su espalda, la joven se encamina al espejo de su baño y así verse con detenimiento. Para su alivio, todo seguía igual... o al menos eso parece.

Katherine aprovecha que se encuentra en ese cuarto para tomar una ducha y cambiarse, pues sabe que hoy es el primer día de clases luego de las vacaciones de verano. La pelinegra se arregla y baja a la cocina para desayunar lo que preparó su madre. Ambas conversan de los planes que tienen hoy y, para evitar llegar tarde, la chica se despide afectuosamente de su progenitora, asía su mochila, su carcaj y toma rumbo al instituto con una gran sonrisa en su rostro, contrastando con su estado de hace un rato.

El aire fresco y mañanero le sienta bastante bien, por lo que se anima en el trayecto a la escuela. Como siempre, en su camino, varias mariposas revolotean en unas flores y cuando ella llega, los insectos se dirigen a su cabello y hombros para posar por unos momentos. Katherine suelta una risilla leve y al encontrarse con la gran mariposa blanca con café, se agacha y ladea su cabeza, provocando que su larga cabellera negra caiga hacia un lado.

-Buenos días. Tan sana como siempre, ¿verdad? Espero verte más tarde.

Sabía que esa mariposa no entendía el lenguaje humano, pero le simpatizaba intentar conversar con ella. Se despide con su mano y retoma su curso. Después de un rato, divisa la escuela y apresura el paso hasta llegar a las puertas. Inhala emocionada para luego ir a los salones de clases. Mientras iba, escuchó la voz de su directora y tarda un poco en entender lo que expresó; mas al entenderlo al pasar unos momentos, no le toma por sorpresa que deban ir al gimnasio, pues es típico realizar actividades de recibimiento. 

Sin embargo, lo que sí le dejó extrañada fue ver, al llegar, lo que parecían los adornos de una gran fiesta.

-Vaya... esto... será algo incómodo.

Una sonrisa incómoda se dibuja en su rostro y de inmediato busca un lugar donde el sonido y la gente no se agolpara, además de que estuviese tranquila. Al encontrarlo, Katherine sacó un cuaderno, un lápiz, un libro con el cual apoyarse y comenzó a escribir el sueño que tuvo.

Frente al espejo se disipó por completo los restos de la noche con sus sueños.

Irisu Dairokuten Mao se lavó la cara y comenzó el proceso de acicalarse tan ritual en ella, seguido por un momento donde escogería las prendas selectas que combinasen y le diesen un sentido de la moda. Aun con las restricciones escolares, hacia maravillas con el vestuario permitido.

Terminó con su cabello, alisarlo, darle brillo, el volumen correcto, era todo un arte, una ciencia por sí misma. Sus cosas, alistadas desde la noche anterior daban gala de estar a la altura de su look.

¡Querida!

Ese grito daba inicio a la mejor parte de su día, tomó sus cosas y bajó a la planta baja, donde la esperaban sus padres para desayunar.

Buenos días, papás.

Con ese diálogo dicho con una sonrisa digna de un programa de tv, inició el breve momento de convivir con ellos, tan rápido como inició, pasó la media hora y como Cenicienta el reloj marcó la hora de que todo volviera a la normalidad, sus padres se marcharon a trabajar y ella, puso rumbo a la escuela.

Día a día practicaba sus movimientos, frases, gestos y articulaciones, debía enorgullecer a sus padres.

En el instituto Irisu leía el tablero de anuncios escolares cuando se enteró del evento en el gimnasio, más tardó en enterarse que en estar presente en escena.

…

Pasó dejando ondear su orgullosa cabellera hasta el centro del gimnasio, una vez ahí sus ojos correctamente delineados se posaron el desorden  que empezaba, aclaró su voz y con su tono imperativo y melodioso habló a todos los demás.

¡Atención! ¡Orden!

Su cuerpo se movía solo, ya fuera modelando, haciendo ejercicio o simplemente estudiando siempre era importante mantenernun porte digno.

¡Maki Chidori, Tempus Katherine! Levantad y andad, se nos dijo que recibiríamos instrucciones, así que todos juntos para que escuchen mejor. ¡Vamos! Demuestren que son estudiantes dignas de esta escuela.

Irisu comenzó a dirigirse a los demás para que no se alejaran y se colocó en la puerta como una modelo para indicar que los grupos debían estar unidos, manteniendo orden bajo un tono autoritario.

¡Vamos! No se queden ahí.

Un peluche cruzo la habitación para impactar en el despertador que se encontraba un poco alejado de la cama. Al levantar ligeramente la cabeza, Reimu pudo ver como el despertador marcaba la hora de despertarse y dar por terminada su sesión de descanso. Como si fuera una gata se desperezo entre las sabanas antes de dejarse caer de ella. Lo peor de todo era despertarse por la mañana. Con pereza y paso tranquilo se fue dirigiendo a la ducha, pero antes de entrar sonrió y giro uno de sus peluches.

-No se vale mirar. Dijo en broma mientras se metía entre las cálidas aguas, intentando despejarse. Lo logro a medias, su mente comenzaba a moverse y una sonrisa se dibujo en su rostro, sonrisa que no abandonaría su rostro en todo el día. Arreglada y lista se dispuso a dejar su habitación no sin antes coger el peluche que había girado y meterlo en su mochila. –Ya puedes mirar. Dejo escapar una risa y se marcha a desayunar.

Nada más llegar a la escuela se sorprende un poco al no ir directamente a las aulas, no la incomodaba ir al gimnasio. Así se pasaría antes el día. Al entrar vio a un par de sus compañeras y como no a Irisu intentando conseguir orden donde en ese momento había caos. No era de extrañar, cada alumno quería ir con su grupito y todos tendían a separarse. Con una sonrisa se acerco por detrás a Irisu y la miro por encima ya que era más alta que la mayoría de chicas de su edad.

-Si gritas tanto te saldran arrugas aqui y aqui. Dijo Reimu tocando las mejillas de Irisu con un dedo. -Deberias relajarte. Como siempre sus palabras estabana compañadas de su eterna sonrisa mientras se diriguia al resto de compañeras. -Buenos dias chicas. habeis dormido bien? No se si reunirme antes de que le de algo a Irisu. Deja escapar una pequeña risa. -Nah, es broma. Sere buena.

- Joven Señor.... - de repente escuchó una muy lejana voz...- Joven Señor.... despierte... es hora de...

-hmmmm.... ah?..mm...... - sintió que le movieron el hombro y poco a poco abrió los ojos para mirar de frente a Takahiro, su mano derecha - Takahiro.... - dijo en tono de súplica - ya...??

-si joven señor....ehh... está lista su ducha señor...

Así, torciendo los ojos en sus cuencas, se levantó lentamente llevando la mirada hacia la ventana que Takahiro, con mucho entusiasmo, había abierto de par en par, dejando que los dorados rayos del sol entrasen y llenasen de vida su oscura habitación. Mientras se duchaba, su mano derecha organizó todas sus cosas, desde que estaba solo, este hombre se había convertido en un hermano mayor, y padre para él, lo quería bastante. luego de vestirse y desayunar algo ligero, se dirigió al automóvil, se sentó en la parte trasera, permitiendo a Takahiro llevarlo al instituto, como antaño lo hacía su padre. Se organizó todo antes de bajarse, y trató de ensayar una sonrisa, esperaba no parecer demasiado torpe a sus compañeros, que no sabía si lo recordarían, siempre había estado muy a parte de todo, pero ahora quería que fuera diferente.

Al darse cuenta que todas las aulas estaban cerradas, intentó canturrear algo para sí, pero escuchó la voz por megáfono y decidió seguir las instrucciones caminando lentamente hacia el gimnasio; al llegar vio a unas chicas haiendo alboroto, o trataban de poner orden, le parecía confuso. Las miró a los ojos y trató de sonreír mientras entraba. Al hacerlo se dio cuenta que los recibirían de una muy inusual manera, mesas con bebida y mucha gente junta....no era un buen indicio, tanta gente, en desorden....sin guía...ah!.... cogió la pequeña llave entre sus dedos, esa que colgaba de su viejo collar.

Lentamente, de nuevo, se sentó en una de las sillas que encontró en un rincón, esperando indicaciones, quería conocer gente, pero no quería que le temieran, miró alrededor y sonrió nuevamente. Comenzaría de nuevo.

Un chico de apariencia un poco extraña entra al gimnasio con una cámara fotográfica colgando del cuello y se acerca al grupo que Irisu está conglomerando con esfuerzo para mirar a la chica alta y decirle - Irisu... Te han hecho bien las vacaciones. ¿Qué tal todo? ¿Algo que reportar de nuevo? - ajustaba la lente de su cámara lentamente para mirar a otros. Parecía que el presidente de la clase aún no había llegado.

Chidori escucha como una de las chicas la llama y dice que se acerque, realmente no sabia muy bien que hacer ya que no se esperaba aquello. En un principio se queda alli parada, iba a acercarse, pero es entonces cuando llegan mas personas y se detiene, mira intensamente con sus ojos rojos a aquella gente, de ellos solo habia hablado con una y no queria que esa chica que al menos se habia mostrado amable con ella sufriera el acoso de la gente por verla hablar con ella.

Chidori decide bajar de nuevo la mirada hacia su movil dispuesta a seguir leyendo y no haciendo caso a la chica que queria que todos se acercaran, a fin de cuentas sabia que nadie queria estar cerca de ella y asi al menos no pondria a nadie incomodo ni a ella misma

El sol asomaba por la ventana de la habitación, miré el despertador que aún no había sonado, aún me quedaban 15 minutos para quedarme en la cama, pero estaba demasiado nerviosa como para quedarme dormitando, así que salí de la cama con tranquilidad, quité la alarma y me metí en el baño y al cabo de 20 minutos salí de este casi lista para mi primer día de colegio. Cepille mi pelo con calma, cogí la mochila con todo lo necesario y después de meter mi mp3 en el bolsillo bajé a desayunar.

En el comedor del Orfanato siempre había mucho movimiento excepto a la hora de dormir, pero por norma general era siempre un hervidero de jóvenes, habían llegado niñas nuevas cosa que siempre me traía sentimientos encontrados, era bueno ver caras nuevas, pero para que llegasen aquí, tendrían que haber pasado por algo realmente horrible. Suspiré mientras me tomaba mi desayuno, mis amigas y yo charlábamos divertida y especulábamos sobre lo que nos esperaba ese día, a diferencia de la mayoría, yo no compartía colegio con ninguna de ellas y eso me hacía sentir algo cohibida, pero era cierto que así lo había pedido para obligarme a salir de mi zona de confort.

Salimos todas juntas,  y a medida que el camino así nos lo pedía íbamos separándonos para ir a las diferentes escuelas, cuando me quedé sola, me puse los cascos y dejé que la música inundara mi ser, y así calmar los nervios del primer día, como era normal, comencé a caminar al ritmo de la música, y tuve que obligarme a andar mas rápido sino quería llegar tarde. 

Como el año anterior, intenté ir directamente hasta mi aula, pero estaba cerrado, ladee la cabeza confusa y al escuchar un murmullo mas fuerte que el de los alumnos, me quité uno de los cascos para escuchar mejor, por megafonía se nos invitaba a ir al gimnasio, así me dirigí hasta ahí - Perdón...disculpa....me permites...- fue lo que mas repetí mientras intentaba llegar al lugar ya que los grupos de alumnos no me lo ponían nada fácil.

En el gimnasio y ya con los dos cascos en los oídos me puse a buscar algo despistada a ver si reconocía alguna cara conocida. 

Edwin se despertó un minuto antes de que sonara su despertador , los primeros rayos del alba aún no despuntaban por horizonte y él tenía cosas que hacer . Unos sencillos estiramientos , 10 flexiones , 25 abdominales y 20 sentadillas ; tras eso , una ducha vigorizante y todavía sobraba tiempo para embutirse en su uniforme con calma pero sin pausa , acicalar su cabello y ponerse la colonia nueva que compró la semana anterior . 

Una vez todo listo , el alba estaba ya preparado al igual que su desayuno .  Brötchen de cebada con semillas de amapola cortado por la mitad y rellenado de mantequilla y mermelada de melocotón , un huevo cocido con Speck y para bajarlo todo un café brulé . Por supuesto no estaba solo , su padre estaba enfrente suya en la mesa comiendo exactamente lo mismo mientras leía el periódico del día . El desayuno transcurrió como todos los días , sin muchas palabras . 

Una vez había acabado , Edwin salió a la calle donde le esperaba el coche oficial de la embajada el cual es el que le llevaba a todas partes dado que le pagaba a medias entre el estado alemán y su padre de manera que también era un chófer personal .

Fue de los primeros en llegar y no llevaba más que su cartera y su móvil dado que sabía que los primeros días no se solía hacer nada , además de que en los institutos japoneses los alumnos solían dejar las cosas en las taquillas . Ojeaba las noticias del día en alemania mientras esperaba que la marabunta de alumnos se hiciera más grande , en ese momento la megafonía comunicó que debían ir al gimnasio donde había preparado algo similar a una pequeña fiestecilla improvisada . A Edwin no le entusiasmaba mucho , tan solo quería acabar con las tontería de los primeros sías para seguir con la rutina mientras que en su interior estaba deseando volver a casa a acabar el juego que compró hace un par de semanas y el cual estaba ya cerca del final . De mientras , algunas chicas estaban haciendo jaleo por ahí lo cual le desconcentraba ya que pronto se había aburrido de las noticias del mercado y esas cosas y había cambiado al emulador de super mario que tenía en el movil mientras caminaba sin rumbo esperando que comenzara el evento , y de esta manera sin proponérselo acabó colocándose al lado de Chidori , ambos con el movil cada uno a lo suyo hasta que uno de los dos se diera cuenta . 

Los ojos de Reimu fueron escudriñando el lugar hasta que con una sonrisa se percato de la presencia de una chica. Con paso calmado y silencioso se acerco a la joven, aprovechando que estaba distraída con el móvil dejo que sus brazos rodearan su cuello mientras su cabello verde ocultaba gran parte de su rostro.
-Buh. Dijo Reimu al ver a Chidori, gracias a su cabello estaban medio ocultas pero eso no le importaba a la joven. Desde que los vio le habían gustado esos ojos rojos. Por mucho que dijeran, eran bonitos. Seria envidia muy mal enmascarada. -Casi te pierdo de vista. No me ibas a saludar? Pregunta Reimu mirándola con la cabeza al revés sin dejar de abrazarla.

Chidori seguia con el movil cuando siente como alguien se coloca a su lado, disimuladamente levanta la mirada para ver que se trata de un chico, parecia occidental pero no podia saberlo y en realidad ella no sabia como podia reaccionar un chico occidental al color de sus ojos, fue entonces cuando dio un paso para alejarse un poco, no estaba acostumbrada a tratar con la gente del instituto y se sentia un poco angustiada cuando alguien se ponia a su lado, pero entonces sucedio, alguien le toco, y comenzo a abrazarla.

La primera reaccion de Chidori fue la de abrir completamente los ojos, se sorprendio y durante unos segundos se asusto, a su mente vinieron los recuerdos de cuando los chicos y las chicas se metian con ella, cuando era pequeña y empezaron a llamarla chica oni, aquella vez que le cogieron por detras y le vendaron los ojos, iba a gritar cuando se dio cuenta de algo, un mechon de color verde cayo por su lado, era Reimu, esa chica que no huia de ella, la unica chica que le habia hablado por iniciativa propia y que no le miraba con miedo a los ojos.

Respirando profundamente dice:

- Yo...no... no te habia visto..esto hola

Mira a la chica ahora con una mirada amable, parecia sentirse mas aliviada, no sabia porque pero con ella era con la unica persona del instituto con la que no se sentia mal y el tener a un chico desconocido cerca le habia puesto muy nerviosa, sin embargo la presencia de Reimu le tranquilizo un poco.

- Como...como has estado en las vacaciones?

Todo había comenzado como un día normal del instituto: tu padre y tú poco hablaban durante el desayuno, siempre tratando de mantener la distancia, siempre aparte el uno del otro. Te habías acostumbrado a ello, aunque una parte de ti aún se preguntaba sobre el vacío que llenaba tu interior y sobre el extraño sueño que habías tenido esa mañana. Parecía tan vívido y tan real que casi podías sentir el fuerte olor de la sangre de tus enemigos salpicando sobre tu cuerpo, los gritos de agonía, la desesperación, todo el caos que acompañaba ese sueño. Y lo peor de todo es que aquella sensación había sido extática para ti.

De la nada, sientes el viento acariciar tu rostro suavemente, lo cual hace que despejes tu vista del móvil por tan solo un instante, mientras una melodía te rodea y te absorbe, llevando tus sentidos a su mínima expresión y dirigiendo tu mirada hacia una aparentemente aleatoria locación en la multitud y es allí cuando la ves.

Una chica como nunca antes la habías visto, de tes morena, cuerpo tonificado, cabello corto y negro, pero aquello que cautiva tus sentidos son sus brillantes ojos de color rojo, brillantes, aún más que aquellos de la joven que tienes a tu lado. Un tatuaje en la espalda que no se ocupa por ocultar.

Casi como si hubiera sentido tu mirada, se voltea hacia ti y te mira directamente a los ojos, haciendo vívido el sueño otra vez, viéndote a ti mismo en el aspecto de un monstruo, mostrándote tu goce al cegar vidas de criaturas indefensas, viendo el sueño pasar tantas veces por tu cabeza que causa en ti un fuerte dolor. Por un momento, sientes que vas a desmayarte, el cansancio te abruma, pero logras reponerte después de unos segundos y cuando vas a buscar a aquella chica nuevamente, ha desaparecido.

Edwin aparta la mirada del móvil mientras su dedo sigue en el comando de avanzar y centra su mirada en la multitud durante unos segundos . El sonido de la muerte de mario le hace volver en si mismo , primero observa la zona fijándose en las ventanas y luego pone su vista en las chicas que tiene al lado ; de las cuales se queda mirando a Chidori Maki fijamente mientras guarda su móvil tras apagarlo . 

Se pone de frente a la chica y la saluda . 

Hola , tu eres la que llaman la chica oni ¿ verdad ? . 

Su expresión era sobria y tenía ambas manos en los bolsillos , se mostraba calmado pero su pecho se movía algo más rapido de lo común , como si acabara de hacer un sprint que nunca ha sucedido ya que ni lo había hecho ni había gota de sudor en su frente . Edwin mantuvo su mirada de ojos esmeralda fija en los ojos de rojos de la chica . 

Con semblante de tutora, Irisu sacudió su cabello para dejar que su aroma florar se esparciera, su pose se acentuó al notar la cámara de K. Ayase. Con una pose que dejaba ver todas sus curvas le contesto.

Muy bien, de hecho, gracias por preguntar Ayase. Y no, lamentablemente nada que reportar, han sido unas vacaciones ocupadas, si Kenta no se presenta temprano, yo misma tomare su lugar ¿Me ayudas con esto? Sabes lo difícil que es tratar con jóvenes tan inmaduros.

Tras buscar con la mirada le vuelve a preguntar.

Ayase, tu cámara y vos tienen excelente ojo, avísame si la sensei Natsume está por aquí. O alguno de los directivos.

Con una media vuelta digna de una pasarela de verano, se sube al podio, su altura superior y el escenario le eran tan naturales que sencillamente se presentó con una reverencia inglesa.

Dairokuten Mao, varios de ustedes ya me conocen. En ausencia de nuestro presidente Kitsune Kenta, les insto a comportarse como estudiantes de esta noble institución y se agrupen hasta recibir indicaciones.

Hace una pausa para ver al grupo segregado, apoya sus manos sobre sus caderas, a ella no le importaba quien era más rico, más famoso, menos aún las distinciones sociales.

Maki Chidori, Hakurei Reimu, Burke Edwin, Yamamoto Jaycee. SI quieren sacar la basura y limpiar el salón todo el primer mes les sugiero que sigan apartados. Como su Vicepresidenta no tolerare indisciplina tras una orden de la directora. Cuando se diga que tiene permiso de festejar podrán hacerlo, mientras compórtense.

Esta vez se cruzó de brazos desafiante, su semblante aun parecía tan digno que podría estar en la filmación de una película.

-Ha ido muy bien, mi familia y yo fuimos a un lago precioso. Pero no me bañe, me tire el verano en la orilla cosiendo una cosita. Luego te la enseño. Reimu sonríe con amabilidad. - Y que tal la tuya?

Al ver que aquel chico se acercaba a ella sonrió divertida. Tenia un aspecto muy remilgado y estirado. Seguro que era como la delegada, se tiraría mas de una hora arreglándose antes de ir al instituto. Pero hizo un pequeño tic al escuchar como la llamaba. En ese momento apreto la espalda de Chidori contra su pecho y dejo descansar su cabeza en su hombro.

-Un apodo un poco exagerado ya que no tiene cuernos ni tampoco pezuñas. Un poquito mas educado serias si primero te presentaras y luego le preguntaras tu nombre. Después de todo los apodos son para gente cercana y ese en concreto no se define precisamente por gente cercana. Reimu le dedica una sonrisa sin saberse el motivo.

-Siiiii, ya vamos. Le dice a la delegada antes de susurrar a Maki. -Vamos que se nos impacienta la presi.

- Pero claro, queridísima Vicepresidenta - hace un gesto militar y se aleja para buscar a la profesora. Mientras tanto, tomaba algunas fotos del eventoq ue se estaba llevando a cabo.

No había pasado ni un segundo de haberle hablado a la chica cuando una que tenía más ego que el presidente de un país se puso con exigencias . Edwin simplemente prefirió ignorarla y esperar que hacían las otras chicas al respecto . 

" Seguro que me tiene enfilado el resto del curso si la humillo frente al resto del instituto , madre mía , debería darle una buena lección de humildad y no se le suba el ser vicepresidenta de un mísero instituto a la cabeza ; sería divertido verla limpiando el suelo por donde me paseo a diario , jeje , al fin y al cabo yo ya tengo un puesto asegurado , tan solo debo decirle a mi padre o a uno de sus amigos que me interesa tal negocio o tal política del país , pan comido para un verdadero noble y no alguien que solo tiene aspiraciones " . 

Ya tenía respuesta , pero no era de quien me interesaba . 

Perdona , pero le he hecho una pregunta a ella ; no tiene ni 4 años ni eres su madre para contestar sus preguntas , y por cierto ,  tampoco es que me interese ni su nombre ni el tuyo . Solamente quería preguntarle cuantos casos médicos como el suyo hay . Pura curiosidad .