Partida Rol por web

El receso había pasado más velozmente de lo esperado y ese viernes antes de entrar, todos recibieron la llamada del presidente Kenta. Les dijo que las clases se retomarían ese lunes, cosa esperada por algunos y repudiada por otros, pero el sentimiento de normalidad era lo que realmente ansiaban. Con un tono triste, algo nunca antes visto en él, mencionó que aún no se tenían noticias de los tres jóvenes desaparecidos, pero que eso no podía detener a su grupo por siempre y él tenía fe de que volverían sanos y salvos.

Cada uno de ustedes pasó por la rutina habitual para ir al instituto, mientras recordaban los escenarios que habían tenido que pisar el fatídico día del concierto. No comprendían aún por qué los medios ocultaban la verdad y qué era realmente todolo que había sucedido, pero se habían dado miles de explicaciones poco creíbles al respecto. Una de ellas incluso proponía que aquella extraña niebla era un poderoso alucinógeno y ya ningun quería saber absolutamente nada sobre los noticieros y la historia de lo sucedido dos semanas atrás.

Los ánimos de comenzar no eran los de antes y la ausencia palpable de sus compañeros solo hacía que esto creciera. A pesar de ello, el presidente Kenta los reunió y les dijo que, como la profesora Rika tampoco había aparecido, tendrían una maestra sustituta, al menos mientras ella regresaba. También que la directora Murakami quería que esperaran en su salón de clase pacientemente la llegada de la profesora y que ella pasaría para hablar con ustedes más tarde.

Todos caminaron con desgano al lugar y se sentaron allí, esperando a la nueva profesora y a la directora, pero con tres sillas vacías que hacían que su estómago se recogiera en ocasiones.

Irisu sudaba frio, su cuerpo empapado transparentaba su ropa para dormir. Agradecía la oscuridad que ocultaba su miedo.

Su respiración agitada inundaba el silencio de la noche, aun se sentía en el sueño, las imágenes de guerra le impedían ir corriendo con sus papás. Extendió su mano y el interruptor ahuyento la oscuridad iluminando todo su cuarto con aquel pequeño foco.

Obligo a su cuerpo a dejar la comodidad de su cama, tenía que buscar la manera de tranquilizarse, abrió su armario, el traje escolar y su traje de “niña mala” parecían mirarla críticamente, tomo el primero, se paró frente al espejo, su imagen reflejaba una joven en pleno desarrollo con la mirada asustada, el cabello enmarañado pegado a su piel le daban un tinte salvaje a su cuerpo.

El frufrú de su ropa para dormir resbalando por su cuerpo hasta dejarla en paños menores fue algo tranquilizador, pero aun el espejo le devolvía a una joven cuyo pecho subía y bajaba rápidamente, aun estando desnuda el sueño volvía para verla vestida de guerrera. Las dos imágenes se superponían, chocando la joven desnuda y asustada con la de la fiera guerrera capaz de dar su vida por una causa.

Pensando por un momento que esos dos reflejos le sonrieron, se metió a la ducha.

Mientras se vestía, Irisu parecía ganarle a esos dos reflejos, la asustada joven atractiva desnuda desapareció al igual que la guerrera, al terminar de arreglarse vio una fusión de aquellas dos imágenes, y le gusto, unos segundos cruzo por su mente el gusto por la guerra y la pelea, esos sueños sumados a su reciente interés por la segunda guerra la llenaron de una euforia que nunca había sentido, quiso tener un arma en sus manos.

Fueron los aretes, regalo de sus padres y tesoro del cual nunca se desprendía, lo que tornaron su mente a la realidad, podría tener un arma en sus manos, podría ser todo aquello fantasía, pero fuese lo que fuese, sueños o realidad, ella tomaría lo que fuese para enorgullecer a sus padres, una estudiante modelo… o una guerrera ejemplar.

Antes de tomar sus útiles escolares, sostuvo un rifle imaginario en sus manos y apunto al espejo, el espejo aun reflejaba parte de sus sueños, parte de esa niña asustada o la guerrera, disparo el gatillo imaginario y entonces el espejo le devolvió su imagen, Irisu sosteniendo un arma imaginaria, con la mirada resuelta y firme.

Con ese reflejo se sintió mejor, sonrió sabiendo que cualquier sorpresa la afrentaría como Irisu. 

Camino resuelta, nada cambiaría su rutina, nada que preocupase a sus padres, había dejado la casa contenta del desayuno típico, ahora era Irisu, la estudiante modelo.

Por el camino había comprado una revista de moda, la cual guardo en sus cosas, necesitaba afrontar todo con toda naturalidad.

Llegando al instituto, se encamino sin retraso al aula, cogió su asiento habitual y se quedó quieta, ignorando los tres espacios vacíos, aun que eran cada uno de ellos, un cuchillo en su pecho. Pero se mantuvo estoica.

Su mirada examinaba a los recién llegados, era la primera al parecer, así que abandono su asiento y dedico su tiempo libre a limpiar la pizarra. Esperaba a Kenta por noticias.

El presidente Kenta llegó junto a Yuuko, casi como siempre hacía, enganchada en su brazo, mientras le sonreía. Al llegar al salón, observó que Irisu era la primera en llegar y la saludó con una reverencia formal. Hace poco había convocado a sus compañeros al aula, así que había que esperarlos, al igual que a la directora.

- Buenos días, Irisu-san. ¿Qué tal las vacaciones? - aunque sonreía, no se podía notar el mismo brillo en su mirada que siempre desplegaba. La angustia había hecho mella también en su encantadora sonrisa.

Como cada mañana Reimu se alisto para ir a clase, ya con su fiel compañero guardado en la mochila y el móvil apagado. No deseaba mirarlo mas, demasiadas llamadas buscando una respuesta que la joven no podía dar. Aunque trato de no preocupar a sus padres, cada día parecían que la miraran con lupa, no era algo que se le pasara por alto ni tampoco que le incomodara, Reimu seguía con su sonrisa, indiferente a lo que pasara a su alrededor.

Al llegar al instituto, como no, ya se encontraban los disciplinados presidentes, casi no pudo aguantarse la risa, en su mente se imaginaba que se levantaban casi a media noche para prepararse y estar antes en el aula. Miro de reojo los lugares vacíos, suponía que no se llenarían por el momento por tanto sacudiendo la cabeza se quito las preocupaciones de encima. Se sentó en su sitio sin saludar, se coloco un palo de regaliz en la boca y sacando su peluche comenzó a moverlo para distraerse, esperando a la nueva profesora.

Ese día despertó más asustada e inquieta que en las mañanas pasadas, pues no había tenido otro sueño que se relacionase con ese mundo. Katherine se quedó inquieta en la cama, pensando que tal vez podría ser un presentimiento de que algo grave pase como el primer día de clases, y más por las palabras dichas por Kuroryuu. La pelinegra movió la cabeza de un lado a otro intentando olvidar esos pensamientos y tomó una ducha para refrescarse, se colocó su uniforme y bajó a desayunar con su madre, pues ambas reanudaron sus actividades rutinarias.

Aquellos momentos conversaron de cómo debían presentarse y distraerse, y su mamá le informó que cualquier cosa la llamara a su móvil, por lo que pidió que se llevase el suyo en caso de emergencia. La ojiazul aceptó a regañadientes y se despidieron, pues sólo se verían en las noches ya que su madre entraría a trabajar más temprano y así reponer la semana que solicitó.

Katherine se fue de casa con su carcaj, su mochila y con cierto entusiasmo para reencontrarse con sus compañeros, y de cierta manera toparse con la mariposa que siempre veía le otorgó cierta motivación.

Katherine iba a paso lento, pues esta vez no tenía prisa en llegar a su salón de clases. Recorrer el pasillo le tensaba un poco, pues sabía que su grupo era centro de atención de miradas y susurros que rodeaban el recinto académico; pero como ya había hablado con sus padres, sabía que eso no debía hacerle mal.

Al entrar por la puerta hizo una reverencia al presidente Kenta y a Yuuko a modo de saludo respetuoso. Después miró a Reimu y la señorita Irisu, sonriendo a las dos de manera sincera. Al notar los asientos que no serían ocupados su semblante cambió a uno serio y sin decir nada se sentó en su lugar a la fila izquierda al lado de la ventana, pues le agradaba ver el paisaje que se le mostraba.

Dejó su carcaj a un lado, la mochila al otro y sacó sus útiles para estar lista al momento de que comenzaran las clases. Después observó a las jóvenes y alzó la mano.

-Good morning... Perdón, buenos días. ¿Cómo han estado, Reimu, señorita Irisu?

Katherine le dedicó una mirada a Kenta y Yuuko, pero no se atrevió a mencionarlos porque no había hablado mucho con ellos. Además, tendrían sus asuntos a tratar de manera privada.

Aún tenía fresco en la memoria todo lo que había pasado en el concierto, los recuerdos me habían acosado muchas noches mientras dormía, pero poco importaba todo eso, la ciudadanía tenía una versión falsa y oficial de lo sucedido, y poco importaba lo que se pudiese decir al respecto.

Me levanté temprano, nerviosa por volver a aquél lugar apenas había pegado ojo la noche anterior, pero era algo que aunque quisiera no podía eludir. Salí del orfanato con los cascos puestos y la música tan fuerte como podía aguantar, aquello me ayudaba a olvidar aquellos malos pensamientos aunque sea por un rato, pero entre mas me acercaba al edificio, peor me sentía. Me paré en la puerta de entrada, me saqué los cascos y tras respirar profundamente entré con paso lento.

Buenos días – saludé tímidamente a los presentes y me fui a mi asiento, mi vista se fue rápidamente a los tres asientos que seguirían desocupados quien sabe cuanto tiempo, así que saqué un cuaderno y me puse a dibujar intentando borrar de mi mente los malos pensamientos.

Shiro se levantó con más ganas de nunca de ir a clase. Nunca una semana fue tan aburrida. Se levantó de un salto, desayunó rápido y se dirigió en bici a clase.

-¡Adios, Papá!, ¡adios, Hook!

Llegó al centro muy rápido, tanto que pensó que si su padre le hubiese visto hacerlo le hubiera echado la bronca. Realmente tenía ganas de verlos a todos, y aún más, ver si finalmente aparecían los desaparecidos. Subió las escaleras corriendo y abrió la puerta de un portazo.

- ¡¡Hola a todos!! - con una gran sonrisa. Al ver el ambiente tan apagado de la clase sintió un enorme sentimiento de culpa, como si esta semana hubiese sido en balde. Al ver que los desaparecidos no estaban, se disculpó:

- L-Lo siento mucho, por algún motivo pensé...que estarían de vuelta.

Con la cara muy roja, se fue a su sitio y se sentó.

Irisu sonrió afable ante todos sus compañeros conforme avanzaban.

Muy bien, aunque extrañaba la escuela ¿Y ustedes Kistune-kun. Katherine-san? Espero tengan alguna noticia agradable.

Inmediatamente se arrepintió de su premisa, ya que era evidente su malestar.

Lo siento Kitsune-kun, Katherine-san, lo siento mucho.

Con una reverencia termino su disculpa.

Si gustan, me hare cargo de las labores de la clase. 

Jaycee simplemente despertó en su gigantesca cama ovalada y con un pequeño rayo de sol sobre sus ojos, impulsándolo a levantarse rápidamente, era hora de volver al instituto.

Su vida, grosso modo, no había cambiado desde el fatídico suceso en el gimnasio, puesto que su familia cercana le temía y más de uno quisiera verlo morir, pero afortunadamente no había caído allí, y por lo menos no había desaparecido, aunque también lo sentía por sus compañeros, así no los conociese, podría imaginar el dolor de sus familias. Como de costumbre se levantó y sus sirvientes le sirvieron el desayuno, del cual solo tomó un poco de tocino,pan y jugo de naranja, y les dio la orden de partir, sí que lo respetaban.

De camino al instituto pidió que lo dejaran a cuatro calles, no quería llegar en ese fastuoso auto, asíque se dedicó a caminar lentamente, era claro que no tenpia afán de llegar al lugar, y boviamente no sería el único que quería tomarse su tiempo para ello, ya que los sucesos determinaban de esa forma el ánimo de los estudiantes, y más de su curso, que ahora era noticia nacional, menos mal él no era casi mencionado en los medios, menos su apellido vivía en el anonimato desde el fallecimiento de su padre. Se detuvo en una pequeña tienda a comprar un caffé latte, y más lentamente caminó, le gustaba disfrutar del viento sobre su cabello, escuchar a la gente hablar de cosas normales que para él nunca lo fueron, y así sin darse cuenta llegó a la puerta del instituto, le gustaría repetir ese camino solo o conalguien, disfrutar de una buena compañía camino al lugar.

Tomó una bocanada de aire y entró, se puso la capucha del saco que llevaba debajo de su blazer del uniforme, siempre quería pasar desapercibido, pero así no lo lograría, le faltaba la mitad de su bebida cuando llegó al salón, se paró en el umbral de la puerta y miró a los que estaban ya allí, dirigió una leve reverencia a las autoridades del aula en aquel momento que le estaban dando la bienvenida a los que llegaban y rápidamente pudo ver a KAtherine.san sentada, callada y tímida, no hablaba con nadie, sin dudarlo, pero lentamente se acercó a ella.

- Hola Tempus.san! - le dijo tratando de esbozar una leve sonrisa que casi parecía una mueca de dolor (no era muy diestro haciendo vida social) - cómo te fue en esta semana?

Gracias al cielo la semana de descanso habia terminado, Mamoru termino de bañarse luego del volver de su trabajo matinal y se preparo su desayuno. Mientras comia tuvo la ocurrencia de cambiarle a otro canal diferente al que siempre veia y vio como un duo de malos comediantes hacia chistes acerca del incidente de la escuela y los desaparecidos. Indignado Mamoru apago la tele, tomo su maleta y salio hacia la escuela no sin antes despedirse del retrato que estaba pegado en la pared.

Mientras caminaba intento ser sutil, de reojo vio a un molesto fotografo con sobrepeso que lo venia siguiendo a una corta distancia. Ya le habia pasado antes, unos dias antes unos periodistas intentaron sacarle información acerca del incidente a lo cual Mamoru respondio como lo estaba haciendo ahora: CORRER. Corrio lo mas rapido que podian darle sus piernas, miro hacia atras y vio que el obeso fotografo fue tras el con bastantes esfuerzos, no tardo en perderlo en cuention de minutos.

Ya podia ver el figura del intituto asomarse en la distancia, se veia bien, parecia que el horrible incidente jamas habian pasado-vaya mentira, ¿por que quieren ocultar lo que paso?- .Ya adentro reviso los una vez mas una nota que llevaba en el bolsillo, para el la escuela era nueva ya que era un recien transferido, luego de confirmar su numero de aula y asiento pregunto a un sempai sobre la ubicación de su salon de clase.

Abrio la puerta y de inmediato reconocio a la presidenta, a Katherine-san y a Reimu-san. Queria saludarlas pero vio que tanto la presidenta como Katherine-san estaban ocupadas hablando con unos chicos-deben de ser sus novios-penso. Luego de que encontro su asiento se sento en silencio sin hacer el menor ruido ni destacar en lo mas minimo, era algo nato para el ya que no era del tipo que llamara la atención. El acoso de los medios en esos dias lo hacia sentirse muy cansado, no sabia si los demas se sentian igual.

Habia oido que venia un nuevo profesor, la que habian tenido antes de que Mamoru llegara habia desaparecido junto con los estudiantes, esperaba que no fuera un ogro duro y exigente o peor un profesor corrupto que se deja sobornar por sus estudiantes por dinero. Aún podia sentir las quemadas hechas con una lupa hacia unos años y no hubo nadie que lo ayudara, solo un profesor que miraba a otro lado mientras recibia un fajo de billetes.
 

Al terminar su pregunta, Katherine vio que entraba Naoko al salón y le dirigió una sonrisa a modo de saludo, pero también se percató de su reacción tímida y no supo si fue correspondida, además que no quiso interrumpirla cuando se puso a dibujar. Eso sí, la energía de Kasumi impregnó el lugar y para la pelinegra no pasó desapercibida. 

Alzó la mano para darle los buenos días del mismo modo, aunque se interrumpió porque la ausencia de tres estudiantes estaban marcando a todos, desanimándolos a seguir con el entusiasmo que debían tener por reanudar las clases. Incluso la misma Irisu se disculpó por preguntar algo estándar. Katherine guardó silencio y sólo agitó la mano para Kasumi y decirle con los labios: "buenos días".

No contestó la pregunta que Irisu hizo, pues a eso le competía al presidente Kenta. Ella no era más que una estudiante típica que no sentía ganas de hablar. Preferiría esperar a que los demás llegasen para reiniciar la jornada estudiantil. Sin embargo, la llegada de Jaycee le provocó en su rostro una sonrisa de alivio. Había querido verlo en la semana de vacaciones, pero por razones que se escaparon de las manos no lo logró. Así que se puso un poco nerviosa cuando el chico se acercó a saludarla.

-He... hello... perdón, buenos días Jaycee. Pues estuvo bien la semana. Vi a algunos compañeros y conviví mucho en casa, me ayudó a relajarme. ¿Y a ti?

Como estaba atenta a los que llegaban, notó que Mamoru iba a su lugar en silencio. No pudo evitar esbozar otra sonrisa al ver y recordar lo tímido que es el rubio. Sintió cierta simpatía, pues ella se comportaba así cuando fue a la escuela por primera vez en esa ciudad. Esperó a que Mamoru la viera y así saludarlo con la mano para darle la bienvenida.

Kenta reflexiona un rato por lo que dice Irisu y luego agrega - Bueno, no sé exactamente si lo que tengo por decir es bueno o no, pero sí hay algunas noticias que pueden subir nuestros ánimos - sonrió y miró a Yuuko.

Yuuko asintió y Kenta respondió la pregunta - No te preocupes, Yuuko y yo nos haremos cargo. Tú ve a tu puesto tranquilamente - puso una mano en tu hombro con expresión tranquilizadora, mientras él se hacía un lado para que Yuuko pudiera hablar.

Yuuko era notablemente más baja que Kenta, pero su presencia era lo suficientemente fuerte como para que todos se dieran cuenta que ella estaba a punto de hacer un anuncio.

- Espero que el receso haya sido de provecho para todos, pero tengo unas cuantas cosas que anunciar - la directora Murakami llega en ese momento pero no dice nada.

- Todos hemos podido notar la ausencia de nuestros compañeros y de Natsume-sensei. Aún no hay noticias de ninguno y la familia de Natsume-sensei ha pedido al instituto respuestas, ya que no creen en lo que dijeron los noticieros, como casi toda la ciudad. El comité disciplinario ha hecho grandes esfuerzos por hallar evidencias o señales en los videos de seguridad, pero lo único extraño que se ve es un rayo negro que sale disparado hacia la ventana. Esto concuerda con la historia de Naoko-san, pero no nos da pistas del paradero de los chicos. Solo nos resta esperar que hayan resultados pronto - para por un momento para recuperar la calma y retoma.

- Por otra parte, el comité disciplinario está buscando integrantes, por lo tanto, quienes estén interesados, deben acercarse a mí - se señaló a sí misma y prosiguió.

- Para suplir la ausencia de Natsume-sensei, se ha designado una sustituta, la cual cubrirá a Natsume-sensei mientras ella regresa. Aunque le deseo el mejor éxito a la profesora, espero que la ausencia de Natsume-sensei no sea prolongada, pues su familia la está esperando - en ese momento, mira a la directora, quien entra tranquilamente.

Pueden ver una figura más en la puerta, expectante y tranquila, aunque aún no logran ver bien su rostro, pueden ver un vestido negro con un cinturón de color rojo.

La directora se hace en la mitad de la clase, mientras Kenta y Yuuko se corren hacia un lado. Kenta hace un gesto a Irisu para que se una a él, ya que la profesora sustituta debía reconocerla.

- Sé que estas semanas han sido difíciles para todos, pero esperamos que lo que hemos preparado para la mitad de la jornada sea algo del agrado de todos. En el día de hoy, haremos una visita especial al museo de arte contemporáneo para hacer dibujos, ya que no se permiten tomar fotografías - para un momento para buscar a Koichi pero no lo encuentra, así que dice - ¿Alguien sabe dónde se encuentra Ayase-san? - miró a Kenta pero este le hizo un gesto desaprobatorio.

- Bueno, espero que ustedes mismos se lo hagan saber después. Por el momento tendrán las dos primeras clases con normalidad y luego del receso, los esperamos a todos en la entrada del instituto, donde habrá un autobus esperándolos para llevarlos allí - luego miró a la puerta e hizo un gesto con su mano. La mujer entró al lugar con calma y pudieron ver un porte elegante en la profesora sustituta. Su cabello llegaba a su cadera, mientras que lo cogía con dos pequeñas cintas, lo cual le daba una apariencia más juvenil, a pesar de su vestido negro largo con unos tacones igualmente negros. Llevaba unas gafas pequeñas y en sus ojos primaba un intenso color rojo, muy similar a los ojos de Chidori.

- Les presento a la profesora sustituta, Yami Setsuna. Ella se encargará de las labores mientras Natsume-sensei regresa. Espero que le den una calurosa bienvenida y le ayuden en lo que ella pueda necesitar - hace una reverencia y le da la palabra a la mujer.

La mujer toma la voz con gran calma y pasividad, tratando de no inspirar duda.

Hace una reverencia en forma de saludo y dice - Aunque ya lo dijeron, me parece educado hacerlo también. Me llamo Yami Setsuna. Sé que este grupo está pasando por un triste momento, así que haré lo posible por acompañarlos en el terrible proceso que ha supuesto para todos el incidente de hace unas semanas - la mujer no parecía incómoda con mencionarlo, muy diferente a la actitud de la mayor parte de la ciudadanía.

- Fui yo quien propuso esta visita al museo por una razón: es un momento de esparcimiento que nos hará bien a todos y que les dará la posibilidad de despejar sus mentes a través del arte. Mi idea para esta tarde es que cada uno escoja una obra y la dibuje, además, haga una investigación sobre el autor y el movimiento al cual representa. Este trabajo será socializado cuando regresemos aquí, pero dentro de dos días. Espero que hagan su mejor esfuerzo, ya que yo haré el mío - sonríe pero su rostro se denota un tanto macabro, así que su sonrisa es algo perturbadora.

- Por ahora, espero que podamos iniciar con normalidad - Kenta y Yuuko se le acercaron un momento para presentarse y luego los miró a todos - Quisiera conocer sus nombres. He visto los noticieros pero han sido tan vagos que ya solo explotan la noticia de los desaparecidos. Además de eso, quisiera conocer sus gustos y sus aficiones. Un poco de ustedes mismos -.

Shiro llega algo apurada, tratando de no llamar mucho la atención, pero la profesora nueva se queda mirándole por un momento con una expresión neutra, aunque pueden notar un poco de enojo en sus hombros.

- No me gustan las impuntualidades, así que traten de evitarlas - dijo mirando a Shiro.

Esta se gira hacia la profesora cuando halla su silla y le dice - Discúlpeme, sensei. Tuve inconvenientes en casa pero le aseguro que no se repetirá - se sienta y se nota que se encuentra avergonzada por lo sucedido. Luego, la profesora se queda esperando las participaciones de todos. Mira a Shiro directamente, la cual comprende el mensaje y dice - Me llamo Shiro Kuroryuu y soy nueva, así que no pertenezco a ningún club todavía - después de eso, trata de hundirse en su asiento para que la profesora deje de mirarla.

Tras escuchar con pena, sobre su falta de tacto con Kenta, Irisu se sorprende ante las nuevas, aun que dudaba que todas las noticas fueran Buenas Nuevas. Así que sin retardos se coloca a lado de Kenta en posición de firmes, con las manos juntas en su espalda.

La mención de Yuuko, sobre la apertura del comité disciplinario, era una buena para Irisu, en definitiva pensaba ir con Yuuko al terminar.

Por otro lado la nueva maestra empieza con una buena impresión, le agrada la idea que propone, incluso su acercamiento con el tema tan delicado de sus compañeros desaparecidos, pero… al regañar a Shiro, junto con el final de la presentación, le restan puntos ante los ojos de la vicepresidenta, así que para ella, simplemente era la profesora suplente.

Aunque no debía interferir, una empatía por Shiro le hiso dar un paso al frente y hablar, así al menos distraería a todos del regaño de la pequeña.

Permítame presentarme, Dairokuten M. Irisu, Vicepresidenta de la clase.
No pertenezco a algún club por el momento y mis aficiones son “pasear en mis tiempos libres”, además de estudiar y leer, en particular de historia.

Es un honor tenerla como maestra, espero que nos llevemos bien.

Con una reverencia y un paso hacia atrás, vuelve a su sitio a lado de Kenta y se acomoda el cabello. 

Cuando Kenta habló, la pelinegra optó por acomodarse en su pupitre y después sonreírle a Jaycee a modo de disculpa, en otro momento intentaría reanudar la conversación. 

No le extrañó lo que comentó Yuuko, pues era reconocible que aquella experiencia no tenía tintes normales ni mucho menos cotidianos; pero aquél dato del rayo negro le llamó la atención. <<I will tell Koichi talk with Miss Yuuko>>. Además, que abrieran puestos para el Comité Disciplinario le recordó algo que Yuuko le mencionó a Mamoru cuando él ayudó a enlistar a los alumnos y responder las dudas de éstos. La posibilidad de que el rubio se uniese le hizo sonreír un poco, pues cuando estaban a solas el chico denotó ciertos rasgos de inseguridad que esa actividad podría ayudarle a mejorar. Lo miró unos segundos y después prestó atención a la directora.

Ya había visitado ese museo por cuestiones prácticas de reconocimiento e investigación de forma personal para conocer mejor la ciudad, mas no le desagradaba volver a ir con nuevos compañeros. De nuevo pensó en Koichi y meditó que cuando lo viese le diría ese dato o en un tiempo libre mandarle un mensaje a su móvil. Sin embargo, la aparición de la maestra sustituta la puso en blanco mientras la recién llegada se presentaba. Le agradó su interés en ayudar al salón, pero no pudo evitar notar que ella señalaba a la clase de manera distinta a otras personas que conoció, aunado a que interpretando el nombre de ella le pareció curioso. <<Dark pain, the time of final ... Well, the Japanese language can have many interpretations depending on how to write and context>>.

Katherine estuvo esperando a que alguien se presentara cuando escuchó a Kuroryuu llegar y el regaño indirecto de la maestra Setsuna. No pudo evitar sentirse molesta, aún así escuchó a la chica presentarse y la notó alicaída. Decidió hablarle cuando se diera un descanso, por ahora se concentró en Irisu y al ver que nadie más hablaba, tomó aire para relajarse y evitar equivocarse en su presentación, se levantó y miró a los presentes para finalizar en los ojos rojos de esa mujer.

-Buenos días... Mi nombre es Katherine Tempus -su acento era notablemente forzado, pero había mejorado un poco debido a sus estudios en el idioma en las vacaciones forzadas-. Soy miembro del club deportivo Tiro con Arco desde hace más de un año... Me gusta leer el género de novela, en especial la de fantasía; y, aunque ya muchos lo notaron, no soy de Japón. Provengo de Londres, Inglaterra y vivo aquí desde hace dos años.

Katherine retornó a su asiento y respiró hondo para quitarse los nervios. Esperaba haberlo hecho bien.