Partida Rol por web

Las guerreras, aún malheridas, habían decidido proseguir a pesar de los riesgos, ya que sabían que tenían un deber aún mayor por cumplir y sus enemigos no les darían espera. Sus guardianes caminaban cerca, casi buscando una manera de seguir su paso, aunque era lógico que para ellos era más difícil mantenerse estables en un entorno tan hostil como este.

Mariko los miraba con algo de compasión y trataba de compartir su energía con ellos, aunque no servía de mucho, ya que no era suficiente para cubrir a todos los guardianes. De repente, una luz pudo observarse desde el final del túnel y un poco de esperanza invadió sus corazones, tanto así que muchos trataron de correr hacia ella con las fuerzas que le quedaban restantes, mas había algo extraño, pues la luz parecía acercarse a mayor velocidad de la que se acercaban ustedes. En ese momento, Mariko gritó - ¡Cubran sus ojos! - y aunque los guardianes alcanzaron a reaccionar, los guerreros estaban tan débiles que la luz penetró por sus pupilas y atravesó sus cerebros. Casi como si de una ráfaga de viento se tratara, se tiraron hacia atrás.

Todo era borroso... Todo era oscuro, y solo el eco de la voz en sus cabezas les acompañaba.

Uno... Parpadeaste.

Dos... Volviste a parpadear.

Tres... Parpadeaste una vez más.

Cuatro... Tu vista se fue aclarando.

Cinco... Podías ver la cueva.

Seis... Ya veías el camino.

Siete... La cueva estaba vacía. ¿Vacía? ¿Dónde estaban los demás?

Ocho... Parpadeaste tratando de mirar a tu alrededor, pero todo era confuso. Moverte implicaba perder foco.

Nueve... Parpadeaste una vez más, creíste ver algo al frente. Caminaste hacia aquello.

Diez...  Una silueta está frente a ti. No se mueve, pero tampoco tú. Aún sentías el mareo, pero lograbas sostenerte.

Mientras caminaba estaba pensando en lo que podría pasar en esos momentos, sin duda se enfrentarían a grandes peligros y lo sentía así, ante ellas tenían una gran amenaza y era evidente que no todas sobrevivirían, por eso no dejaba de mirar de reojo a sus compañeras, quizás por eso aquel fogonazo le vino de sorpresa y no pudo evitarlo.

Algo aturdida por lo que había sucedido mira a todas partes cuando recupera la visión:

Pero… ¿Dónde estoy? ¿Qué está pasando aquí? Chicas donde estáis todas…

Aquello era realmente desconcertante y no sabía realmente ni a donde mirar ni que hacer, se sentía extraña

Tan pronto volvían a avanzar, aquella luz les molestaba ahora. Luz, oscuridad, el era un ente tan blanco como negro, y sin embargo se cansaba de que la gama entre ambos tonos se ignoraran, si bien el rojo hacia justicia al neutral, el se veía de un gris plateado que no se tenía en cuenta. Se cogió el pecho ansioso y lleno de nervios - tan cobardes - acertó a decir mientras su mirada luchaba por ver más.

Costó, pero llegó a el una imagen inmóvil, la evaluó un instante, las titánides no dejaban de jugar con ellos, Colón ilusiones, con trampas, no pudo evitar pensar más lejos de lo obvio - ¿un espejo?

Avanzaste con paso lento y dudoso, tratando de recuperar el control sobre tu cuerpo, pero cada paso era tortuoso y requería un gran esfuerzo.

Tus piernas eran pesadas y tus manos temblaban levemente, casi como si presagiaran el comienzo de algo. Fuiste acercándote y pudiste distinguir algo más, un brillo sobrenatural en la oscuridad que se clavaba en ti e iba a donde fueras. Al principio, te sentías algo intimidado, pero luego sentiste algo familiar en esa mirada, algo que habías visto antes.

Avanzaste con paso lento y dudoso, tratando de recuperar el control sobre tu cuerpo, pero cada paso era tortuoso y requería un gran esfuerzo.

Tus piernas eran pesadas y tus manos temblaban levemente, casi como si presagiaran el comienzo de algo. Fuiste acercándote y pudiste distinguir algo más, un brillo sobrenatural en la oscuridad que se clavaba en ti e iba a donde fueras. Al principio, te sentías algo intimidado, pero luego sentiste algo familiar en esa mirada, algo que habías visto antes.

Algo familiar, algo que conocía, pero no confiarse en exceso era esencial - ¿quien eres? ¿que quieres? Y ¿donde estamos? - nervios a flor de piel, y la sensación de que jugaban caos sus sentimientos, no le gustaba no poder controlar nada, era molesto y resultaba un problema más. Querría saber cuando acabarían los juegos, y podría seguir con su objetivo. Ese mundo no tenía las maravillas de las que hablaban los libros que leía antaño, solo pesar y agonía que no tenia intención de quedarse.

El resplandor había tomado a Nereida por sorpresa. Por un momento creyó que se había quedado ciega. Poco a poco la ceguera temporal fue cediendo y entonces notó aquella figura.

-Quien eres? -le preguntó, aún arrugando los ojos- Amigo o enemigo?

Aquello le había tomado desprevenida, por lo que Animae no alcanzó a cubrirse su rostro y se paralizó esperando que todo se aclarase. Mas al recuperar parte de su visión y notar que estaba sola de nuevo sintió que la frustración la abrazaba otra vez. No podía desesperase, así que se limitó a concentrarse en su respiración y mejorar si estado anímico para no cometer otra tontería...

Debía ser otra trampa. ¿Eso significaba que sí representaban una gran amenaza? ¿Por qué no aprovechar el debilitamiento de todos y acabar de una vez por todas? Algo más se tramaba, pero no podía averiguar qué era*. En aquella cueva miró la silueta que no se movía y no sabía si dirigirse a ella o no, así que a la distancia decidió observar bien antes de hablar o acercarse.

Heridas, cansadas, agotadas y hambrientas solo mirabamos a todos lados... y no veíamos más que desolación, muerte y desesperanza, lo único que nos rodeaba era el cruel abrazo de la soledad... yo estaba tan desgastada por las batallas que, las piernas ya no me respondían como debían... -Hehe...- solo sonreí con algo de placer, al saber que si moría, al menos ya me había llevado a la Titiritera conmigo al infierno... -Maldita Bastarda infeliz... Reimu eras una enferma mental, no me alegra haberte matado, pero tampoco me acongoja haberlo hecho...- en mi delirio maldecía a mis enemigas, ya que era todo lo que me quedaba, o las mataba, o me mataban, no había de otra... el resto de los Titanes nos estaban esperando...

Seguía caminando... y el respirar se volvía cada vez más dificil...-Maldita sea... creo que el aire es inflamable aquí... coff, coff... siento que mis pulmones se queman con cada bocanada de aire...- a veces hablaba yo sola...

-No me importa lo que hayan dicho las demás... yo no me voy a detener a ver si las Titanides son buenas o malas... para mi... un Titan bueno, es solo un Titan muerto...- apreté el puño... me sentía como los Frodo y Sam cerca del final de la saga del Señor de los Anillos... y con algo de resignación y desaire en mi corazón solo me dije... -Hehe... éste viaje, solo era de ida; ya no regresaremos a casa...... hehe, ser super heroe y magic girl, apesta... - U u U me sujeté mis heridas... y seguí adelante... 

Entonces es resplandor nos deslumbró a todas y yo quedé aturdida un rato... -Aaagh... kiaaahh... fueron ellas de nuevo... fueron los Titanes... ¡Mal Rayo las parta Brujas!...-

Entonces de repente me encuentro sola... -¡Chicas! ¡Chicaaaas! ¡¿En donde están, donde se han ido?! ¡NO me dejen sola!...-

Realmente le costaba mucho caminar, además la oscuridad le pesaba, era como si la propia oscuridad fuera un peso muy difícil de cargar, pero no podía rendirse, había prometido a todas sus amigas y a ella misma continuar adelante y eso es lo que haría. Fue en ese preciso momento en que se dio cuenta de algo, esos dos ojos rojos que le miraban intensamente. Trago saliva, sentía esa fuerte mirada, esa gran presencia, sabía que la había visto antes, pero no terminaba de recordar exactamente donde, aun así, no le importo, la miro fijamente y dice:

No… no me detendré… saldré de esta oscuridad para reunirme con todas.

Avanzaste con paso lento y dudoso, tratando de recuperar el control sobre tu cuerpo, pero cada paso era tortuoso y requería un gran esfuerzo.

Tus piernas eran pesadas y tus manos temblaban levemente, casi como si presagiaran el comienzo de algo. Fuiste acercándote y pudiste distinguir algo más, un brillo sobrenatural en la oscuridad que se clavaba en ti e iba a donde fueras. Al principio, te sentías algo intimidada, pero luego sentiste algo familiar en esa mirada, algo que habías visto antes.

Avanzaste con paso lento y dudoso, tratando de recuperar el control sobre tu cuerpo, pero cada paso era tortuoso y requería un gran esfuerzo.

Tus piernas eran pesadas y tus manos temblaban levemente, casi como si presagiaran el comienzo de algo. Fuiste acercándote y pudiste distinguir algo más, un brillo sobrenatural en la oscuridad que se clavaba en ti e iba a donde fueras. Al principio, te sentías algo intimidado, pero luego sentiste algo familiar en esa mirada, algo que habías visto antes.

Avanzaste con paso lento y dudoso, tratando de recuperar el control sobre tu cuerpo, pero cada paso era tortuoso y requería un gran esfuerzo.

Tus piernas eran pesadas y tus manos temblaban levemente, casi como si presagiaran el comienzo de algo. Fuiste acercándote y pudiste distinguir algo más, un brillo sobrenatural en la oscuridad que se clavaba en ti e iba a donde fueras. Al principio, te sentías algo intimidada, pero luego sentiste algo familiar en esa mirada, algo que habías visto antes.

Tu espíritu sentía una semejanza en su esencia, y tu mente estaba confusa, pero sabías que aquella figura no era simplemente una ilusión, tal vez no era como tú, pero no era simplemente una alucinación.

Una mirada inquisitiva y fuerte que recordabas de antaño se posó en ti, te analizó de arriba a abajo. No podías ver la silueta con claridad, pero algo en ella te hacía sentir nostalgia y algo de nerviosismo.

Tu vista se fue recuperando y la silueta se acercó a ti. Al final, pudiste ver a alguien allí: Zmiy. No esa Zmiy ciega, sino la Zmiy de antaño.

Una mirada inquisitiva se posó en ti, te analizó de arriba a abajo. No podías ver la silueta con claridad, pero algo en ella te hacía sentir nostalgia y algo de nerviosismo.

Tu vista se fue recuperando y la silueta se acercó a ti. Al final, pudiste ver a alguien allí, y te sobresaltaste al ver que se trataba de ti misma.

No entendía nada, ¿otra Zmiy? Eso no era algo posible - piensa, que puede estar pasando? - pensó, y también su alter ego ¿una ilusión? ¿Sus miedos? ¿Un eco del pasado? Las dos últimas no tenían lógica alguna, ya no temía por ella, y un eco no viajaría a través del tiempo y el espacio.

- ¿no os cansáis de utilizar manipulaciones tan obvias? su rostro transmitía tristeza, intentando influir con esa gesta a quien estuviera tras aquel acto. Sus ojos, sus hombros, sus alas encogidas, hasta el último de sus poros mostraba una tristeza manipulada con crudeza procurando imponer su cabizbajo pensamiento en quienquiera que pretendiera manipularle. Vivía entre sobras, la tristeza era para él un don.

Zmiy sonrió amargamente.

- ¿Así es como me saludas después de tantos años y después de aceptar a una impostora? - no dijo más, pero sus movimientos eran feroces y su postura era la de antaño, delicada pero explosiva.

Le miró de nuevo ¿aceptar a una impostora? Si, sabía que aquella Zmiy podía ser un cúmulo de pensamientos suyos, cobrando vida por la energía caótica de aquel lugar, pero la que estaba ante él era más irreal, pese a parecerse más a la original. Ilify se preparó para citar algunas cosas que hacían más probable que la Zmiy ciega fuera la real.

- creo que en tan poco tiempo, ya has cometido varios errores, Zmiy siempre decía mi nombre incluso antes de verme, todo dragón ha sufrido pequeños cambios para poder estar hoy aquí, en mi caso un huésped humano y parte de mi poder, tú, te ves demasiado igual. Zmiy nunca me recriminaría haber salvado a una impostora, me felicitaría primero por haber logrado salvar a tantas personas o me recriminaría por todas, si fueran todos impostores, pués Zmiy NUNCA pensó solo en si misma como para centrar la conversación en ella. Si tengo que creer que sigues viva, ella es más creíble que tú pese a no parecerse tanto a ti. Pero hay aun el mayor de los errores que has cometido, por lo que dices "sabes de la otra Zmiy", hemos estado en problemas, y te puedo asegurar que Zmiy JAMÁS se quedaría quieta si pudiera ayudar a alguien. Más que Zmiy, eres una muy buena copia física, pero vacía por dentro.

Se sentía insultado, utilizar a Zmiy de forma tan fraudulenta era una burla excesiva. Y si de algún modo era la auténtica, no quedaba en ella nada de lo que antaño le hizo enamorar, pues su fuerza y firmeza provocaban respeto, no amor.

- si queda algo de la auténtica Zmiy en esa cómica copia, se esfumará deseándonos suerte y evitando que perdamos más tiempo, e incluso nos ayudará - preferiría no luchar contra ella, pero no permitiría que utilizaran su imagen y sus recuerdos contra si mismo.

- No lo comprendes, ¿verdad? - suspiró la figura de la chica.

- Yo soy el reflejo de tu sentir, de tu pensar, por eso conozco a "la otra Zmiy", la que fingió ser Zmiy para acercarse a ti y que fingió volver a la vida después de un trágico destino. Yo soy la esencia de Zmiy que ha vivido en tu interior desde hace siglos, Ilify. Soy tan real como tú porque soy parte de ti - dio dos pasos y se detuvo.

- Soy tus temores, soy tu madre, soy tu padre, soy Jaycee, soy tú. Mi pregunta es ¿Por qué soy yo quien te personifica? - su rostro expresaba real curiosidad ante la situación.

- No puedo aplaudirte porque tú no te aplaudes, no puedo amarte porque no te amas, no puedo sentir satisfacción porque tú no la sientes, Ilify - decía sus palabras con tanta seguridad que tu corazón se aceleraba, te hacían pensar, reflexionar, dudar de si eran ciertas o no.