Partida Rol por web

La escuela.

El viaje había tenido algunos sobresaltos mínimos.  Aunque desde dentro de esa camioneta con vidrios opacos no sabían exactamente por dónde o cómo estaban viajando.

Al llegar se encontraron con algo que no esperaban... Una escuela.

Quizás sonara un tanto burdo, pero no creían que una escuela para espías fuese... una escuela.

Ingresaron en un grupo de unas 20 chicas a la recepción, recorrieron un tanto el lugar y, finalmente, les pidieron a todas que se presentasen en la sala de asambleas.  Helena estaba allí, aunque sabían que debían llamarle Matron.

Kumiko entró en la sala de asambleas, haciendo a un lado a una de las alumnas que estaba en su camino, con un empujón y luego a otra.

Se quitó el chupachús que lleva en la boca, escupió en el suelo y se quejó en su idioma natal.

“Asquerosos extranjeros.”

Se sentó despatarrada en una de las sillas con una pierna por encima del respaldo del asiento frente a ella y continuó chupando su golosina, con aire indiferente.

Seguí a la chica que me empujó, me acerqué y, con un movimiento certero le quité la golosina de la boca.

Mira por dónde vas.  Dije parada frente a ella con la golosina en mi mano.

Kumiko se puso de pie de un salto y se encaró con la perra que había osado quitarle la golosina de la boca, de modo que sus caras casi se tocaron.

Le clavó una mirada amenazante y cuando parecía que estaba a punto de saltar sobre ella, miró de reojo a las autoridades del colegio que estaban presentes.

Luego volvió una mirada cargada de odio hacia la insolente muchacha.

“En dos horas nos veremos detrás del Math and Science Center” dijo de manera que la oyeran las demás estudiantes que estaban cerca.

“Si no te presentas iré a por ti.”

Volvió a sentarse de la misma manera descuidada con los brazos apoyados en los respaldos de los asientos a sus costados, mirando al frente con cara de pocos amigos.

Creo que debemos bajar los niveles de estrógeno.  Dijo Matron.  Bienvenidas a la escuela, aquí aprenderán todo lo que necesitan saber y más.  Cada una fue seleccionada porque tiene habilidades específicas que en un futuro servirán para convertirse en agentes de élite.  Cualquier agencia de inteligencia del mundo querría una agente así.  Nosotros sabemos cómo hacerlo.

Las autoridades se acomodaron en el escenario de pie, con Helena en el centro.

Respeten a los profesores, respeten a sus compañeras.  Su vida dependerá de ellos mañana, en un mes o en 20 años.  En St. Hardian's, la primer lealtad es hacia nosotros mismos.  Ustedes responden a mí y yo a ustedes.  Ustedes responden a su compañera y ella a ustedes.  Hemos formado desde hace años la red más profunda de inteligencia del mundo, infiltrada en la CIA, NSA, Mossad, MI6, ARGUS, Check Mate, la Liga de las Sombras, Intergang, la Tríada, Yakusa, Bratva... Solamente hace falta una dama Sr. Hardian's en el lugar adecuado para hacer caer o crecer una organización... Y solamente puede lograrlo si confía ciegamente en nuestra red.  No fracasarán, porque siempre estaremos apoyándolas, a cambio exigimos respeto y disciplina.

Qué hay de las reglas básicas de convivencia?  Pregunté.

Creo que lo que quiere preguntar ricitos rojos es qué políticas tienen sobre las relaciones interpersonales.  Acoté mirando a la directora.

Todos en este lugar son mayores de edad... Y estaremos aquí durante, al menos, 3 años.  Si bien lo ideal sería que no fueran idiotas... Nosotros tampoco lo somos.  No pretendemos que son niñas, simplemente no hagan estupideces... Y no abusen de sus profesores, solo hay media docena de hombres y en algunos casos las cosas terminan mal.  NO TERMINEN CON UN TIRO ENTRE LAS CEJAS POR NO PODER SEPARAR LO QUE PASA ENTRE LAS SÁBANAS Y LO QUE PASA EN EL CAMPO.  Esto último lo dijo gritando y acentuando cada una de las palabras.  Dicho esto, a la escuela no le interesa con quién se acuesten o cómo.  Simplemente tengan en cuenta que su lealtad debe ser siempre primero a St. Hardian's.

Creo que te salvó la campana... No voy a buscarte a ningún lado... Puedes ir a buscarme tú a mí.

Digo sin darle importancia a la actitud de la chica, con un poco de pedantería.

Kumiko se limitó a mirar a la muchacha y pasó el pulgar de su mano derecha por sobre su cuello, en una señal inequívoca.  

¿yo tengo que tirar? por las dudas tiro, cualquier cosa ignora la tirada. 

Por la dormf de moverse, de ponerse en guardia y de caminar, Kumiko supo que Gail tenía entrenamiento de la Liga.  Claramente no era Mary, y podía incluso ser alguien que conociese a Anna, ya que sus edades eran similares.

Por la forma de moverse, de ponerse en guardia y de caminar, Kumiko supo que Gail tenía entrenamiento de la Liga.  Claramente no era Mary, y podía incluso ser alguien que conociese a Anna, ya que sus edades eran similares.