Partida Rol por web

Despiertas con el caer de la noche, casi te cuesta reconocer la estancia, aún no la has hecho tuya y los muebles que hay son un tanto espartanos para tus gustos, abra que redecorar. El tipo de anoche te dijo que un coche te esperaria abajo para ir a una reunion de la camarilla local.

Tengo tanta hambre que me bebería un cachalote entero... bueno, quizás no tanta, pero la sed aunque sea pequeña, siempre me da la bienvenida al empezar mi noche. Me levanto, asomo por la ventana a ver si veo algún coche esperándome. De ser asi, intuyo lo conduce un siervo mortal, los mios aún deben estar desperezándose.

Abro la nevera, me tomo mi cerveza de sangre*, y preparo la carne de Caricias, que espera ansioso. Mientras la sajo, me muerdo la muñeca y vierto mi preciada Vitae en su carne. Mi hermano, mi ghoul inmortal. Siempre juntos.

-Caricias, esta noche tendrás que defender el fuerte -le digo mientras le acerco el trozo de carne (no recuerdo si era de caballo o de algún mortal que husmeó demasiado... ah la resaca de aquella noche...)- aún tengo que comprobar en que situación estamos realmente, pero vendré tan pronto pueda.

Siempre le lleno la bañera cuando estamos en casa, o la piscina, para que beba si necesita. Caricias bebe mucho.

Una vez listo, bajo hacia el coche, y saludo con la mano, mientras me acerco a la puerta.

Efectivamente ves que hay un coche parado enfrente de tu piso, con un tipo con americana sentado en el capó, fumando y mirando a la puerta del edificio.

Caricias ronronea y se pone a su carne con "salsa"

Sabiendo que Caricias tiene todas sus necesidades bajo cubierto, salgo al encuentro del hombre de fuera, que me está esperando. Para la reunión, me traigo ropa informal pero refinada, camisa a cuadros y pantalón de traje, de marcas prohibitivas para la mayoria, que contrastan con una pulsera de mercadillo que me gustó.

En la espalda, además llevo una mochila con un Netbook, por si debo conectar a internet o ponerme en las páginas de borsa, si me aburro demasiado pronto. También llevo un par de gafas de Sol y una estaca pequeña en el lateral del portátil, dentro de la mochila.

Cuando me acerco al tipo que me espera saludo con un gesto.

-¿Que pasa tio? Creo que me esperabas a mí.

El tipo te mira y te pregunta.

-Randy supongo. Si, monta.

El hombre conduce sin mucha conversacion seguro y directo.

El viaje transcurre al inicio sin novedad, mientras me pongo a mirar en el móvil páginas de redecoración; ya que me molesta el aire espartano del piso, tan alejado de mi ideal de glorificación decadente. Tras marcar algunas páginas en favoritos, para hacer encargos online, miro al conductor con aire aburrido:

-Por cierto, ¿tu quién eres? ¿Porqué no me pones un poco al dia de las figuras importantes de la ciudad? O si te da palo, pon la radio o algo.

El chofer te mira por el cristal retrovisor.

-Trabajo para el señor Jafielle. él me ha pedido que le lleve. Soy Murdock.
En cuanto a figuras importantes, ¿Que le interesa? ¿Politicos? ¿Gente de pasta? ¿O famosillos y eso?

-Pensaba más bien en los que parten el bacalao. Por ejemplo, hablame de tu jefe.

No quiero decir mucho más, porque igual este hombre no conoce el mundillo de la noche. Veamos que me cuenta él.

-El señor Jafielle es un empresario importante en la ciudad, es dueño del Boston Globe, el periodico más inmportante de la ciudad y más cosas, pero esa es su joya.

Me da que si sólo tiene eso por contarme, este mortal está inmerso en la mascarada y no sabe del mundo de los inmortales. Lo mejor será no insistir más en el tema. Le doy las gracias y dejo que transcurra el resto del viaje en silencio.

Conduzco la Puckup unos 20 minutos en direccion sur, entramos claramente en un barrio residencial de clase media. Tras parar un par de veces a mirar el mapa acabo señalando una casa.

 -Esa es la casa de nuestro amigo.

 La casa no dice nada de primeras, una edificacion tipica del barrio que no destaca por nada en especial.

 Desde el coche es facil ver que tiene dos plantas completas, un ático y un sotano.

 Tambien se ve una casita en el jardin, seguramente almacen para herramientas.

 Hay luz en la planta baja.

  -Bien, darme un minuto y bajar del coche, llamar al timbre con cualquier excusa a ver quien esta en casa. No queremos apalear al tipo equivocado, si conseguis entrar o algo mejor, pero no os arriesgues, no sabemos quien o que es el tipo que buscamos.

 Yo daré una vuelta a la casa a ver que veo y si se pone feo os cubro.

Salgo de la furgoneta y me pierdo entre los jardines de la casa del al lado, pronto dejais de verme.

El viaje ha sido relativamente rápido. Quería hablar de un par de cosas con el chaval, pero el silencio ominoso de Cage no creaba una buena atmósfera donde hablar de esas cosas.

Nada más llegar se pone a repartir ordenes fiel a su estilo. Bien. Asiento a sus indicaciones.

- Creo que será mejor que hables tú. Tienes cara de buena gente. - le comento sencillamente antes de bajarme al pasar el minuto.

>> Pero espera un momento, que nos aseguremos de que no tiene ningún sistema de seguridad. Como sea un flipao de la seguridad en casa y haya alguna cámara por los alrededores que puedan captar a Kimbo se puede liar gorda.

Tras lo que busco indicaciones de algún tipo de seguridad doméstica antes de indicarle a Antuan que tiene vía libre para ir a llamar al timbre mientras yo le cubro las espaldas.

Un condo típico de película americana en un jardín cuidado de porquería por los bordes, no parecía exactamente la clase de sitio que alguien asociado con el sabbat frecuentaría, pero en aquellas tierras las cosas funcionan diferentes, los Randys del mundo son aplaudidos y defendidos en vez de servir de escarmiento público y los sabbat no son una especie de cutistas de la muerte dementes. EEUU eran RAROS.

"Creo que será mejor que hables tú. Tienes cara de buena gente"

-Kay -contestó sencillamente- ¿Alguna idea de qué queréis que le digamos?

Con Kimbo por ahí rondando y Jack cubriéndole la retaguardia Antuán se encontró de nuevo en la posición de comer mierda, tener que llamar a la puerta y tener que improvisar una maldita historia en segundos. En aquel momento pensó que tener cinco minutos para investigarle en las redes sociales como los remalditos creepsters que eran habría sido una gran idea, pero no, los señores eran hombres de acción y tenían que estar moviéndose de un lado a otro porque los dos que daban las órdenes querían estar desafiándose un rato. Y esta es la razón por la que uno no se va con us JEFES a trabajar.

-*sigh*

Llamó al timbre cuando llegó el aviso de proceder.

Tras un minuto que se hace largo escucháis unos pasos que avanzan hacia la puerta. Abro con mala cara y mirando a Antuan y después por encima de su hombro a Sunrise, me planto en medio de la puerta con las piernas abiertas y las manos en el cinturon.

-¿Que queréis a estas horas?

Antes de acercarnos a la casa* Jack se saca un cuchillo y mira a Antuan.
- Lo mejor que se me ocurre, es rajarte la mano y decirle que te la has cortado mientras cambiábamos una rueda a la pickup, que hemos visto luz y quizás nos hiciera el favor de dejarnos pasar a su cuarto de baño para limpiarte y vendarte con algo.
.

*Espérate que le conteste, chache XD

Miró al cuchillo con la cara del hombre que estaba teniendo que barajar tajarse la mano en unos segundos.

-Si es lo que creemos que es, ¿no le...?

La pregunta tácita era "¿no se le notará como lo haría un yonki ante una bolsa de reluciente jaco?", y quizá formase parte del plan, pero entonces todo posible engaño se iría al garete. Aun así, tomó el cuchillo, porque tenía que admitir que no era una mala excusa. Cortarse le gustaba poco: por muy regenerador que fuese practicarse el corte seguía doliendo.

-¿Tienes alguna clase de pañuelo para envolver la mano?

-Si hace algo raro ya nos encargamos Cage y yo de pararle los pies. Yo te cubro las espaldas. - asegura con la convicción de quien ha partido muchas piernas y otros huesos más "críticos".
.
Te mira con cara de "¿qué coño me estás pidiendo?" cuando le hablas del pañuelo, pero se cachea por si acaso y saca con un poco de sorpresa un pañuelo de un bolsillo interior de la chupa de cuero. No parece excesivamente sucio, pero desde luego no está limpio; tiene restos de suciedad, quizás de limpiarse las manos después de revisar algo de la moto. Se lo tiende a Antuan.
-Nuestra noche de suerte. Espero que no te preocupen las infecciones - añade en un intento de broma de colegueo.