Partida Rol por web

Cierto Húren, parece abstraído... -le dije antes de que se adelantase. Ten cuidado, no sabemos qué está tramando... Te sigo.

Acto seguido, contiué agachado y me dispuse para seguir los pasos de mi compañero entre las sombras, tras cada estatua.

Gran tirada Húren, tus pasos son como los de un fantasma ;)

Mientras avanzaban, podían entrever o que había al otro lado entre las estatuas, y la verdad es que no auguraba un buen destino... Húren y Bernard se colocaron en la tercera estatua, a un lateral de su base, y ahora podían divisar toda la parte izquierda de la sala, En la cual pudieron divisar un grupo de hombres armados y ataviados con las armaduras de la guardia personal y tropas de Rasbrook, la del Gobernador de la villa. Estaban de pie, en guardia, y mirando hacia su líder. Parecía que no se habían percatado de vuestra presencia, aunque les viérais perfectamente. La parte derecha era aún tapada en visión por su posición resguardada.

VistaNegra seguía ahí, desenmarañando algún misterio que sólo él sabía. En esos momentos, un gran rugido, alboroto y ecos de voces parecían cercirse en las proximidades de aquella torre... y cada vez se acercaban más y más... ¿Qué ocurría fuera de aquellos muros? Acto seguido, Bernard miró a Húren a los ojos, mientras espiaban. Era una mirada un poco rara, penetrante y no sincera. Después, el viejo encapuchado se levantó de cuclillas, carraspeó a propósito muy, muy alto e hizo que toda la atención de la sala se centraran en ese punto, delatando la posición de Húren...

...los seis soldados de Rasbrook y por supuesto su Gobernador centraron su atención en ambos sujetos.

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Nota: Húren, tu y Bernard estáis en el punto amarillo. Las zonas negras no las veis. Como verás, hay zonas entre las estatuas de piedra que si las habéis visto mientras avanzábais hasta el punto, aunque se ven poco.

Lo siento, Húren...

Mi cabeza estaba algo cabizbaja. Sin más que decir y viendo la cara de sorpresa de aquel comerciante de lejanas tierras, comencé a dar pasos hacia delante, subiendo el altar circular y colocándome delante de VistaNegra. Luego me di la vuelta y señalé a Húren con el dedo...

Ahí está...

Buen chico... -di unas palmaditas a Bernard en el hombro.

Vaya, vaya, vaya... ¿qué tenemos aquí? Pero, por favor... acér... ¡acercate! -dije sonriendo mientras me dirigía a Húren. ¡Bienvenido a mi nuevo hogar!

Mi tono era sarcástico, la situación para aquel tipo, desesperada.

Me enderezo todo lo que puedo ante la situacion que se me presenta. No puedo evitar mostrar mi disgusto en el rostro, sin embargo, no estoy sorprendido. Por alguna razon tenia el presentimiento de que Bernard ocultaba algo, pero por desgracia ya era tarde para tratar de hacer algo al respecto.

Cita:

Manteniendo mi aplomo, el aplomo de alguien que se sabe capturado y sin posibilidad de escape, decido hacer caso de la "invitacion" de VistaNegra y guardo mi daga en el cinto, acercandome tranquilamente hacia el altar. "Tengo que hacer tiempo, para darle una oportunidad a Alalonna..."

- Bien, aqui estoy, supongo que como buen anfitrion no tendra problemas en ofrecerme un vaso de agua - digo sarcasticamente una vez estoy frente a VistaNegra y Bernard, a unos pocos metros del altar.

Durante los pocos segundos que han pasado, procuro seguir revisando el lugar disimuladamente, en busqueda de algo, de lo que sea, que sirva para ayudarme en la terrible situacion en la que estoy. De vez en cuando miro de reojo a los escalones por donde llegue, pensando en la manera de ayudar a evitar que Alalonna tambien caiga en la trampa...

La mujer vio que el Hombre Sauce estaba trabado en combate con e Golem así que decidió ir por su cuenta contra los esqueletos. Estorbaría menos en la lucha de la criatura mágica y ayudaría a que el prisionero fuera liberado cuanto antes. Los golpes del Golem contra las paredes, hacían peligrar la estructura, con lo cual, debía sacarlo con prisas de ese lugar.

Sin demorarse encaró al primero de ellos, el que tenía más cerca. Hubiera querido atacar directamente al torturador, pero no quería verse encerrada y con riesgo de lastimar al prisionero que ya bastante mal la estaba pasando.

-¡Vuele al infierno criatura de muerte!- gritó al tiempo que clavaba su espada en lo que quedaba de tórax del muerto viviente.

El cuerpo del esqueleto quedó maltrecho. Numerosas costillas cayeron al suelo, mientras que otras tantas otras quedaron fracturadas. Ahora la estructura de aquel ente peligraba y le costaba tenerse en pie. Por esto la criatura comenzó a huir hacia la ventana atravesada por el meteoro. Cuando el otro esqueleto contempló el gran daño provocado, decidió huir en la misma dirección, como las primeras ratas que abandonan un barco... Allí quedó el hombre atado, ahora sin la tensión de más tortura ofrecida por sus captores...

En esos momentos, mientras contemplabas cómo huían aquellos huesos, un gran alboroto percibías; parecía el sonido de una muchedumbre, de algún grupo, pues el jaleo era tremendo. Al estar la ventana de la torre destruída, la algarabía era mucho mayor y, parecía acercarse a la torre...

Alalonna, te tiro iniciativa por si quieres luchar, los otros dos siguen luchando.

Percepción conseguida.

La superficie era una piedra marrón perfectamente lisa y pulida, y sobre todo brillante. Cualquier trampa o abertura en el suelo podría ser contemplada. Si te diste cuenta que, en el altar circular, junto al atril, había un pasadizo que bajaba. Desde tus posiciones anteriores no habías podido verlo, ahora estabas acercándote, te percataste de ellos.

Por otra parte, ahora podías ver perfectamente toda la sala, y las sospechas que tenías eran totalmente correctas: en un lateral, había una criatura gigantesca, de grandes dimensiones y numerosas escamas brillantes. Se encontraba tranquila y retenida por cadenas de sus pies, cuello y cola... dichas cadenas estaban incrustadas en la pared inmediata a su posición, pero concretamente estaban clavadas en las manos de varias estátuas esculpidas en la pared, que tenían forma de gárgolas.

-Vaya, vaya, vaya... mmm... -dije siguiendo su juego- ¿Lo dices por esta fuente? No, no, no, noo... esta reserva es privada, señor Húren... y no es precisamente agua...

Acto seguido, el ruido intenso que antes había comenzado se estaba haciendo cada vez más fuerte ¡se oía más y más cercano!

-¡Guardias! -grité haciendo un movimiento de cabeza hacia delante.  En esos momentos, la fila de seis hombre que habían comenzado a patrullar el piso, de un lado para otro, bajaron a ver qué acontecía, perdiéndose por la entrada a aquel piso.

Por cierto, ¿tanto valía el favor de esos duelfos como para venir aquí a morir...? esa estirpe es repugnante, ciertamente... Cuando condujeron a Bernard hacia su valle oculto pensé que era suficiente, mis tropas arrasarían sus tierras conociendo ya su posición, pero... me soprende que hayás venido hasta aquí... la verdad es que me lo has puesto bastante fácil.

Luego miré a Bernard.

Ahí tienes tu parte. Dos pieles, como acordamos... Te pediría que te marcharas cuando acabes, Bernard.

Tragué saliva. Asentí y me dirigí hacia la fuente.

Cla... claro. No hay problema -le dije.

Los esqueletos, como todas las criaturas cobardes, huyeron cuando comprobaron que Alalonna era una guerrera experimentada. El hombre sauce seguía trabado en combate con el Gholem. La mujer dudó si intervenir o no, pero el estado del prisionero la empujó a dejar a un lado las armas y correr en su auxilio. Por ahora  la criatura invocada por Huren venía demostrando que podía encargarse de todo, así que su atención se centró en las  ataduras del torturado hombre. Con dos rápidos tajos de su espada cortó las ataduras que  mantenían al hombre contra la pared y corrió a sostenerlo cuando éste perdió todo apoyo.

-Vamos  amigo, debemos salir de aquí.- Los ruidos provenientes del exterior no le auguraban buenos presagios y todavía tenían que acabar con Vistanegra. -Camina con cuidado. Si puedes decirme por qué te torturaban así bien. Si no, no importa, quedará para luego. Te pondré a salvo e iré a ayudar a mis compañeros.

Mis sospechas se confirman al ver al Dragon sujeto a las cadenas. Una criatura poderosa y tambien incontrolable. Es seguro que la presencia del dragon esta directamente relacionada con el altar del lugar. Por un instante pienso en la posibilidad de liberarlo y escapar durante el correspondiente desorden, "Si lo tiene encadenado, debe ser porque no le obedece..."

Pero antes de tener tiempo para reflexionar en el escape, VistaNegra ordena a los guardias bajar por los escalones donde hice mi entrada. Asi que me decido por auxiliar a mi compañera antes de ayudarme a mi mismo. La eleccion es riesgosa, ya que es posible que Alalonna ni siquiera se este acercando a los escalones, o por el contrario, debido al ruido que hay abajo puedo estarla colocando entre la espada y la pared, pero la verdad, aqui arriba no estara precisamente mejor.

Ante la posibilidad de que los guardias se encuentren con Alalonna al bajar, hago un esfuerzo por lanzar un hechizo rapidamente, algo que detenga a los guardias aunque sea momentaneamente, y al mismo tiempo avise a Alalonna del peligro...

Girandome rapidamente, lanzo el hechizo de lluvia acida aprendido durante la estancia con los duelfos, sin embargo, no lo dirijo hacia ninguno de los guardias, sino que lo hago sobre los escalones. Lo he logrado, he creado una pared de lluvia acida que empieza a mojar todo lo que hay en los escalones y sus alrededores, justo antes de que los hombres de VistaNegra empiecen a bajar por alli.

- Ahora se lo tendran que pensar un poco antes de bajar - digo con ironia mientras me volteo de nuevo a dar la cara a VistaNegra. Sonrio con sorna mostrando una expresion de autosuficiencia que en realidad estoy lejos de sentir. "Bien, si voy a morir, no le dare el gusto de mostrarle mi miedo... aunque quizas... pueda hacer algo mas que solo reirme de el", pienso con un minimo de esperanza mientras trato de escuchar los ruidos que vienen de la planta inferior.

Justo cuando desaparecieron por los escalones, una nube puntual surgió en las alturas de la sala. Fue como si el mismo espacio de los techos se encogiera sobre sí, creando una zona puntual donde emanaban nubes. Cuando los cúmulos cargados se acumularon en el interior y las alturas retorciéndose, la concentración comenzó a descargar. Había un fuerte olor caracteristico que producían las nubes. En esos momentos, un pequeño chaparrón de agua hizo descender agua, y la lluvia fue cayendo poco a poco hasta lograr una intensidad increíble en poco tiempo.

Las gotas asemejaban a agua normal, aunque no lo eran; algunas cayeron al piso donde se encontraba, y el suelo pareció quedar resentido, deteriorándose y haciendo desaparecer su brillo de pulido característico por manchas de veta de piedra negruzcas. Pero eso fue una mera anécdota... la lluvia provocó en segundos un auténtico torrente justo encima de la entrada de los escalones. Sin duda recorrería el pasillo antes de llegar a la cámara de la entrada...

VistaNegra parecía ahora no dar crédito a lo que veía. Creía que Húren era en realidad un pobre desgraciado al que había guardado una vez en su casa por una buena acción... Aunque no lo vio, el torrente de agua cogió desprevenidos a los soldados, justo a la altura del pasadizo. Era evidente que no podían cubrirse con nada... (no aplicaré esquiva, porque, obviamente se mojarán).

Soldados de VistaNegra:

Lluvia Ácida vs Hombre VistaNegra

1d10 + (IN Húren) vs 1d10 + IN Soldados =

2 + (21) vs 10 +(13) = 23 vs 23, Sin daños.

Los hombres de VistaNegra, pese a que estaban lo suficientemente mojados, parecían protegidos. No obstante, sus gritos de sorpresa fueron poco a poco difuminándose hacia el piso superior, de la misma manera que el torrente de agua formado hacía su trabajo y empujaba con fuerza. Los seis soldados fuerno arrastrados hacia abajo.

Mientras tanto, Húren intentaba percibir los ruidos de la planta inferior. Segundo después de que el aguacero había bajado y arrastrado a los soldados, el vocerío de abajo se intensificó por momentos. Cuando se hizo la calma del agua, Húren comprobó que las voces, en su mayoría, eran más agudas de lo normal, y entre ellas sobresalía una mucho más grave y provocadora. También escuchaba rugir al hombre de piedra y al Sauce en el piso de abajo... al parecer continuaban peleando.

Incluso mientras oía, Húren perdió la vista en las ventanas de aquel piso por un momento, cruzando su mirada más allá...

... en esos momentos, contempló algo que caía del cielo, en el exterior; era algo que ya había visto tiempo atrás; eran... pétalos de color verde...

No hubo dificultad alguna en cortar sus ataduras. Cuando ocurrió eso el hombre cayó desfallecido en tus brazos. Apenas podía hablar, tenerse en pie, o abrir los ojos. Sólo sabías que estaba vivo, poco más... El Sauce, por su parte, continuaba golpeando:

Viejo Hombre-Sauce vs Golem

1d10 + (FU Viejo Hombre-Sauce) vs 1d10 +Ag enemigo =

5 + (26) vs 3 +8 = 31 vs 11, el golem no logra esquivar.

Daño de Viejo Hombre-Sauce al Golem

1d10 + (FU Viejo Hombre-Sauce) vs 1d10 +FU enemigo =

7 + (26) vs 8 + 18= 33 vs 26 =7 puntos de daño al Golem. Le quedan 11.

Un golpe menos brutal que el anterior con una de sus ramas, pero igual de efectivo y certero, sin pensárselo dos veces, el hombre de piedra le respondió:

Golem vs Viejo Hombre-Sauce

1d10 + (FU Golem) vs 1d10 +Ag Sauce

= 20 vs 35, Sauce logra esquivar.

En esos momentos, justo cuando el Golem intentó dar un zarpazo contra la copa del Sauce poco poblada, aconteció algo realmente espectacular. En las afueras el ruido era atronador, estaba claro que una muchedumbre irrumpiría en la torre de un momento a otro. Oías perfectamente la voces enfurecidas de la gente, aunque parecían voces muy agudas. Entre tales voces sobresalía una muy provocadora y mucho más grave.

Pero eso no fue lo más espectacular. De repente, otro ruido comenzó a surgir desde las alturas, un "SHHHSSHHHSSHHH" atronador... En esos momentos, contemplaste desde el lugar cómo un grandísimo torrente de agua bajaba pasaba por el recibidor de la entrada y salía por la entrada de la torre hacia el exterior. El enorme "chorro" de agua bajó desde la última puerta que tomaron Húren y Bernard antes de dejar a Alalonna en  plena batalla, y salío hacia afuera de la torre, a modo de presión.

Claro que esto lo veías tu a través de la entrada a la sala donde os encontrábais, es decir, viste un gran torrente descender de izquierda a derecha, derribando las pocas ruinas que había a todos lados. Pero, había algo más... seis hombres eran arrastrados por dicho torrente..., gritaban, parecían auténticas hormigas en la inmesidad del mar... el agua no ofrecía cuartel... Los hombres salieron arrastrados de la torre... Fue entonces cuando la muchedumbre enfureció aún más... y se oyeron sonidos de espadas y restallidos de metal con placas...

De acuerdo, esperaré a que postee Potty y VistaNegra dará algo de cancha a Húren. ¡Ánimo entonces para ti!

un saludo!