Partida Rol por web

Cada lobo por su senda

II. Inimici Sont Multi

Cargando editor
10/10/2011, 22:32
Señores

Llegásteis a la taberna. El tabernero Fuencislo no dejó siquiera que tocárais la puerta (su criado os había visto ya acercaros y salió él mismo a recibiros). El gélido viento chocante en la cara se había tornado en una brisa cálida en el interior. La mesa seguía intacta, con las viandas a medio comer por la repentina marcha. Una vez allí, los tipos se sentaron en un par de sillas que Fuencislo les proporcionó. De Oñate parecía ansioso por que hablaran.

Verán... -y un resoplido alimentó vagamente el ánimo del que habló, que miraba al suelo mientras lo contaba-, esos cadáveres encontrados, incluido el del chico de hoy, no están devorados... ni siquiera roídos en exceso y a propósito para ello ¿o es que no lo han visto? Ejem... Pe...perdonen sus mercedes -parecía haberse extralimitado en el trato ante aquellas gentes vestidas tan de bien y habíase dado cuenta. Si se fijan bien, las bestias que lo hicieron sólo se preocuparon en matar, no en saciar su hambre... ningún lobo haría eso... ninguno. Sólo...

En esos momentos miró al otro dejando de perder la vista en el suelo para llevarla a las de su compañero. El otro tipo acabó la frase:

Sólo la Jauría...

Fue entonces cuando aquel tipo (el segundo) miró la mesa con tanta comida bien dispuesta. Parecía que su boca se hacía agua, dejando incluso de hablar para babear ridículamente ante tal festín a un metro, tan lejos y tan cerca...

Notas de juego

No pongáis como destinatarios a Rui Bertrán.

Cargando editor
10/10/2011, 22:44
Director

No era una casa muy lujosa... se diría que más bien era una choza algo pútrida y descuidada. Allí, Monseñor Luis y el resto de habitantes prestados voluntariamente a llevar el cadáver entraron con el cuerpo y lo dejaron en el interior. Lo colocaron sobre la mesa del comedor, toda grande, la cual sirvió de camilla de exámen improvisada. Junto a la mujer se encontraban ya algunas personas, seguramente familiares y amigos, pues la abrazaban y consolaban en la medida de lo posible.

La mujer iba mirando a cada uno de los que entraban con su hijo, y éstos se compadecían y lanzaban un "le acompaño en el sentimiento" o "lo tenga Dios en su gracia", a lo que la mujer les agradecía con la cabeza o un leve gesto de labios como diciendo "gracias". Fue entonces cuando te miró a ti, entrando después de la comitiva.

Notas de juego

Postea sólo para ti, de momento.

Cargando editor
11/10/2011, 23:40
Gil de Oñate

Percibi el hambre de los lugareños y con un gesto acerqué un plato repleto de carne hasta su posición. Sin duda entenderían mi invitación.

¿La jauría? Mi mirada se suavizó. Ya no veía miedo a hablar en los lugareños y no querí aparecer inquisitivo.

Cargando editor
13/10/2011, 00:48
Jaume de Prades i de Foix

Acompañé el ademán de maese de Oñate con una invitación de palabra.

- Parecen ustedes en ayuno, y bien es sabido que cuando apremia el estómago no fluyen las palabras. - Les señalé las viandas con mi mano, mientras mostraba la más cordial de mis sonrisas - Tengan a bien tomar lo que deseen y digan, cuéntennos qué quieren decir con eso de "La Jauría".

- ¡Posadero! Traiga a estos hombres buen vino que les aclare la voz y que nada les impida contarnos lo que saben, con pelos y señales.

Diciendo esto, me senté también a la mesa observando a aquellos dos hombres sencillos como comían y contaban su versión de lo acontecido.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Tiro a elocuencia y psicología, por si fuera necesario.

Crítico en elocuencia :D espero que eso consiga que aflojen la lengua y no mientan, porque la de psicología la he fallado :P

Cargando editor
13/10/2011, 10:31
Severo Ruiz y Monroy de Villalobos

Severo miraba comer a aquel par de villanos.

" La jauría " Pensó. Nada tenía en sus recuerdos o conocimientos que  le sonase familiar respecto a ese nombre. Sólo podía pensar en un grupo de perros desbocados. El infanzón era persona de razonamientos simples y lo negro era tal y no admitía trazas de gris y lo blanco brillaba y no tenía sombras. Sin embargo aquellos dos lugareños parecían hablar de algo sobrenatural dado el temor que les inspiraba. Hablaban de claroscuros, como si hablar abiertamente de semejantes cosas fuese a ponerles en peligro cuando el peligro provenía de temer que nuestro buen Dios no nos protege.

Una y otra vez daba vueltas y vueltas en su cabeza a aquellas ideas y cada vez tenía más claro que fuese lo que fuese aquella jauría la solución pendía de su cadera en forma de espada.

Severo se sentó despues del señor obispo como hiciese buen cristiano pero permaneció cetrino, de brazos cruzados, esperando al tiempo que la sangre se agolpaba en las sienes.

Cargando editor
13/10/2011, 23:20
Rui Bertrán de Azagra, 'el lobetano'
Sólo para el director

Esperó Rui respetuosamente a que la comitiva terminara de dar el pésame a la pobre madre, quien había perdido probablemente lo que más quería en el mundo. El Lobetano nunca fue un hombre de naturaleza fría, si bien su azaroso trabajo le había otorgado cierta defensa emocional a lo largo de los años. Empero, nunca terminaba de acostumbrarse al dolor de las buenas gentes que, sin haber hecho nada para provocarlo, se veían de pronto ante una pérdida terrible. Por eso bajó la cabeza y mantuvo la mirada fija en el suelo hasta que le llegó su turno, las manos cruzadas frente a la cintura, la espada colgada a la espalda. 

Alzó la vista y la posó sobre la doliente.

-Lamento mucho su pérdida, señora. No imagino lo que ha de estar pasando... Mas si de algo ha de servir, al punto le hago saber que haré cuanto esté en mi mano por dar paz al alma de su vástago, así me vaya la vida en ello... -dijo finalmente. Eran palabras serias y de gran calado, mas completamente sinceras. Aquél, al fin y al cabo, era el camino que Rui había decidido tomar largo tiempo ha. 

Posó su robusta mano en el hombro de la mujer y apretó ligeramente en un gesto cariñoso. A continuación se dirigió hacia la improvisada mesa de operaciones, dispuesto a comenzar su sucio cometido. Se quitó la espalda de la cincha y la dejó reposar  contra la pared más cercana. Remangó el gambesón hasta los codos, no sin cierta dificultad a tenor de lo recio de la tela, y buscó con la mirada una jofaina en la que poder lavar sus manos. Miró ahora a Monseñor Luis y, después, a los hombres del Obispo Jaume. 

-Monseñor, me iría bien tranquilidad ahora, así que agradecería que la compañía fuera sólo la indispensable durante mi labor... Mientras tanto, el señor Obispo me hizo comunicar que le placería la presencia de uno de voacedes en la taberna, por si ha de necesitar de los vuesos servicios... 

Notas de juego

Vale, siento la tardanza pero ya te comenté que ando algo liadillo estos días. El sábado vuelvo a España, de todos modos, y mi posteo podrá recuperar regularidad. Siento las molestias, tío. 

Cargando editor
16/10/2011, 22:02
Señores

Los dos hombres se pusieron a comer como descosidos sin apartar la vista de encima. Cuando el más avispado se dio cuenta, miró hacia arriba como comprendiendo que aquellas viandas que el posadero les había puesto con mala cara (pues seguro que no habría de cobrárselas a esas personalidades por cortesía...) no eran sino por algo a cambio. Una respuesta claro. El tipo, apoyado por las palabras de Jaume habló:

Claro -respondió a Gil de Oñate-, la Jauría mi señor... En las cercanías de estos parajes, hace mucho tiempo un cazador, que con su arco y sus perros andaba continuamente por el bo... -en esos momentos se le cayó un trozo de pan y enseguida lo engulló de nuevo- por el bosque de aquí al lado... sin descansar jamás. Algunos dicen que finalmente sufrió un castigo de Dios por salir a cazar en dia sagrado; otros afirman que mató a la mascota de unos... ejem... duendes, e incluso no falta quien afirma que, en realidad, sufrió la maldición de una anciana Mandrágora con quien tropezó por casulidad en el bosque. Sea como fuere, mis señores, un día sus propios perros lo devoraron vivo, y seguidamente toda la jauría enloqueció, perdiéndose en el bosque. Hay quien dice que aún hoy puede oírse sus ladridos dentro de él...

El otro tipo, que apenas escuchaba lo que decía el compañero al estar extasiado de tan buenas comidas, tan sólo acertó a decir:

Muy bueno, Fuencislo...  a ver si en la noche de los vinos nos ofreces alguna ración como esta...

Cargando editor
16/10/2011, 22:14
Grupo

En esos momentos, un soplido ligeramente más resonante como de costumbre en el exterior de la taberna sacudió los establos de fuera, haciendo resoplar las monturas. Dicho soplido pareció, en efecto, aullidos de lobo o un alma en pena, aunque era un efecto del viento... Repentinamente, y antes de el jovencito de ojo avizor del tabernero pudiera avisarle, la puerta se abrió repentinamente ¡¡BOOM!! Un portazo bastante brusco sacudió la escena, y los aldeanos dejaron de comer con tal gula.

En esos momentos entraron unos hombres vestidos con petos de cuero y pieles, llevando arcos y ballestas a modo de cazadores. Eran siete. Uno de ellos, con voz estridente, gritó con fuerza a Fuencislo sin ni siquiera mirar al resto de presentes:


¡Posadero! ¡Mueve el culo y trae vino caliente para mi señor!

Notas de juego

Severo, en los destinatarios quita al Lobetano en los próximos post, que no está con vosotros.

Cargando editor
16/10/2011, 22:26
Director

La mujer, ante las palabras del Lobetano, "cambió de tercio" en su semblante y echó a llorar histérica justo después de que le hablaras. Ciertamente era normal: acaba de perder un hijo de la forma más horrible. En esos momentos el Monseñor Luis, Rui y un acompañante del Páter quedáronse sólos en la sala para examinar el cuero, a petición del cura. La madre y los familiares y amigos salieron a la calle (algunos) y se cambiaron de habitacion (otros).

¡Oh Señor!- Dijo el cura al examinar ahora más detenidamente arrugando sus ojos pequeño... ¡No hay duda!

-No Padre -dijo el otro acompañante- es lo que es y lo tenemos delante de nuestros ojos.

La mujer lloraba y la consolaban en la habitación de al lado.

Notas de juego

Tira Percepción x 4.

Cargando editor
17/10/2011, 17:21
Rui Bertrán de Azagra, 'el lobetano'
Sólo para el director

Rui estaba confuso. Se sentía algo mareado de pronto, quizá por el hambre y la sed que aún sentía. Se maldijo por no haber parado más tiempo en la posada para beber algo de vino y comer bien de cabrito. De haberlo hecho, quizá estaría más avispado y podría percibir cosas más claras del cuerpo del pobre niño. 

Sin embargo, no iba a ser así, de modo que tendría que confiar en las percepciones del Monseñor y su acompañante. Y pronto se hizo evidente que ambos dos sabían lo que estaban tratando. Rui miró alternativamente a uno y a otro, con el ceño fruncido. Se mesó la barba. 

-Explicad al punto qué es tan evidente, mis buenos señores. No tengo un buen día y mi ojo anda más vago de lo que me gustaría... 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Fallo la tirada, u_u

Cargando editor
17/10/2011, 23:15
Gil de Oñate

Me muerdo la uña del pulgar, algo pensativo. No podía entender como culpaban a un grupo de perros salvajes de una estúpida leyenda campesina.

¿y esa jauría primero secuestra y mata a sus víctimas para luego acercarse al pueblo y lanzar al cadáver medio desangrada a un huerto? ¿y eso varios días mas tarde? gran inteligencia la de los perros de esta comarca que les permite sobreponerse incluso a su instinto.
No estaba de humor para esas pequeñeces y me resistía a creer la absurda historia del lugareño. Pero tenía cierta curiosidad y un cierto anhelo por desafiar al destino dando un paseo por el bosque en busca de la tan temible jauría. Estaba seguro de que me moriría de viejo antes que de encontrar perros salvajes.

Cargando editor
18/10/2011, 00:39
Severo Ruiz y Monroy de Villalobos

Locuras, sandeces, desvaríos o peor, quizá blasfemias y perjurios. Severo pensó que el necio que había hablado creía lo que escupía por la boca y por lo tanto lo tomó por loco. El otro apenas había pronunciado palabra, tan emocionado estaba con las vituallas de las que disfrutaba. Escuchó pacientemente a don Gil de Oñate poner en palabras sus cuitas aprobando con un asentimiento sus aseveraciones.

Se sentó pesadamente frente al mudo buscándole los ojos para ver en ellos el brillo de la mentira o de la locura.

Y tu; ¿ qué dices ? ¿ Hay perros que secuestran y matan dejando el cuerpo sin devorar a pesar de la gazuza ?

Entraron entonces aquellos cazadores de malas maneras y Severo les dirigió una sombría mirada. No habían cometido incorrección alguna pero no le gustó la actitud. Había conocido a muchos gallitos de espolones inquietos.

Notas de juego

Ya está, perdon por el desliz :(

Cargando editor
18/10/2011, 01:16
Jaume de Prades i de Foix

- Todas esas supercherías no son dignas de el más mínimo crédito. - Pensé mientras negaba con la cabeza y mi cara mostraba una mueca de desagrado por haber confiado en que esos pobres villanos fueran a arrojar algo de luz sobre el asunto que nos ocupa.

Mientras aquellos hombres saciaban su sed a nuestra costa, miré hacia una de las ventanas, pensando en si tanto rato le habría de demorar a personarse a alguno de mis fieles sirvientes. El pueblo no era tan grande.

Entonces, de repente se abrió la puerta con gran estruendo y entraron aquellos arrogantes cazadores. No pude si no que ponerme en pié y hablar a los recién llegados.

- Buenos días nos dé Dios, hijos míos. - Mientras el posadero les sirve, aprovecho para iniciar conversación, hinchando el pecho para que sea bien visible la cruz obispal. Mi voz emerge sonora y potente, aunque mi sonrisa afable suaviza lo inquisitivo de mis palabras - Decid. ¿Qué os trae por esta apartada villa? Se diría que andárais de cacerías.

- Tiradas (2)
Cargando editor
26/10/2011, 12:51
Mesonero Fuencislo

S...s....sí, cla...claro, ahora mismo, mis señores -dijo Fuencislo en un alarde de recelo y miedo. Llamó a una de las mozas y se fue con ella a la cocina.

Cargando editor
26/10/2011, 12:52
Grupo

Y antes de que aquellos dos "perros" hambrientos que no hacían sino devorar la comida pudieran responder a Severo y aliviar las dudas de Gil de Oñate, el mismo tipo que habló de malas formas a Fuencislo respondió al Obispo.

¡Y a usted que le import...! ¡Oh! -y en esos momentos vio la reluciente cruz en el pecho y el atuendo del padre. Es decir..., señores, mi amo aquí presente está de cacería por estos bonitos. La helada de ahi fuera se hace notar y el vino caliente es lo que más apremia para zafarse de él...

En esos momentos uno de los hombres, al cual parecía el resto rodearle y el mismo que llevaba unas ropas mejor cosidas y más limpias comenzó a quitarse los abrigos sin decir nada, sin ni siquiera miraros.

Notas de juego

Ya he vuelto del descanso. Supongo que estáis por aquí. Saludos.

Cargando editor
26/10/2011, 13:00
Monseñor Luis

Pues verás, hijo mio... -dijo el Páter-. La Jauría... ¿no ve las marcas tan características? ¡Ah! ¡Perdón! Es que vos no sois de aquí...

El acompañante pareció mirar al Padre cuando pronunció ese nombre, al tiempo que su cuerpo se encogía de cierto temor, recelo.

Yo como pastor de este rebaño tan sólo te comunico lo que aquí se dice, hijo... -continuó Monseñor Luis-. Tan sólo se lo he oído a un par de tipos con los que me llevo bien en esta aldea, pero... estas marcas... no hay duda que son de la Jauría. Verás...: cerca de estos parajes, hace mucho tiempo un cazador, que con su arco y sus perros andaba continuamente por el bosque de aquí al lado... sin descansar jamás. Algunos dicen que finalmente sufrió un castigo de Dios por salir a cazar en dia sagrado, aunque ya se sabe que Dios no castiga, sino perdona... -el padre hizo la señal de la cruz ante tal blasfemia-; otros afirman que mató a la mascota de unos duendes ¡qué banalidad!, e incluso no falta quien afirma que, en realidad, sufrió eso que llaman "maldición", por parte una anciana Mandrágora con quien tropezó por casulidad en el bosque. Sea como fuere un día sus propios perros lo devoraron vivo, y seguidamente toda la jauría enloqueció, perdiéndose en el bosque. Hay quien dice que aún hoy puede oírse sus ladridos dentro de él... lo cierto es que no es la primera muerte de este tipo, como ya sabrás...

El compañero de confianza del Padre quedóse con boca y los ojos abiertos, bastante aterrorizado por esa descripción.

Notas de juego

Ya he vuelto. Un saludo

Cargando editor
28/10/2011, 12:27
Rui Bertrán de Azagra, 'el lobetano'

Ahí estaba. La clase de historia a la que él estaba acostumbrado, el tipo de trabajo que había hecho suyo. Y en el que, de alguna manera, se había hecho experto. Resultaba en verdad absolutamente terrorífica aquella historia... La Jauría, qué nombre tan proverbial y poético. 

Rui escuchó la horrible historia de brazos cruzados y con sumo interés. Sus ojos brillaron con un extraño fulgor gris cuando concluyó la misma, pues volvía a sentir antes de lo que esperaba aquél sentimiento inexplicable, ese cosquilleo ascendente por la columna: la emoción de la caza. Y, ¿quién sabe? Tal vez sería la última para él. Así era la vida que había escogido, una en la que cada trabajo nuevo podía suponer la muerte a manos de criaturas infernales y ajenas a aquél mundo de Dios. 

Humedeció sus labios y pasó un dedo por el bigote, en actitud pensativa. Había mucho que hacer si quería llevar la situación a buen puerto. 

-Bien... -dijo, al fin-. Precisaré de la ayuda de las buenas gentes de estos lares para dar con el lugar en el que viviera aquél cazador, si realmente existió. Como es costumbre en los cazadores viviría a buen seguro en el bosque. Así mesmo me sería de gran ayuda conocer más sobre las víctimas de esta, La Jauría, por si tuvieran todas ellas algo en común... No sería de agrado tener que exhumar cadáveres y perturbar así su sagrado y eterno sueño, así que necesito precisión y lujo de detalles. Sea terrenal o sobrenatural el enemigo al que nos enfrentamos aquí, lo que es seguro es que es despiadado y malvado como el mismo infierno, así que considerad bien lo que hay sobre la mesa de juego. 

Notas de juego

Me alegro de tu vuelta. Espero que todo vaya bien. 

Cargando editor
28/10/2011, 15:57
Jaume de Prades i de Foix

Observando por el rabillo del ojo la evidente falta de modales que exhibían sin pudor aquello dos villanos, no pude más que pensar en las sabias palabras del sabio San Emérito "No a todas las gentes les ilumina la gracia divina con el mismo fulgor por ello ha de Dios a servir a sus elegidos con mayores méritos y dicha que los más humildes o descarriados de sus rebaños"*

Al ver que unos no paraban de comer y otros no parecían querer atender, agarré al villano que más cerca tenía por su hombro, situándome entre ambos, apretando con firmeza y echándolo levemente hacia atrás, para provocar en el alerta y que dejaran de engullir por pasar a atenderme.

- Conocen vuestras mercedes a este señor y su séquito. - Les susurré a ambos, aunque mi voz apremiaba una respuesta y velaba una amenaza.

Notas de juego

Tanto la cita como el santo me los acabo de inventar, así que nadie lo busque por San Google, que no lo va a encontrar :P

Cargando editor
29/10/2011, 14:26
Severo Ruiz y Monroy de Villalobos

Cuando su ilustrísima se levanto para hablar con aquel grupo Severo hizo lo propio manteniéndose prudentemente a su derecha y ligeramente detrás. Las intenciones eran claras y podían leerse en la torva mirada. Amenazaba tormenta para quien no usase unos modales apropiados para con el señor obispo y un verdadero infierno para el desdichado que osase ponerle la mano encima.

La respuesta no era la apropiada y las formas se quedaron lejos del debido respeto a monseñor. Para empeorar las cosas el que parecía ser el jefe no les miraba ni les dirigía la palabra. Aquello no eran formas. Severo avanzó un paso observando cuidadosamente  al grupo y se dirigió a quien parecía ser el jefe de todos ellos.

Mi nombre es Severo Ruiz y Monroy de Villalobos. ¿ El vuestro ?

- Tiradas (1)

Notas de juego

La tirada es de percepcion para buscar armas ocultas en los "cazadores"

Por si no queda claro lo que hago es hablar con el tio que tiene mejores ropas.

Cargando editor
03/11/2011, 22:57
Monseñor Luis

Hijo mio -le dije al Lobetano mirando aún el cadáver del jóven-. Las otras víctimas las examiné yo mismo y aquí mi amigo. Presentaban las mismas hendiduras ¡el mismo tipo, válgame el Señor...! Pero, sin duda, intentamos por contra buscar una explicación, tal y como tu las estas buscando, sobre alguna posible relación de las vícitmas: ninguna. Éste era un jóven y los otros eran adultos. En este pueblo apenas hay diferencias entre sus gentes: unos son ganaderos, agricultores o comerciantes de paso; pese a los viajeros que vienen y van el resto nos conocemos, y al ser pocos habitantes, no hay problemas de ningún tipo en este pueblo...

¡Ah! por cierto -dijo como recordando algo. ¿No pensará usted preguntar por aquel cazador, no? Todo el mundo se reirá de usted, pues lo consideran una leyenda. Lo que si puedo precisarle, hijo mio, si es que le interesa el tema y puede ayudarnos a resolverlo, es dónde se encontraron el resto de víctimas... aquí mi compañero me mostró el lugar cuando encontró a una de ellas: está este bosque contiguo, al lado del pueblo. Si quiere... puedo mostrárselo.