Partida Rol por web

Cuando llegáis  al zoo de Fort Lewis, es uno de esos extraños días soleados en Seattle. El sol brilla a través de las escasas nubes y restos de polución industrial del cielo. En el zoo hay bastante gente, aunque no está repleto: parejas jóvenes en medio de una cita, excursiones de niños de las escuelas cercanas, etc... Se pueden ver muchos animales ordinarios; leones, tigres, enormes elefantes africanos, antílopes, zebras y jirafas. 

Pero también hay variedades más extrañas: se ve a una manada de pegasos volando bajo techo en las praderas artificiales, un eykyelebenie al que le han extirpado las glándulas de veneno colgado de las lianas de su hábitat de jungla, una quitinosa mantis gigante de caparazón esmeralda y casi dos metros de alta y mucho más. Quizás lo más impresionante es la pareja de fénix en su enorme recinto al aire libre, delimitado por barreras sónicas, que dan vueltas cada uno alrededor del otro con su ardiente aura crepitando de poder.

Catapult y el Birras, invisibles, levitan sobre el muro exterior llevando las armas en una bolsa de deporte mientras el Sr Muerte, desarmado, atraviesa sin problemas los detectores de metales, que por alguna razón no detectan su cyberware. Gabriel se posiciona en el astral, Encina se conecta a la Matriz para supervisar la operación y Orfebre envía a su MCT Fly-spy en una ruta larga alrededor de la valla exterior del zoo.

No dejáis que vuestra atención se disperse mucho, sino que os mantenéis discretos y enfiláis hacia el húmedo y fétido hábitat de la casa de los reptiles. De todas maneras, es una buena idea tener el ojo abierto frente a la vida salvaje que allí habita: alguna de estas criaturas son peligrosos depredadores, estén encerrados en jaulas o no.

El Trol se quita su chupa algo raro de ver, y la guarda con cuidado en su compartimento oculto mientras carga el arma con la otra mano, luego se pone su casco y activa la capacidad de camuflaje de su traje de motero que junto a su casco hacen que al poco su silueta se camufle con el entorno antes incluso de que le lancen el conjuro de invisibilidad.

La mujer menuda, en el trastomovil, se enchufa a su cacharrito. Queda eclipsada y arquea la espalda, como si se tratase de una descarga eléctrica sobre su cuerpo. Tras unos instantes de dolor toma una postura cómoda y busca por la red el enganche hasta llegar al sistema de seguridad de Fort Lewis. - Primero vamos a colarnos. Luego empezaremos a buscar cosillas.

Sólo gracias a mis atributos potenciados por la magia y al poder del psyche consigo que pasemos levitando e invisibles sin llamar la atención, aunque el esfuerzo es extenuante.

Una vez en lugar seguro y apartado de miradas indiscretas nos posamos en la Zona de Mountains y retiro los conjuros con un suspiro de alivio.

Aviso por mi commlink al señor muerte para que se reúna con nosotros y se rearme.

Una vez todos listos me dirijo hacia el lugar del encuentro sin tratar de llamar la atención pero estoy un poco nervioso y parece que me voy golpeando con todo el mundo que se me queda mirando al pasar.

La ardilla virtual se acerca al dominio del zoo, localizada en el dominio de la Ciudad Esmeralda: desde fuera parece una isla de dibujos animados estilo Dr. Dolittle, llena de animales parlantes, alguno de ellos paracriaturas, rodeada por un muro propio de los dibujos de la Warner Bros que Encina ha visto en algunos retro-trídeos.

Decidiendo conectarse en modo Hot-Sim y en modo sigiloso¹ la ardilla pirata localiza una rendija en el muro que rodea la isla...

Aunque Catapult ha hecho infiltraciones más exitosas, parece que en la zona de las montañas no hay cámaras en el pasillo inmediatamente adyacente al muro, de tal manera que el shaman y el Birras, este mucho más sigiloso, consiguen llegar a la zona de montaña donde espera el Sr Muerte vestido de civil. Encuentran una zona apartada donde proceden a repartirse el equipo en la bolsa de deportes.

Una vez equipados con las armas que no llaman demasiado la atención¹, y dejando el resto en la bolsa de deportes que uno de ellos lleva en la mano², los tres runners se dirigen hacia el túnel del basilisco...

La ardilla inicialmente se cuela por una rendrija que parece amplia y suficiente, pero tras unos pasos, tropieza con un lateral del muro que le hace sentir ... dolor. Eso es solo un entretenimiento que dura unos instantes y sigue corriendo hasta colarse y esconderse detrás de una papelera.

Si algo le gustaba a Gabriel del astral, era la sencilla, pero al mismo tiempo maravillosa, sensación  de volar libre por el firmamento. Ni paredes, ni restricciones; siempre y cuando no te dieras de morros contra una barrera astral claro; libre para surcar los cielos, hasta ese punto en el que solo veías el eterno vacío de las estrellas.

A la velocidad a la que los magos pueden alcanzar en el astral, Gabriel rapidamente cubrió las distancias con el resto del grupo, permaneciendo sobre ellos como un fantasma protector.

El Sr Muerte, irreconocible sin su máscara, toma el camino de queda a la izquierda hasta llegar al área de descanso. Desde allí, se interna en la zona montañosa para encontrarse con sus compañeros. Durante todo el camino se dedica a evaluar los sistemas de vigilancia y seguridad del zoo.

Una vez reunido con Catapult y El Birras, mete la mano en la bolsa y saca su querida Ingram Smartgun, un a especie de paquete del tamaño de una cajetilla de cigarrillos¹, y unos guantes² que guarda en el bolsillo de su chaqueta.

-Bueno, vamos allá... Yo me quedaré unos metros por detrás de Catapult, con los ojos bien pelados.

Hay dos cosas que destacan del hombre que parece ser "Seth Dietrich" y se encuentra enfrente del hábitat del basilisco.

La primera es que salvo el Birras, todos lo han visto antes, cuando lo echaron a patadas del Banshee justo antes de que os encontraseis con Mr. Johnson. Parecía diferente en ese momento: lleva el pelo bien peinado y más corto, los ojos ocultos tras gafas de sol redondas. Pero es definitivamente el mismo tipo.

La segunda es que parece están incluso más asustado que los runners. Todo el mundo se pone nervioso antes de un encuentro, pero este tipo no sólo parece asustado, parece estar completamente fuera de lugar. También aparenta estar alerta, como si esperase que los lagartos amarillonegruzcos de dos metros y medio que se enrollan uno sobre otro y sobre el follaje fuesen a atravesar el cristal para devorarle. O como si el grupo de colegiales ruidosos cercanos fuesen a caer sobre él con armas blancas ocultas.

Definitivamente no muestra ningún indicio de haber reconocido a Catapult cuando se acerca. Su rostro muestra una mueca y sus ojos se asemejan a los de un muñeco, fríos y artificiales. Lejanos, como la tierra vista desde el espacio exterior.

-¿Seth Dietrich? pregunta el shaman.

-No tengo idea de qué me hablas, colega responde con una voz sutilmente diferente de la que se escuchaba en el teléfono. No, no es la voz lo que es diferente. Es el acento. Me llamo Armitage dice mientras enarca una ceja y de repente parece más tenso, más urgente. Pero pareces saber algo. Toma a Catapult por las solapas, aunque su tono de voz permanece bajo. ¿Te importaría decirme qué demonios está pasando aquí?

La ardilla virtual se lame los rasconazos que se ha hecho mientras un policía de dibujos animados hace su ronda agitando en círculos su porra de madera...

La ardillita, se mete en la papelera, y tras rascar en la basura, desperdicios y otros "entes" difíciles de definir, queda quita bajo toda aquella roña. Espera y espera hasta recuperar su sensación de seguridad. Hasta que el "IC" esté lo bastante lejos como para no ser un problema.

Mira amigo, lo primero las manos quietas. 

Lo segundo, se supone que tu eres Seth Dietrich, o alguien extremadamente parecido.

Y por ultimo si no eres Seth Dietrich, no tengo nada que hablar contigo, disculpa la confusión y déjame seguir mi camino.  

El tono de voz que uso es suave pero con un deje de claro peligro, mientras alzo las manos con las palmas hacia hacia mi agresor para que vea que no intento nada.  

Gabriel siguio a su grupo desde el astral, manteniéndose siempre alerta a sus alrededores, cualquier espíritu puede ser una amenaza potencial o oculta, tuvo que tener especial cuidado por si alguno de los animales era capaz de verlo y reaccionar de manera violenta a su entrada en su territorio pero por el momento, Gabriel se quedo cerca de Catapult echando un vistazo al astral alrededor de la zona de la entrevista.

Catapult observa el aura de "Dietrich/Armitage": se trata de un humano mejorado con implantes (lo que se puede esperar en ex-agente del FBI) pero lo inusual de este individuo es que el aura parece estar, a falta de una expresión mejor, "fragmentada", como si la esencia de varias personas conviviese en el mismo cuerpo y se encontrasen luchando por dominarlo. El shaman nunca ha visto nada parecido.

Juzgando con ojos expertos la reacción de su interlocutor, Catapult decide que el hombre parece sincero y desconcertado al mismo tiempo, como si lo hubiesen soltado en un planeta o un cuerpo distinto. Además se peina con un estilo antiguo. Y esas gafas circulares dejaron de estar de moda hace al menos 20 años. Pero se trata definitivamente del mismo hombre que vió a la salida del Banshee...