Partida Rol por web

Camille

Acto 2, escena 2: Fantasmas de óleo y especias

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26/09/2019, 00:48
El Guardián de los Arcanos

Interludio: El vago susurro de unos harapos arrastrándose

[Ambientación: Psyclopean-The King in yellow]

A veces me pregunto si estas ruinas se sentirán como yo. Toscas, antiguas, solemnes, solitarias. Congeladas en un grito de auxilio o en el amargo llanto de los que se sienten olvidados. Solo los soñadores recuerdan su porosidad, su veteado. Cómo las baña el omnipresente velo de luz dorada, bajo la mirada del centenar de ojos de las hiades. 

A veces me pregunto si ya estaré muerta. ¿Es este el lugar al que van las almas que se sienten perdidas? El fango en el que se hunden aquellos que no han podido pagar al barquero para que les lleve al otro lado. Quizá esté en la orilla equivocada.

A veces me pregunto por qué las aguas me arrastran constantemente a la misma orilla. Nunca podré huir de esta ciudad. Nadie escucha mi llanto. Ni tan siquiera puedo oír ya el murmullo del lago, o el siseo curioso de los antiguos habitantes de Carcosa.

Notas de juego

Bueno, caballeros. Antes de empezar me gustaría pediros una pequeña ronda a lo PbtA y que me comentaseis muy a grosso modo qué han hecho vuestros personajes para prepararse. Puede incluir tomar copas, ir a por armas, etc.

Podéis ser todo lo ambiguos que queráis, puesto que si se os olvida algo, podemos justificarlo más adelante si deseáis utilizar la habilidad de Preparar.

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26/09/2019, 20:25
Patrick Tanka

Tanka sigue con problemas mentales. Ya ha dado por hecho que es algo de lo que no va a poder salir, al menos no a corto plazo, y viendo que el alcohol; la Miel de Delfos es lo que le ha dejado así, en una apabullante sucesión de pensamientos unidireccionales ha llegado a la conclusión de que cuánto más fuerte, amargo y repulsivo, mejor le puede ayudar a sosegar al menos tanto pensamiento errático.

Bebiendo desesperademente por fin olvida que su mano ha ardido, que su pasado no sirve de mucho, que su físico le va a pasar factura, y que lo tiene muy complicado para salir airoso de esta aventura. Bebe hasta casi perder el conocimiento, pero no tanto como para llegar a caer redondo e inconsciente, aunque pensadolo bien, igual era su mejor opción; beber hasta volcar, no sentir, no pensar, no recordar, y solamente sufrir la madre de todas las resacas. Pero el bueno de Tanka no va a dejar tirados a sus compañeros, aunque eso signifique lastrar de una vez por todas todo tipo de opciones para encontrar a Camille.

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27/09/2019, 00:14
Tristán Poincarde

Oh, Rose Camille...

 Tristán realmente se encontraba agobiado por los últimos sucesos. La aparición de aquel enigmático detective y la confirmación de que todo lo que estaba pasando sobrepasaba lo natural y lo mundano era... muy fuerte. Tal vez demasiado fuerte para un hombre que ya lidiaba con la pena de haber perdido a su querida Rose Camille. Un subastador angustiado y depresivo que se terminó metiendo en la contienda más extravagante de toda Francia.

 Ya no estaba tan seguro de que el motor que lo moviera en su búsqueda fuera una simple "caballerosidad". Lamentaba Tristán pensar que sus ojos se posaban en otra mujer; pero iba incluso más allá de eso. Era algo tan extraño y complejo de explicar para el atolondrado hombre... que ni siquiera él se molestaba tanto por ello. Las cosas que no se explicaban se dejaban, y las que se podían explicar se explicaban. Aunque Tristán, hasta el día en el que vio el cuadro, solo creía que la única cosa que no se podía explicar era "el misterio de la fe".

 Para prepararse para seguir adelante, Tristán se separó de sus compañeros y fue a su casa en un momento de angustia. Hacía mucho que no iba a apreciar el bello y emotivo cuadro que tenía colgado de su difunta Rose Camille. Con aquella expresión tan calma y esa paz que solo la pintura podía preservar. El subastador no necesitaba mayor pilar de cordura que el recuerdo de los dulces momentos pasados con aquella mujer; si bien sobrellevar su muerte era muy duro.

 Más era extraño... Tristán no recordaba que su esposa fuera rubia.

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27/09/2019, 10:47
Padre Mathieu Regnard

El Padre Mathieu Regnard salió de la galería de Gascoigne con la sensación, una vez más, de que la presencia del Maligno se hacía cada vez más patente en aquellos tiempos que le había tocado vivir. Creyó que aquel Padre Nuestro que había rezado junto a sus compañeros de aventura no iba a ser suficientes para el poder malévolo que se estaba desatando allí. Así que decidió ir a su parroquia y plantarse frente al altar de la Virgen para implorarle por su protección. Le rezaría a ella, al Cristo que tenían guardado para una futura restauración cuando la economía de la parroquia fuese más boyante y a Dios, que estaba en todas partes.

En aquel lugar sagrado se sentía seguro, como si el mal que campaba a sus anchas por París no pudiera colarse por ninguna de las vidrieras del santo emplazamiento. Se persignó tras rezar y fue en búsqueda de algo que pudiera serle útil para lo que le esperaba. Tomó una Biblia, un rosario, y una estampa con la imagen de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa que solía servirle como amuleto en los peores momentos de su vida. Bendijo algo de agua y se la guardó en una petaca que un feligrés había olvidado entre los asientos hacía tiempo. Se persignó nuevamente antes de salir de la iglesia para reunirse con los demás, y rezó para que la Virgen les protegiera aquella noche.

-Nos hará falta toda tu Gracia y Bondad.

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28/09/2019, 03:30
Aurélien Desmond

El profesor da unos empujones en el hombro a Tanka, volcado sobre la barra del bar. El local de Montmâtre está cerrado. A esta hora el padre de Desmond ya ha cerrado y es cuando el profesor suele aprovechar para pasar ratos a solas en el bar.

- Despierta, Patrick. No podemos dormirnos ahora.

El profesor limpia un viejo revólver con un trapo, mientras sostiene en los labios un cigarillo encendido. Por toda la barra, anotaciones en papel, colillas y vasos tumbados se reparten por la superficie encharcada de la barra.

Desmond no recuerda con claridad en qué ha invertido las últimas horas, pero sabe que ha estado bebiendo con Tanka y que en su pastillero faltan varias píldoras. Las analepsis se entremezclan con el presente y Tanka balbucea mientras el profesor garabatea ideas sobre el papel. Mientras coloca cuidadosamente las balas en el tambor, Tanka bebe su primera copa, a la vez que Desmond se traga una pastilla seguida de un largo vaso de cerveza. El profesor se guarda el revólver y la caja de cerillas de ese terrible lugar que visitarán en breve, mientras Patrick entra por la puerta y se sienta, pidiendo a Desmond un whisky o cualquier licor dorado en su defecto. Ambos ríen con un chiste de bastante mal gusto sobre la mano chamuscada de Patrick. Tanka observa cómo el profesor prepara las bebidas tras la barra mientras a él lo llevan a cuestas hasta la salida.

- Creo que ninguno de los dos estamos listos para conducir. Joder, ni siquiera estamos listos para levantarnos del taburete del bar y sin embargo aquí estamos, intoxicados y mutilados, a las puertas de un horror desconocido dispuestos a todo con tal de encontrarla...

El profesor mira al cielo estrellado y mueve los labios con el dulce nombre, pero no lo pronuncia, como si ese gesto fuese algo sagrado. Encarrilando el pesado cuerpo de su amigo e instándolo a que camine con él, ambas figuras se tambalean calle abajo en busca de un taxi.

Notas de juego

Y recordad, chicos, decid NO a las drogas.

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28/09/2019, 19:51
Antanas Vytauras "Antoine Victor"

Antanas se retiró a su hotel para tratar de relajarse. Algo de música, tal vez, distraerse con un buen libro y una copa ayudase.
Si iban a ir a ese sitio de mala muerte otra vez no estaría de más tener una pistola lista, en caso de que sucediese lo peor. Puede que algunos analgésicos, como cocaína o laudano también fuesen útiles y ayudasen a reducir algún más que posible brote psicótico. Pero ahora lo principal era relajarse, descansar y olvidar la terrible noche que había pasado.

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03/10/2019, 16:45
El Guardián de los Arcanos

A altas horas de la madrugada, cuatro figuras se recortaban entre las mortecinas luces de la Calle de las Peonías. Aquel no era precisamente el lugar más recomendable de Paris. Los jueguistas habituales estaban valorando pedir la última y regresar a sus casas, y el habitual olor a especias, a aceite y a fritos había sido sustituido por el de la humedad y los orines.

Estaban esperando a los últimos integrantes del grupo y empezaban a impacientarse. Al sacerdote que les acompañaba ya se le había cansado la mano de tanto persignarse, y el alto dandy lituano ya estaba cansado de consultar su reloj. A punto estuvieron de exasperarse cuando un taxi apareció al final de la calle, dejando a dos caballeros que apenas se tenían en pie. Patrick Tanka y Aurélien Desmond habían ido a prepararse a su particular manera.

Ya iba siendo hora —rugió LeGrille —¿Tienen todo listo?

Notas de juego

El alcohol despeja vuestras atribuladas mentes. Cada sorbo os aleja un paso más de la cruda realidad y os aproxima a los brazos de Camille, a una fantasía envuelta en tonos doradosDesmond y Tanka recuperan 1d6+2 Puntos de Estabilidad.

Tratáis de leer, de rezar o de consolaros en el efímero refugio de la memoria. Todo es inútil. Todo os recuerda a Camille. Está cada vez más cerca, la anticipación os embarga. La determinación a la que os aferráis es lo único que os mantiene con los pies en la tierraAntanas, el padre Regnard y Tristán recuperan 1d4 Puntos de Estabilidad.

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03/10/2019, 19:38
Patrick Tanka

Tanka se sujetó un momento en el hombro de su buen colega Desmond buscando un punto de apoyo mutuo. — ¿Que shi...qje shi hee que? Permitame decirle señor Leus Grillos que llevamosh un rato esperando en ....bueno, en otro shitio, pero como no llegaban tuvimos que.....que....tomar un pejqueño tentempíe refri...refligge.refrigerado basado en...esas...cosas..que...agua y zucar...fermentación!!!. Eso es, un magnífico licor, bueno, licores bien fermentados han agudizado nuestras mentes más allá de toda comprensión.......eh...como era la palabbra....— Tanka se gira y zarandea minimamente a Desmond en busca de ayuda lingüistica.

Conocida, si. Más allá de toda comprensión conocida, aunque quizás lo haya soñado....no estoy seguro. ¿Y usted? Seeeñor Leuuss Grilleaaaauuuuuussss (se esfuerza en intentar recordar el nombre pero también le intenta provocar de alguna forma), ¿acasssho está usted más preparado que nostros, o al menos, un poquito?.  Mis respetosh a losh presentesh, pues los modalesh.... del investigador en curso de la incógnita asociación a la que pertenece sigue siendo incógnita. Son eso...cuestionables..— Tanka se hiergue e intenta no tambalearse al soltar el hombro de Desmond mientras sonrie como un bobalicón.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Esas tiradas buenas que nunca falten jajaja

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05/10/2019, 04:41
Tristán Poincarde

 Tristán ya empezaba a impacientarse un poco por la ausencia de los dos últimos dos hombres, como si el tiempo fuera algo crucial en toda aquella encrucijada. El subastador desconocía si efectivamente ese era el caso, pero la tardanza era algo que le desagradaba independientemente de si estuviera esperando que abra un museo o tuviese que salvar a una damisela en apuros de un mundo de locuras y reyes amarillos.

 Al llegar Tanka y Desmond, a Tristán solo le hizo falta olfatearlos un momento para darse cuenta del estado de sus compañeros. Ofuscado e irritado, les echó en cara esto. Posiblemente por celos de que él no pudiese estar tan relajado y estable como parecían estar estos dos caballeros.

- ¡Uff! ¡Sacre blue! Tienen más alcohol encima que un filete marinado... ¿Qué investigación van a poder hacer en ese estado?

- Tiradas (1)
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05/10/2019, 14:05
Antanas Vytauras "Antoine Victor"

No es que Antanas tuviese nada en contra de esperar, pero prefería hacerlo en su casa, con una copa y un buen disco. Miraba el reloj con impaciencia, y cuando se disponía a encender otro cigarro por fin aparecieron los dos miembros restantes del extraño grupo, bastante ofuscados[1]. Alguna gente tenía la exasperante costumbre de llegar siempre justo cuando encendía un cigarro, y no justo después, como sería de agradecer.

—El Señor Tanka y el Profesor Desmond, como no, y en buena hora —dijo, señalando su reloj de bolsillo.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1. Diría que venían un poco lacasitos, pero no es lo propio para la ambientación.

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06/10/2019, 02:27
Aurélien Desmond

Desmond saca lentamente una cajetilla de cigarrillos nueva y se coloca uno en los labios. Después se acerca a Antoine con los ojillos entrecerrados y una sonrisa estúpida en los labios. 

- Nunca es la hora adecuada para enfrentarse a lo que uno desconoce y, si se me permite la aclaración, aquí mi amigo Patrick ha podido investigar en más profundidad que cualquiera de nosotros, precisamente gracias a lo intoxicado de su persona. Lo que venimos a buscar no lo veremos con nuestros sobrios sentidos, todo esto va más allá. Permítanme decirles que son ustedes...

El profesor abre la boca y busca con la mirada sus palabras perdidas en algún lugar de su cerebro.

- ...un coñazo.

Desmond rompe en una risilla aguda y se apoya en Patrick.

- Un coñazo, sí, pero desde luego son unos genios. Necesitamos de su buen hacer y su sentido de la responsabilidad.

El profesor saca la caja de cerillas del local al que van a visitar y saca un fósforo.

- Fíjense en esta poesía. Una paz y calma aparentes enfrascadas en un punto potencialmente violento. Hemos estado aquí antes y apenas hemos alterado nada. Seguimos a oscuras.

El profesor coloca la punta del fósforo sobre el rascador de la caja.

- Parece que será necesario ser menos sutiles y confrontar la calma aparente, solo así podremos arrojar luz sobre lo que buscamos. Solo así podremos orientarnos en el camino hacia ella.

Con un chasquido, el fósforo arde en un violento fogonazo durante un segundo, para después estabilizarse en una pequeña llama. El profesor enciende su cigarrillo y acerca el fósforo a Antanas para encender el suyo.

Tras un silencio en el que parece sopesar estas profundas palabras, el profesor carraspea.

- La verdad es que no tengo ni idea de lo que quería decir con todo eso. En cualquier caso, vengo preparado para cualquier desenlace.

Una media sonrisa cruza fugazmente su rostro.

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06/10/2019, 09:53
Padre Mathieu Regnard

-¡Por los clavos de Cristo!- Bramó el padre al ver llegar a Desmond y Tanka de forma tal que incluso él se vio sorprendido por semejante exclamación. -¡Qué Dios nos coja confesados! -Dijo después.

No podía creer que llevasen tanto tiempo esperando a aquellos dos sujetos, impacientándose y poniéndose cada vez más nerviosos ante lo que les esperaba aquella noche, y entre tanto ellos estuvieran ahogando las penas en profundos vasos de alcohol.

-Solo los débiles buscan respuestas en el alcohol. -Pensó Regnard dándose cuenta al mismo tiempo de que aquellos hombres necesitarían de su ayuda para volver al rebaño del que se habían descarriado, pero tendría que ser cuando todo aquello terminara. Ahora no había tiempo que perder. Escuchó que Desmond daba sus explicaciones a Antanas y decidió que aquello era suficiente.

-Pues no se hable más. Una luz les ha iluminado en forma de coñac. -Dijo irónico. -Vayamos a cumplir nuestro cometido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Parece que sólo salen unos en estos dados. XD

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10/10/2019, 00:19
Inspector LeGrille

El inspector gruñó por lo bajo. En el fondo, Desmond y Tanka le recordaban al propio Ambroise. Su amigo se había enfrentado a la obsesión enturbiando sus sentidos, alejándose del "mundo terrenal" para adentrarse en las ruinas de la perdida Carcosa.

Recitó para si mismo pasajes que creía haber olvidado. Necesitaba calmarse, y los versos siempre estaban ahí, al filo de su memoria, cuando los necesitaba.

Por el camino vieron varios establecimientos cerrados. Restaurantes, diminutas tiendas de antigüedades y varios apartamentos apiñados.

De pronto, como un último augurio, todos vieron uno de los caracteres chinos de neón barato en la entrada del Tse Yang. Era amarillo, y su nervioso parpadeo parecía dibujar un símbolo que ya habían visto una vez: una letra extraña, rematada en tres serpenteantes apéndices. ¿Acaso se movía? No, debía tratarse de un efecto visual producto del cansancio o la bebida.

Es aquí —anunció LeGrille.

Volvían a estar cara a cara con el portal en esmeralda apagado, con dragones toscamente tallados. El olor a incienso y a verdura rancia les llegó del interior. El inspector entró sin demasiadas ceremonias. De vez en cuando se palpaba la zona donde guardaba su semiautomática con un nerviosismo fruto de la expectación.

Voy a por ti.

Notas de juego

Acordaos de sumaros los puntos de Estabilidad recuperados a vuestras respectivas fichas. Tanto en el contador de Estabilidad como en la propia Habilidad General homónima.

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14/10/2019, 07:21
Tristán Poincarde

 El subastador Tristán, que seguramente superaba en nerviosismo a muchos de sus compañeros presentes, entró poco después que el inspector a aquel antro. Aquella extraña señal de neón amarilla del Tse Yang fue suficiente para hacerle sentir una sensación extraña que le recorrió toda la columna. Tristán entendía que en aquel lugar obtendrían respuestas para preguntas que no sabía si era prudente que se respondieran.

 Y aún así, entró. A aquel bar que, según él, era turco.

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16/10/2019, 18:34
El Guardián de los Arcanos

[Ambientación: Aequilibrium. Medieval Tune. Hurdy-Gurdy With Organ]

En el interior del salón de té, los guardias que custodiaban el pasillo se tensaron al ver llegar al inspector junto al resto de caballeros. Tristán y el resto reconoció a algunos de los hombres que vigilaban el callejón cuando se habían acercado a investigar horas antes. Ahora les miraban con desconfianza y —cosa que extrañó al grupo de investigadores— se frotaban las manos de forma extraña. A la débil luz que desprendían las lámparas, pudieron ver cómo unos sellos de oro brillaban tímidamente.

El barman, al reconocer a Poincarde y al padre, saludó efusivamente.

¡Cuanto tiempo, amigos! ¡Han venido a por más té! 

Notas de juego

Tengo que acordarme de hacer un chiste al final de la aventura con todo el tema de los turcos, ¡xD!

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17/10/2019, 19:40
Patrick Tanka

Tanka se sentó pesadamente en uno de sus taburetes mientras intentaba contar con los dedos de su mano buena cuantas copas iban a necesitar.  Cuándo se dio cuenta de que el número de personas excedía el número de dedos, hizo un intento de conteo con la otra mano aunque de forma infructuosa pues sus dedos no valían ya ni para eso. Volvió a contar con los dedos de su mano buena llevando una cuenta mental cómo buena mente podía. —Señorita...creo que vamosh a neceshitar.. al menos 7, no, 6 si no me fallan lash cuentash...espere, es usted señorito. Dishcúlpeme ushted, no tenía inteción de ofender. Señorito, creo que vamos a neceshitar, shi las cuentash no me fallan, al menos 6 copas de su mejor lo quesea amarillo que nos acaba de ofrecer. Por shupueshto tengo en cuenta que alguno de los preshentes puedan rehushar tamaña invitación por shu parte y por la mía, pero no habrá ofensha alguna mientrash no quede líquido por derramar en las copash. Vamos que si alguien no quiere "guiño guiño" ya me encargaré yo, o aquí mi colega Dessshhhmonndd "guiño guiño" de hacer los honoresh.—

Tanka ignorante de todo lo que le rodeaba, hizo un ademán a los demás para que se le unieran en la barra. —Vamosh amigosh, que no se ha muerto nadie, ¡¡¡hay que levantar eshe ánimo!!—

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19/10/2019, 06:09
Padre Mathieu Regnard

El padre Regnard se persignó varias veces antes de volver a entrar en aquel tugurio regentado por el Diablo. A pesar de que el religioso tenía como costumbre realizar la señal de la cruz antes de entrar en una iglesia y posarse ante Cristo, aquel hábito se estaba volviendo más común de lo normal en las últimas horas. Incluso mientras esperaban a que Tanka y Desmond apareciesen había gesticulado en forma de cruz en más de una ocasión. Y ahora por supuesto, al adentrarse en las puertas del infierno con olor a incienso y té, lo volvería a hacer.

Regnard dio un ligero y discreto codazo a Tanka cuando este equivocó el género del camarero y sonrió a éste para quitarle hierro al asunto. Hizo un ademán con la mano para indicarle al barman que no tuviera en cuenta las palabras de Tanka, y negó con la cabeza con una sonrisa, confiando en que el estado ebrio de su compañero explicaría todo por si solo.

-¡Buenas! - Dijo alzando su voz sobre la de su compañero. -Sí, hemos vuelto. - Se colocó junto a Tanka y le apoyó una mano en el hombro. -Lo que aquí mi compañero quiere decir es que tomaremos seis tés de esos tan deliciosos. - Se inclinó sobre la barra y añadió en voz baja: -Tal vez tengan algo para recuperar el buen estado de aquí mi amigo. ¿Una infusión de cardo mariano tal vez? - Añadió a modo de sugerencia.

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20/10/2019, 06:36
Tristán Poincarde

 Tristán entró al bar dando una mirada de desconfianza a todo lo que se cruzaba. Los clientes parecían estar menos vivarachos y alegres que la última vez que estuvieron allí; y parecía que la presencia del grupo tenía que ver con ello. O podía ser que estaban acompañados por un inspector, lo cual a nadie le gustaba ver si se encontraba en un establecimiento como aquel; que seguramente estaba flojo de papeles (suposición que el subastador hizo en un acto de prejuicio).

 Al ver al bartender, que era la única cara conocida para Tristán, él lo saludó alegremente y contestó a su pregunta.

- ¡Hola! ¡Sí, por supuesto! Hemos venido por más... ...

 Diciendo esta última palabra con un tono de voz más exagerado y un para nada discreto guiño de ojo. Si algo era evidente, es que ser discreto o cauto no eran cualidades que el subastador tuviese. Incluso en comparación con Tanka o Desmond.

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01/11/2019, 01:55
El Guardián de los Arcanos

Por supuesto, por supuesto —contestó el barman guiñándole un ojo al padre y a Tristán—. Antes por poco se les olvida pagar la cuenta cuando salieron despavoridos detrás de aquel vagabundo. ¿Lograron dar con él?

Con un gesto elegante, comenzó a servirle un par de vasos a los recién llegados.

¿Van a tomar todos lo mismo o es que acaso desean disfrutar de otra clase de placeres orientales, caballeros? »Antes de esfumarse, me preguntaban ustedes por ese artista amigo suyo. El rubio de ojos verdes que —bajó la voz— había visitado a Madame Yao.

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01/11/2019, 03:50
Aurélien Desmond

El profesor enrolla la corbata que tenía a medio caer y la guarda en el bolsillo trasero del pantalón. Acto seguido alarga un brazo hacia la barra y se llena la garganta con uno de los vasos servidos, aunque claramente no fuese para él. Con un par de intoxicados bastaba, necesitaban que Tristán y el Padre pudiesen usar sus sobrias facultades.

- Todos los placeres son bienvenidos, pero a su debido tiempo. Cuéntenos más de Madame Yao, ha picado mi curiosidad. Se dice que en este local hay personalidades muy especiales.

El profesor está motivado y el hecho de encontrarse en un sitio peligroso, rozando lo desconocido, le devuelve las ganas de vivir. Lo que para otros sería un suicidio, para él es la sal de la vida que contrarresta ese hastío que le atosiga desde hace años.