Partida Rol por web

Camille

Acto 2, escena 2: Fantasmas de óleo y especias

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12/05/2020, 13:40
El Guardián de los Arcanos

Uso Historia del Arte Mitos para las figuras y su particular vestimenta.

 En todos sus años estudiando Historia del Arte, enterrado entre libros, sumergiéndose durante horas entre las estanterías de la biblioteca interuniversitaria de La Sorbona, jamás habías visto telas semejantes. Las túnicas de los enmascarados tienen detalles arabescos, entremezclando motivos orientales con un corte más propio del occidental. Pero todo esto te parece una mera aproximación. El estilo es muy diferente a cualquiera que hayas conocido antes.

Las máscaras, muchas de ellas representando cabezas de dragón o cuerpos celestes dotados de rostro humano, parecen salidas de la mente que trataba de combinar motivos más asiáticos con el estilo veneciano. No obstante, hay algo que te resulta extrañamente familiar.

Ya las habías visto antes.

Una bandada de sueños surcan tu mente, recordándote los momentos que sabes que has vivido con Camille. Extrañas figuras acechando al otro lado del Sena. Decenas de veladas bajo la atenta mirada de unos desconocidos ataviados con túnicas. 

Y también está parte del texto de D'Alembert… ¿Qué era lo que decía sobre los fantasmas de Carcosa?*

Notas de juego

No hace falta que gastes puntos en Historia del Arte. Lo que puedes reconocer de sus vestimentas es muy vago y confuso.

*: esto requerirá un gasto de puntos en Mitos para poder saber más, pero arriesgándote a perder puntos de Estabilidad (requerirá que hagas una tirada dif.4), y perderás tanta Cordura como puntos gastes en la Habilidad de Mitos.

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13/05/2020, 04:16
Aurélien Desmond
- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues voy a gastar mi único punto en Mitos (tachado), que hemos venido a jugar!

Gasto 2 de estabilidad (apuntado), a ver si hay suerte (por ahora la he tenido)

Yuju! Un paso más hacia la locura!

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14/05/2020, 06:11
Tristán Poincarde

 El esfuerzo de Tristán había mostrado ser eficiente, trayéndole a la memoria del padre mejores recuerdos que aliviasen el bagaje mental que tenía; dejando, aunque fuera momentáneamente, las horribles experiencia recientes de lado. A pesar de ser una persona muy escéptica de las "ciencias de la mente" como la psicología, Tristán tenía un amplio conocimientos de los elementos del psicoanálisis, los cuales funcionaron en una ironía que superó al agobiado subastador. Pues era cruelmente gracioso que en aquel mundo del absurdo y de lo inimaginable, las cosas en las que no creía... funcionasen.

 Mathieu despertó del trance y, seguramente percatándose de la presencia de las figuras amenazantes, opinó que debían empezar a correr. Tristán, ahora sí dándose cuenta de aquellas fantasmagóricas presencias, asintió con la cabeza.

- S-sí, tenemos... tenemos que salir de aquí...

 Levantando al padre del suelo, Tristán se dispuso a correr de esas figuras junto a sus compañeros. En dirección hacia la ciudad de Carcosa.

Notas de juego

 Decidido, soy el Doc del grupo jaja

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16/05/2020, 01:33
El Guardián de los Arcanos

D'Alembert los llamó "fantasmas de Carcosa". Almas en pena. Espectros que cayeron bajo el acero del monarca harapiento y sus lacayos. Muy shakespiriano, pensaste la primera vez que lo leíste en el cuaderno. ¿Pero por qué viene a tu mente ahora? Tal vez esté relacionado con la Canción de Casilda, que recuerdas haber leído en un papel quemado, crujiente víctima del brasero que sobrevivió por los pelos hasta llegar a tus manos.

El monarca harapiento, que exhala su dorada presencia sobre Carcosa, oxidando y corroyendo. 

El monarca harapiento, cuyos susurros retuercen y emponzoñan la mente.

El autor de la obra.

El director.

El apuntador.

El monarca harapiento, el dios viviente, el señor de Carcosa.

Notas de juego

Pues solo perderías 1 de Cordura, nada demasiado grave en tu caso (por el momento).

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24/05/2020, 07:51
Tristán Poincarde
- Tiradas (1)

Notas de juego

 Dejó por aquí la tirada, ya que ya tenía el post anterior. Supongo que hay que usar la habilidad atletismo.

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24/05/2020, 19:27
El Guardián de los Arcanos

Notas de juego

En realidad es con la Habilidad General Huida​​​​​​. De todas formas, la pasas igualmente. 

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06/06/2020, 23:03
Aurélien Desmond
- Tiradas (1)
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07/06/2020, 22:25
El Guardián de los Arcanos

Los fantasmas avanzaban como una ola de espuma abriéndose paso sobre la arena. Tras los jirones de bruma aparecieron más enmascarados con traje de gala, dispuestos a capturar a los traidores. Eran tantos los que se arrastraban por aquel yermo nebuloso que ya ni siquiera podían distinguir a LeGrille entre ellos.

Tristán tiraba del padre Mathieu, que ya empezaba a recobrar sus facultades. Desmond logró guiarles por la orilla del lago de Hali hasta la fuente de la melodía. La voz de mujer se hacía cada vez más intensa y, con ella, la niebla que les envolvía.

A pesar de la cercanía, las torres se volvieron cada vez más borrosas.

Tres pasos más tarde, ya apenas podían ver sus propias manos. Aún en semejante situación, tanto Tristán como Aurélien lograron seguir adelante, comunicándose ocasionalmente entre susurros. Sabían que el frío les calaba los huesos. Tenían esa certeza, aunque no eran capaces de sentirlo en sus carnes.

EL padre fue el primero en percatarse de que el suelo que pisaban ya no era arenoso. Bajo sus pies había un sinfín de pequeños adoquines y, aunque no podían verlas, notaban la presencia de colosales moles de piedra a su alrededor. En ese mismo instante, la melodía se detuvo de golpe. Una voz femenina trató de abrirse paso entre la niebla.

Una voz que les resultó inquietántemente familair.

¿Q-quién anda ahí? ¿Ambroise?

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12/06/2020, 12:51
Padre Mathieu Regnard

El sacerdote se encontraba mejor, con la mente más despejada y clara, aunque todavía con la sensación de no entender muy bien qué le había pasado a él, ni tampoco comprender cómo era que estaban en aquel extraño lugar. Por no mencionar que ni siquiera sabía qué lugar era. Lo único que sí entendía a ciencia cierta era que estaban en peligro y que debían moverse, por ello poco a poco, Tristán fue notando que cada vez era menos necesario ir tirando del cura para llevárselo de allí hasta el punto en que logró sobrepasar al subastador en la carrera.

Siguieron a Desmond por aquel extraño paraje, bordeando el lago hasta llegar al lugar del que parecía proceder la voz, con la niebla rodeándolos y la sensación de un frío helado atenazándoles los músculos. Aunque algo más extraño sucedió después, porque todo se volvió borroso e incluso sus propias manos se veían difuminadas como si un artista hubiera decidido borrarles del cuadro de pronto.

La configuración del suelo cambió de pronto, aunque le costaba verla debido a lo nublado de todo lo que percibían sus ojos, y sentía que algo enorme y duro como la piedra se situaba a ambos flancos de ellos. La melodía se detuvo en ese instante, y una voz femenina se dirigió a ellos. El padre creyó reconocerla, pero no estaba seguro.

-¿Se... será Camille?

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13/06/2020, 02:00
Tristán Poincarde

 Tristán corrió lo más que pudo. Seguramente corrió con más intensidad que en cualquier otro momento de su vida. Sentía miedo y éxtasis; y una irremediable sensación de estar al borde de la muerte. O de algo peor, teniendo en cuenta todos los elementos sobrenaturales que rodeaban a los caballeros. El subastador empezó a correr arrastrando al cura, pero rápidamente Mathieu recuperó el vigor y siguió por su cuenta. Incluso superando al cansado Tristán, cuya condición física era fruto de lamento.

 Al alejarse de los espíritus y llegar a un lugar sin arena y con adoquín, el hombre pensó que el peligro se alejaba. Pero entonces sintió como el ambiente cambiaba y todo pasaba a ser más... borroso. Incierto. Un tipo diferente de miedo recorrió su alma. Mas no duró mucho, ya que una voz que le remontaba a tiempos pasados le devolvió un poco de seguridad. No seguridad de que estaba cuerdo, pero seguridad de que estaba a salvo.

- ¿R-r-rose? ¿Eres tú?

 Tristán llegó a manifestar esa sospecha, pero Mathieu rápidamente intuyo que la voz se trataba de la dama perdida. De la dichosa mujer que estaban buscando. Por supuesto; tenía que ser ella... ¿por qué Tristán volvería a ver a su Rose? Era Camille. Camille. Oh... Camille...

- No, es... es cierto; debe ser Camille... ¿dónde está?

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20/06/2020, 15:43
Camille

La bruma comenzó a dibujar una silueta. Los jirones, como sutiles y vaporosas pinceladas, adquirieron el aspecto de una mujer jóven*. Pelo corto y a la moda, vestido de verano con motivos florales, manos finas de largos dedos e intensos ojos negros. Ya la habían visto antes, representada con cuestionable precisióne en un lienzo e innumerables bocetos, pero también en sus bucólicos paraísos oníricos que cada vez invadían más el mundo de la vigilia.

Era Camille.

¿Q-quiénes son ustedes? ¿Dónde estoy?

Notas de juego

*La descripción es intencionada. Aunque si os acercaseis una mano a la cara para verla mejor aparecería de un modo similar, no tenéis forma de saber si esta aparición es real o se trata de una ilusión.

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27/06/2020, 02:11
Tristán Poincarde

 El subastador se queda completamente absorto ante la aparición de aquella silueta. No podía creer lo que estaba escuchando. Esta allí. Él podía verla... ¿los demás podían verla? ¿Era una ilusión? No, tenía que ser ella. Tenía que Camille.

Ca-camille... oh por Dios, eres tú... Estás... estás aquí, con nosotros...

 Tristán se encontraba desbrodado por la emoción, sintiendo que espesas lágrimas corrían por su rostro mientras miraba con una apenada sonrisa a aquella joven a la que tanto habían buscado. El hombre se acerca lentamente a la chica, con la intención de poder sostener su mano. O abrazarla. O por lo menos sentirla de alguna forma; era una mujer sin igual, un ángel que había colmado la vida de cuanto hombre la hubiese visto pintada.

 Era Camille.

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30/06/2020, 17:27
Padre Mathieu Regnard

-Soy yo. Mathieu. -Dijo el padre completamente anonadado ante la figura femenina que se había dibujado ante ellos como si las ásperas pinceladas de Ambroise Allamand tomaran la delicada y sensual forma de una mujer. La mujer más bella que había visto en su vida, aquella con la que había pasado tiempo en su juventud. Un tiempo que se le antojaba tan distante como un lejano sueño medio olvidado y probablemente no fuera más que aquello, un sueño. Pero... ¿qué es la vida sino un sueño? Como dijo aquel poeta español. Ahora que tenía delante de nuevo a la dama por la que había suspirado desde su adolescencia, se quedó absorto contemplando su belleza. No pareció darse cuenta el sacerdote de la diferencia de edad que había entre ambos, ella era joven y él ya peinaba canas. Pero aunque no fuera posible, él recordaba a Camille desde toda la vida con la misma seguridad que deja el déjà vu sobre los acontecimientos profetizados que finalmente cobran certeza.

No obstante, no podía responder a la segunda pregunta de Camille, pues ni él mismo sabía dónde estaban. Aquello le causó una profunda tristeza y estuvo a punto de echarse a llorar desconsolado. Pero la congoja que se adueñó de su corazón no era por no conocer el paradero del grupo, sino por no poder dar respuesta a la pregunta de aquel frágil y bello ser.

-Debemos... debemos ayudarla. - Le dijo a sus compañeros. -Saquémosla de aquí. - Y sin dudarlo ni un segundo, se colocó junto a Tristán y alzó una mano para tendérsela a Camille al igual que el subastador.

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03/07/2020, 01:22
Camille

S-sí, soy yo —contestó. Su expresión confusa era claramente visible a pesar de la bruma—. ¿Cómo saben mi nombre?

Algo recelosa, le tendió la mano a Tristán y al padre Regnard. Desmond apareció poco después.

No parecen fantasmas. Y usted parece un sacerdote, ¿no es así? Gracias a Dios que están aquí, no tengo ni idea del tiempo que ha pasado desde que posaba para Ambroise. ¿Pero dónde estamos? ¿Y cómo saldremos de aquí? ¡Los extraños de las máscaras nos atraparán!

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04/07/2020, 17:43
Tristán Poincarde

 Sentir el contacto de Camille era extrañamente aliviante para Tristán. Como si una calma brisa relajara a su paranoico corazón por un momento y el hombre se permitiese ver que tan lejos habían llegado. Con cuidado, Tristán guía a Camille hacia ellos y luego le suelta la mano. Después de tod, con simplemente mirarla desde cerca ya era un hombre un poco más feliz.

- Camille, nosotros hemos venido... hemos venido hasta aquí para encontrarte. Para traerte de vuelta a... a nuestro mundo. Y salir de este horrible lugar. Hemos visto el cuadro de Ambroise y... no sé cómo explicarlo... algo nos llamó a buscarte y encontrarte. Todavía no sabemos con certeza que es, pero eso es lo de menos.

 Le gustaba ver que Camille se encontraba atenta y razonable. Ellos se estaban volviendo paulatinamente más perturbados conforme seguía la búsqueda. Que ella estuviese así, fresca y lúcida, solo le confirmaba a Tristán la importancia que tenía la muchacha en toda aquella odisea por la que estaban pasando.

- Tenemos que evadir a los "fantasmas" de las máscaras y encontrar algún... lugar por el cual volver.

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05/07/2020, 13:07
Padre Mathieu Regnard

Cuando la hermosa musa se refirió a él como sacerdote, el padre Regnar se sintió dolido. No con Camille, por supuesto, aunque ella le había recordado su oficio y lo que consigo conllevaba, su voto de castidad y su renuncia a tomar mujer alguna. Pero Regnard no pudo evitar sentirse molesto con que aquello tuviera que ser así, y que fuese ella quien lo hiciera notar precisamente le hizo sentir como si una flecha atravesara su corazón en aquellos momentos.

El sacerdote sintió, por alguna extraña razón, celos de Tristán, aunque dejó que él hablara y explicara toda la situación. Ya que efectivamente debían salir de allí cuanto antes y salvar a la dama por la cual todos habían suspirado.

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05/07/2020, 13:50
Camille

Si les sirve de algo —añadió la muchacha mientras se dejaba guiar por Tristán y el padre Regnard—, he oído voces en sueños que me hablaban de este lugar. Me decían que la niebla es como un telón. Cuando cae, reina la calma, pues a los fantasmas les recuerda al manto harapiento del rey que los asesinó a todos. Pero al disiparse, regresan.
»También me dijeron que tampoco pueden acercarse a la ciudad, y que solo los demonios alados que sirven al rey pueden ahuyentarlos. Me enseñaron su idioma y a cómo llamarlos.

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15/07/2020, 19:34
Tristán Poincarde

 La chica mostraba tener conocimiento sobre los fantasmas; sobre cómo ahuyentarlos y en dónde no iban a encontrarlos. Incluso mencionó que estuvo con "demonios" y que formó una especie de vínculos con los mismos. Al subastador le hubiese gustado no escuchar ello, ya que un ser tan puro y divino como Camille no debía estar relacionándose con criaturas satánicas.

- Pues entonces, nos mantendremos por las nieblas... o iremos hacia la ciudad. Pero no hay necesidad de c-c-convocar demonios. No son cosas puras...

 Tristán instó al grupo a moverse. No sabía bien a cuál dirección ir (tampoco es que aquel lugar proveyera mucho sentido de la orientación), pero sentía que debían moverse. Que en cualquier momento podían seguir siendo asediados por criaturas sobrenaturales.

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15/07/2020, 21:56
Padre Mathieu Regnard

-Parece que tendremos que elegir entre fantasmas o demonios, monsieur Poincarde. - Dijo el sacerdote torciendo el gesto. A él tampoco le inspiraba confianza ninguna de las dos opciones, ni nada de lo que había en aquel mundo dicho sea de paso, pero tendrían que confiar en Camille si querían salir de allí con vida. 

-Vamos. - Añadió poniéndose en marcha tras Tristan. 

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29/07/2020, 19:15
Camille

La ciudad está en ruinas —respondió Camille suavemente, temiendo llamar la atención de algo indeseado—, los demonios me lo dijeron.

Caminaron entre la bruma sin un rumbo fijo. El único que parecía algo ausente era Desmond, que llevaba un tiempo alejado del resto. Puede que todavía estuviese muy afectado por la muerte de Patrick.

El tiempo fluía despacio, pastoso. En la bruma era practicamente imposible trazar un rumbo o saber en qué momento del día se encontraban. Y aún así dudaban de poder interpretar correctamente la posición de las estrellas. De pronto, Camille rompió el silencio.

Los demonios han sido mi única compañía todo este tiempo. Siempre se mueven bajo el manto de la bruma, impidiendo que los vea claramente. A veces son como cuervos. Otras, como dragones. En realidad no sé por qué los llamo así, pues hasta ahora siempre han sido amistosos conmigo. E incluso me dijeron que...

Se detuvo de pronto. Tardaron unos segundos en comprender qué la había asustado: el paisaje era cada vez más nítido. Camille se aferró al brazo de Tristán.

¡Ya vienen! Por favor, díganme que la salida está cerca. Saben por dónde han entrado, ¿no?

Habían recorrido más distancia de la que habían calculado. No solo habían dejado la ciudad atrás, sino que el propio lago de Hali no era más que un amargo espejo en la lejanía.

Cuando se giraron, Tristán y Regnard encontraron un destello en la lejanía, encajado en un desgastado arco de piedra. En el preciso instante en el que lo tuvieron a la vista, un reconocible olor a incienso y especias invadió sus olfatos durante un segundo.

Pero el alivio duró poco. Mientras los últimos jirones de niebla se evaporaban sobre la arena, unos susurros comenzaron a envolverles. Unas siluetas traslúcidas caminaban hacia ellos. Estaban a pocos metros a sus espaldas, cerniéndose sobre ellos. Sus vaporosas túnicas, antaño nobles y ostentosas, parecían ahora jirones de colores apagados. Eran muchos más que antes. Las máscaras parecían flotar en mitad de una nebulosa macilenta.

En mitad de aquella mascarada destacaban tres figuras: una silueta alta, garbosa y bien vestida; un personaje encorvado, con sombrero y gabardina; y un espectro bajo y grueso al que le faltaba parte de una mano chamuscada.

Ninguna de aquellas figuras tenía un solo rastro de facciones en el rostro. Ni ojos, ni nariz, ni boca.  

Antes de empezar su avance, los tres espectros se pusieron de cuclillas y volvieron a incorporarse con sendas máscaras de porcelana. Una que les recordó a las ilustraciones de Pigmalión, otra que se parecía mucho a un héroe de la antigüedad que no reconocieron, y una última que era la viva imagen del emperador Nerón.

¡Debo hacerlo! —insistió Camille—. ¡Debo llamarles!

Notas de juego

Muy bien, última decisión crucial antes de terminar.

a) Podéis tirar Huída para ver si conseguís llegar con éxito al arco (dif. 5).

b) Podéis hacer tres tiradas de Escaramuza (dif. 4) para tratar de contener y resistir a los espectros de Carcosa para proteger a Camille mientras esta llama a "los demonios". Cada tirada fallida conllevará la consiguiente pérdida de Puntos de Salud.