Partida Rol por web

La sala tiene una pantalla con unas abrazaderas para situar la cabeza de un humano pegada a ella, así como unos sensores para poner en la cabeza del humano.

El sillón incómodo en el que iría el hombre tiene unas correas en los brazo del sillón. Para inmovilizar al sujeto.

El lugar le parece al Reverendo aterrador y a Terl bastante dejado y sucio.

El enorme psyclo insta pacíficamente al humano a ocupar el terrorífico sillón, con aires amistosos. Una vez el reverendo está en su sitio, Terl procede a inmovilizarle. El humano se asusta al verse retenido, pero el mensaje de Terl, aún sin palabras, es bastante conciliador. El jefe de seguridad señala ahora a las abrazaderas, donde parece que debe de situarse la cabeza. Por unos segundos, el psyclo espera su reacción.

El reverendo se deja hacer. Sentándose en la silla, aún sabiendo que puede que sea lo último que haga.

Terl se dirige hacia el aparato, aunque sigue manteniendo su actitud amable hacia el humano. Sin más dilación, conecta el aleccionador de conocimientos y el reverendo comienza a aprender el idioma de los psyclo. Esperemos que no muera en el intento, bastante me ha costado traerlo hasta aquí como para tener que ir a por otro.

El reverendo sufre varias sacudidas en la cabeza, por lo que la ladea vertiginosamente. Tras unos 20 segundos de trance, parece quedarse tranquilo.

Terl observa al humano. Parece que el aprendizaje ha concluido con éxito. Probemos. ¿Puedes comprenderme, humano? El psyclo espera la respuesta, con bastante seguridad de que no recibirá ninguna respuesta. Después de todo, las criaturas son demasiado primitivas.

El reverendo parece confundio, tras el intenso dolor de cabeza, la criatura comienza a emitir gruñido que de algunamanera entiende y que contesta con gran soltura.

Así es, maldito demonio del averno de Budalá.

Terl observa el lastimoso estado en el que ha quedado la criatura tras el aprendizaje. Después de todo, no parece el individuo más apropiado para la labor a realizar. Aunque cierto es que el más capaz cayó fulminado ante el disparo de su arma de rayos. Si no hubiera sido tan tozudo... Terl mira ahora al humano y se dirige a él, capaz ahora de comunicarse, al tiempo que le libera de sus ataduras:

Bien, por fin nos entendemos. Ahora espero que pueda dejar de matar a tus congéneres y contraigamos una amistosa relación comercial. Todos saldremos beneficiados de ello, principalmente vosotros. Vamos, volvamos con el resto de los tuyos.

El reverendo asustado trata de asentarse y ser cordial.

Si vayamos, deberé tranquilizarles.

El hombre con el nuevo saber de la comunicación avanza hasta la puerta del lugar, tal y como le indica el ser enorme.

El psyclo entra en la sala de aprendizajes. Empuja a Tom al interior.

Director

18/03/2008, 19:55
Reverendo Reingger Terl

La sala tiene una pantalla con unas abrazaderas para situar la cabeza de un humano pegada a ella, así como unos sensores para poner en la cabeza del humano.

El sillón incómodo en el que iría el hombre tiene unas correas en los brazo del sillón. Para inmovilizar al sujeto.

Tom mira todo con bastante inquietud. Intenta confiar en las palabras del reverendo. Cuando él pensaba que tenía razón el reverendo sabía la verdad. Ahora Tom espera que siga sabiéndolo mientras entra con el monstruo en aquella extraña cámara.

- Chuzo depunta chiki chiki elcruzaito...- murmura entre dientres.

La mala bestia muestra el asiento a Tom, indicándole que se coloque en él. Le muestra el palo de dolor, para que no se olvide de cual es su intención de no hacerlo. Le da un pequeño empujón.

¡Jamarga, lonja!

Por un lado el instinto de Tom se rebela contra el mero pensamiento de sentarse a merced del monstruo, pero la lógica de Tom impera: tendrá que confiar en el reverendo.

Así que se sienta en la silla esperando lo que tenga que venir.

El enorme ser se acerca a Tom, apoyaándole las manos en los brazos de unas sillas especialmente diseñadas para personas, o eso le parece a Tom. Es una silla del tamaño adecuado para un humano.

El enorme ser agarra las muñecas del hombre y las ata con unas correas de un extraño cuero. Finalmente le obliga a apoyar la cabeza en una soporte de metal fijándosela al mismo por similar procedimiento.

El psyclo se acerca aunos controles y el extraño cuadro de cristal de enfrente comienza a emitr una serie de colores, cada vez más rápido. El dolor en la cabeza de Tom es cada vez más fuerte.

Como si le estuvieran hablando cientos de personas a la vez gritándole cada vez más fuerte.

El dolor se hace insostenible. Un hilo de sangre surge de la nariz del cazador. Pronto las fuerzas le parecen desaparecer.

Tom, incapaz de resistir aquella barahúnda sin sentido, lanzó un grito antes de quedar inconsciente...

Terl rec oge al hombre de la silla y lo levanta sobre su hombro. Le llava hacia las jaulas.

Terl indica la sila a Martha para que se suba a ella.

Me subo a la silla llena de temor, preguntándome qué pasará ahora. Por lo que dijo el Reverendo, vendrá una especie de milagro, pero... después de que estos monstruos casi me maten, y mataran a Johnnie, no me siento muy inclinada a creer que son enviados de dios, ni que actúen de buena fe.