Partida Rol por web

Cançó d'Alós

Escena V: Primo vere

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05/03/2019, 15:23
Magister

https://www.youtube.com/watch?v=7UvesKl8_W8

El invierno había sido duro, pero ya daba signos de empezar a acabarse. La nieve, que se agolpaba en los caminos de montaña, era cada vez menos consistente, y el Gat empezaba a fluir, tímidamente al principio, y luego con ímpetu, como si llevase en él toda la felicidad de la juventud. La naturaleza volvía a abrir sus puertas al mundo.

Tras la muerte del padre Bernat, se hicieron los preparativos para la partida de Manel y sus sobrinos Vicenç y Clara. La estancia en Alcalà do Bispe fue todo un éxito, y se saldó con la firma de lo que pasaría a la Historia como la Concordia de Alcalà: habría paz, al fin, y el reinado del joven rey podría despegar. A este efecto, los caballeros Manel de Mormont y Roger d'Erill se mostraron muy útiles, pues hablaron de unidad en tiempos de desunión, y de la necesidad de hacer un frente común contra la amenaza del sur. Hablaron tan bien que el rey Jaume I los escuchó, y le complació lo que dijeron. Se habían ganado el favor del rey.

A la firma del tratado también asistieron muchos otros nobles diversos: los condes de la Corona, el eterno pretendiente, dignidades e incluso alguna dignidad extranjera, como el conde castellano Gonzalo Núñez de Lara, de la poderosa casa De Lara, emparentada con la realeza. Vicenç, Clara y Dionís pudieron pues codearse con gente de tan alta alcurnia, y aunque la experiencia fue positiva en general, también hubo momentos desagradables: no en vano, en la ciudad también se encontraban el conde de Empúries, vuestro señor Hugo IV, y su hijo Ponç.

A petición de Maria, Manel ofreció la posibilidad de celebrar una pequeña justa una vez entrada la primavera en el señorío de Alós, con el objeto de festejar la paz. Y como el rey hubo hecho tan buenas migas con el caballero de Mormont, aceptó sin reservas...

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05/03/2019, 15:40
Magister

Os encontráis en el salón de la casa Mormont, desayunando y ultimando los preparativos de la feria, en unas pocas semanas. Carles, el barón, está obviamente enfermo: aquella debilidad que mostró al principio del invierno nunca se fue, y no ha hecho más que empeorar. Pèire, el médico familiar, no encuentra una explicación convincente para esta condición. Es como algo de magia.

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05/03/2019, 15:42
Magister

En la estancia en Alcalà do Bispe, has notado que el heredero del condado, Ponç de Empúries, se acercaba a ti con interés. Las normas de etiqueta os han impedido intercambiar más que algunas palabras tímidas.

Otra vez sentada en aquella silla, el pensamiento te vuelve a aquella pobre mujer que viste aquella noche aciaga. ¿Habría encontrado a su hijo?

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05/03/2019, 15:44
Magister

Durante tu estancia en Alcalà do Bispe, pudiste ver que aquel ambiente tan cortesano no era exactamente el tuyo: mirabas con cierta envidia al rey y a los caballeros, a quienes su destreza marcial o su rango permitían decir lo que pensaban, comer lo que querían y moverse, en fin, como Dios les daba a entender.

Te fijaste, también, en que el heredero de Empúries, Ponç IV, parecía acercarse a la señorita Clara de Mormont. ¿Cuáles serían sus intenciones? 

Sentado en aquella sala por primera vez después de aquella noche aciaga, no puedes evitar recordar la mancha y la espiral. ¿Cómo desapareció de esa manera? ¿Sabrá Pèire algo más al respecto de su significado?

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05/03/2019, 15:46
Magister

No sabías qué esperar de Alcalà do Bispe, pero lo que encontraste te complació. No ese hijo de perra de Ponç, por supuesto, pero sí el ambiente y sobre todo, sobre todo, la sensación de que ahí se tomaban decisiones importantes. Estabas en la habitación donde todo sucedía, en el momento en el que todo sucedía. 

Cuando encontraste a Gonzalo Núñez de Lara casi te dio un vuelco el corazón, y no solo por el reconocimiento del poder de ese noble: también porque sabías que era el tío de Teresa Fernández de Lara, aquella muchacha morena que te tenía encandilado. Pero, hélas, ella no estaba allí. Sin embargo, en un momento de locura diplomática y protocolaria, se te ocurrió invitar a tío y sobrina al torneo que se iba a celebrar en vuestro señorío. Y él, aquel señor poderoso y majestuoso, prometió que se lo pensaría.

Sentado en aquella sala por primera vez después de aquella noche aciaga, feliz, casi habías olvidado la mancha y la espiral. ¿Cómo desapareció de esa manera? ¿Qué significaba?

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05/03/2019, 15:50
Magister

Has leído y releído todos tus libros buscando la cura a la enfermedad de Carles, pero no sabes más de ella que de la extraña espiral que Dionís decía haber visto.

Ambas parecían obra de alguna brujería. Pero, hélas, no tenías, por supuesto, ningún libro de brujería. ¿Habría alguna mujer en el pueblo que supiera de qué trataba todo aquello? Quizá podrías ir tú mismo, o enviar al joven Dionís a buscar información...

Notas de juego

Luego te daré información sobre la Historia de los Mormont que tenías que investigar.

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05/03/2019, 15:53
Magister

¡Un torneo en Alós! Te sientes tan entusiasmada, como si fuese el día de tu boda. Pero, ¿qué puede emocionar más a una madre que la oportunidad de oro de casar a sus retoños, finalmente, con un partido a su altura? Iba a venir incluso Ponç, el hijo del conde, tan apuesto. Y, según se rumoreaba, quizá incluso el rey en persona... Claro que eso era harina de otro costal. Los unos no se casan con los treses.

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05/03/2019, 15:56
Magister

Tu amistad con el rey te llena de orgullo. Además, ese muchacho joven (diez años más joven que tú), criado sin padre y en la oscuridad de una prisión monástica en Francia... puedes empatizar con él. Y el muchacho, a su vez, te ha cogido confianza y respeto.

Incluso, te ha dicho, planea venir sin preaviso a vuestro torneo. Pero es una sorpresa, por supuesto, de manera que no puedes decir nada. Eso te coloca en una posición curiosa: ¿cómo preparar la bienvenida digna de un rey sin, a su vez, traicionar el secreto real?

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05/03/2019, 17:04
Clara de Mormont

Ahí volvíamos a estar de nuevo, sentados en una mesa todos juntos... Salvo por la ausencia del fallecido Padre Bernat y la enfermedad de padre, quien permanecía en un estado que nos preocupaba a todos...

La salida a Alcala do Bispe había sido una grata experiencia pues al fin podía  conocer de cerca a las gentes de las diversas cortes y casas nobiliarias, así como conocer cómo era más adecuado desenvolverse y proceder en reuniones como aquella. Al recordar aquellos momentos una alegre sonrisa se dibuja en mi rostro, como recordando algo agradable aunque en un momento esa sonrisa se vuelve algo melancólica y preocupada. 

- ¿Quiénes acudirán a la justa? ¿Tenemos ya alguna confirmación? - pregunta sin mostrar apenas interés, como queriendo conocer a qué personas volverá a ver y a cuales no. 

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05/03/2019, 19:14
Maria d'Olot

Quizás era la llegada de la primavera después de haber dejado atrás un espantoso invierno, quizás eran las perspectivas del torneo, una oportunidad de demostrar la excelencia de su casa y mis propias dotes como anfitriona, fuese cual fuese el motivo me encontraba de un inexplicable buen humor. La ausencia de Carles implicaba que todo el peso de la casa recaía en mí, lo cual ni era novedad ni me iba a achantar en modo alguno. De momento, nos encontrábamos como tantas otras veces reunidos en el salón familiar. Mi hija había vuelto por fin a casa, embriagada de una felicidad que jamás había visto en ella y esto, por supuesto, también me reconfortaba. Mientras desayunaba, ultimaba una lista de preparativos: de compras y disposiciones.

- ¿Quiénes acudirán a la justa? ¿Tenemos ya alguna confirmación?

-Aún es pronto, aunque todas las invitaciones ya han sido enviadas. Es asumible que los señores de Portbou, nuestros aliados, vendrán. Quizás la emoción del torneo atraiga al señor de Llers, aunque es un hombre solitario y excéntrico. También, por supuesto, ha sido enviada una invitación a nuestro señor, el Conde -miré instintivamente a Vicenç- que probablemente acuda acompañado de su hijo Ponç. También he invitado a aquel buen amigo de vuestro tío, Roger d'Erill. Probablemente también acudan otros caballeros sin título para participar de la justa así como comerciantes para la feria. Todos ellos con sus respectivas familias, esposas e hijas-iba repasando mentalmente aquellos nombres que podían resultar conocidos a mi hija. -Quién sabe, tras vuestra magnífica actuación en la corte, quizás se persone el mismo Rey en nuestro pequeño Alós. -me permití una pequeña broma, con una leve sonrisa. En un día tan hermoso como aquel, una tenía derecho a soñar.

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05/03/2019, 21:04
Dionís

Todo el mundo parecía feliz y yo me encontraba lejos de compartir esa felicidad. Los dias en Alcalà do Bispe no iban a quedar en mi memoria como dias felices. Vicenç, logicamente, estuvo a la altura de los acontecimientos y esto le exigía que su amistad quedara levemente apartada por sus obligaciones. Incluso me tocó presenciar alguna comida de pie, mientras Vicenç conversaba con los otros invitados a la mesa. 

Aceptaba mi rango y mi posición, y sabia cuanto tenia que agradecer a la familia Mormont. Pero eso no quitaba que cuando yo era realmente feliz era fuera de las ciudades, que solo me traían malos recuerdos, y campando a nuestras anchas con Vicenç. 

Y Clara. Algo pasó durante el viaje. Esa niña engreída que siempre revoloteaba por los pasillos del castillo y que apenas tenia ningún interés, se abrió como una flor al llegar a Alcalà do Bispe. Se la veía segura, resplandeciente y feliz. Ver el cambio que habia hecho era una de las pocas cosas que le quitaba ansiedad a mi estancia en las negociaciones. Aunque no me gustó, para nada el comportamiento del heredero de Empúries. Pero ni en broma hubiera hecho ningún comentario al respecto. Aunque algo me oliera mal...

Y a nuestra vuelta, Pèire parecía sobrepasado por la enfermedad de Carles.

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05/03/2019, 21:37
Dionís

-Creo intuir vuestra respuesta, mi querido Pèire, pero... ¿La enfermedad de Carles no podria estar relacionada con los extraños hechos del torreón? No puedo quitarme de la cabeza esa espiral, y, sobretodo, su desaparición. 

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05/03/2019, 22:13
Pèire
Sólo para el director

Notas de juego

Necesito la información, para contestar.

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05/03/2019, 22:18
Magister

Desconoces completamente el origen de la enfermedad, y cualquier supersticioso diría que es obra de una bruja... pero tú no eres cualquier supersticioso.

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06/03/2019, 00:36
Manel de Mormont

Mi señora, digo dirigiéndome a Maria D'Olot, debemos preparar el torneo con todo lujo de detalles, cómo si fuera a venir el rey en persona, eso sin duda será muy bueno para todos, para vuestros hijos y al futuro de esta casa. Tenemos que aprovechar esta oportunidad para demostrar lo que podemos ofrecer y que de esta justa se hable durante siglos. Se puede observar claramente que estoy emocionado como desde hacía muchos años que no se me veía y en mis palabras se podría llegar a intuir que puedo saber algo que no puedo revelar.

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07/03/2019, 10:57
Pèire

Mi pequeño Dionís, no debes preocuparte por esas cosas, solo te llevaran a pensar de forma indebida, pero esta enfermedad es rara o algo que no vemos esta marcando una diferencia entre que el barón se encuentre bien o no.

Aunque intento relajar a Dionís, se me nota algo molesto por no saber como recuperar la totalidad de la salud de barón.

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09/03/2019, 18:30
Rodrigo de Astorga

En ese momento, uno de los criados anunció la llegada, pasados unos meses de la muerte del padre Bernat, del nuevo sacerdote ocupado del bienestar espiritual de la familia. Lo dijo con voz clara, aunque algo titubeante: Mi señor Rodrigo de Astorga.

El señor de Astorga se personó en el salón. Estatura media, complexión más bien recia aunque señorial, plantó sus pies con modestia más o menos fingida en vuestra presencia. Y se presentó con una ligera inclinación de cabeza. Habló con un fuerte acento castellano:

-- Mi señora, señores, soy enviado desde el Obispado tras la trágica noticia de la muerte del padre Bernat, que Dios lo acoja en su gloria y le dé el descanso eterno.

>> Me pongo al servicio de vuestra familia para guiarla por el recto sendero de la fe en todos los aspectos de vuestra estancia en este mundo.

>> Sin embargo, si me disculpáis, el camino ha sido largo y nos hemos apresurado para llegar temprano; ¿podría alguno de los criados indicarme dónde puedo dejar mis pobres pertenencias, y también dónde se encuentra la capilla familiar para poder en ella rezar?

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09/03/2019, 18:45
Clara de Mormont

Aquel ambiente tan distendido acompañado de los buenos recuerdos de la estancia en la ciudad hacían que mi rostro se mostrara sonriente y alegre, aunque sobre él seguía pesando la preocupación por la salud de padre... 

Realmente, tenía muchas ganas de que llegara el torneo pues así podría volver a ver algunos de los rostros que conocí en la ciudad, así podría volver a dialogar y reunirme con gentes ajenas al castillo y que siguieran contándome como eran las cosas en otras tierras, aldeas, ciudades y lugares...

Mientras continuábamos con la charla llegó hasta la estancia un criado anunciando la llegada del nuevo sacerdote. Me quedé algo sorprendida ante la presencia y el aspecto del nuevo sacerdote, pues esperaba encontrarme con un hombre de edad algo más avanzada y no con alguien tan joven... 

Sabía que era de mala educación saludar al recién llegado antes que la señora de la casa y aquellas personas con mayor posición que yo, así que esperé a que ellas hablaran para saludar y presentarme al recién llegado. 

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11/03/2019, 09:35
Pèire

Bienvenido, si no es mucha indiscreción, ¿cómo nos hemos de referir a vos?

Aunque le doy la bienvenida, mi tono es el de siempre un poco tosco y serio; para los que no me conocen, parece que le este echando a patadas del lugar.

Muchos de los feligreses estarán encantados de darle la bienvenida, llevan mucho tiempo esperando la llegada de un nuevo emisario del Señor.

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11/03/2019, 17:57
Maria d'Olot

-Por supuesto. -respondí a Manel. -Había pensado en situar la justa en la explanada al oeste del castillo. Hay algunos árboles, pero creo que ofreciendo un día de salario por media jornada de trabajo no deberían faltarnos manos voluntariosas en el pueblo... -comencé a explicar, justo cuando uno de los criados anunció la llegada del nuevo sacerdote. Rodrigo de Astorga. Habría preferido alguien de la tierra pero si el señor Obispo le envía... Tenía un aspecto algo noble, como si tuviese que forzar la servidumbre. Sin duda era todo un cambio con respecto a la simpleza y campechanía del padre Bernat. También podía ser un cambio a mejor. El mensaje divino era mucho más fácil de comunicar con el entusiasmo de la sangre joven.

-Bienvenido seais, padre, a esta casa. Ruego disculpéis a vuestro señor, el barón, que no os reciba como sin duda merecéis, pues se encuentra aquejado de ciertas fiebres. Confiamos en vos para que encaminéis las almas de esta familia por la senda de la virtud. -le recibí, con un entusiasmo moderado. Sin duda, buena falta nos hará.

-Dionís, por favor, podríais acompañar a mosén Rodrigo a sus nuevas dependencias. -ordené inmediatamente. Lamentaba no poder evaluar mejor al recién llegado, pero también era cierto que tenía asuntos más urgentes que atender y en cierto modo, agradecí no tener que ocuparme ahora mismo del padre Rodrigo. -Más tarde me gustaría hablar con vos.