Partida Rol por web

Cançó d'Alós

Escena VI: El Torneo

Cargando editor
09/04/2019, 21:07
Magister

Poco antes de una semana antes de que empezase el torneo (es decir, cuando la primavera parecía irrumpir por fin tras unos días de inusitado frío), se vieron estandartes ondeando en el horizonte, en el camino de Portbou (lo cual era obvio, dado que era el único camino que podía considerarse como tal que llevaba a la baronía). Eran los estandartes del conde Guifré Estruch, de Llers, y del barón Guillem Cardona de Portbou, que habían decidido emprender juntos la marcha.

En Alós ya habían permeado, tímidamente al principio, pero con una afluencia cada vez mayor, algunas personalidades menores, hijosdalgo, trovadores y juglares, que se hospedaban en posadas y casas particulares. Sin embargo, la llegada del conde Estruch y del barón Cardona eran las primeras visitas importantes de aquel torneo en el que se jugaban tantas y tantas cosas. Desde las almenas del castillo, Maria d'Olot, Pèire, Caterina y Clara observaban mientras Manel, Joan, Vicenç y Dionís cabalgaban al encuentro de los señores. 

Siempre era demasiado pronto, pensaba la precavida señora d'Alós mientras observaba con cierta inquietud la explanada verde a las afueras del castillo, que debía albergar los pabellones y el campo de justas. ¿Sería lo suficientemente grande?

Cargando editor
09/04/2019, 21:26
Director

Notas de juego

Para acabar de cerrar las cosas, he supuesto que vuestros personajes vuelven y le cuentan a la señora de la casa que el superviviente sólo sabe que los atacantes eran soldados cristianos, probablemente franceses.

Cargando editor
09/04/2019, 23:17
Vicenç de Mormont
Sólo para el director

Sí, de hecho Manel lo dijo hace poquito.

Cargando editor
10/04/2019, 14:05
Clara de Mormont

Desde lo alto de la almena contemplaba con expectación el horizonte, esperando con entusiasmo comedido la llegada de los visitantes... Iba a ser todo un entretenimiento el torneo y, además, le permitiría conocer nuevas personalidades y reencontrarse de nuevo con otras... 

Mire a madre y vi la inquietud en su mirada

- Madre, ¿va todo bien? Os noto algo inquieta... ¿Qué esperáis del torneo? Saldrá todo bien, siempre sabéis como organizar las cosas para que salgan perfectas...  - Miro a Pèire - ¿Y vos?

Cargando editor
10/04/2019, 15:49
Guillem Cardona

Al acercaros al galope, portando los colores de la Casa Mormont, reconocisteis primero a vuestro vecino el señor de Portbou, Guillem Cardona. Era un hombre moreno y orondo, al que la nobleza había dotado sin duda de esa característica cualidad de la vida sedentaria y generosa. Era un hombre por lo general simpático.

A su lado, bastante más mayor, cabalgaba un caballero de porte mucho más digno y severo, llevando consigo el escudo del condado de Llers. Éste último se limitó a saludaros con un ademán de cabeza.

Cardona:

-- ¡Bienaventurados, vecinos! ¿Cómo os encontráis en esta hermosa mañana?

>> Vengo con mi buen amigo el Conde de Llers, y nuestro séquito y pabellones. Es una alegría veros.

Cargando editor
10/04/2019, 22:24
Pèire

Saludo a Clara.

Hola, señorita Clara, no os preocupéis todo va según lo esperado. Al menos por mi parte. Esperemos que a vuestro tío le vaya igual.

Cargando editor
10/04/2019, 23:01
Manel de Mormont

El placer es todo nuestro sin duda por aceptar la invitación. Hago un cordial saludo. Mi hermano me envía en su nombre, se encuentra indispuesto por una leve enfermedad que esperemos sea de pronta recuperación, pero no hablemos de cosas infelices. ¿Qué tal el año? ¿La familia?

En realidad me interesaba lo mismo que la vida de un ciervo antes de abatirlo con una flecha pero había que ser educado y dar coba. Cuando hubo acabado sus respuestas sobre sus lujos, sus tierras, lo bien que le iba todo y lo guapas que eran sus hijas ya estábamos a medio camino. Solamente un poco más pensé...

Espero que todo sea de vuestro gusto al llegar, si algo no lo es no tenéis más que decirlo y se arreglará como gustéis.

Cargando editor
10/04/2019, 23:25
Vicenç de Mormont

Saludo educadamente. Mi tío Manel sin duda era la persona con más don de gentes que había conocido nunca. Me mantengo callado a no ser que me pregunten directamente.

Quizás necesitara a mi tío de mi lado cuando ponga mi plan en marcha. Confiarle el secreto era muy arriesgado, quizás más adelante puede dilucidar la forma de tentarle.

Cargando editor
11/04/2019, 17:32
Maria d'Olot

-Pensaba, hija mía, en todo aquello que aún queda por hacer... los pabellones que hay que construir, los invitados que llegan. Y pensaba también en vuestro padre, que no va a estar aquí para recibir a los señores como merecerían. -dije, oteando de nuevo el horizonte. Mi vista había empeorado notablemente con los años pero aún podía reconocer los coloridos estandartes de Llers y Portbou. -Hace tantos años que no veo al barón... debía tener algo menos de tu edad la última vez. -dije a mi hija, con nostalgia en la voz y ¿era aquello un deje de emoción? Me encontré preguntándome a mí misma cuánto habría cambiado el señor de Cardona, pues difícilmente reconocía en mí misma a la niña de entonces, en lo que me parecía la vida de otra persona completamente distinta. -Me pregunto si vendrá acompañado por su hijo, Josep. -comenté, volviendo a poner de nuevo los pies en la tierra.

-Sobre el conde Estruch, poco os puedo advertir, más allá de su fama de ser un hombre excéntrico y recluido. -comenté con discreción. Me extrañaba de hecho, por las escasas noticias que de él había recibido, que hiciese acto de presencia en absoluto y mucho menos, entre los primeros en llegar. -Por supuesto, ambos señores deben ser recibidos con igual respeto y dignidad, creo que esto es evidente. -recalqué. No era necesario, pero nunca estaba de más un recordatorio.

Cargando editor
11/04/2019, 23:57
Clara de Mormont

Miro a madre con una sonrisa

- Seguro que todo está listo a tiempo y que todo sale bien... Entenderán por qué padre no puede ir a recibirles... 

Una parte de ella pensaba que quizás alguien pudiera aprovecharse de la situación de padre para intentar ganar poder pero esa idea debía ser descartada pues nadie tendría el valor de cometer tal acto... 

- ¿Conocéis al hijo del Barón, madre? Así pues... ¿Cómo es el barón? Nunca nadie podrá decir que la casa Mormont es descuidada, irrespetuosa o indigna... Pues padre y tu nos habéis educado bien... 

Cargando editor
12/04/2019, 08:48
Director

Notas de juego

Pensaba, sobre tu idea de conseguir la heredad de Alós, recuerda que tu personaje está enamorado de una noble castellana, Teresa Fernández de Lara... que por cierto es hija de una de las familias más poderosas del reino vecino. Podrían ser un buen apoyo.

Además, recuerda que es posible que vengan al torneo, porque tu personaje invitó a su tío durante las conferencias de paz que hubo hace dos escenas.

Cargando editor
12/04/2019, 13:13
Vicenç de Mormont
Sólo para el director

mmm, me gusta por donde vas.

Cargando editor
13/04/2019, 22:49
Dionís

Aunque amigo de Vicenç, mi posición en este encuentro es la de siervo y aprovecho que la atención no se concentra en mi, para echar un vistazo al sequito de Guillem y del conde de LLers. Quizá pueda descubrir alguna cosa interesante. 

Saludo a la gente y les doy la bienvenida afablemente. No es que tenga muchas ganas de establecer conversación con nadie en concreto, pero quizá pueda obtener alguna información...

Cargando editor
15/04/2019, 14:31
Guifré Estruch

El conde Estruch te parece una persona seca, fría, aristocrática. El tipo de persona que no se mezcla demasiado con la plebe, y que considera como tal a una enorme proporción de la humanidad. Igual haría buenas migas con el señor Rodrigo de Astorga.

Quizá su reserva y altanería no son meramente nobiliares. Parece el tipo de persona que tiene una vida intelectual propia.

Cargando editor
15/04/2019, 14:33
Magister

Tras una hora de cabalgata, los jinetes y las comitivas llegaron a las puertas del castillo. Mientras el séquito montaba los pabellones en los lugares indicados, los nobles entraron al castillo, donde fueron recibidos por Maria, Caterina, Joana, Clara, Pèire y Rodrigo como mejor se pudo.

Cargando editor
15/04/2019, 14:34
Guillem Cardona

Te ha estado hablando todo el rato sobre su muchacho, el joven Josep, y de las ganas que tiene de encontrarle una buena zagala. Es evidente que parece querer algo.

También ha dejado caer algo sobre una hija soltera.

Cargando editor
15/04/2019, 14:35
Guillem Cardona

Pronto estuvisteis en una comitiva más o menos pequeña. El señor de Portbou descendió del caballo y, con un millar de crujidos sólo en parte debidos a los ropajes, el viudo posó una rodilla en el suelo y dijo de manera dramática.

-- Mi señora d'Olot y d'Alós, ¡qué alegría volver a veros! Seguís siendo tan radiante como aquella niña que solía corretear jugando con su hermano el abad. ¿Acaso no pasa el tiempo aquí entre estas montañas? A nosotros, los que vivimos cerca del mar, la sal nos ha erosionado ya el semblante...

 

Cargando editor
15/04/2019, 14:40
Guifré Estruch

El señor de Llers permaneció serio, impasible, aunque saludó con la cortesía requerida.

Cargando editor
15/04/2019, 15:31
Clara de Mormont

Permanezco detrás, en mi posición, en espera que todos quienes deben ir antes que yo realicen sus presentaciones y saludos... Lo principal es cumplir con el protocolo y la etiqueta, por lo que permanezco en mi lugar con una ligera y agradable sonrisa. 

Cargando editor
16/04/2019, 17:37
Maria d'Olot

Me adelanté al resto de mi familia para atender a nuestros ilustres invitados. Les recibí por igual con una reverencia cortés y con solemnes palabras.

-Sean bienvenidos a Alós, mis señores, y a este castillo, humilde hogar de la familia Mormont, en cuyo nombre, como esposa del barón, les saludo. -dije, siguiendo un cierto protocolo. Luego, una vez superados aquellos primeros formalismos, me tomé un momento para observar bien a aquellos dos hombres. Desde luego, Guifré hacía honor a su fama de arisco, aunque tampoco fue descortés. Pero mi mirada rápidamente se dirigió hacia el señor de Portbou. Sus halagadoras palabras hacia mí difícilmente podían ser devueltas. Por más que escrutase aquel rostro, era incapaz de encontrar en él a aquel joven de tanto tiempo atrás. Su energía, su vivacidad y, por qué no decirlo, su excesivo dramatismo, parecían intactos. En seguida, se formó una cierta cordialidad entre nosotros, que por supuesto, era imposible que se diera con nuestro otro invitado.

-Por favor, alzaos. No son merecidos tantos elogios. Y claro que el tiempo pasa, raudo y terrible, aunque a penas sea perceptible. Sin duda ya habéis conocido a mis hijos, Joan y Vicenç. Permitidme que os presente a mi hija Clara. -dije, invitando a mi hija a que demostrara sus modales. -Y decidme, ¿no os acompaña vuestro heredero? Confiaba poder conocerle en tan señalada ocasión.