Partida Rol por web

Llega la mañana, pero esta vez la megafonía no os despierta con su dulce melodía habitual. Son los pasos del Bulldog, seguido por su séquito de armarios cuyos pasos marciales resuenan entre los pasillos del Mercadona de la calle Prosperidad, los que os despiertan. 

El hombre trae un paquete de espaguetis marca Hacendado en la mano y uno de los armarios lleva la urna que ya os habéis acostumbrado a ver cada día. Carraspea de forma ostentosa para que los que aún queden dormidos se despierten y os enseña el paquete con la cara roja por la ira y los ojos centelleantes.

- Bueno, pues hoy no han echado a nadie. Estaréis contentos, ¿no? ¿Creéis que ya os podéis largar como si nada? - Hace una pequeña pausa antes de responderse a sí mismo. - ¡Pues no! Lo han intentado, pero no lo han conseguido. ¡¿Y sabéis qué es esto?! ¡¿Lo sabéis, zarrapastrosos?! - Pregunta entonces, alzando el paquete. - ¡Algún desgraciado se ha dedicado a meter alambres de metal dentro de los espaguetis! ¡Dentro! ¡Podría haber muerto alguien! Yo mismo estaba a punto de prepararme unos para desayunar con chorizo. ¡Esos malditos infiltrados han intentado matarme! ¡Menos mal que soy un tío atento, inteligente y más astuto que ellos!

Hace otra pausa, mirándoos uno a uno mientras sus ojos se inyectan en sangre y su dedo empieza a señalar a los presentes al azar. - ¡Pero no os será tan fácil! ¡Vais a seguir votando hasta que esos boicoteadores asesinos salgan de este supermercado! ¡Y me da igual si acabáis todos en la calle por el camino! 

Sus ojos se detienen en algunos de los presentes y se entrecierran mientras señalan a Hipólito, Manuel, Maricarmen, y Saray. - ¿Y vosotros qué, panda de inútiles? ¿Se puede saber por qué os mantenéis tan silenciosos? ¿Creéis que no me entero de todo lo que pasa? ¡No habéis dicho una palabra en toda la noche! ¿Estáis tramando algo acaso? Si no tenéis interés en solucionar este asunto puedo despediros yo mismo. 

Coge la urna de manos del armario y la pone encima de la caja con un sonoro golpe y después le hace un gesto a uno de los armarios. - Sal fuera y haz lo que te dije. - El tipo se encamina a la zona de los almacenes sin decir ni mú.

Y sin mediar más palabras el Bulldog se gira y seguido por el otro armario se mete tras la puerta de "Privado", dando un portazo a su espalda.

Sin embargo, no pasan ni dos minutos antes de que el Bulldog vuelva a salir con un papel. - Vaya. Parece que alguien no estaba contento con el resultado de la noche. - Comenta, con una sonrisa maliciosamente cruel. - Y ha decidido tomarse la justicia por su mano. ¡Y de forma anónima esta vez! Si es que además de inútiles y vagos sois una panda de cobardes.

Se acerca hasta Justina y le pone una orden de alejamiento en la mano. - Ala señora, desfilando. Y no quiero verla por aquí más, que seguro que es usted la que nos roba las colonias caras. - Hace un gesto con la cabeza y el armario coge a la señora del brazo y empieza a tirar de ella para llevársela. 

Sin embargo, al ver la situación Asunción se lanza a intentar apartarlo de ella gritando que no pueden sacarla del supermercado. Y al ver que no puede hacer nada contra la fuerza del tipo que desayuna esteroides, finalmente anuncia que ella también se irá. Enrique se encoge de hombros y pone cara de "Tú misma", pero la cosa no termina ahí. 

Maricarmen saca una cebolla de su bolso y se la lanza a la cabeza al armario con una puntería digna de una campeona de petanca, mientras Hipólito se arma con un manojo de puerros y los lanza como si fueran boomerangs. Pero las verduras rebotan en el tipo sin que éste se inmute. Y los dos ancianos se cuelgan de sus brazos para intentar soltarlos de Justina. Sin éxito ninguno. No hay nada que hacer contra estos tíos 4x4. La pelea continúa mientras el hombre se aleja y los tres espontáneos intentan liberar a Justina de él. 

Poco después el armario aparece de nuevo, pero esta vez solo, tras dejar a los tres ancianos y a la señora de la limpieza fuera del supermercado. Asiente con la cabeza hacia su jefe y ambos se meten de nuevo en la puerta de "Privado".

Paquito se despertó justo cuando los dos ancianos saltaron como ninjas hacia los armarios roperos.Se quedo pasmado observando la escena ¿pero que leches estaba pasando en este Mercadona? primero lo de de La Sholi y ahora esto ¿que clase de orgías se estaban montando?

Al pensar orgía mas Justina un escalofrió recorrió su espalda y su mente se lleno de imágenes perturbadoras,tan perturbadoras que le hicieron estremecerse y al hacerlo cayo en picado dándose de bruces contra el suelo.Se quedo tumbado intentando alejar esas imagenes de su cabeza y sin saber muy bien como había terminado acostado sobre una de las cajas.

Manuel se desperto con todo el ruido y gritos,aun estaba un poco desorientado,habia intentado desconectar de todo y todos para no pensar en unas horas,pero ahora tenia que volver a la dura realidad, entonces camino despacio hasta la unica persona en la que confiaba

Eva, ahora los de fuera pueden despedir a alguien de dentro y re admitir a uno de los de fuera, sera en votacion secreta, pero no me fio,l a mayoria son infiltrados y de los unicos que me fiaria seria de Joel o de Asun, la gente habla,el Seta intenta poner cara de bueno y acusar a Paquito, no me fio nada nada del Seta, mi consejo es, entre quien entre salvo Asun o joel votad para volver a tirarlo o el resto correremos un grandisimo peligro.

Me despierto de sopetón entre gritos golpes. La escena era totalmente dantesca.

Después de que todos desaparezcan por la puerta, reina el silencio. Momento en el que suelto un suspiro y me encojo de hombros, mientras me adelanto unos pasos, alejándome de la charcutería, mi fortaleza.

— Esto no parece que mejore... —doy un vistazo rápido a los presentes— Y parece que algún o algunos indeseables (porque sigue sin quedarme claro cuántos quedan) debe estar descojonándose por dentro, pensando en lo "divertido" —hago el gesto de las comillas con los dedos— que debe ser ver cómo varias personas pierden el trabajo por su culpa...

Vuelvo a mi lugar, con una expresión mezcla entre indignación, preocupación y cabreo.

Aicha se despertó a justo para ver la épica batalla ninja que se diputaba entre uno de los armarios y los abueletes de Mercadonagakure, lanzando shurikens de fruta y verdura, marca Hacendado.

-Vaya meneos se están metiendo estos de buena mañana. Así normal que luego se quejen de que les duele todo, no descansan lo suficiente, y a su edad, eso no debe ser muy recomendable. Creo que necesito uno ya...

Metió la mano en su mochila y sacó de su hermosa pitillera otro porrete ya liado( Se dedicaría por la noche, en plan sonámbula, a liarlos porque sino es inexplicable porque cojones tiene 50 liados ya ahí dentro XD), se lo encendió y dirigió a los demás.

-¿Qué cojones acaba de pasar?

-¡Me cago en to lo cagable!-Es lo único que ex-reponedor podía hacer o decir cuando se llevaron a la Asun y de propineja a los 3 vejestorios, estaba claro que entre ellos tres había algo pero, no esperaba que se fueran todos a la vez.

-Quie haya echo esto, la ha cagao, señores. ¿Echa a la Asun? ¿Serio? A mos no mejoda... o los infiltrados esos tienen papelajos de la EVA o alguie ma esta liandola parda, poque a ve si no para que echan a la gorda d\' mocho-En es momento Manuel se acerco a Eva y Mauricio que tenia buena memoria, se acordó que ese hablaba con los de fuera. Así que ni perezoso y lo demás se acerco a preguntar por la limpiamatica.

-¡¡OYES!! -Le grito al oido al escuchar que solo compartía la información con la EVA.-Manuel, aqui dinos las cosas a tooss que no toos semos infiltraos de eso y eso que ices e mu importante. ¡AVE! Esos mamones vana liarla parla...-Tras las palabras del Manuel se le había olvidado lo que venia a preguntar, pero pronto lo recordó al ver una fregona sin dueña.

-¡Oyes! Y sabe, ¿Si la Asun a vitto algo ta noxe? oke.-Estuviera ella fuera o dentro, con Manuel no era problema si ella sabia algo mas.

La gente común opina que una buena discusión es aquella que se gana. Los expertos, en cambio, creen que una correcta discusión es la que termina con todo el mundo igualmente beneficiado. No obstante, las auténticas discusiones de las buenas son las que se siguen discutiendo cuando te has separado de tus interlocutores, te has metido en la cama y sigues soltando exabruptos.

Arsenio solía tenerlas de estas últimas.

-Eso digo yo, que nos enteremos todos-dijo acercándose a Eva y Manuel tras Mauricio-Porque aquí seguimos todos siendo sospechosos hasta que se demuestre la inocencia de ninguno. Dices que la cosa está entre la Saray y yo. ¿Nos lees esa libreta donde apuntas cosas y nos explicas cómo has llegado a esa conclusión? Con nombres, digo, porque alguien por quien pones la mano en el fuego conocemos todo el mundo. Que me quede clarito quién, cuándo y cómo. Así todos podemos comparar apuntes y ver por qué alguno no sale ni a tiros y otros vuelan por ahí en cuanto los acusan.

Sintiéndose seguro a la sombra del Malaleche, añadió:

-Que no te de vergüenza, hija mía, que aquí somos casi todos de confianza. Al fin y al cabo, tienes una baraja de cartas de despido y estás fuera de toda sospecha, ¿no? Y si te da palo decirlo delante del traidor presunto, tranquila que lo votamos de aquí cagando leche. Yo no soy pero entiendo que no te lo creas. Entiende tú también que esto va en las dos direcciones, como los trenes.

Saray se despertó ni muy descansada, ni muy agotada. Estaba ligeramente malhumorada, algo que seguramente habría dejado de ser así, de haber dormido más y mejor. O tener algún motivo para levantarse contenta. Pero cada vez estaban boicoteando más este sacrosanto lugar, y ella no podía salir a hacer lo mismo - pero mucho mejor, ande va a parar - en otros supermercados de la zona.

Parecía que la cosa había sido una noche tranquila... pero Granbull volvió, y echó de un plumazo a Illumise, Blastoise, Hoothoot y Vanillish. Saray no entendía que había pasado, y si alguno de ellos era un infiltrado, o era una sangría cometida por ellos.

Empezó a tomar notas, sin que nadie le hubiera dejado ningún nuevo mensaje - tampoco es que se hubiera separado de su libreta en toda la noche -, cuando de pronto los comentarios de Gogoat llaman alarmantemente la atención de la Jynx más reshula del Mercadona.

No, no, no, no. - dice Saray mientras hace chasquear los dedos en forma de Z...

¿Acabas de involucionar a Ghotita o que te pasa contigo? - le dice a Eva - ¿Como que una servidora es una de los infiltrados? ¡Herejía! - cierra el puño mientras vocifera, pero luego se relaja - Tienes suerte que no golpeo a pokémons sin evolucionar al tope de su potencial. - Luego mira a su propia libreta claramente molesta, a raíz del comentario de Arsenio con las libretas de los demás. Le molestaba la mutilación que habría sufrido la suya, aunque fuera a cambio de recibir ese mensaje encriptado.

Una vez más me había levantado temprano. Una vez más me encontraba recorriendo los pasillos, reuniendo bollos, batidos y otras cosas para el desayuno. Cuando el Bulldog salió de su despacho y empezó a hablar lo primero fue repasar con mis ojos a los presentes, comprobando que de verdad no hubieran echado a nadie. El muy cabestro era capaz de no darse cuenta si no era alguien a quien odiase especialmente. Aunque quizá nos odiase a todos especialmente en realidad.

Sentí ganas de increparle cuando habló de volver a votar. Era lo que Klara habría hecho. Y probablemente le habría lanzado una botella de cristal a la cabeza. Después de todo esa noche no había despedidos y a saber el tiempo que llevaría el alambre ese en los espaguetis.

Cuando se fue, dejándonos como si nada, no tardé en irme a seguir con mi recolección de cosas para el desayuno, aunque no tardó en volver. Y de repente se armó allí la de San Quintín. Los viejos lanzando verdura habían demostrado un entrenamiento y un valor propios de un veterano de guerra, y me sorprendió que no temieran una guantada de los armarios. Probablemente un golpe de un cuatro por cuatro así mataría a gente con un cuerpo tan desgastado y marchito. Aunque lo mismo eso no les importaba mucho ni a ellos, total, ya debían estar en el tiempo de descuento.

Dos minutos más tarde éramos cuatro menos, y Manuel traía asombrosas novedades. Asentí a sus palabras de forma automática mientas iban entrando en mi cabeza, y no fue hasta algunos segundos después que respondí.

- Tendréis que poneros bien de acuerdo. - Le dije. - Si os dividís y los infiltrados votan juntos para que se vaya uno de nosotros o vuelta uno de ellos, estamos jodidos. - Expliqué. Y al hacerlo mi voz sonaba suave, más de lo que debería. Una vez más estaba distrayéndome y dejando de lado mis ejercicios.

- A ve, nos fásil sabé de quién fiarse. - Expuse. - Peo entre quien entre ci e marvado podemo tirarno otro dia encerraos minimo. Sos una eme.

- ¡Maurisio! - Lo llamé entonces, haciendo un gesto para que se acercara a la zona de cajas. - Ven qui asayuná, que lue te quejas que ties hambre. - Le recordé. No iba a repetirse lo de la noche anterior, no señor. - Po mis papelajos pues tar tranquilo, no tenía yer, y no tengo ora. Naie maquitao na, toi como taba.

Luego me quedé callada escuchando al Lejía. Me había extrañado que no me respondiera ayer, pero más valía tarde que nunca.

- A ve, Lejía, a ve. - Empecé. - La libretica no tie na desto, son cosas mías namás, ara te lanseño. - Prometí mientras me acercaba para tendérsela. - Lo de Saray y tú es fásil. Lla dise cay un infiltrao entre tres zagales. Dos son inosentes, y er otro res tu. Si tu también lo eres, lla ha mentío y e la tia que farta. - Expuse como si fuera evidente.

- De toas maneras no te procupes. - Comencé luego. - Yo no creo que sas infiltrao, sólo que tas nervioso. Pero quies echar mu alegremente a la gente pasegurarte tu, y eso no me gusta. Argunos queremos segui trabajando. - Afirmé antes de darle la libreta. Aún así no separé mis ojos de él, temerosa por lo que pudiera hacerle. Había demasiado trabajo condensado ahí como para perderlo. La caligrafía de la libreta era cuidada, pues ponía todo mi esmero en cada palabra, como si escribirla bien fuera a ayudarme a conseguir mi objetivo. Además en la parte de arriba había una cenefa dibujada, fruto de las horas que pasaba sin saber cómo poner en palabras incluso lo más básico.

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Cosas pendientes ☺☺☺

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Decir más tacos. ✓

Practicar globos de chicle sin que salga disparado. ✘

Decir aún más tacos. ✓

Apuntar con el chupa. ✓

Decir todavía más tacos. ✘

 

En caso de pérdida, sustracción o robo, por favor, devuelva esta libreta a Eva Sánchez Banderas. Se recompensará. ツ ♥ ♥ ♥

 

Acto seguido, cuando Saray se encaró conmigo di unos pasos hacia atrás torpemente. No me esperaba algo así. Y lo que era peor: no sabía hacer ese tipo de movimientos con el brazo y la mano. Probablemente sería un mal momento para pedirle que me enseñara, pero una nunca sabía cuándo tendría que terminar haciendo de negra. Aunque ella parecía más bien color risketto.

- A ver, Saray... - Empecé antes de carraspear. - A ve, xiquilla. - Comencé, envalentonándome un poco. - Que yo no dío que ceas una infiltrá. - Afirmé, aunque en mi expresión era evidente que sí era lo que quería decir, cosa que pasé a aclarar rápidamente. - Ero ci eto fuera una rifa tu habrías comprao toas las papeletas.

Viendo que nadie le había contestado, o tal vez ni hubiese hecho la pregunta y simplemente la hubiese pensado, capaz era Aicha, decidió, viendo el panorama que ya era hora.

-Vale, ya ha llegado mi momento. Creo que ya tengo las cosas bastantes claras.-Entonces se gira hacia Sara guiñandole un ojo y sacandole la lengua-Tu ya sabes a que me refiero. Sara, junto a la Sholi, eran de las únicas que sabían de mi, así que espero contar con tu voto de confianza, y el tuyo también Eva, ¿Somos amigas no? Visto que tanta gente se levantaba por la noche, me sumo al clan, pero yo decidí mantenerlo en secreto por propia seguridad, lo siento, pero valoro bastante tener mi sueldecito.-Suspiró mirando al suelo- Por lo tanto, a estas alturas se bastante de todos vosotros. Y os voy a decir una cosa, hay dos infiltrados mínimo, uno del DIA y otro del LIDL. Y seré sincera pescadero. Voté a Paquito en el último momento porqué descubrí que era un infiltrado del LIDL y esta noche intentó despedir al hipster este, ¿Pruebas? Preguntadle a Asun, se que ella lo sabe. ¿Como? Muyfacil, Manuel es tare tuya, pero sería mejor que alguien la trajese de vuelta si pudiesemos conseguir una de esas readmisiones, pero debido al comentario de Saray, sabiendo que ella es inocente porque por recomendación de Sara...¿Recuerdas que me dijiste que intentara buscar si escondía algo? Pues no, no esconde nada y por eso, tu debes de ser el otro infiltrado, el del DIA.

Terminado su discurso del triunfo, Aicha se coge una bandeja de jamón, pues no es plan que ella se pusiera a cortarlo y empezó a comersela.

-Resumen, hay que conseguir traer a Asun, pues todos confiamos en ella y nos es muy útil y así confirmaremos la culpabilidad del borrachín y luego podremos pasar al pescadero. Dicho queda.

El Lejía alzó la vista de la libreta de Eva y una ceja:

-Ya. Visto así hacéis que parezca un cabrón pero, coño, que yo también quiero seguir trabando. Si me dejan... pero Asun no está ahora (qué conveniente, mira tú por dónde, los testigos ausentes). Además, si la única prueba de que aquí el malo soy yo es que no está claro que sea de los buenos, ¿qué pasa con Mauricio, el tío ese del móvil o el charcutero? ¿Inocentes directamente? A todo esto, ¿qué coño hacemos con los del LIDL?-miró a Paquito de refilón-Además, ¿por qué a veces te da y te pones a hablar como aquí, el Malaleche? Que poniendo voces pareces Ortega y Gasset hablando juntos... 

Sara se había levantado aquella mañana de bastante buen humor. La noche anterior había arreglado las cosas con la Justi, o eso creía ella, y aquella mañana parecía que nadie había sido expulsado. Aunque era algo que le había sorprendido, por un momento fantaseó con que los infiltrados debían estar arrepintiéndose y poco a poco las cosas volverían a la normalidad. De camino al baño pasó por la zona donde el día anterior se sentó en el suelo a comerse el helado de huevo de chocolate. Allí seguía la tarrina, completamente olvidada. ¡Mierda! La cogió y con una mueca de asco la llevó a donde estaban acumulando toda la basura. 

Escuchó las voces del Bulldog y se asomó, intrigada. Vio como se llevaba a los viejos y a la Asun y sus ojos se abrieron como platos mientras una mueca se dibujaba en sus labios. Joder, esto no ha acabado. Pensó mientras se rascaba detrás de la oreja. Sus ojos grisáceos se dirigieron hacia donde se encontraba la Pokémon y arrugó la nariz. No le gustaba como estaba hablándole a la Eva, iba a saltar, a decir todo lo que sabía, pero su amiga supo defenderse perfectamente. La miró y asintió con la cabeza, pero antes de que pudiera llegar a hablar, la Aicha empezó a exponer lo que había averiguado. 

- Espera, no, tú estás muy equivocada - . Dijo, caminando hacia la joven. - Te has equivocao, porque la Saray sí que es una puta infiltrada - . Miró a ésta, alzando ligeramente la barbilla, retándola a que negara sus palabras. - El Iker me lo confesó. Me había callado hasta ahora porque tenía miedo de que esta noche fueras a por mi. Sé que tenía que haberlo dicho, y más cuando me he enterado que has ido a por alguien que me importa, pero te ha salido mal ¿Eh? - Casi escupió aquellas palabras. Había entrecerrado la mirada y apretado los puños. Se moría de ganas de partirle la boca y hacerle tragar todos sus putos pokémons. 

Arsenio observó el intercambio de exabruptos como quien mira un partido de tenis:

-De cojón entonces-masculló-Si ni las Spice Girls están de acuerdo, ¿no será que no todo está tan claro y que alguien que parece inocente es un infiltrado cabronías? Porque de todas esas sentencias que estáis soltando, igual alguna resulta que no es verdad, es mentira y encima os la estáis tragando de cruzado. La gamba con gabardina esa habla muy raro, vale, pero lo que dice tiene más o menos el mismo sentido que lo que decís vosotras: este es inocente, este no, este sí, este no...

Con un bufido, se sentó sobre una caja de calcetines:

-Estamos bien jodidos.

Cuando escuché a Aicha empezar a hablar estaba claro que su actitud de los últimos días había cambiado. Bajé la mirada durante su discurso, avergonzada y sin atreverme a decir las cosas que me gustaría. Sin embargo la intervención de Sara me dio las fuerzas que necesitaba. Unos días atrás me habría callado por inseguridad, por el qué pudiera pensar Aicha de mí y porque quería desesperadamente ser su amiga. Pero ahora que sabía lo que era una amiga de verdad no iba a consentir que usara nuestra supuesta amistad como arma cuando llevaba pasando de mí desde que nos habíamos quedado encerrados.

Sin embargo no me sentía suficientemente valiente para responder como lo haría yo misma, así que tomé aire y una vez más me centré en parecerme un poco a uno de los hombres más luchadores que había conocido.

- Tranqui, Lejía. - Empecé con voz grave. - Si laicha dise que tu res culpable e otra prueba ma de que res inosente.

- E verda que laicha se dequica a revolvé en la cosa de lo demá, y tambié e sierto que nadixo na por seguridá de su sueldesito, sí. Peo po su sueldesito der Dia. - Afirmé antes de tomar aire una vez más. Me costaba mantener una postura que me permitiera hablar así, pero valía la pena. - ¿Nos preguntáis po que esta noxe nabío despedíos? E porque la Saray vino a po mí, peo yo mescondí bien y la vi buscándome.

- Yo llevo días - Empecé de nuevo, y antes de darme cuenta me estaba temblando la voz, así que volví a centrarme. - Dede ase días sospexaba de laicha, Sara lo sabe bie, peo nabia dixo na po si acaso. Peo que mienta pa defendé a una infiltrá demuestra con quiestá.

- Saray e una infiltrá. Eta noxe vino por mi, y arguien mayudó asconderme. Po eso se seguro queres nosente, Lejía. Y si laicha miente paque no laxemos, e porque e mala tambié. - Terminé. Y al acabar me aseguré de no quedarme de cara a Aicha. De una manera quizá un tanto infantil no me había dirigido a ella en todo mi discurso y ahora ni siquiera la miraba, pasando de ella tal y como ella había hecho conmigo desde hacía días.

Tose para llamar la atencion del resto

Siguiendo el consejo Aisha he pedido fuera que voten para que entre de nuevo Asun y para expulsar me temo que al Lejia,creo que el es culpable y ya que sabeis que soy de fiar,creo que deberiais respetarme en esto.

Manuel puso tono serio en sus palabras y despues se encendio un porro,tenia el estomago revuelto y esperaba que eso le calmara.

Sara respiró profundamente, relajando los nervios que atenazaban sus músculos y se volvió a mirar al lejía. 

- Tío, toma, fúmate uno. Sí, todo esto es una puta mierda - . Dijo mientras se acercaba a él y le ofrecía un cigarrillo. Escuchó a la Eva y la miró, orgullosa de cómo aprendía a enfrentarse a la gente y no dejaba que la pisaran. Le sonrió y le guiñó un ojo, después cogió ella misma un pitillo y se lo encendió, aspirando el humo y volviendo a mirar a la Saray. - ¿Vas a dar la cara ya de una puta vez o no? -

En ese momento escuchó al Manuel y el humo del cigarrillo se le fue por el otro lado, provocándole un acceso de tos. Se volvió a mirarle, incrédula.

- Tío, tú no te enteras de nada. Joder, no has escuchado ni una puta mierda lo que acabamos de decir. ¿Qué putas pruebas tienes contra el lejía? -

Tengo una teoria, no puedo decir nada hasta dentro de unas horas,mientras confirmare mi teoria Sara, siento mucho las molestias.

 Manuel se puso junto a sara y le dio un abrazo

No se quien es que aqui dentro y me es dificil confiar en nadie,por eso creo que lo mejor es guardar en secreto mis ideas hasta que vuelva a entrar Asun.

Aicha no pudo evitar sentirse ofendida y un tanto apartada al oír las palabras tanto de Sara como de Eva.

-Vale, tal vez me precipité al decirlo todo. Fue la segunda noche cuando investigué a Saray. Tal vez ahora no sea lo que era antes, pero bueno, esperemos a que se hagan esas votaciones de lasque habla Manuel y luego podremos aclarar algunas de mis pruebas. Y esta noche, podré tratar de comprobar de nuevo las pertenencias de alguien.

Arsenio encendió el cigarro y soltó una nube de humo como un dragón feo, gordo y con bigote:

-¿Esas tenemos? Te voy a contar mi propia teoría que, en cambio, sí puedo hacer pública. Si Asunción podía ver de qué rollo iba la gente no recuerdo que dijera nada de ti, que estabas directamente detrás de ella. Te montas tu guardia pretoriana de cajeras que te protege. En estas, pese a todo, te echan pero no por infiltrado sino por otro motivo (llámalo superpoderes, contratos, líos raros...) con lo que te conviertes en un mártir a la causa. Así, no te resulta muy difícil que te readmitan y te dedicas a poner a parir al crío sabiendo que yo no le trago asegurándote así que yo te voy a apoyar. No obstante, ahora tus chicas parece que no se ponen de acuerdo y tu posición de gallo en el gallinero peligra. ¿Qué hacemos? Unificarlas. A por el Lejía, que es un voceras que no para de gritarles, a por él, que está en posición precaria junto a la Saray y ahora el que te apoyará es el niño. Pero el infiltrado era una mujer, ¿no? Caíste, macho, parece que ya no porque tú estás aquí dentro.

Aspiró otra calada con aires de grandeza:

-¿Qué te parece, muñeco? A esto podemos jugar los dos. Y te advierto que te las estás viendo con un Lejía...-Arsenio se subió la manga de la bata lentamente.