Partida Rol por web

Carnival

Capítulo I: "Se buscan aventureros"

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03/06/2011, 22:34
Director

Aquella mañana de abril parecía que iba a ser tan normal como cualquier otra mañana, pero cuando la señora Evans, quien había encendido su televisor como hacia todos los días, escuchó la noticia de la desaparición, y gritó: “¡¡Peter Von Hausen ha desaparecido!!”, hizo tal cadena de chismes que la ciudad se volvió un caos.

Apenas eran las nueve y treinta de la mañana y no había persona que no estuviera fuera de su casa, rumorando, sacando conclusiones o viendo en qué se podía beneficiar, todo porque el hijo del millonario Adolf Von Hausen había desaparecido.

Los periodistas se lanzaron raudos a ver a la condolida madre, aquella actriz que, aunque con pocas películas en su haber, era la envidia de las señoritas, a tratar de sacarle alguna información a alguno de los tíos o primos de la víctima, o inclusive entrevistar al mismo Von Hausen.

Pero aquello no había tenido éxito, como tampoco las pesquisas de la policía. George Tottle, el capitán del distrito, caminaba hecho una furia de un lado a otro de su oficina mientras que las preguntas corrían como las cervezas en el Café. ¿Quién había secuestrado a Peter Von Hausen? ¿Lo encontrarían pronto? ¿El padre pediría rescate?

Aún entonces, cuando el reloj marcó las once, no se sabía nada; aunque muchos volteaban sus cabezas en dirección al viejo teatro, del que la gente decía que estaba maldito.

“¡Aquí no hay nada que ver!”, había gritado la vieja Eugenia, una tarotista famosa, señalando a la negra estructura de aquel imponente edificio.

Cierto no, el día no terminaría sin una respuesta, o más bien una promesa de que cuatro personas, llevadas por la codicia, por la obligación, por hacerle favores a un amigo o por el espíritu maternal, se embarcarían en una búsqueda que podría costarles hasta sus vidas.

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03/06/2011, 22:54
Director

Hay dos maneras de hacer las cosas en la vida: buena y mala; e Ian lo sabía. Cuando se aproximó sigilosamente por detrás del sillón donde dormitaba el señor Higgins y sacó el arma de su chaqueta con igual sigilo, estaba haciendo las cosas de buena manera; pero cuando disparó y la mucama gritó como loca al oír el disparo, había, ciertamente, metido la pata.

Pero Ian, un hombre por demás inteligente, no se iba a dejar amilanar porque las cosas no le salieran precisamente como había pensado. Mientras la pobre mujer bajaba lo más rápidamente posible las escaleras desde la cocina hasta la sala de estar, Brown se deslizó tal cual sombra por detrás de las cortinas, llegó a la puerta de entrada, giró el picaporte, cerró la puerta con llave y saltó ágilmente hacia unos matorrales bien cuidados.

¡Uf!, había estado cerca. Un poco más y no la contaba. Sonrió para sí por su bien agradecida astucia, guardó el arma y empezó a caminar entre las plantas, hasta ver una chaqueta azul oscuro al final del matorral. Allí su cómplice lo esperaba, replegado contra las fuertes paredes de la casa. Se le miraba sonriente y extendió la mano cuando Ian llegó, como recordándole los doscientos cincuenta mil dólares prometidos.

-    ¿Todo bien, jefe? – preguntó, guiñándole un ojo. – Ya el carro que pidió le espera fuera de la casa, como le prometí.

Notas de juego

Los $250.000 los tienes una parte en el bolsillo y otra en la chaqueta. El chico lo acabas de "comprar", así que mejor mantenerlo contento :D

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03/06/2011, 23:09
Director

Nicole miró a su marido, quien conducía en silencio, y luego a la ventanilla, donde pasaba como una procesión las miles de tumbas dispuestas en el cementerio municipal. Aquel 17 de abril era un crudo recordatorio para la señora Johnson que su pequeño Harry estaba muerto.

Daniel Johnson aparcó el carro en uno de los espacios libres – que eran bastantes – y se bajó, abriéndole luego la puerta a su adorada esposa. Nicole lo miró amorosamente, como la primera vez que se vieron allá en el andén. Dicen que hay amores que duran para siempre, que ni las inclemencias del tiempo pueden con él, y aquella unión era un ejemplo.

Nicole se agarró del brazo de su esposo y luego sujetó con aún más fuerza el ramo de rosas blancas destinadas a la tumba de Harry.

Daniel la acompañó hasta la entrada del cementerio y luego se quedó allí, sin querer entrar. Nicole sabía el por qué: después de tantos años de ver a los muertos en sus años en la milicia, Johnson prefería mantenerse apartado de cualquier camposanto, aunque fuera el que tenía los restos de su pequeño.

Nicole le dio un beso y entró sola, poniendo sobre su cara el velo negro, demasiado acostumbrada a verlo sobre sus ojos. Camino unos cincuenta pasos, giró a la derecha y luego fue rauda a la izquierda.

Mientras caminaba la tumba de Harry Johnson se hacía más clara, y su madre, con el negro otra vez tapando su grácil cuerpo, sintió como su corazón se oprimía y las lágrimas comenzaban a brotar. 

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03/06/2011, 23:43
Director

Leonard apretó una vez más el acelerador y su moto hizo un último esfuerzo para llegar a la colina, regalándole a los ya entumecidos oídos del joven un rugido tal que ni el casco que usaba pudo amortiguar.

El policía apagó la motocicleta, tomó las llaves, se quitó el casco y se bajó del vehículo, respirando hondamente el aire puro de la zona más verde de la ciudad. Desde allí se divisaba todo: El Rouge Café, la televisora – donde seguramente su primo Charles estaría dándose aires de chico con dinero -, el departamento de policías, la Garden High Avenue, con la blanca casona donde los Von Hausen habitaban cuando no estaban en su casa de campo, y otros tantos edificios, todos apoyados y construidos bajo el cerebro y los millones de su tío Adolf.

¡Ah! ¡Un poco de paz y tranquilidad, sin “señor policía, me han robado cien dólares de mi cartera”, sin llenar un solo informe y sin escuchar la voz mandona de Tottle, quien quería tratarlo como un hijo! Sacó su móvil del bolsillo su chaqueta y comprobó que éste estaba apagado.

Sonrió como un chico feliz e intentó guardar el móvil, pero tan distraído estaba que éste fue a parar al suelo, en vez de su bolsillo, y rodó colina abajo, como una piedrecita grande y negra. Leonard suplicó para sus adentros que no se cayera por el precipicio mientras iba a buscarlo.

El celular, en efecto, no se cayó, pero sí chocó con una rama, que, casualidades de la vida, apretó el botón de encendido.

¡Oh, desgracia para el pobre policía! Cuando el aparato terminó por encenderse, miles de tonecitos llenaron aquel pacífico monumento a la naturaleza. Los mensajes de texto se empezaron a amontonar en la bandeja de entrada, y Leonard no podía terminar de leer uno sin que le llegara otro.

Y entonces, cuando terminó de leer uno de Lestrade, que decía “Pásate por el departamento”, la musiquilla de llamada entrante empezó a alborotar al celular mientras que en la pantalla de éste parecía una sola palabra: “Mamá”.

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03/06/2011, 23:56
Director

Susan agarró la hoja que tímidamente le tendía Angélica Thompson, mirándola como si ya fuera un error. La muchacha, más joven que su jefa, estaba echa un mar de nervios, y no era para menos. Frente a ella había una chica mucho mayor, pero aún así más bonita y con demasiada suerte para no envidiarla.

La joven redactora se retiró mientras Susan inspeccionaba el escrito, bolígrafo en mano. Un error aquí, ¡esa palabra no llevaba acento!, error sintáctico, ¿esa “h” de dónde salía?, ¿esa palabra existía en el diccionario?

La señorita Fox martillo con sus ojos marrones a la joven Thompson y le devolvió su escrito, que la muchacha vio con desaliento. ¡Si Susan le decía al jefe estaba despedida! ¡Tenía que corregirla de inmediato!

Mientras que Angélica Thompson se afanaba en la computadora, Susan caminó de vuelta a su escritorio, moviendo sus piernas descubiertas en un vaivén sinuoso que llamó la atención de Derek Harrison, con quien había tenido una noche apasionada en horas tempranas de la madrugada.

Harrison agarró su mano, de la que Susan se intentó soltar, todo muy coqueta, hasta que su jefe, Robert Williams, la llamó con un gesto para que se aproximará a su oficina.

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04/06/2011, 09:54
Ian Brown
Sólo para el director

Acercandome a mi complice mientras mi ritmo cardiaco volvía a la normalidad tras el chute de adrenalina que había sufrido durante mi truculenta huida, me hecho las manos al bolsillo interior de mi chaqueta y al de mi pantalón. Sacando dos fajos de billetes de similar tamaño le digo con rictus impasible en la cara:
-Todo bien. - poniendole los billetes en su mano estendida- Buen trabajo. Aquí tiene los 250.000 prometidos. -
Entonces me dirijo al vehículo que, haciendo bien su trabajo, me había traido mi ayudante.

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04/06/2011, 19:57
Nicole Johnson
Sólo para el director

Camino con el corazón lleno de dolor, y recordando aquel que era mi hijo, y que murio de manera cruel por ese desgraciado, en mi mente aun recuerdo y escucho la canción de cuna

Es el dolor que siento en mi alma el que no me deja seguir adelante, los recuerdos de un tiempo corto feliz.

Oh Harry, mi pequeño amor...

Cierro los ojos mientras camino a su tumba y casi puedo sentirlo, si... es su olor, su agradable olor... De repente puedo escuchar su risa, paro de repente, y miro al rededor buscandolo...

Otra vez jugando con mamá... sonrio con emoción... no te escondas..

Pero no esta cerca... oh con Harry.

De repente vuelvo a la realidad, y veo al fondo su tumba. Un dolor vuelve acumularse en mi pecho.

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06/06/2011, 02:19
Leonard Archer
Sólo para el director

 Leonard siempre había preferido el café al té. No era algo hereditario, desde luego. Su familia siempre había sido de la opinión contraria, fieles a ese concepto de ricachones snob al que ya estaban más que acostumbrados. Pero él siempre había valorado el sabor y el regusto que dejaba una buena taza de café por la mañana, o después de comer. Recordaba que, siendo joven, su madre le llevaba la taza a la mesa, muchas veces con una sonrisa, antes siquiera de que preguntara por ello. Sí, Úrsula había sido una buena madre, a pesar de todo. Había algunos recuerdos de su pasado que recordaba con más o menos frecuencia, pero el de su madre llevándole el café era de sus preferidos

No sabía porque, en aquel momento evocó dicha escena de nuevo, y no pudo evitar sonreír.De nuevo, y como siempre, su madre le llamaba para recibir el informe matutino sobre sus actividades diarias. Una combinación explosiva, el aburrimiento y la falta de responsabilidades. Podían conseguir que una mujer llegara a ser excesivamente insistente a la hora de contactar con el fruto de su vientre, por muy ocupado que estuviese este. En parte, aquella excusa era una ligera y fina capa dentro de la cuál se resguardaba Leonard, decidido a no admitir el apego inherente que destilaban aquella clase de llamadas. Por otra parte, tampoco admitiría que le encantaba hablar con su querida progenitora. Era uno de esos pequeños placeres que nos brinda nuestro subconsciente, y que muchas veces estaríamos poco dispuestos a admitir de forma voluntaria y activa

Descolgó el teléfono con lentitud y algo de parsimonia, como haciéndose rogar. No sería la primera vez que se llevaba un comentario reprobatorio de regalo debido a ello, pero en parte aquello también le gustaba. Mientras caminaba de nuevo hacia su moto, esbozando una media sonrisa, se llevó el auricular a la oreja, y echó un último vistazo al agradable paisaje que se extendía frente a él

Leonard al habla

Notas de juego

 Perdón por el retraso, demasiadas cosas en la cabeza, demasiada resaca como para escribir algo coherente O_o

Antes de nada, felicitarte. Después de leerme el prólogo y la introducción al primer capítulo, solo se me ocurre aplaudir con fuerza ante tanto trabajo bien hecho. En serio, si el rol es la mitad de bueno de lo que pinta ser tras este pequeño entremés para abrir bocas, me quito el sombrero :)

Y ahora, para descargar tensión y que no parezca que te estoy haciendo la pelota... ¡Pene! 

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06/06/2011, 00:47
Susan Fox
Sólo para el director

Si bien se toleraba, el dolor de cabeza de Susan iba en aumento. Había pasado un buen rato con Derek la noche anterior, pero ahora estaba pagando el haber sacrificado horas de sueño. Por si fuera poco debía lidiar con el pésimo trabajo de Angélica.

A Susan no le gustaba comportarse como una perra, si estaba donde estaba era porque habían sido muchos los que la habían ayudado en su vida, pero en un día como ese estaba cerca de perder la paciencia con Angélica. ¿Cómo había hecho esa joven para terminar la escuela? Era buena chica, pero su escritura era horrible. Al menos le ponía empeño. Solo por eso no hablaría con su jefe e intentaría seguir ayudándola hasta donde pudiera.

De vuelta a su escritorio, Derek la tomó por la mano. Sin lugar a dudas a algunos hombres les gustaba arruinar las cosas. Si lo habían pasado bien durante la noche, ¿por qué arruinarlo llevando eso al trabajo? Si Derek no sabía separar las cosas, quien iba a tener que separarlas era ella.

Dejó la coquetería de lado Susan y apartó la mano de un modo algo violento cuando vio que su jefe la llamaba.

_Sí Sr. Williams, estoy yendo -respondió, para luego echarle una fría mirada a Derek-.

Una vez dentro de su oficina dejó los formalismos, era una de las pocas personas en la oficina que podía hacerlo.

_Aquí estoy, Robert. Dime, ¿qué necesitas?

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06/06/2011, 17:57
Director

Ian saltó tan ágil como una gacela desde el matorral, hacia la valla de hierro, que igualmente esquivó rápidamente, y se deslizó hasta el automóvil mientras que su joven ayudante, con los bolsillos de la chaqueta bien gordos por el dinero, se dirigía a la casa con la expresión de quien acababa de oír algo muy terrorífico.

El chófer dentro del automóvil despegó las ruedas de la calzada mientras Brown veía por la ventanilla como la mucama que casi le descubría salía como alma que busca el diablo desde la millonaria mansión. Aquella visión hizo al asesino sonreír: otro trabajo limpio.

Entonces mientras el carro tomaba la avenida principal, sorprendentemente vacía, Ian se recostó sobre el lujoso asiento del vehículo y se quitó los guantes negros que solía usar para trabajar. Los guardó en el bolsillo de su pantalón y luego agarró su celular, en aquel momento apagado.

Aquella era una norma que Ian se había impuesto a sí mismo: cuando trabajaba, el teléfono debía estar apagado; y mientras apretaba el botón de encendido del aparato se felicitó por la medida, pues inmediatamente el móvil se empezó a agitar con el sonido de los mensajes entrantes.

Brown se arrellanó aún más en el sillón y entonces empezó a leer los mensajes. Varios de ellos eran estupideces, pero había tres que le interesó de sobremanera. Uno era de su amante, Cassandra, quien le pedía que se pasase por su casa, cosa que Ian se prometió hacer con una sonrisa algo perversa en su boca. El segundo era de Christopher Von Hausen, quien le decía que tenía que hablar con él. Y último, y el que sorprendió más al hombre, era de su ex esposa, Patricia, y éste decía así: “Necesito verte, querido. Las cosas están muy mal y no tengo con quien hablar. ¡Por favor!”

¿Qué demonios pasaba ahora con Patricia? ¿Es que Albert le había hecho algo? Ian sintió rabia de sólo pensarlo.

Notas de juego

Albert es el esposo de Patricia, e Ian lo odia, tanto así que lo mataría :P

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06/06/2011, 18:26
Director

Nicole llegó a la tumba de Harry y dispuso las flores mientras un extraño viento helado movía el velo sobre su cabeza. Y entonces, mientras sus ojos se posaban en la foto de su niño dispuesta sobre la lápida, el olor infantil de su cuerpecito se extendió por el lugar.

La mujer, sintiendo como su pecho temblaba entre la sorpresa y la emoción, se giró y vio aparecer la figura graciosa de su pequeño. ¡Ahí estaba Harry! ¡¿Pero cómo?! La dama sacudió la cabeza, cerrando los ojos, y cuando los volvió a abrir su hijo había desaparecido.

El cuerpo de la señora Johnson se fue hacia atrás, como si estuviera a punto de desfallecer, pero cuando el celular dentro de su bolso empezó a sonar, Nicole encontró fuerzas desde no las tenía y se paró firme sobre sus pies.

Dentro de su cartera el móvil seguía aullando con su musiquilla de llamada entrante. La mujer sacó el teléfono de su bolso y buscó el nombre de aquel que se atrevía a interrumpirla en un momento tan íntimo. Se trataba de Charlotte Von Hausen.

Notas de juego

Voy a contarte un poco de la relación que mantienen Nicole y Charlotte. Hace ya unos nueve meses, Charlotte, que tiene unos 43 años, tuvo dos hijas, lo que la dejó bastante desbastada, y cuando Nicole escuchó su caso y que ésta buscaba ayudantes para criar a las bebes mientras ella se recuperaba, Nicole aceptó el trabajo casi con emoción.

Ellas no son muy amigas, pero se tratan bastante bien, y cuando Charlotte necesita hablar con alguien, generalmente busca a Nicole para hacerlo.

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06/06/2011, 18:45
Director

La voz de Úrsula Von Hausen salió del auricular, y no era precisamente la de una madre feliz cuando preguntó:

-    ¿Leonard?

El policía torció en su boca un gesto de fastidio. Ya su madre iba a empezar con la perorata: “¡Yo no conozco a ningún Leonard! ¡Tú nombre es Vincent, porque yo te puse así en honor a tu abuelo!” Pero para sorpresa del joven, Úrsula sólo suspiró con fastidio, seguramente pensando en que clase de muchacho había criado.

-    Hijo – comenzó la señora, hablando con tono tan bajo que ya Leonard se olía un chisme – tienes que venir a casa. ¡No sabes lo que ha pasado!

Leonard se rascó la cabeza. Aquella mañana no había ni visto televisión ni leído un periódico, por lo que desconocía totalmente qué era lo que había pasado.

-    ¡Peter ha desaparecido, lo secuestraron! Tu tío Adolf estaba como loco, y que no se diga de Antoniette. ¡Tienes que venir hijo! ¿No te han asignado el caso? ¡He de hablar con tu jefe inmediatamente para que vengas! Estamos en la casa de campo, por lo que mandaré a George a que vaya a buscarte. ¡Dime que vendrás!

Notas de juego

Jajaja, tranquis :P

¡Muchas gracias! Espero honestamente que la partida termine tan buena como terminó el original de Carnival (que te lo pasaré después, si aún deseas leerlo). Me sorprende un poco que las narraciones me hayan quedado tan bien, después de todo el tiempo que he estado sin escribir dos palabras sin sentirlas incoherentes, pero si mi cerebro se da esos lujos pues bienvenidos sean :D

Por cierto, Úrsula odia que Leonard se llame a sí mismo con un nombre que ella considera falso. Para su ma', el niño siempre será Vincent Von Hausen

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06/06/2011, 19:08
Director

Cuando Williams miró a Susan, con su minifalda y la blusa abierta en tal ángulo que le veía la línea del seno, el hombre tuvo que contener sus ansias sexuales para con la chica.

Se dirigió raudo a la muchacha, la tomó de la mano y la condujo a un sillón de dos plazas, desde el que, a través del gran ventanal, se podía apreciar una vista panorámica de la ciudad. Susan se perdió en aquella vista hasta que sintió la mano de Williams sobre su rodilla.

¡Maldito viejo verde! Debía aguantarse. Él, lo quisiera o no, era su trampolín a las grandes riquezas, a sus sueños de ser ancla de televisión, al éxito y a la fortuna que se le había escapado tras aquella horrible noche en que habían muerto sus padres.

-    Susy – comenzó Robert – ¡te tengo el trabajo de tu vida! Hace cuestión de diez minutos me llamó Charles Von Hausen, el dueño de la televisora, y me dijo que estaba buscando alguna chica guapa para ser ancla en el noticiero de la tarde, y entonces le hable de ti. Dijo que si le demostraba de lo que tú eras capaz, te daría el trabajo sin rechistar. He pensado que si logras hacerle una buena entrevista a Antoniette Von Hausen, ahora que su hijo fue secuestrado, sería una prueba valedera para llamar la atención de Charles. ¿Qué te parece?

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06/06/2011, 19:49
Leonard Archer

 Leonard suspiró. Sí, lo de anunciarse por el auricular era una de sus muchas feas costumbres, que no echaría de menos cuando lograra por fin librarse de ella. Por otra parte, ya había discutido muchas veces ese asunto con su madre, y tampoco tenía ganas de hablar de ello, así que ignoró ese suspiro. En parte, le preocupaba que Úrsula hubiera dejado pasar una buena oportunidad para reprenderle. Su madre tendría muchas virtudes, pero en esa lista no entraba la de aceptar las decisiones de su hijo...

Entonces, oyó las nuevas. Alzó una ceja, dubitativo

¿Peter? ¿El primo Peter? A decir verdad, en aquellos momentos no le ponía cara al chico, pero seguro que si hacía memoria se acordaría, más tarde ¿Como ha sido? ¿Qué...? Esp... Al ver que su madre estaba algo alterada, decidió intervenir Espera, espera. Tranquila, mamá. No me han asignado aún ningún caso, porque no estoy en el trabajo. Acabo de leer un mensaje de mi jefe, y estaba a punto de ir para allá. A ver, cuéntame lo que sepas

Su expresión no era apacible. En parte, había "cambiado el chip". En aquellos momentos, su mente había comenzado a funcionar, y el trabajo le llamaba

Notas de juego

Más o menos así es como suelo escribir

Texto narrado

Texto hablado

Texto pensado

Flashbacks, susurros, y otros

Aún así, si prefieres que lo cambie por motivos estéticos o porque te guste más de otra manera, no tengo ningún problema con ello ;)

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08/06/2011, 01:08
Susan Fox
Sólo para el director

Susan escuchaba a su jefe, su sonrisa ocultando el asco que sentía por él, aunque hubo algo que le produjo más asco aún que la mano que sentía sobre la rodilla. Charles Von Hausen, el dueño de la televisora, era pariente tanto de Antoniette Von Hausen como del pequeño Peter. Su jefe estaba decididamente muy enfermo si creía conveniente tocar justo ese tema tan delicado para los Von Hausen. A Charles Von Hausen podía llegar incluso a desagradarle que molesten a Antoniette en un momento tan duro. Aunque viéndolo por otro lado, si hacía esa entrevista de una manera respetuosa y con tacto, quizás hasta pudiera llegar a conseguir una recomendación de ella.

_¡Oh, Robert, es una magnífica idea! -exclamó Susan, tomando con sus dos manos la mano de su jefe, apretándola con emoción, y de paso alejándola de su pierna-. Esto es lo que siempre he esperado, ¡muchas gracias!

La chica dio un nuevo apretón a la mano de su jefe y se puso de pie, alejándose de él.

_No perderé tiempo. Ya mismo conseguiré el número de Antoniette y conseguiré esa entrevista. Ya lo verás, no te desafraudaré. ¡Adiós!

Susan salió de la oficina de su jefe antes de darle tiempo a él de decir nada y comenzó a buscar el teléfono de la actriz. La llamaría y concertaría esa entrevista, no dejaría pasar esa oportunidad.

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09/06/2011, 21:18
Nicole Johnson
Sólo para el director

Busque el celular en el bolso. No puedo dejar de sentir lo inapropiado que es la llamada justo al frente de la tumba de mi hijo, aunque el sigue vivo... lo se.

Contesto con voz un poco apagada por las circunstancias, mmm es Charlotte, ¿qué querra?

Buenos dias Charlotte, no esperaba escucharte tan temprano, ¿todo bien? pregunto, esperando su respuesta.

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10/06/2011, 00:57
Director

Leonard pudo oír como su madre tomaba aire con fuerza para calmarse. Aquello le resultaba sorprendente al policía, pues sabía que su madre no era de esas mujeres que suelen dejarse dominar por el histerismo: más bien Úrsula Von Hausen era tan fría que cualquiera que no la conociera podría opinar que tenía una total falta de sentimientos.

Y aquella frialdad inherente en Úrsula había trasmitido a su hijo, pues Leonard estaba realmente concentrado. Sus ojos se habían endurecido y todo su cuerpo se había tensionado, preparándose para algo que desconocida. Mientras que aquella metamorfosis afectaba al policía, la dama de sociedad respondió, hablando con ese mismo tono bajo de chisme:

-    Te voy a decir lo que sé, que no es mucho, francamente, pero seguro te servirá. Ayer temprano llegaron un montón de periodistas, y Antoniette y Peter fueron a recibirlos. De repente ella perdió contacto visual con el niño, y en esa fracción del tiempo mi sobrino desapareció sin dejar rastro. Un compañero de él llegó corriendo como loco, diciéndole que se lo habían tragado. Le preguntamos donde, y entonces él señaló al viejo circo, ¡y tú sabes tan bien como yo que en esa zona sólo vive la Eugenia esa! ¡Demasiado obvio, no creo que haya sido ella!

Úrsula Von Hausen hizo una nueva pausa, en la que Leonard escuchó como tamborileaba sus cuidadas uñas en una mesa de madera. Su madre estaba definitivamente nerviosa.

-    Haz que te den el caso hijo. Es mejor mantener todo en familia, además eres muy buen policía. Si quieres puedo hablar con tu jefe, ¡o tu padre! Ese Tottle nos debe algo de plata…

Al escuchar aquello, Leonard sintió como el móvil se deslizaba peligrosamente por su mano. Estaba tan sorprendido que seguramente lo hubiera dejado caer. ¿Su madre, la eminente abogada, hablaba de chantaje, al jefe de su hijo?

¿Qué haría Leonard? ¿Le concedería el favor a su madre de su presencia, llevando con él su experticia como detective? ¿O se dejaría influir por el propio desamor que su familia le producía para ponerlo como defensa entre él y el secuestro de su primo?

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10/06/2011, 00:58
Director

Susan se dio cuenta que encontrar el número de Antoniette Von Hausen era más difícil que encontrar una aguja en el desierto del Sahara. No había ningún cuaderno en el periódico en donde apareciera el teléfono de la dolida madre, haciendo que la joven se sintiera un poco desesperada. ¡Sus sueños al alcance de una mano! ¡Alejarse de una vez y para siempre de aquel viejo verde de Robert Williams! ¡Volver a tener dinero a granel!

Y entonces la muchacha pensó: ¿dónde encontrar el número de una actriz?... ¡Bingo! ¡Con su representante!

Encontrar el número del representante no fue difícil, pero sí conseguirlo. El susodicho se encontraba en Nueva York, donde la actriz firmaría un contrato millonario para una película aún más millonaria. Sintiendo un poco de envidia, Susan estaba por colgar el teléfono, cuando a la tonta secretaria se le escapó: “Pero podría ir a la casa de campo de los Von Hausen y la señora la atenderá, si así lo desea”.

¿Susan tomaría en cuenta aquella advertencia o esperaría para hacerle la entrevista a la actriz?

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10/06/2011, 00:58
Director

Nicole escuchó la voz de Charlotte Von Hausen a través del auricular, considerando que parecía estar bastante preocupada, o que al menos eso aparentaba:

-    Siento molestarte, Nicole – empezó la mujer -, pero no sabes lo que ha ocurrido. Mi sobrino ha desaparecido, creo que lo han secuestrado, y aquí todo es un caos.

La señora Johnson abrió los ojos de la sorpresa al oír la idea del secuestro. ¡Un niño había sido secuestrado como su Harry!

-    Te llamó para ver si puedes ayudarme con las niñas, además de la bebé de mi cuñada. Ella esta desbastada por la desaparición de Peter. Me gustaría poder ayudar a Antoniette, pero no puedo con todo.

La voz de Charlotte sonaba bastante cansada, como si hubiera participado de  una gran carrera.