Partida Rol por web

El nuevo día llegaba y los pensamientos de todos apuntaban hacia el temor del número de cuerpos que encontrarían.

El primer impacto es ver el cuerpo del joven e inocente Alec, con la piel de color ceniza y sus ojos mirando fijamente hacia Esther. Sus manos buscaban nuevamente las de ellas pero se detuvieron faltando poco. Sus músculos parecían tensionados, como si hubiera luchado por su vida y sus pupilas estaban completamente dilatadas, ocultando el color real de los ojos del joven.

Había unas marcas de quemaduras en el fino suelo de madera, justo al lado del lecho del pequeño pero son muy grandes para distinguir su forma. Por el momento, lo dejan pasar y se dirigen a la estantería, donde encuentran la muñeca de Alec en el suelo y junto a ella, hay una muñeca más. Reconocieron al instante de qué muñeca se trataba pues la habían visto hace poco ser tomada por Andy entre sus manos. Ian era la otra víctima de la noche. No sabían cuál era su habitación pero investigaron por las tres plantas sin parar, hasta que dieron con la habitación correcta.

En la 107, estaba su cuerpo tirado sobre el suelo, con el cuello despedazado y numerosas cortadas en la espalda y el torso. Aquel que se había salvado de las votaciones había sido asesinado mientras dormía.

Muchas dudas surgían en el ambiente sobre lo sucedido y sobre quién pudo haber tomado la vida de uno de los más jóvenes de los presentes cuando Loren, aquella que tenía la última habitación de la tercera planta, llama la atención de todos en la vista hacia el salón donde yacía el joven Alec.

Todos subieron con curiosidad, debido a la prisa que mostraba la mujer y entonces pudieron verlo. Las quemaduras del suelo reflejaban una magnánima visión: dos inmensas alas que se ajustaban exactamente junto al cuerpo del chico rubio. Alas de un ángel.

El altavoz suena y escuchan la voz ronca y cansada de su anfitrión. Al parecer, no había logrado descansar muy bien esa noche.

- Espero que se hayan divertido en sus excursiones por otras habitaciones pero recuerden que ya está prohibido compartir habitaciones, mas las votaciones continuarán. La angustia por mi madre la pagarán con sangre, así como ese chico - obviamente, se refería a Alec.

El altavoz se apaga y no pueden escuchar nada más de parte de su anfitrión.

Efraín se levanta mucho más temprano de lo habitual por un fuerte dolor de cabeza, por lo que decide ir a ducharse a pesar del frío que estaba haciendo. Justo cuando estaba rasurandose la barba para disponerse a salir y saludar a todos, sintiendose afortunado de no haber muerto en la noche, escucha un alboroto afuera de su habitación, la gente estaba corriendo buscando entre habitación y habitación, sale con espuma de afeitar en la mitad del rostro a ver que sucedía y es cuando se entera al escuchar a los demás que alguien había muerto y lo estaban buscando. Encontramos el cadaver de Ian con la garganta abuerta y muchas cortadas en la espalda...

Es entonces cuando todos, observando la escena en la habitación de Ian escuchan los gritos de Loren en la 3ra planta. Subo junto con todos a ver que era lo que quería mostrarnos y veo un cuerpo en la planta baja, chamuscado y con unas alas de ángel dibujadas, o más bien quemadas, en el suelo junto al cuerpo... Era Alec, casi no lograba reconocer el cuerpo del muchacho. Que lamentable era aquello, sabía del nexo que había entre Alec y Esther, la mañana anterior había amanecido muerta Esther y Alec estaba destrozado, hoy amanecía muerto Alec y lo mas seguro era que Esther estuviera igual; Efraín la buscó con la mirada a ver donde estaba y cuando la ví, solo puse la mano en su hombro y le dijo -Lo siento mucho Esther- solo eso, me di la vuelta y regrese a mi habitación sin ver a nadie a la cara, no era momento de compartir mi alegría de estar vivo con nadie en un momento como este.

Ya luego despues de terminar de rasurarse el rostro, Efraín bajo con el grupo completo donde ellos habían pasado la noche. La escena de la muerte de Alec estando más cerca de su cuerpo no dejaba de impresionar -Aún me parece increíble que nadie en este lugar haya podido ver o escuchar nada de lo que le ha sucedido a Alec- pensó Efraín en voz alta -Al parecer Ian se pudo salvar de las votaciones... Más no tuvo oportunidad ante los asesinos...- dijo una vez se había dado cuenta que ya había hablado en voz alta.

Se sirvió una taza de café para terminar de despertarse, y ver si se le podía ir ese dolor de cabeza que practicamente todos podían notar, pues se la pasaba frotandose las sienes y la frente.

Me desperté temerosa de que nuevos asesinatos hubiesen sucedido durante la noche pero con la muerte de Alec me llevo un golpe que hace que me tiemblen las piernas y tenga que apoyarme en la pared. Me llevo las manos a la boca para reprimir el sollozo pero no puedo evitar que lagrimas negras recorran mis mejillas arrastrando la raya del ojo. Parecía que el tiempo se detuviese mientras no podía dejar de mirar la imagen del cuerpo muerto de Alec.

- Él no ha-había hecho da-daño a nadie... -Tartamudeo incapaz de seguir hablando.

Cuando me fijo en las alas angelicales todavía quedo más conmocionada y las rodillas me fallan cayendo yo al suelo sentada. Me llevo las manos a la cara y niego con la cabeza, este sitio era cruel e implacable.

Andy despertó allí, en medio de todos... Y cuando lo hizo, tras ver el cuerpo de Alec, sobresaltado y con prisa, marchó hacia la habitación de Amanda.

No... No, no, no, no.. ¡NO!...

¿Qué esperaba encontrar allí?... El hecho era que de repente se había levantado y había ido hacia allí sin perder ni un ápice de tiempo. Tenía que asegurarse de algo.

Me desperté lentamente, por un momento no recordé dónde estaba, pero tras un escaso segundo la realidad me espabiló de golpe. Había intentado mantenerme despierta, pero la tensión y las lágrimas del día anterior me habían provocado un intenso dolor de cabeza y caí dormida agotada.

Al abrir los ojos vi el pelo rubio de Alec, me levanté inmediatamente, la conmoción por el descubrimiento me llevó a seguir a los demás por la escaleras. Al ver la silueta de Alec en el suelo me tapé boca con la mano ahogando un grito.- ¡Santo cielo, han matado a un ángel! ¿Quién puede ser tan cruel para hacerle eso? Solo era un niño.- Una vez más las lágrimas brotaron de mis ojos sin que pudiera frenarlas. Si habían hecho eso con un niño, los demás no teníamos ninguna oportunidad.

Jose llevaba 3 dias encerrado en su habitacion, solo escuchaba las habladurias de la gente, temia por su vida y por la de los otros, aunque el miedo le impedia hacer algo al respecto, habia pasado horas y horas rezando, algunos incluso lo daban por muerto, pero al fin logro tomar valo y salir de su habitacion.

Caminando con paso firme, o al menos eso intentaba aparentar, se dirije a donde todos estaban, era muy notorio que el numero de presentes habia disminuido, eso lo hizo trastabillar aun mas, no estaba seguro de quienes faltaban, pero sabia que las cosas seguian mal, esta vez era una extraña escena, nunca habia visto un cadaver asi, aunque antes de este viaje nunca habia visto un cadaver.

-Y... y ahora que paso? quien hizo esto? no han encontrado al asesino?-

Dos caídos más, no debería sorprenderles. Pero no fue así, hoy había algo distinto en uno de los muertos. Lo que parecían unas alas, ¿los ángeles existían realmente? ¿Alec era uno? Sabía que habían poderes sobrenaturales entre ellos pero no se esperaba nada tan religioso, tan divino. No sabía realmente si aquella era una mala señal o no, pero desde luego buena no parecía. Eso si los ángeles eran tan inocentes y puros como solían representarlos.

-Por Dios santo...- volvió a mencionar a Dios... no era creyente pero la existencia de un ser superior cada vez era más evidente. Aunque si dejaba que murieran así, tampoco sería un Dios muy bueno-... ¿sabemos qué les ha pasado?

Miró al cuerpo destrozado del ruso, había muerto de forma aparentemente más violenta que el joven.

-Supongo que la víctima de los asesinos ha sido él.

Ella misma sospechaba del ruso el día anterior, pero quizá era cierto eso de que no podía morir por linchamiento, y por eso podría haber despertado la curiosidad de los posibles aliados de seung.

Al rato de echarme a dormir vino Noor,puso una almohada bajo mi cabeza y me tapo,no pude evitar pensar que era un hombre bastante amable,ojala papa fuera así.

Al despertarme me dolía un poco el cuerpo,me levante poco a poco y mire a mi alrededor,entonces lo vi,una figura humana que en un principio no reconocí,era Alec.Me quede quieta mirándolo sin entender demasiado bien que es lo que le podía haber pasado.El movimiento de la gente me saco de mis pensamientos,me levante y salí de la habitación siguiéndolos,no sin antes volver a mirar al pobre Alec.

Cuando llegamos a la habitación 107 encontramos a Ian,en ese momento no pude evitar decir mas para mi que para nadie -Al final no era tan especial- nege con la cabeza y salí de la habitación con el estomago un poco revuelto.

Al salir vi a Loren,me acerque a ella y mire hacia abajo,desde hay la figura de Alec era casi magica,poetica,no pude evitar acordarme de una historia que me contaron siendo pequeña,tal vez esa historia fuera cierta.

Había soñado aquella noche. El rostro de Abu l-Qāsim Muḥammad ibn ʿAbd Allāh al-Hāšimī al-Qurayšī se le había presentado en la bruma, entre montañas erosionadas, ríos ensangrentados y una lluvia de plumas blanca. Era algo sacrílego soñar con Mahoma, ponerle rostro aunque fuera objeto del subconsciente, una simple colisión de neuronas. Aunque debiera sentirse sucio, como si todo su cuerpo fuese haram, lo cierto era que abrió los ojos recobrado, sintiéndose ligero y con su capacidad de razonamiento libre de ataduras.

La piel grisácea, caduca, del joven que echaba de menos a sus padres, que desde el principio nunca debió verse involucrado en locuras de adultos, fue el primer testimonio de la mañana. Alec Schnieper, ¿qué más sabía de él? Nada... Había muerto como estaban muriendo todos, siendo rostros anónimos.

Noor encajó el golpe como mejor pudo y ayudó a buscar la habitación de Ian, encontrándole muerto.

Cuando finalmente vio el espectáculo desde lo alto de las escaleras de la tercera planta, su mente conectó. Bajó y se acercó a Esther. Dispuesto a ayudar a la norteamericana a cualquier liturgia que los occidentales solieran acostumbrar a hacer para sus muertos.

Realmente espero volver a equivocarme, arriesgó el kuwaiti. Pero creo que ha llegado el fin de las resurrecciones.

Cuando desperté tardé algunos segundos en abrir los ojos. Había algo en el ambiente, en el aire, que me hacía pensar que las cosas no iban bien. Al acostarnos la mano de Alec cogía la mía, y ahora aún sin llegar a buscarlo con la mirada la ausencia de sus dedos llenaba mi pecho de frío y desesperanza. Pero lo peor fue al confirmar la verdad.

Al ver sus pupilas dilatadas y sus músculos tensos me quedé completamente bloqueada, sin saber qué decir o qué hacer. Mis ojos se quedaron fijos en los suyos, y mi respiración se mantuvo prácticamente contenida mientras los demás subían al piso de arriba. Todo mi ser estaba centrado en asimilar lo que habíamos perdido, y aquello era demasiado para mí.

Tardé varios minutos en salir de ese estado. Las voces de otros se difuminaban en mi cabeza, sin penetrar realmente en mi cerebro. Era sólo semiconsciente de que alguien se había dirigido a mí, pero lo que me hubieran dicho no podía ser relevante. No al menos como lo que tenía delante.

Cuando poco a poco conseguí separarme del cuerpo de Alec mi rostro se encontraba húmedo, y mi nariz taponada. Mis manos temblaban, erráticas, y no sabía ni siquiera a quién dirigirme al hablar.

- Te-Tenéis... Tenéis que traerlo de vuelta. - Balbuceé con la voz tomada y temblorosa. - Me da igual lo que tengáis que hacer, tenéis que traerlo. - Repetí señalándolo, en un tono casi suplicante. Acto seguido me encogí sobre mí misma aún en pijama sobreel colchón, tapándome y apretándome los ojos con la base de las manos. De mi boca sólo salía un mudo sollozo, sílabas inconexas y algún que otro quejido. - Por favor. - Insistí, sin saber qué más decir. - Por favor. - Añadí una vez más, antes de dejarme caer hacia delante, en la dirección del chico, para abrazarlo una vez más.

Lisseth se había levantado antes de que amaneciera, y se había ido a su habitación a darse una ducha para despejarse y cambiarse de ropa. Al salir de la habitación y empezar a bajar las escaleras, escuchó como todos subían rápidamente hasta la habitación 107, se asomó junto a los demás y vio el cuerpo de Ian destrozado. Frunció el ceño.

-Joder... Parece que al final no era indestructible...

Entonces decidió volver al salón y desde la escalera vio el cuerpo de Alec rodeado por unas alas de ángel.

-Mierda, ¿quien ha sido? - dijo a los de su al rededor- Era solo un niño, ¿quien coño ha podido ser?

Aunque lo que más le llamó la atención fueron las alas de ángel, ¿que significaría eso?

Efraín se dedicó a beber su café cargado y a pasear con la mirada a todos en el salón. De pronto Noor dice algo que llamó su atención -El fin de las resurrecciones? A que te refieres con eso Noor? Acaso Alec decidía quien reviviría? Digo... Eso explicaría el porque las alas de ángel, cierto?- dice esto sin observar a nadie, casi como para si mismo, como tratando más bien de deducir que era lo que había querido decir Noor; pero igual esperaba una respuesta suya.

Esther suplicando, sus súplicas dan mucho sentimiento, Efraín se da vuelta para evitar ver a la mujer o a alguien más, si la seguía viendo o escuchando suplicar así, seguro el tampoco podría evitar llorar.

Después de que haya avanzado algo la mañana ya me he recuperado del sock de la muerte de Alec, no había sido fácil pero estaba más tranquila y volvía a poder pensar con claridad. Tenía varias cosas en la cabeza pero tenía que despejar bastantes dudas:

- Andy, ¿qué dicen al otro lado? Me gustaría saber también que pasó con la Juez, aquella extraña muñeca que iba a hacer que los vivos sintieran el poder de la muerte. -Le miro con decisión.- Tengo varios  sospechosos pero necesito aclarar esto contigo, si no podemos hablar en privado tendremos que hacerlo aquí. No podemos estar el día sin hace nada.

No poder reunirse de nuevo en la habitación había limitado de nuevo terriblemente los movimientos de los miembros del grupo pero estando parados no llegaríamos a ningún sitio.

Se llevó una mano a la cabeza. Cerró los ojos.

-Yo... Ya no se en quién confiar.

Comentó a April, un tanto afectado por todo. Luego habló a todos.

-Ahora se que Alec no era uno de los sospechosos. Aunque, tenía mis dudas desde el principio. Eso es algo que he sacado en claro. Con respecto a lo otro...  Yo creo poder asegurar que solo una persona ha muerto a manos de esos que nos destruyen. Estoy casi completamente seguro.

Comentó, completamente en serio.

-April... ¿Porqué debería fiarme de ti?

Comentó, un tanto preocupado. Cada vez sabía menos en quien confiar. 

La desconfianza de Andy por todo el mundo era un secreto a voces y sus cambios de opinión constantes. Aun así no evitar cruzarme de brazos por lo mal que me había sentado el comentario.

- Puedes desconfiar de mi como haces de todo el mundo, aquí nadie tiene pruebas para demostrar su inocencia aunque yo creo que a ti te la he estado demostrando con echos. -Le miro fijamente a los ojos incrédula por la obviedad sobre la inocencia de  Alec.- Si sospechabas de Alec y ahora desconfías de mi estás más perdido de lo que creía y eso que viste la lista. En vez de avanzar parece que vas para atrás, Andy.

Esa noche no había podido dormir nada. Me cambíe la blusa por una verde y unos pantalones baqueros y bajé con un cigarro en la boca. La noche había sido una pesadilla y me la pasé prácticamente fumando. Una sensación recorrió mi cuerpo y estaba intranquila. La verdad que ya todo me daba igual.

Bajé con una actitud un poco pasota. Miré con cierto desprecio al ver el cadáver de Ian muerto. Cierta alegría sentí y no pude más que dejar una sonrisa un poco malvada. Sabía que no era culpable, pero me alegraba verlo tirado en el suelo. Parece que al final ha caído el tan aclamado traidor. Queeee.... ahora me vas a culpar, rusito. Tu mismo te has buscado tu destino. Ahora sabrás que es jugar con muñecas. Quien te protege ahora, eee.Doy una fuerte calada y dejo ir el humo hacia el exhumado cadáver.

Luego al ver al pobre Alec muerto, no pude resistir que se me cayera cierta lagrimilla. Eerraa inocceentte. Losss chavvaaleess  noooo sooonn maalalllooos. Elll ruoossssooo loooo sabbiiia.... El llorar marcaba un ritmo en mis palabras que eran un poco tartamuedas, mientras me limpiaba los ojos con un pañuelo que tenía y con el otro aguantaba el cigarro.

Se acercó a Efraín y a Noor.

-¿Por que creeis que no habrán más resucitaciones? ¿Era el niño quien los resucitaba entonces? -Se cruzó de brazos- Me parecería raro entonces que el otro día dijera que resucitaran a Esther si el mismo podía hacerlo... No se, no creo que él resucitara a nadie...

Entonces se giró y se dirigió a Andy.

- ¿Y quién es el que ha muerto a manos de los "malos"- hizo el gesto de las comillas con los dedos- Yo creo que deberíamos de hablar entre nosotros si queremos salir con vida de aquí...

Se acercó a Loren, y le puso una mano en el hombro para reconfortarla.

Al despertarme, como siempre, me mantengo bastante discreto mientras observo las escenas. Voy tomando notas en mi libro y haciendo pequeños esbozos de las cosas que me parecen importantes. Suspiro al final y saco un cigarrillo. Me he olvidado el mechero en la habitación, así que me acerco a Loren:

—¿Tienes fuego? —le pregunto, mientras la miro con gesto analítico—. ¿Y quién nos dice que no los han matado a los dos los supuestos asesinos? Veo mucho odio contra el ruso, y tampoco es que eso sea de gente buena, con perdón... —digo, sin cortarme un pelo, sosteniendo el cigarrillo aún apagado con la comisura de los labios—. Y... lo del niño... joder... ¿alas de ángel? ¿Eso puede ser de verdad? Hasta ahora había sabido de luces y ese tipo de cosas, pero no de que se materializaran como personas. Pero... supongo que visto lo visto, todo puede ser. Y evidentemente, lo haya hecho quien lo haya hecho, si este niño era capaz de traernos de entre los muertos... le han hecho un favor enorme a esos hijos de puta.

Poco a poco fui tratando de recomponerme. Las votaciones estaban cada vez más cerca y no habíamos avanzado demasiado. Aún con un nudo en la garganta escuché las palabras de April y Andy, y cuando este preguntó por los motivos para confiar en ella me incorporé un poco.

- Andy, si a estas alturas no te fías de April todos los muertos tienen un problema por tu criterio. - Le dije antes de tomar aire de nuevo. - En cualquier caso, tengo que pedirte algo. Dile a Alec que siento no haber buscado un cebo sin consultarle. Creo que lo entenderá.

Luego me quedé un buen rato callada, simplemente concentrándome en respirar. No íbamos a llegar muy lejos si seguíamos por este camino.