Partida Rol por web

Llegaba el momento de votar y con ello, las tensiones subían, más aún por la aparición de un nuevo anfitrión.

El cuerpo de Tae Seung aún yacía en el suelo. El servicio del lugar no se había atrevido a moverlo y todos temían voltearlo y ver su rostro destrozado. En los días anteriores, el lugar permanecía poco tiempo desordenado pero esta vez, seguía como habían amanecido. Incluso Alec había pedido ayuda para cargar a Esther y si no es porque el insiste antes de iniciar las votaciones, no le hubieran ayudado. Finalmente, bajan todos y se reúnen para esperar el resultado de las votaciones. Las tendencias no estaban tan marcadas como el día anterior, así que se prestaba para confusiones todo.

El sonido de los altavoces se hacía reconocible pero todos temían a aquella voz que saldría por allí. De cierta manera, se habían habituado a la molesta y perturbada voz del hijo de la anfitriona pero la voz de su misterioso carcelero generaba intriga en sus corazones. Una voz gastada, tal vez por los años, sumado al cigarrillo, es la que se dirige a ustedes - Esto será interesante. Corrupción incluso en lo más puro. Creo que esto será glorioso - una de las estanterías comienza a brillar y todos conocen lo que sucederá después pero como siempre, era una doble pregunta. ¿Quién había sido escogido y quién sería el ejecutor? Una duda que sería resuelta dentro de poco cuando el joven e inocente Alec avanzara lentamente, obligado por el titiritero de las votaciones.

Su piel se había tornado aún más blanca de lo habitual y sus ojos se habían cubierto de un negro opaco, el cual quitaba toda inocencia de su mirada. Sus manos no temblaban y los temblores causados por su tristeza habían desaparecido, no había más que determinación en su mirada, mientras se acercaba a su objetivo.

Sonrió al coger el cuchillo y tomó la muñeca que correspondía. Sus gafas oscuras llevaban a deducir al instante de quién se trataba y todos voltearon hacia él. Al parecer, no habían creído en su palabra y el hecho de haber reanudado la colección, no había entrado en gracia a los vivos, ya que Benén había sido el elegido.

Algo que no había ocurrido hasta ahora era que el anfitrión interrumpiera pero éste lo hizo - No eres muy carismático, muchacho - queda en silencio y Alec levanta el cuchillo para apuñalar a Benén en el vientre. El hombre lleva sus manos hacia la herida al instante y grita del dolor. Trata de acercarse a Alec pero éste joven parece ser más certero que los anteriores y ya Benén se encuentra debilitado. Luego, alza su mano y dirige el cuchillo a su corazón, mientras una energía oscura lo rodea y se aglomera en su espalda. Benén comienza a respirar con dificultad y aunque trata de enfocar las miradas de los presentes, no lo logra. Está totalmente perdido. Cae al suelo y sus lentes caen a un lado.

El chico levanta su cuchillo una vez más y se dirige directamente al ojo derecho del hombre, el cual trata de gritar pero parece más un respiro agónico lo que sale de su boca. Escupe sangre y un poco salpica en sus lentes, mientras que Alec apuñala el otro ojo del hombre, causando su muerte al instante. Él trata de tomar sus lentes pero su mano queda a mitad del camino y así, Benén decía adiós nuevamente al mundo de los vivos.

Después de ver esto, dirigen su mirada al joven Alec, quien mira su obra, mas lo que impacta la visión es la sonrisa en su rostro y cómo aquella energía oscura se había condensado para formar la sombra de dos alas negras en su espalda. De repente, la energía forma una pantalla de humo que lo cubre y se disipa rápidamente para dejar al chico rubio que siempre habían visto confundido, asustado y tal vez, tan sorprendido como todos los presentes...

La voz a través de los altavoces suena una vez más y dice - Sé que tienen preguntas y dudas pero no se preocupen, estoy tan ansioso de conocerlos como ustedes a mí. Pronto será el momento, aunque todavía no es - con estas palabras, el silencio vuelve a reinar en el lugar.

Cuando vuelve a sonar la voz del tipo que no es el chino, decido ignorarla como había hecho con el demente aquel antes. Al saber cuál es el resultado de las votaciones cuando el niño coge la muñeca del tal Tinelli, me giro. No quiero mirarlo, aunque a cada par de segundos se me escapa una mirada. Es sorprendente cómo nos hemos ido desensibilizando a este nivel de violencia, pero ya se ha vuelto una especie de ritual ineludible, y lo que más ha perdurado de miedo es pensar que en cualquier momento puede tocarle a uno.

Lo que sí miro atentamente es el final, cuando parece que las sombras se concentran para formar unas alas tras el niño.

—Jo- der... —digo, y cuando veo que parece volver en sí se me escapa una risa nerviosa corta que más bien parece un jadeo—. Pues... vaya con el angelito, ¿eh? El ángel destructor...

Alec estaba pálido. Tenía los ojos muy abiertos. Dejó caer primero el cuchillo y luego lo que quedaba de la muñeca de Benen y se quedó unos segundos así, mirando a la nada con los ojos muy abiertos, como si acabara de ver como mataban a todos sus seres queridos delante de sus narices.

Poco a poco sus manos empezaron a reaccionar, temblando un poco al principio y convirtiéndose en un temblor descontrolado después. Los ojos se le humedecieron y cayó de rodillas, con todo el peso de su cuerpo. Porque... porque he sentido esas ganas de matar... No parecía hablarle a nadie en particular, tenía la mirada perdida. Ella me dijo que no había maldad en mí, me dio las alas blancas por eso... Porqué me han eligió para algo así...?

El comentario de Kenneth no pareció llegar al chico, que parecía bastante traumatizado por lo que acababa de suceder y con la mirada en la nada. Yo no soy así... No soy un asesino...

—Chico, creo que no has cogido el mensaje que nos está dando esta experiencia —le digo, mientras me enciendo un pitillo—. Todos somos asesinos. Si no es con un cuchillo, es a través de los votos. Pero estamos matando a gente constantemente, y si lo hacemos es porque estamos dispuestos a ellos. Hay algo en lo que cualquier otro científico y un parapsicólogo están de acuerdo: el ser humano puede ser capaz de putear a los otros muy grandes. Homo homini lupus —recito en un latín con fuerte acento estadounidense—. El hombre es un lobo para el hombre. Gran frase de algún europeo inspirado.

Me quede mirando la escena boquiabierta,eso si que no me lo esperaba,me pareció terriblemente irónico ver como la persona que se supone que daba segundas oportunidades sesgaba la vida de otro sin el menor vacilamiento.Le observe en silencio hasta que salio de su embrujo y se desmorono ante todos,no pude evitar sentir pena por el,en apenas unas horas había vivido un calvario,me acerque a el y titubeante puse mi mano en su hombro -Esto de animar no se me da demasiado bien pero....bueno- le di unas pequeñas palmaditas en el hombro -Se que te sientes mal pero tu no tienes la culpa-

Keelin no se sorprendió al ver que se iluminaba la muñeca de Benén, pero sí al ver que era el pequeño Alec el elegido esta vez para tomar el cuchillo. Apartó la mirada mientras sucedía pero un escalofrío recorrió su espalda al ver ese dibujo de alas negras tras él. 

Cuando todo terminó se acercó en silencio a tomar un vaso de agua, esquivando el cadáver del señor Seung, que nadie parecía estar dispuesto a tocar y escuchó las palabras de Kenneth. Homo homini lupus... De nuevo un escalofrío puso de punta el vello de su brazo al escuchar la traducción de boca del hombre.

Se acercó a Alec para tratar de animarlo al verlo así de afectado. Suponía que la falta de Esther también contribuía a su estado de ánimo. - Oye, no te culpes, ¿vale? No eras tú, te estaban controlando, igual que hicieron antes con Lisseth o con Andy... Tú no eres el culpable de lo que te han obligado a hacer, ni eres un asesino. Temo que podrían hacerlo con cualquiera de nosotros. Ahora tienes que ser fuerte. Esta noche puedes dormir con Michelle y conmigo y estarás a salvo. - Terminó, acariciando el brazo del joven y buscando con la mirada a Michelle con un interrogante en la mirada. No estaba segura de si querría dormir con ella después del arrebato de antes. 

Después miró a Andy. - Por favor, Andy. Dile a Ben que lo siento, aunque ya se lo dije en la casita rosa. Al menos mi voto no ha sido definitivo esta vez... Hay otra cosa que tenemos que tener en cuenta. Esa figura que se aparece a los muertos, el Juez, creo que volverá a aparecer mañana. Y quién sabe qué podrá desencadenar. 

Finalmente suspiró, mirando a cada uno de los presentes. - Me pregunto también si esta noche el que desgarra cuellos volverá a actuar. Hasta ahora no lo ha hecho nunca dos noches seguidas.

Michelle observó la muerte de Benén, no excenta de disgusto. Aquello cada vez le resultaba más desagradable, y soñaba con el momento en el que toda esa pesadilla terminase y pudiese volver a casa.

Viendo que otros ya se ocupaban de aquello, decidió dejar que Alec respirase un poco. Agobiar a alguien tampoco era buena idea. La joven frunció el ceño, y miró a Alicia- Hablando de secretitos... Alicia, ¿por qué no le has contado a los demás que según tú puedes robarle el "poder" a alguien, matándolo en el acto? Antes te quejabas de que los secretos no ayudaban a nada y no te cortabas en airear todo lo que dijeron Keelin y Amanda en la casita de las muñecas. 

Se cruzó de brazos- Qué conveniente, ¿no? Me parece a mí que la niñata es más lista de lo que creíamos. 

Aparte mi mano del hombro de Alec y mire a Michelle enfadada -¿En serio? yo ya dije que mis poderes no repercutían a nadie,a diferencia de Amanda yo no lo e usado ni planeo hacerlo,a si que no tenia por que decirlo.De todas formas e predicado con el ejemplo y lo e dicho,podía habérmelo callado perfectamente- la miro de arriba a abajo -Y no hablemos de niñatas,yo seré una cría pero tu tampoco te quedas atrás,encima das mal rollito-

Lisseth se puso a un lado cuando tocó ver el resultado de las votaciones. Sabía lo que pasaría a continuación, lo vivió en sus propias carnes el día anterior. Así que se cruzó de brazos y esperó. Al ver la muñeca supo claramente quien había salido votado, lo que no se esperaba es lo de las alas negras, y se quedó pasmada mirándolas hasta que desaparecen.

Se quedó en silencio un rato hasta que escuchó a Keelin hablar.

-Keelin, el juez ese, ¿que hace exactamente? No se si lo has comentado antes ya, pero si lo has hecho no lo recuerdo.

Keelin observó la discusión entre Michelle y Alicia todavía manteniéndose cerca de Alec y asintió levemente a las palabras de Michelle. Sin embargo, decidió no participar. La rubia parecía capaz de defenderse sola y Keelin no quería discutir más con nadie, cada vez que lo hacía terminaba con el cuello desgarrado.

Cuando Lisseth se dirigió a ella, apartó la mirada de las dos jóvenes para responder, ladeando la cabeza. - Es una extraña figura de muñeca que se aparece en las mentes de los que han muerto algunos días al amanecer y les pide cosas. - Explicó, sabiendo perfectamente que sonaba raro, pero no más que cualquiera de las otras cosas que pasaban en ese lugar. Miró a su alrededor, buscando con la mirada a alguien más que lo hubiera visto e hizo un pequeño gesto hacia Amanda. - Amanda también lo vio, pero Alec no.

- La primera vez que yo lo vi nos pidió que eligiéramos una caja entre cinco, cada una de ellas tenía un número, pero no sabíamos lo que pasaría. Más tarde nos explicó que con nuestra elección habíamos intercambiado los poderes de Efraín y Charles. - La joven se encogió de hombros. - Y dos días después volvió a aparecer. Nos dijo que ese día se escucharía la voz de los muertos y que podíamos elegir a uno de nosotros para que volviera a la vida, a cambio de la vida de uno de los vivos. Alec me trajo de vuelta cuando empezábamos a hablar allí de qué decisión tomar al respecto, pero luego la voz del Juez salió de tu boca, las muñecas se comieron a Loren y... Bueno, tú vomitaste aquello negro y de ahí salió Benén. Esa fue la voz de los muertos. - Hizo una pequeña pausa. - Hoy al amanecer yo estaba en la casita de madera, pero no apareció. Sospecho que aparece un día sí, uno no. Así que si hoy no lo ha hecho, supongo que mañana lo hará... Y a saber qué sucede entonces.

Miró a Andy. - Creo que deberías andar pendiente de eso mañana, a ver si los muertos te cuentan si aparece.

Asiente con la cabeza.

-Vale, ha quedado claro. Tal y como lo explicas, creo que tienes razón, da la sensación de que sale día si día no. Puede que si que aparezca mañana... A saber que puede pasar entonces... - se rasca la cabeza pensativa, y después se encoge de hombros- Bueno... No nos queda otra que esperar... Ya que él ha muerto -señala el cuerpo de Tae- y la nueva voz de megafonía tampoco nos dice nada. Al final no sabemos si vamos por buen camino, o seguimos equivocándonos... 

Por primera vez, el voto de Noor era uno de los clavos del ataúd del más votado. Benén no le había convencido, pues sin dar explicaciones, tan solo había hablado de la imposibilidad de meter a todos en la casa de muñecas en una sola noche.

Al ver que Alec era el nuevo verdugo, Noor finalmente asumió que aquel lugar ya había desprovisto a todos los residentes de cualquier humanidad y a los niños de cualquier inocencia; éstos se habían visto forzados a crecer a marchas forzadas, noche tras noche. Noor ya no podía fijarse en Alec y Alicia como si siguieran siendo demasiado jóvenes. Así pues, tan solo pudo apretar la mandíbula con fuerza mientras veía el asesinato de Ben.

Asintió a las palabras de Kenneth. Las circunstancias habían conseguido que todas las leyes humanas pasaran a un segundo plano, en aras de la superviviencia.

Hemos hecho lo correcto. O al menos eso creía...

No era a quien ella había votado pero de todas formas no lo sintió mucho. Sí, es posible que Ben dijera la verdad, y había matado a una de las que estaban en la casa de muñecas... Esther, que parecía sospechosa. Pero nunca podían estar seguros de que no continuara el trabajo de Nathaniel. No obstante aún quedaban asesinos, el ataque a lisseth lo probaba, y aún quedaba por decidirse si el asesino que mordía tenía también intenciones malignas o simplemente tenía una manera retorcida de intentar ayudar.

-Con el tiempo ya veremos si realmente Ben era una amenaza o no, pero puede que no sea tan mala idea intentar evitar que siguiera secuestrando gente. Aún así, aún tenemos que lidiar con los asesinos.

Miró de reojo a Alicia y Hikari antes de subir las escaleras para ir a su cuarto, era de ellas de quienes más sospechaba y su naturaleza abierta impedía ocultar sus pensamientos y lo que sentía sobre ellas. No sabía si se equivocaba o no en alguna de ellas, pero no iba a fingir que no se sentía demasiado a salvo con ellas allí.

Los ojos de Keelin se abrieron con una expresión de sorpresa y parpadeó un par de veces levemente confusa. Sin embargo, poco a poco sus labios se estiraron en una sonrisa y miró a su alrededor, mirando a cada uno de los presentes, sin estar segura de a quién dirigirse. - Gracias, a quien haya sido. - Dijo sencillamente.

Después buscó algo de comer y se dejó caer en uno de los sillones, cansada después del día ajetreado y de ir y venir de la casita de madera. La gente parecía bastante silenciosa en el último rato y se mantuvo en silencio ella también varios minutos, tan sólo observando a los demás. Suponía que el silencio era debido a la cercanía de la noche y al temor de lo que pudiera albergar.

Finalmente se dirigió a Andy para preguntarle con voz suave. - Andy, ¿cómo van las cosas en la casita de madera? ¿Han dicho algo de utilidad?

-Benen y Esther están discutiendo... Benen cree que Esther tuvo la culpad de que él haya muerto.. Aunque en realidad ha sido bastante sospechosa su actitud y pese a que yo no voté por el, comprendo que los demás lo hayan hecho.. Les he contado cómo han estado las cosas aquí, que se tiene una percepción mas bien general de que se ha hecho lo correcto, aunque obviamente algunos de nosotros no votamos, y que, fuera culpable o no, era sospechoso, y era de esperar. Después, les he comentado sobre el "Juez", esperando que mañana me confirmen que aparece ante ellos.

Suspiró levemente. Ya casi era hora de ir a dormir.

-Joder... No quiero irme a dormir.

- Ni yo tampoco. - Susurró Keelin en respuesta a las últimas palabras de Andy, negando despacio con la cabeza y comprendiendo exactamente a qué se refería él. - Las dos últimas veces que lo he hecho, no me he despertado. - Añadió con un toque de amargura en la voz. 

Suspiró, antes de alzar la mirada para mirar a Andy de nuevo. - Oye, Andy. Podría estar bien que intentases averiguar quién mató a Ian. Porque si no lo hicieron los asesinos, alguien tuvo que hacerlo. Yo no me fío de Esther, pero Alec dice que fue ella y recuerda que April también lo dijo en la casita de madera. Si no lo hizo ella, alguien debería atribuírselo y no debería haber motivos para esconderlo, ya que él era uno de ellos, eso lo demuestra que Michelle lo protegiese... - La joven se encogió de hombros. - ¿Por qué no haces un intento de aclarar ese tema en la casita de madera?

Andy asintió ante las palabras de Keelin.

-Además de eso, he pedido que las almas mas silenciosas hablen. Se que algunas son culpables, y otras han perdido la fe en salir vivos de esta, pero necesitamos cuanta mas información mejor. Pronto tendré una respuesta.

Concluyó mientras se acercaba a Alec. Le puso una mano en el hombro.

-Tranquilo, chico. Sabemos que no eres un asesino... Yo pasé por lo mismo, y te planteas si de verdad te has corrompido lo suficiente como para convertirte en ellos. Pero no es así. Esa culpa, y ese poder, son los que te exoneran de culpa. Aun si morimos todos los demás, creo que ninguno de los inocentes va a dejar que vuelvas a caer. No te preocupes por eso.

Entendía que el muchacho tenía un gran responsabilidad, pero intentaba hacer que le pesase menos... Aunque quizás no era el mejor para hablar de ello, siendo un puente entre los vivos y los muertos. Había estado al borde del colapso varias veces, pero se había recuperado. Cada vez tomaba mas fuerza y hablaba de manera mas directa. Conforme quedaban menos, las verdades se agolpaban mas.

Me quedé impresionada porque hubieran votado a Ben, por el comportamiento que habían tenido parecía que le iban a dar un voto de confianza, no me lo esperaba.

La expresión y el miedo de Alec me conmovió, el  chico estaba realmente afectado por haber sido el ejecutor. Pensé en ir y darle un poco de consuelo pero estaba bastante segura de que no sería bien recibido, así que me limité a decírselo de lejos.

-Tranquilo Alec, todos te lo están diciendo, nadie te va a culpar por eso, simplemente te ha tocado a ti.- No esperé que me lo agradeciera ni que lo notara, solo esperaba que lo tuviera en cuenta igual que lo habían hecho los demás.

Alec se estaba recuperando del shock. El apoyo de los demás parecía estar haciendo su efecto. Se sentó en el asiento más amplio que pudo encontrar y sé quedó en silencio, asintió a los que le hicieron ver lo que él ya sabía, pero ahora se daba cuenta de lo difícil que era admitir que él había matado a Benen.

-Gracias a todos... Dijo, con la mirada gacha. Yo... Intento decirme a mí mismo que ha sido para mejor... Pero por mucho que lo intento no consigo dejar de sentirme mal. 

Los ojos del joven se cerraron y suspiró, un suspiro que se convirtió en un quejido, bastante parecido a un llanto ahogado. Respiró hondo y miró a Keelin. Keelin yo... Dormiré contigo si no te importa. No quiero dormir solo y ahora que no está Esther... No dijo más, simplemente se la quedó mirando con súplica en su mirada.

Keelin asintió a las palabras de Andy, todavía sentada en el sillón. Y cuando Alec se dirigió a ella le dedicó una sonrisa, algo tensa por la cercanía de la noche. - Claro que no me importa, Alec. Ya te lo dije antes, puedes dormir conmigo. 

Después volvió a quedarse en silencio, mirando a todos los presentes uno por uno. La mayoría permanecían callados y suponía que era también por la hora. Los momentos antes de irse a dormir estaban llenos de una sombría expectación. La joven suspiró y se frotó la frente con aspecto cansado. 

Con el paso de los días su rostro había empezado a evidenciar las muestras del cansancio y las terribles vivencias del lugar habían dejado unas pequeñas sombras bajo sus ojos. La joven no se preocupaba de su apariencia tanto como al llegar y ni siquiera había un lugar en su mente en esos momentos para la agencia o su trabajo. Sin embargo, al darse cuenta de que llevaba con la misma ropa desde antes de morir por primera vez, decidió ponerse en pie y subir a su habitación a darse una ducha. 

Quince minutos después bajó de nuevo, con el pelo limpio y húmedo, vestida con unos vaqueros elásticos y una camiseta de manga larga de color hueso. La joven, tras hacer algo tan normal como darse una ducha, tenía un aspecto mucho más tranquilo y relajado cuando volvió a sentarse en el mismo sillón, sencillamente observando a todos los que la rodeaban.