Partida Rol por web

Dejaron atrás a Halo estabulado y atendido. Ya disponía de forraje, agua y grano.

Acompañó a Ser Alester hasta la puerta. 

Ojalá todos los invitados sean tan agradables como él

Pensó Thiago.

-Muchas gracias señor. Que disfruteis de la fiesta.- Se despidió desde la puerta con una amplia sonrisa.

Quería encontrar a Ginevra, aunque sus pasos la llevaron a los establos, porque en realidad deseaba poder encontrar a Evan, a pesar de que la idea pudiera incomodarla, asustarla inclusive. De verlo ya no podría aguantarlo más, por otro lado, llegando a los estables escucho a dos criadas comentando algo terrible, ella, como pocas veces las reprendió y amenazó de expulsarlas si volvían a comentar semejante mentira, pero ¿y si no lo fuera?. 

Agobiada llegó hasta el establo y buscó la caballeriza de Indómito, su amado caballo que la relajaría en ese instante, además, el desayuno no había sido una taza de leche para nada aunque no podía negar que había sido estimulante. Ella mojó sus labios y entró donde estaba su caballo, saludándolo y acariciando la cabeza del animal que solo dejaba que ella se le acercara.

Vio entrar a Alyra, que se dirigió directamente al box de Indómito.

Uno de los mozos se había quedado paralizado con la entrada de Alyra, y estaba ahí plantado en el pasillo sin saber qué hacer. 

-!Viko! te he dicho que limpiases y engrasases los arreos, venga ¡vuelve al trabajo y no te encantes!- Le dijo Thiago mientras le daba un capón no demasiado fuerte pero tampoco suave al muchacho. 

Después se acercó a dónde estaba ella, ¿quizás deseaba montar? 

-Buenos días Lady Alyra. ¿Necesita algo?- La cuadra de Indómito estaba limpia y el caballo aseado, con agua y forraje abundante.

Thiago se presenta pronto cerca de ella, los sirvientes estaban prestos a obeceder cualquier orden de sus señores, suplir cualquiera de sus necesidades, por eso ella creía tan firmemente el deber de los señores de proteger a aquellos que les sirven, que su deber es retribuir su lealtad con estabilidad y prosperidad. La joven aún abrazaba a su caballo cuando el mozo  entra, Alyra reacciona volteando su rostro hacia Thiago y le da una fugaz sonrisa, bajando la mirada rápidamente, algo impropio en Alyra que no demostraba vergüenza o timidez ante las personas, mucho menos por los ojos de Thiago que le parecían hermosos al ser distintos al resto.

- buenos días Thiago - a pesar de ocultar el rostro, lo saluda con la cordialidad de todos los días - ¿cómo se ha portado? - pregunta dándole unas caricias en su costado, avanzando hasta el costado del animal, acaricio su pelaje y se preguntó si podría salir a cabalgar sobre él a pelo, algo que hacía a veces aunque en ese momento sus ropas no se lo permitían, el vestido era pesado y el corsé apretaba. 

- no quiero interrumpir tus tareas, tranquilo - rápidamente se excusa dándose cuenta que había interrumpido sus labores - si necesito algo te lo diré - o lo hará por sus medios, que por falta de iniciativa y voluntad no se quedaba - Por cierto, ¿has visto a Ginevra o a Evans? - pregunta buscando los cepillos de Indómito para cepillarlo y mimar de él un poco.

Sonrió. Notaba a Alyra algo distinta, ¿estaría triste? Si no se tratase de una Vaelys hubiese bromeado. Pero siendo una doncella noble, siendo hija de su señor... no era apropiado. Thiago sabía que su humor era un tanto especial y no pensaba arriesgarse a que ella pudiese malinterpretarle. 

-No os preocupéis mi señora, hoy hago las veces de jefe de caballos, así que mi trabajo es cuidar de que todo esté en orden y funcionando.- 

Los cepillos no se guardaban en el mismo box, y como hacia ya unas dos horas que los establos y caballos habían sido aseados no había rastro de cepillo alguno allí. Alyra sabía donde se guardaba todo el material, y en los mismos establos habían dos habitaciones, una para los cepillos y demás utensilios y productos de limpieza, herraje e incluso algunas medicinas que Evan guardaba bajo llave. En la otra habitación era donde guardaban las sillas de montar, mantas, riendas... todos los arreos, vendas y demás cosas por el estilo. 

-Se ha portado bien, hoy me he ocupado yo de ponerle la comida. Creo que prefiere a Evan, pero bueno, al final se ha conformado. Aunque me ha costado entrar, me daba el culo y amenazaba con enviarme a la Luna de una coz si cruzaba la puerta.- Rió un poco y pronto su risa perdió fuerza, ¿quizás no había sido del todo correcto? Esperaba que Alyra no encontrase motivo para enfadarse con él. 

-En cuanto a si hemos visto a Ginevra o Evan... Ginevra no ha pasado hoy por las cuadras, pero Evan ha venido hace un rato. Estaba un poco raro, supongo que serían los nervios. ¿Deseáis que les diga algo si les veo?-

Todo estaba demasiado ordenado, Thiago había hecho muy bien su trabajo que estar ahí seguramente era una interferencia, y el mozo podía mal interpretarlo, como si estuviera encontrando mal su trabajo, así que volvió donde Indómito y le acarició el lomo a lo que el animal respondía dando unos toques con el casco al suelo.

- entonces con mayor razón, debe tener mucho trabajo - a veces se sentía demasiado incómoda con todos las atenciones que las hijas del señor recibían lo que hacía difícil ser independiente y valerse por sí sola, más cuando se es mujer y se esperan ciertas cosas de una - en serio no quiero... molestar, solo vine a saludar a Indómito y quizás cabalgar, pero creo que hay muchas cosas en casa como para irme - medita en voz alta, Thiago hace comentarios sobre Indómitos a los que ella responde con una sonrisa divertida, una pequeña carcajada.

- lo siento mucho, - y realmente lo hacía, el carácter de Indómito era complicado, como el de ella - a veces con una manzana puede tranzar más, pero si le da muchos problemas, puede llamarme, tampoco me gustaría que lastimara a alguno de ustedes - amaba a Indómito pero eso no quería decir que despreciara la vida y seguridad de los demás - realmente lo siento mucho, Thiago - se separa un poco de su caballo, y aun guardando la distancia con Thiago, mira hacia la salida, su expresión se vuelve muy triste, como si cargara con una gran pena.

- eh... sí, por favor, que si los ven, dígales por favor que me busquen, que es importante - ¿lo era?, en un caso sí, pero estaba demasiado nerviosa para enfrentar a esa persona, aunque debía hacerlo, sino, aquello la consumiría.

Asintió a Alyra.

-No se preocupe mi Lady. Al menos el jefe madrugó para encargarse de asearlo y dejarlo tan guapo y limpito. No creo que se dejase cepillar por mí, una cosa es aceptar que le ponga la comida y otra... a fin de cuentas es un caballo de guerra.- Sonrió. Sabía que la mayoría de caballos de guerra solían ser dóciles en sus cuadras, pero tanto Rhys como Alyra tenían monturas con mucho carácter, y además Evan se había preocupado con celo de que fuesen casi armas. Desde luego, nadie podría robarles el caballo a ninguno de los dos, compadecía a quien intentase hacerlo. 

-Descuide, así lo haré, si veo a cualquiera de los dos les comunicaré le les está buscando y que vayan a su encuentro enseguida-

- un caballo de guerra, oíste el cumplido que te han dado - acaricia la cabeza de Indómito, preguntándose si alguna vez ella podría ir a la guerra, si sería reconocida con ese honor aunque en la proeza perdiera la vida y el alma, sabía perfectamente que la guerra  o era un juego ni las historias que contaban, sin embargo... volvió del lugar a donde había ido y con un gran suspiro se despidió de su caballo.

- muchas gracias Thiago, y por favor, darle manzanas en mi nombre - inclina su cabeza un poco y sale de la cuadra de Indómito, aunque lo hace rápido para que Thiago no note su rostro.

Asintió

- Descuide, lo haré-
Dijo sonriendo.

Siguió con la mirada a Alyra unos segundos mientras ella salía de los establos. Decididamente estaba un poco extraña, sin embargo no era asunto de su incumbencia y por lo tanto no preguntó.

El mozo estaba en la entrada de los establos, aguardando la llegada de más caballeros invitados. Cuando vio acercarse a Ser Mordred y Ser Ulrich sonrió mientras les hacía una inclinación de cabeza.

-Bienvenidos caballeros, mi nombre es Thiago-

Le sorprendió ver que alguien por fin le dedicaba algo de atención.

- Supongo que es aquí donde se puede dejar el caballo ¿verdad, muchacho?

Le tendí las riendas dejándole que se lo llevara al interior. En el tiempo que había llegado, descabalgado y hablado con el mozo, otro caballero había llegado a la entrada de los establos:

- Soy Ser Ulrich von Liechtenstain -le dije tendiéndole la mano cuando bajó de su montura- ¿Habéis vos venido también para la fiesta?

Asintió a Ser Ulrich.

-Estad seguro de que cuidaremos bien de vuestro corcel. Aquí descansará y repondrá fuerzas del viaje. Si lo deseáis tambien podréis tomar algo en el recibidor, allí os indicarán de cuáles son vuestros aposentos para que podáis descansar y asearos para la fiesta-

Tomó las riendas del caballo y se dispuso a estabularlo mientras hacía una señal a un mozo para que le sirviese agua fresca y forraje al animal.

También Mordred se dio paso hasta los establos de La Fortaleza, apreciando el buen estado en el que se encontraban. Sonrió para sí como quien piensa en alguna maldad que ha hecho. Bajó de su montura a la entrada, y caminó llevando de las riendas a su caballo hasta donde estaban Ser Ulrich y Thiago, el encargado del establo.

- Saludos, señores - dijo, mirando también a Ser Ulrich. - Vos debes ser... Thiago, ¿no? Eres el encargado por estos lares. Puedo dejar acá mi caballo en buenas manos, ha tenido un largo viaje y una mala noche, tanto como yo - sonríe, tratando de parecer amable.

- Soy Ser Mordred Rowain, es un gusto conoceros - le dice, también estrechando la mano a Thiago. - A vos os he visto en la posada, ¿no es así Ser? - increpa a Ulrich, tan pronto dejó su caballo con Thiago. Mordred había tenido una noche endemoniada producto del alcohol que bebió y ahora casi no se acuerda de nada.

Thiago sonrió ante el saludo de Ser Mordred y estrechó su mano devolviendo el gesto a la iniciativa del caballero, gesto que agradeció evidentemente. Siempre era agradable ser más que una sombra. 

-Está usted en lo cierto mi señor, soy Thiago, el encargado de las caballerizas. Si necesita cualquier cosa en este sentido no dude en solicitármelo- Dijo sinceramente mientras us ojos dispares, el derecho marrón y el izquierdo azul claro , miraban directamente al caballero. 

Después observó la montura de Ser Mordred.

-¿Mala noche? Si cree que hay algo que debiésemos ... -¿Quizás el caballo estuviese enfermo o herido? No terminó la frase, pero por su expresión esperaba que Ser Mordred comprendiese por dónde iba la pregunta, y también que si prefería podían hablarlo en privado. Sabía que los asuntos caballerescos eran más delicados de lo que parecía, y quizás si el caballo de uno estuviese en baja forma prefiriese que el resto no lo supiesen. Nunca se sabía, era posible que algún rival aprovechase esta debilidad en el animal para atacar al noble mientras regresaba a su hogar tranquilamente.

Sonrió y le dio una mirada cómplice. - Solo está cansado, como su dueño. Un poco de vuestra buena comida y atención deberían hacer el truco. Por ahora solo quisiera entrar para coger algo de calor y beberme el licor de Lord Rhys hasta secar sus bodegas - echó una corta aunque fuerte carcajada ante ese comentario. - ¿Hay algo que debería saber, Thiago? ¿algo de lo que debería cuidarme - hizo énfasis -, si sabes a lo que me refiero?

Dejó que el muchacho tomara por las riendas a su caballo y lo arreglara en alguno de los potreros, para que comiera algo y algo de agua se beba. Esperó, paciente, la respuesta del palafrenero. 

Rió ante el comentario de ser Mordred, él también vaciaría las bodegas del Lord si pudiese. Tomó al corcel por las tiendas y dió indicaciones a un muchacho joven.
-¡Vico! Deja de gandulear y prepara esa cuadra con heno, agua y alimento. Disponme también un cepillo!-
El muchacho en cuestión no es que fuese gandúl, era un poco despistado.
Después volvió su atención al caballero
-lo cepillaré para quitarle el sudor y masajearlo un poco, si me lo permite usted no debería recibir menos cuidados, aunque las sirvientas suelen ser un poco remilgadas en estas cuestiones.-

Enarcó una ceja mientras esbozaba una sonrisa pícara. Era cierto que ellos habían venido a conquistar a las hijas de los señores, pero eran hombres y no veía que hubiese nada de malo en que recibiesen atenciones y distracciones hasta el momento de encontrarse con las damas.

A su pregunta respondió tras meditar un poco:
-Para entrar en calor y tomar algo le aconsejaría dirigirse al recibidor. En cuanto al otro asunto creo que todo está en orden, por ahora, aunque siempre hay que cuidarse de las damas Vaelys, pues son tan hermosas como astutas. Y si me permite nunca está de más pasar una moneda por la chepa del jorobado, a mi siempre me ha traído suerte.-

- Pasar una moneda por la chepa del jorobado, ¡ja! - dijo con gracia - Lo tendré en cuenta. Suerte no es lo que le sobra a los que entran a la Fortaleza según dicen - comentó a nadie en específico mientras frotaba su barba -. 

Agradeció la amabilidad de Thiago estrechando fuertemente su mano y apretando su hombro en señal de camaradería. - Tan pronto como pueda haré que te bajen algo de vino. Ningún hombre debería pasar sus noches sin algo de vino para beber. Me cuidaré de las damas Vaelys, pero ellas también deberán cuidarse de mí. No me rindo ni muero tan fácilmente - dijo echándose a reír.

Marchará hacia el Recibidor de la Fortaleza tan pronto como Thiago se despida de él.