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Castillos y Caballeros

La Torre de los Cuervos > Segunda planta > Biblioteca

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29/06/2017, 12:47
- Nueva Ubicación -

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03/07/2017, 04:19
(1) Septón Tiziano

Tiziano subió con cierta dificultad las escaleras a la biblioteca, pero no le faltaba paciencia para realizar ese trayecto por duro que fuese para él. Ese piso acumulaba años de conocimiento que la familia había recopilado, pero era un lugar poco frecuentado, además del Maestre y del Septón, pocos disfrutaban de la asidua lectura. No le extrañó estar solo, y en cierta medida agradeció que así fuese, de ese modo podía concentrarse en lo que buscaba.

Recorrió por varios minutos los tomos apilados hasta que dio con los que le interesaban. La genealogía de la familia Vaelys estaba allí, cada detalle, cada matrimonio, cada dato que podía ser hallado o bien estaba escrito en esas páginas o bien estaba perdido en la memoria de quienes fueron sus protagonistas. Puso el tomo sobre la mesa, se sentó y se sumergió en la lectura tomando algunas notas cuando le pareció necesario. Buscaba encontrar los posibles primos de Lord Rhys y relacionarlos de algún modo con la lista de invitados que Lady Vaelys le había entregado.

Notas de juego

Master, esta búsqueda se la había solicitado el Lord tiempo atrás, asumo que seleccionó esos libros en algún momento y se toma unos minutos para revisarlos entre que se levanta y va a la Capilla donde se encuentra con Evan. Nuevamente son acciones que considero que debieron haber sido hechas por el personaje. No se si esto brinda alguna información o algún indicio para investigar algo mas.

Este post continúa la investigación que intenté comenzar en el post anterior, en la habitación del Septón al amanecer.

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03/07/2017, 20:53
- Narrador -

Notas de juego

Entre los libros averiguas algo que se os había escapado. Efectivamente, Edric Colina es hijo de Andriu Vaelys, el hermano de Lord Rhys Vaelys, por lo que según dice el testamento, él es un primo con derecho a heredar. 

Además, hay un detalle que se les ha escapado a todos, Alester Marbrand, uno de los invitados de la fiesta es el sobrino-nieto del maestre Caelus. Y a su vez, el maestre Caelus es el hermano del marido de la tía de Lord Rhys, Arwen Vaelys. Esto convierte a Alester Marbrand en el único y verdadero heredero de la casa Vaelys. Pues es el único varón vivo y no bastardo. Así que, puede que tenga intenciones de matar a Lord Rhys para poder heredar cuanto antes. Lo cuál también pone en el punto de mira al maestre Caelus.

También entre tus pesquisas, aunque ya lo sabías, Ginevra Blacwood es hija de Lady Myriah, lo cuál también la convierte en una "prima" con posibilidad de heredar el trono. 

Así que, para lograr que la fiesta sea un éxito (que es tu objetivo) hay que impedir que Ginevra Blackwood se case. Y que si Edric Colina o Alester Marbrand encontrasen mujer, que al menos se tratase de una de las hijas de los Vaelys, aunque fuesen familiares. Cosas peores habían hecho los Targaryen.

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04/07/2017, 06:01
(1) Septón Tiziano

La lectura dio sus frutos, esas páginas ratificaban lo evidente y escondían también otros secretos que no había sabido ver con anterioridad. El Padre bendecía a Tiziano revelándole la verdad oculta a los ojos de todos, o de casi todos. Los cuestionables derechos de Edric habían sido mencionados en esas páginas, mientras que el secreto de la "prima" Ginevra ya había llegado a oídos de muchos en esa casa. Pero nadie se había dado cuenta de que el verdadero heredero era nada menos que Alester Marbrand, el sobrino del Maestre Caelus. Eso podía ser sumamente peligroso, no solo podía arruinar los derechos de las niñas Vaelys sino que además, los siete no lo quisieran, podía poner en peligro la vida de Lord Rhys.

El Septón se quedó unos minutos meditando, había varias opciones pero pocas eran aptas a los ojos de los siete. Suspiró rezando una plegaria silenciosa. Inmediatamente se le vino el recuerdo de su amada, décadas atrás, y de la viva imagen de esa mujer en el rostro de Alyra. Si de él dependiese, sería ella y no Astrid la heredera... De repente, como un destello de lo alto, la Madre le daba la solución a ese problema. Cerró el libro con rapidez y lo puso a resguardo, esos papeles serían muy importantes llegado el momento. Niña, un día me lo agradecerás, pensó motivado.

Se acercó a las escaleras, había mucho por hacer, y sabía por dónde empezar. Antes de descender subió algunos escalones hasta dónde estaban los cuervos, quería asegurarse si había noticias del exterior, en especial del Septo dónde las hermanas del Lord vivían con devoción.

Notas de juego

 

[Septón Tiziano] se mueve de [Torre de los cuervos: Biblioteca] A [Torre de los cuervos: Cuervos]

Máster, la ida a los cuervos no se si querés rolearla, sino basta con revisar si hay mensajes. Cualquier dato del exterior será bienvenido, pero lo que motiva a Tiziano es comprobar si las hermanas de Lord Rhys van a venir a la boda, él envió un mensaje reforzando la invitación (si es que es válido el flashback en la escena de los aposentos del septón). 

[Septón Tiziano] se mueve de [Torre de los cuervos: Cuervos] A [Torre del Fenix: Planta Cuarta - Dormitorio de Alyra] (nota: busca a Alyra, si sabe que está en otro lado, irá a ese lugar)

 

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17/10/2017, 20:25
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18/10/2017, 15:57
(0) Lenia Vaelys

Tras disculparse cortésmente con su madre y os caballeros de la sala, Lenia salió por la puerta puesta por la que Galbart saldría minutos después. 

Había decidido dar un pequeño rodeo de camino a la biblioteca, pero no se demoró mucho, porque no quería perder el tiempo. Una vez frente a la puerta de la biblioteca, respiró profundamente tratando de calmarse y entró.

Tuvo la tentación de llamar a Ser Galbart pero si había alguien allí, no quería levantar sospechas, por lo que entró y fingió buscar un libro, asegurándose de que no hubiera nadie en la estancia.

Notas de juego

Oh perdón, no caí ... culpa mía, mil perdones. Rehago el post y borramos el anterior. Lo siento.

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19/10/2017, 13:42
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Notas de juego

Perdón, pensé que te había movido.

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19/10/2017, 13:46
(2) Ser Galbart Glover

Galbart siguió las indicaciones de Lenia al pié de la letra, durante el trayecto que realizó en el primer piso inevitablemente se cruzó con varios sirvientes, los cuales a parte de mirarle con ligera extrañeza, a continuación realizaban la pertinente reverencia, a las que el norteño respondía. Sin duda estarían avisados de la llegada de los caballeros y las órdenes serían claras de máxima educación ante su presencia.

El movimiento del servicio era intenso, había mucha tarea por realizar, los sirvientes se movían febrilmente por el pasillo y aunque la mayoría del trabajo se desarrollaba en las cocinas, el comedor debía de estar preparado cuando llegase la hora. Atravesó la sala de reuniones con presteza y luego accedió a las escaleras que le llevarían a la segunda planta.

Dichas escaleras las subió despacio, pensativo, alerta, en silencio y sin saber bien por qué, con cierto nerviosismo ¿o quizás sí lo sabía?. Indudablemente, Lenia le atraía mucho y que ella le hubiese sugerido ese “plan secreto” para verse a solas en la biblioteca, no era para mostrarle los libros precisamente, el norteño no era tonto, significaba que ella sentía algo por él, si no, no habría corrido tal riesgo y más aún en un día tan importante como ése.

Recordaba sus primeras palabras con ella en el jardín. Risueña, impetuosa, alegre, joven, inexperta e inocente... Pero ahora que había tenido la ocasión de charlar más con ella, había demostrado ser mucho más. Inteligente, cabal, muy madura y toda una mujer, a pesar de su juventud, era algo que Galbart buscaba y Lenia sin duda lo tenía.

Cuando llegó a la segunda planta y como Lenia le había dicho, ante él se presentaba la puerta de la biblioteca. La abrió con cuidado, en silencio, sin ofrecer apenas resistencia y entró en la estancia observándola con atención, ya que no deseaba llevarse ninguna sorpresa.
Lady Lenia había sido muy modesta, las pareces poseían varias estanterías de recia madera las cuales estaban repletas de libros y la luz de las velas iluminaba perfectamente sus lomos encuadernados en piel.

Existían algunas zonas en penumbra así que decidió hablar -¿Lady Lenia?- pronunció en tono suave, casi susurrante. No deseaba llamar la atención más de lo necesario -Lady Lenia ¿estáis aquí?- volvió a preguntar mientras se adentraba unos pasos más en la sala, a la vez que afinaba el oído y la vista, en busca de cualquier movimiento furtivo-¿Lenia?, soy Galbart-

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20/10/2017, 09:48
(0) Lenia Vaelys

Lenia sintió que el corazón se le aceleraba al escuchar la voz de Galbart llamándola, rodeó una estantería para intentar salir detrás de el y darle un susto, pero al salir, justamente el se giró y la vio. La muchacha sonrió - Estoy aquí - dijo en voz baja y sutil. El ambiente que se había creado allí era "intimo" y "cómplice" ambos sabían que de puertas para fuera, no estaba bien visto que una dama y un caballero estuvieran a solas, menos si acababan de conocerse y aún menos en una situación como aquella.

Pero Lenia era traviesa, a pesar de tener esa cara de niña inocente, esa sonrisa de no haber roto un plato y ese carácter dócil, no perdía ocasión para hacer trastadas.

Esperó que con el paso de los segundos, su corazón se relajara pero no era así, ¿porqué se sentía tan nerviosa?. Humedeció sus labios los notaba resecos, le miró a los ojos con mayor timidez que antes y sonrió algo nerviosa. No le salían las palabras, el corazón le iba tan rápido que sentía que le iba a explotar el pecho.

- Os hice cometer una travesura - fue lo único que alcanzó a decir, les separaría unos 5 pasos, antes, junto al cuadro, habían estado tan cerca como para poder rozarse las manos, ahora sentía que si se acercaba mucho, podía notarle entero y en cierto modo lo quería, en cierto modo le aterraba.

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20/10/2017, 11:08
(2) Ser Galbart Glover

El norteño mantuvo el oído alerta y escuchó movimiento a sus espaldas, sus sentidos habían sido entrenados desde niño para la práctica de la caza como entretenimiento y luego en la guerra le salvaron la vida más de una vez. Aunque ésta vez era una batalla de miradas y sentimientos.

Galbart se giró y justo en ese momento apareció Lenia detrás de una de las estanterías llenas de libros-Lady Lenia..- musitó. La miró fijamente a los ojos, grises y preciosos, que brillaban de forma casi mágica-No habéis conseguido sonrojarme con el susto, si es que ésa era vuestra intención-dijo con una amplia sonrisa.

Ahora no necesitaba controlar sus gestos ni seguir las rígidas reglas de los eventos sociales, podía ser él, Galbart y no el Señor de Bosquespeso.

Cita:

- Os hice cometer una travesura -

-Así es, Lady Lenia-dijo dando un paso hacia ella, poca distancia les separaba, pero quería estar más cerca y ahora podía hacerlo sin ataduras-cuando estoy con vos hacéis que resurga mi lado rebelde- dió otro paso -Si nos encuentran aquí a los dos solos, tendremos un grave problema ¿lo sabéis verdad?- preguntó casi en un susurro, dando otro paso-vos recibiréis un castigo ejemplar y yo..es posible que deba dejar el castillo- dió otro largo paso hasta que se encontró ante ella, tan cerca que podía oler su perfume.

-Pero no he podido reprimirme, Lenia-susurró-no sé qué me habéis hecho, pero necesitaba veros, a solas, sin interrupciones, ni... molestias-en ese momento, llevó una de sus manos hacia una de las de Lenia, para cogerla, sintió su calidez, su suavidad y no podía dejar de mirarla, su cara dulce y sus ojos en cambio llenos de fuego-Decidme ¿Por qué me habéis traído aquí?- volvió a susurrar, ésta vez atrapando su pequeña mano entre las enormes manos del caballero.

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20/10/2017, 18:48
(0) Lenia Vaelys

cuando estoy con vos hacéis que resurga mi lado rebelde

Lenia intentó contener una sonrisa pero le fue imposible, ladeo la cabeza y sus labios dejaron ver sus blancos y perfectos dientes en marcados en una gran sonrisa. - Ser Galbart, al final vais a terminar haciendo que quiera conoceros en profundidad pues ante tanta "rectitud" la rebeldía se me antoja ... emocionante - dijo divertida.

Si nos encuentran aquí a los dos solos, tendremos un grave problema ¿lo sabéis verdad?- preguntó casi en un susurro, dando otro paso-vos recibiréis un castigo ejemplar y yo..es posible que deba dejar el castillo

Lenia asintió - Soy consciente de que lo que os pedí fue ... peligroso, pero ni yo temo al peligro ni al castigo ... ni me temo que vos, si no, no habríais venido, os gusta la emoción tanto como a mi, parece ser - se apoyó suavemente contra una de las estanterías y observó como su rostro parecía divertido. Era guapo, lo cierto es que era muy guapo y atractivo. A Lenia le habían empezado a gustar los hombres no hacía demasiado, había empezado a descubrir lo que la hacían sentir y al contrario que a sus hermanas, que parecían tener gustos mas "refinados" de mentones perfecos, ojos claros y rostros sin pelo ... a Lenia le gustaban los hombres con barba, pelo largo y que se alejaban del prototipo de "príncipe". Sonrió al ver que quizás por eso Galbart le atraía tanto. 

Se puso colorada al darse cuenta de que estaba observándole como si fuera una presa y esperó que la luz de las velas fuera lo suficientemente tenue como para que no se notara su fascinación por el.

-no sé qué me habéis hecho, pero necesitaba veros, a solas, sin interrupciones, ni... molestias-Decidme ¿Por qué me habéis traído aquí?-

Lenia vio como las enormes manos del norteño cubrían la suya, sintió su calor y su corazón volvió a dispararse, estaba muy cerca de el, entre el y la estantería, no tenía escapatoria, aunque tampoco quería escapar. Sentía una sensación indescriptible en su estómago y las palabras no querían salir de su garganta.

- Porque ... - titubeó, volviendo a mirar las manos de el, debería estar incómoda, ¿no? pero no lo estaba, le gustaba el calor que las manos de Galbart desprendían - Yo ... - alzó la mirada y volvió a ver esa sonrisa que hacía que todo su cuerpo temblara, parecía divertido ante la inexperiencia de la joven en esos temas, pero Lenia era valiente, alzó el mentón con orgullo para intentar demostrar que no le intimidaba el contacto y con su mano libre, acarició suavemente los nudillos de una de las manos de Galbart, notando su rudeza y de nuevo, fascinándose ante ese contacto.  

- Estaba cansada de tener que aparentar hablar sobre arte cuando realmente quería hablar sobre vos - dijo, su mano dejó los nudillos de Galbart para rodearla y apretarla suavemente - Tenéis unas manos fuertes y grandes - susurró sintiendo que se le escapaba la voz, ¿porqué se sentía así? ningún muchacho antes le había hecho sentir así, había tonteado con algunos pero ... siempre sentía que tenía el control y ahora, no lo sentía en absoluto.

- Sobre mi - jadeó alzando la mirada nuevamente, con cierta timidez - No quiero que penséis que es osado por mi parte o que ... soy una cualquiera pero ... si tengo que elegir marido, quiero elegir al que me haga sentir cosas - tragó saliva, ¿que estaba diciendo? casi le estaba declarando que sentía cosas por el. Carraspeó.

- Cada vez que os miro a los ojos siento exactamente la misma sensación de emoción y peligro que siento en este instante - susurró.

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21/10/2017, 01:27
(2) Ser Galbart Glover

Cita:

Ser Galbart, al final vais a terminar haciendo que quiera conoceros en profundidad pues ante tanta "rectitud" la rebeldía se me antoja ... emocionante -

-Por favor, dejemos las formalidades por un instante ahora que estamos solos, llamadme simplemente Galbart, pues si me lo permitís os llamaré simplemente, Lenia- solicitó el norteño con una cálida sonrisa-yo no me atrevería siquiera a llamarlo rebeldía, yo lo llamaría sencillamente... vivir- dijo mientras era hipnotizado por los ojos de la joven.-No reniego de la rectitud, ni del protocolo, pero todo en su justa medida, sólo tenemos una vida en ésta tierra y no la podemos desaprovechar con guerras o malgastar con absurdas reglas de protocolo que controlen nuestras vidas día y noche- alegó.

Cita:

- Soy consciente de que lo que os pedí fue ... peligroso, pero ni yo temo al peligro ni al castigo ... ni me temo que vos, si no, no habríais venido, os gusta la emoción tanto como a mi, parece ser -

Galbart sonrió y afirmó con la cabeza aceptando su culpabilidad-Estáis en lo cierto- susurró soltando un pequeño suspiro-Me gusta la emoción, me hace sentir vivo y hacía mucho tiempo que no había sentido esto, hasta que os he conocido hoy a vos-el norteño acarició con ternura la mano de Lenia, deslizando uno de sus pulgares por el dorso con suavidad.

Ahora que la tenía frente a él, a tan poca distancia, pudo contemplarla con detalle. Sus facciones curvadas, remarcaban su juventud, la sonrisa amplia revelaba unos preciosos hoyuelos que hacían que sus mejillas se acentuasen, sus labios, rosados, brillantes y su mirada era una unión de inocencia, madurez, curiosidad y energía incontenible que al norteño atrapaban sin medida. Una conjunción de belleza y fuerza que pocas veces había visto, pero en ella era... diferente.

Cita:

- Porque ... Yo ... - Estaba cansada de tener que aparentar hablar sobre arte cuando realmente quería hablar sobre vos - Tenéis unas manos fuertes y grandes -

La simple caricia de la pequeña mano de Lenia sobre las suyas, hizo que él notase una agradable sensación eléctrica y cálida que recorrió todo su brazo alcanzando el pecho. Era un hombre templado, duro y frío cuando era necesario, pero esa mujer, en apariencia frágil, había conseguído atravesar sus defensas y cada vez se acercaba más a lo más hondo de su ser.-Estáis en lo cierto- miró sus curtidas manos-y también son ásperas como la corteza de un árbol- sonrió divertido -al contrario que las vuestras, son suaves como la seda-las admiró por un momento, como si fueran un preciado tesoro.

Cita:

No quiero que penséis que es osado por mi parte o que ... soy una cualquiera pero ... si tengo que elegir marido, quiero elegir al que me haga sentir cosas- Cada vez que os miro a los ojos siento exactamente la misma sensación de emoción y peligro que siento en este instante -

El norteño sonrió complacido y feliz-Lenia..no sois una cualquiera, jamás pensaría algo así de vuestra persona- dijo casi horrorizado.-Yo también quiero a mi lado a una mujer que me haga sentir y creedme cuando os digo que obráis una magia extraña sobre mí, estar a vuestro lado me hace sentir más vivo que nunca..y..-

Galbart sujetó con mimo una de las manos de la joven, la llevó lentamente hasta su rostro y besó su dorso tímidamente mientras la miraba a los ojos con gran intensidad. Desconocía completamente la experiencia que podía tener Lenia con los hombres, veía su agitación, pero no pudo resistirse, estaban solos y la energía fluía entre ellos sin contemplaciones.

¿Quizás habría ido demasiado lejos? ¿Le asustaría a Lenia tan mayúsculo atrevimiento? Lo dudaba seriamente. -¿Sabéis? Las travesuras son muy contagiosas al parecer…- susurró con una pícara sonrisa mientras se acercaba tanto, que sus cuerpos comenzaron a rozarse ligeramente.

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21/10/2017, 11:15
(0) Lenia Vaelys

-Por favor, dejemos las formalidades por un instante ahora que estamos solos, llamadme simplemente Galbart, pues si me lo permitís os llamaré simplemente, Lenia-

Lenia sonrió - Por favor - dijo en un susurro - Me parece bien, incluso agradezco poder tener un trato mas personal y cercano ... contigo - dijo, le sonó extraño, solo trataba de forma tan cercana a sus hermanas, ni si quiera a sus padres, pero Galbart se había ganado entrar dentro de ese círculo y no sabía muy bien porqué.

Lenia había despertado por la mañana con una clara decisión sobre lo que quería conseguir el día de hoy y sus planes habían cambiado por completo porque en ningún momento había esperando conocer a Galbart y menos, sentir por el lo que comenzaba a sentir.

yo no me atrevería siquiera a llamarlo rebeldía, yo lo llamaría sencillamente... vivir- dijo mientras era hipnotizado por los ojos de la joven.-No reniego de la rectitud, ni del protocolo, pero todo en su justa medida, sólo tenemos una vida en ésta tierra y no la podemos desaprovechar con guerras o malgastar con absurdas reglas de protocolo que controlen nuestras vidas día y noche-

- Vivamos pues - susurro - Yo tampoco reniego de ello, incluso me gusta jugar a intentar ser lo que se espera de mi - sonrió -Pero ... a veces una persona necesita un respiro para poder ser tal y como es ... creo que eres mi respiro - Lenia se sentía tremendamente cómoda en presencia de Galbart, tan cómoda como emocionada e ilusionada. 

-Me gusta la emoción, me hace sentir vivo y hacía mucho tiempo que no había sentido esto, hasta que os he conocido hoy a vos

- Ya te dije que conmigo no te ibas a aburrir - se sorprendía de la facilidad que tenía para hablarle de forma tan cercana, como si le conociera desde hacía tiempo - y me temo que esto solo acaba de empezar - en sus labios se dibujó nuevamente una sonrisa traviesa.

El silencio se hizo entre ambos, Galbart miraba cada rasgo de Lenia y esta sentía como si sus ojos pudieran acariciarla, una caricia tan leve y electrizante como la caricia de una pluma, podía sentir su mirada en las mejillas, la nariz, sus labios ... que se entreavieron suavemente para suspirar.

y también son ásperas como la corteza de un árbol

- Me gustan los árboles, con su corteza ... son fuertes, tienen historia detrás de sus cicatrices - Lenia bajó la mirada a las manos de Galbart, ¿como unas manos podían gustarle tanto?.

 .-Yo también quiero a mi lado a una mujer que me haga sentir y creedme cuando os digo que obráis una magia extraña sobre mí, estar a vuestro lado me hace sentir más vivo que nunca..y..-

Tras escuchar esas palabras, Lenia alzó la mirada de forma súbita, cierto era que se consideraba una enamorada del amor, que le gustaba turbar a los hombres ante sus sonrisas y sus contoneos pero esto era diferente ... Galbart estaba despertando cosas en ella que no había sentido nunca, ni si quiera por Ser Tyler o por John, tenía ganas de ver realmente hasta donde podía llegar con el y es más, quería que fuera solo con el. 

Cuando Galbart besó el dorso de su mano, Lenia respiró profundamente, cerró los ojos y sintió como parte de su alma se perdía en ese beso, inconscientemente, movió la mano para rozar su barba, su mentón ... su rostro. Abrió los ojos y  volvió a perderse en ellos.

Ya no podía pegarse más contra la estantería y Galbart había avanzado tanto hasta ella que podía notar el roze de su rudo cuerpo por encima de su vestido y era una sensación que le gustaba. ¿Como sería abrazarle? se sonrojó ante la idea de besarle, ¿a que sabrían sus labios?.

Lenia mordió su labio inferior imaginando por un instante que era el de Galbart y soltó un ligero suspiro, mas sonoro de lo que hubiera querido.

¿Sabéis? Las travesuras son muy contagiosas al parecer…

- Si ... eso parece - susurró casi en un jadeo, sentía todo su cuerpo temblar pero no de miedo, un cosquilleo recorría sus piernas, su estómago, su pecho, sus mejillas ... respiraba de forma acelerada, le costaba hasta tragar saliva, declaró que quería volverse adicta a esa sensación tan desconocida y placentera. 

No quería parecer intimidada y lo único que se le ocurría era seguir el juego de seducción que Galbart estaba iniciando, porque ella quería que el sintiera lo mismo, que se sintiera tan nervioso y emocionado como ella.

Nuevamente, Lenia tragó saliva para intentar aclarar su garganta, sus ideas.

Ladeo la cabeza y con voz tierna, sutil y dulce susurró - ¿alguna vez has escuchado el dicho de que ... quien juega con fuego se quema? - le miró a los ojos. Alzó una de sus manos, temblorosas e inseguras y la posó suavemente sobre la barba de Galbart, la dejó caer suavemente hasta que acarició su cuello y se apoyó en su hombro. Lenia se puso de puntillas, pues Galbart era bastante mas alto que ella.

- Si tus manos son ásperas como la corteza ... igual tu eres el árbol y yo el fuego - se atrevió a decir. Su mano se deslizó por el hombro de Galbart, descendió por su brazo derecho hasta que volvió a la mano de el y la apretó suavemente.

- ¿No temes quemarte? - susurró

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21/10/2017, 17:36
(2) Ser Galbart Glover

Cita:

Por favor - Me parece bien, incluso agradezco poder tener un trato más personal y cercano ... contigo

-Me siento mucho más cómodo así Lenia, estar aquí a tu lado me hace sentir como nunca antes, aprovechemos ahora que no tenemos a nadie delante, con quién tengamos que aparentar lo que no somos- seguía acariciando su pequeña mano.

Cita:

- Vivamos pues - Yo tampoco reniego de ello, incluso me gusta jugar a intentar ser lo que se espera de mi -Pero ... a veces una persona necesita un respiro para poder ser tal y como es ... creo que eres mi respiro

Las palabras de Lenia reconfortaban al norteño, era muy parecido a él, necesitaba libertad y Galbart podría dársela tan sólo si ella quisiera..-¿y no te gustaría que no fuera sólo tu respiro?¿Te gustaría ser libre fuera de estos muros?- preguntó sin tapujos.

Cita:

Ya te dije que conmigo no te ibas a aburrir - y me temo que esto solo acaba de empezar -

Tal declaración de intenciones no dejaba lugar a dudas-Y yo deseo que sigas, tengo mucha curiosidad por saber cuál va a ser tu siguiente sorpresa- susurró casi al oído. El tono de la conversación se tornaba cada vez más sugerente entre ambos y la sensación de estar haciendo algo prohibido, no hacía más que intensificarlo.

Cita:

- Me gustan los árboles, con su corteza ... son fuertes, tienen historia detrás de sus cicatrices -

El norteño sonrió -Si, tienes razón, mis manos y mi cuerpo tienen cicatrices e historia que contar, pero mucha de ella es triste y dura, aunque no quiero hablar de ello ahora, no deseo entristecer tu bello rostro-Galbart ya no sentía sensación alguna de reprimirse ante ella, sus hermanas poseían gran belleza, eso era cierto. Pero la sensación cautivadora de la mirada de Lenia era inigualable, junto con su rostro formaban algo luminoso que no había contemplado antes.

Cita:

Si ... eso parece - ¿alguna vez has escuchado el dicho de que ... quien juega con fuego se quema? -

-Si, claro que lo he oído..-las palabras eran cada vez menos, dejando paso a las miradas y gestos intensos y sugerentes. El norteño dió un paso más al frente, aprisionando con suavidad a Lenia contra la estantería-he hecho más de una hoguera- respondió con una sonrisa juguetona. La respiración del norteño se hizo más profunda al contemplar el gesto de Lenia de morderse el labio. Esos labios rosados y brillantes, el olor de su maravilloso perfume..., se convertía en una fruta fresca que deseaba morder y saborear.

Cita:

Si tus manos son ásperas como la corteza ... igual tu eres el árbol y yo el fuego- ¿No temes quemarte? -

El tacto al sentir la mano sobre el cuello de Galbart, deslizándose por él, hizo que se le herizase el vello de la nuca. Apretaba su mano suavemente, a la vez que notaba como Lenia se ponía de puntillas para estar más cerca de él, llegando a notar su cálido aliento.-No, no temo quemarme- musitó frente a ella-¿Y sabes por qué?- dejó durante un instante la pregunta en el aire, mientras movía su rostro hacia uno de los oídos de Lenia.

-Porque ya estoy ardiendo…- susurró rozando el vello de su barba contra la rosada mejilla. En ese momento, se separó para mirarla intensamente a los ojos, para luego acercarse poco a poco mirando sus sensuales y pronunciados labios -¿Y tú? ¿No tienes miedo a quemarte?-

Pero antes de que Lenia pudiera responder, Galbart, con su mano libre sujetó su cintura, atrayéndola y selló su boca con la de él ahogando cualquier respuesta posible.
El beso fue suave y tierno, disfrutando de cada segundo, notó los jóvenes e inexpertos labios de la joven, aunque a los cuales el norteño no le costó guiar por el camino correcto.

Pareció una eternidad lo que sólo fue un instante. El norteño separó su boca de la de Lenia, manteniendo aún su cuerpo prisionero contra la librería-¿Y bien?- preguntó sugerente-Te aseguro que ésto es sólo el principio-dijo desafiante recordando sus palabras -Quizás quién se queme seas tú..

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21/10/2017, 19:50
(0) Lenia Vaelys

Si al levantarse por la mañana, alguien le hubiera preguntando a Lenia, ¿como crees que será este día? nunca, jamás de los jamases habría contestado que tan sorprendente y emocionante y mucho menos que acabaría en la biblioteca acompañada del señor de Bosquespeso en una situación más que romántica, en su opinión.

-Me siento mucho más cómodo así Lenia, estar aquí a tu lado me hace sentir como nunca antes, aprovechemos ahora que no tenemos a nadie delante, con quién tengamos que aparentar lo que no somos-

Lenia asintió, ambos se sentían mas cómodos sin tener que aparentar, ¿no era acaso eso algo maravilloso?. Galbart era un hombre agradable, divertido, con una gran conversación y sumamente estimulante, no entendía porque alguien de características tan buenas, tenía que aparentar ser alguien "frío, correcto y excesivamente comedido". 

-¿y no te gustaría que no fuera sólo tu respiro?¿Te gustaría ser libre fuera de estos muros?

Ante tal pregunta, Lenia abrió los ojos de par en par, sorprendida. Sonrió y por su cabeza surgieron miles de dudas y preguntas sin respuesta. Le miró con intensidad en la mirada.

-  Claro que me gustaría Galbart, me encantaría poder ser "libre", pero ambos sabemos que la única libertad que puedo esperar es tener la suerte de que un buen hombre me despose y me la de - Lenia le miro fijamente, ¿acaso Galbart estaba insinuando que el podía dársela?. Sonrió con dulzura, la verdad, es que tal como el había descrito hacía unos minutos, como le gustaría que fuera su matrimonio, se acercaba mucho a como le gustaría a Lenia que fuera el suyo. Lenia se moría de ganas por preguntarle "¿Acaso tu quieres darme esa libertad?" pero pensó que sería demasiado osado y mordió su labio, impidiendo que esas palabras surgieran de su boca.

-Y yo deseo que sigas, tengo mucha curiosidad por saber cuál va a ser tu siguiente sorpresa-

 Lenia sonrió divertida - Así que te gustan las sorpresas - murmuró - A mi me gusta sorprender, nuevamente, creo que hacemos un buen equipo Gal - dijo de forma cariñosa acortando su nombre.

Si, tienes razón, mis manos y mi cuerpo tienen cicatrices e historia que contar, pero mucha de ella es triste y dura, aunque no quiero hablar de ello ahora, no deseo entristecer tu bello rostro

- No tiene porqué ser ahora, pero me gustaría escuchar esas historias en algún momento ... me ayudarán a conocerte mejor, aunque solo, si tu quieres contármelas - los ojos de Lenia mostraron comprensión, quizás el no quería hablar de cosas tristes o de cosas que le habían sucedido, pero en el fondo, quería saber de su pasado. 

-No, no temo quemarme-¿Y sabes por qué?- 

-Porque ya estoy ardiendo…-

-¿Y tú? ¿No tienes miedo a quemarte?-

Lenia abrió los labios para contestar, pero justo en ese instante, Galbart la tomó de la cintura, la atrajo hacia el y unió sus labios al de ello. Era algo que ella deseaba, desde hacía rato, pero que no esperaba que fuera a pasar, al menos aún. Para la sorpresa de Lenia, Galbart la besó de manera suave y dulce, ella se sintió torpe durante los primeros segundos, pero rápidamente se sintió comoda con el beso, su corazón, aún acelerado, se calmó lo suficiente como para dejarla disfrutar de ese beso.

Inconscientemente, rodeó el cuello de Galbart con sus brazos, hundió una de sus manos en los oscuros cabellos de Galbart y trato de memorizar ese sabor, esa sensación, porque quería sentirla eternamente.

Tras unos segundos que fueron intensos, Lenia se separó lo suficiente de Galbart para mirarle a los ojos

¿Y bien?- preguntó sugerente-Te aseguro que ésto es sólo el principio-dijo desafiante recordando sus palabras -Quizás quién se queme seas tú..

Lenia sonrió - Es algo que estoy dispuesta a asumir - susurró llevando sus manos a ambos lados del rostro de Galbart - ¿Estás tu dispuesto a quemarte conmigo? - su voz también sonó sensual y juguetona, Lenia acababa de decidir que Galbart le gustaba mucho más de lo que le había gustado nadie, no era su primero, pero había sido el mas intenso, el más excitante y el único que quería recordar.

Nuevamente, se puso de puntillas para ser ella quien esta vez le besaba a el, según sus labios volvieron a juntarse, hundió sus manos esta vez en su barba y jugó con ella unos segundos antes de volver a rodear el cuello del norteño, como si de no hacerlo, pudiera separarse de el y no volver a sentirle nunca.

Esta vez, con cierta timidez, se atrevió a ir un paso mas allá, mordió suavemente el labio inferior de Galbart y sonrió al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Sin separarse de sus labios, solo lo suficiente para poder susurrar le dijo - Porque yo estaría dispuesta a quemarme contigo hasta el fin de los tiempos Gal - y volvió a besarle.

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22/10/2017, 01:36
(2) Ser Galbart Glover

Cita:

- Claro que me gustaría Galbart, me encantaría poder ser "libre", pero ambos sabemos que la única libertad que puedo esperar es tener la suerte de que un buen hombre me despose y me la dé -

-Pensarás que quizás sea muy osado, o poco juicioso por mi parte al decirte esto, pero sé lo que quiero...sería el mayor de los placeres y honores para mí, darte esa libertad, sé que es muy pronto y precipitado, aquí hay muchos caballeros que te pueden pretender, pero...Lenia os esperaré pacientemente-una sonrisa de ilusión iluminó la mirada del norteño. ¿Sería ella la elegida, la Señora de Bosquespeso? O aún más importante para él…¿Lenia podría ser la mujer de Galbart Glover?.

Cita:

- Así que te gustan las sorpresas - murmuró - A mi me gusta sorprender, nuevamente, creo que hacemos un buen equipo Gal -

El norteño sonrió divertido al escuchar cómo Lenia recortaba su nombre. El único que lo había hecho era su querido hermano y siempre le había gustado ese trato íntimo y cariñoso.-Claro que me gustan las sorpresas..Leni-dijo atrevido haciendo lo propio con su nombre-y hasta ahora no me has defraudado, eres una sorpresa tras otra, todas muy agradables-dijo con una cálida sonrisa.

Cita:

-- No tiene porqué ser ahora, pero me gustaría escuchar esas historias en algún momento ... me ayudarán a conocerte mejor, aunque solo, si tu quieres contármelas -

-No dudes que lo haré y por favor pregúntame lo que quieras, seré un libro abierto para tí-la mirada de comprensión que le ofreció Lenia, cálida y preciosa, le reconfortaba y se sentía capaz de confesarle cualquier cosa en el instante que se lo pidiera.

Cita:

- Es algo que estoy dispuesta a asumir - ¿Estás tu dispuesto a quemarte conmigo? - Porque yo estaría dispuesta a quemarme contigo hasta el fin de los tiempos Gal -

La respuesta de Lenia fue inmediata, buscaba más de Galbart, sentir sus dedos enredados en los largos cabellos del norteño conseguían que el calor en el pecho de él aumentase de repente. Pero lo que vino a continuación no lo esperaba en absoluto. Ella tomó la iniciativa sin dudar. La inocencia que había conocido en el jardín, se había convertido en una pasión que crecía por momentos.

Los brazos de Lenia rodeaban al norteño en una perfecta tenaza que él no quería romper. Galbart permaneció en un placentero silencio al saborear de nuevo los dulces labios sobre los suyos, que ahora húmedos, sentía como resbalaban en un maravilloso baile que no deseaba que terminase-Estoy más que dispuesto Leni-dijo casi en un suspiro mientras los dedos de la mujer jugaban atrevidos con su tupida barba.

-Es más..-iba a responder, cuando dejó de hablar al instante al notar el pequeño mordisco en su labio. Abrió los ojos como platos, se sentía excitado, era inevitable. Una chispa prendió un ardor casi incontrolable dentro de su ser y miró a su alrededor, estaban cerca de la puerta y necesitaban más intimidad-Vamos, por aquí-dijo escueto con una mirada más que traviesa.

Separó sus brazos y cogiéndola de una mano la llevó a una zona más apartada, donde habitaban más estantería llenas de libros-Aquí estaremos mejor…-dijo por lo bajo, la atrajo hacia él, cogiéndola por su cintura con ambas manos, con firmeza y sonriendo juguetón -Ahora, arderemos juntos- susurró mientras bajaba su cabeza para a continuación besarla con más ahínco.

Cuanto más la besaba más desatado se sentía, intentaba racionalizar la situación, dónde se encontraban, lo que estaban haciendo, pero el raciocinio perdía la batalla una y otra vez, contra su corazón que corría desbocado. Apretó su cintura, dejó libre la boca de Lenia que comenzaba a jadear, para descender por su mandíbula mediante pequeños besos hasta llegar a su cuello donde el olor del perfume era más intenso el cual aspiró con deleite.

Una de las manos del norteño se deslizó por la espalda hasta llegar a su nuca, para acariciarla con sumo cuidado mientras los labios del hombre comenzaron a rozar la sensible piel del cuello de Lenia -ardamos pues hasta el final de los tiempos- susurró entre beso y beso mientras se apretaba contra su cuerpo.

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23/10/2017, 17:26
(0) Lenia Vaelys

-Pensarás que quizás sea muy osado, o poco juicioso por mi parte al decirte esto, pero sé lo que quiero...sería el mayor de los placeres y honores para mí, darte esa libertad, sé que es muy pronto y precipitado, aquí hay muchos caballeros que te pueden pretender, pero...Lenia os esperaré pacientemente

 Lenia abrió los labios y sonrió, por dentro, una calma se apoderó de ella, no era algo imaginado, Galbart estaba interesada en ella, tanto como ella en el - Dudo mucho que alguno de los caballeros pueda darme lo que quiero, al contrario que tu, que ya me lo estás dando - dijo mirándole fijamente a los ojos, sonrió - La paciencia es una gran virtud Gal - dijo con ternura. - Hazme una propuesta formal y te daré una respuesta formal - dijo con una sonrisa llena de felicidad.

Aquí estaremos mejor…-dijo por lo bajo, la atrajo hacia él, cogiéndola por su cintura con ambas manos, con firmeza y sonriendo juguetón -Ahora, arderemos juntos-

Lenia sintió que la cosa cada vez iba a mas, mas intensa, mas pasional y con más curiosidad quería descubrir el mundo que Galbart le estaba mostrando. No era capaz de hablar, su corazón seguía latiendo con tanta fuerza, que lo único que podía hacer era besarle, acariciarle y demostrarle cuanto le gustaba aquello que estaban viviendo.

ardamos pues hasta el final de los tiempos-

Lenia soltó un pequeño jadeo cuando los labios de Galbart se posaron en la piel de su cuello, si los besos en los labios eran apasionantes, no encontraba palabra alguna para describir como le hacían sentir los labios de Galbart en su cuello, le entró la duda de ... ¿como sería sentirlos en el resto de su cuerpo? en sus hombros, en sus brazos ... se ruborizó solo de pensarlo. 

Sin quererlo, Lenia soltó otro pequeño gemido que no pudo controlar y se turbó de escucharse a si misma soltando aquellos sonidos, llevó su mano, nerviosa y temblorosa al rostro de Galbart - Espera - dijo con pesar, no quería parar, lo cierto es que quería seguir hasta ver donde llevaba aquello, pero no allí, no en la biblioteca, podría entrar cualquiera y por nada del mundo quería que Galbart fuera expulsado del castillo ni ella castigada, aunque su castigo era lo que menos le importaba.

- Si nos descubren ... ahora si que podemos despedirnos - buscó su mirada, besó sus labios con ternura - No quiero que te detengas, en serio, pero ... no puedo llegar tarde a comer o mandarán a buscarme - sonrió, mientras que con su nariz acariciaba el mentón barbudo de Galbart.

- Además, debo ir a mi habitación a cambiarme, le dije a mi madre que me cambiaría de vestido porque tenía frío, aunque te aseguro que ahora el frío es ... tan solo un recuerdo lejano - susurró mientras que con sus manos, acariciaba el pecho de Galbart, por encima de la ropa, imaginando que habría bajo esas telas. 

Buscó nuevamente su mirada y mordió su labio, maldijo por dentro las tradiciones, el protocolo y la etiqueta, quería mandarlo todo al cuerno y perderse con Galbart en cualquier sitio para seguir disfrutando de aquellas sensaciones ... pero temía que por no ser cabal, pudieran separarle de el.

- Después de comer iré a los establos a darle el azúcar a los caballos ... le pediré a Thiago que ensille a noche y me iré a dar un paseo por el bosque, siguiendo el sendero, verás un enorme manzano, si te sales del sendero y cabalgas recto hacia la izquierda, en un par de minutos llegarás a un pequeño manantial ... allí no va nunca nadie y allí estaré - se puso de puntillas para besarle apasionadamente.

- ¿Irás? - susurró tras el beso sin separarse de el.

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23/10/2017, 21:48
(2) Ser Galbart Glover

Cita:

Dudo mucho que alguno de los caballeros pueda darme lo que quiero, al contrario que tu, que ya me lo estás dando - dijo mirándole fijamente a los ojos, sonrió - La paciencia es una gran virtud Gal - Hazme una propuesta formal y te daré una respuesta formal -

-Me haces muy feliz Leni, más de lo que me merezco quizás, vine con un simple objetivo y he encontrado mucho más en tí, algo que jamás creí que encontraría en éste lugar. Al finalizar ésta noche te haré la propuesta formal que me pides - posó cuidadosamente la mano sobre la mejilla de Lenia y la acarició con el pulgar, mientras la miraba con ternura.

El norteño notaba perfectamente las reacciones de Lenia, sus labios ansiosos, su cuerpo tembloroso por el cúmulo de nuevas sensaciones y estímulos del hombre, las caricias, los besos, algo tan nimio sobre la piel y sin embargo tan intenso y desmesurado en el corazón.

No podía parar, es más no quería hacerlo, los sonidos que surgían de la garganta de la joven era como echar madera a la hoguera que era su cuerpo, la respiración empezaba a ser más agitada y profunda, sus manos atenazaron la cintura de Lenia con fuerza, estuvo a punto de morderle el cuello en un arrebato de pasión, pero se contuvo en el último instante, no podía haber marca alguna en su cuerpo, en cambio siguió besándola con ansia casi descontrolada y que por fortuna fue aplacada por la calida mano de Lenia.

Cita:

- Espera - Si nos descubren ... ahora si que podemos despedirnos - No quiero que te detengas, en serio, pero ... no puedo llegar tarde a comer o mandarán a buscarme .
- Además, debo ir a mi habitación a cambiarme, le dije a mi madre que me cambiaría de vestido porque tenía frío, aunque te aseguro que ahora el frío es ... tan solo un recuerdo lejano -

-Si...tienes… tienes razón-el norteño sonrió y asintió con la cabeza admitiendo la verdad que escuchaba, por mucho que desease permanecer allí con ella, el raciocinio retomó el control de su cuerpo -no podemos arriesgarnos más Leni, si nos encontrasen ahora sin duda estaríamos perdidos y no quiero eso por nada de este mundo, además tengo que demostrar que yo también he ido a mis aposentos a cambiarme de ropa- volvió a mirar aquellos inmensos ojos llenos de puro sentimiento. Sujetó sus manos y las apreté con dulzura mientras la escuchaba.

Cita:

- Después de comer iré a los establos a darle el azúcar a los caballos ... le pediré a Thiago que ensille a noche y me iré a dar un paseo por el bosque, siguiendo el sendero, verás un enorme manzano, si te sales del sendero y cabalgas recto hacia la izquierda, en un par de minutos llegarás a un pequeño manantial ... allí no va nunca nadie y allí estaré - ¿Irás? -

Según Lenia iba desgranando su nuevo plan, Galbart sonreía con un nuevo gesto de emoción y travesura. Dibujaba en su mente el camino, había recorrido el jardín y su zona boscosa lo suficiente como para reconocer el manzano al que se refería y sonrió cómplice. Respondió con pasión ante los labios de la joven Vaelys. La miró con los ojos abiertos por la sorpresa de la pregunta -¿De verdad dudas de mi respuesta?-dijo con sus narices casi rozándose. La sujetó de la barbilla y volvió a sellar sus labios con un largo y profundo beso-Creo que mi respuesta es clara Leni, pero te digo sin lugar a dudas que estoy deseando verte allí, los dos solos y tendremos todo el tiempo del mundo- susurró ante ella separándose poco a poco de su cuerpo, casi fue doloroso para Galbart, no quería separarse de ella, pero debía de ser así, al menos por el momento..

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26/10/2017, 13:36
- Narrador -

De pronto sientes como el dolor de garganta que llevabas arrastrando durante todo el día, se hace mucho más intenso y por un momento te quedas afónica y sin poder hablar. Tu voz no sale, y si algo se escucha es un pequeño murmullo irreconocible.

Notas de juego

Pues me temo que te va a tocar estar afónica hasta nueva orden...

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02/11/2017, 18:06
(0) Lenia Vaelys

De pronto, Lenia sintió un dolor horrible cruzando su garganta, fue a decirle algo a Galbart pero se sintió incapaz. Carraspeó intentando librarse del dolor pero no pudo.

Le miró a los ojos fijamente y señaló su garganta, creía haberle explicado en el jardín, durante el paseo matutino, que se sentía dolorida de la garganta, lo cierto es que finalmente, la había forzado más de lo que debía.

- Te - susurró, pero el dolor siguió siendo intenso. Al menos, le dio tiempo a decirle lo del manantial después de comer. Negó con cierta frustración y suspiró, le besó suavemente y señaló su vestido, tenía que ir a cambiarse.

Con una sonrisa, volvió a besarle y asegurándose de que no había nadie, se alejó lentamente, antes de perderle de vista volvió a mirarle con una sonrisa cargada de felicidad.

"Te veo luego" quisieron decir sus ojos, aunque con la distancia, posiblemente Galbart no pudo recibirlo.

Notas de juego

Lenia sale de la biblioteca.