Partida Rol por web

Bernard interpuso la mano derecha no deseando la proximidad del septón. Justo porque eran tiempos difíciles había acudido tratando de guiarse por el sentido de la responsabilidad, pero esta nueva situación era demasiado extraña.

- Lord Alester me ha dicho que tiene los documentos que acreditan la relación de sangre con Lord Rhys. Si a eso sumamos que el cuerpo del antiguo señor ha aparecido indicaría que él es el légitimo heredero según el testamento. Entonces no hay motivos para ningún secretismo, vayamos a ver el cuerpo del antiguo dueño del castillo. Que se haga oficial que hay un heredero conforme a la ley. Entonces hagamos las bodas. Yo con gusto seré testigo en una boda pública mas no en ésta.

Explicó al septón, esperando que entendiera que estaban enredándose con un absurdo cuando ya estaba todo resuelto. El caballero no estaba dispuesto a seguir por ese camino de confabulaciones cuando además era fruto de un temor injustificado.

El Setpón se sorprendió cuando el caballero interpuso su mano y se alejó de él. Se volteó hacia Alester y lo miró con firmesa Que habéis hecho para que un hombre noble actúe así? pensó, pero era en vano, jamás sabría con certeza lo que esos dos hombres habían hablado, lo que sí sabía es que los frutos de esa conversación serían desastrosos para ambas familias, la actitud de Bernard sentenciaba a los Risefeler y a Astrid con ellos.

- Me decepcionas, muchacho - dijo ya sin intensión de acercarse - mucho se ha dicho esta noche, rumores y mentiras que nos manchan a todos por igual, incluso un poderoso príncipe os acusó de matar a vuestro hermano.  Es acaso cierto? Cómo distinguimos la verdad de la mentira?  Algunos se basan en la razón, pero cuando no hay evidencias ese camino no conduce a nada. Es la confianza en los corazones de quienes realmente conocemos lo que permite salirse de los malignos enredos de la mentira y la ambición - el Septón se mostraba apesadumbrado.

- Los Vaelys necesitan del apoyo de los Risefeler tanto como los Risefeler requieren el apoyo de los Vaelys, Alyra propuso que tú seas recompensado por tu fidelidad y yo os recomendé ser parte del consejo de los nuevos señores, además justo hablábamos de darle a tu hermano y a Astrid el merecido lugar de señores Risefeler que se merecen. Pero le das la espalda a Alyra y a Alester cuando lo necesitan? Eres consciente de la gravedad de tus actos, Bernard? - preguntó defraudado, esperaba mucho más del caballero.

- Lo que haces es un grave error, tu has sido testigo que quise casar a las cuatro hermanas juntas, y tras un pedido de Lady Myriah, prioricé el casamiento de tu hermano y el de Alyra, dos personas que me consta tienes en gran estima. También me oíste decir que pasaríamos la boda para mañana, y las cuatro se casarían a la vez...- el tono de voz del Septón mostraba preocupación - Pero las cosas han cambiado, Bernard, ahora no solo ha habido muertes accidentales o el lamentable suicidio de nuestra amada Lady Myriah, también ha habido asesinatos!-

-En el jardín tú y yo tuvimos una conversación, te pedí que siguiese el rastro de quien podía intentar dar muerte a lord Rhys... la enfermedad se llevó a mi amigo antes, por mas que me pese, los Siete así lo han querido, pero sin embargo hubo asesinatos. Estamos seguros que ha sido sólo el Targaryen traidor quien estuvo tras ellos? Tal vez si, o tal vez no... y si aún hubiese mas muertes esta noche? La vida de Alester corre peligro, así como la de Alyra y la mía, que soy quien puede sellar el matrimonio. Tu hermano ya no puede ser señor Vaelys, pero si señor Risefeler, Ser Bernard, y  sellar este matrimonio ahora convierte a nuestra querida Alyra en la señora de la casa y asegura la prosperidad de ambas familias ... si hubiese un asesino e intentase atentar contra Alester, Alyra seguiría siendo la señora de la casa y tú su protector, como es que estás tan ciego que no ves el verdadero peligro que se cierne sobre todos nosotros?- luego dio un paso hacia adelante y se acercó mas a Bernard.

- Jamás pensé que serías tu quien le diese la espalda a Alyra. Y no ha sido idea de ellos este casamiento, con ropas mojadas y a espaldas del asesino, a escondidas y sin ningún reconocimiento digno de un señor,  sino que lo he propuesto yo, que visto todas estas cosas con claridad y además...- susurró algo a oídos del caballero.

La voz del Septón sonó bajo pero firme en los oídos de Bernadr - ... además si haces lo que dices, todo quedará en manos de un Marbrand, eso no puede evitarse, y el buen nombre de los Vaelys y los Risefeler habrá llegado a su fin. Lo convencí de casarse ahora con el rumor de un asesinato que tal vez no ocurra y accedió a que fueses su mano derecha y que tu hermano sea presentado ante los Lannister, elevando el honor de tu familia. El casamiento preserva a Alyra y la protegerá de por vida... realmente piensas que cuando sea público que Alester es el heredero, él cumplirá su palabra de renunciar a los Marbrand y hacerse llamar Vaelys? realmente piensas que tomará a una de las hijas de Lord Rhys por esposa y no buscará unirse a una Lannister? crees ciertamente que preservará el privilegio que hoy tienen los Risefeler y no los hundirá en el olvido, nombrando a sus familias amigas como sus nuevos vasallos? Tan seguro estas, Bernard?- hizo un silencio, pero antes de alejarse agregó unas palabras más.

- Yo no lo estoy, solo quiero asegurarme un buen futuro para Alyra y Astrid, y para ustedes dos, los queridos varones Risefeler que mi amigo Lord Rhys quería como a sus propios hijos. Vamos hombre, abre los ojos, este viejo no es tu enemigo, confía en mi muchacho - luego dio un paso atrás y se alejó, si lo dicho no hacía reaccionar al noble caballero, nada lo haría.

Bernard se llevó un momento la mano a la frente.

- Me vas a dar dolor de cabeza, septón.

Sonrió después mientras negaba, tratando de quitar hierro al asunto.

- Entiendo lo que queréis hacer pero yo reitero que no seré testigo en una boda secreta cuando no se ha promulgado al heredero. No me trate de convencer mezclando todos los argumentos que se le ocurren.

Había visto lágrimas en el rostro de Alyra pero en estos momentos tenía que erguir defensas ante el intento de Tiziano de ablandarle y culpabilizarle, todo ello a la vez.

- En mi opinión le va a tener que echar valor, septón. Esperar a que se promulgue que Lord Alester es el nuevo señor, cosa que se puede hacer casi de inmediato y con razón si tienen en su poder los documentos. Ya les digo, si en ese momento se desata violencia, lo mismo da que se haya producido una boda antes, habrá que luchar y el heredero será el que sobreviva, solo que nosotros portamos armas.

Explicó al anciano esperando que actuara con entereza y honor.

- Una vez proclamado Lord Alester, no me importará ser testigo ya sea en público o en secreto. Si lo quiere hacer al contrario, pues bien, porque creo en ustedes puedo hacer dos cosas, quedarme a protegerlo mientras los futuros señores van a hablar con Oberyn o quien consideren, o ir yo a buscar al príncipe, quizás él quiera subir a hablar con ustedes así como testificar. Sería un gran testigo. Ya le advierto que si vuelve a decirme que cometo un gran error, me marcharé sin más.

El Septón miró fijamente a Bernard en silencio, y tras las últimas palabras del Caballero dijo - No, muchacho, no eres tú el que ha comentido un error, he sido yo - El rostro del anciano se mostraba decepcionado y cansado.

- Tu presencia aquí nos dará seguridad, de eso no hay duda, así que agradezco tu ofrecimiento - dijo mientras se acercaba a la mesa central y tomaba asiento. No iba a responder a los dichos de Bernard, claramente el joven no tenía muchas luces, y seguir malgastando palabras en él era una pérdida de tiempo.

Al menos el septón había dejado de atosigarle aunque hubiera de terminar con una burla. El caballero le miró directamente y sonrió con sarcasmo. Hasta que los dos señores dijeran algo había un poco de tiempo para pensar, aprovechando esos momentos también para apoyar la espalda en las estanterías buscando una postura más relajada. Al poco ladeó el labio y habló para el septón.

- Si se celebra la boda qué piensas que pasará cuando se enteren Tyler y Astrid. Si yo fuera testigo, se sentirían traicionados por todas las personas que querían: hermanas, hermanos, los consejeros de la familia, por todos. Ya no sólo me repudiarían en mi propia familia si es que no son repudiados ellos por Lord Alester, además posiblemente se aliarían con Mordred.

Lo mirara como lo mirara, era una estrategia penosa para los Risefeller y significaba un daño enorme para la familia.

- No habría forma de que aceptaran colaborar. ¿Acaso se les ocurre alguna? Yo creo que es mucha mejor idea ayudarles con discreción a encontrar otro testigo, al menos así puedo tener la opción de conversar con ellos dos si es necesario.

Explicó el caballero.

— comprendo su posición, ser Bernard, usted ama a su hermano y su lealtad está con la familia... y comprendo eso, no se decepcione septon, cada cual se coloca en la posición que cree necesario... y hacer lo que creemos correcto no puede ser juzgado, no ahora por lo menos  —Muchos la amaban, ¿quienes?, dos de ellos estaban muertos, los demás eran traidores, Alyra se quedó atrás, sin acercarse a los hombres, pero sin perder palabra alguna de lo que decían, por unos momentos su mirada se cruzó con los ojos de Bernard e intentó leer sus pensamientos, sus emociones, pero como ella, estaba siendo sometido a demasiado estrés y a situaciones extremas que ponía en juego sus propias convicciones. 

— todos... quédense aquí, estarán a salvo, yo iré por el príncipe o Sloth... o — quien quisiera ayudarla, no habían muchas más personas con las que contar, su mirada bajó y sus ojos se llenaron de lágrimas pero pestañeó algunas veces para evitar que aquello se notara — o en quien pueda confiar,  nadie se atrevería a hacerme algo, y antes de que pase eso, su garganta estaría cercenada — mantiene el semblante serio, la postura firme y tomando un poco de aire.

— Ser Bernard, si quiere hacer algo, por favor cuide a Lord Alester y al septon Tiziano, sus vidas están amenazadas, y aunque crea que no es así, es mejor tomar las providencias del caso — sus mirada dura estaba en el hombre y luego miró a Alester y al mismo Tiziano, soltando un pequeño suspiro de cansancio, antes de caminar hacia la salida, sola. 

El caballero tuvo que observar a Lady Alyra y escuchar sus palabras las cuales le parecieron frías a pesar de la comprensión que manifestaba.

- Yo he dicho que mi lealtad esté con mi familia por encima de ustedes, yo lo que quiero es que los Risefeller sigan siendo leales a nuestros señores, como yo deseo serlo. Si yo fuera testigo de una boda a sus espaldas mi hermano no me escucharía cuando yo le dijera que seguir a Lord Alester es lo correcto. Si saben alguna forma de evitar eso me gustaría escucharla.

Trató de aclarar. Se había metido en una situación complicada de la que salir no parecía fácil pero no tenía otra opción. En realidad no parecía que su participación como testigo fuera imprescindible así que esperaba que al final las cosas salieran bien para todos.

- Si quiere marcharse no debería de ir sola, yo le puedo dar el puñal a Lord Alester y acompañarla.

Dijo finalmente mirando tanto a ella como al aludido, esperando que tuvieran esa posibilidad en cuenta.

Alester dejó que Ser Bernard diera su opinión al respecto ante Alyra y Tiziano. Como le había comentado al caballero, él ya tenía su título gracias a esos documentos; la boda iba a celebrarse pensando en la posición de la muchacha y en la vida del Septón. Y como necesitaban la participación de dos testigos, que Bernard estuviera de acuerdo o en contra era algo que les afectaba.

Marbrand comprendía la postura de Bernard. Por eso, cuando el Septón se mostró altivo y enojado con el caballero Risefeller, él intentó apaciguar su ánimo con gestos; pidiéndole que lo escuchara, pues al fin y al cabo hasta hacía media hora esa boda ni siquiera se la habían planteado.

Cuando acabaron su enfrentamiento, Alester se giró primero a Ser Bernard:

- Como os dije, Ser Bernard, Astrid y Tyler no tendrían por qué enterarse. Esta boda ha sido pensada como un mero seguro, en caso de que algo salga mal; en caso de que el Septón o yo muramos –explicó, aunque entendía que Risefeller se sintiera incómodo siendo partícipe de algo que le obligaría a mentir a su propia familia-. Pero, si todo va bien, nadie sabrá que ha tenido lugar. Celebraríamos una ceremonia más formal y oficial y será la única de la que se tenga constancia.

Pero, visto lo visto, tal evento tendría que aplazarse. Alyra parecía conforme con ello, al menos no parecía visiblemente en contra. El único que realmente se oponía era Tiziano, pero él no era quien debía casarse, así que la decisión final tenían que tomarla la joven Vaelys y él mismo.

- Septón, espero tener a Ser Bernard y a la familia Risefeller de nuestro lado en el futuro, pues siempre han sido los mayores aliados de los Vaelys. Si hay que esperar, se esperará –sentenció.

Cuando Alyra anunció que saldría a buscar al príncipe y a Sloth, Alester la tomó del brazo, intentando retenerla.

- No iréis sola a ningún lado, es una locura –dijo, soltándola y poniéndose frente a ella-. Estamos hablando de lo peligroso que es para todos. No solo para mí, no solo para el Septón; vos seréis la señora de la casa en cuanto nos casemos, tened por seguro que habrá quien pretenda haceros daño –opinó Alester, con uno tono que no dejaba lugar a la contradicción. Luego, siendo consciente de ese tono, adquirió uno más suave para continuar-. Sabéis luchar y defenderos, lo sé, pero si os pillan desprevenida, poco podréis hacer. Si vais a salir de aquí, que sea acompañada de alguien –Asintió con la cabeza cuando Bernard se ofreció.

- Y yo os acompañaré a vos, Septón, en estos próximos momentos hasta que llegue el momento –le prometió al anciano-. Si alguien intenta agredirnos a alguno de nosotros, se lo pensarán dos veces sabiendo que no caminamos solos. Haremos los responsos por Lord Rhys y, sin demora, anunciaremos mi proclamación como Señor de la Fortaleza de la Sangre, tras la cual nos casará a Alyra y a mí. Se hará todo consecutivamente, para que a nadie le dé tiempo a impedir nada. Si Astrid y Lenia quieren unirse y celebrar sus respectivos matrimonios tras el nuestro, serán bienvenidas a ello.

Dejó el camino libre para que Bernard y Alyra salieran y comprobaran que Sloth ya había hecho su trabajo y que el Príncipe se encontraba mejor. Pero ya había alguien entrando por la puerta.

Alester se estaba apartando para dejar pasar a Alyra y a Bernard, quienes estaban a punto de salir. En ese instante, sus ojos se posaron sobre Lady Lenia y Ser Galbart, quienes justo entraban en la sala. Frunció el ceño, confuso ante su repentina aparición, pues no imaginaba que nadie pudiera pensar en acudir a la biblioteca en una noche como esa.

Miró a Alyra, preguntándole con la mirada si ella sabía qué podían estar haciendo allí. Pero la forma más rápida de descubrirlo, lógicamente, era dirigiéndose directamente a aquellos cuya presencia había interrumpido sorpresivamente su pequeña reunión.

Dio unos pasos hacia ellos, adelantándose a los demás, antes de preguntar.

- Lady Lenia, Ser Galbart, ¿qué os trae por aquí? ¿Ha ocurrido algo? –Temía la respuesta. Pues la única opción que se le pasaba por la mente para su presencia en la biblioteca era que alguna otra tragedia se hubiera sucedido y la pareja les hubiera estando buscando para darles tal noticia.

El anciano estaba sentado, agotado por el terrible día que había vivido, su cuerpo flaqueaba por las faltas de fuerza y su corazón estaba despedazado por la muerte de sus amigos, sólo su espíritu y su mente estaban con él. Alzó la vista hacia el joven caballero mientras hablaba, que le ha ocurrido a éste muchacho? En que momento se nubló su juicio? Las palabras de Alyra mostraban aceptación, pero detrás de ellas denotaban algo que también a él le estaba sucediendo, ya no confía en él. 

- Que poco conoces a Astrid... créeme que si estuviese aquí se lamentaría tanto como yo de lo que haces - dijo en voz baja, sin ánimo de confrontar con Bernard, era más bien resignación, porque lo que el joven creía que ayudaba a Astrid y a Tyler, en realidad los perjudicaba. Nada podía cambiar el hecho de que Alester fuese a gobernar esa casa, lo que sí podía cambiar era el futuro de  Alyra, de Astrid y de los Risefeler. Como es que no lo entiendes? Darle la espalda al nuevo señor en éste momento era sentenciarlos a todos, no importa cuan dulces fuesen las palabras de Alester y Alyra hacia él, los hechos eran los que contaban y él les había negado la ayuda que necesitaban para asegurar su liderazgo y sus vidas, algo que difícilmente olvidarían. Negó con tristeza guardando silencio, joven necio, impulsivo y testarudo... a dónde irá a parar el reino con chicos así?.

Alester le hizo señas de que se calmase y el Septón asintió avergonzado, demasiadas emociones fuertes ese día y el hecho de posponer lo único que haría feliz a la dulce Alyra había provocado que perdiese el control - Discúlpenme, por favor-  y asintió. Estuvo de acuerdo con la negativa a que la señora bajase sola de la biblioteca y también en que Alester estuviese armado, era un modo de protegerse, pese a que jamás se habían empuñado armas en esa torre, el peligro seguía latente y hacía falta estar preparados.

- Respeto vuestra decisión, pero debo insistir en que es mejor que estén casados lo antes posible- dijo ante las palabras de Alester acerca de demorar la boda hasta después de encontrar el cuerpo de Lord Rhys. No lo hacía con la intensión de discutir el tema, solo era un recordatorio de su posición. Su mirada se posó de inmediato sobre la del caballero, y negaba levemente resignado. Que has provocado, muchacho? Que has hecho! 

Al entrar en la biblioteca, Lenia quedó frente a Ser Alester. La muchacha traía los ojos llorosos, mas mejillas coloradas, no muy buena cara pero parecía decidida.

Ser Alester : Lady Lenia, Ser Galbart, ¿qué os trae por aquí? ¿Ha ocurrido algo? 

- Muchas cosas, me temo - dijo con voz firme, la dulzura y felicidad que había sido parte del caracter de la pequeña Vaelys estaba casi a 0. - Quiero ... queremos, hablar con mi hermana Alyra - dijo mirando a Galbart y luego a los presentes.

- No tengo mucho tiempo y tampoco quiero malgastarlo así que seré rápida y directa, porque parece ser que hoy ya no tiene sentido ser cortés con todo lo que está sucediendo y por alguna razón siento que no hago más que perder parte de la información - Lenia clavó la mirada en su hermana Alyra.

- Está siendo posiblemente el peor día de mi vida y seguro que la sensación no es solamente mía - comenzó. - Primero la muerte de Fiona - apretó los puños, después de lo sucedido, apenas le dolía - La locura de madre y su salto ... y ahora ... - hizo una pequeña pausa y tragó saliva - Bajé con Galbart a las mazmorras en busca de padre y le encontré, pero no en el estado que yo esperaba, Sloth dice que ... un ataque al corazón acabó con su vida - Los ojos de Lenia volvieron a llenarse de lágrimas pero no las dejó escapar. - No se si lo sabéis pero si, padre también ha muerto - dijo con rabia en la voz - y John .... y ... - mordió su labio inferior - Sloth me dijo que tenéis pensado ser la que gobierne esta casa - La mirada de Lenia iba solamente hacia su hermana, ignorando al resto de presentes.

- Serás la mejor señora que estos muros puedan tener pero no quiero permanecer aquí, hoy iba a ser un día especial y ha sido una auténtica pesadilla - dijo con una amarga sonrisa - Galbart y yo, vamos a casarnos y no será aquí ... ni madre, ni padre están por lo que no necesito pedirle permiso a nadie para marcharme ahora mismo - bajó la mirada un instante, apenada por tener que dejar su hogar, pero en el fondo, deseando hacerlo. - No soy capaz de presenciar la misa de padre ... no quiero estar en estas tierras malditas ni un solo instante más - afirmó - Así que me marcho ... me despido de ti, hermana, porque no quiero que nadie piense que Galbart me secuestró y si váis a ser la regente de estas tierras, quiero que no esteis enemistada con Bosqueespeso por mentiras, me voy por voluntad propia - aseguró - Bajaré a despedirme de padre, a mi manera y sin testigos porque no soporto la presencia de la mayor parte de las personas que falsamente irán a despedirle - apretó los dientes nuevamente.

Se adelantó, pasado por al lado de Ser Alester hasta llegar a su hermana - Espero que lo entiendas - le dijo con la ternura que la situación le permitió - Es lo que deseo - miró a Alyra a los ojos.

No necesitaba su permiso, pero esperaba su conformidad.

El anciano se puso de pie cuando vio entrar a Lenia, una sonrisa volvió a su rostro  pero guardó silencio al ver rastros de lágrimas que habían salido de sus ojos. La joven se dirigió a su hermana y confirmó lo que Sloth les había contado, la muerte de Lord Rhys por causas naturales y el asesinato de John a manos del Targaryen. Quiso abrazar a Lenia, demasiado dolor padecían las hijas de su amigo, lo que iba a ser un día maravilloso se convirtió en su peor pesadilla.

Lenia parecía concentrada sólo en su hermana, y estaba decidida a irse de allí cuanto antes. Tiziano asintió con pena y ternura, las hijas de su amigo eran las únicas flores que aún quedaban en el jardín de esa casa, no le agradaba verla partir, no en ese estado, pero entendía que no pudiese quedarse. Lamentaba el hecho de no haber cumplido su promesa, quería enmendar eso pero no veía como. - Lenia, lamento tu dolor, vuestro dolor - dijo viendo a ambas niñas - Sus padres no hubiesen querido que padezcan éste sufrimiento, por el contrario, querían ver que se convirtieran en grandes mujeres, felices y dichosas. Sé que es difícil lo que les pido, pero por favor, levanten su ánimo y sus corazones, que no sean las lágrimas las protagonistas de vuestra despedida, me parte el corazón- imploraba el anciano a las hijas de su amigo, para que recobrasen su compostura. Luego mirando a los ojos a la tercer hija agregó - Hay algo que os prometí, un juramento ante los Siete, os lo merecéis y estoy dispuesto a hacerlo si me lo permiten. Lord Rhys y Lady Myriah lo hubiesen querido, y en honor a su memoria os ofrezco bendecir vuestro enlace aquí y ahora- su mirada pasó de Lenia a Ser Galbart, les había hecho una promesa que pensaba cumplir.

Cuando Lenia y Galbart entraron en la biblioteca casi se dieron de bruces con Alester, tras el cuál se encontraban Alyra, Bernard y por último el Septón. Sin duda algo había ocurrido en esa biblioteca, algún tipo de reunión pero de la que él no sabía nada no quería, el sólo deseaba irse a Bosquespeso con Lenia pero no antes de cumplir sus peticiones.

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El norteño teníaa intención de contestar cuando Lenia se adelantó y el hombrecito del norte con buen criterio quedó en silencio pues la pobre muchacha explicó toda la situación, tanto por el terrible descubrimiento de su padre muerto como su deseo compartido con Galbart de irse de allí. Galbart permaneció al lado de Lenia ante el grupo con un gesto ceñudo y rostro grave pues la situación era tremendamente dolorosa para la joven Vaelys.

Cita:

Galbart miró con ojos tiernos a Lenia, sin importarle la imagen que podría darles a los demás hombres, sabía lo que quería y a quién quería y era a la muchacha que tenía ante ella, momento en el que desvió su mirada a Alyra-Mis intenciones con tu hermana son las de convertirla en mi mujer y hacerla partícipe de mi vida en Bosquespeso y es lo único que quiero y deseo Alyra, te lo juro ante los Dioses Antiguos y Nuevos-dijo el norteño con tono solemne, momento en el que intervino el Septón.

Cita:

Los ojos del norteño se iluminaron al instante cogiendo una de las manos de Lenia, sus ojos brillaban y miró a Tiziano-Septón, no tengo miedo a equivocarne si digo que nos hace felices a ambos que nos uniera aquí y ahora y los aquí presentes tuviesen la amabilidad de ser nuestros testigos-dijo Galbart mirando a Alyra por un instante con una agradecida sonrisa para luego mirar a Lenia directamente a los ojos y besar el dorso de su mano-Querida ¿Estás lista para unirte a éste norteño?- Preguntó Galbart con una sonrisa llena de felicidad.

Al final su deseo se vería cumplido, casarse con una buena mujer y hacerla feliz, algo tan simple que siempre se le había negado a Galbart lo iba a lograr por fin.

Decidida, como su personalidad dictaba, iba a salir de ese lugar, a paso firme y con el fin de buscar a Sloth o a quien pareciese digno de su confianza, pero que Alester la sujetará del brazo lo hizo acreedor de aquellas miradas fieras de la doncella y que revelaban ese carácter fuerte, pero que se templaba cuando encontraba ojos amables que la apaciguaran, ¿cuantas veces su padre no tuvo que aplacar aquella fuerza indómita que se guardaba entre los libros y los manuales? No fueron pocas las veces que terminó herida y en el suelo por ese espíritu y que la obligaba a ponerse de pie de nuevo. Tal como ahora, aunque el dolor que sentía en ese momento, no tenía parangón. Alyra comprendió rápidamente que ese tono firme pero comprensivo la calmaba, comprendió que aquel hombre al que se uniría podría acogerla, con sus heridas y su juventud. 

Arrugó el ceño un poco pero este se suavizó, quedándose frente a su prometido y luego se volteó hacia Bernard que con su posición había hecho cambiar la postura de Alester sobre la boda, ella, quién también tenía sus dudas sobre aquel paso, asintió a su propuesta y se volvió a Bernard, pues si bien sentía que pudo haberla ayudado en ese momento, quizás los había hecho recapacitar de un paso peligroso y que levantaría demasiado polvo, Alyra tomó la mano de Alester, cuando él la soltó mientras le hablaba a Bernard.

— tranquilo, no se justifique más, comprendo, y creo que haría lo mismo en su posición, ser Bernard,han sido muchas cosas en poco tiempo y todos... todos hacemos lo que creemos mejor — ahí el sonrió, permitiendo algo más de empatía que antes, cuando se sintió superada y perdida en la idea de que no había nadie. Alester estaba, Bernard, también, porque estaba dispuesto a quedarse y prometía ayudarlos a interceder con Tyler, y calmar aquella guerra que podría levantarse entre las hermanas. Eso la relajaba, y mucho.

 — Alester, yo haré lo que tú estimes que es mejor, y mi amado maese Tiziano, los siete nos bendecirán, hemos llegado hasta aquí cuando no habían posibilidades de que eso pasara, confíe en ellos y verá que todo saldrá bien, mientras nos mantengamos juntos, — esa fortaleza de ponerse de pie y encontrar esperanza para seguir cuando todo estaba destruido o cuando se estaba en el suelo, eso era algo que distinguía a la joven Vaelys. 

Cuando Lenia entra en la biblioteca escucha las palabras de su hermana, su tono era alicaído pero estaba cargado de esa fuerza especial que ella tenía.

 y verá que todo saldrá bien, mientras nos mantengamos juntos, —

la doncella estaba tomada de la mano de Alester, pero cuando hombre se da cuenta de la presencia de la joven y su prometido la suelta y camina hacia ellos, preguntando por lo que había pasado, sin embargo, Alyra supo en el acto lo que había pasado, lo había encontrado. Alyra nuevamente palideció, aunque esa triste noticia, ya la sabía, sin embargo la certeza de ella era terrible. Apenas escuchó lo que dijo al principió su hermana hasta cuando reveló sus deseos de irse de ahí y que la reconocía o creía que sería la señora de la casa por eso le informaba de sus planes. Alyra la miró y sus manos heladas se levantaron al rostro de su hermana y con sumo cariño limpió sus lagrimas  sonriéndole con una pena contenida cuando la tuvo enfrente.

— nunca me gustó que lloraras, eres demasiado hermosa para mostrar pena en tu rostro — Lenía vería a su hermana con las ropas humedad y sucias con barro, su cabello era un desastre y su rostro revelaba el cansancio y la larga jornada en que ni siquiera había probado bocado desde la mañana — pero no es posible evitar sufrir, es inherente a la vida misma — la acercó a ella y la abrazó con todas sus fuerzas — no te preocupes hermanita, sé cual es tu deseo, y aunque preferiría que salieras de aquí casada, también sé que no es el mejor momento, ni el mejor día... ni mucho menos, en este día no debería celebrarse nada, y desearía con todas mis fuerzas que terminara rápidamente — se separó un poco de ella, y besó su mejilla.

— espero que esta unión los llene de felicidad, que la bendición de la madre y la doncella caiga sobre sus cabezas— miró a Alester y le regaló una sonrisa tibia y sincera, porque también creía haber encontrado algo bueno de todo aquello — Galbart, me agradas — dejó de lado los formalismos, tal como él lo hizo, pero intentó demostrar un poco de buen ánimo, aunque fuera sumamente difícil — y te llevas a una gran mujer, cuídala mucho, sino yo misma iré por ti, y no creo que quieras que eso pase  — no estaba segura si Lenia era lo que Galbart tenía en mente cuando llegó en busca de una esposa, pero al parecer eran felicites y estaban dispuestos a complementarse. Cosas inesperadas habían pasado, y afortunadamente no todas malas. 

— Lenia, te prometo que cuando vuelvas, con Alester, habremos limpiado toda la oscuridad y la maldad de estas paredes, y que nuestros hijos tendrán un lugar digno y pacífico donde estar... pondré todo mi corazón en eso y tu matrimonio será el inicio de la alianza entre nuestras casas que se volverán hermanas —  ahora miró a Galbard cuando Tiziano interviene y les ofrece casarlos a lo que el norteño estaba más que dispuestos, Alyra se queda callada y expectante ante la respuesta de su hermana,  al final se celebraría una boda al parecer, una boda llena de amor y esperanza. La joven se separó para ir donde Alester y tomarse de su brazo, algo le dice al oído para rápidamente volver su atención a su hermana.

— el septón querrá casarnos también, y ser mutuamente los testigos, yo... yo confió en tu decisión y lo que crees que es mejor para nosotros, sin embargo si ellos se casan, ya no será secreta nuestra boda y quizás podamos... superar todo esto, aliviar la angustia de Tiziano y asegurarnos nosotros, nuestras vidas,   — acarició con la punta de sus dedos el dorso de su mano cuando le dijo eso.— quizás podamos llamar a Astrid y casarla también... así nadie podrá decir nada y podríamos terminar todo esto, Alester... — se encoge de hombros, además, no menciona a Tabitha, su hermana era un caso especial y un tema que laceraba el alma de Alyra. 

Alester no podía decir que estuviera sorprendido por la decisión de Lady Lenia. Sabía que estaba deseando marcharse de la Fortaleza de la Sangre para ir a nuevo hogar con Ser Galbart. Pero sí le sorprendió la premura con la que querían abandonar el lugar, sin ni siquiera haber hecho un funeral por sus padres.

Por lo demás, nada de lo que anunció era nuevo para ellos, así que se limitó a asentir cuando comentó que habían encontrado el cadáver de Lord Rhys en las mazmorras-. Lo sabemos, Lady Lenia, nosotros mandamos a Sloth a buscarlo para hacer la ceremonia correspondiente –le dijo.

- Por supuesto, no necesitáis nuestro permiso para marcharos cuando gustéis –les dijo Alester a la  pareja-. Pero sabed que lo hacéis con nuestro beneplácito y que ninguno de los dos deseamos poner trabas a vuestra partida y a vuestro futuro enlace.

Fue testigo de la despedida entre ambas mujeres. Al parecer, Alyra no comenzaría su liderazgo con todas sus hermanas en contra, lo cual era de agradecer. Pero algo ocurrió que, tal vez, atrasaría la partida de la tercera hija de Lord Rhys: Tiziano se ofreció a celebrar la boda entre ambos en ese momento. Con gesto de curiosidad, pasó la mirada del anciano a Galabart, quien aceptó tal propuesta, y por último a Lady Lenia. Sin quitarles los ojos de encima, mientras esperaba a escuchar si ella también aceptaría, Alester tomó el brazo de su prometida y le contestó.

Justo después, Marbrand habló para todos:

- Ser Galbart, Lady Lenia, estábamos justo hablando de este tema cuando habéis entrado. Había propuesto celebrar la boda de las tres hermanas, Alyra, Astrid y vos, justo después de la ceremonia por los fallecidos Lord y Lady Vaelys. Entendería que no quisierais esperar, pues ya habéis expresado vuestra urgencia de marcharos de aquí cuando antes, pero os dejo la idea, por si aceptarais retrasar vuestra partida unos momentos más.

- El Septón está deseando oficiar una boda, la que sea, cuanto antes. Realmente, habiéndole ofrecido protección, no sé por qué se sigue resistiendo a esperar -comentó a Alyra entre susurros-. Buscar ahora a Astrid nos puede llevar un tiempo, no sabemos dónde está. Y luego habría que convencerla de este plan. ¿Crees que será sencillo? Porque si algo he aprendido hoy de Astrid es que luchará contra cualquier idea que propongamos y, sobre todo, cuando acabamos de quitarle lo que ella cree que le pertenece. Intentaré a ver si puedo convencer a tu hermana de atrasar la boda hasta el momento que había propuesto y celebrar las tres juntas. De esa forma, Astrid no tendrá tantos motivos para enfadarse.