Partida Rol por web

- Os entiendo perfectamente, y os agradezco la confianza. No preguntaré más sobre esa mujer, pero sí os ofrezco mi ayuda si creeis que hubiera algo que yo pudiera hacer al respecto.

Mordred se separó un poco, recobrando el tono de voz previo a ese comentario más íntimo.

- Me alegra ver que pensamos de igual forma, Ser Bernard. La Casa Vaelys necesita un Señor capaz de llevar el peso que ese nombre trae consigo, alguien que no hubiese dejado que un circo como este se llevara a cabo. Me temo que difiero en el nombre del candidato, sin embargo. No me malinterpretéis, vuestro hermano ha demostrado una inteligencia y un arrojo que debería ser anotado en muchos libros del arte de la guerra. Pero en cuanto supe que se celebraba esta fiesta, no pude apartar de mi cabeza lo absurdo que me parecía esta reunión de pretendientes. Comprendo que Lady Myriah intente afianzar el título en una de sus hijas, pero... ¿No tiene acaso esta Casa un heredero varón? Hablo de Ser Edric Colina, que no solo es familiar de Lord Rhys, sino que ha demostrado ser capaz de enfrentarse a las más duras pruebas y salir victorioso. Él, siendo un bastardo, ha conseguido ser nombrado caballero, y eso merece toda mi admiración. En mi opinión, él debería ser el nuevo Señor de Vaelys, tanto por méritos como por derecho de sangre. -hizo una pausa y tomó aire profundamente.- Esa es mi visión del futuro, Ser Bernard. Y no saldrá de mi boca una mala palabra hacia las jóvenes damas, pero soy de la opinión de que un caballero regiría esta Casa como es debido, y no ellas.

Le pilló un tanto desprevenido que surgiera el nombre de Edric Colina* de labios del general y eso se mostró en su mirada además de la pequeña pausa que hubo de tomar para pensar.

- Ese caballero no dudo que sea un hombre capaz. Pero fijaos bien en él, ha conseguido su título tan sólo matando y en su mirada se puede ver que es su principal característica, desconocemos por completo si tiene alguna otra habilidad que no sea esa y yo al menos siento incertidumbre. Si los Risefeller tuvieran que seguirlo, seguramente lo haríamos pero esperaría que demostrara alguna otra virtud aparte de la de matar. Y ahora pensad en esto. Las hijas se opondrán a él y eso no puede terminar sino con la muerte de ellas, pues no creo que hubieran más opciones. Me entristecería mucho que una o varias de las hermanas terminaran abruptamente sus vidas.

La proposición de Mordred no era fácil de digerir vistas las consecuencias.

- Mi hermano las trataría con respeto, a ellas y a sus aliados. Si hay algo que pudiera haceros cambiar de opinión y pudiéramos hacer los Risefeller con gusto os escucharía, general.

Creyó que en estas circunstancias era lo único que podía decir. 

- No está acudiendo nadie al comedor, temo que esté sucediendo algo en alguna parte.

- Yo tampoco quisiera ningún mal para las damas, y que se prepare el traidor que las ha atacado si conseguimos ponerle las manos encima. No, no me malinterpretéis. Desearía ver a Ser Edric como cabeza de la Casa, pero hay poco que yo tuviera derecho a hacer para que así fuera. De todas formas, creo que sois demasiado rápido en juzgar a Ser Edric. Quizás yo haya tenido más contacto con él y por ello vea más de lo que vos conocéis, pero creedme cuando os digo que no solo hay muerte en ese joven. Pero como ya os he dicho, no está en mis manos elegir el destino de los Vaelys. Y si vuestro hermano terminara tomando la mano de Lady Lenia, podéis estar seguro de que la Casa Rowain sería la primera en felicitarles y traer regalos. -su tono se volvió algo más sombrío.- Pero me temo que Lady Lenia tampoco es del todo clara en sus intenciones. Vos mismo visteis como fue directa a los brazos de ese norteño, Ser Galbart, cuando llegó maltrecha al recibidor. Y antes de eso, cuando llegamos los invitados, ambos se fueron muy discretamente casi al mismo tiempo por pasillos que deberían estar prohibidos para el norteño. Lamento tener que hablar de este modo de la dama, pero más me dolería ver el honor de un caballero amigo ser pisoteado. -se echó hacia atrás en la silla, como confuso.- ¿Veis? Ese es el problema que tengo con las mujeres de esta Casa: Me embriagan con su belleza y sus buenos modales, pero siempre parece haber un doble fondo en ellas. Tansolo hay una en quien podría poner mi plena confianza, y saber que ha podido sufrir algún mal me tiene con el corazón en un puño, ¿pero cómo puedo saber que incluso ella no se dejaría llevar por la pasividad de su padre o el subterfugio de su madre si heredara? -dejó escapar un suspiro.- Me gustaría hacer algo por ayudar, Ser Bernard. Pero no termino de ver el qué, más que encontrar a quien ha estado causando estragos en las damas. ¿Tenéis alguna sospecha sobre quién puede ser? He oido muchos rumores sobre mucha gente, pero ninguno especialmente revelador sobre este asunto.

Escuchó las palabras del comandante un tanto a disgusto. La joven Lenia tenía que ser más cuidadosa para proteger su reputación, Bernard prefirió creer que ella no habría llegado tan lejos aunque sí que pensaba que su hermano debía haber cortejado a Lady Astrid, no a la primera hermana que le sonrió. Poco se podía hacer ya a ese respecto, porque no sabía dónde se encontraba ninguno de ellos.

- Entiendo vuestras preocupaciones aunque debo decir que tanto Ser Tyler como yo mismo sabríamos manejar una situación así.

No quería darle vueltas a ese tipo de asuntos cuando como él mismo decía la situación era muy compleja y no tenían claro qué hacer.

- Alguien debió de envenenar a las muchachas durante aquella celebración privada. Si supiéramos de dónde venía el vino, o qué criado les atendió. Pero no sé si es prioritario teniendo en cuenta que Ser Tyler, de hecho nadie, está acudiendo. Y rondan rumores sobre la desaparición de Lord Rhys, del septón, en definitiva, todo parece haber salido de cauce. Si no termina de venir nadie al comedor tendríamos que movernos.

Mordred asentía despacio, con la mirada puesta en ninguna parte. Cavilaba sobre la magnitud de lo que podría estar realmente sucediendo, y sobre qué movimientos podrían hacer ellos en aquella situación.

- Desconozco la celebración privada de la que habláis -dijo tras unos segundos de silencio.-, pero parece una suposición razonable. Teniendo en cuenta que alguien del servicio es una rata traidora, si seguimos esperando a que nos acompañen aquí y allá lo único que conseguimos es que sepan en todo momento dónde estamos. Creo que deberíamos movernos sin esperar autorización, viendo el descontrol general no debería ser problema salvo si quisiéramos acercarnos a zonas protegidas por la guardia. -habló en voz más baja aun.- Ayer tuvimos un encuentro con la anterior ama de llaves de la Casa, Anna Arryn. Huyó por miedo a esos cuentos sobre un fantasma rondando estos pasillos, pero además nos contó que hay un cadáver en un pasillo secreto, en algún punto de la Fortaleza. Ella es la madre del criado Sebastian Rios, quizás él sepa algo sobre ese pasadijo. Desconozco dónde estará, pero la zona de los sirvientes está en el sótano. No deberíamos encontrar ningún impedimento. -miró a su alrededor, con cierta anticipación.- ¿Queréis que vayamos?

El caballero seguía un tanto inquieto y que no apareciera nadie debía de significar que los demás no iban a acudir. Al menos había logrado compartir algunas impresiones con el comandante. Era consciente de que en estos momentos habría que estar atentos y moverse juntos.

- Quiero mirar por las ventanas a ver qué sucede en los jardines. Después de eso podemos ir al sótano a ver al tal Ríos, o a ese fantasma asusta criados.

Ser Bernard se levantó y se acercó a las ventanas del lugar, queriendo observar lo que podía estar aconteciendo en la zona abierta. Deseó localizar a su hermano y poder formar un grupo mayor.

- No creo que haya nadie en los jardines con esta tormenta. Gran parte de los invitados deben estar apunto de venir aquí desde el Septo; varias de las damas estarán en sus aposentos, a saber con quién; el servicio parece igual de disperso, pero quizás encontremos a alguien allí abajo.

Se acercó a Bernard, junto a las ventanas. La lluvia parecía seguir cayendo con la misma intensidad.

- Iré avanzando hacia las cocinas -susurró-, donde quizás haya alguien preparando la cena. Venid en un rato, así nuestros movimientos aquí arriba llamarán menos la atención. Si Marvin llegara y preguntara por mí, que os dé cualquier recado que tuviera que darme y decídmelo cuando llegueis. -echó una mirada a William, asegurándose de que no podía oirles, y puso una mano en el hombro de Bernard.- Nos vemos en breve.

Mordred comenzó a andar de forma decidida, cruzando el gran comedor hasta salir a los pasillo de la fortaleza.

El caballero asintió al comandante. Quizá ir al sótano les permitiera averigüar cualquier cosa, o el paso previo hacia las cocinas.

No iba a salir todavía, pues le resultaba interesante saber si había movimiento afuera. Era en extremo sospechoso que el gran comedor siguiera vacío. A decir verdad, casi todo resultaba sospechoso últimamente. Nunca se había visto envuelto en una situación tan compleja y lo más seguro es que hubiera de desentrañar todo este misterio poco a poco. Tan sólo había que encontrar un hilo del que tirar.

Ser Lance se adentró en el gran comedor al ver que en el recibidor no había nadie, no encontrar a Sloth le pareció raro pues sería la segunda vez que incumplía los mandatos de su señora. Siendo un criado tan antiguo su falta de servicio le inquietaba, aunque podía tener ciertos privilegios debido a los años trabajados al servicio de los señores.

Por otro lado la noticia sobre Fiona era algo estremecedor, algo tremendamente malo le había ocurrido a la criada, también al no ver a Marvin que momentos antes les había insistido en que abandonaran la torre de los cuervos le dejó todavía más intrigado. En la estancia estaban el caballero Ser Bernard y William el sirviente, se dirigió entonces a donde estaba posicionado el caballero. Lo miró indeciso por lo ocurrido y una vez a su lado le habló: - algo está ocurriendo aquí, algo que está siendo provocado contra todo pronóstico. Primero el descubrimiento de la antigua ama de llaves en la posada del dragón borracho de haber visto un esqueleto en algún escondrijo del castillo, por otro lado la falta de servicio de los criados y la noticia sobre Fiona. Un invitado de la familia Targaryen que todavía no se le ha visto, una figura que aparece de una mujer con vestido blanco desde mi ventana. Al parecer este lugar está maldito, como bien decían los rumores y tampoco hemos visto al maestre ni al septón. No sé qué podemos hacer al respecto, ser Bernard. Le miró a los ojos al caballero esperando que pudiera darle alguna respuesta al respecto.

Bernard andaba ojeando por la ventana, sin nadie más en aquella amplia y acogedora sala, salvo uno de los siervos. Al poco acabó por llegar Ser Lance. El guerrero entonces optó por volver a su silla.

- Bienvenido, caballero. Un gusto volver a verle.

Comentaba un tanto frío por las preocupaciones acumuladas, y a tenor por las palabras que expuso el joven, la preocupación era compartida.

- Bien podemos iniciar una investigación por nuestra cuenta para aprovechar un poco el tiempo. En esta sala se está bien y a resguardo, pero ha terminado por quedar vacía.

Era curioso aquél tema de la mujer de blanco en la ventana. Le llamaba la atención y si había visto aquello, debía de tener algún significado. Pero al menos él permaneció impasible sin darle importancia.

- Lady Tabitha viene con vos o quedó en el septo. No querría salir de aquí sin saber de su paradero.

Indagó esperando que la muchacha no se hubiera quedado atrás. Pero acuciaban más otros asuntos.

- Lo único que podemos hacer es buscar un hilo del que tirar. También nos deberíamos de reunir todas las personas posibles y mantenernos juntos, mas veo que es muy complicado. Ya se suponía que a estas horas tendría que haber más gente aquí y ni hicieron el gesto de asomarse. Los sirvientes van a cenar muy bien a nuestra costa.

Comentó encontrando algo gracioso en aquél asunto. El guerrero acomodó su cuerpo hacia atrás, manteniéndose relajado pues bien sabía que pensaba mejor cuando estaba calmo.

- Igualmente Ser Bernard, me alegro que vos no esté tan contradictorio a mi ofrecimiento por ofrecerle el pésame por el fallecimiento de su hermano. Me gustaría honrarle dedicándole un rezo en la cripta, además también debo de rezar por mi amigo fallecido Alwen Vaelys, cuya capa llevo siempre para recordarlo. 

Lady Tabitha quedó en el septo junto a su madre, era una grosería permanecer por más tiempo, cuando la misma señora nos había alertado para que abandonaramos la estancia de inmediato.

Estoy de acuerdo con vos, pero creo que ya están investigando los demás invitados si no, ¿por qué no están aquí?, creo que es hora de investigar por nuestra cuenta pero antes me gustaría honrar a los difuntos. Estaba esperando un tiempo o espacio que estuviera solo para hacer tal cometido, y creo que ahora es el momento indicado para ello mientras la familia toma una decisión, se ordena la casa y se prepara la sala para tal acto que hemos sido invitados.

Nombrar a su hermano no era la idea más idónea, pues el semblante de Bernard se ensombreció. Que Lance se propusiera orarle en la cripta no dejaba de ser una buena intención que no sabía si podría llevar a cabo. El caballero prefirió omitir el tema tras un pequeño silencio, y después se acercó a él para poder hablarle en susurros.

- Venga conmigo. Sé por dónde se mueve Ser Mordred en estos momentos, investiga por la cocina, y puede acabar necesitando ayuda. Podemos acompañarle unos minutos y luego volver. Será más provechoso que andar aquí a la espera.

Sólo había logrado seguir la pista de Lance y Mordred. No se sentía cómodo con la situación. Si tan sólo supiera dónde diablos andaba Tyler.

El caballero vasallo de los Vaelys hizo una seña a Lance con la cabeza para ver si estaba dispuesto a seguirle. Miró después de reojo al criado que allí permanecía, indicando que no terminaba de fiarse. 

Ser Lance se dio cuenta cuando nombró al hermano de Ser Bernard como el rostro del caballero se ensombreció, más a un entristecimiento. Después el caballero entre susurros le comentó que fueran a la cocina para encontrar a Ser Mordred, - Gracias Ser Bernard por su ofrecimiento pero iré a la Cripta antes, luego le buscaré... Le dijo el caballero en tono amigable, y con un saludo de cabeza a modo de reverencia se dispuso a abandonar la estancia.

Ser Lance se dio cuenta cuando nombró al hermano de Ser Bernard como el rostro del caballero se ensombreció, más a un entristecimiento. Después el caballero le habló susurro: - Gracias Ser Bernard por su ofrecimiento pero iré a la Cripta antes, luego le buscaré... Le dijo el caballero en tono amigable, y con un saludo de cabeza a modo de reverencia se dispuso a abandonar la estancia.

El caballero asintió despacio. Creía que Ser Lance buscaba la cripta para investigar a su manera, pero él ya se había comprometido en cierto modo con Mordred en ir a apoyarlo. El hombre hizo un amago de sonrisa.

- Suerte y nos vemos pronto.

Comentó a Lance y sin esperar más fue a ver si encontraba al comandante.