Partida Rol por web

Galbart entró en el dormitorio que le habían asignado y se sintió complacido, estaba repleto de lujos, pero tampoco los necesitaba en exceso, su origen norteño le había enseñado a vivir con pocos o ninguno. La habitación estaba amueblada con gusto y excelentes materiales, maderas nobles y sedas puras, los Vaelys no escatimaban en gastos para sus nobles invitados.

Se desabrochó el cierre de la gruesa capa de pelo animal y la dejó con cuidado sobre una de las grandes sillas y caminó pesada y tranquilamente por toda la estancia, la madera crujía bajos sus pies, uniéndose con el sonido metálico de las hebillas chocando de sus botas de cuero. Tenía mucho en qué pensar, fue hacia la ventana principal abriéndola de par en par y admiró el paisaje, el verdor se extendía hasta donde alcanzaba la vista, los árboles, las flores de vivos colores, le recordaban a su hogar y el por qué se encontraba allí, la preocupación se abría camino y no podía apartarla de su mente.

Las hijas eran diametralmente opuestas, cada una buscaba algo diferente, con personalidades singulares y dudaba si alguna se fijaría en él lo suficiente como para querer esposarse con él. Era consciente de que su origen norteño, exótico para ellas, había descolocado a más de una, pero él no quería sorprender por su atractico exterior sino por quien realmente es Galbart Glover.

Y luego estaba la sorpresa de Fiona, lo último que esperaba era encontrarse allí con ella de nuevo. Se había convertido en un bonito y lejano recuerdo, pero verla allí de improviso le hizo recordar su encuentro en el riachuelo en el castillo Ironsmith. Se prometió intentar verla en algún momento, quería saber cómo había cambiado su vida tanto como para estar allí y qué habría sido de su hermano, deseaba que hubiese vuelto con vida.

Aspiró profundamente y apartó a Fiona de su mente. Dejó que el aire puro dejase su mente vacía, cerró los ojos y pensó en sus últimos momentos en Bosquespeso antes de partir. Estaba ante el gran árbol corazón, rezando por encontrar una buena mujer, que le amase y le diese descendencia, ser finalmente feliz. ¿La encontraría allí? lo desconocía totalmente. Se apartó de la ventana y decidió acostarse un rato, estaba cansado del viaje y no le vendría mal dormir algo.

Se quitó las botas, se tumbo sobre la mullida cama y cerró los ojos, sumiéndose en un sueño tranquilo y reparador.

A través de la ventana puedes ver:

En los jardines, conversando; Alyra, Astrid, Lenia, Septón Tiziano, Ser Tyler y Ser Bernard.

En la puerta principal: Ser Ulrich, Marvin Curton y Ser Cedric.

Tras descansar desde la ventana de su dormitorio Galbart pudo ver a varios caballeros en la puerta principal del castillo, así que decidió bajar a charlar con ellos, de momento bastaba con las hijas. Ya habría tiempo de hablar con ellas en la fiesta.

Al fin, ambos llegaron al dormitorio del norteño, cruzó la gruesa puerta de madera maciza y la cerró con el tacón de su bota, yendo hacia la cama-Lenia ¿cómo te encuentras? ya estas a salvo-la susurré al oído mientras la posaba con extremo cuidado sobre el mullido colchón. Galbart la miraba preocupado y tenso, un hilillo de sangre ya reseca, salía por la comisura de uno de sus labios-Espera, voy a por agua-dijo mientras se movía con urgencia.

Recorrió la habitación en largas zancadas, recogiendo una jarra de agua fresca, un cuenco de metal, una copa y unas pequeñas toallas de mano, hechas de lino, volviendo a su lado con presteza, humedeció el extremo de una de las toallas en agua que había vertido en el cuenco previamente y comenzó a limpiar la sangre con esmero y cuidado, mientras que con la otra mano le tocaba la frente con el dorso de la mano-Uhmm...estás algo caliente, puede que tengas algo de fiebre-dijo frunciendo el ceño, así que cogió otra de las toallas la empapó en agua y la colocó sobre su frente.Esto te aliviará un poco Lenia-dijo en voz baja acariciándole el cabello.

-Lenia...querida, despierta, estoy aquí a tu lado...-los ojos del norteño miraban cualquier signo de respuesta y parecía qu quería abrir los ojos, era imposible que hablase, así que tuvo que recurrir a papel y pluma. Pero eso podía esperar-Lenia, intenta beber un poco y enjuágate la boca, debes quitarte ese sabor desagradable y ya verás como estarás más cómoda-dijo Galbart acercándole la copa con agua.

El norteño apretó la mandíbula tenso al ver el lamentable estado en el que se encontraba la joven, si encontraba al responsable de tal atrocidad, se lo haría pagar, por los Antiguos que lo haría.

Cuando Lenia notó como su cuerpo "descendía" y se acomodaba en un mullido colchón, sintió gran alivio, no porque los brazos del norteño fueran incómodos ni mucho menos, si no porque significaba, que por fin, estaba a solas con el. Abrió los ojos lentamente cuando Galbart empezó a limpiar con mimo su barbilla y trató de sonreirle, ni 24 h hacía que se conocían y ya cuidaba de ella, sería un gran marido, si lograba llegar a ello.

Con ayuda de Galbart, Lenia pudo llenar su boca con un poco de agua y escupirla, salió ligeramente rojiza debido a la sangre, pero lo cierto es que ese metálico sabor había bajado. No hablaría más por voluntad propia y por temor a que su delicada garganta volviera a sangrar, temió, ¿y si le pasaba algo? ¿y si se moría?.

La tela húmeda en su frente también le reconfortó, se sentía ligeramente mejor en cuanto a fuerza, aunque no notaba mejoría alguna en el resto de sus sentidos. Se sentía incapaz de levantarse o andar.

Miró a Galbart y sonrió, pues es lo único que podía hacer, buscó su mano y apenas la apretó, pero al menos la cogió. Quería ... debía hablar con el, quizás el supiera leer los labios como Oberyn.

" **albar* "

Movió los labios lentamente viendo si era el caso.

" Mi **mana tabita "

Necesitaba saber que había pasado con su hermana, había fallado en la tarea de cuidarla, al perder el conocimiento le había perdido la pista, ¿y si le pasaba como a Fiona?

Al fin Lenia abrió los ojos y el norteño sonrió feliz-Eh, bienvenida, has estado prácticamente inconsciente pero he notado tus esfuerzos, eres una mujer dura y decidida, digna de un norteño-Galbart sabía perfectamente que significaban esas palabras y sabía que Lenia también entendería su significado.

-Ten mucho cuidado y no fuerces la voz necesita descansar al igual que tú-dijo al ver el líquido rojizo que había escupido la joven Vaelys. Mientras se encontraba secándole con cuidado el sudor que perlaba sus mejillas, Lenia intentó hablar de nuevo-Serás testaruda...- susurró con una media sonrisa intentando leer sus labios.

Cita:

-Lo siento, pero no sé nada de ella desde que la vi en el jardín..-dijo con cierto pesar mientras acariciaba su templada mejilla-Pero aunque sea duro es necesario que descanses y te mejores, tanto esfuerzo no te ha hecho bien..- Galbart la miró con tristeza. Aquella muchacha llena de vida se encontraba ahora postrada en su lecho, pálida y débil.

-Intenta relajarte querida, tiene que reponer fuerzas- susurró mirándola frente a frente con las narices casi rozándose-Si os pasase algo, no sé de qué sería capaz-y sin más dilación posó sus labios sobre los de Lenia, un beso suave y delicado, para luego separarse y ponerle otro paño de agua fría en la frente.

Eh, bienvenida, has estado prácticamente inconsciente pero he notado tus esfuerzos, eres una mujer dura y decidida, digna de un norteño-

Lenia sonrió debilmente, de haberse encontrado mejor, posiblemente su sonrisa habría sido la más brillante del día, puesto que el hombre por el que empezaba a sentir cosas, le decía que era digna de el.

 Serás testaruda...

"Acostúmbrate" pensó para si misma mirándole con ojos risueños. 

Lo siento, pero no sé nada de ella desde que la vi en el jardín..-dijo con cierto pesar mientras acariciaba su templada mejilla-Pero aunque sea duro es necesario que descanses y te mejores, tanto esfuerzo no te ha hecho bien..-

Su gesto se torció ligeramente, estaba preocupada por ella, ¿y si le había pasasado algo? Galbart notó, no solo en la mirada de Lenia, si no en sus facciones, que se encontraba nerviosa por no saber donde estaba su hermana.

 -Intenta relajarte querida, tiene que reponer fuerzas- susurró mirándola frente a frente con las narices casi rozándose-Si os pasase algo, no sé de qué sería capaz-y

Ante el dulce y ligero beso que el norteño le ofreció a la joven, esta se calmó, extendió la mano y le acarició suavemente la mejilla y la barba. Quería comunicarse con el, tenía muchas dudas pero el estaba preocupado por su salud y cada dos por tres le diría que se relajara.

Hizo un gesto como de escribir, le haría las 3 preguntas más importantes y se relajaría, se prometió a si misma. 

Lenia intentaba mostrar su dulce y amplia sonrisa que tan sólo hacía unas pocas horas le había brindado, pero Galbart sabía que le estaba costando un triunfo mantener esa entereza.

-Sé que estás preocupada por ella pero tú no estás en condiciones de hacer mucho-el norteño sonrió con tristeza-cuando estés un poco mejor te ayudaré a buscarla, te lo prometo- aseguró.

Cuando vió el gesto de Lenia pidiendo algo para escribir el norteño se levantó-No tengo pizarra pero sí papel y tinta, espera-dijo con una pequeña sonrisa.

Cogió la pluma, tinta y papel acercándoselo a Lenia-incorporate un poco-dijo ayudándola para apoyar su espalda en el cabecero de la cama y a continuación le dió el material de escritura-toma, dime ¿Qué necesitas?- preguntó Galbart con interés.

Lenia tomó la pluma, sintió como le temblaban las manos, mojó esta en la tinta y con trazo inseguro y no tan elegante como sus últimas escrituras, escribió varias palabras formando tres líneas.

- Han matado a Fiona, una de mis sirvientas
- No se donde está mi padre, temo por el
- Quiero irme de aquí, contigo

Después, alzó la vista y le miró con los ojos llenos de lágrimas, temía por la vida de su padre y de sus hermanas, más que por la suya propia, pero quería irse de allí, por alguna extraña razón sabía que si se quedaba, su destino sería el mismo que el de Fiona.

Miró el norteño con espectación cómo la joven escribía en el papel con pulso tembloroso y leyó con detenimiento el texto cuando terminó de escribir.

Cita:

Galbart apretó la mandíbula al leer la última frase y la miró con ojos tiernos.

-Siento inmensamente lo de Fiona, Lenia. Desconozco dónde está tu padre, pero han llegado a mis oídos rumores de que podría ser seguidor de los Targaryen, no sé si es cierto, pero da que pensar que no haya hecho acto de presencia desde el desayuno..-dijo mirándola con pesar-y... Lenia yo también quiero irme de aquí contigo-cogió la mano de Lenia entre las suyas haciéndola prácticamente desaparecer-Le pediré tu mano a tu madre cuando la vea y te sacaré de aquí, te lo juro-sentenció-y si llega a ser necesario escaparás conmigo, aquí no estás segura, tu vida corre peligro Lenia- afirmó el norteño acariciando su mejilla con suavidad.

pero han llegado a mis oídos rumores de que podría ser seguidor de los Targaryen, no sé si es cierto, pero da que pensar que no haya hecho acto de presencia desde el desayuno..

Lenia escribió un nombre sobre el papel.

" Viserys Targaryen " y apretó la mandíbula con odio, miró a Galbart con furia a los ojos, no hacia el, si no hacia el nombre que acababa de escribir, hizo ademán de echarse a llorar de rabia mientras tachó el nombre con furia, rompiendo hasta el papel, le odiaba, le odiaba con todas sus fuerzas y cada vez estaba más segura de que el había hecho todo aquello, lo de su garganta, lo de sus hermanas ... todo.

-y si llega a ser necesario escaparás conmigo, aquí no estás segura, tu vida corre peligro Lenia

Lenia se secó las lagrimas, estaba agotada, dolorida, aterrada ... pero no podía quedarse en cama, necesitaba hacer algo, por su familia, por su futuro con el norteño. Trató de tomar aire, llorar no le venía bien para su garganta cada vez más dolorida, otra vez el intenso sabor a sangra se le acumulaba en la boca.

Miró el papel, rayado y roto y bajó la mirada entre avergonzada y cabreada de nuevo, pero al mirar al norteño, ese fuego se apagó suavemente. 

La respuesta tan violenta de Lenia solo significaba que ya estaba al tanto y su furia se hizo palpable pagándolo con el papel, desgarrandolo hasta hacemos añicos.

Comenzó a llorar desconsolada y Galbart la abrazó, una mezcla de rabia, dolor e impotencia, embargaban a la joven y Galbart sabía lo que era eso.

-Si Lenia...lo sé, lo siento mucho-dijo acercándole otra copa con agua para que se enjuagase-Intenta no hacer esfuerzos, sino vas a terminar muda ¿Y que haré yo si no te escucho más? Serás muy aburrida-dije guiñándole un ojo. Había veces que en los momentos más amargos los sentimientos positivos era los mejor bienvenidos-quiero volver a escuchar tu dulce voz y quiero oírte prometer y jurar ante el Gran árbol corazón, junto a mí-el norteño sonrió con mucho más que afecto.

-Sé que quieres hacer algo, pero estás muy débil y no pienso dejarte sola, soy muy testarudo, hazte a la idea a partir de ahora-le dió otro tierno beso. Sus labios estaban ligeramente fríos por el agua recién bebida pero pronto se tornaron tibios con el contacto de los del norteño-Todo saldrá bien Lenia- prometió-pars bien o para mal saldremos de aquí-

Intenta no hacer esfuerzos, sino vas a terminar muda ¿Y que haré yo si no te escucho más? Serás muy aburrida-

Lenia sonrió de manera sincera y asintió, se prometió a si misma tratar de sanar, para poder volver a hablar con el, la conversación que habían tenido fue de lo más entretenida, no quería perder la oportunidad de volver a charlar. 

quiero volver a escuchar tu dulce voz y quiero oírte prometer y jurar ante el Gran árbol corazón, junto a mí

Los ojos de la muchacha se iluminaron porque se imaginó vestida con el vestido más hermoso que pudiera existir, en tonos dorados y blancos, con el pelo lleno de flores, ante Galbart, jurando su amor, un amor eterno, lleno de complicidad, comprensión, pasión. Su corazón latió con mas fuerza, cada vez tenía mas claro que el era su destino y haría cuanto fuera necesario para irse de allí, junto con el. 

Sé que quieres hacer algo, pero estás muy débil y no pienso dejarte sola, soy muy testarudo, hazte a la idea a partir de ahora-

Ambos eran testaruros, Lenia sonrió, porque iba a ser una vida muy divertida la de ambos, aunque esperaba que esa testarudez no supusiera un problema a la larga.

 Todo saldrá bien Lenia- prometió-pars bien o para mal saldremos de aquí-

La muchacha asintió, confiaba en el, pero tenía claro varias cosas, Viserys iba a pagar por todo lo que le había hecho, el y todos los que la habían dañado, pero sobre todo el. Entrecerró los ojos y se acurrucó contra el pecho de Galbart. Descansaría un poco, dejaría a su garganta reposar, tomaría lo que el maestre le dijera que debía tomar pero se vengaría de Viserys Targaryen y después, se marcharía con Galbart a vivir la vida que soñaba junto a el.

Los ojos de Lenia, hablaban con claridad, su expresividad era increíble y aún sin poder hablar, el norteño comprendía lo que sentía ella, cuando él hablaba-Lo sé, ese maldito Viserys pagará por su osadía-dijo Galbart, besando la mano de Lenia para luego recibirla entre sus brazos, besó su cabello y la abrazó con mimo, aquella joven había llegado a lo más hondo de su ser y no iba a permitir que no le ocurriese nada malo, más hallá de su dolencia de la garganta.

-¿Sabes? te he echado mucho de menos en la comida, todos bebían sin parar, pero yo sólo podía pensar en tí-la miré con una sonrisa de felicidad-Me temo que esa escapada furtiva que habíamos planeado tendrá que esperar-dijo guiñando el ojo divertido.

Lo sé, ese maldito Viserys pagará por su osadía

Al escuchar como Galbart maldecía a Viserys, Lenia le miró con ternura, alzó su mano para volver a acariciarle el rostro, ¿como podía un desconocido aportarle tanto? porque, siendo lógicos, Galbart era un desconocido, apenas hacía 12h que le conocía y ya estaba completamente en sus manos. 

-¿Sabes? te he echado mucho de menos en la comida, todos bebían sin parar, pero yo sólo podía pensar en tí-

Las mejillas de Lenia tornaron a un pálido rosado, de encontrarse bien, seguro que hubiera sido su lozano sonrrojamiento, pero ahora, apenas eran rosadas. Ella quería decirle que también, aunque las palabras no le salían.

 -Me temo que esa escapada furtiva que habíamos planeado tendrá que esperar

La muchacha hizo una mueca, la escapada ... era cierto, ojala pudieran escaparse pero Lenia no llegaría muy lejos. Notó nuevamente el sabor metálico en su garganta y puso cara de asco. 

Se recostó en la cama y con un gesto debil le pidió a Galbart que la abrazara, en sus brazos se sentía cómoda, segura. Sabía que alguien podía entrar en cualquier momento, pero ya, que mas le daba ... iba a casarse con el, lo tenía completamente decidido. 

Aunque Lenia no podía hablar sus leves gestos y reacciones le bastaban al norteño para entenderla lo suficiente. Su gesto de desagrado era claro de reflejo de que su maltrecha garganta seguía herida-Toma bebe un poco de agua y escupe-dijo con suavida mientras le acercaba la copa, para que le diera un sorbo y se enjuagase de nuevo.

-Sé que es duro, pero debemos tener paciencia querida, debes reponerte y coger fuerzas-acarició su mejilla con el dorso de la mano y cuando ella le pidió un abrazo él lo ofreció gustoso. Sus brazos rodearon a la joven Vaelys como un oso protege a sus crías, su ancha espalda ocultaba a la vista el pequeño cuerpo de Lenia. Separó unos centímetros su rostro y miró a Lenia fíjamente-Vine a buscar una mujer con pocas esperanzas, pero estoy totalmente seguro de haberla encontrado y está frente a mí-dijo con ternura mientras la besaba con suavidad. Sus labios aún frescos por el agua fría entraron en calor al instante al unirse a los del norteño.

Galbart sabía que debían de hacer algo, no podían quedarse allí eternamente, pero hasta que Lenia no estuviese mejor no debía moverse y ni siquiera podía caminar. Nuevamente se juró que sacaría a su amada de allí costase lo que costase.

Lenia se aclaró la garganta y se sintió ligeramente aliviada, imaginó como sería la vida con el, como iba a cuidar de ella, le gustaba la sensación de que el la cuidase.

Vine a buscar una mujer con pocas esperanzas, pero estoy totalmente seguro de haberla encontrado y está frente a mí-

La muchacha sonrió de nuevo, quería irse con el, en ese instante, recuperarse en sus tierras, olvidase de todo lo que estaba pasando. Entonces recordó la imagen de Fiona muerta y se encogió entre los brazos de Galbart, estaba segura de que Viserys tenía algo que ver con todo eso, no estaría a salvo mientras Viserys estuviera vivo. 

Se acurrucó entre los brazos del norteño intentando olvidar, sin separar la vista de la puerta. Cuando quiso darse cuenta, se estaba quedando dormida.

Lenia entro lentamente en un sueño tranquilo entre los brazos del norteño y él no pudo más que mirarla y observar como su rostro se dulcificaba al quedar dormida. Acariciaba su pelo mientras su cabeza bullía pensando en posibles soluciones para tan duro problema, frunció el ceño y comenzó a respirar acompasadamente junto con la respiración de Lenia para relajarse y aclarar su mente. Estos problemas habían sido sólo el comienzo de algo más grave.