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Castillos y Caballeros

Torre de los Cuervos > Primera Planta > Capilla: El Septo de los Dioses

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27/06/2018, 16:18
(1) Septón Tiziano

Estaba aún llamando a los guardias cuando una nueva voz lo increpó. Se volteó hacia la puerta y vio como uno de los invitados y el Mayordomo habían entrado a la capilla sin que siquiera lo hubiese notado antes. Sintió una gran incomodidad, en parte por haberlos ignorado involuntariamente y en parte por sentirse agredido por jóvenes impertinentes. Estoy viejo, antes estas cosas no me pasaban, pensó. Lo que sucedió después era un verdadero escándalo, algo inaceptable en una Capilla de los Siete, menos con el cuerpo de Fiona presenciando toda esa desgracia. Unas voces se alzaban sobre otras, entre rumores y calumnias, todas sedientas de poder, sin tener en cuenta el dolor de la familia Vaelys, tras la noticia de la muerte de Lord Rhys, aún no comprobada. Sentía como las fuerzas de su cuerpo lo abandonaban, y tras las últimas palabras de Oberyn, trastabilló y cayó de rodillas al piso, atajándose con las manos para no lastimarse.

Se incorporó con dificultad, haciendo señas a Evan para que lo ayudase - Dónde está Merol?- preguntó molesto mientras se ponía de pie. - Principe Oberyn, que grato es conocerlo, usted goza en Dorne de un poderío que no se compara al de ninguno de nosotros. Sin embargo, debo recordarle que no está en Dorne, sino en tierras Lannister. Usted es un invitado más de los Vaelys en esta Fortaleza y un creyente más dentro de esta Capilla. Los comentarios hostiles hacia mi persona y la falta de respeto sobre la familia no es algo que esté dispuesto a tolerar, así que en adelante no pierda de vista su lugar, señor - dijo con severidad  pero sin rencores - Tiene razón en que soy un sirviente, sirvo a la familia Vaelys y a los Siete, y ellos me confiaron la autoridad en esta Capilla, así que sí, puedo llamar a un guardia cuando lo considere necesario - aclaró ese tema antes que ninguno.

- A todos ustedes les pido respeto. Se guían por rumores y mentiras, hablan sin fundamento e insultan el descanso de Fiona, que yace frente a sus ojos y ni siquiera guardan silencio cuando se los pido. Acaso disfrutan de este escándalo? Nadie tiene pruebas de una sola palabra de lo dicho, pero insisten en atormentar a los Siete con sus conspiraciones - había pasado años sirviendo como Hermano Mendicante y despreciaba la arrogancia de los nobles.

- No detendré la boda por calumnias, y mi única guía es el amor que estas niñas guardan dentro. Si un traidor engañó sus sentimientos, entonces que luego sea juzgado por el Rey conforme a las leyes de los hombres y el matrimonio será anulado. Los Siete saben bien quién es quién aquí dentro y no podrán escapar a ese juicio que tarde o temprano caerá sobre todos los que hacen el mal. Pero no detendré la boda ni entristeceré el corazón de estas niñas por ningún rumor. Astrid, Alyra, las casaré primero como he prometido, luego a Lenia y a Tabitha. Dudo que vuestro padre esté muerto, pero si realmente es así, él quisiera más que nadie que sean felices, y cumpliré su voluntad. - dijo y luego se volteó hacia la cuarta hija - Alyra, aún no has dicho con quien quieres casarte, por favor dilo, si es que aún quieres hacerlo - 

- Príncipe Oberyn, estuve buscando esos pasadizos por horas junto a Merol, tengo sospechas al igual que usted que un sirviente está involucrado con los extraños accidentes ocurridos, aunque admito que ignoraba que esa estatua fuese la entrada. Mi asistente está junto al Maestre ahora, ya debería haber vuelto, puede que él haya encontrado la otra entrada - indicó a uno de los soldados que fuesen a buscar a su asistente a la Torre del Fénix. - Pero aún así, esa discusión no tiene porqué demorar la boda ni atormentar el descanso de Fiona, resolvamos eso luego en un lugar más adecuado - dijo.

Por último se volteó hacia Alester - Dije que no lo encarcelaría, y no lo haré. Los guardias son para que lo acompañen a que se retire de la sala por sus incansables ofensas a esta familia y a los Siete. Ninguno de los presentes conoce el apellido de Caelus, que así como yo hizo sus votos y renunció a su vida pasada para servir a esta familia. Él ocultó esta información a todos los Vaelys, y me mintió en la cara cuando le pregunté. Recuerdo que cuando los hijos de Lady Myriah enfermaron, él dijo que no había cura... si uno de ellos estuviese vivo su sobrino no heredaría en caso de que sus dichos fuesen ciertos, verdad? Y si alguna de sus hijas se hubiese casado antes de que Lord Rhys muriese, en caso de que realmente esté muerto, entonces su sobrino tampoco heredaría, no es así? Casualmente era Caelus, quien a todos nos mintió, quien juraba cuidar a la familia sobre todas las cosas, pero hoy todas sus hijas están enfermas y cada uno de los hombres murió de una enfermedad desconocida, y "casualmente" lo hicieron en el momento oportuno para dejar libre el camino de su sobrino. Señor, esto es demasiado turbio como para que intente convencernos de que es el legítimo Señor de esta casa. Su única prueba es la palabra de su tío, que es un mentiroso y un traidor. O acaso ustedes, Evan y Kyle, no han visto la negligencia con la que trató las heridas de Fiona muy poco antes de que falleciera? No se estaba comportando de un modo extraño a su parecer?- la traición del Maestre era demasiado grande como para dejarla pasar.

- No creo que Lord Rhys esté sin vida, hasta no tener pruebas oraré por su salud como hasta ahora, pero si así fuese, usted no puede heredar nada a menos que se case con una de las hijas de Lord Rhys. Oberyn está en lo cierto en algo, si las leyes de los hombres no son suficientes, entonces están la de los Siete. Las de los hombres son claras, el hijo varón tiene privilegios sobre la mujer, así como el primogénito sobre el segundo hijo, por tanto son los hijos varones de los hermanos Vaelys quienes heredan en caso de que Lord Rhys muera antes que sus hijas se casen. Y hay solo un varón en línea sucesoria, que casualmente es mencionado con nombre y apellido, Ser Edric Colina. Usted, en caso de que sea cierto que es hijo de la hermana de Lord Rhys, aún así no es hijo de "un" Vaelys varón, no proviene de un linaje de hombres, y además que no cuenta con el apellido de su familia, por tanto no puede heredar sin estar casado. Pero pierda cuidado, si los Siete tienen que definir, ya sabe que no cuenta con su favor y que los crímenes de su tío pesarán sobre usted - dijo, y se volteó hacia la estatua de la madre, dispuesto a comenzar con la ceremonia.

Notas de juego

Ya de regreso! Perdón el largo del post, había mucho que contestar! (y hubo mucho que tuve que dejar fuera para que no se duerman XD).

Es todo un tema la entrada de nuevos personajes en escena, la verdad que no se nota a menos que uno revise todos los destinantarios cada vez que hace un post. Tiziano jamás hubiese ignorado la presencia de Evan ni Oberyn dentro de la Capilla. Me disculpo como jugador por no haberlos considerado en la escena antes.

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27/06/2018, 18:04
(0) Ser Bernard Risefeller

Para su sorpresa, Oberyn no sólo evitó hablar de rumores sino que directamente contaba con uno relacionado con él. Expuso toda una serie de acontecimientos inexistentes que causaron que Bernard abriera los ojos y la boca desconcertado, mostrando su estupor cuando resultó que el supuesto fraticida era él mismo, entre otras varias locuras que le golpearon de forma que no había esperado. El caballero negó con la cabeza, sabiendo que debía de responder y no debía hacerlo con violencia. Con los años, había aprendido a controlarse, pero lo que él consideraba control quizás no era suficiente. Por fortuna en ese momento, el septón tomó la palabra con tranquilidad y el caballero hubo de callarse, observando a la víbora roja entretanto, hasta que Tiziano se puso en marcha de nuevo. Con el paso de los segundos, había logrado serenarse un mínimo y lo que podían haber sido gritos quedó en unas palabras dirigidas al Martell.

- Yo no maté a mi hermano, ni quise su muerte, ni le traicioné nunca. Por lo que yo sé murió en una batalla que fue nefasta. Ya le he explicado a Lady Myriah mis sentimientos hacia Lady Astrid, que no consisten en ese amor irracional que ha planteado sino en un enamoramiento de juventud que se terminó por esfumar, y a Lady Alyra ya le expliqué mis sentimientos hacia ella, que son bienintencionados. Siempre las he tratado con respeto y sinceridad. Ninguna de esas tres acusaciones es cierta, príncipe. Ojala no tenga más acusaciones contra mí, porque es mi intención ayudarle a buscar al traidor, junto a quien se una a esta tarea.

Sin querer decir más pasó a atender los detalles de la boda.

Notas de juego

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27/06/2018, 21:37
(0) Alyra Vaelys

Sostuvo la mirada de Evan, un largo rato, los ojos de ella revelaban el gran pesar que reinaba en su corazón y hubiera preferido poder explicarle la razón de sus actos, pero no había tiempo ni era el lugar, ni en esa vida de seguro, pero si pudiera decirle algo, sería que la perdonara, que el deber era mayor, que incluso el amor por su familia era mayor que todo, proteger su futuro y el bienestar de todos y también cumplir su anhelo, el ser reconocida. Lo miró, no sería feliz siendo solo una esposa criando hijos, se sentiría vacía e inútil, incluso prefería la vida errante de un caballero que aquella que cualquier otra mujer desearía. Ser amada, respetada, vivir tranquila. 

Había hablado con Bernard lo que también cambiaría el ánimo del hombre que intentaba demostrarle que sus sentimientos eran genuinos y le creía, más luego de la propuesta que le había hecho y que significaba ir en contra de todo lo que el hombre amaba, por eso mismo debió rechazarla, su deber moral era superior a tomar esa oportunidad que seria más pacifica, un especie de término medio, pero el fantasma de Astrid siempre estaría ahí, presente. Era momento de hablar, se dijo, y por unos segundos buscó a Alester, el septon había explicado demasiado bien todo, aunque no lograba entender del todo sus pasos, no sabía a qué estaba jugando y si ella era parte de toda esa maraña. De hecho, sí lo era, y muchos de los de ahí lo eran, a excepción de su hermana Lenia que había conseguido lo que tanto deseaba. Deseo que se apartara, de hecho, deseo que no estuviera ahí para presenciar la miseria que había tras el telón de sus vidas. 

 príncipe Oberyn — se esperaba que dijera otra cosa, incluso, que se quedara callada, que no insistiera en nada de lo que estaba haciendo, su madre había declarado a los cuatro tiempos sobre su amor por Evan y Bernard también había hablado de amor, sin contar que Alester había dicho que se casarían, pero no, no iba a hablar sobre aquello, — lo que dice sobre ser Bernard es extremadamente grave, e intuyo que no diría nada de ese calibre sin tener pruebas contundentes, pero de ser así, no estoy segura que este sea el lugar adecuado para llevar a acabo un juicio, por otro lado, creo en la sinceridad de Ser Bernard y cómo ha intentado ayudarnos, y puede ser que aún sienta algo por Lady Astrid, pero es también cierto que está incluso dispuesto a ser testigo de la boda con su propio hermano, sin embargo, me cuesta verlo como un fraticida, — sus hombros estaban inclinados hacia atrás, erguida, sin mostrar la debilidad que la aquejaba — incluso más allá de sus palabras ahora, sino por sus actos durante tanto tiempo para con nuestra familia y su bienestar, así que... lo que correspondería sería una acusación formal, y terminar así con los rumores sobre los Risefeller y la muerte de su hermano mayor, ya tenemos suficiente con tantos rumores de los cuales muchos han escuchado y seguramente hecho oído, incluyéndome —.

Hizo una pausa, y sus manos fueron delante de ella, miró de nuevo a Evan, era evidente el ánimo de despedida de aquel gesto que le estaba dando, ojalá supiera que no era por un amor de pareja, no era que se hubiera enamorado, ojalá entendiera que era por otras razones aún más poderosas. 

 sobre lo que ha dicho el septon Tiziano, si he manifestado con quién deseo casarme, y es con ser Alester por todas las razones que ya he dado, el amor por la familia y su bienestar debe ser siempre lo primero que mueva a cualquier noble que reconozca su lugar en este mundo — se gira hacia el hombre que en cuya cabeza pendía una espada de Damocles — Ser Alester, ¿jura que no tiene nada que ver con las confabulaciones contra mi familia, mi padre, mis hermanas, ya sea directa o indirectamente? ¿jura que protegerá a mi familia y a la casa Vaelys con su vida, que tomará nuestro apellido y lo hará suyo? ¿jura aquí, ante los siete y los presentes que todo lo que ha dicho y hecho ha sido sin buscar dañar a otras personas? ¿jura que buscará el bienestar de la casa Vaelys y su gloria, que honrará a nuestros antepasados y que tomará estos votos conmigo, en este acto de matrimonio que nos unirá para toda la vida? — lo interpela, esperaba sus palabras, ahora ella lo probaría, había visto sus ojos largos, su intento de convencerla.

— ¿jura que de atrapar al culpable de todo esto... ejecutará la sentencia sin más sin importar quien sea? — la joven no mostraba alguna emoción en especial en sus palabras, solo templanza y seguridad — jura todo esto, aquí y ahora y para siempre, a sabiendas que no me quedaré tranquila ni quieta si descubro que cualquier parte de su juramente es falso o falta a su palabra de algún modo... — claro que no se quedaría quieta, no era alguien sencillo de tratar, nunca lo había sido.

— Madre, maese Tiziano, ya han escuchado lo que he dicho y expresado y espero la bendición de ambos según lo que responda Ser Alester, lo espero de corazón, por otro lado numerosos rumores han surgido entre todos, y es hora de buscar la verdad entre todos ellos... príncipe Oberyn — vuelve a dirigirse al hombre, Alester tendría que meditar lo que diría, quizás podría seguir con su postura, y nada de lo que dijera cambiaría algo, si era así, Alyra tomaría sus cosas y se largaría, estaba aún la libertad ahí, delante de ella, y si se quedara callada, podría conseguirla, pero su deber, si anhelo le significaba ir más allá, dejando atrás muchas cosas, como el amor, como las promesas, como la tranquilidad de una vida bucólica a la que parecía no estar hecha. — asumo que tiene mucho más que decirnos, y realmente deseo saber todo lo que sabe y puede probar para poder cansarnos de una vez sin más, en especial, sobre la virtud y los deseos de quienes ahora buscan desposarnos, sobre todo por mis hermanas, Lenia y Tabitha, la que pronto llegará seguramente —  y eso si sería devastador, Alyra temblaba de sólo pensar lo que pasaría cuando ella cruzara aquella puerta... debía encontrar la forma de protegerla, ella era su prioridad. 

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27/06/2018, 22:47
(0) Lenia Vaelys

Menos mal que Lenia estaba afónica porque estaba alucinando con todo lo que veía y escuchaba, aún se encontraba debil pero tenía ganas de romper algo para que todos se callaran ... que si uno era hijo de su padre, que si su padre había muerto, que si Bernard había matado a su propio hermano, que si ellas habían sido envenenadas ... ¿también había dicho su madre algo de un fantasma que maldecía a las hijas?.

Se llevó la mano a la sien y la masajeó con suavidad, después le pidió a Galbart que la acompañara hasta uno de los bancos para sentarse, se estaba fatigando solo de escuchar tanto cacareo.

Lenia miró a Alyra cuando la mentó, pero solamente la miró. Si pudiera hablar, quizás dijera muchas cosas ... o quizás no, estaba literalmente, sin palabras.

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28/06/2018, 11:46
- Muerta (suicidio) - Lady Myriah Vaelys

Lady Myriah asintió conforme a la idea del casamiento doble del septón, aunque seguía confiando el que el primer "sí quiero" lo diera su primogénita. Después miró a Ser Bernard que insistió en no querer casarse con su hija. No tenía ánimo de seguir discutiendo ni de insistir así que simplemente apartó el rostro y miró hacia otro lado desconforme. 

Pero eso ya lo sabíais, ¿verdad? Por eso se están celebrando estas bodas improvisadas, no por unir a dos enamorados o por temor a que el Señor fallezca pronto, sino porque ya ha fallecido, ¿no es cierto? 

Las palabras de Marbrand calaron hondo en el corazón de Lady Myriah y pudieron verse reflejadas en su rostro. No digo nada, continuó ignorándole como lo estaba haciendo con los demás. Pero con tanta presión sobre sus hombros, la Señora no había sido capaz de mantenerse firme y la mueca que puso dejó claro que Alester tenía razón. Todo aquel que estuviera mirándola comprendería que efectivamente, Lord Rhys ya estaba muerto. Y que si Alester era el verdadero heredero, entonces efectivamente eso le convertía en Señor de la Casa Vaelys. 

No puedo consentir su casamiento sin deshonrar la memoria de mi amigo, a menos que usted me lo solicite, mi señora- dijo, indignado por la manipulación de Alester y del Maestre, que terminó acabando con la vida de su amigo.

Lady Myriah se quedó helada, ya daba igual que lo casara o no y daba igual si había muerto o si lo habían asesinado, el testamento era claro al respecto. Si Lord Rhys verdaderamente estaba muerto, Alester sería el heredero, casado o no. Que se casara con una de sus hijas era una oportunidad que le brindaba a la familia Vaelys, pero que la realidad es que no tenía por qué hacerlo. Si decide casarse con una de nuestras hijas, le dijo al septón, sería lo mejor para la casa, al menos una de ellas tendría la oportunidad de gobernar sobre la Fortaleza de Sangre y tratar de dejar las cosas como hasta ahora. Dijo mirando a su compañero religioso que debía empezar a comprender la realidad de los hechos. Sabemos las malas intenciones que se traía Edric Colina, así que quizá Los Siete nos estén dando una nueva oportunidad con este matrimonio.

- Pero no se imagina el gusto que me da revelarle que está equivocado, señor Alester. Lamento que esté tan desinformado. Si Lord Rhys muere sin que alguno de los primos esté casado, no es usted el heredero. Es incomprensible como se le escapó ese detalle. El testamento de la familia Vaelys, que por lo visto usted no leyó pero Lord Rhys me mostró personalmente, dispone que otro hombre es el verdadero señor, uno que no ha ocultado nada ni manipuló a nadie - dijo - Los Siete no lo bendicen ya, Alester, debió haber respetado a sus mayores - le contestó, sabiendo lo que tenía que hacer.

Me temo que el testamento no mencionaba el nombre de Edric Colina, septón. Le dijo aunque estuviera lanzando piedras sobre su propio tejado, pero empezaba a pensar que Alester no sería una mala idea si se casaba con una de sus hijas. Mencionaba que si no se casaba nadie antes de que mi marido muriera, pasaría al "siguiente varón". Todos pensábamos que el único capaz de reclamar el trono sería Edric Colina, el único supuesto heredero, aunque bastardo, conocido por todos. Pero Alester nos ha comentado que él es tan digno heredero como otros, y por desgracia, había algún otro varón capaz de reclamar el trono, pero por suerte se ha marchado. Dijo sin decir de quién podría tratarse el otro heredero. Myriah empezaba a sentir una terrible angustia en su corazón, nada de lo que había planeado estaba sucediendo como ella quería. La muerte de Lord Rhys no ayudaba en nada, aunque la realidad es que tampoco le daba ni una pizca de pena. Ya no.

- GUARDIAS!- gritó cuando recuperó el aliento.

En la capilla no había ningún guardia y tras oír el grito del septón, un par de ellos entraron por la puerta con interés de saber qué era lo que pasaba y por qué los habían hecho llamar. 

-Lady Myriah. -El dorniense se volvió hacia la Señora de la Casa Vaelys, en un tono mucho más educado y estricto que con el que había hablado al septón-. Ninguna de sus hijas debería casarse mientras la verdad no salga a la luz y los conspiradores sean ajusticiados. Si lo que Marbrand dice es verdad y Lord Rhys está muerto, uno de vuestros invitados es quien ha planificado acabar con la vida de vuestro señor esposo

Le ciega la paranoia, Martell, dijo lanzándole una mirada acusatoria, era como si Myriah supiera el secreto que mantenían Oberyn y Rhys, como si supiera lo que tanto tiempo habían escondido, mi marido lleva enfermo desde hace meses, dudo que alguien haya planeado su muerte, y de haberlo hecho, la realidad es que solo ha adelantado algo que iba a suceder muy pronto. Nuestro señor sabía que hoy moriría, se encontraba más débil que nunca, y aún no se ha encontrado su cadáver, pero estoy segura de que Lady Ginevra sabe dónde está. Aunque se ha negado a decírnoslo y por eso la mandé encarcelar. Por traidora a nuestra casa.  

 La pregunta es, Lady Myriah, ¿vos estaríais dispuesta a permitir que vuestras hijas se comprometieran con hombres que no han dudado en causar tanto daño a vuestra familia como a ellas mismas?

Está usted hablando sin saber, Martell, nadie ha envenenado a mis hijas, eso ya se ha aclarado, dijo sin explicar más, y me da igual con quien se casen mis hijas, siempre y cuando se casen antes de la muerte de mi marido, si es que efectivamente no ha muerto ya. ¿No te das cuenta de que mis hijas son mucho más inteligentes que cualquiera de nuestros invitados? Las tomas por tontas, pero han aprendido bien y saben guardarse las espaldas. Dijo resabiada y molesta por tener que escuchar a Oberyn hablándola así. 

En ese momento, Evan Ross le susurró unas palabras al oído, ella chasqueó la lengua y negó con la cabeza, es igual, mi marido no se encuentra allí, de eso estoy más que segura, de estar allí ya lo habríamos encontrado. Dijo como si a Evan se le hubiera ocurrido la idea más estúpida del mundo. Luego miró a Alyra, como si ella no se hubiese dado cuenta de que Evan estaba ya allí. ¿No quería casarse con ese estúpido bastardo de Evan...? ¿Pues a qué espera? 

Si se hubiese encontrado a Lord Rhys muerto ya estaría en conocimiento de su amada esposa, y no lo está.

O quizá si que lo estuviera, y Lady Myriah habría querido mantener aquel hecho en el más absoluto secreto. Instantes después sintió el calor de su hija menor agarrarse a su cintura sollozando y triste por la supuesta pérdida de su padre.

Entonces la señora escuchó a su primogénita y vio como tomaba la riendas de la casa y de la situación. Aquello la emocionó soberanamente y no dijo nada más, pero estaba tan hecha polvo ya que las lágrimas empezaron a brotar en sus ojos. Si Astrid ya hablaba como la Señora que tenia que ser, ¿qué pintaba ya ella allí? Nadie la hacía caso, nadie valoraba sus opiniones y tampoco era tenida en cuenta. Se casara una de sus hijas o heredase Alester, ella ya iba a pasar a un segundo plano. Pensaba que sus hijas se dejarían asesorar por su madre, quizá ella podría seguir formando parte de El Consejo y que sus palabras siguieran dictando la Ley en la Fortaleza de Sangre, pero parecía estar equivocada. Ya no había nada que hacer. Hacía mucho tiempo que esto había sucedido, pero ella no había querido darse cuenta...

Entonces Oberyn Martell pidió a Swann que frotara la espada, y para sorpresa de algunos, la espada hizo "click" y se movió. Swann era el hombre más fuerte allí presente, y mover aquella espada de piedra solo podría haberlo hecho él, o alguien con suficiente fuerza para hacerlo. Pero para el gigante, el gesto fue sencillo y tras ello, la estatua de El Guerrero se movió dejando a la vista de todos un pasadizo secreto.

Mientras tanto Marbrand se defendía de las acusaciones dejando claro el parentesco lejano que tenía con Lord Rhys y por tanto Joston Ríos. Efectivamente, se ser cierto tal y como encima había corroborado el septón, Ser Alester Marbrand era el heredero legítimo de Joston Ríos y un repugnante bastardo como lo era Edric Colina no tendría ningún derecho al trono, aunque todos hubieran pensado que él era el único heredero. 

- Aquellos que afirmáis que sigue vivo, respondedme a una cosa: Imagino que, de estarlo, nada le gustaría más que asistir a las bodas de sus hijas, por enfermo que esté. ¿Por qué no se le ha invitado ni se le ha pedido, siquiera, consentimiento para ello? ¿Acaso le vais a privar del derecho del que todo padre debería gozar? Mandad buscarlo, entonces, y que no se pierda a sus pequeñas contrayendo matrimonio.

Una vez más, Myriah  intervino ante las palabras de Alester, aunque éstas no fueran escuchadas. Ya lo hemos buscado, y no lo hemos hallado aún. Vivo o muerto, mi marido está desaparecido.

- Tal vez en el testamento de Lord Rhys no aparece mi nombre, lógicamente, pues mi nacimiento pasó inadvertido. Pero el derecho de sangre me ampara. Joston Ríos lo dejó muy claro al fundar la casa: "De los primos o primas, el primero en casarse se quedaría con la herencia de la casa Vaelys y sus terrenos. En caso de no casarse ninguno antes de que muriera el anterior Lord, pasaría al siguiente varón." –recitó, como si se lo hubiera aprendido de memoria-. El siguiente varón soy yo.

 Y efectivamente, una vez más, Myriah asintió a sus palabras. Era exactamente lo mismo que había dicho antes.  

Por último Alyra decidió que ella sería La Señora de la Casa. Se acercó a Alester Marbrand para contraer matrimonio con él y le lanzó unas preguntas directas, claras y sencillas. Myriah ya estaba desesperada y veía que su anhelo no se cumpliría jamás.

Y tras aquellas últimas palabras, y antes de que Alester respondiera a ella, Lady Myriah se dio la vuelta, levantó sus faldas y salió corriendo contra una de las vidrieras de la capilla. El estallido resonó por toda la estancia, provocando un gran silencio y una sorpresa aún mayor.

Lady Myriah no había querido contemplar nada de lo que iba a suceder. No había querido ver como Alester Marbrand destruiría su casa desde dentro. Ella ya no pintaba nada allí. Ya no pintaba nada en ese mundo. Y tras su suicidio Lady Myriah dijo unas palabras que nadie pudo escuchar.

Sorprendentemente, para quien hubiera estado allí, la escena había sido muy similar a la de años atrás, justo cuando Lady Catelyn Vaelys se había suicidado el mismo día en que Lady Myriah y Lord Rhys habían contraído matrimonio. 

Notas de juego

Es todo un tema la entrada de nuevos personajes en escena, la verdad que no se nota a menos que uno revise todos los destinantarios cada vez que hace un post. Tiziano jamás hubiese ignorado la presencia de Evan ni Oberyn dentro de la Capilla. Me disculpo como jugador por no haberlos considerado en la escena antes.

En parte eso tiene cierta gracia, porque con todos los que sois, es normal que cuando alguien llega y estáis en mitad de una conversación, no os deis cuenta, por eso no anuncio la llegada de nadie hasta que no la anuncian ellos mismos. 

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28/06/2018, 14:32
- Narrador -

Tras aquel horrible suceso, sientes como tu garganta mejora muchísimo, como si hubiera dejado de escocerte. Aún estás ronca y te cuesta hablar, pero aunque tengas la voz más grave que de costumbre, al menos sí que puedes hablar.

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28/06/2018, 14:33
- Narrador -

Tras aquel horrible suceso, sientes como tu cara mejora muchísimo, como tus heridas se secan y cicatrizan rápidamente. Aún tienes algo de acné y ciertas heridas ya costrificadas. Pero ni rastro de ese horrible rostro que habías tenido antes.

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28/06/2018, 14:36
- Narrador -

Tras aquel horrible suceso, sientes como tus brazos mejora muchísimo, como tus heridas se secan y cicatrizan rápidamente. Aún tienes alguna costra. Pero el dolor ya no es para nada tan intenso como lo era antes.

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28/06/2018, 14:37
- Narrador -

Tras aquel horrible suceso, sientes como tus voz mejora y como si recuperaras el habla perfectamente. Ya no había ni rastro de la tartamudez que te había atacado por la mañana.

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28/06/2018, 14:58
(0) Ser Bernard Risefeller

Finalmente las palabras de Alyra dieron un trágico final a sus esperanzas, crecidas de forma súbita gracias al intercambio anterior de varios susurros. Hubo de suspirar entendiendo que nada de lo que había hecho sirvió en absoluto, ni podía haber servido. Al instante, la dama iba a pedir explicaciones a Oberyn y eso hizo que el caballero esbozara una sonrisa de ternura. No pensaba que el príncipe fue a llegar tan lejos, a un juicio en tierras Lannister, por unos simples rumores. Que él acabara en el muro era impensable y en su mente habían otros hechos mucho más importantes que considerar.

Sus sueños se esfumaron, la realidad estaba a punto de demostrar que eran inalcanzables. Era su derecho como hombre luchar por conseguirlos y así lo hizo, pero para intentar casarse había tenido que tener en cuenta a su hermano, luego tenía frente a sí a varios lores, a la propia madre de las damas que insistía en perjudicarle y hasta a un príncipe. Cierto era que había que desistir en aquello. Todavía no se habían producido los matrimonios y quizá aún cambiarían las cosas, pero era preferible ir asumiendo lo que había pasado.

Había conseguido algunas cosas y pudo aferrarse a ellas para no sentir una profunda derrota. Mordred no iba a salirse con la suya, su hermano podría al fin casarse y él había logrado cambiar más de lo que él había creído. Cuando Myriah dijo aquella desafortunada frase y cuando el príncipe le increpó, bien podía haber contraatacado. Había una diferencia entre enojarse y contraatacar, bien la sabía él. Logró mantenerse firme sabiendo que sólo podía hacer una tibia defensa y así lo hizo. Así que había logrado cosas y lo próximo sería arrancar esos sueños imposibles, pues necesitaba su mente despejada para que crecieran otros. Los anteriores llegaron sólos, sin que él hubiera de buscarlos, y nuevos sueños vendrían después, que le darían fuerzas, así sucedía en todas las personas y así le sucedería a él, esperaba que pronto. Ahora estaba agotado pero sabía lo que había que hacer, permanecer junto a su hermano y los Vaelys. Eran un asidero al que podría recurrir.

Sin embargo, Lady Myriah de nuevo le desconcertó como siempre lograba. Planteó la posibilidad de que Ser Alester fuera un legítimo heredero y casi transmitió sus esperanzas en que así fuera. Y su decisión final: si Bernard pensaba que estas horas le habían ido muy mal, qué pasaría por la mente de aquella mujer para emprender esa carrera hacia el vacío, tras sembrarlo todo de caos, tras llevar la contraria a todos. Se arrojó a través de la ventana llevándose consigo su vida y las pocas certezas que al menos él tenía. Por el momento, no dijo nada, tan sólo miró con los ojos muy abiertos.

Notas de juego

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28/06/2018, 15:15
(0) Swann "Oso Erguido" Grizzly

Entonces Oberyn Martell pidió a Swann que frotara la espada, y para sorpresa de algunos, la espada hizo "click" y se movió. Swann era el hombre más fuerte allí presente, y mover aquella espada de piedra solo podría haberlo hecho él, o alguien con suficiente fuerza para hacerlo. Pero para el gigante, el gesto fue sencillo y tras ello, la estatua de El Guerrero se movió dejando a la vista de todos un pasadizo secreto.

La sorpresa de ver moverse la piedra le provocó la risa mientras miraba a los invitados, aquello se le hacía lo más parecido a la magia y, gracias al Príncipe  Oberyn, había sido él quien la obrase. Alzó el puño en gesto de victoria y sonrió con ilusión a la pequeña Mira, que se le contagiase un poco de su alegría.

- ¡Jor jor jor jor! ¡Bravo, sí que hay un pasadizo secreto! - habría querido alardear mientras que a sus espaldas habían seguido las rocambolescas conversaciones, acusaciones y malos humores pero esperaba que aquello no se envenenase las buenas mentes presentes. Cuando Lord Swann miró a la señora de la casa con la intención de dedicarle palabras de ánimo y de celebración, pues creía que aquel misterio se estaba desentrañando ante todos, lo que vió en su lugar fue como Lady Myriah se estrellaba contra la vidriera tras ella, haciéndola romperse añicos con un gran estruendo y cayendo hacia abajo.

Aquello, una madre abandonando su madriguera y oseznas bajo la desesperación, fue demasiado para la campechana mentalidad del Oso erguido quien se abalanzó sobre la estatua de La Madre, empuñó la espada allí depositada y bramó hacia la pequeña de la casa.

- ¡LADY MIRAAA! -rugió- ¡Rápido conmigo antes de que la maldición os lleve!

El gigante extendía su mano libre hacia la pequeña dama mientra con la otra mantenía alejados a todo aquel que estuviera cerca, sus ojos inyectados en sangre y mofletes enrojecidos dejaban claro que el pánico había llevado al noble a la mentalidad de la batalla, donde lo único que importaba era cumplir con lo instruido y matar a quienquiera que se pusiese delante. Quienquiera que se acercase a él o a Lady Mira pagaría en casquería el error de cruzarse con un oso.

- ¡Atrás todos! -bramó- Por Los Siete... Brujería... ¿Quién vive? -la confusión era aparente y la idea de perder una madre parecía estar sobrecogiendo a Lord Grizzly hasta la médula

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28/06/2018, 15:49
(2) Alester Marbrand

A pesar de lo ensimismado que estaba Alester mirando al enorme Lord Grizzly, cuando escuchó la acusación de Martell contra Ser Bernard, giró con tal brusquedad el cuello hacia los dos, que pudo escucharse cómo sus huesos crujieron. ¿Cómo era aquello posible? Richard había muerto en la campaña de Ned Stark para salvar a Lyanna, esas eran las noticias que les llegaron.

- ¿Cómo podéis estar tan seguro? –preguntó, confuso, cuando el dorniense se acercó a él-. Ser Bernard es… Lo conozco del campo de batalla, es impulsivo y tiende a la violencia, pero ¿matar a su hermano? -Como víctima de rumores similares, prefería mantenerse neutral al respecto hasta tener pruebas contra Risefeller. Aunque tenía que admitir, en su interior, que la Víbora no era propensa a hablar sin pensar, ya le había demostrado su cautela en la conversación que mantuvieron y cómo prefería demostrar cierta información antes de crear más caos. A diferencia de Tiziano, que seguía insistiendo en que el maestre y él habían acabado con la vida de Lord Rhys y habían conspirado para atacar a las muchachas.

- Y yo os repito, Septón, que ni mi tío abuelo ni yo tenemos nada que ver con lo acontecido. Yo vine aquí con intención de contraer matrimonio, ¿por qué el maestre, mi propia sangre, iba a sabotearlo todo haciendo daño a las jóvenes de tal forma que cualquier unión pudiera arruinarse? Por supuesto, la muerte del Lord me ha beneficiado, en ese sentido; no voy a negar lo que sí es evidente. Pero eso no quiere decir que yo la haya provocado, pues era mi deseo conseguir el título de una forma muy diferente –concluyó, esperando que el anciano dejara atrás esas acusaciones.

Era posible que los Siete aún no le hubieran dado la espalda, no del todo. Pues al fin, tras tanto esfuerzo, Alester fue escuchado. El Príncipe Oberyn decidió que, en lugar de atacarlo como hacía el resto, al menos sería buena idea confirmar sus palabras. Y Lady Myriah, quien no había querido saber nada de él hasta entonces, por fin confirmaba ante todos lo que él llevaba tiempo queriendo explicar. Tras esos momentos de tensión, Alester se relajó. Estaba agotado, las gotas de sudor que caían por su frente lo demostraban. Cuando escuchó las palabras que la señora le dijo al Septón, respondió:

- Como ya os he dicho, esa ha sido siempre mi intención, Lady Vaelys. Pues quién mejor que una de sus hijas para llevar las riendas de esta casa a mi lado –le aseguró. Aunque la mujer no parecía estar en sus cabales y Alester no sabía si lo estaba escuchando. Tras el momento de delirio sufrido por la mujer, al intentar organizar cuatro bodas de improviso y llena de nervios, ahora parecía cansada, dispuesta a creer en una maldición. Él había visto un fantasma, pero las palabras de Oberyn le habían hecho ver la realidad del asunto. Alguien estaba jugando con todos ellos. ¿Acaso la mujer no veía la mano negra de Ginevra en todo esto? Era cierto que Lord Rhys llevaba tiempo muy enfermo, pero no sus hijas. Y, a pesar de señalar al ama de llaves como traidora, no parecía ver que tal vez ella era la responsable de lo ocurrido a las jóvenes.

Su único deseo en ese momento, al parecer, era conseguir que sus hijas heredaran. Algo a lo que él ya estaba dispuesto a convenir. Pero, por cómo había sucedido todo, Alester sospechaba que el deseo de la mujer era que heredase su primogénita. Lógico, por supuesto. Y Alester incluso había llegado con esa idea a la Fortaleza; pero rápidamente se dio cuenta de que Astrid y él nunca formarían un buen matrimonio, mientras que Alyra… Con ella sí se había visto gobernando. Y a ella le respondió a continuación, cogiéndola de las manos y mirándola a los ojos:

- Lady Alyra, os juro que nada he tenido que ver con todo lo que ha ocurrido en esta casa; os juro que protegeré a vuestra familia de todo aquel que intente dañarla, pues es también mi familia; os juro que tomaré vuestro apellido, el apellido de mi abuela materna, convirtiéndonos en Lord y Lady Vaelys; juro desposaros y recorrer con vos el camino que llevará a la gloria a nuestra casa; y juro que, si conseguimos encontrar al culpable de todo esto, recib-

Algo interrumpió las palabras del caballero. Unos pasos a la carrera, el ruido del vidrio al romperse. Una vez más, giró bruscamente el cuello para contemplar a la matriarca de la casa acabar con su vida. Su primer instinto fue agarrar a Lady Alyra con todas sus fuerzas. Con los ojos desorbitados y la boca entreabierta, observó el hueco que había dejado en la ventana. Pero, por primera vez desde que comenzó a defender su causa, Alester no supo qué decir. Y más confuso se quedó al ver el ataque de locura de Lord Grizzly, quien tomó la espada y a la pequeña Mira como rehén. En ese momento, Alester encontró su voz y, aún sujetando a Lady Alyra, alzó su otra mano para pedir tranquilidad al gigante:

Lord Grizzly, por favor, dejad el arma y soltad a la pequeña -le suplicó, con voz que intentaba ser sosegada, aunque aún estaba sobrecogida por todo lo que acababan de vivir.

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28/06/2018, 16:04
(0) Alyra Vaelys

La ultima pieza del rompecabezas se estaba acomodando pero eso no significaría que las desgracias acabarían, quizás, sí, acabaría ese manto de oscuridad que caía sobre todos, pero de una manera violenta y sangrienta. Alyra intentaba mantener la compostura, Alester estaba en lo cierto, su madre había intentado ignorarlo, acallarlo, incluso habían intentado encarcelarlo para que no siguiera hablando más, intentaron acabar con el legitimo heredero de la casa Vaelys, mientras que ella había intentado hacer que todo llegara a buen puerto, aún sin saber en qué se estaba metiendo, sin saber que al final del día, sus actos habían contribuido a todo aquello. 

Su madre revela la verdad, negando lo del testamento, ¿acaso alguien lo había ocultado, lo había falseado?, ¿acaso su padre había dicho el nombre de Colina por ignorar la existencia de Alester?, ya no sabía, la mano de Alyra, que ya estaba al lado de Alester luego de pedir su juramento, se aferró con fuerza a él, un pequeño gesto demostrando su cansancio, a lo que el hombre respondería como esperaba, y realmente lo esperaba, él no estaba obligado a nada, ni ella, pero ambos habían decidido tomar ese camino y unirse. Las palabras de Alester fueron anunciando que aceptaría los votos que la dama le hacía hacer sin necesidad, sin obligación alguna, sólo demostrando sus buenas intensiones y su honor. Quizás desde ese momento Alyra sintió en su pecho un sentimiento tibio por aquel hombre al que le sonrió con gratitud, y claro que lo hacía, estaba siendo agradecida de lo que Alester estaba haciendo por ella y por todos.

Pero la parca no los dejaría en paz, su madre tras sus palabras y claramente con la intensión de dejar en claro que no aceptaba aquella boda, no sólo porque era Alester el nuevo señor, sino porque la señora no era su hija predilecta, decidió acabar con su vida, Alyra estaba mirando a Alester, así que no se dio cuenta de las intensiones de su madre, la carrera que había emprendido hacia la ventana, ella solo se dio cuenta de aquello cuando escucha las voces, los gritos y voltea su rostro hacia el ventanal justo cuando su madre salta.

No dijo nada, quedó paralizada, sin palabra alguna, su prometido la sujetó con fuerza pues ella se movió en esa dirección, ir por su madre, pues a pesar de su frialdad y su desprecio, era su madre, pero ya era tarde, el vitral estaba roto como el gran anuncio del fin de la vida de Lady Myriah Vaelys, quien no soportó lo que estaba pasando. Alester la sintió temblar, la sintió moverse, sollozar, y cuando vio su rostro, tras aquel horrible suceso, este había mejorado muchísimo, sus heridas se secan y cicatrizan rápidamente. Aún tiene algo de acné y ciertas heridas ya costrificadas. Pero ni rastro de ese horrible rostro que había tenido antes. Era una maldición y ante los ojos de Alester, esta iba desapareciendo del rostro de su prometida.

Otro grito, más bien un rugido, Alyra se separa un poco del abrazo de Alester y ahora debía enfrentar otra situación peligrosa aún mas urgente, el enorme señor Grizzly quería proteger a su hermana pero de una forma terrible, Alyra recupera el control, su hermana pequeña estaba en peligro pero comprendió que amenazarlo no serviría. 

— Ser Grizzly tranquilo, la maldición... la maldición ha terminado, mire Lord Grizzly — el gran hombre podría ver como el rostro de Alyra había sanado y sólo quedando algunas heridas secas, era obvio que todo aquello no había sido obra de un veneno de lo contrario, no hubiera sanado con esa rapidez — tranquilo... lo malo ya paso, por favor, déjeme abrazar a mi hermanita, déjeme... por favor— da un ligero paso hacia delante con su mano extendida hacia el hombre, habían perdido a su madre, lo habían visto, eso destruiría la inocente mente de su hermana menor, además, ya no tenían padre, ¿no tenían?. Tantas muertes, tantas pérdidas.

— terminemos esto por favor ser Grizzly, no derramemos más sangre ni desgracias — agregó la dama, dando otro paso, aún expectante, no sabe si el hombre la atacaría con la espada, por muy entrenada que estuviera, jamás podría superar en fuerza a aquel hombre. 

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28/06/2018, 17:51
(0) Oberyn Nymeros Martell

El dorniense observó impotente cómo la Señora de la Casa Vaelys optaba por poner fin a su vida, sobrepasada por los acontecimientos que habían tenido lugar en la capilla. Pensó en aquella mirada acusatoria que le había dirigido antes de tomar aquella radical decisión, como si siempre hubiera sabido del íntimo secreto que Lord Rhys y él siempre habían mantenido. Inevitablemente, el príncipe se preguntó si aquella mujer, que tanto parecía haberle despreciado en vida, había sido una esposa feliz junto a su viejo amigo.

Sus ojos se posaron entonces en Lord Grizzly, quien en un extraño arrebato, ahora pretendía proteger a lady Mira de lo que estuviera por venir. La Víbora de Dorne sonrió, divertido, seguro de que la pequeña hija Vaelys probablemente fuera la más protegida de las cinco jóvenes.

-No os exaltéis, Lord Grizzly -le pidió a su compañero, no muy seguro de que el resto de los presentes se tomara a bien sus acciones-. No existe maldición alguna. Hemos encontrado el pasadizo y, muy pronto, hallaremos a los responsables.

Después se volvió hacia Alester Marbrand, pensativo.

-No puedo aseguraros que fuera la mano de Ser Bernard la que directamente diera muerte a su hermano, pero sé que él estuvo detrás del asesinato de Richard Risefeller -aseguró, dándole vueltas a los rumores que había llegado a confirmar-. Como habéis dicho, es impulsivo y violento, y a día de hoy continúa amando a lady Astrid. Como hijo menor, fue idóneo, ya que todos los rumores han apuntado siempre hacia Ser Tyler.

Oberyn se dirigió entonces hacia el anciano septón.

-Os pido disculpas si os he ofendido a vos u a los Siete. Ignoraba vuestro poder en esta capilla y lamento si he sonado desconfiado o hiriente. Me hallo como invitado en una fortaleza Lannister y, como es natural, desconfío de muchos de los presentes, más aún sabiendo que uno de ellos tomó partido en la muerte de mi hermana y que varios de ellos estaban al tanto. De no ser por Ser Cedric Trindell, aún seguiría ignorando lo ocurrido.

-Muchos de los rumores que se han pronunciado son inciertos, aunque todos tienen su base de verdad: hijas bastardas, embarazos, sirvientes colaborando para que una hija Vaelys fuera la primera en desposarse, infidelidades, conspiradores. Pero se ha tergiversado todo hasta el punto de que los rumores que han llegado a nuestros oídos eran erróneos. De nosotros dependía darles crédito y contrastarlos. Por ello sé que Ser Tyler no fue quien dio muerte a su hermano, como se le ha acusado -dirigió una mirada al mayor de los Risefeller-, pues quien mató a Richard lo hizo por amor a lady Astrid y él ni la amaba entonces ni lo hace ahora, por más que con su unión pretenda ayudar a la Casa Vaelys. Bernard, en cambio, ha confesado sus sentimientos, pasados o presentes, hacia la muchacha. -Dirigió una mirada a la tercera hija de la Casa Vaelys-. Esta mañana, lady Lenia me reveló que habían vertido un rumor acerca de que se hallaba encinta de Galbart Glover. Este rumor es incierto. Quien en realidad está embarazada es una de sus hermanas. Del mismo modo -miró entonces a la primogénita Vaelys-, me llegó el rumor de que lady Astrid no era hija de Lord Rhys, y tampoco es cierto, aunque sí que es real que una de sus hermanas menores es fruto de la infidelidad de la ahora fallecida lady Myriah con uno de los súbditos Vaelys y, por tanto, hija ilegítima. A su vez, conozco los lazos afectivos que unen a varios de los sirvientes con algunas de las hijas Vaelys. -Observó a Evan y al anciano septón Tiziano-. Aunque no seré yo quien exponga ninguno de estos datos. No elegimos quiénes son nuestros padres ni debemos cargar con sus errores, ni tampoco elegimos a quién amamos.

Observó entonces a Bernard Risefeller con una profunda desconfianza, preguntándose si habría sido uno de los que estaba al tanto de las acciones de Ser Mordred durante la guerra.

-Es por ello que sólo expondré públicamente aquello que ayude a desentrañar la conjura que ha tenido lugar entre estos muros -decidió el príncipe dorniense, observando a todos con gesto serio-. Estaba al tanto de la existencia del pasadizo y también de muchos otros detalles. Por ejemplo, sé que el orden en el que el septón pretende casar a las muchachas no es casual. Él siente un profundo afecto por lady Alyra, y el hecho de casarla la primera junto con lady Astrid es una forma de convertirla en la señora de la Fortaleza de Sangre. Desconozco si lo mueven los sentimientos de afecto por la joven o es una cauta estrategia para proteger a la Casa Vaelys y que no haya un Targayren dirigiendo la Casa Vaelys. -La Víbora Roja de Dorne esbozó una ligera sonrisa, aunque intuía que todos ya sabían a quien se refería-. Lady Tabitha ha ido a buscar a su prometido, quien, por descarte, ha de ser Viserys Targayren, pues dudo que se haya sentido interesada por el vasallo de mi hermano, Ser Lance Dayne. Viserys es otro de los más que probables conspiradores, y mis rumores incluso le vinculan con Ginevra Blackwood, de quien ahora me he puesto al corriente de que ha sido encarcelada por posibles sospechas de traición.

El príncipe se aproximó hasta la entrada del pasadizo, dispuesto a entrar en él, mientras se preguntaba cuál de los sirvientes sería quien lo había utilizado para moverse por toda la Torre del Fénix.

-Alguien debería explorar estos pasadizos -murmuró, en tono serio, dando un paso adelante, dubitativo sobre si debería permanecer en la Capilla o explorar la Torre del Fénix.

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29/06/2018, 02:31
- Muerto (terremoto) - Ser Tyler Risefeller

Las conversaciones se sucedían, cada uno decía su parte. Alester mantenía que era el legítimo heredero basándose tan solo en palabras y Tyler se sintió tan sorprendido como defraudado, no había sido capaz de apreciar aquella faceta de quien fue su compañero en la guerra. Sin embargo no resultó ser la única afirmación que le sorprendió, Martell soltó de repente que no había sido Tyler quien asesinó a Richard, si no que había sido cosa de Bernard a causa del amor que sentía por Astrid. Tyler no pudo permanecer impertérrito ante tamaña acusación.

-Mi hermano murió en combate, sabemos bajo la espada de quien, y uno de sus descendientes corre por esta fortaleza.- No sabía qué le enfurecía más, si la osadía de Oberyn al señalar a su único hermano vivo o si que el joven caballero estuviese por allí para reavivar los recuerdos dolorosos - Repito que las palabras se las lleva el viento y estoy seguro de que se equivoca con eso, igual que en lo que a mi amor por Astrid se refiere. Es cierto que durante la guerra y antes de la pérdida de mi hermano mayor no la amaba, pero las cosas han cambiado mucho durante todos estos años. Pero claro, qué va a saber usted, que a pesar de una suspuesta estrecha amistad con Lord Vaelys no ha visitado la fortaleza desde que las damas tenían uso de razón. ¿O acaso alguna de ellas le recordaba? A pesar de que Lord Rhys se encontraba enfermo, demasiado afectado para realizar un largo viaje, no acudió a visitarle jamás. ¡Qué casualidad que lo hiciese hoy mismo! ¡Y qué curioso también que sepa tanto sobre pasadizos secretos, maldiciones, venenos y títeres...!- No le acusó directamente, no era de ese tipo de personas, y aunque muchos de aquellos rumores también habían llegado a sus oídos no les daría crédito hasta tener pruebas que los respaldasen, pues creía firmemente en la presunta inocencia, así como también que el camino más sencillo era dejarse guiar por las habladurías, aunque también era el camino más necio.

-Todos sabemos muchos cuentos- Continuó con Martell, y aunque no gritaba sí mostraba firmeza y fuerza al hablar - y al parecer a vos os gustan en demasía. ¿Ahora también resulta que Alyra es basatarda? pues eso deduzco de vuestras palabras, y claro, su verdadero padre debe ser de cierta edad por lo que nos dais a suponer. Qué poca nobleza demostráis despachándoos a gusto arremetiendo contra quienes se supone defendéis. Quizás, sin pretenderlo o pretendiéndolo, poco importa, os estáis comportando como un chiquillo que juega a arrancarle las alas a las moscas ¿no creeis? ¿os divierte ver como tratan de volar y sin embargo tan solo logran girar sobre sí mismas?- Desde que Oberyn había abierto la boca todo se había calentado más y más, hasta un punto en que algunas de las damas Vaelys parecían desmoronarse. No era de extrañar, con tantas cosas horribles que se estaban diciendo allí mismo, y no estaba dispuesto a dejar que rompiesen en pedazos a quienes debían formar parte de su familia.

Desde luego ni Alester podía demostrar su legitimidad a la herencia ni ninguno la muerte de Rhys, ni la mirada de Myriah pareció convencerle, pues como dijo más tarde no se había encontrado el cuerpo, estuviese vivo o muerto.

-Septón, por mi parte no hay problema en que se realize ya la boda, acabemos con todo esto- Dijo al anciano para preguntar acto seguido a Astrid -si a vos os parece bien- y después lanzó una sugerencia a Tiziano -Pero os ruego que nos dejéis pronunciar nuestros votos en primer lugar. De este modo, si Alester lograse demostrar, ya no solo a los aquí presentes, si no a todos los vasallos de la casa, que es el legítimo heredero así se hará. En cambio, hasta entonces o si resultase ser un farsante, la casa seguirá en manos de los Vaelys, evitando así ser usurpada.- Esperaba que el anciano en su santidad tuviese a bien seguir su consejo, pues una vez proclamado Alester señor de la fortaleza de sangre no habría marcha atrás.

 

Otras palabras se sucedieron, gestos de resignación, de dolor, calumnias y afrentas, hasta que llegó un momento en que Lady Myriah pareció no poder soportarlo más, salió corriendo y saltó atravesando la vidriera. Su cuerpo cayó ondeando la falda de su vestido como si fuese una cometa y finalmente su hermoso cadáver quedó quieto en el suelo. Tyler quedó tan sorprendido que tan solo pudo coger la mano de Astrid, olvidando por un momento el dolor físico que ella podía sentir pues en ese instante tan solo cruzaba por su cabeza el terrible desazón de la pérdida repentina y sin justificación aparente. Y al poco se percataron todos, los males de las damas desaparecían más rápido de lo que habían llegado. Tyler las observó, conocía el vacío que dejaba un ser querido al morir, un padre, una madre, un hermano, un sobrino... lo conocía demasiado bien. Sabía el bloqueo y el tiempo que podía dejar perdida la mente de uno algo tan repentino, preguntándose el por que de todo aquello. Por eso dijo en voz alta lo que creía que podía ser, pero sobre todo lo que esperaba que calmase un poco la tormenta en las almas de las hijas que habían perdido a su madre.

-Ella lo sabía, dijo que era una maldición. Creo que sabía que así terminaría, dijo haber visto al fantasma. Creo que vuestra madre se ha sacrificado para salvaros, ha sido un acto de amor puro- Myriah siempre había sido fría, lo sabía, la había tratado. Ella le había declarado desconfianza, a ojos de Tyler completamente gratuita, pero sus hijas merecían un recuerdo dulce y cálido de su madre. No como alguien que enloquece y decide dejarlas solas, si no como alguien que las amó tanto, a pesar de las apariencias, que antepuso el bienestar de sus hijas a la vida propia.

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29/06/2018, 03:14
(0) Evan Ross

El septón cayó de rodillas, abatido por la tensión y la lucha aparentemente pacífica que estaba teniendo lugar allí. Evan acudió a su llamada para ayudarle. Negó con la cabeza cuándo le preguntó por Merol.

-La última vez que le vi estaba buscándoos en la torre del Fénix- confesó.

Y un instante después el mundo se caía, así lo sentía Evan. Las palabras acaloradas o los ataques camuflados tras buenos modales quedaban lejanos, las voces sordas, cubiertas por el dolor que se iba apoderando de su ser. Por un momento su corazón le había dado un vuelco cuándo Lady Myriah había declarado abiertamente saber sobre el amor que había entre Alyra y él, había dejado aquella puerta abierta, otorgando la libertad absoluta a sus hijas de desposarse con quien más deseasen, sin importar nada más que la decisión que tomase cada una. Quizás Myriah se había visto superada, derrotada por sus hijas o aquella situación, tenía su lógica, pues eran cuatro Vaelys contra una, pero lo que importaba era que eran libres de vivir su amor, ¡al fin!.

Miró a Alyra con una gran duda, su corazón bombeaba tan fuerte que creía que todos podrían verlo, se le iba a salir del pecho de pura emoción, y sin embargo ella no correspondió su sonrisa. Mantuvieron una larga mirada, los ojos oscuros de Alyra fueron apagando el brillo de los de Evan, su azul parecía tornarse gris a medida que comprendía que aquella  demostración de alegría tardaba demasiado en salir. Habría esperado que ella corriese a abrazarle, pero no, se mantuvo junto a aquel caballero que decía ser el legítimo heredero del legado de los Vaelys. La sonrisa en el rostro de Evan se desdibujó lentamente, enfrentado a la realidad su mandíbula se marcó al apretar él los dientes y los puños y al fin bajó la mirada al suelo para contener sus emociones, la rabia y la tristeza que pugnaban por salir con furia. 

Estúpido, ha estado jugando contigo, el muñeco de la niña noble.... 

Ya no era capaz de oír a los demás, tan solo sus propios pensamientos, pero al hablar Alyra, su voz, a la que estaba adiestrado a prestar una atención absoluta, eso le devolvió a la capilla, sacándole del mundo de brumas que le había envuelto y para hacerle testigo de la declaración de intenciones de la cuarta hija. 

Sobre lo que ha dicho el septon Tiziano, si he manifestado con quién deseo casarme, y es con ser Alester por todas las razones que ya he dado, el amor por la familia y su bienestar debe ser siempre lo primero que mueva a cualquier noble que reconozca su lugar en este mundo

Las palabras de ella se repetían como un eco en su mente. 

he manifestado con quién deseo casarme, y es con ser Alester

he manifestado con quién deseo casarme, y es con ser Alester

he manifestado con quién deseo casarme, y es con ser Alester...

Había sido liberdada del yugo, pero prefería llevarlo a ser libre. Quedó absorto repitiéndose aquella frase en su interior, removiendole las tripas, hasta que de repente alguien salió corriendo y algo se rompió. Se giró para descubrir que había sido Lady Myriah que había saltado a través de la vidriera precipitándose a la muerte. Mira seguía a su lado y Evan le cogió de la mano con fuerza. 

Aquel hombre enorme, el que había abierto el acceso a uno de los pasadizos, pareció enloquecer y se hizo con la espada de Alyra que ahora blandía como un demente, capaz de decapitar a quien se acercase demasiado.

-Vámos mi dama- le dijo a la pequeña claramente  afectado pero con una idea clara en su mente. Ella sabría cuál era su intención, pues habían estado intercambiando algunas palabras poco antes. Hizo una señal a Kyle para que fuese con él, ya nada pintaba allí, los caballeros recogerían el cadáver, él tenía que ocuparse de ciertos asuntos acuciantes. 

Antes de marcharse no pudo evitar detener su paso justo al lado de Alyra, podía sentir su calor... sin embargo también sentía una rabia intensa. Sabía que no debía pero no pudo detener su lengua, y quizás como un animal herido lucha para no caer solo y llevarse con sigo al depredador murmuró de forma que ella le oyese, aunque inevitablemente los más cercanos a la dama también lo harían.

-Tus partidas son largas y tus juegos crueles. Ante vivir con amor, ante la libertad de cumplir tus promesas... escoges abrirte de piernas en un lecho frío a cambio de poder. Que seas muy feliz con tu heredero, mereces pasar el resto de tus días con alguien como tú-

Notas de juego

Cómo Mira no ha dicho si va con Swan o no no hago referencia a esa parte. Estaba junto a Evan en el momento en que eso ocurre y Swan la llama, que decida ella con quien se va. ;)

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29/06/2018, 04:14
(1) Septón Tiziano

Evan desconocía el paradero de su asistente, ya lo reprendería cuando le viese. El Mayordomo estaba aún a un lado del Septón ayudándolo a sostenerse cuando Lady Myriah lo corrige acerca del testamento - Pero... mi señora, Lord Rhys nos lo leyó a los dos, allí dice claramente... - su voz se apagaba de a poco. Estaba claro que la señora de la casa no sentía ninguna simpatía por Edric Colina y prefería apoyar a cualquier otro primo, y él no era quien para contradecir su voluntad.

Luego Alyra ratifica su voluntad de casarse con Alester, el Septón endureció su rostro y contempló a Evan a su lado. Pobre muchacho, pensó mientras sentía como se desmoronaba por dentro. Clavó su anciana mirada sobre el noble que decía descender de los Vaelys, nada podía hacer por evitar ese casamiento, él mismo había dicho que apoyaría la voluntad de cada una de las hijas y Lady Myriah acababa de dar su consentimiento. El pesar de Tiziano se alivianó cuando escuchó el juramento del supuesto heredero - Los Siete y todos nosotros somos testigos de tus palabras, no tengo porqué dudar de ellas. Por tanto, bendigo vuestra alianza - dijo respetuosamente. Un Juramento en la Capilla era prueba suficiente para el anciano Septón de su buena voluntad.

Ser Tyler hizo una propuesta a la que asintió - Si, comencemos con las bodas. En cuanto al liderazgo, es justo que recaiga en la primogénita hasta que se resuelva si la desaparición de Lord Rhys se debe a su muerte o no, y quede resuelto todo el tema del testamento - dijo, considerando que las palabras del Caballero favorito del Lord Vaelys eran acertadas. Se estaba por dirigir hacia la estatua de la Madre cuando Lady Myriah acusó a Ginebra de traición, es que ha perdido la razón? si es su propia hija! pensó, pero comprendió que la mujer estaba completamente fuera de control. Lo que siguió lo tomó por sorpresa, y en un arrebato la señora de la casa se fue contra uno de los vidrios de la Capilla y se quitó la vida.

Un profundo dolor atravesó al anciano, la locura se había apoderado de esa mujer y había dejado sin madre a cinco hermosas damas. Tiziano miró fijamente a Miria con lágrimas en los ojos, niña, lo lamento, pensó sin consuelo mientras veía como Evan tomaba sus manos y como una bestia gritaba su nombre con una espada en la mano - Suelte eso, hombre, aquí no hay ninguna brujería! Va a asustar a la niña. No se permite empuñar armas aquí - indicó a uno de los guardias que habían entrado que se acercase para inmovilizaran al agresor. 

- Príncipe Oberyn, acepto sus disculpas. Valoro su búsqueda de la verdad, pero no es la manera dejarse llevar por los rumores, las enseñanzas de los Siete nos apartan de las habladurías. Verdades parciales no son suficientes para comprender la realidad. Por ejemplo, es conocido por todos mi afecto hacia Alyra, y sí, es mi consentida, la he aconsejado en muchas ocasiones siempre tratando que crezca como persona y promoviendo que tome sus propias decisiones. Pero lo que dice de la boda es falso, antes que usted entre Lady Myriah pidió a Lenia que demorase su boda y Tabitha se fue en busca de su prometido, de lo contrario las hubiese casado a las cuatro juntas como les ofrecí. Al decir algo falso, ensucia a los demás sin necesidad y eso está mal visto a los ojos de los Siete. En cuanto a un Targaryen en la fortaleza, eso es cierto, pero nuevamente es falso que pudiese alzarse como Señor de esta casa, él está encarcelado para ser entregado al Rey Baratheon. Así que le pido modere sus dichos y se limite sólo a aquello de lo que tiene certeza.- dijo respetuosamente pero poniendo un límite a la desbocada lengua del Príncipe de Dorne. Luego volteó hacia el pasadizo que acababa de abrirse - En cuanto a ese descubrimiento, me ha dejado sin palabras, sospechaba que existían pero jamás pensé que se entraba por aquí- 

Evan invitó a Miria a retirarse con él y Tiziano asintió -Cuida a la pequeña, necesita de tu protección, pero espérame antes de marcharte por favor - dijo al muchacho, sabiendo que su nobleza no estaba en su sangre sino en su corazón. Luego se dirigió a las tres hermanas mayores - Lamento todo esto, la desaparición de vuestro padre, la muerte de vuestra madre y todas las calumnias que se han dicho en este sagrado lugar. Merecen que se respete su dolor, vuestra boda no puede estar cubierta de lágrimas - dijo, sabiendo que casarlas ahora era un insultar la memoria de su madre y tal vez la de su padre también - Traeremos el cuerpo de vuestra madre a la Capilla y oficiaré un responso, esta es una noche de luto. Cuando las cuatro me avisen que están listas, oficiaré la boda conjunta que vuestros padres hubiesen querido que tengan - les dijo, dejando en ellas la elección del momento adecuado.

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29/06/2018, 09:16
(0) Ser Bernard Risefeller

Bernard prefirió mantenerse en silencio aunque las palabras de la víbora roja hicieron que negara con la cabeza y alzara un poco sus manos para dejarlas caer, en un gesto de hastío, luego hubo de girarse hacia él y negó.

- Yo no estoy detrás de la muerte de Richard, deje de dar vueltas a esas historias. Si cree que alguien lo mató por amor a la primogénita, el único que podría estar detrás de su muerte es Mordred, que era quien estaba al frente de aquellas estrategias que tanto mal nos hicieron. Estuve de hecho hablando con él hace unas horas y sugirió en cierto momento que tenía preferencia por una de las Vaelys. Quizás eso es lo que se deba investigar. Yo he podido tener mis defectos pero no tengo nada que ver con ese rumor.

No tenía demasiadas energías, ni para volverse iracundo. Ya su hermano Tyler le espetó palabras similares y deseó que Oberyn le dejara en paz. El caballero siguió observando, podía ver a Swann un tanto alterado así como a Evan, Lady Alyra estaba implicada en ambos temas pero Bernard tan sólo observó a Alester. A él le correspondía actuar si era necesario.

Finalmente surgía la idea de que Astrid estaría al frente mientras se determinaba con precisión lo que había ocurrido. Bernard pensaba en estos momentos en otra cosa.

- Quizá debiéramos visitar de nuevo al maestre, Septón Tiziano.

Le comentó tras declarar aquél luto. Con todas, antes de hacer nada miró con detenimiento a Lady Astrid.

- Lady Astrid, si es su deseo casarse ahora hágalo saber, en otro caso me retiraré.

Notas de juego

Me gustaría saber si las demás hermanas siguen con sus maldiciones o desaparecieron.
 

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29/06/2018, 09:38
(0) Lenia Vaelys

Lenia estaba comenzando a agobiarse de manera abrumadora hasta para ella misma. - BASTA - dijo poniéndose en pie. Su voz era ronca y seguido, se llevó la mano al cuello entre sorprendida por su llamada de atención y por poder articular palabra. 

Pero no pudo articular palabra alguna más pues la actuación de su madre hizo que Lenia se tambaleara y buscara el apoyo de Galbart.

Después, Swann empuñó una espada y gritó a su hermana pequeña que fuera con el, Lenia se tapó la boca para no gritar.

Alester :  Lord Grizzly, por favor, dejad el arma y soltad a la pequeña

Alyra : terminemos esto por favor ser Grizzly, no derramemos más sangre ni desgracias

Lenia observó como Alester y Alyra trataban de que Grizzly no pusiera en peligro a la pequeña de las Vaelys, Lenia se giró para ocultar su rostro en el pecho de Galbart - Es solo una pesadilla - se dijo a si misma, aunque posiblemente, esta vez no fuera solo una pesadilla.

Alzó la cabeza un poco para ver como se sucedían los acontecimientos.

Oberyn también trató de calmar a Grizzly, su voz era extrañamente calmada e incluso había una sonrisa en sus labios.

Oberyn : -No puedo aseguraros que fuera la mano de Ser Bernard la que directamente diera muerte a su hermano, pero sé que él estuvo detrás del asesinato de Richard Risefeller

La boca de Lenia se desencajó, su madre acababa de suicidarse y aún estaban discutiendo cosas que Lenia hacía rato que no entendía.

Tyler : Ella lo sabía, dijo que era una maldición. Creo que sabía que así terminaría, dijo haber visto al fantasma. Creo que vuestra madre se ha sacrificado para salvaros, ha sido un acto de amor puro-  

Lenia titubeó, iba a decir unas palabras, pero no fue capaz. Las cosas que sucedían a su alrededor se le escapaban.

 Septon :  Traeremos el cuerpo de vuestra madre a la Capilla y oficiaré un responso, esta es una noche de luto. Cuando las cuatro me avisen que están listas, oficiaré la boda conjunta que vuestros padres hubiesen querido que tengan

 Lenia negó, miró a Galbart y negó - No quiero casarme aquí, no quiero casarme así - le dijo con los ojos llenos de lágrimas - Sácame de aquí - rogó confusa, asustada y dolida.

Bernard : - Lady Astrid, si es su deseo casarse ahora hágalo saber, en otro caso me retiraré.

- YA BASTA - gritó Lenia, su garganta había mejorado, para impresión suya, seguía ronca, algo molesta, pero al menos, podía hablar.

Miró a los presentes con una mezcla de rabia y miedo - Primero nosotras empezamos a sufrir afecciones, mi padre desaparece, Fiona muere, mi madre ... - miró el ventanal roto, tragó saliva intentando deshacer el nudo que se le estaba formando.

- Se acabó - dijo apretando los dientes para no romper a llorar allí mismo - Se acabaron los rumores, se acabaron las órdenes ... - la voz de Lenia menguó y se tomó un par de segundos antes de responder, miró a Astrid y a Alyra - Dejad de hacer lo que siempre os dicen y hacer, por una santa vez, lo que deseáis - dio un paso hacia adelante y las miró - Casaos con quien os plazca - volvió a apretar los dientes, lo que iba a ser un día maravilloso se había convertido en una pesadilla - Astrid, cásate con quien de verdad quieras, madre ... ella ... ya no puede obligarte - Si bien era cierto que Lenia nunca había tenido aprecio por su madre, todo le estaba sobrepasando - Y tu, Alyra ... deberías dejar de ser lo que todos quieren y por una maldita vez ser lo que tu quieres - miró a los caballeros allí presentes.

- Estoy cansada de rumores, estoy cansada de maldiciones, estoy harta de este maldito día - dijo al borde de la histeria - Me marcho - sentenció al fin - Nada, absolutamente nada me ata a este lugar - miró a los hermanos Risefeller, a quien consideraba amigos - Si alguno finalmente se casa con alguna de mis hermanas, que no sea por adueñarse de estas tierras, a la vista está que permanecerá maldito - murmuro llevando su mano a su dolorida garganta, aunque ni de lejos, como hacía unos minutos.

Lenia se giró y miró a Galbart - No quiero estar aquí - le dijo nuevamente, rompiendo a llorar, no podía más con la agonía que sentía en su pecho.

Miró a Kyle que había dicho de llevarse a Fiona de allí y dedicó un "ultimo adiós" con la mirada a la criada que había sido su amiga. - Adios - murmuró, no sabía muy bien si se lo decía a los vivos ... o a las muertas. Lenia se giró con lentitud, con la intención de irse de allí.

Notas de juego

Editado. Si nadie lo impide y Galbart la sigue, Lenia saldrá.

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29/06/2018, 13:00
(0) Kyle Ironsmith

Kyle estaba mirando a su amigo Evan cuando vió como la felicidad abandonaba sus ojos. Las malas noticias no hacían más que llegar en este día y no sabía que podía hacer para evitarlo. Cuando creía que ya no podía pasar nada malo, que todo saldría bien con las bodas, llegó la puntilla a modo del suicidio de Lady Vaelys ¿Pero que...? Ya no sabía que pensar ni que esperar. ¿Sería verdad la maldición? ¿Seguirían en peligro las hijas de Lord y Lady Vaelys? 

Acto seguido, Ser Grizzly pareció enloquecer en su afán con proteger a la pequeña Lady Mira Tengo que salir de aquí, tengo que sacar a Fiona de aquí ahora mismo. Después del gesto que le hizo Evan para que se acercara, Kyle cogió en brazos el cuerpo de su hermana y se puso a su altura. - Mi hermana aquí no tiene descanso, ayúdame a llevarla a otro lado. La tumbaremos en su cama hasta que esto se calme.

Dado que todo el mundo seguía discutiendo, no pensaba que nadie diría nada por llevarse el cuerpo de su hermana de ese ambiente tan hostil.

Notas de juego

A los dormitorios de los hermanos Ironsmith