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Castillos y Caballeros

Torre de los Cuervos > Primera Planta > Capilla: El Septo de los Dioses

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29/06/2018, 18:06
- Muerto (terremoto) - Ser Edric Colina

Edric entró a la capilla justo en el momento exacto en el que la estatua se abría dando paso a un pasadizo secreto. No tuvo tiempo de sorprenderse por esto que inmediatamente el gran Caballero tomó a una de las señoritas de la casa y una espada, apartándola para “protegerla”.

En medio del revuelo, los demás caballeros comenzaron a increparse entre ellos. Oberyn acusaba a uno de los Risefeller. Y ambos hermanos salían a defenderse.

El septón quería poner un poco de paz al asunto, pero con el gigantesco caballero blandiendo una espada ante la presencia del resto, el caos estaba lejos de calmarse.

Hermanas y caballeros discutiendo sobre quien debería casarse primero. Los herederos tratándose de sacarse los ojos los unos a los otros como cuervos alimentándose de los restos de un campo de batalla. Toda la situación terminó por causarle gracia.

- Jajajaja, - estalló la carcajada. - Ahora nadie quiere heredar el castillo. – dijo refiriéndose al comentario de Lenia. – No te preguntaste si tu querido caballero querrá seguir desposándote luego de que renuncies a ser la heredera? Siento mucho haber venido hoy aquí. Lo cierto es que venía a reclamar la herencia para mi persona, porque por derecho de sangre creo que me pertenece. Pero veo muy bien que no soy bienvenido aquí. Y con gusto renunciaré a todo derecho sobre estas tierras, si se me concede el derecho de portar el apellido de mi familia. Dejar de ser el bastardo que todos ven en mí. Y guardar juramento al que termine siendo el verdadero heredero de todo esto.
-  Miladys, con todo el respeto que me merece Lady Myriah, yo entiendo que me vea como una amenaza, y en su posición tal vez yo mismo obraría como ella, recelando de mis hijas y queriendo lo mejor para ellas. No le guardo rencor en lo absoluto, y espero que ustedes entiendan mi reclamo. Lo unico que pretendo en estos momentos es ser reconocido por vuestra familia.
- Caballeros, lo mismo para ustedes, si me permiten guardaré juramento a cualquiera que termine el día de hoy siendo el heredero de la Casa. Pero creo que están demasiado apurados por desposarse, y muy poco por resolver los verdaderos problemas que nos aquejan este día. No son siquiera capaces de guardar respeto a la pobre Fiona.

 

El bastardo se encogió de hombros y ayudó a Kyle a levantar el cuerpo sin vida de su hermana.

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30/06/2018, 00:34
(0) Alyra Vaelys

Tendría que soportar los embates que se desatarían tras sus actos y decisiones, claro que conocía cada uno esas consecuencias pero aun así fueron dolorosas y aumentaron la vía crucis que había iniciado quizás desde el primer momento en que abrió sus ojos y se dio cuenta del peligro que corría su familia. 

El primero que acertó el golpe fue Tyler, a él le dedicó una intensa mirada, con los ojos entrecerrados, pero no dijo nada, se guardó cada uno de los pensamientos, además aún todo estaba demasiado tenso tras el exabrupto de ser Grizzly pero que ya se estaba siendo calmando por todos lo que agradecía, pues su hermana ya había tenido suficiente con todo lo que había pasado, con ver a su madre saltar, con las acusaciones que Obryn insistía que lanzar a pesar de la muerte de la señora de la casa, de la madre de las chicas. Alyra quedó a medio camino viendo como se la llevaban, su mano quedó suspendida en el aire intentando alcanzarla, pero Evan la había paralizado con aquellas palabras a las que tampoco respondió, no porque no le dolieran, sino porque sabía porqué las decía, aunque no creyó nunca que se expresaría así de ella... 

Evan, había visto su cara de felicidad y cómo se fue transformando en una expresión de suma tristeza y luego a un encarnizado desprecio, lo pudo ver, siguió aquella expresión que se consolidó con las palabras proferidas por la joven dando cuenta de su intensión, casarse con otra persona. Luego de aquellos ojos claros que ahora la veían con esas emociones tan intensas dijeron aquellas palabras. Alyra tragó saliva, sentía la garganta seca, quizás había hablado demasiado, pero Evan había terminado de clavar la estacas en su pecho. Lo miró, sus ojos se llenaron de lágrimas pero se mantuvo estoica, no bajaría la cabeza a pesar del dolor que la poseía y calcinaba sus huesos; se preguntó si realmente si la llegó a conocer, quizás no, si lo hubiera hecho, hubiera comprendido sus decisiones o la hubiera buscando antes para decirle que no hiciera ninguna estupidez; pero por otro lado, lo comprendía, estaba herido, destruido y era la principal víctima de sus decisiones. La joven soltó un suspiro pesado, hundiendo en su corazón aquel amor hermoso, quería conservarlo así, como un precioso recuerdo que no sería manchado por aquellas duras y groseras palabras, despidiéndose así de aquel hombre esperando que ahora, que la odiaba, se le haría más sencillo rehacer su vida en otros brazos, mientras que para ella podría liberarse de aquel amor y seguir adelante. Recuerdos hermosos, momentos felices del que se arma la vida.

Aún replicaban las palabras de Oberyn, zumbaban como mosquitos, sacando a la luz todos aquellos rumores, pero más allá del pasillo, no había levantado más pruebas, quizás había encontrado la hebra de la cual tirar, pero definitivamente no era el momento, Alyra retrocedió hasta chocar con el pecho de Alester, su desconocido, también lo había tocado para que no hiciera nada en contra de Evan, notando la mirada de Bernard al que le hizo un gesto de calma, que no era necesario. Desconocido... nunca antes esa palabra había tenido más sentido. Su desconocido, ella, era su desconocida e iniciarían una vida llena de incertidumbre, o eso creían, ya no sabía. Se mareó, nuevamente estaba asqueada, su madre estaba tras esa ventana, al fondo de esa torre, y los demás seguían hablando, hablando y más y más, el septón seguía actuando, él era otro con el que hablaría, casi podía ver sus movimientos sin embargo aún así deseaba hablar con él. Recordó que no había comido nada desde la mañana en donde tampoco había comido mucho, eso explicaba su debilidad más todo lo que había pasado. Apretó los dientes y jaló un poco más las ropas de Alester. Aún faltaba que Astrid reaccionara y sería otra batalla que no libraría porque ya no era necesario, podrían romper vestiduras, incluso golpearla si quisiera, pero nada cambiaría las cosas. Nada. 

Lenia por fin logró hablar, y revelaba que realmente lo que las estaba afectado se había alzado, su voz sonó con fuerza y su dulzura característica fue reemplazada por la desesperación, buscaría a padre, sí, su padre, ella debería buscarlo, su padre, Dioses, de un plumazo había quedado huérfana, pero ¿realmente había muerto?. Otra vez ese asco, esas ganas de vomitar e irse de ahí, pero el septon dijo que harían el responso con el cuerpo destruido de su madre en aquel lugar, con Fiona en otro lugar, muertos. Todos muertos. ¿cómo seguiría peleando si las cosas estaban decididas?. Pero su hermana mayor intentaba hacerlas recapacitar, intentaba decir que no debían obedecer a su madre, que siguieran el amor, el amor... como si eso realmente existiera, bueno, quizás sí, en un futuro, y claro que Alyra lo intentaría, se lo debía tras haberlo rechazado dos veces en un mismo día. 

Su hermana, quizás con mas juicio que ellas hacía un llamado a la humanidad de ambas, pero sin haber captado que justamente ellas dos, Lady Astrid y su hermana menor, habían hecho lo que no se esperaba que hicieran, habían desafiado a todo y actuado por su cuenta lo que había significado la muerte de su madre, porque por mucho que Tyler quisiera pintar el suicido de Lady Myriah de toques románticos y maternales, la verdad es que aquella mujer no había soportado la idea siquiera de ser relegada a un segundo plano y sabía que pasaría con la rebelión de Astrid con la insolencia de Alyra, con quien  la mujer sabía perfectamente que jamás podría controlar ni hacer prevalecer sus intensiones. Quizás por eso la odiaba, quizás por ser la más parecida a su padre, Lord Rhys, de ahí que fuera irónico llamarla bastarda, si hasta caminaban igual, hablaban igual, pues en el pecho de aquella mujer jamás hubo cariño para ella, ni siquiera en el último momento, pues, cuando se dio cuenta que su cuarta hija decidía actuar, se lanzó por aquella ventana. Alyra, en definitiva, había causado la muerte de su madre, una oscura presea que quedaría en su consciencia. 

Ahora la guinda de la torta de presentaba personificada en Edric Colina, Alyra se tensó enormemente, pensó que haría algo, que les diría algo, miró instintivamente sus manos, pero no, no había nada. Al contrario, y lo que nunca pensó, Edric deseaba hacer otra cosa, la joven movió la cabeza de lado a lado, y se sujetó de Alester, debía responderle algo, se lo merecía.

 Sir Edric.... — su voz tardó un poco en recuperar cuerpo, pero se puso firme — cuanto más quisiera yo de enmendar todo y cada uno de los errores de esta familia, pero... ah... ¿podemos hablar de esto en otro momento?, es verdad, hay muchas cosas más importantes, más que incluso las bodas, ma... Lady Myriah acaba de.... de — miró hacia la ventana que estaba rota y cerró los ojos — pero... creo que todos los que aquí estamos agradecemos sus palabras y haré todo lo posible de que así sea, pero, ¿nos dejaría descansar? sólo un poco,  — su barbilla tembló al fin y ocultó su rostro ya casi sano en el pecho de Alester al que le pidió en un susurro que la llevase a un rincón apartado, no podrían salir aún si el responso de su madre se haría, pero era obvio que no había intensión alguna de celebrar bodas y sólo sería un desalmado el que insistiera con aquello, y en cierta forma se merecían algo mejor que celebrar una boda con el cuerpo sanguinolento de su madre a un lado. 

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01/07/2018, 23:34
(0) Ser Bernard Risefeller

Conforme pasaron los segundos Bernard logró atar algunos cabos. La conversación de Oberyn tenía algunos elementos interesantes y al comprender algunas cosas hizo un gesto de disgusto. Empezó a pensar en cómo sería el futuro y no parecía fácil pero habría que enfrentarlo igual. No contaba demasiadas fuerzas pero iba a tener que reponerse enseguida.

Se dedicaba a pensar cuando Ser Edric entró por la puerta y su conversación resultó bastante tranquilizadora. Semejaba que al final habría un frente menos en todo el asunto. Era mejor así, de modo que Bernard sonrió con suavidad, cansado.

- Vaya Ser Edric, bienvenido. Por desgracia como ya ha intuido ha habido una nueva muerte en la familia.

Le diría que esperaba que no tuvieran inconveniente en concederle lo que solicitaba, pero ya podrían hablar en otro momento.

Se fijó de nuevo en la vidriera rota. La loca de Lady Myriah había sentenciado todo con su muerte. Bernard no tenía ganas de rumiar más todo aquello e ir a buscar al maestre tampoco tenía mucho sentido así que desestimó aquello.

- Necesito pensar.

Dijo escuetamente y se dedicó a caminar hacia la salida mas sin marcharse pues debía de escuchar las palabras de Astrid.

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01/07/2018, 23:47
(0) Ser Bernard Risefeller
Sólo para el director

Notas de juego

MASSTERRRR. QUIERO RODEAR A EDRIC Y VER SI PORTA ALGÚN ARMA EN SU CUERPO CUANDO LO HAYA SOBREPASADO. SI ES ASÍ ME ABALANZARÍA SOBRE ÉL POR LA ESPALDA PARA QUITÁRSELA.

NO LLEGO A SALIR DE LA SALA.

CONFIRMA QUE LEES EL MENSAJE, SI NO TE ENVIARÉ UN IM.

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02/07/2018, 20:42
(0) Oberyn Nymeros Martell

-No creo en sus palabras, Ser Tyler -aseguró el dorniense, complacido al ver cómo los Risefeller intentaban defenderse de su acusación-. Entiendo que considera que, estando ya su hermano muerto, es mejor no continuar removiendo el pasado y conservar al hermano que aún le queda. Se dice que Arthur Dayne asesinó a vuestro otro hermano, pero, ¿estabais allí? No deja de ser la versión oficial, la que se quiere que se conozca. ¿Quién os la contó? ¿John Kalhan? Ambos sabemos que el antiguo maestro de armas también tiene mucho que callar.

-Por otra parte, sugiere que mi afán por descubrir los pasadizos, mi conocimiento sobre venenos y que no crea en supercherías como fantasmas y maldiciones me hace ¿sospechoso de estar detrás de esta conspiración? Yo estuve en la Fortaleza de Sangre el día en que Lady Astrid nació, y estuve al lado de Lord Rhys, prestándole mi ayuda, cuando sus actos le hubieran hecho verse como un traidor a la Corona. -Sonrió, prefiriendo no entrar en detalles, aunque intuía que todos sabían ya a qué hecho se refería-. Si hay una razón por la que no he visitado este lugar en años, solo tiene que asomarse ahí -señaló a la vidriera destrozada desde la que Lady Myriah había decidido poner fin a su vida- para buscarla. Por el honor de dos personas fallecidas, no expondré públicamente a qué me refiero. Y por cierto, no he mencionado en ningún momento que Alyra sea la bastarda ni quién pueda ser su progenitor. Si vos poseéis esa información, preferiría que no la expusiérais en público, del mismo modo en que yo no lo hecho. La muchacha tiene derecho a saber la verdad, pero no aquí y no ahora.

El dorniense permanecía asomado a la oscuridad de los pasadizos, preparado para internarse en ellos en cuanto los ánimos en el interior de la capilla se calmasen.

-Tanto si Lord Rhys vive como si está muerto, hay hechos mucho más importantes en estos momentos que acelerar la boda de dos jóvenes que ni siquiera parecen seguras de si deben casarse -proclamó, poco preocupado del matrimonio de las hijas Vaelys-. Alguien asesinó a Fiona Ironsmith, envenenó a varias de las jóvenes Valeys, puede que incluso haya matado al señor de la casa y ha fraguado toda esta historia de maldiciones y fantasmas que se aparece en las ventanas, que ha terminado llevando a una dama al suicidio. Nuestra prioridad debería ser la de hallar a los responsables, no disputarse quién es el que se convierte en el señor de la Casa Vaelys. -Se fijó en el Oso Erguido y añadió-: Lord Grizzly, venga conmigo. Puede que tenga que darle uso a esa espada después de lo que podamos hallar tras estas paredes.

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02/07/2018, 22:48
- Muerto (terremoto) - Ser Tyler Risefeller

Colina hizo su entrada triunfal, haciendo alarde de su falta de sensibilidad. Ante unas jóvenes afectadas por la atroz muerte de su madre entró riendo y haciendo burlas sobre herencias y maldiciones. Proclamando que él tan solo había ido a por su apellido, por ser reconocido y dejar de ser considerado un bastardo, pero de paso afirmando cosas que no sabía, ya que no se correspondían con la realidad. 

Tyler prefirió ignorar en gran parte a Oberyn. Miró a su hermano y negó con la cabeza, como si no hubiese nada que hacer y se resignase, pues un sordo no oye y a quien no le interesa no ve. Según su parecer el príncipe se divertía, simplemente eso, y se había dedicado a lanzar piedras y ahora escondía la mano para hacer parecer culpables de esas acciones a los demás. No hace falta ser literal para decir ciertas cosas, y aunque era cierto que no había sido explícito sí lo había dejado implícito para que todos pudiesen sacar sus propias conclusiones. Estaba seguro el Risefeller de que todos los caballeros presentes habrían llegado a las mismas a consecuencia de las impertinencias del dorniense, que ahora prefería irse de turismo por los pasadizos secretos a encontrar a su supuesto gran amigo. Y, ¿Acaso no había visto cómo las afecciones de las hijas habían desaparecido con la muerte de Myriah? ¿Cómo explicaría eso si de venenos se trataba? 

-Bien bien, vaya pues, pero quizás debiese pedirle la espada a su dueña en vez de disponer de ella tan alegremente, pues no es del señor Swan. Ese noble acero pertenece a una de las damas y seguramente no estará muy feliz de ver cómo se la arrebatan sin tomarla en cuenta para nada- Miró a Alyra. Conocía a la cuarta hija y como cualquier guerrero su espada era como una extensión de ella misma, imaginaba que no le gustaría que le separasen de ella, puesto que su lugar era en su funda y si no empuñada por la mano de su dueña.  

Miró también a Astrid, a quien susurró algunas palabras para que solo la dama lo oyese.

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04/07/2018, 18:17
(2) Mira Vaelys

Observaba a su madre deseando haber consolado un poco su agitado corazón, pero seguían brotando lágrimas de los ojos de Lady Myriah. Tal vez ella debería ser fuerte como sus hermanas y no preocuparla más, así que se mordió el labio y aun con la barbilla temblorosa se esforzó por retener sus lágrimas. Si su madre la veía más entera, aunque solo fuese en apariencia, tal vez le ayudaría.

Se perdía en tantas explicaciones. No eran explicaciones era como pescadores. Lanzaban anzuelos y Mira tenía cada vez el corazón más encogido. ¿No les importaba el daño que podían causar las afiladas palabras? Lla niña no entendía tanta intriga.

Ya sabía lo que era un fraticida y le pareció algo terrible. No podía creer que pudiera existir una palabra así y mucho menos que hubiese pasado en su casa. Luego se refirieron a los Risefeller. Desde luego eso no le agradó pero la niña sintió alivio, pues no habría soportado que una de sus hermanas se hubiese ganado tal apelativo. Entendía que pudiesen buscar responsables de una muerte, pero acaso no era más urgente encontrar a su padre?

En estos pensamientos se hallaba la pequeña, deseando salir en busca de su padre, cuando ocurrió lo que jamás hubiese podido imaginar. Su madre se recogió el vestido, corrió hacia la ventana y saltó.

Los ojos de Mira se abrieron empujados por el horror. Tardó dos segundos en comprender que aquello había ocurrido realmente pero tras ellos se soltó y corrió hacia la ventana con un brazo estirado hacia delante como si con él pudiese rescatarla.

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!

Su grito fue desgarrador. No pudo llegar al borde de la ventana pues en el trayecto dio con la mano extendida de Lord Swann, quién con voz de león quiso protegerla de la maldición.
 

- ¡LADY MIRAAA! -rugió- ¡Rápido conmigo antes de que la maldición os lleve!

La pequeña caminó hacia él con cautela, vigilante, mirando alerta en todas direcciones. Asustadísima buscaba el fantasma que pensó flotaba en la sala y querría empujarla a ella tal como acababa de hacer con su madre.

Lord Swann había luchado con monstruos y con la espada desenvainada amenazaba al fantasma, pero los demás no lo entendían. Algunas personas no creen en los seres mágicos y quien no cree en ellos no los puede ver. Pero Lord Swann sí los veía y había derrotado a muchos.

El fantasma debió abandonar la capilla, seguramente asustado por el guerrero. Mira no podía creer lo que había ocurrido, estaba destrozada y en ese momento no podía admitir que su madre se había suicidado, bastante duro era haberla perdido como para pensar que había sido su voluntad abandonarla a ella y sus hermanas.

Alyra y algunos caballeros temieron que Lord Swann fuese a hacerle daño. Mira no quería que el cazador de monstruos sufriese ningún daño. Era un hombre de buen corazón, y a pesar de lo roto que tenía el propio, no dejaría que nadie saliese herido. Pensó que con el fantasma fuera, era ella quien debía protegerle a él.

Miró con ternura a Lord Swann. Acarició su brazo en un gesto cálido y suave como el terciopelo, al igual que cálida y aterciopelada salió la voz de su garganta, libre ya de atropellos y repeticiones.

-Estoy bien Lord Swann. Muchas gracias por protegerme -sonrió con dulzura.

Anteriormente el caballero había abierto un pasadizo secreto, lo cual era muy emocionante. Oberyn le había dado instrucciones de cómo hacerlo y ahora le pedía que le acompañase. ¿Lord Swann aceptaría? La niña creía que sí y aunque le fascinaría inspeccionar un pasadizo secreto, el amigo de su padre acababa de dar por ciertos varios rumores que se extendían sobre las Vaelys. Aunque al principio había escuchado a Oberyn con atención viéndole como el héroe de un cuento, luego no pudo más que sentir pesar con cada palabra que pronunciaba señalando a su familia.

Mira pudo admirar de nuevo el bellísimo rostro de su hermana Alyra y sus ojos brillaron fugaces de felicidad como diamantes en un pozo de oscuridad. Le sorprendió que escogiese casarse con Alester, no por tener nada en contra del caballero, sino porque deseaba escuchar otro nombre. En cualquier caso su hermana era libre y Mira quería que fuese feliz. Cualquiera que fuese su decisión, la pequeña Vaelys estaría siempre a su lado.

Evan también pidió a Mira que fuese con él y la niña acudió sabiendo además que todos se tranquilizarían. El Septón encomendó al jefe de caballos que la cuidase, cosa que Mira sabía que cumpliría. Sentía que tenía dos grandes caballeros como amigos: el noble Señor de los Caballos y el intrépido Cazador de Monstruos.

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04/07/2018, 20:45
(2) Alester Marbrand

Las cosas volvían a su cauce. Era extraño pensarlo de esa forma, tras todo lo ocurrido, pero después de comprobar que Lady Mira se encontraba a salvo, Alester no pudo evitar pronunciar esa frase en su mente. Aunque antes de que le diera tiempo a tranquilizarse, su rostro se tornó sombrío y encolerizado al escuchar lo que Evan tenía que decirle a Alyra. Alester cerró los ojos unos segundos, tranquilizándose, recordando dónde estaba y que no debía perder los nervios con quien solo hablaba desde el despecho. En su lugar, abrazó a la joven con más fuerza y, cuando abrió los ojos, Evan ya se había alejado de ellos.

Las acusaciones y los nombres de Oberyn no cambiaron la expresión de Alester, que afirmaba con la cabeza mientras su rostro solo mostraba que ya estaba al corriente de tales rumores. Había que explorar ese pasadizo, pero ¿quién lo haría? ¿Qué podrían encontrarse ahí dentro?

Asintió cuando el Septón dijo que, antes de una boda, primero había que organizar una ceremonia por ambos señores de la Fortaleza. Toda esa prisa por casar a las jóvenes había sido un despropósito, estaba claro.

Lady Lenia estalló y, con ello, Alester pudo escuchar su voz por primera vez. Extrañado, fijó los ojos en su prometida y comprobó con sorpresa que su rostro estaba igual que esa mañana, cuando la había visto por primera vez. ¿Cómo era posible que tan rápido se solventaran sus problemas? No quería creer en la veracidad de la maldición, ni en fantasmas, pero esa repentina mejora en las hermanas tras la muerte de su madre suponía una coincidencia demasiado grande como para no creer que algo más allá de lo terrenal lo había provocado en un principio. Había querido creer al dorniense en todo momento, pero no sabía si podía seguir haciéndolo. Tal vez, cuando acabara ese día y empezara el siguiente…

Esperpéntica resultó la risa de Edric Colina, quien había aparecido en la capilla de repente, ajeno a todas las tragedias que habían ocurrido. O, quizás, no tan ajeno; tal vez simplemente disfrutaba con aquella escena y no se molestaba en ocultarlo.

- Ser Edric, como bien os acaba de decir Lady Alyra, es mejor que guardemos este tema para más adelante –le respondió, mientras llevaba a la muchacha a un rincón aparte, donde hablaron en privado. Sin embargo, antes de alejarse del todo, pasó al lado del bastardo y le susurró unas palabras.

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04/07/2018, 21:59
(0) Swann "Oso Erguido" Grizzly

Las palabras de Alyra, Alester y Oberyn redujeron la respiración atacada del Oso Erguido, en especial el ver con sus propios ojos la maldición desaparecer de los cuerpos de la familia Vaelys. Sin embargo no fue hasta el gesto de afecto y confianza de Mira que bajó finalmente el filo de la espada, sonrió a la pequeña -sorprendido por su entereza- y la dejó partir hacia Evan.

Suelte eso, hombre, aquí no hay ninguna brujería! Va a asustar a la niña. No se permite empuñar armas aquí - indicó a uno de los guardias que habían entrado que se acercase para inmovilizaran al agresor. 

Sus ojos se posaron sobre el septón con rabia renovada. El hombre de fe que decía no creer en brujerías ni llevaba la bendición de Los Siente para evitar desgracias osaba portarse como un castellano y, a menos que alguien interviniese, se vertería sangre sobre aquel suelo. Primero la del guardia y después... Los dioses dirían.

- Estas manos han recogido a la pequeña dama cuando corría hacia la ventana -gruñó articulando con dificultad sus palabras-, hice un juramento de protegerla a ella y a Lady Tabitha, ante Los Siete y muchos de los presentes... No sois quien para librarme de mi compromiso.

Quería decir más, ser más locuaz para desescalar la situación pero sólo le venían palabras desde el corazón y la bilis, de manera que apretó los dientes y se aprestó a recibir su destino.

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04/07/2018, 22:17
- Muerto (terremoto) - Ser Edric Colina

Lo cierto es que al bastardo le costó darse cuenta de lo ocurrido. Y para cuando lo hizo, ya había abierto la boca. No era la primera vez que quedaba en mala posición por hablar de más, y seguramente no sería la última, pensó lamentándose.

Bernard le había terminado por confirmar la tragedia.

- Yo… siento mucho… No sabía… - dijo sin hilar una frase coherentemente, implorando a las muchachas. Por suerte, había tenido la decencia de no faltar el respeto de la difunta hablando mal de ella, sino todo lo contrario, había hablado desde la empatía, y se reconfortó con esa idea.

Más que nunca no se sentía bienvenido en aquella casa, toda la ilusión que había tenido desde su llegada, todas sus fantasías se fueron cayendo con el correr de las horas. Para todos, el bastardo era una amenaza, un individuo desagradable con la intención de usurpar algo que no le pertenecía. Si solo supieran, pero nadie le había dado una oportunidad. Había sido descartado desde que pisó el castillo, desestimado como la peor escoria posible. No era nadie, no tenía derechos de estar allí. Tampoco había hecho nada por cambiar esa percepción ante los presentes, de hecho, sus intervenciones habían provocado el efecto contrario, siempre con un comentario fuera de lugar. Se lamentaba, pero no podía cambiar lo hecho, ya estaba escrito en la historia.

Entendía que no era el momento para hacer reclamos, como varios de los presentes le habían hecho saber, pero necesitaba sacarse esas palabras de su pecho, y así lo había hecho. El castillo estaba revolucionado, estaban pasando muchas cosa al mismo tiempo, y él no tenía control sobre ninguna de ellas, pero sin embargo Ser Edric no se daría por vencido, no se iría de allí sin conseguir lo que había venido a buscar.

Miró hacía el pasadizo que se abría ante ellos.

"No considero que Lord Vaelys quiera legitimizaros a menos que realizaseis una acción tan importante para la Casa Vaelys". Le había dicho Oberyn en privado poco después de llegar al castillo. Edric miró al Príncipe Oberyn y con un asentimiento de cabeza le indicó que tal vez esta sería su oportunidad.

- Mis señores, supongo que tarde o temprano deberemos averiguar qué se esconde allí, no es cierto? – y caminando unos pasos para examinar un poco más de cerca la entrada agregó. - Oberyn, contad conmigo. Con gusto le acompañaré.

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04/07/2018, 23:29
(2) Mira Vaelys

Era difícil describir el estado en que se encontraba la pequeña. Se sentía caminar en una cuerda floja. Si caía lo haría sobre un mar de lágrimas y desesperación que la consumirían, lo cual antes o después ocurriría, pero si lograba ahora sacar el temple de una heroína de cuento, así podría llegar al otro extremo. Sentía que el dolor golpeaba con rabia su corazón exigiendo salir de él e invadir todo su cuerpo, pero la esperanza de hallar a su padre vivo no le dejaba rendirse todavía.

Había algo más que deseaba decir. Corrió primero hacia Lord Swann y le susurró algo. Luego se acercó a Alyra y también musitó algo en su oído para tatuar un beso en su mejilla después.

Luego regresó de nuevo junto a Evan, evitando en todo momento mirar la vidriera rota, pues la silueta de su madre en ella era demasiado dolorosa y a pesar de querer borrarla, había quedado impresa en su mente des del primer instante en que la vio.

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05/07/2018, 13:59
- Narrador -

MASSTERRRR. QUIERO RODEAR A EDRIC Y VER SI PORTA ALGÚN ARMA EN SU CUERPO CUANDO LO HAYA SOBREPASADO. SI ES ASÍ ME ABALANZARÍA SOBRE ÉL POR LA ESPALDA PARA QUITÁRSELA.

NO LLEGO A SALIR DE LA SALA.

CONFIRMA QUE LEES EL MENSAJE, SI NO TE ENVIARÉ UN IM.

A simple vista no parece que porte ninguna espada. 

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06/07/2018, 10:34
(0) Ser Bernard Risefeller

Creyendo que había confirmado que todo estaba bien allí dentro tras la llegada de Edric, el Risefeller siguió moviéndose por la sala hasta llegar junto a su hermano. No se encontraba muy animado pero precísamente por eso necesitaba seguir haciendo cualquier cosa.

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07/07/2018, 23:00
(2) Alester Marbrand

Varios de los caballeros reunidos en la capilla decidieron meterse por los pasadizos. Alester no podía negar su curiosidad al respecto, pero no podía dejar a su prometida sola, después de todo lo que había pasado. Mientras conversaban en privado, Alyra buscaba el apoyo y refugio en los brazos de Marbrand, quien no dudó en brindárselo.

Cuando el mayordomo y Lady Mira salieron, por la puerta entró Marvin, probablemente ajeno a todo lo que había ocurrido. Miró a su alrededor, esperando a que alguien le avisara de las últimas noticias. Luego se dio cuenta de algo. Él había dado un paso adelante descubriéndose y, aunque nadie parecía creer en sus palabras, debía actuar en consecuencia con ellas. Así que, con un brazo alrededor de Alyra, se acercó al castellano.

- Marvin, en hora sombría llegáis –comenzó-. Vuestra señora, Lady Myriah, ha… fallecido –dijo, con dificultad al pronunciar la última palabra. No expresó en voz alta las circunstancias de su muerte, pues aún le resultaba tan extraño todo lo sucedido que le parecía algo irreal; y pronunciarlo se le hacía imposible, como si nada tuviera sentido. Y, en cierto modo, no lo tenía-. Deberíamos recoger su cuerpo y traerlo a la capilla –propuso-. Ha caído por la ventana. No sé exactamente a qué parte del exterior da esta torre –dijo, cayendo en la cuenta de que no conocía tan bien como le gustaría la Fortaleza.

Miró a Alyra. No quería dejarla sola, pero tal vez no le quedaba más remedio. No había demasiados presentes y alguien tenía que encargarse de esa tarea. Y ella no debía acompañarlo, no cuando la víctima era su propia madre-. Yo mismo me podría encargar, si me decís dónde ha caído.

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08/07/2018, 06:55
(0) Alyra Vaelys

Los hombres habían seguido siendo hombres y Alyra apenas tuvo un instante para recuperarse de la impresión de haber visto a su madre morir y tener la noticia de que su padre de seguro había corrido la misma suerte. Volviendo con Alester al grupo, se puso frente al enorme oso que había jurado lealtad a sus hermanos y que aún tenía su espada, la joven le extendió su mano para que se la devolviera, ella la había dejado en manos de la doncella, no en manos de otros. 

 Por favor, le pido mi espada, Ser — miró a los soldados e hizo un pequeño gesto para que calmaran — Ser Swann comprendo su exabrupto y el miedo que le pudo producir todo lo acontecido, y le agradezco infinitamente que haya jurado proteger a mis hermanas, sin embargo ahora, más calmado, comprenderá que no es lugar ni el momento de actuaciones de este tipo, ni mucho menos su comportamiento es propio de un noble, pero como dije, lo comprendo, estamos todos bastante nerviosos y claramente asustados, — miró por unos segundos a Alester que le avisa a Marvin, Alyra se alegró de verlo, sin embargo en sus ojos existía la pena de todo lo acontecido. 

— así que si al maese Tiziano no le incomoda, creo que podemos dejar esto aquí, ya no queremos más conflictos, suficiente tenemos con... con tener que traer a la señora de esta casa para su velatorio — al recuperar su espada la volvió a colocar en su bolsa de color negro y puso en su cintura. Nadie podía cargar armas en la fortaleza, solo los guardias, y en ese momento, ella. 

 Ser Alester, iré con ustedes, necesito comprobar que mi madre sea traída en toda su gloria y que la muerte no revele la brutalidad con la que ha acontecido, Lenia ha ido en busca de nuestro padre, y me corresponde ir en busca de nuestra madre, — lo dijo con tal convicción que era evidente que aceptaría un no por respuesta. La joven colocó sus manos delante de ella, sobre su regazo

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08/07/2018, 17:51
- Muerta (terremoto) - Astrid Vaelys

Astrid observaba el rostro de su madre descomponerse. La mirada de la primogénita irradiaba duda. ¿Qué le estaba pasando a lady Myriah? Una mujer fuerte, noble y rígida, que jamás renunciaba a sus ideas por mucho que la demostrasen que no era así.¿Acaso Astrid no se habría criado para ser como ella, para llegar hasta lo más alto? Pudo ver sus intenciones justo un segundo antes de que ocurriera. Fue a alzar la mano antes de que su madre saliera corriendo y se lanzara contra la vidriera.

Se oscureció su rostro perpleja por la situación. No se podría distinguir en ella nuevamente los sentimientos, pero esta vez por una razón bien distinta. No los ocultaba, era incapaz de entender lo que sentía en esos momentos. Despacio, como si lo demás no importase, se acercó a la ventana y miró a través de ella. El cuerpo de su madre estaba allí, tendido, sin moverse. 

Quizá pasaron segundos como horas, pero de pronto sintió un pinchazo en las palmas de las manos. Al mirar, estaba apoyándose en cristales rotos. Sus brazos se estaban cicatrizando y, salvo alguna fea costra, todo parecía volver a su normalidad. Todo salvo las nuevas heridas que se había provocado sin darse cuenta.

Las conversaciones llegaban hasta ella como si pasaran a través de una cascada. Escuchaba poco y entendía menos. Sólo podía ver la ira de los hombres, el dolor de sus hermanas y las dudas que todo generaba. Pero se había hartado.

Esto no puede continuar. Lenia, detente notó que su hermana seguía su avance ¡DETENTE! No te ata nada aquí, pero tu madre merece nuestras oraciones. Cuando su cuerpo descanse entre los Siete, serás libre de marchar a donde desees, no te lo va a impedir nadie. De momento, quédate... la voz casi se apagó, pero se distinguió unas últimas palabras por favor

Alyra, Lenia, Mira, Tabitha y yo debemos gobernar esta casa mientras las cosas no sean aclaradas. Me da igual quién sea el heredero y quién no. Mi madre se acaba de tirar por la ventana y mi padre está desaparecido. Me dan igual las palabras anunció antes de que alguien pudiera hablar sobre Alester o sobre Edric Si mi padre ha muerto, quiero ver su cuerpo, enterrarlo. Y después, se pueden pelear por quién tiene más derecho sobre la casa parecía que las palabras de Astrid significaban que renunciaba a ser la heredera, pero su frialdad en esos momento anunciaba que todo lo que hacía tenía un motivo y una explicación que, obviamente, no iba a narrar.

Septón, deme media hora. Ruego no empiece el rezo de mi madre sin mi presencia. He de ausentarme unos instantes. Caminó hacia la puerta, pero se giró y se llevó la mano al cuello. Quiero que las flores rodeen el cuerpo de mi madre. Las orquídeas, si las hay púrpuras mejor todavía dijo. Se acercó hasta los hermanos Risefeller y, tras unos segundos, tiró de ser Tyler para salir con él de la capilla.

Notas de juego

Salvo que alguien tenga algo que decirme, salgo de la capilla

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08/07/2018, 18:09
(0) Swann "Oso Erguido" Grizzly

Con la pesadez propia de su volumen Lord Swann cayó sobre su rodilla e hizo entrega con las dos manos de la espada a su dueña y señora de la casa. Al igual que con Lady Myriah en su momento, al señor de Grizzly le costaba contestar a con algo más allá de un gorgoreo ininteligible que, por su extraña entonación, pudiera entenderse como una concesión.

Si el septón no buscaba ya más su inmovilización y arresto el gigante se pondría de nuevo en pie, inclinaría la cabeza hacia Alyra Vaelis y Alester marbrand, trataría de decir algo apropiado para quedar boqueando como un sapo antes de acudir en auxilio del príncipe Oberyn, corrido de vergüenza.

Notas de juego

* Al dungeon!

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08/07/2018, 18:29
(0) Ser Bernard Risefeller

Lady Astrid parecía un torbellino y enseguida tomó la mano de Tyler para llevarlo consigo. Bernard miró cómo se preparaban para marchar, del mismo modo que Alester y Alyra. El hombre suspiró un momento creyendo que tendría que dirigirse a ellos. No era su intención que quedara la creencia de que iba a seguir insistiendo en el asunto de la boda, de modo que caminó hacia la pareja.

- Ser Alester, Lady Alyra, les deseo felicidad tras su próximo enlace matrimonial.

Miró a ambos, primero al hombre y luego a la mujer. Aquello venía a ser una despedida definitiva para la joven.

- Como le dije al príncipe, le seguiré por el pasadizo. Quiero que vea que soy un hombre de honor. Así pues, hasta pronto.

Se despidió y se preparó para adentrarse en el pasadizo. Aunque le quedaba la curiosidad por saber si Marvin iba a decir algo nuevo.

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09/07/2018, 15:28
(0) Alyra Vaelys

Tuvo  una extraña sensación ante las palabras de Lady Astrid, algo en el estómago,o mejor dicho, un escalofrío en la nuca ante el peligro, pues la mujer se mostraba demasiado llana para llegar a acuerdos, algo que nunca antes había mostrado con nadie, no podía culpar a alguna de las hermanas Vaelys por sentir desconfianza de tanta generosidad, además, ¿acaso eso había sido una orden?. Alyra apretó el brazo de Alester, pues Lady Astrid como mucho de los presentes aún no querían hacer oído de lo que había dicho Lady Myriah justo antes de morir y que parte de aquello había sido escuchado por los soldados ahí presentes, sin embargo, parecía ser más conveniente seguir poniendo en duda todo.

— Lady Astrid — alzó la voz, Bernard se les había acercado pero Alyra debía poner en orden ese punto — mi hermana Lenia hará algo sensato, buscar a nuestro padre, no es que se irá, sino que hace algo que cualquiera de nosotras debe hacer, por eso yo iré por nuestra madre y ella, por nuestro padre — era obvio que Lenia quería partir cuanto antes al norte y la comprendía pero lo que había dicho y el objetivo anunciado era obvio, sino ella misma lo haría, pero era mejor que su hermana mayor lo hiciera, Alyra no estaba preparada para encontrar a su padre muerto y aún se aferraba a la esperanza de que los rumores sobre su muerte fueran exagerados. 

— sobre las flores, tú conoces más a Lady Myriah, por favor encárgate de las flores que has pedido, tendrás media hora, de seguro tendrás tiempo para ir por ellas y estar presente para arreglarla para su último adiós — obvio que sentía que era ella la que debía ir por su madre muerta y encargarse de su funeral pero tenía asuntos importantes que tratar, mucho más que la de darle el último adiós a la mujer que la privilegió sobre el resto de sus hijas. Alyra rodó los ojos un poco ahora mirando a Bernard, las mejillas de la joven estaban rojas y no era por vergüenza, los que la conocían mejor sabían perfectamente que pasaba con ella y con ese gesto. 

— Ser Bernard... — su rostro cambió por completo ahora que miraba a Bernard, era un momento bastante incómodo, lamentaba cómo se habían dado las cosas y deseaba que el hombre fuera bendecido por la Doncella y encontrara el amor, y que la justicia del padre lo librara de las terribles acusaciones que pendían sobre él — muchas.. muchas gracias — mojó sus labios y miró a Alester un segundo, antes de soltarse de él y levantar un poco su falta, sacando de su pantorrilla derecha un puñal en su funda, la chica estaba bastante protegida ante La Luz de las cosas que estaban pasando — tome, no sé que encontrarán al otro lado de pasadizo, y ninguno de ustedes está armado si no es con sus puños, pero por favor, traigan con vida al que encuentren, se le dará la justicia que le corresponde por sus actos, cualesquiera sean estos — le entrega el arma al hombre, de los presentes parecía el que más le producía confianza, a excepción de su hermana Lenia, pues todos sus actos habían sido acorde a sus palabras y a pesar de todo, él la había intentado proteger, y eso, claramente, Alyra jamás lo olvidaría. 

Los ojos marrones de la joven se colocaron sobre ser Grizzly que no había logrado decir palabra alguna ante su requerimiento, se lo agradecía también y esperaba que pudiera ir por aquel pasadizo, sin embargo era decisión de Tiziano, después de todo él era el septon de aquel recinto y eran sus dominios, como tan bien lo había expresado. 

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09/07/2018, 19:12
(0) Ser Bernard Risefeller

El caballero pudo presenciar el que podía ser el primer cruce de palabras agresivo entre ambas hermanas aunque no creía que fueran a iniciar una discusión allí en la capilla por lo que pensó que las cosas no llegarían a más. Un poco después la joven le daba las gracias a lo que él la observó aunque no mostrando sentimiento alguno. No tenía demasiado ánimo en ese momento salvo para cumplir con sus obligaciones tras toda esa cadena de reveses. Esperaba que al moverse pudiera retornar su energía habitual pues tenía la seguridad de que las cosas terminarían por mejorar.

Que Alyra tendiera aquél puñal fue un detalle que le llamó la atención y le haría sonreir divertido de ser otras las circunstancias. La Vaelys parecía bien pertrechada para el combate y que compartiera una de sus armas con él lo tenía que interpretar como un gesto de confianza en su persona. Bernard volvió a asentir a la vez que tomaba aquella vaina con la mano derecha y la pasaba a la izquierda.

- Gracias. Espero que todo esté bien ahí dentro y no tener que darle uso. Si encontramos a algún traidor lo intentaremos traer vivo.

Lo ideal era que todo se resolviera de la forma más natural posible y Bernard era consciente de eso. Aquella venía a ser la razón por la que se había prohibido portar espadas lo que tenía que definirse como un gesto sabio por parte de Lord Rhys.

Notas de juego

Master, Bernard irá junto a Swann en busca de Oberyn y Edric cuando se haga el cambio de escena.