Partida Rol por web

Tyler se hallaba sumido en los dioses saben qué pensamientos. Su gesto y expresión no revelaban nada en concreto.

De pronto todo se iluminó intensamente y un estruendo resonó con muchísima fuerza. Era cierto que llevaba tiempo lloviendo y tronando, pero este había caído demasiado cerca, o eso le pareció al caballero.

El sobresalto hizo que levantarse la mirada, y casi por acto reflejo la dirigió al septón y después a Merol.

¿Será cosa de los dioses?

Pensó por sus adentros.

Bernard miró a Tyler y habló en un tono bajo, más por respeto al lugar donde se rendía culto a su difunto hermano que por intentar esconder sus palabras. -Es una señal de El Guerrero. Es tarde. Vámonos de aquí.- 

Tyler se relajó un poco y asintió a las palabras de su hermano.

- Espero nos disculpen. Debemos ir a descansar pues mañana será un día importante para todos.-

El septón era un hombre de avanzada edad. Seguramente sus huesos clamaban por una silla o la cama, a ser posible junto una hoguera y alejados de la humedad que gracias a la lluvia lo invadía casi todo.

- Que tengan una buena noche y un confortable descanso-

Dijo mientras hacia una reverencia para despedirse de Merol y el septón.
A continuación los dos hermanos salieron juntos tranquilamente.

Saludo en silencio con una reverencia de cabeza. Nunca le parecia necesario que el hablara.

Y vio como se retiraban los caballeros.

Luego se dirigio a Tiziano.

- ¿Me precisa en algo maestro? Estoy algo agotado y deseo descansar para mañana servir en la fiesta. Y ya creo que veo fantasmas y es demasiado.-

La capilla del septo de los dioses se hallaba en la Torre de los Cuervos de la fortaleza de Sangre. Estaba situada en la primera planta y en ella había una gran capilla con la estatua de El Guerrero. Tenía un pequeño altar con unos bancos de marfil para sentarse frente a él. Detrás del altar estaba la figura de El Guerrero apoyándose en el mango de una gran espada y gran parte de la figura estaba inmersa en la pared.

Entró en la capilla con el debido respeto. No era muy asiduo a frecuentar este lugar, pero tampoco lo rehuía.

Observó la estancia buscando algún desperfecto, quizás algún rastro del rayo de la noche pasada. Antes de entrar había hecho lo propio en el exterior del edificio. 

-Buenos días- saludó al septón -Vengo a ver si han habido daños de algún tipo causados por la tormenta de anoche-

Esperó a escuchar la respuesta del anciano mientras observaba todo por si algo había escapado a la vista de los demás.

Tiziano era un hombre ya mayor, ni la vista ni su agilidad eran las de antes, a todos les llegaría ese momento en algún día, si eran afortunados de vivir lo suficiente. Normalmente el Septón contaba con la ayuda de Merol, pero ese día, por el asunto de la fiesta, el ayudante del septón había pasado a hacer las labores de ayudante de Mayordomo, y en gran medida era por causa de Evan, que acudiría como un invitado más. Por esta razón, para que el favor y el esfuerzo de prescindir de esa pieza tan importante para él le llegase de vuelta le preguntó:

-¿Necesita algo? Si le puedo ser de ayuda aquí estoy-

El Septón Tiziano se encontraba arreglando la capilla, había cogido una escoba y estaba barriendo de arriba abajo mientras pensaba en sus divagaciones sobre la fiesta. Teniendo en cuenta que la rutina de barrer era una que hacía todos los días el septón Tiziano, la capilla estaba reluciente. 

Se giró al ver llegar al mayordomo, al nuevo mayordomo, debía decir. 

Se apoyó en la escoba y sonrió con amabilidad, él jamás decía si alguien iba más o menos de lo que debería en la capilla, permitía la libertad que cada uno tomara la relación que prefiriese con los dioses. 

Buenos días -saludó acompañándolo de un movimiento de cabeza-. ¿Daños en la capilla? Afortunadamente no -incluso pareció levemente sorprendido por la ocurrencia, aunque luego cayó en algo-. Es cierto que un rayo cayó ayer cerca, pero no causó daño ninguno. 

Dejó pasar algo de silencio, mientras Evan Ross formulaba la siguiente pregunta. 

Creo que lo tengo todo bastante controlado -se rio con suavidad-, nuestro trabajo es el mismo al final, ¿verdad? Hacer que la fiesta sea un éxito y una de las hijas del Lord se case con un hombre de bien.

Asintió al anciano. Claramente la capilla estaba en perfectas condiciones, se alegraba por ello.

-Pues sí- dijo respondiendo al septón -Esperemos que al menos una se despose, y que tenga buen criterio para escoger un hombre digno del cargo que ocupará en un futuro-

Era difícil igualar a Lord Rhys. Lo último que deseaba era que el siguiente cabeza de la familia fuese desagradable, torpe o maleducado.

-¿Está seguro de que no necesita nada? Los invitados están empezando a llegar, no se si alguno acudirá a la capilla. De todos modos parece que se aproxima una boda - sonrió a Tiziano - No se me ocurre otro lugar mejor, si un día yo contrajese matrimonio desearía hacerlo en esta capilla -

Tengo entendido que vas a ser uno de los pretendientes, ¿me equivoco? 

Rumores, rumores, rumores... ¿Qué era cierto y qué no? Solo preguntando al afectado en cuestión se podía conocer la verdad de todos los rumores. Y el Septón Tiziano ya estaba viejo como para andarse con rodeos y jugar a las intrigas con el resto del joven servicio. Si tenía una duda, prefería acallarla, incluso si se trataba de un jugoso cotilleo que, en realidad, no le importaba. 

Esbozó una sonrisa ladina. 

Espero que sea en esta capilla... Lady Miriah y la mayoría de sus hijas prefieren rezar a los Antiguos Dioses -negó con la cabeza. El tiempo de protestar a Lord Rhys para que pusiera arreglo a aquello ya pasó, el tiempo le confirió paciencia y también mucha tolerancia.

Asintió al anciano.
- Estoy invitado como uno más, así que quien sabe.- sonrió -Por mi parte una boda ante los árboles no tiene ninguna validez, así que creo que en todo caso se celebraría la boda ante todos los dioses, por darle el gusto a ella se harían dos fiestas. Pero solo ante los siete nuestro matrimonio estará bendecido.- miró la capilla con cierto aire soñador.
Después miró al septón.

Si no necesita nada de mí iré a continuar con mis labores.

El comentario del mayordomo lo satisfizo, era sin duda algo que quería escuchar. La fe de los siete estaba presente en todo el reino, pero había lugares, especialmente influenciados por el norte del Poniente, que seguían contaminados con la falsa creencia de arboles misteriosos y niños en los bosques. Evan había sido bendecido por el Herrero, su valía no estaba en las armas ni en el liderazgo, sino en el servicio, y contaba con la guía de los siete para hacerlo. 

Dejó la escoba a un lado y se sentó en uno de los bancos de la capilla, e hizo señas al joven para que se sentase a su lado - Ven. Has sido guiado hasta este sagrado lugar y has acudido con intensión de colaborar para que todo suceda conforme a los designios divinos, así que lo que anhelas en tu corazón será recibido en lo alto. Acepta la guía de los siete y dime lo que sientes, has pensado realmente en desposar a una de las hijas de Lord Vaelys?  Astrid tal vez? Puedes hablar tranquilo, no saldrá de aquí lo que me cuentes, pero la Madre será quien bendiga a las herederas con el matrimonio, y puede que si escucha tu oración, seas tu y no otro quien tenga ese privilegio - poco le interesaba al anciano los amoríos de la juventud, y solo le traía un vago recuerdo doloroso, sin embargo el Lord había sido claro con la importancia de la boda, y Evan era un hombre de fe en lo profundo de su ser, el próximo Lord no podía estar corrompido por las falsas doctrinas.

No disponía de mucho tiempo, pues debía ir al encuentro de su señora, pero siempre había un hueco para los dioses si ello podía favorecer los resultados de aquella noche.

Tomó asiento junto a Tiziano y escuchó sus palabras. Después pensó durante unos segundos antes de dar su respuesta.
-Astrid es muy hermosa pero también muy orgullosa, temo que siquiera me valore como opción. Quizás le pudiese parecer aceptable para alguna de sus hermanas pero no creo que para si misma. Mira es muy pequeña todavía,y, aunque reconozco que puede intuirse que será una mujer muy hermosa no estoy seguro de que sea apropiado arrebatarle su inocencia tan temprano. Entiéndame, espero que si encuentra un caballero digno de su corazón el sepa verla como yo lo hago y respete el tiempo que le queda de niña, que no le haga entrar en los juegos adultos hasta que Mira esté preparada realmente. Siento afecto por la pequeña.- se encogió de hombros - Así que creo que, de tener alguna oportunidad estará entre Tabitha, Lenia o Alyra. Las tres son damas hermosas, de gran corazón y gran espíritu. Estoy seguro de que las pretenderán muchos hombres esta noche, caballeros atractivos, más fuertes y poderosos que yo, así que creo que mis opciones son muy pocas. Tan solo espero que si alguna siente algo por mi desde hace tiempo, es decir, previamente a la fiesta, la madre de fuerza a ese sentimiento y a mí para apreciarlo, pues nada deseo más que una esposa.-

El anciano escuchó en silencio cada uno de las palabras de Evan, hablaba desde el corazón y eso era un momento sagrado y solemne. Conocer las verdaderas intenciones de los hombres era un privilegio que pocas personas en el Poniente podían jactarse de tener, pero los dioses habían querido caprichosamente que él fuese uno de ellos.

Cuando terminó puso una mano en el hombro del joven - No subestimes tu valía, Evan, los siete tienen grandes planes para tí. Ten por seguro que la Madre te ha escuchado, ella tocará el corazón de Tabitha, Lenya y Alyra, y si en alguna de ellas reside la compañera que te mereces, vuestro enlace será bendecido en esta capilla- sonrió y su mirada se perdió en los rincones del salón, como si pudiese ya percibir el momento de la boda. - Ahora seguramente tienes cosas que atender, queremos que la fiesta sea memorable. Cual es tu opinión respecto al chico, esta a la altura del desafío de organizar el gran evento? A veces el aprecio que siento por Merol no me permite ver con objetividad su valía- preguntó mientras se ponía de pie, no solía expresarle a su asistente nada de lo que pensaba sobre él, pero ahora que llevaba una gran responsabilidad se lamentó de no haberlo hecho.

Acompaño a Evan hacia la entrada de la capilla - Os hago una pregunta mas, sabes algo del estado en que se encuentra el prisionero dragón? Ni si quiera se si ha desayunado, sus padres alguna vez tuvieron la bendición de los siete, y su futuro me tiene un tanto preocupado- confesó. 

Agradeció las palabras del septón. Esperaba que la madre le bendijese con ese amor y poder casarse en aquella capilla. Sonrió al anciano. -Entonces ya no hay nada que temer, será lo que deba ser . Espero ser digno de la gracia de una de ellas y que la madre nos acompañe en el camino de formar una familia.-

Cuándo le preguntó a cerca de Merol suspiró y sonrió levemente. Tiziano sentía afecto por el muchacho, algo natural por otro lado, ya que compartían muchas horas juntos. 

-Creo que está algo nervioso. A fin de cuentas anoche se le comunicó que estaría en primera línea, ocupando un puesto que jamás ha visto de cerca. Pero sí, con la ayuda de John saldrá adelante. Es un chico bastante espavilado- Dijo con afecto. 

En cuanto al dragón... por Evan podía pudrirse, pues había osado amenazar a Lord Rhys, apelando a su dignidad, poniéndole en serio peligro cuando le atacó por la espalda, pero también ahora, con una fortaleza llena de caballeros bien entrenados. Si el Targaryen aparecía arropado por la hospitalidad del Lord y amparado por su protección... las cosas podían ponerse muy tensas. Sin embargo Tiziano era un hombre santo y seguramente veía las cosas desde otra perspectiva, la de la piedad y el amor a la vida, la de que todo el mundo podía redimirse por muy grande que fuese su pecado. Tan solo hacía falta que uno estuviese dispuesto a tomar el buen camino. Tan solo el buen corazón que estaba convencido que tenía el septón le habló como si Viserys no fuese una escoria que mereciese morir de hambre y cubierto por sus propias heces. 

-No tengo noticias del Targaryen pero estoy seguro de que cuidarán de él. Lord Rhys le encerró por el bien de todos, precisamente dio su palabra de protegerle. Por esa razón no saldrá de su celda, pero tampoco pasará penurias.-

- Si, todos estamos en sus manos, Evan. La Madre es generosa y dulce, confía en ella. Rezaré al Herrero para que acompañe a Merol el día de hoy, el chico saldrá adelante - las palabras de Evan le dieron tranquilidad, era un servidor fiel a su Lord y sus dioses, un ejemplo que muchos otros podías seguir.

- En cuanto al dragón, espero que sea como dices, es un tema delicado, muy delicado- dijo pensativo, el muchacho ya había dado su opinión en el consejo y la decisión del Lord había sido tajante, sin embargo tenía un mal presentimiento, algo que lo incomodaba.

Acompaño al joven hasta la puerta - Ha sido una buena conversación Evan, y os agradezco tu disposición para ayudar, cuando lo necesite, acudiré a ti- le dio una palmada en el hombro y ambos salieron de la Capilla.

Asintió a Tiziano. El anciano siempre le recordaba con su actitud y ejemplo que habían formas de tratar las cosas más nobles que el enfado y el desprecio. Ver el mundo desde la bondad, la compasión, la generosidad y la valentía de ofrecer segundas oportunidades.

-Gracias por todo Septón Tiziano. No dude en acudir a mí. Espero que nos veamos en la fiesta-