Partida Rol por web

No estoy de acuerdo con las palabras sobre ser Galbart, madre. Más allá de lo que sientan o dejen de sentir entre ellos, será un buen aliado, y dudo mucho que su mano tiemble en algún momento si lo necesitamos. Y si esta maldición es cosa de alguna brujeria, no creo que haya sólo una persona detrás. Puede que haya un poder, una casa que quiera quitarnos de en medio. De una manera u otra, ser Galbart debe formar parte de esta familia. Afirmó, defendiendo los intereses de su hermana, aunque de una manera que sólo Astrid podría hacer, llevándoselo al terereno de la política.

El primer No me gusta sobre Tyler pensó que la iba a doler más, pero una parte de su cerebro se lo había esperado. Quizá más de su padre que de ella, pero algo le decía que en su familia no terminaría de encajar bien la idea, y tendría que hacer uso de la dialéctica para conseguir sus propósitos. Iba a interrumpir a su madre cuando ella le lanzó un ataque directo al corazón: Richard. Quizá para otra mujer, eso hubiese supuesto un mar de lágrimas, incluso salir llorando de la habitación tras dar un portazo. Pero a Astrid había aprendido bien, tanto en esa casa como con los Lannister. Mostrar los sentimientos en momentos como ese, sólo conseguían dar poder a su oponente. Y eso era algo que no iba a permitir, por mucho que fuera su madre.

Rumores hay muchos, madre dijo, mirándola directamente a los ojos. Las verdades sólo las conocen los implicados, y aún así éstos mismos contarán su versión, no la realidad. Dudo mucho que Tyler asesinara a Richard. Son cosas que se hubiesen terminado por descubrir, y él estaría colgado por ese sacrilegio Matar a alguien de tu propia familia era algo sumamente grotesco. ¿Quieres que demos valía a todos los rumores? La casa Vaelys sería destruída en el momento en que cualquiera diera por verídico todo lo que se escucha. Y hay rumores sobre todas nosotras, madre, sobre todas nosotras.

Tyler es un hombre que no me va a solicitar que me vaya a ninguna parte. Nos quedaremos en la Fortaleza de Sangre, y aquí gobernaré. Él tiene un buen trato con los demás caballeros. Si alguno es imbécil y no quiere que una mujer le de órdenes, él seguirá mis deseos, cumplirá lo que le pido y conseguirá que todos hagan lo que así considere más oportuno.

Su madre le propuso a su hermano como alternativa y negó con la cabeza Bernard no es mi opción. Ni él está interesado en mí ni yo en él. Y que la primogénita de la casa Vaelys elija al tercero de la casa Risefeller puede ser considerado como un insulto a su familia. Y esto lo hacemos para conseguir nuevas alianzas o fortalecer las anteriores, no para generar problemas.

Se giró. No quería mirar a su madre al decir estas palabras No se si será Edric Colina o el Targaryen el culpable de esta situación, pero madre, hay que afrontar y tener en cuenta una realidad. Que no se encuentre a padre, cuando estará casi todo el servicio buscándole, nos plantea una situación muy complicada. Si padre ha empeorado, huído o... no, no podía decir muerto la herencia es muy clara: Todo será de Edric. ¿Quiere eso, madre? ¿Nos ponemos a buscar a un candidato que le parezca adecuado para nosotras mientras Edric toma posesión del trono?

Lenia miró con sorpresa a Astrid, era la primera vez que Lenia recordaba que Astrid no solo la apoyaba, si no que lo hacía de una manera tan firme. No dijo nada, ni escribió nada hasta que Astrid terminó de rebatir a su madre.

Las hijas Vaelys siempre solían ser bastante respetuosas y no ponían en duda las palabras de sus padres pero era una ocasión complicada, donde ellas estaban implicadas y no se trataba de leer o bordar, se trataba de casarse con un hombre, la mejor opción siempre era con la que la propia casada estuviera mas cómoda y no era descabellado que Astrid quisiera casarse con Tyler, como no lo era que la propia Lenia quisiera a Galbart.

Lenia tomó la pizarra.

"No se mis hermanas, pero si Astrid y yo lo tenemos claro " escribió, dio unos segundos para leerlo y borró para escribir de nuevo "Debería ser cuanto menos, oficial". Volvió a mostrar la pizarra.

Lamentaba no poder hablar porque tenía tanto que decir.

"Si alguien intenta atacarnos, estaremos mas protegidas con una alianza sellada" afirmó. Lenia acababa de aprender que llevando el razonamiento al lado político era mas sencillo que a nivel sentimental. "Galbart no permitirá que me pase nada" sentenció.

Un grito resonó por toda la escalera del Fénix y segundos después Evan, el septón Tiziano y su ayudante Merol, aparecieron por la puerta. Tras él le seguía Sloth y por último uno de los soldados de la escalera venía agitado y cansado con Mira agarrada en sus hombros.

¡Mi señora! Gritó el soldado interrumpiendo la conversación que se estaba desarrollando allí. ¡Esto es una locura! ¡Ha sucedido algo terrible! ¡Algo inesperado! ¡Fiona... Fiona... Fiona ha tenido un accidente!

El Septón estaba a punto de comenzar a hablar con su asistente, en una conversación que a las claras no iba a favorecer al joven, cuando el soldado subió corriendo.- Que? Que ocurrió? - La noticia de un nuevo accidente lo preocupó, las casualidades existían pero eso era demasiado. Otro accidente mas? su cabeza volvió a viajar a toda velocidad, los hechos se le venían encima  Si Fiona y Alyra no están aquí, quienes están en la habitación entonces? se preguntó, y se asomó por la puerta para tratar de ver quienes estaban, sin obstruir el paso de Sloth y del soldado que venía con la noticia.

-Te has salvado esta vez - le susurró a Merol cuando se volteó hacia el interior de la habitación.

Llamó a la puerta y aguardó a que le invitasen a entrar. Aunque no lo hiciesen entraría de todas formas, pues había demasiado en juego. Mientras cogía el pomo de la puerta con la duda de si abrirlo ya o no un grito aterrador se oyó por toda la escalera. El mayordomo abrió entonces la puerta de par en par, creyendo que pudiese ser de alguien del interior de la habitación. Cruzó el umbral claramente preocupado y se quedó perplejo al ver quienes estaban allí. No le dio tiempo a disculparse ni a preguntar cómo estaban, pues casi inmediatamente llegó Sloth y uno de los guardias con Mira a hombros. Al ver a la pequeña llevada a cuestas Evan creyó que ella era quien había sufrido el accidente, pero entonces el guardia les informó de que había sido Fiona.

Evan miró a todas las damas con una clara expresión de preocupación, demasiadas cosas sucedían y con todo aquello siquiera había sido capaz de realizar la reverencia y el saludo que siempre les otrogaba porque les pertenecía por derecho.  

-¿Fiona?- Fue incapaz de contenerse y preguntó, a fin de cuentas Fiona era parte del servicio y él, aunque hoy no fuese el mayordomo, se sentía responsable -¿Qué ha sucedido?¿Cómo ha sido y como está?- Mientras preguntaba todo esto a Sloth y el guardia no podía dejar de mirar a la pequeña de los Vaelys, como tratando de averiguar si Mira estaba bien o si por el contrario estaba herida de algún modo por el que hubiese de ser cargada a las espaldas del guardia.

- No estoy deacuerdo madre - dijo contradiciendola - Porqué conformarme con cualquier cosa pudiendo optar a un gran hombre - Lenia escribía y borraba con ira, su cuidada letra pasó a ser bastante salvaje. - Astrid debe ser la señora de esta casa, no yo 

Antes de que les interrumpiera, Lady Myriah contestó a su hija Lenia. Si, Astrid debe ser la heredera. Sin duda.  Pero ya sabes lo que dice el testamento de Joston Ríos, la primera prima en casarse heredará la Casa y todos los cargos. Eso implica que si os casarais antes que Astrid serías tú quien heredase y no Astrid, que como primogénita sería la más indicada. Así que, si quieres casarte con él, no será hoy. Y además, tanto yo como vuestro padre tendrá que darle el visto bueno, y para eso tendremos que reunirnos en el Consejo para analizar cuán conveniente sería la alianza con el Reino de Bosqueespeso o si nos traerá más problemas que ventajas. Ante la última frase que escribió Lenia en la pizarra, sobre encontrar a Lord Rhys, Lady Myriah no pudo hacer otra cosa más que asentir.

Luego Astrid intervino para hacer una alegato sobre lo conveniente que sería su matrimonio con Ser Tyler. Está claro que ha sabido venderse. Dijo Lady Vaelys. Él ha sabido como manipularte y como hacer que pensaras que tú serás la dama y señora de la casa. Negó y se llevó la mano a la frente disgustada. Quizá todo lo que dices sea más sencillo con Ser Bernard. Lo mismo que hablas de él lo conseguirás con su hermano menor y al menos no tendremos a un asesino en la familia. Otro más. Pensó sin querer decir esas palabras delante de sus hijas.

Sé que confías en Tyler, pero temo que llegado el momento, si le resultas un estorbo, no dude en acabar contigo como hizo con su hermano. Y entonces, ¿qué pasará con la Casa Vaelys? Entiendo que creas que él es el más conveniente, y que no quieras hacer caso de los rumores. Pero ponte un segundo en mi lugar y no te dejes llevar por los sentimientos. Planteaté si lo que yo estoy diciendo fuera cierto. ¿Qué pasará si te envenena una noche o acaba contigo? Para ti ya sería tarde, y aún más tarde para la Casa Vaelys y se convertiría en la casa Risefeller en cuanto le diesen un heredero. Quiero casarte cuanto antes, hija, recalcó esa última palabra de forma regia y expresiva, pero no a cualquier precio. Aunque es cierto lo que dices sobre Lord Rhys, si le ha pasado algo, que todos los dioses no lo quieran, Edric Colina ya sería el heredero, y efectivamente, tendremos un problema. 

En ese momento, un horrible grito inundó la sala y para colmo parecía provenir de su hija Mira. Reconocería ese alarido desde mil kilómetros. Se asustó pero justo cuando ella iba a reaccionar parte del servicio interrumpió en la habitación.

Antes de que pudiera decir nada, un soldado llegó cargado con Mira hablando de algo terrible que había sucedido. Quería aprovechar para dar órdenes a ese soldado, pero que Fiona hubiera sufrido un accidente no hacía más que aumentar la idea de que la terrible maldición de la Casa Vaelys estaba actuando muy deprisa aquella noche.

¿Qué ha pasado? Preguntó Lady Myriah al soldado. Se quedó mirando a Mira y se acercó para cogerla en brazos. Pesaba demasiado, así que no tuvo más remedio que dejarla tendida en la cama de su hermana Alyra confiando que su hija Lenia se hiciera a un lado y le ayudase. ¿Por qué has gritado así? ¿Qué te ha pasado y qué le ha pasado a Fiona?

Sloth había conseguido librarse esta vez de los guardias. ¡Qué listo era Sloth! Ufano caminaba por el pasillo cuando escuchó un grito que le puso la piel de gallina. Una de las niñas. Angustiado, caminó lo más deprisa que pudo hasta llegar a los aposentos de Lady Alyra. Cuál fue su sorpresa al ver llegar por el pasillo al tiempo que él… a uno de los soldados. ¿Le diría algo a Sloth? No, estaba su señora ahí. Y las niñas. Y ninguna echaría a Sloth de ningún lado, ¿verdad?

El soldado llevaba a la pequeña Mira a hombros y traía terribles noticias. ¿Otro accidente a Fiona? ¿Qué ocurría en esa casa? ¿Por qué pasaban tantas cosas malas?

Entonces Sloth cayó en la cuenta de algo terrible. La conversación que había tenido con la criada antes le hizo pensar la más oscura de las teorías. ¿Y si…? ¿Sería posible? No, Sloth, no. No puedes adelantar acontecimientos. Espera a escuchar con detalles lo que le ha ocurrido a Fiona.

Quiso ayudar a Lady Vaelys a coger a la pequeña, pero la madre se hizo cargo de todo ella sola y tendió a Mira en la cama. Sloth se acercó por el otro lado, con rostro preocupado. Pensó que lo mejor sería esperar a que la señora no estuviera tan ocupada para transmitirle el mensaje.

- ¿Dónde está ahora Fiona? ¿Necesita ayuda? Sloth es fuerte, Sloth puede cargar con ella –se ofreció el jorobado, imaginándose a la criada tirada por cualquier parte sin poder moverse. ¿Por qué ningún soldado se había hecho cargo de ella? Miró a su alrededor y se fijó en que Alyra no estaba. ¿Dónde se habría marchado?

Había llegado a la habitación con la piel tan pálida como el mármol y la mirada ausente. Cuando su madre la cogió en brazos se abrazó a ella cerrando los ojos con fuerza. Poco después estaba tendida en la cama. Hubiese deseado cubrirse por completo con las sedosas sábanas, desaparecer bajo un manto protector y que al retirarlo, el día comenzase de nuevo mostrando que todo lo ocurrido hasta el momento no había sido más que un sueño. Pero no sería así.

Se incorporó quedando sentada y miró a cuantos la rodeaban, especialmente a su madre y hermanas. La calidez de la compañía, la seguridad de una estancia que tantos buenos recuerdos le traía, o la conjunción de ambas circunstancias, hicieron que los músculos de Mira, tensos y rígidos, se relajasen, y aunque deseaba ser fuerte y responder las preguntas de su madre, se vino abajo. De sus ojos estallaron lágrimas que descendían por su rostro como torrentes incontenibles, bañando sus mejillas de pena e impotencia. Se cubrió la cara con las manos queriendo ocultar lo que todos ya habían visto.

Lady Myriah y el resto de personas que allí se habían reunido buscaban respuestas y el soldado aguardaba que fuese Mira quien explicase lo sucedido. Hubiese preferido que fuese él quien anunciase tan terrible noticia, pero comprendía su prudencia.

Suspiró y se limpió el rostro con el dorso de sus manos. Tomó unos segundos para coger fuerzas y poder explicar el horror que había hallado bajando las escaleras.

-Yo yo yo yo yo

Trataba de explicarse pero el desafortunado tartamudeo se lo dificultaba en gran medida. Su barbilla temblaba ligeramente y sus nervios estaban a flor de piel. 

-Fi Fi Fi

Miró a los presentes con cara de circunstancias. Cuanto más se demoraban sus palabras, más intensa brillaba la urgencia en los ojos que la observaban y esto le hacía padecer.

-Fi... Fio-na -respiró profundamente. Lo diría sin más. Debía hacerlo- es... u una est-re-lla!

Mira:

-Fi... Fio-na -respiró profundamente. Lo diría sin más. Debía hacerlo- es... u una est-re-lla!

 De pronto todo desapareció durante unos segundos, unos segundos en los que tan solo existirían las últimas palabras de Mira repitiéndose en su mente como un eco. 

Fiona es una estrella. Una estrella, una estrella, una estrella...

Las fuerzas parecieron abandonarle y su mirada pareció vacía durante ese instante. Sus hombros se descolgaron como si hubiese sido derrotado, su cabeza quedó baja y fija, mudo. 

¿Ha muerto? Fiona... no puede ser... ¿muerta?

Después observó incrédulo a Mira, no podía ser cierto, pero la niña lloraba desconsolada y no la tenía por mentirosa. Frunció el ceño, sus ojos brillaron con lágrimas que a duras penas logró contener, no podía asimilarlo, no podía quedarse allí plantado hablando. Debía actuar.

¡Por los siete!¡¡Es Fiona!!

Mientras Mira era consolada por su madre Evan se volvió al soldado.

-¿Dónde está Fiona?- Preguntó directamente. 

Luego Astrid intervino para hacer una alegato sobre lo conveniente que sería su matrimonio con Ser Tyler. Está claro que ha sabido venderse. Dijo Lady Vaelys. Él ha sabido como manipularte y como hacer que pensaras que tú serás la dama y señora de la casa. Negó y se llevó la mano a la frente disgustada. Quizá todo lo que dices sea más sencillo con Ser Bernard. Lo mismo que hablas de él lo conseguirás con su hermano menor y al menos no tendremos a un asesino en la familia. Otro más. Pensó sin querer decir esas palabras delante de sus hijas.

Ante estas palabras, Astrid se alzó, poderosa, soberbia, como si un halo la cubriera

Me tomáis por imbécil, madre dijo, olvidando tener cuidado en su trato. Ya no hablaba de hija a madre, hablaba de mujer a mujer. Todas estas palabras son mías, él accederá a lo que yo le pida. Hicisteis bien en enviarme a la casa de los Lannister. No sólo he perfeccionado mis modales, he afilado mi inteligencia cual daga envenenada y certera. En este juego, ni todos los hombres son capaces de jugar, ni las mujeres somos incapaces. Y no sólo soy capaz, si no que voy a ganarlo.

Sé que confías en Tyler, pero temo que llegado el momento, si le resultas un estorbo, no dude en acabar contigo como hizo con su hermano. Y entonces, ¿qué pasará con la Casa Vaelys? Entiendo que creas que él es el más conveniente, y que no quieras hacer caso de los rumores. Pero ponte un segundo en mi lugar y no te dejes llevar por los sentimientos. Planteaté si lo que yo estoy diciendo fuera cierto. ¿Qué pasará si te envenena una noche o acaba contigo? Para ti ya sería tarde, y aún más tarde para la Casa Vaelys y se convertiría en la casa Risefeller en cuanto le diesen un heredero. Quiero casarte cuanto antes, hija, recalcó esa última palabra de forma regia y expresiva, pero no a cualquier precio. Aunque es cierto lo que dices sobre Lord Rhys, si le ha pasado algo, que todos los dioses no lo quieran, Edric Colina ya sería el heredero, y efectivamente, tendremos un problema. 

Me sigues tratando como imbécil. Le consideras a él más inteligente que a mí, crees que mis sentimientos hacia él nublarán mi inteligencia. Tengo y tendré ojos y oídos en esta fortaleza. Y antes de que pudiera hacerme daño, lo sabría. De todas formas, si se queda más tranquila, podemos realizar un acuerdo con él. Si me ocurriera algo, no podrá heredar la casa Vaelys hasta que no pasen unos años, o le de unos cuantos herederos... Algo que vaya a ocurrir en un futuro lejano, lo suficiente para que, si tiene intenciones hostiles hacia mí, se descubra. Los hombres no son fríos, son temperamentales y no tienen paciencia.

A Astrid le molestó mucho que les interrumpieran de aquella manera. Miró con furia hacia la puerta, dispuesta a gritar órdenes e incluso a gritar. Pero su rostro fue cambiando cuando observó que algo había pasado

Padre pensó, y el corazón se apretó como si fuera un puño. Tumbaron a Mira en la cama, y, aunque deseó agarrarla con fuerza y zarandearla para que hablara, se contuvo, a la espera que la niña hablara.

Fiona. Es una estrella. Y llora. su mente no la permitió pensar otra cosa Debe haber muerto dijo, aligerando la presión que sentía en su corazón. Al menos, su padre no era el que había fallecido... O al menos no lo habían descubierto.

Se adelantó hasta el soldado. Evan podría haber ascendido, pero los modales no debería haberlos perdido.

Mi hermana no puede continuar. Cuéntanos qué le ha ocurrido a Fiona exigió, mostrando un rostro duro e implacable.

El anciano Septón entró a la habitación y buscó una silla para sentarse, las escaleras habían sido un gran desafío para él, incluso con la ayuda de Evan y Merol. Como es posible que haya tendio otro accidente? se estaba recuperando del anterior! se preguntaba mientras esperaba a que alguien diese mas explicaciones sobre lo sucedido. - Le dije al Maestre que la entablillara pero él...- se detuvo, de nada servía lamentarse del pasado, lo importante era tratar de salvar al la joven o comenzar a rezar por su alma - Demasiadas cosas están sucediendo este día, mi señora - dijo mirando a Lady Myriah - Alyra esta siendo tratada en este momento por Caelus. Hace una hora estaba sana y ahora padece una extraña enfermedad. Casualidad? o ha tomado algo que se lo provocó? Ella nos contó que Tabitha había desaparecido y estaba preocupada por ella. Ya apareció? Está bien?- el anciano comenzaba a preocuparse, todo esto estaba poniendo en riesgo la vida de la familia que tanto amaba, y comenzaba a perder la compostura. No podía ser casualidad, y estaba seguro que los Siete no le deseaban ningún mal a los Vaelys, esto tenía que tener otra explicación - Alguien quiere hacerle daño a esta familia. Que los Siete se apiaden de nosotros - dijo, tratando de controlarse. 

La mente de Lenia funcionaba a toda velocidad, las ideas, los pensamientos, los miedos, todo se acumulaba en su mente y con el accidente ... Lenia se quedó como en un pequeño estado de Shock, sin saber que hacer, que decir, se limitaba a mirar a la gente confusa intentando buscar información sin hacer preguntas.

Se situó junto a Mira y la tomó de la mano intentando darle su cariño y apoyo de aquella manera, después, miro a Astrid con la esperanza de que como hermana mayor y futura señora de la fortaleza, supiera tomar las riendas de la situación, después, por último, miró por la ventana hacia donde debían estar comiendo los caballeros y suspiró, ojalá su caballero estuviera allí para darle su protección, porque es como se sentía ahora, muy desprotegida.

El soldado miró a los ojos a Sloth y después a la pequeña Mira. No sabía si sería prudente o no mencionar las palabras que tenía que decir, pero la legítima heredera le hizo a hablar. Sí, le ha pasado algo terrible. Tiene el cuello en muy mala postura, y está todo lleno de sangre. No la hemos recogido porque queríamos esperar a ver qué decían Lord y Lady Vaelys. Pero me temo que... el soldado no fue capaz de terminar aquellas palabras, especialmente delante de la pequeña Mira. Eran palabras demasiado duras para una niña de su edad.

Después Evan se alertó tras las palabras de la más joven Vaelys y en seguida se atrevió a decir donde se hallaba el cadáver. Está en las escaleras, mi señor. Ha debido de resbalar cuando subía. O eso quería pensar. No había visto a nadie por allí en los últimos minutos, aunque tampoco había visto a Sloth subir en ningún momento y aquello era muy raro. Aunque no creía que fuera un buen momento para buscar culpables. Pero quizá, el jorobado, tenía algún tipo de rencor hacia la joven Ironsmith y se había cobrado su venganza empujándola por las escaleras. 

Las últimas palabras del soldado fueron para contestar al septón, por Lady Tabitha no tenéis que preocuparos, estaba a los pies de estas escaleras charlando con mi compañero. No sé si se habrá enterado de lo que acaba de suceder.

Lady Myriah suspiró hondo. Se sentía confusa sobre como actuar en ese momento. Aquello solía ser tarea de su marido y aunque sabía trabajar bajo presión la muerte de Fiona le había caído como un jarro de agua fría. Ginevra siendo tan desastre y la única criada competente había muerto un día tan importante como aquél. El septón tenía razón, eran demasiadas casualidades en un mismo día.

La maldición de la casa nunca antes había obrado sobre las mujeres, y tampoco de forma tan rápida. Esto tiene que ir más allá, pero hasta ahora que yo sepa, solo había afectado a mis hijas, dijo mirando a Lenia y Astrid, aunque al ver a su pequeña tartamudear también pensó que podía estar relacionado. Fiona, que yo sepa, no ha hecho más que trabajar y no debía haber sido atacada por la maldición. Ha tenido que ser otra cosa, o torpeza suya o un ajuste de cuentas.

Tras aquellas palabras, el soldado no pudo evitar volver a mirar a Sloth.

En cualquier caso tenemos que actuar lo más rápido posible. Creo que será mejor que nuestros invitados no se enteren, una muerte en un día de fiesta no deja en buen lugar a nuestra casa, y ya bastantes desgracias están ocurriendo hoy. Comentó pensando en el nauseabundo olor que había corrido por todo el salón y el comedor.

Sea lo que sea, Evan haz el favor de ir a por Fiona, tendremos que llevarla a la capilla para rezar por ella. Septón, usted y su ayudante prepararán todo para el funeral. No podemos enterrarla ya, así sin más. Lenia, haz el favor de ir a buscar a tu hermana Tabitha y avísala de que se reúna con los demás en la capilla. Astrid, avisa al maestre y a Alyra de lo que ha sucedido, dile a Caelus que mande un cuervo a la familia Ironsmith, creo que toda su familia está muerta, pero si conoce algún pariente, aunque sea lejano, sería necesario que se le informase.

Sloth, ve a los jardines, dijo mirando por la ventana, allí se encuentra su hermano, será mejor avisarle pero haz el favor de no llamar la atención del resto de invitados. Luego quédate allí haciendo algún juego o proponiendo cualquier situación para distraerles, nuestros invitados no deben sospechar que está sucediendo nada malo. Dígale a Kyle que se reúna con los demás en la capilla.

Por último, Mira, hija mía, tú me acompañarás a buscar a Ginevra y a hablar con Marvin, Jhon, Sebastián y Gwen, será mejor informarles de lo que ha sucedido para que hagan todo lo que esté en sus manos para que la fiesta continúe.  ¿Entendido? Concluyó Lady Myriah tras haber dado órdenes a todos los presentes y sin poder continuar la conversación que había dejado pendiente con su hija Astrid. 

La mente de Sloth trabajaba a máxima velocidad para tratar de entender lo que había ocurrido; su corazón se había parado.

Fiona, muerta. ¿Muerta? ¿Cómo era eso posible? ¿Quién querría acabar con una criatura tan inocente como ella? Lágrimas silenciosas cayeron por sus mejillas y una mueca incluso más espantosa que la normal ocupó su rostro. Los ojos inundados ni siquiera pudieron ver al soldado mirándolo con sospecha. Sloth estaba triste, muy triste. Pero también se sentía culpable. Porque ¿podría ser fruto de un simple accidente? Claro que sí. Fiona estaba lesionada y podría haberse resbalado con facilidad subiendo las escaleras. No había nada raro en ello. ¿Pero creía Sloth que así era? Eso era ya otro asunto. Y él no había hecho nada para impedir que algo así ocurriera.

Sloth agarró con delicadeza la mano de Mira, dándole un suave apretón. La pequeña Mira, la inocente Mira que a tan corta edad había tenido que presenciar algo tan terrible.

Se acercó con decisión a Lady Vaelys cuando dio las órdenes a todo el mundo. Sí, las cumpliría, como hacía siempre. Pero antes tenía que hablar en privado con ella. No podía esperar más.

- Mi señora –dijo con voz entrecortada-, si permitís a Sloth un segundo –Se apartó del grupo, hacia una esquina de la habitación, llevándola con él para susurrarle algo rápidamente. Al regresar, miró con dulzura y tristeza a Lenia y a Astrid. Ese era su día; un día de felicidad, que marcaría su próspero futuro. Y ahora estaba estropeado.

Mientras marchaba, Sloth murmuraba para sí mismo incoherencias apenas audibles. Lo poco que podía escucharse eran palabras sueltas- Duele… A Sloth le duele. Alguien malo… Miedo.

Escuchó muy atento a su señora, con el ceño fruncido en una mueca de gran preocupación.
-Se hará tal y como ordenais. Sin embargo debo transmitiros, antes de partir, un mensaje de vuestra hija Alyra. Ella desea que os reunais en las estancias del maestre, pues allí se encuentra Alyra, con una importante afección.- Estaba nervioso, y aunque trataba de encontrar el mejor modo de decir las cosas no creía que debiese engañar a su señora diluyendo la importancia del asunto. -y si me permiten- Dijo esta vez dirigiéndose a todas las damas -les pediría que tengan mucho cuidado. Quizás no debiesen quedar solas, pues creo que no se trata de una sola persona peligrosa, y casi estoy seguro de que hay alguien de dentro implicado.-
Esperaba que comprendiesen lo que les decía y que no tomasen sus palabras como algo absurdo. No había tiempo ahora de grandes discursos, ni de reuniones con Myriah. Decidió emprender el camino escaleras abajo, con la esperanza de que Fiona no estuviese muerta.
-con el permiso de mis señoras- Dijo, esta vez sí, realizando una reverencia para despedirse de ellas. Después empezó a bajar por los peldaños, tremendamente agradecido a su señora por dejar que fuese él quien se ocupase de Fiona.
-Que esté inconsciente, por los siete, que esté inconciente-