Partida Rol por web

- No es poco probable, Caelus - contestó mientras continuaba revisando la pared sin éxito - En el momento del accidente Alyra, Evan y yo estábamos con usted en el quinto piso. En la habitación de Alyra en el cuarto piso estaba Lady Vaelys con sus hijas. Sin embargo, una persona entró junto al soldado que traía a Mira en brazos, un sirviente de hace muchos años que de un modo inexplicable había pasado el control de los guardias. No solo no es poco probable que alguien haya usado esos pasadizos, sino que es casi un hecho! El jorobado entró por otro lado y por lo visto tenía motivos para evitar a los guardias. Además lleva suficientes años sirviendo a la familia como para conocer esos pasadizos- si es que existen. 

- Ese hombre entró por algún lado, entre este lugar y el tercer piso - dijo convencido, apretando su mano en una piedra logrando solo rasparse la piel. Golpeó frustrado la pared y se ganó otro raspón. El último comentario del Maestre le llamó la atención - Hay habitaciones debajo de aquí? Si es así, tiene toda la razón en que debemos explorarlas - dijo, haciendo una seña a Merol para que se acercase.

Tyler se mantuvo en el sitio, aguardando al momento en que alguno de los guardias fuesen a buscar a Astrid para informarle de que el caballero estaba allí.

Lenia giró su rostro suavemente para ver de forma borrosa la espesa barba de Galbart, acababa de conocer a ese hombre y sin embargo, había demostrado más preocupación por ella que muchos miembros de su familia.

Agradeció estar en sus brazos y se relajó un poco sabiendo que el no iba a dejarla sola, quería irse de allí, quería a su padre, a sus hermanas, pero su vida en la fortaleza era una pantomima, quizás por eso estaba tan emocionada con la idea de casarse y ahora, estaba mas segura que nunca, quería casarse con Galbart e irse con el.

Cerró los ojos para no marearse y se dejó llevar por el norteño.

El soldado no tardó en dejarles con la investigación. Me temo que no os puedo servir de ayuda, cualquier cosa me veréis en mi puesto. Dijo marchándose.

Pocos minutos después el mismo soldado que había bajado, subió de nuevo las escaleras. Ser Tyler me pide que le de un mensaje a Lady Astrid que se encuentra unas plantas más arriba. Dijo al sentirse un poco incómodo al subir y bajar escaleras delante de los presentes.

Mientras tanto, seguían buscando rastros de alguna puerta secreta sin mucho éxito.

El soldado no tardó en llegar junto a su compañero y escuchó la petición de Ser Tyler, así que no tardó mucho en ir a buscar a Astrid.

- Ese hombre entró por algún lado, entre este lugar y el tercer piso - dijo convencido, apretando su mano en una piedra logrando solo rasparse la piel. Golpeó frustrado la pared y se ganó otro raspón. El último comentario del Maestre le llamó la atención - Hay habitaciones debajo de aquí? Si es así, -Tiene toda la razón en que debemos explorarlas -dijo, haciendo una seña a Merol para que se acercase.

-Lo mejor sería arrancar por el tercer piso. Creo que el asesino la empujó desde esa dirección- señaló las escaleras hacia arriba, era mas sencillo que Sloth la hubiese empujado desde allí sin que ella siquiera lo viese venir. En esa planta estaban las habitaciones de Tabitha y Lenia, pero el Septón seguía obsesionado con la idea de un pasadizo - Niño, ayúdame a subir y sigue revisando las piedras del vestíbulo, que el Maestre y yo entraremos a las habitaciones- se tomó del brazo de su ayudante y volvió a subir los escalones. Parece que iba a pasarse toda la tarde subiendo y bajando. Se volteo hacia atrás un segundo - Caelus, nos acompaña?-

El maestre vio sorprendido el pronto regreso del soldado, pero cuando éste les comentó que Ser Tyler buscaba a Lady Astrid, supo que el momento tan esperado estaba pronto a suceder - Por favor dime que no es otra desgracia!- le dijo al soldado.

Terminó de subir las escaleras más pronto de lo que esperaba con la ayuda de Merol, y se paró frente a la puerta de la habitación de Tabitha. Se volteo para mirar con seriedad a su ayudante, con una expresión que mezclaba reproche con advertencia. Pudo notar la creciente incomodidad del joven, que había bajado la cabeza y evitaba verlo a los ojos.

- Hazme un favor, sube tras el soldado. Una vez que haya hablado con Astrid, pregúntale de mi parte si necesita algo de mi y dile que los Siete la acompañan. No vuelvas sin su respuesta - le dijo, en parte para alejarlo de Tabitha y evitar nuevos inconvenientes, fruto de la falta de autodominio de su asistente, y también para estar dispuesto a asistir a la mayor de las hijas. El Septón tenía una vaga idea de lo que ese mensaje podía contener, pero quería confirmarlo con su asistente.

Mientras esperó a que el Maestre subiera, se quedó observando en detenimiento las paredes del vestíbulo. Debe haber sido por aquí... no, por allí se decía mientras avanzaba lentamente.

Tyler aguardó paciente bajo la lluvia a que llegase Astrid o le hiciesen pasar. Se sentía nervioso y alerta, por suerte tenía suficiente aurocontrol para no entrar corriendo, si no que se quedó allí de pie con semblante serio.

El maestre Caelus no había comido nada desde el desayuno y empezaba a sentir verdadera hambre, sin embargo el anciano no estaba dispuesto a perder la oportunidad de meter las narices en las habitaciones de la Torre del Fénix y registrarlas a conciencia.-Una oportunidad así no se presenta todos los días.

El anciano rozaba sus manos sobre las paredes del vestíbulo tratando de encontrar lo imposible. Una vez que Merol desapareció de su vista tras el soldado, divisó la silueta del Maestre subiendo. Dos será mejor que uno, se dijo. - Gracias por acompañarme, su criterio nos ayudará a dar rápido con lo que buscamos. Tengamos cuidado- le dijo mientras golpeó las puertas de las habitaciones de las dos hijas de Lord Rhys. Luego puso su oreja contra cada una de las puertas mientras esperaba una respuesta del interior, no quería encontrar a una de las hijas en ropa interior, pero por el otro, si realmente había alguien escondido allí como Caelus sugería, entonces no podían demorar la entrada a ese lugar.

Merol trastabilló al subir uno de los escalones, tras lo cual aceleró su paso para no perder de vista al soldado que se dirigía a encontrarse con Astrid. El Septón le había encomendado una tarea, y ese anciano podía resultar muy intimidante cuando se lo proponía, no iba a demorarse en cumplir con la tarea. Ni siquiera ha comido lo que le traje, pensó a modo de protesta mientras subía.

Todo ese día había resultado ser una locura, echaba de menos las tranquilas y rutinarias tareas como asistente, limpiando la capilla, leyendo un libro, realizando oraciones y atendiendo al anciano. Los preparativos para una fiesta que prometía ser majestuosa se fueron transformando en una pesadilla, coronada con el rostro ensangrentado de Fiona. Está muerta, Está muerta! 

Astrid bajó las escaleras junto al soldado, y antes de llegar a la tercera planta se encontraron con Merol que parecía estar subiéndolas.

Merol había llegado demasiado tarde al encuentro del soldado con Astrid pues parecía que ambos ya estaban bajando las escaleras.

Merol y el maestre Caelus se habían dirigido hacia las habitaciones de Tabitha y Lenia, ambas situadas en la tercera planta. Se movían con lentitud pues estaban investigando las paredes y cada centímetro de la fortaleza. Las habitaciones de ambas parecían estar vacías, o al menos no se oía ningún ruido desde el exterior.

Merol se había esforzado por seguir los pasos del soldado pero tras tropezar con el escalón lo había perdido de vista, y su exceso de peso le impidió alcanzarlo. Se detuvo agitado entre el tercer y cuarto piso, necesitaba descansar un segundo, y en ese momento volvió a ver al soldado, acompañado por Astrid. Sus ojos se abrieron de par en par y su rostro se tensó, sintió como los nervios le producían un leve tartamudeo, pero venció el temor y se animó a hablar. Peor será lo que me hará el viejo si no hablo.

- Señorita Astrid - dijo inclinándose levemente hacia adelante mientras una gota de transpiración recorría su frente. Que fue lo que dijo? - El Septón me envía para verla. Quiere que sepa que los Siete la acompañan y pregunta si necesita algo de él - cuando terminó de decir esas palabras se sintió más aliviado, pero no levantó los ojos, la presencia que imponía esa dama lo hacía sentir indigno de estar frente a ella.

Se quedó unos segundos esperando, inquieto,  y luego miró al soldado y le dijo bajando apenas la voz en actitud cómplice - Para mi que el anciano se alertó cuando supo que el mensaje era de Ser Tyler, tendrías que haber visto su cara... - estuvo a punto de sonreír cuando se dio cuenta que Astrid lo miraba. Su rostro palideció bruscamente y guardó silencio.

A los pies de las escaleras del Fénix, Marvin Curton se encontró con Tyler Risefeller que parecía estar esperando allí junto a uno de los soldados que protegía el lugar.

Nadie respondió a su llamado al golpear las puertas, así que decidió poner su oreja sobre la puerta de la habitación de Tabitha, expectante de cualquier movimiento. Lady Myriah había enviado a Lenia a buscar a Tabitha en la planta baja, así que el Septón estaba casi seguro que no estaban allí, pero quería descartar que hubiese alguien más. De repente, mientras intentaba escuchar algo con su oído envejecido por los años,  recordó que Tabitha había desaparecido por un tiempo, para luego aparecer como si nada al pie de las escaleras. - Claro!- exclamó sobresaltado, sospechando que ella había descubierto los pasadizos accidentalmente. 

El anciano no concebía que la segunda hija de Lord Rhys tuviese un corazón tan oscuro como para matar a la dulce Fiona, solo el demonio deforme de Sloth podía haberlo hecho. Sin embargo, intuía que estaba cerca de encontrar una respuesta. Dudaba de la integridad de entrar en la habitación sin permiso, aún en compañía del Maestre sería algo cuestionable, pero la posibilidad de no dejar impune al asesino lo apremiaba a seguir adelante - Doncella, guíanos - y perdónanos. Abrió la puerta de la habitación, con la intención de entrar - Vamos - susurró al Maestre.