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Castillos y Caballeros

Torre del Fénix > Planta Tercera > Dormitorio de Tabitha Vaelys

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23/09/2017, 09:30
(1) Tabitha Vaelys

Al escuchar las palabras de Evan, abrió los ojos sorprendida y rápidamente cambió el rostro a preocupación genuina. 

¿Pero está bien? ¿Qué ha pasado?

Frunció el ceño, pensativa, y dio un par de pasos por su dormitorio. Con una mano se rodeó la cintura, y con la otra iba pensando golpeándose los labios suavemente. 

Están pasando cosas muy raras, Evan -dijo de pronto, girándose hacia él-. Ginevra se ha despertado con esta cojera, teme que la hayan envenenado. Ahora, Fiona se cae y se tuerce el tobillo, ¿cómo ha sido? ¿Ha sido claramente un accidente? ¿Puede haber sido provocado de alguna forma? 

Era como si alguien estuviera anulando el servicio de la familia, ¿pero quién? ¿Y por qué? Algo se le escapaba.

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23/09/2017, 14:54
(0) Evan Ross

Mientras Tabitha caminaba pensativa Evan recorría la estancia con la mirada, buscando algo, quizás unas botas de montar.

Cuando ella empezó a hablar él volvió su mirada hacia la chica, sus palabras le sorprendieron. ¿Ginevra creía que le habían envenenado? Además estaba lo otra cuestión, Tabitha parecía absolutamente agena a lo que le atañía directamente.

-Fiona está bien. Estaba en el recibidor y tropezó con la alfombra, me temo. No había nadie cerca de ella para empujarla, de hecho tuvimos que acudir corriendo, fue uno de los invitados quien logró evitar que cayese definitivamente al suelo. Pero con todo se torció el tobillo y le duele al apoyarlo, confiemos en que tan solo sea eso, una torcedura, y esté recuperada para esta noche, pero no quiero arriesgarme, podría haberse hecho daño de verdad.-

Quedó pensativo un instante, como buscando las palabras para lo siguiente que quería decir.

-Señorita Tabitha, no pretendo ser indiscreto, pero a parte de Ginevra y vos misma ¿ha acudido alguien a vuestros aposentos antes de que llegase yo?- La pregunta parecía ir muy en serio.

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23/09/2017, 15:30
(1) Tabitha Vaelys

Suspiró aliviada al saber eso, aunque habría que mirar esta alfombra, ¿¡por qué estaba mal puesta!? ¡Y en un día tan importante! No tenía sentido. O sí lo tenía y se estaba volviendo una paranoica. 

Se obligó a calmarse, aunque la pregunta de Evan la tomó totalmente por sorpresa. 

No, que yo sepa -respondió sin necesidad de hacer mucha memoria, entrecerró los ojos y lo miró fijamente-. ¿Por qué? ¿Qué ocurre? -de forma instintiva buscó en su dormitorio si había algo fuera de lugar, la cama mal hecha, alguna silla en otra posición...

Luego hizo un movimiento con la mano, cambiando totalmente la expresión de su rostro por una sonrisa más afable. 

Y deja de llamarme señorita y tratarme como si fuese una lady, estamos solos. En teoría -entrecerró los ojos y miró alrededor nuevamente, como esperando ver a alguien que no debiera, pero no. 

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23/09/2017, 15:51
(0) Evan Ross

Asintió a las palabras de ella. Por inercia le salía tratar a todos los Vaelys acorde a su título. Sin embargo sabía que Tabitha era distinta, a ella no le cegaba el poder ni era ostentosa. Era una chica natural, jovial y sincera, eso le gustaba, aunque cuando la trataba de tu no podía evitar sentir que se estaba ganando un castigo.

-Ta..Tabitha..- Dijo con gesto un poco nervioso, parecía que buscaba la forma de decir lo que debía decir y no encontraba las palabras ideales - esto... ¿habéis ido a las cuadras hoy?-  Se pasó la mano por el mentón, como si peinase su barba de días. Después suspiró y cogió aire como preparándose para lo que iba a soltar.

- ¿Recordais el olor de las cocinas? ¿el olor del comedor? - Apretó los dientes -Ahora... ahora está aquí...- Lo último que deseaba en el mundo era ofenderla, avergonzarla o que se sintiese insultada, por eso no se demoró en añadir - ¿Sería posible que alguien hubiese entrado en vuestros aposentos mientras estabais fuera? - Desde luego Tabitha se acababa de bañar, el agua todavía mostraba las burbujas del jabón y humeaba ligeramente, se atrevería a decir que todavía estaba caliente. Los cabellos de Tabitha no se habían secado. ¿Era posible que alguien hubiese dejado algo para apestarle la alcoba? Si fuese así ella debería haber notado el olor al entrar en la habitación.

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23/09/2017, 16:03
(1) Tabitha Vaelys

No, no he ido a las cuadras hoy -respondió negando con la cabeza. 

Alzó una ceja al escucharlo decir aquello. Se tenían confianza, y agradecería que Evan le dijera que apestaba, claro, pero se acababa de bañar, a menos que el agua estuviera sucia no debería estar apestando... Así que de apestar sería su propio olor corporal, y eso no era tan agradable de saber. 

Sin embargo, él lo arregló rápido para que Tabitha no siguiera haciendo juicios extraños sobre su olor. 

Si alguien ha entrado mientras yo estaba desayunando... No lo sé, nunca cierro con llave -no era una costumbre, la de cerrar los dormitorios-, pero tampoco he olido nada cuando he llegado, y Ginevra ha sido la única que ha estado aquí que yo sepa. 

Estaba confundida, si su dormitorio hubiese apestado se hubiese dado cuenta. De eso estaba segura. Y las ventanas estaban cerradas. 

¿Qué está pasando? -aunque no esperaba que Evan respondiera.

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23/09/2017, 16:11
(0) Evan Ross

Evan escuchó la respuesta y se quedó pensativo. Si habían envenenado a Ginevra... quizás no solo le habían causado cojera.

-Ginevra y vos.. tu, ¿os habéis separado en algún momento desde el desayuno?- A su cabeza acudían miles de ideas, a cual más descabellada, aquel día debía ser festivo y feliz, pero estaba resultando una pesadilla antes de empezar. Esperaba que, al menos, el acudir a la fiesta como un invitado más reportase algo bueno. - Si os parece bien, podemos revisar la habitación por si encontrásemos algo que esté causando el olor... si lo hallásemos sabríamos al fin que se trata de un boicot. No entiendo quien ni por qué razón podría hacer alguien esto.- Ya en las cocinas había sospechado de los mozos de cuadra, sus chicos no solían preocuparse de estas tonterías, pero el motivo de la fiesta podía haber despertado ciertas ganas de venganza en algunos de ellos. Las hijas Vaelys eran hermosas, además de otros valores que poseían, cada una genuina y única, y los corazones de los hombres suelen llevar mal la derrota.  Pero si habían envenenado a Ginevra, entonces, ¿quizás alguien del servicio? ¿pero qué sirviente? ¿Quien podía querer hacer fracasar la fiesta y de paso humillar a los Vaelys? Su cabeza le señalaba de nuevo al primer sospechoso de todos, aquel del que desconfiaba desde antes del inicio del día.  Sin embargo no se atrevía a insinuarlo a ninguno de sus señores, ni a sus hijas, no tenía pruebas ni estaba seguro y la acusación era muy grave.

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23/09/2017, 16:30
(1) Tabitha Vaelys

Sí, claro que nos hemos separado; yo he venido y ella ha llegado más tarde -respondió asintiendo con la cabeza. 

Ante la idea de que algún energúmeno quisiera apestar su habitación, ¡seguro que había sido Astrid! Esta sabandija seguro querría a todos los pretendientes solo para ella... Algo que realmente no le importaría a Tabitha si no fuera porque si realmente había sido ella eso ya sería algo personal. 

Es buena idea, busquemos. 

Caminó hasta la cama y se arrodilló para poder mirar debajo de la cama, también debajo las sillas o incluso poder oler la alfombra de su dormitorio. 

Aunque si solo intentan boicotearme a mí... Bueno, está claro que sería un ataque a mi persona, aunque no sabría decir por qué. Quizás después deberíamos ir a revisar los dormitorios de mis hermanas. 

Notas de juego

Imagino que habría que esperar la respuesta del Dire, a ver si vemos/olemos algo.

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23/09/2017, 17:31
(0) Evan Ross

Asintió a Tabitha. Desde luego estaban pasando cosas bastante extrañas y le preocupaba. Aunque aquel día estaba exento de sus tareas de mayordomo y jefe de caballos no podía quedarse parado. Empezó a mirar por la habitación, tratando de no indagar en cosas muy personales de la joven, ella ya se encargaría de esos lugares a los que cualquier hombre con un mínimo de delicadeza debía evitar. 

Si el olor provenía directamente de Tabitha, entonces Ginevra también debería haberlo notado en su olfato. Si el olor lo llevaba Ginevra, como él había valorado podía ser a causa del veneno también, entonces Tabitha lo habría olido.  Resultaba muy complicado, esperaba encontrar ya al fin qué lo causaba, pues  conociendo el origen podrían encontrar la solución.

-Estoy de acuerdo, deberíamos mirar también en las estancias de vuestras hermanas. Es prioritario asegurarnos de que todas estáis a salvo, pero seamos discretos, muchos de los invitados ya han llegado- Dijo con cierta preocupación. 

 

Notas de juego

Sí, a ver que nos dice el máster, si encontramos algo o descubrimos alguna cosa más.

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23/09/2017, 21:14
- Narrador -

Notas de juego

No encuentras el foco del olor por ninguna parte.

 

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23/09/2017, 21:15
- Narrador -
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Notas de juego

Cuanto más rebuscas en la habitación, más te das cuenta de que el olor proviene directamente de Tabitha.

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23/09/2017, 22:20
(1) Tabitha Vaelys

Suspiró después de haber mirado incluso detrás de las cortinas. 

Nada, ¿tú has encontrado algo? -le preguntó, encogiéndose de hombros.

Miró a Evan y entrecerró los ojos, se acercó a él a paso ligero, se inclinó sobre el mayordomo y olfateó. Sin pudor ni vergüenza, ¿para qué? El tema que estaban tratando era más delicado que el olerse mútuamente por encima la ropa. Y era importante que comprobara si es que no era él. 

Al separarse, ella también se olfateó la ropa. 

No tengo ni idea de dónde puede provenir este olor... -y pronto abrió los ojos de par en par- ¿Se tratará de la maldición?

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23/09/2017, 22:52
(0) Evan Ross

Llevaban un rato buscando y no encontraban nada. Nada que pudiese ser lo que desprendía aquel olor tan desagradable. Pasado un rato de buscar cada uno en un extremo de la habitación, de cruzarse, de buscar juntos en un mismo lugar, de que Tabitha le olfatease con la sorpresa que conllevó para el mayordomo, que no pudo evitar sonrojarse un poco... Evan se detuvo y se quedó de pie mirando a la dama.  No sabía cómo abordar aquello, pero debía hacerlo. No decirlo le dejaría con cargo de conciencia. La cosa estaba clara, la única duda que le venía a la mente sin cesar ni obtener respuesta era por qué razón Ginevra no se lo había dicho, seguramente era mejor que la noticia le llegas de parte de otra mujer, pues Evan creía que Tabitha podía sentirse violenta o al menos incómoda al enterarse por él. 

-¿La maldición?- No conocía los detalles de la maldición, aunque nunca había creído en estas cosas supersticiosas. -No se si será eso, aunque me parece difícil de creer que realmente exista-

-No hallaremos nada Tabitha- Le dijo convencido y mirándole fijamente, en absoluto desafiante, más bien sabiendo que podía ganarse una reprimenda, pero a pesar de ello se enfrentaría al asunto -por favor, sentaos- El tono de su voz era sereno y dispuesto a aceptar lo que le viniese encima.

- Sois una mujer hermosa, muy hermosa de hecho. Os conozco desde hace muchos años, cuando a penas erais una niña. Desde entonces han sido siete años a vuestro servicio y puedo decir sin miedo a equivocarme que os conozco. - Se percató de que esta última observación podía ser malinterpretada y quiso aclararlo - No es que os conozca en profundidad, pero sí se cómo sois. Y lo último que deseo es ofenderos, pero creo que está en mi deber informaros- Sus ojos buscaron encontrarse con los de ella, azul contra azul, con el fin de que ella viese la sinceridad de sus palabras e intenciones, y también que podía confiar en él y sentirse segura y a salvo -Creo que están sucediendo muchas cosas, demasiadas como para que sea casualidad. Y por lo mismo creo que no es por descuido de vuestra persona, si no por algo más allá, algo que no logramos comprender como ha sucedido ni porque, pero ese olor... - hizo una breve pausa aguantando la mirada con dignidad pero sin soberbia -...no lo causa un objeto. Ese olor... ese olor surge de vos-  Se preparó para el chaparrón que casi con total seguridad caería sobre él. Pero, ¿acaso era mejor callarlo para evitar que la dama se disgustase con él y a cambio acudiese a la fiesta sin solucionarlo?, ¿era mejor que se presentase ante los pretendientes y pasease por la fortaleza ajena a la verdad? Tarde o temprano alguien se daría cuenta y entonces la humillación para ella sería inevitable.

Notas de juego

editado, nos hemos solapado y tu has posteado un segundo antes xD

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23/09/2017, 22:57
(1) Tabitha Vaelys

Miró a Evan, estaba tan serio que no entendía nada. Así que obedeció sin rechistar, algo raro en ella, y se sentó en la butaca, a la espera de qué era eso que le tenía que decir. 

No empezó bien. Es decir, sí empezó bien porque empezó halagándola... pero eso solo significaba lo malo que iba a ser luego lo que le dijera. Evan no solía ponerse tan serio, no con ella y tampoco cuando estaban solos, volvía a hablarle con la misma educación con que le hablaba cuando alguien más estaba con ellos, no con aquella confianza que se tenían cuando salían a cabalgar. Fuese lo que fuese iba a ser gordo y ella se estaba poniendo nerviosa. 

Cuando finalizó toda la verborrea, Tabitha desencajó la mandíbula y se lo quedó mirando. 

Pero... Cómo... No... Pero... -negó con la cabeza, confundida- Pero si me acabo de bañar -protestó. Negó con la cabeza y frunció el ceño, al mismo tiempo que sus mejillas se sonrosaban, aquella mañana había estado en el desayuno, y el comedor había apestado y cuando ella había estado en la cocina, también... Pero no tenía ningún sentido-. ¿Estás seguro? -evidentemente no iba a ofenderse, ni a enfadarse, avergonzarse como mucho. Evan estaba siendo sincero con ella, él era un amigo de verdad, ahora lo estaba demostrando.

Volvió a olfatearse la ropa, ¿sería el vestido? ¿Su pelo?

Notas de juego

Jajaja Nos pueden las ansias xDDD 

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23/09/2017, 23:08
(0) Evan Ross

Imaginó lo que podía estar sintiendo ella. Si él tuviese ese problema precisamente ese día... bueno, no era cosa baladí. Miró a la joven y se acercó. Ella no había arremetido contra él por su atrevimiento a ser sincero, y creyó que era momento de ser el amigo que era.  Cuando estuvo frente a ella se agachó para que ella le viese sin tener que alzar la mirada, y también para que comprendiese la cercanía entre ambos, no la cercanía física, si no la confianza.

-No te preocupes. Si quieres y me dejas te puedo oler el pelo y la ropa, aunque si te acabas de bañar y cambiar de atuendo... ¿la ropa que llevabas antes ya se la han llevado o sigue en la habitación?- No creía en maldiciones, veía mucho más probable que alguien tuviese algún tipo de interés en que todo aquello sucediese, en hacer fracasar la fiesta, y fuese quien fuese por ahora le estaba saliendo bastante bien.

Miró a Tabitha a los ojos -No te preocupes, encontraremos una solución juntos - Por supuesto eso implicaba que Evan no pensaba abrir la boca. Si Tabitha no se lo decía a nadie no sería por Evan que se enterasen. Pero ¿Por donde empezar?

Notas de juego

Sí, pero eso es bueno ¿no? xD

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24/09/2017, 09:22
(1) Tabitha Vaelys

La verdad es que tenía mucha suerte por tener los amigos que tenía, ¿pero por qué Ginevra no le dijo nada? No desconfiaba de ella, puede que no le hubiese dicho aquello porque no lo encontraba posible, o puede que se lo hubiese querido ocultar para protegerla, pero después de todo lo que habían hablado estaba bastante segura que era la primera opción. 

Claro, huéleme -respondió, pese lo mal que sonaba decir eso. Por eso se rió. No iba a permitir que aquello empeorara su olor, iba a salir adelante con lo que fuese, a las malas podía meterse un montón de perfume y plantas aromáticas entre las ropas, había maneras de repeler el mal olor, aunque eso no impedía que tuviera que saber de dónde salía. 

Se levantó y caminó hacia la ropa que acababa de quitarse, en el suelo de su dormitorio. 

¿Lo quemamos? Aunque puede que sea el vestido que llevo, ¿crees que alguien le ha hecho algo a mi ropa? -era raro aceptar que fuese "ella", no había hecho nada para apestar así, ¿no? 

Su rostro cambió a uno de preocupación de nuevo.

Notas de juego

Perdona, que me fui a dormir xDDD 

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24/09/2017, 10:56
(0) Evan Ross

Evan se incorporó y se acercó a Tabitha. Se inclinó y empezó a olerle los cabellos. No la tocaba a pesar de que estaba muy cerca. Después le olió los hombros, la parte alta de la espalda , los hombros los brazos y finalmente la falda. Después fue hacia el vestido que estaba tendido en el suelo, el que llevaba para el desayuno, y también lo olió.

Tras hacer todo esto se volvió hacia Tabitha de nuevo para decirle lo que había percibido

No se si quemarlo será la mejor solución.

Era un bonito vestido y de buena calidad, quizás pudiese eliminarse el olor, de estar impregnado de ella, sin tener que destruirlo.

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24/09/2017, 11:21
(1) Tabitha Vaelys

Fue... Raro. Él no la tocó, cierto. Pero Evan era un hombre atractivo que estaba muy cerca oliéndola. Nunca se había sentido atraída por él, bueno, sí que era guapo pero siempre lo había visto como un amigo y jamás había barajado ninguna otra opción de fugarse con él para recorrer mundo a lomos de sus caballos haciendo exhibiciones para ganarse la vida. Pero nunca nada romántico. Aquello alteraría a cualquiera. 

Carraspeó algo nerviosa cuando él se hubo apartado, obligándose a serenarse. Sus mejillas se habían sonrosado un poco y se estaba apartando pensamientos tontos de la cabeza. 

Pero dime, ¿soy yo? ¿Es mi pelo? ¿Mi piel? Lo mismo me estoy pudriendo y no lo sé -se encogió de hombros y miró el vestido, lo decía en broma pero quién sabe lo mismo sí que se estaba pudriendo-. Si es el vestido lo mejor va a ser quemarlo, el pestazo que se olía en el comedor no se iría con un par de lavados. 

Se acercó a abrir la ventana, no quería infestar a Evan tampoco. Y luego suspiró profundamente. 

Puede que deba ir a hablar con el septón, el maestre no es de fiar. Quizás en alguno de sus libros hallamos alguna respuesta. ¿Alguna idea de quién puede estar detrás de esto?

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24/09/2017, 12:29
(0) Evan Ross

Asintió a Tabitha. Desde luego si prefería quemarlo lo harían.

Abrió la ventana y el aire fresco entró de golpe en la habitación que el agua humeante de la bañera había calentado.

-Cuidado, no te cueste un resfriado-

Sentía gran afecto por Tabitha. Eran muy distintos pero también muy parecidos en muchas cosas. El espíritu libre y la valentía de ella siempre le habían gustado.

Cuando propuso hablar con el septón porque consideraba que el maestre no era de fiar abrió mucho los ojos, y enseguida le preguntó

-¿También lo crees tú?, Yo tampoco confío en el maestre.- Volvió a acercarse a ella, estaba realmente interesado. -¿Qué ha despertado tus sospechas contra él? Esta mañana hablé con él en su estancia, simuló muy bien su inocencia, pero ese anciano tiene algo que no me gusta. -

¿Acaso Tabitha sabía algo? ¿O serían meras sospechas como las que tenía Evan? Que ella no confiase en el maestre le reafirmaba su intuición

Notas de juego

Cuando el máster me diga si detecto de donde sale el olor Evan dirá lo que toque. De momento vamos haciendo. Por lo de ir a dormir se entiende, yo esque soy alma nocturna, a veces queriendo pero la mayoría porque me obligan xD

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24/09/2017, 22:16
(1) Tabitha Vaelys

Sonrió por su preocupación y no pudo evitar soltar una carcajada. 

Sí, un resfriado y estar apestando es una mala combinación... ¡Solo una cosa mala a la vez, por favor! -exclamó al cielo, como si se lo estuviera pidiendo a los dioses. Volvió a reírse cuando colocó la cortina por delante de la ventana, era poco probable que nadie los viera, pero así verían menos posibles mirones y la cortina pararía un poco el viento. 

Prefería tomárselo con humor, casi todo Tabitha intentaba tomárselo con humor. 

Así que Evan tampoco confiaba en él... Estaban resultando todo sorpresas tras sorpresas. 

Estoy casi segura que el maestre robó el mensaje de un cuervo que debía mandar. Éste mensaje jamás llegó a destino. Ginevra... Ginevra sospecha que el maestre le robó algo importante que debía ser para ella. Ella tampoco confía en él. ¿Por qué sospechas tú de él?

La conversación que mencionaba, tenía que tener algo que ver.

Notas de juego

Oki, a ver qué te dice el jefe :D Mándale mensaje por Susurros, es lo que yo hago cuando quiero que me haga caso :P

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25/09/2017, 00:26
(0) Evan Ross

Asintió pensativo. Los tres no podían estar equivocados.

-Vaya, parece que el maestre es ambicioso y no se conforma con una sola víctima...- hablaba serio, achinando un poco los ojos - Todo empezó hace años, me temo. Antes de que yo entrase a formar parte de esta casa hubieron muertes significativas a causa de una enfermedad que se llevó a muchos sirvientes y también a vuestro hermano.- apretó un poco los labios pero no quiso demorarse mucho en continuar para evitar que aquel doloroso recuerdo permaneciese demasiado tiempo en la mente de Tabitha- Hace tres años murieron tanto el jefe de caballos como el jefe de cazadores a causa de una extraña enfermedad. Un año más tarde murió también el mayordomo, mi predecesor, también por una enfermedad terrible. Creo no equivocarme en que resulta curioso como esta enfermedad afecta a los varones y que desaparezca para luego volver de un modo tan caprichoso.-  Era consciente de que todo aquello era una acusación muy grave, pero sabiendo que Tabitha tampoco confiaba en el maestre quizás lo mejor era compartir la información que cada uno tenía, las sospechas, las conclusiones... quizás pudiesen encontrar el modo de hacer caer la máscara o descubrir la inocencia del anciano.

-Os habréis percatado, imagino, de que ahora hay otro hombre enfermo. Que la fiesta para que logréis esposos sea ahora, aunque sois todas muy jóvenes y que incluso Mira pueda ser tomada en matrimonio, no es, según mi parecer, un capricho del destino. Es imperativo solucionar estas cuestiones porque... bueno, quien está enfermo es vuestro padre, mi señor- Lo dijo reflejando claro dolor en su rostro. No sabía si ella era consciente de la gravedad del asunto pero confiaba en que esta confesión quedaría entre ellos, Tabitha nunca le había traicionado la confianza. Parecía obvio que Rhys no estaba bien del todo, sus frecuentes y violentos ataques de tos delataban que algo no marchaba del todo bien, pero tampoco tenían porque saber que era algo de tal dimensión- Yo llevo sirviendo en la Fortaleza de Sangre siete años, y al parecer, por lo que cuenta el servicio, estas afecciones empezaron antes de que yo llegase. No se desde cuando os sirve el Maestre Caelus, pero creo no equivocarme si digo que estaba cuando todas estas muertes por extraña enfermedad comenzaron, y desde entonces hasta ahora ha sido incapaz de encontrar una explicación ni una cura, nada. Qué sencillo es recurrir a la superstición. Hay muchos que prefieren creer que el destino de nuestras vidas está en manos de algo superior y no en las nuestras propias. Es sencillo crear la idea de que lo que ocurre es una maldición. Si es una maldición entonces el maestre no puede tener culpa ni encontrar la cura ¿no es así? pues hablaríamos de algo mágico, algo de los dioses o hechicería. Pero yo creo que es mucho más oscuro. En la fortaleza hay alguien con los conocimientos necesarios, es más, con los medios necesarios y la confianza y fe ciega de todos, o casi todos.- corrigió - Alguien capaz de matar sin dejar huellas ni levantar sospechas. De servirse de algún veneno que pueda ir apagando la vida de los hombres como una vela al consumirse. El mismo que se encarga de tratar las enfermedades y sanar a los enfermos y heridos. El mismo que debería encontrar la cura pero sin embargo, y a día de hoy, no tiene absolutamente nada para su señor.- Apretó los puños -Alguien que no tiene ningún pudor en declararse incompetente, incapaz, ni siquiera ahora que es Lord Rhys quien peligra. Y ese alguien que puede hacer todo esto es el maestre, no se me ocurre otro a quien señalar. Pero no tengo pruebas.- Miró a Tabitha, ella jamás había visto esa expresión en su rostro, parecía enfadado, más no con ella.

-Caelus no estaba muy conforme con que yo asistiese a la fiesta como invitado. Le parecía incorrecto, que podía resultar ofensivo para el resto de caballeros. Creo que el viejo jamás imaginó que Lord Rhys tuviese este detalle conmigo, el de considerarme digno de...- Miró a Tabitha un segundo, dejando su palabra en el aire, al darse cuenta de lo que le estaba confesando. Él iba a acudir a la fiesta como un pretendiente más, ya no era tan solo el mayordomo, ni el jefe de caballos, ese día no era un sirviente, era un posible esposo para todas ellas. El gesto en su rostro se suavizó mientras contemplaba las facciones suaves de la cara de la dama, sus grandes ojos azules. Quizás no era lo mejor ser tan directo, ser tan sincero en absolutamente todo, pero no quería ser un necio y a fin de cuentas era su casa, era su sangre la que estaba en juego. Si los papeles estuviesen invertidos él no podría perdonarse que se lo hubiesen callado - ...contraer matrimonio con una de vosotras. Por esta razón intervino y finalmente me pidió que acudiese a sus aposentos en la mañana de hoy con el fin de cumplir la voluntad de vuestro padre de que buscase una solución viable para que yo pudiese acudir como un invitado más sin ofender a nadie. Cuando llegué a sus estancias el viejo estaba preparándose. Hablamos un rato fingiendo únicamente preocupación por nuestro señor, según él nada le falta y controla sus viales y demás potingues. Eso me respondió cuándo le pregunté si había valorado la opción de que alguien estuviese envenenando a Lord Rhys. Dijo que no conocía veneno capaz de aquello.-  Se quedó pensativo mirando a Tabitha y entonces recordó una cosa.

-¡Maldito viejo!- Exclamó de pronto mientras golpeaba con su puño derecho en su palma izquierda -El muy ruin me pidió el nombre de una de vosotras, dijo que debía pediros un favor para que yo pudiese acudir a la fiesta sin que a los demás les supiese mal, como le ordenó vuestro padre. Me pidió que nombrase aquella con la que tuviese más confianza y mejor relación. No quise comprometer a una sola y os nombré a vos y a Alyra - Estaba consternado -¿Es posible que sea por mi culpa que hoy sufráis esta desdicha?- Se sentía muy estúpido, no debió darle ningún nombre a aquel ruin, por no haber pensado que hiciese nada semejante ahora había perjudicado a Tabitha, y quien sabía, ¿era posible que Alyra también cargase con algún mal? 

Miró a la dama preocupado, afectado, horrorizado por la posibilidad de que las dos hijas de la familia a las que más apreciaba ahora estuviesen sufriendo por su culpa.