Partida Rol por web

Escena de Tao Warrior - Turno 1

Templo budista de Umbría City

Algo está sucediendo desde hace unos días. Wu Sheng lo nota en el nerviosismo de sus alumnos. En sus músculos demasiado tensos. En sus miradas furiosas. No puede tratarse de las tríadas de Fei, se lo habrían dicho. Es otra cosa, algo que los ha conmocionado hasta tal punto que no saben cómo reaccionar. Ni siquiera están seguros de poder recurrir a él, quien ha jurado protegerlos aún a costa de su vida ¿Por qué? se pregunta ¿Por qué no confían en él? ¿En su fuerza?

Arrodillados ante él en el tatami de entrenamiento los hombres y mujeres a los que ha estado adiestrando ahora no se atreven ni a mirarle a la cara...

Wu sheng observaba el entrenamiento de los jóvenes sentado en silencio, con los ojos casi cerrados, cualquiera que no lo conociera diría que estaba echando una siesta, pero nada más lejos de la realidad. En silencio observaba no solo los movimientos sino que prestaba atención a la respiración y a la energía que desprendían. Siempre se esforzaban por lo que no tenía queja y si tenía que correjirles siempre lo hacía con una energía calmada aunque firme.

Sin embargo hoy notaba cierta imprecisión en los movimientos, el ki no fluía de la manera adecuada, había cierta perturbación en la atmósfera. Se puso en pie y todos pararon de inmediato.

-Veo que hoy hay muchas cosas en la mente y no fijáis la atención en el puño. ¿Alguien puede explicarme qué pasa? - dijo Wu Sheng con una voz tranquila. Todos callaron así que les pidió que se sentaran y respiraran profundamente 3 veces. A continuación les explicó un cuento:

"Un león que tenía sed se aproximó hasta un lago para beber.

Al acercarse vio su rostro reflejado en el agua, entonces dijo:
– ¡Vaya! Este lago debe de pertenecer a este león.
– Tengo que tener mucho cuidado con él.

Se alejó de las aguas, pero tenía tanta sed que regresó al cabo de un rato. Allí estaba otra vez ese león. ¿Qué hacer? no había otro lago cercano.

Otra vez retrocedió.

Unos minutos después volvió a intentarlo y, al ver al león, abrió sus fauces de forma amenazadora, pero el otro león hizo lo mismo, sintió terror. Salió corriendo, pero volvió varias veces, aunque siempre huía espantado.

Pero como la sed era cada vez más intensa, tomó finalmente la decisión de beber agua del lago sucediera lo que sucediera. Así lo hizo. Y al meter la cabeza en las aguas el otro león desapareció."

Los estudiantes callaron durante un minuto mientras meditaban las palabras del maestro.

-No espereis a morir de sed para enfrentaros a vuestros miedos.-Todos callaron, parecía que lo que les atemorizaba era bastante serio. -Os dejaré unos minutos meditando y esperaré en el jardín.

Wu sheng se sentó en su rincón favorito del jardín, estaba de espalda a los estudiantes pero en silencio escuchaba y sentía la energía del ambiente. Esperaría un rato a ver si alguno de los chicos reunía algo de valor para hablar con él, sino tendría que salir al anochecer a hacer algunas preguntas por el barrio.

Wu Sheng aguarda la decisión de los alumnos hasta que uno de ellos se levanta para hablar con él. Ni siquiera necesita volverse para saber que se trata de Mei Ling, su estudiante más devota y destacada.

Perdónanos, maestro - le dice a su espalda - Estamos muy confundidos. Ha ocurrido algo... no sabemos cómo afrontarlo. Carecemos de respuestas y de orientación. Y... tú ya nos estás protegiendo de ese cerdo bastardo de Fei y...

... "no sabemos si además podrás con esto". Es la frase que Mei Ling no se atreve a terminar...

Wu Sheng escucha a Mei Ling en silencio, cuando ella calla le indica que le siga a la sala de entrenamiento donde los demás chicos esperan sin atreverse a mirar a los ojos al maestro.

-Por favor coged todos un arma- dijo el maestro en tono amable. Wu Sheng se colocó en el centro mientras los chicos se equipaban con espadas y lanzas. Les indicó con gestos que se pusieran alrededor suyo.

-Atacad! - dijo en tono serio y firme. Los chicos se quedaron un poco sosprendidos, habian entrenado con el maestro pero nunca usando armas. Wu sheng notó la duda y elevó el tono. -HE DICHO QUE ATAQUÉIS! ATACAD COMO SI OS FUERA LA VIDA EN ELLO!

Apenas los chicos movieron sus brazos Wu Sheng ya no estaba allí. Todos pararon y miraron el lugar donde hacía un segundo estaba su maestro y ahora no había nada. Wu sheng se había movido increiblemente rápido, demasiado rápido para unos ojos no entrenados.

El maestro habló desde una esquina de la sala y todos los chicos se giraron inmediatamente incrédulos de lo que acababan de presenciar. - Una mente firme, sin miedo y un cuerpo en equilibrio os hará invisibles ante vuestros rivales. No hay nada que temer. ¿Cómo pueden haceros daño si ni siquiera pueden veros?

La arenga de Wu Sheng hace que sus alumnos golpeen con sus armas el sitio en el que él está... justo un segundo después de que deje de estarlo. El maestro de Wushu se mueve con la rapidez de un tigre y la elegancia de un dragón esquivando conteras y puntas de lanza. Ni siquiera la espada de Mei Ling, la más rápida del templo después de la suya, llega a acercarse siquiera a él.

Una mente firme, sin miedo y un cuerpo en equilibrio os hará invisibles ante vuestros rivales. No hay nada que temer. ¿Cómo pueden haceros daño si ni siquiera pueden veros?

A su espalda los estudiantes cuchichean llenos de asombro.

¡Inclinaos y mostrad respeto! ¡Todos! - ordena Mei Ling apresurándose a seguir su propia orden.

Aún inclinada la joven empieza a explicarse - Maestro, hace dos días Yi Jie, la hija menor de los Wang, desapareció mientras estaba de compras con su madre. Hemos recurrido a la policía pero hasta ahora ni siquiera se han dignado a aparecer por aquí. No creemos que hayan sido las tríadas porque no han planteado ninguna exigencia - junta las manos en gesto de súplica - ¡Por favor! ¿Nos prestarás tu fuerza y astucia una vez más?...

Wu Sheng escuchó atentamente las palabras de Mei Ling desde la otra esquina de la sala. Tras unos segundos relajó su gesto y volvió a hablar en el tono amable y tranquilo con el que siempre se dirigía a sus alumnos. -Acercaos todos y contadme todo lo que sepais. ¿Dónde  despareció? - dijo Wu Sheng. - No hay nada que temer, sabéis que aquí estais a salvo.

Tras hablar con los chicos y recabar toda la información que pudo, les invitó a quemar un poco de incienso y rezar todos juntos delante de la estatua del gran buda feliz que que gobernada el templo.

-Ahora id a casa en paz, si os enterais de algo volved aquí a contármelo.

Wu sheng se despidió de ellos y les bendijo a todos, pero sentía una gran preocupación que no quería transmitir a los chicos. Aunque los chicos no creían que fueran las Triadas sabía muy bien que eran capaces de volver a hacer lo que ya hicieron antes a otras chicas como su hermana. Tao Warrior les tenia bastante controlados pero es imposible saber hasta qué punto.

Sin duda había que salir a hacer unas cuantas preguntas.

El puerto de Ciudad Umbria. Toda la mercancía que mueven las Triadas pasa por aquí, todo tipo de mercancía, incluidos los seres humanos. Tao warrior se mueve en silencio entre las sombras, los guardias que vigilan las oficinas de Harold Lee China Import comparten cigarrillos sin enterarse de nada.

-Quizás no sea cosa de las Triadas, pero si alguien está moviendo tráfico humano ilegal seguramente Harlod Lee estará involucrado, o algo sabrá- pensó Wu Sheng.

Había luz en la segunda planta del edificio enfrente del muelle. No fue muy difícil trepar por la escalera de incendios en la parte trasera y de un salto llegó hasta una ventana con la persiana abierta. Una vez dentro se escuchaba una conversación entre 2 personas en la única oficina habitada a estas horas. Hablaban en perfecto cantonés, aunque uno de ellos parecía ser nativo americano.

Tao Warrior se acercó a la puerta y escuchó. 

Una voz masculina grita a sus secuaces:

-Necesitamos más componentes D. Mirad si son esas cajas. El jefe tiene la fábrica a pleno rendimiento y los necesita para ayer. ¡Espabilad!

Miras la zona en busca de alguna pista. El anagrama de Wayne Enterprises está por todos los contenedores de alrededor.

Tras unos minutos escuchando en la sombra parece que no están hablando de nada relevante. Tao Warrior medita durante unos segundos cuál será el siguiente paso y tras analizar la situación decide que no vale la pena perder el tiempo, si Harlod Lee tiene alguna información habrá que sacársela a golpes si hace falta.

Mira en silencio por una pequeña rendija de la puerta y ve a Harold hablando a gritos por teléfono mientras el otro fuma sentado. -Esos 2 tipos no deberían ser un gran problema teniendo en cuenta además que están despistados. 

En pocos segundos los trabajadores estaban en el suelo, doloridos.

-¡Aaaaaah! Me has roto las costillas, cabrón. Solo estábamos preparando el envío a Greenville...

Harold, que se reincorpora, te habla:

-¡Maldita sea, bastardo! ¡Somos trabajadores de Wayne Enterprises! ¡Vamos a informar a Bruce de esto!

Sorprendido, te quedas allí delante, sin decir nada, estudiando si lo que dice es verdad o mentira. Había que hace algo: huir o acabar con ellos y evitar que diesen la voz de alarma a Wayne o a quiend e verdad fuese su líder.

El tipo que estaba fumando en el sillón estaba ahora en el suelo con la cara roja del golpe, lentamente mete la mano en el bolsillo de la americana pero antes que pueda hacer nada Tao Warrior le patea la cara y queda inconsciente. Un teléfono móvil. -Asunto arreglado, ahora estamos tú y yo solos- dice mirando a Harold Lee.

-Creo que el señor Wayne agradecerá que retire del mercado toda esta mercancía falsa, pero no estoy aquí por eso. Una chica desapareció hace dos días en Chinatown. Podemos hacer esto por las buenas o por las malas...

Harold Lee mira la ventana quizás esperando que alguno de los guardias acuda en su ayuda.-No sé nada...

Antes de que pueda terminar la frase Tao Warrior esta encima de él y le abofetea la cara haciéndole sangrar la nariz. -Será por las malas entonces...

-Soy trabajador de Wayne Enterprises, nada de esto es falso. Si vas a robar, coge lo que quieras y vete.

El hombre, sangrando, parecía estar diciendo la verdad. Le preguntas sobre la niña desaparecida y tras varios intentos sigue diciendo que no sabe nada.

Tao Warrior sabía como funcionaban las cosas, si Harold Lee soltaba la información de buenas a primeras las traidas seguramente irían a por él. Había que hacerle ver que no me iría de allí con las manos vacías.

-La chica que desapareció, ¿dónde está? Esta noche puedes dormir en casa o en el hospital. Tú decides.- Tao Warrior le volvió a atizar en la cara y a continuación retorció el brazo de Harold contra la espalda amenazando con subir la intensidad del daño.

-¡No sé de qué me hablas, no lo sé! -grita el pobre desgraciado. -¡Solo estábamos preparando un pedido para Greenville! ¡Somos trabajadores legales! ¡No sé nada de ninguna niña! ¡Trabajamos para la Compañía Sombrera Amish de Greenville! ¡Por favor, para ya!

Por un momento decides creer lo que dice.

-En todo caso... Explícame entonces para qué necesita una compañía Amish componentes electrónicos de Wayne Enterprises

-¡Y yo que sé! ¡Yo solo soy el transportista! ¡Y me las pagarás por lo que has hecho!

Te quedaste pensativo. No habías logrado sacar ninguna información sobre la chica desaparecida pero parecía que algo fallaba en Greenville. Era hora de volver a casa y replantearte la investigación. Continuar buscando a la chica o, por el contrario, investigar más sobre eso que habías descubierto.

-Qué voy a pagarte?-Tao Warrior acercó su cara a la de Harold y éste se escondió detrás de sus brazos tapándose la cara. -No me obligues a volver a terminar lo que he empezado. -Tao Warrior desapareció en silencio. Harold seguía temblando y cuando apartó sus manos para ver qué estaba haciendo su "invitado" ya no había nadie.

Tao Warrior regresó a Chinatown escondiéndose en las sombras, y mientras saltaba de edificio en edificio no podía quitarse de la cabeza la idea de que algo extraño había en esa comunidad amish que compraba componentes electrónicos. No deseaba apartarse de la investigación de la niña desaparecida pero tampoco había encontrado nada útil de momento. Entró al templo por la parte del jardín, era bastante tarde así que en silencio llegó a su cuarto donde vivía muy humildemente. Pronto amanecería y los monjes siempre se despertaban antes del alba, tenía que descansar algo.

Al atardecer Wu Sheng se acercó a la sala donde descansaba en silencio el Monje jefe del templo. -Maestro, perdone que le moleste...

-Adelante Wu Sheng-dijo el maestro al tiempo que abria los ojos. -Solo estaba descansando la mente, dime, qué puedo hacer por tí?

Wu Sheng se acercó y se sentó en la almohadilla que había en el suelo. -Quería comentarle que me he enterado de una pequeña comunidad china que vive en Greenville, he pensado que podía hacerles una visita y ofrecerles nuestra ayuda siempre que lo necesiten. Creo que es importante reforzar los lazos de la comunidad y nadie se sienta solo.

La conversación continuó en tono amable y tranquilo, tras unos minutos decidieron que Wu sheng marcharía al día siguiente a Greenville a visitar a la comunidad china. El monje a cargo quedó como siempre encantado de la buena actitud de Wu Sheng, tras la conversación pudo continuar su descanso meditativo.