Partida Rol por web

Os reunís todos en el patio del almacén del ejército rojo. Dos pelotones de soldados rasos, más los cargos asignados a la misión:
- Agentes del ejército rojo: Grigor Fyodorov, Vissarion Ivanovich Iuskov-Liubimov
- Comisario del partido comunista: Petr Petrovich Iushkevich
- Agentes del TASS: Yuri Kopolev, Alexander Triepinov y Nikolai Dugov

Tras pasar revista a la tropa estáis listos para partir en los dos camiones GAZ-AA que tenéis delante. Ambos están cargados con el equipo asignado que esta repartido entre el interior de los camiones y los remolques. Cada camión lleva asignado un pelotón pero aún debéis repartiros vosotros dentro de los transportes.

El camino hasta la central de maquinaria Járkov 37 es duro, tras haber sido maltratado por el frío invierno. El grupo pasara por tres koljoses de camino a la CM37. Para terminar de deprimir el ambiente una ligera lluvia acompaña la marcha.
El primero de los koljoses se llama Bogodosk. Debería estar a dos horas de distancia siguiendo la carretera si no hubiera problemas.

El sargento Blochinstev es un sargento de la vieja guardia. A punto de llegar a los 50, es de complexión fuerte, y su caracter seco y profesional hacen que nadie le pierda el respeto a pesar de su corta estatura y su prominente barriga. Mantiene su afeitado diario pulcramente y su comportamiento es siempre profesional y hasta seco.

Al veros llegar se adelanta un paso y os saluda de forma marcial levantando el puño mientras alza la voz aunque no se sabe bien a quien va dirigida ya que no mira a nadie.
- El pelotón A esta listo para partir.

El sargento Kovalevskii apenas ha cumplido los 30, más bien delgado (incluso para los estándares de desnutrición que sufre la tropa estos últimos años), de pelo corto, juguetea con sus gafas de alambre si no las necesita para leer o consultar un mapa.

En cuanto nota que su compañero se mueve él hace lo mismo por lo que su voz os llega antes de que el sargento Blochinstev termine de hablar. Sin embargo este mira directamente a yuri kopolev cuando presenta su informe antes de bajar la vista a la espera de nuevas ordenes.
- El pelotón B esta listo para partir.
 

El comandante Yuri se quedó parado mirando a ambos Sargentos y saludó con el puño - Saludos camaradas, va a ser un duro viaje pero nuestra patria nos necesita y debemos responder a su llamada. - Se acercó al Sargento Kovalevskii - Saludos sargento, espero tenga sitio para mi y mi equipo - dijo con una cierta interrogante esperando que se pronunciara el resto de técnicos de la TASS - en el camión del Pelotón B.

Me puse recto y firme rapidamente y salude con un gesto casi sistematico.

-¡Saludos sargento! Dije para Kovalevskii y para Blochinstev por igual. Tratar con gente del ejercito siempre me ponia nervioso... nunca me acostumbro a esto.

Sostuve mis maletas en peso y me puse detras de Kopolev esperando a que el se encaminase al camión para seguirle.

Petr hace lo de siempre, se aprovecha de su rango; asi que pasa delante de todo el mundo sonriendo y saludando tanto con la mano como con movimientos de cabeza, abre la puerta del camión del pelotón A y mientras mete su bolsa dentro y empieza a entrar él mismo dice al resto:

-Bueno ¿Nos vamos o no?.-

Íbamos a ser más de los que pensaba, no sabía porqué tanto gasto para movilizar a tanta gente, pero bueno, me limité a dejar que cada uno hiciese su trabajo.

El comandante decidió que subiría con el pelotón B, tres creo que cabríamos y si no ya me metería donde cupiese así que me apunté al camión donde estaban el resto de los integrantes del TASS.

- Sera un honor compartir la cabina del camión con usted, camarada kopolev - os dice el sargento señalando el vehículo mientras se acerca a la puerta del acompañante para abrirla.

No parecían tener muchas ganas de charla hoy. De todas formas, con el jodido frío que hacia aquí mejor meterse en el camión rápido y llegar cuanto antes.

Me acerque al camión y me quede mirando la parte de dentro. Mejor que andar siempre sera, tampoco puedo pedirles mucho a esta gente.

Mire a Triepinov y le hice un gesto para que pasase antes que yo.

El sargento Kovalevskii se gira para mirar a sus hombres y da la orden.
- Soldados, suban, ¡Seychas!

Los soldados empiezan a subir a los camiones.

Los hombres siguieron entrando hasta que todos estuvimos entrando. No le vi inconveniente a estar en la Caja, simplemente busqué una manta con la que taparme y pasar el rato hasta que llegáramos al destino.

A ver si no habían contratiempos y ya era hasta el final, tenía ganas de ponerme manos a la obra, y de descansar del largo viaje también.

Subí detras de Triepinov y me acomode como pude en el lugar. Desde luego el viaje no iba a ser con todos los lujes, pero al menos algo nos resguardaría un poco del frio... Tan solo un poco...

-Bienvenido teniente.... ya creía que no saldríamos nunca.- dijo un sonriente Petr a su recientemente adquirido compañero de viaje. Acto seguido dió un trago a una petaca metálica que traía encima y se la tendió a Nikolai.

Acepte de buen grado la petaca y le di un fuerte sorbo antes de devolvérsela a Petrovich.

-Espero que el viaje no sea demasiado largo comisario, tengo ganas de ponerme a trabajar y entre los retrasos y el viaje... creo que no sucedera nunca. Esboce una torpe sonrisa por culpa del frio.

Al menos mi compañero esta dispuesto a hablar un rato. Era de agradecer.

-A mi el viaje en realidad me gusta.... a pesar del frio.- dijo Petr -Después de todo, es una oportunidad para sacar el culo del cuartel.-

Asentí ante la respuesta de Petrovich.

-Siempre es agradable moverse. Pero prefiero viajar con algo menos de frio, estar encerrados aquí y no poder ver nada… Al menos salimos un rato de la base, eso siempre se agradece.

Me cruce de brazos y para estar algo más caliente, lo peor sería la espera hasta que todos estuviesen subidos y arrancasen los vehículos.

-Bueno...- bromeó Petr distendiendo su rostro en una sonrisa -Si es por el clima lo recomendaré para un puesto en el nuevo Gobierno Central Provisional de la República Soviética de China.-

Reí. -Seguro que allí no hace este frio si. Pero me gusta el país y no me apetece salir de el por ahora. Desde luego el comisario tenia sentido del humero... a china dice...

-La Rodina está muy bien toda ella, salvo una pequeña isla situada muy al norte... en la Siberia. Es el único sitio de nuestra Gran Patria en el que no me gustaría estar.- respondió Petr de un modo enigmático.

-Yo he viajado poco, mucho menos de lo que me gustaría. Espero que no dentro de mucho mi grado me permita asegurarme unas muy buenas vacaciones. Reí, cosas del ejercito. -Incluso dentro dentro de la patria si, espero viajar y trabajar... ¡Pero no con tanto frio!