Son caso ocho horas más de viaje en tren, cansado y aburrido. Aprovecháis para dormir, comer y comentar los planes que tenéis.
Si queréis comentar planes, este es el momento.
Erik derrumbado sobre el asiento del tren, comienza a remover su mente hasta que finalmente habla.
Deberíamos conseguri algo de información sobre las empresas de Katsulas, tal vez si nos infiltramos en alguna de ellas podamos averiguar su paradero. Hablo varios idiomas, tal vez sirva de ayuda.
Ahora mismo sospecho que ninguna de las empresas de Katsulas visibles tengan información ni de su paradero, ni de sus planes, pero es mejor intentarlo.
- Katsulas es griego, sus empresas estarán en su pais de origen, no en este, aunque desde luego que deben ser investigadas. Cuando lleguemos le pediré a Remmer que haga un par de llamadas, a ver que nos puede decir. O también podemos probar nosotros haciendo consultas por internet... Por cierto Erik ¿ha vuelto a tener noticias de su amigo el hacker?
Llegáis a Berlín de madrugada, y hace un frío que pela, incluso dentro de la estación. A esas horas a penas hay movimiento en los andenes, tan solo los viajeros que descienden con aspecto cansado, y tres o cuatro personas que han ido a buscar a algún pariente o familiar.
Entre ellos veis a un tipo grandote, con una sonrisa de oreja a oreja pintada en la cara, que va directamente hacia donde estáis.
Me muevo un poco hacia detrás de Lebrun, tratando de que él quede entre el tipo que se acerca y mi persona.
¿Es ese su amigo inspector? Porque si no lo es creo que deberíamos empezar a pensar en armar escándalo para que venga la seguridad de la estación.
Antes de bajar del tren Erik comenta a Lebrun, no se nada, quedé en llamarle. Cuando estemos en en un buen hotel le llamaré
Al bajar del tren, Erik ve lo triste que es Alemania por la noche, a la vez que las memorias de juergas en la Berlinale Nacht le trasladan a tiempos mejores.
Entonces ve a ese extraño hombre y se detiene, poniendo sus músculos en tensión por enésima vez en los últimos días.
William se baja del tren medio dormido.
No hace siquiera un intento por desperezarse y parpadea mirando alrededor al sentir el frío aire nocturno clavársele en la piel como agujas, haciéndole encogerse sobre si mismo.
- Asco de vida ...
Mommsen sigue a los demás. Cuando llega a la estación y ve al hombre sólo puede permanecer con los párpados a medio cerrar. Demasiadas horas de viaje y ahora más líos. No va a mover ni un músculo.
- ¡¡Lebrun!! ¡¡Pero que viejo estás!! - dice el hombre acercándose a grandes zancadas hacia donde estás, y dando un efusivo abrazo al policía Francés -. Y supongo que estos son tus acompañantes ¿verdad? Vaya, no me habías dicho que la señorita que te acompañaba era tan guapa. Para que luego digan que los franceses son galantes.
- ¡Pues tu estás echando una auténtica barriga cervecera! Ya sabes que no pesan los años, pesan los kilos. Te presento. La señorita es Mdme. Sandoval, física de partículas. Además, me acompaña el inspecto Mommsen, que me ha enviado la policía Estadounidense a través de INTERPOL para que me asesore Dios sabe por qué me lo enviaron precisamente a él, el doctor Graham, cirujano, y el señor Vansall... ehm... Digamos que el doctor Graham, la señorita Sandoval y el señor Vansall vienen en calidad de testigos protegidos, además de como... uhm... colaboradores de excepcción.
Después de terminar con los efusivos saludos, Lebrun se dirige a vosotros.
- Obviamente, él es el inspector Remmer, mi viejo amigo, que espero que no haya avisado a nadie de que estábamos aquí.
- No he dicho ni pío. Venid, vamos al coche. Cabremos todos porque es grande. Es lo bueno de tener familia, te convierte en un buen anfitrión. Allí tengo algo de comida precocinada. No es gran cosa, y está fría, pero supongo que tendréis hambre, y a esta hora no vamos a encontrar nada abierto. De camino al hotel nos iremos poniendo al día.
Cuando le nombran William hace un gesto de reconocimiento con la cabeza hacia su anfotrión. Sigue muerto de frío, con las manos en los bolsillos y la cabeza embuchada dentro de su gabardina. Transmite frío solo con mirarle.
En cuanto ve la oportunidad se escabulle hacia el coche.
Máster ¿Qué hora es? ¿Cuando hemos dormido por última vez?
El coche de Remmer es un monovolumen Chrisler Voyager, de siete plazas, aunque con seis ocupantes se queda un poco estrecho. La persona que se sienta en la fila de atrás no puede escuchar lo que se dice en los asientos del conductor y pasajero. De cualquier modo no vais con muchas ganas de charlar.
Son las 2 de la mañana y habéis cruzado media Europa en tren...
A William el Chrysler le recuerda poderosamente al Chrysler Cruiser que dejó aparcado en el garaje de su casa:
El familiar sonido de su motor unido al calorcito del habitáculo y su extremo cansancio le hacen adormecerse sobre el mullido asiento.
Erik se duerme, da cabezadas a cada momento. El estupor del cansancio le vence.
Mommsen lleva demasiado tiempo en esta investigación.
Prrr, purrrutttt pruttt pruttt-Canturrea.-Llevo mucho tiempo en esta investigación y es evidente que nadie me va a pagar todas las horas extras y la cantidad de veces que han tratado de asesinarme, así que tratemos de ir directamente al grano.
Ha dicho que podemos ponernos al día. No sé hasta qué punto Lebrun le ha informado de nuestra situación, pero si lo ha hecho, me gustaría ... nos gustaría saber qué sabe sobre el tema.
Me acomodo en el lugar que me haya tocado en suerte y trato de no pensar en todo esto... de hecho trato de imitar a Erik e intento dormitar algo.
Vaya, a mi todos esos autos me hacen pensar en lo apretado que se viaja a la mañana en el subterráneo... :P
Erik se despierta empapado en sudor frío, imágenes de sus padres y hermana le saltan a la mente. Atrocidades que nunca ha visto le vienen a la mente.
¡¡Ya no están!! Un ligero compungimiento satura los lagrimales del guía turístico holandés.
Dios mío, ¿por qué? - Gime en tre llantos, tratando de no despertar a los que stán dormidos.
Hola, hola. ¿El tren ha pinchado?
En realidad vamos en coche ...
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