Partida Rol por web

Os levantais entre sudores y angustia en el pecho, ademas de un gran dolor de cabeza, lo ultimo que recordais es haber llevado a Botas ayer al veterinario que recomendaba Macario, dormiros mientras esperabais a su mejoria, y luego ¿Una fiesta?

Una fiesta muy bizarra y absurda para ser real, pero aun asi, demasiado real para ser un sueño, y poco recordais de ella, solo sensaciones y colores, bueno, habia tres cosas grabadas a fuego en vuestra mente, la primera que Macario hoy tenia un duelo con alguien de Otoño, una figura que daba pavor incluso en forma humana, la segunda que unos seres extraños llamados Jack de los Cuervos y El Primogenito se habian presentado ante vosotros y hecho una promesa a todo el feudo, y lo tercero... Es raro, recordais haber visto muerto dos personas que os parecian muy cercanas a vosotros, pero no recordais del todo su identidad, ni mas sobre sus muertes, solo la angustia que sentisteis al verlos morir.

Mientras aun os quitais las legañas de los ojos, la doctora de la clinica se presenta ante vosotros en bata y limpiandose las manos.*

¡Ey, ey!  ¿Donde estamos?  ¿Ser Xavi?  ¿Botas?  

Ah, Dios.  Debo estar muerto porque creo que estoy viendo un ángel.  -Por más confuso que estuviera Macario no iba a dejar pasar la oportunidad de decir esta frase clásica, y más estando frente a esta mujer que le aceleraba el corazón cada vez que la veía o la oía. -sigh-  Cuan dulce era su modo de hablar, cómo cuidaba a los animalitos a su cargo.  Un sueño de mujer de todo ángulo que uno la viera.  Hmm, si, le estaba viendo muchos ángulos, mejor ser discreto. 

¿Hola? ¿Macarena?  ¿Sabes que pasó?

-Si, angel de la muerte, te voy a dar a ti, pringao.- Sonrio de brazos cruzados, mientras miraba con una ceja alzada al joven.- Tu amigo esta bien, si es lo que me preguntas, aunque poco he hecho aparte de un lavado gastrico y tenerlo en vigilancia.- Dijo poniendo los brazos en jarra, e inclinando la espalda hasta estar al joven frente a frente, y hacerle un mohin con los labios.- Macario, cuantas veces te lo tengo que repetir, esto no es un hospital !Deja de traerme a ti y a tus amigos raros¡ No puedo permitirme que me cierren la clinica, por tratar ilegalmente a vagabundos y miembros de bandas callejeras dañados a saber en que trifulcas.

Miro a Macarena fijamente.

- Hey preciosa relaja esos humos. - le digo incorporándome. No somos ni vagabundos ni miembros de ninguna banda callejera.

- Lo que me faltaba por oir esta mañana. - pienso.

- Macario, tú y yo ya hablaremos detenidamente sobre recientes acontecimientos. - prosigo. Ahora mismo estoy en deuda con ambos. - añado mirándolos a ambos. Si hay algo que pueda hacer por vosotros deidmelo y si está dentro de mis posibilidades dadlo por hecho.

- Gracias por cuidar de mi amigo. - finalizo mirando a la joven.

Ey, si -Macario le dio una palmada al muy aliviado Botas- que lo has dejado como nuevo.  Mira -la miró suplicante- lo que pasa es que tu si sabes como curarlo, ¡mejor que nadie!  Un médico apenas sabe curar a una especie, ¿no? -la miró divertido, tu sabes curar muchas mas.. jajaj.   No, en serio, mil gracias.  Prometo no decirle a ninguna autoridad, y compensártelo... digamos, ¿con una cena a ese lugar que me dijiste que te gustaba?  ¿El de las tapas con mariscos y queso de cabra?  O tu escoge.

¿Si?  -sus ojos le hablaron a la tierna mujer de lo que podría pasar esa noche si ella quisiera.

Vamos, si, permíteme invitarte, ¿este viernes?, Empezó a recoger sus cosas.  Mínimo agradecimiento que te puedo dar por cuidar a nuestro minino -la miró profundamente, luego desvió la mirada como resistiendo una tentación; su pura respuesta traería glamour, pero era lo que menos le importaba.  Cómo brilla su cabello, como miel sobre pan. 

Se distrajo a propósito, le dio una mano al Botas y lo ayudó a levantarse.   U-upa.       ¿Tas bien, amigo?

Eres un amor Macarena, se ve como nuevo.  Mil gracias, deveras.  

Vamos Ser.. digo, vamos Xavi.   No se quiera quedar aquí nuestro amigo, jjaja, que nos lo operan de los cataplines, jajaj..

Una última mirada al salir: ¿Viernes entonces?  ¿A las 7?   Macario y su sonrisa deseando oír el sí que ya veía en la comisura de los labios de la veterinaria.

-L-lo siento, no queria decir...- Se llevo la mujer las manos a la boca, terriblemente avergonzada.- Es solo que la mayoria de la gente que Macario trae aqui no tienen seguridad social y...

Pero cuando se iba explicar, Macario intervino y se enrojecio aun mas al oir las palabras de Macario.

-Y-yo, supongo que podria hacer hueco en mi agenda, pero...- Señalo la mano con la que habia cogido "Botas".- Antes vas a tener que devolverme a "Galletitas".

Cuando Macario bajo la vista, se dio cuenta de que en sus prisas, lo que le habia cogido de la mano era un gato rubio suelto, bien obeso y que ahora colgaba de la mano de Macario por su vientre con infinita despreocupacion.

-Si buscais vuestro amigo, se levanto un poco antes que vosotros siguiendo a vuestra amiga, la pelirroja timida, fuera de del edificio.- Explico Macarena, llevando una mano a la nuca.- Fue un poco raro, fue abrir los ojos de manera espectacular y empezar a correr casi en panico, en un principio creia que solo era un mal caso de vejiga llena matutina, pero ahora que lo pienso, parecia casi como si ambos huyeran de un fantasma.

¿Galletas? -lo miró tan sorprendido él como tranquilo estaba el gato-  Ahh, jajaja... es que... ¡se parecen mucho!   Ven Gallets  -tomó al gordo gatito- pásate aquí con la chulada de doctora que tienes y nosotros... ¡ tenemos que irlos a buscar !

¿Un fantasma dijiste?  ¿Que dijeron al salir?  ¿Así nomás nos dejaron dormidos?  ¿Por donde es que salieron, calle arriba o calle abajo? Ya que le respondió dijo:

Macario sigue la pista, preguntando a los locales y siguiendo pequeñas pistas como pelo suelto rubio, hasta llegar un pequeño callejon sin salida, no de este mundo, siendo precisos.

En un callejon oscuro y tetrico, sumergido en lo que parecia la basura del barrio y media ciudad tambien, se hollaban huellas de botas y pezuñas aun recientes, que llevaban a una vieja y casita de juguete que por no quedar, ya ni tenia pintura en ella, por suerte aun tenia intacta su pequeña puerta, puerta que ahora daba a un escenario verdoso y florido, tentador para la mente mas curiosa, que ambos conocian muy bien.

La pareja habia abierto una puerta al Seto, y estos ni siquiera la habian cerrado tras su paso.

Ey Ser Xavi, antes de entrar, dejemos rastro.  Buscó a uno de los chavales de la calle que le había dicho por donde había visto al Botas.  Le dio una de las flores que siempre llevaba en la solapa, un clavel en este caso.  Toma Clau , llévalo a esta dirección por favor, los baños de la Salamandra, ya sabes donde son.  Dásela a Jenny, la punk de pelo rojo que ahí trabaja, a veces.  De mi parte.  Ella te la cambiará por un billete de 5 euros. Y dile que nos viste en este callejón.  Cúmplelo y me encargo de enseñarte a graffitear como se debe.  Un pequeño pledge, pero algo de glamour traería, además de una semilla de artista más en el Drac, seguro conviene.  

Seguido de eso, pintó en la pared un símbolo de salida/entrada/advertencia con una referencia a Banksi.  Algo que su corte podría entender para ir por ellos si es que se atoraban o peor.  Listo Ser Xavi.  Ahora si, adentrémonos.  Amarró un hilo a la perilla de la puerta -este una amiga Ariadna me lo dió, le dijo al del Verano con una sonrisa rápida que no decía bien si era broma o no realmente. -  Vamos. 

Entrais sin problemas por la pequeña puerta, y ambos os deslizais a una parte del Seto, una sin explorar, aunque ambos sabeis, que es mas facil contar las partes exploradas del Seto, que las que no se exploran.

Donde antes hubiera edificios, ahora habia arboles gargantuescos alzandose hacia el cielo, con sus copas y sus retorcidas ramas bloqueando la poca luz que os llegaba, y hacia dificil ver en la penumbra los juguetes y restos desperdiciados por el suelo, entre ellos una zapatilla con el nombre de "LA-RA" escrito con rotulador y semi-borroso.

En el suelo hay un rastro de huellas sin borrar, mas evidentes aun que lo que fueron en el mundo mortal, Botas no parecia muy preocupado de que lo siguieran. Sin embargo, parecian adentrarse en las profundidades del Seto, y ambos sabiais, que aun que era facil entrar en el Seto, salir era un asunto distinto.

Macario se acercó a examinar la zapatilla.  Una niña perdida, seguramente.  Creo Ser Xavi que nos traeremos a algunos changelings de regreso esta vez.  No está mal para anotárselo como uno de sus logros de verano, ¿verdad?  Sonaba animado, cubriendo su nerviosismo. Guardó la zapatilla.  ¿Algo me recuerda?  

Tomó los juguetes que estaban ahí y comenzó a amarrarlos con vainas del seto, en la forma de una escultura que señalara donde estaba la salida.  Para que nos guíe de regreso.  Espero. -explicó.   Volteó a todos lados para detectar peligro.  Luego tomó una espina del seto y se pinchó el dedo, de tal forma que escurriera una sola gota la cual cayó lenta sobre la hojarasca aun verde.  Invocaré mi primer contrato de sueño en un rato -le dijo a Xavi- tendremos quizá algunas preguntas para hacer sobre el seto.  Vayalas pensando cuidadosamente, no se cuantas tendremos.  La gota roja oscura se veía hermosa en contraste con el verde esmeralda.  

Lo distrajo.  

Sacudió la cabeza.

¿Seguimos las huellas de Botas?