Partida Rol por web

Y es que la oscuridad podría tomarse como una oportunidad para meter mano. Cualquier persona con sentido común se hubiera preocupado por lo que pasaba allí, que cortaran las luces, que mataran a dos personas, que sonara música extraña de frikis... Pero el sentido común en HOTS eran los padres. Osea, es que había como mil cosas más importante delante. Como tocarle la chorra a algún macizorro, o el culo, o conseguir unas buenas rebajas en unos Louis Vuitton. Cosas importantes de la vida.

Quizás aquello podía ser obra de un saboteador o un asesino en serie. Pero lo que una HOTS veía es que le estaban aguando la fiesta y no tenían ninguna ganas de ello. La cosa es que en aquella oscuridad el equipo de música se encendió de repente, aunque no debía funcionar en teoría y una canción empezó a sonar a un volumen demasiado alto hasta para escuchar los pensamientos de uno mismo. Ups, pensamientos, se me olvidaba que esto era HOTS. ... hasta para escuchar los halagos del maromo de turno.

Las luces de colores montadas por el DJ comenzaron a parpadear, iluminando una figura fantasmagórica que se reía.

¡¡Vais a morir todas zorras!!

Gritó aquella voz que sonaba alienada por los altavoces, como si estuviera electrificada o como si alguien gritara por un micrófono después de respirar helio.

Las cosas habían ido demasiado lejos. No se podía negar que Channel era una zorra que había jugado bien sus cartas, pero lo cierto es que si juegas con fuego te acabas quemando. Y eso es lo que iba a pasar con esa putita de almeja morena, que se iba a quemar. Mi mente divagaba y jugueteaba con placenteras imágenes de su piel fundiéndose como mantequilla bajo el calor de rojizas llamas... Su epidermis burbujeando, flácida, cual chorra de viejo. 

Encerraba en mi cuarto con mi hermana como estaba, yo ya sabía cual era el paso a dar. No obstante, había un asunto que me inquietaba y gustaba de compartir en un minuto con mi hermana:

- Hermana, he descubierto esta aplicación... - comienzo a decir,  con la luz del móvil como fuente única de iluminación, pero entonces se escucha algo abajo. -¡Qué coño...!

El móvil te vibró y tuviste que mirar, claro. Aun con aquella amenaza inminente.

Pues muy bien, pues ya tengo mi propio pijo, de polo marca-biceps, para llevarme a la habitación. Seguramente no sea el que llevaba antes, pero para lo que lo quiero, este también me vale. Y, además, con la luz apagada...

-¡Pero que coñ... contratiempo!- ¡Uy, uy! Que del susto porque se hayan encendido las luces, casi mancillo mi elegante lengua con una palabra mal sonante como hacen las negras de barrio bajo. "Que pongan la música, quien sea que la haya puesto pues vale ¿¿pero porque tienen que encender las luces??" Tampoco es que sean luces como para iluminar la pasarela de Nueva York, pero dan demasiada luz y ahora el afortunado que me iba a llevar, ya sabe que soy yo.

Pero vamos, que no me da tiempo a pensar ni un plan ni nada porque  la persona más horrenda del mundo se pone a hablar. Bueno, no sé qué dice porque su aspecto me tiene un poco... o sea... pe-tri-fi-ca-da ¿no?

-Y a... eso ¿quién lo ha dejado entrar?-

Las gemelas otra vez. Seguramente habían modificado la fiesta y ahora se dedicaban a asustar, tratando de joderme. ¡Putas! ¡Más que putas! ¡Putas baratas y sucias! En fin, habría que solucionar esto por la vía rápida. 

—¡Ha llegado la tercera gemela... y es mas guapa que las otras! —gritó Channel— ¡Es una fiesta de miedo... que siga la juerga!

Si con eso no seguía la fiesta es que estaban muertos todos. 

Channel se pegó a Chad —Eh, Chad, ¿nos liamos aquí? —le dijo bajito— si con esto no te excitas, no se con qué te vas a excitar...

Mientras busco a tientas a mi víctima una chica con la que liarme las luces hacen un raro y un tío realmente grimoso (pero con una camiseta chulísima, ¡la quiero!) dice que vamos a morir con una voz muy rara. ¿Acaso es un adivino?

- ¡Ah! ¿Pero qué...?

Intento localizar a Beth entre los parpadeos cuando escucho a Channel. ¿Acaso es cosa de esas gemelas malvadas? La cuestión es que la presi sigue con lo suyo pegándose a Chad, como si todo formara parte de la fiesta. Igual es que es eso, lo que está claro es que quiere que la fiesta siga, y eso pienso hacer. Sigo medio a tientas buscando a quien sea mientras tenga dos tetas.

Dicen que siempre hay una gemela malvada. Este no era el caso: aquí había dos gemelas retrasadas. Unas chonis sin glamour que se creían divas (no como Darcy, que no sería tan divina como Channel ni sabía controlar las masas, pero estaba más buena que ella, eso estaba claro). Unas furcias que, en venganza por no haber salido victoriosas habían deajdo entrar a uno de esos frikis locos que llevan katana y escuchan música [molonnnunca reconocer que esa música tiene su punto] cutre, con camisetas negras para disimular michelines. Aunque claro, siendo uno de "esos" quizás la responsable fuese...Beth...

–¿Esos no son los del grupo ese del abecedario? Sí, hombre, estos que como cuando empezaron a tocar empezaban a leer se llamaron AB/CD o algo así, pero que tenían dislexia o algún retraso y les cambiaron el orden.

La voz del friki resonó en toda la habitación, y entre destellos, Darcy vio su figura:

¡¡ANTES MUERTA QUE GORDA, LLENA DE GRANOS Y CON UN PELO COMO EL TUYO, FEA!!–dijo convencida de que aquel cutre era una cutre que aún no había aprendido a maquillarese

¡¡¡Cómo mola!!! ¡Por fin música de verdad! Y no esa mierda de Katy Perry o como se llame. ¿Y el tío ese? Esto cada vez parece más una fiesta de Halloween en lugar de una celebración de una hermandad.

Apenas alzo las cejas cuando la voz entre gutural y metálica del aparecido dice que nos va a matar a todas.

¿Todas? Pues van dos tíos. O éste no sabe distinguir entre conejo y zanahoria o...

Algo en mi bolsillo vibra, y miro el móvil con curiosidad. Al principio con el cejo fruncido. Después, con una sonrisa. Alzo la cabeza y busco entre la gente, antes de teclear en él.

¿Qué demonios es eso? Ah, el vibrador del móvil. Qué oportuno. ¿Quién escribe a éstas horas?

Me sorprendo al ver el mensaje, aunque me saca una sonrisa. Miro a mi alrededor, buscando a quien haya podido ser, fijándome en si alguien tiene el móvil aún en la mano, o me mira haciéndome alguna señal.

¿Habrá sido Chad? Estaba tan distraída mirando al tío ese que no me he dado cuenta de si él ha sacado el móvil. ¿Quién más tiene mi número? Bah, qué más da. Tengo ganas de jugar...

Tecleo divertida una respuesta:

La fiesta no parecía que fuera a seguir como pedía Channel a gritos, para regocijo de las gemelas. La electricidad no iba, a excepción del equipo de música y la gente estaba acojonada. Bueno, puede que no toda la gente. Ya sabes, hay gente que el miedo le ponía a mil y ese era el caso de algunos de los presentes, pero no el general. En general había miedo por esa cosa que parecía sacada de una peli de James Cameron en 3D y que se transparentaba. Ese alguien además las amenazaba con matarlas y eso hizo que una oleada de maromos fuera corriendo hasta la puerta principal para huir del lugar.

Sadie, que seguía con su expresión imperturbable se quedó quieta mirando a aquella cosa con su copa en la mano. 

-¿Quién te crees que eres? ¡Estás en HOTS, maldito pobre! ¡Deberías estar lamiéndonos los zapatos que nos pondremos mañana para limpiarlos!- le dijo señalándole con un dedo. El ser/DJ horrendo se rió y uno de los cables del equipo de música se enrolló alrededor de Sadie para electrocutarla. Sadie gritó, se retorció y pareció que hacía un baile como muy raro y hortera.

Olía a bacon ahora por toda la fraternidad. Como si ellas fueran obesas comehamburguesas. Qué asco.

Pobre Sadie, pobre putita con orejeras, ahora que sacaba algo de valor y clase... Channel veía todo con objetividad y lógica, y se dio cuenta que necesitaría otra veterana más en breve... aunque nadie merecía que la electrocutaran así hasta la muerte, porque de esa no saldría, ¿verdad? Los chicos huían como putas, no tenían ninguna clase de valor. 

—Vaya vaya vaya —dijo imperturbable. —Así que eres un muerto viviente raro que parece salido de un juego de rol de esos que juegan adolescentes gordos y llenos de granos... ¡Que sepas que las gemelas me advirtieron de que vendrías, tratando de sabotear la fiesta! Ambas se ríen de tí desde sus puestos en sus habitaciones arriba, creo que han dicho que no eres hombre para ellas...

Con un poco de suerte lo destinamos a tareas más provechosas... ¿Por qué huye todo el mundo a mi alrededor? ¿Ninguno tiene huevos u ovarios?. Estoy rodeada de putas...

Mientras sigo a lo mío escucho a Sadie encararse al DJ, y éste con un cable la electrocuta. La situación es horrible, pero no tanto como aquella vez que un horrible cocodrilo se zampó a la chihuahua de la vecina, y aquello pareció salido de un documental del Discovery Channel (el canal, no la presi).

Me fastidia que haya pasado esto, y no por el hecho de que Sadie haya muerto de forma horrible, sino porque era con ella con quien tenía más opciones de liarme.

Channel (la presi, no el canal) se encara al DJ acusándole de intentar reventar la fiesta en nombre de las gemelas. No sé si es así y no me importa, pero me han fastidiado las opciones de pillar cacho y eso empieza a frustrarme un poco.

- Ay, cielos... - musito poniendo los ojos en blanco.

Miro como se refrie la pobre Sadie "¡Oh por dios! Ni para morirse tiene buen gusto... mirar que dejar, como último recuerdo, este pestuzo a fritanga..."

Arqueo las cejas como tan bien me enseñaron a hacer las mujeres de mi familia para mirar con desprecio a esa cosa horrenda que se atreve a colarse en una fiesta de HOTs Lo de dejarnos son una veterana no es tan grave, que acaba de quedar una vacante para ascender

-Tu no sabes quien es mi padre ¿no?* Yo que tú me largaría ahora que aún puedes porque como sigas molestandonos mi padre te va a meter una demanda por acoso que tus bisnietos seguirán pagando dentro de 200 años...- evidentemente papuchi no va a mover un papel porque hayan matado a Sadie

¿Huele a bacon? Madre mía...sí...¡que bien huele, diablos! ¿Quién iba a pensar que una puta retrasada oliese tan bien a ser tostada?

Vaya, que huela así indica que tenía un montón de grasa en el cuerpo

El comentario era cruel, innecesario, gratuito y sobre todo destilaba muy mala baba...pero era certero. Aquella Sadie solo tenía grasa bajo la piel, tenía más grasa que huesos. Era la única explicación.

Y me está entrando hambre

Pssssss. ¿sabes que las gemelas esas son en realidad hombres? Te han engañado con la mercancía, chaval. Encima se han pasado toda la fiesta burlándose de los que son como tú. Pirate a por ellas. Channel, querida. ¿En que habitación estaban?

– Trago, obvio –respondió al test de Lilith. Se traga y luego, si te has pasado de calorías, algo que suele pasar en los bukkakes, pues te metes los dedos y ya. Es decir, te los metes en la boca, para potar. Menudos charcos de coágulos de lefa se montan a veces.

Y le pegó un trago a la copa de champán. Llevaban un rato en las habitaciones, tomando aire en la tranquilidad del único sitio que quedaba en esa casa en el que se respiraba estilo e higiene. Habían puesto espacio de por medio con la escoria, la plebe. Una manada de inadaptados y mugrientos que no llegaban a gastar ni un millón semanal. Y liderados por la comandante Carayegua.

De fondo se escuchaba el tumulto de la fiesta de arrabal. Los bárbaros habían tomado Roma. Luzbel estaba furiosa. Todo se había ido a la mierda definitivamente. Ya no había HOTS, así de simple. Y no podía permitir que se ligara el apellido Monroe con ese burdel de carretera de Juárez.

Si ya no había HOTS, ¿por qué no borrar todo rastro? Era lo justo. Empezando por Channel, por supuesto.

– Quiero degollarla como cerda en una matanza. Que chille mientras se desangra –comentó, sin alterarse. Era natural, ¿no? Lo suyo, lo normal. Asesinar gente–. Matemos a Channel, hermana. Hay que limpiar de mugre el mundo. Es la hora de la justicia. Llega la hora de Padre.

Más champán.

– Y destruyamos HOTS. Este sitio ya no tiene glamour. Degollemos a Channel y luego prendamos fuego a todo. O al revés, no sé, la quemamos viva aquí en HOTS. O algo. Pero la quiero muerta.

De pronto ¡zas! Se fue la puta luz. Y desde la sala de abajo llegó la voz de travelo de Channel gritando que iban a morir todas. Y música de mierda. Pero mierda, mierda. De greñudo sudado. Seguramente se lo estaría diciendo a alguna de sus nuevas acólitas, que habrían metido la pata porque no sabían ni caminar con tacones.

Luzbel se palmó la pierna y se descojonó.

– Ja, jaaaa, ja, ja, ¡será hija de puta! ¡Matar dice! ¡Tú primero, zorra! –eso le hizo recordar que las novatas existían–. Matemos también a una de esas. O a todas, no sé. ¿Tienes un cuchillo, hermana? Quiero bañarme en su sangre. Bañémonos juntas, hermana, en su sangre. En una pila bautismal consagrada. Instagram va a petar.

Y luego, de pronto, llegaron hasta arriba los gritos de histérica lesbiana de Sadie. Y olor a pelo de negra churruscao. Y a silicona derretida.

– ¡Uy cojona! ¡Coooñoooo ya, qué susto la perra! –dijo, sobresaltada. Pero lo curó a champán.

Kimber estaba cerca de Sadie, sin reparar en ella, o en las otras, más bien estaba a lo suyo, en los mundos del fucking yupi, intentando beber más, sin que le importara aquel peluca horrible que intentaba asustarlas...

...Así que cuando Sadie quedó frita como un pavo en el dia de acción de gracias, el tema la cogió desprevenida, y dio un salto que firmaría hasta el mismísimo Cristiano Ronaldo.

-¡ME CAGO EN LA PUTA HOSTIA!-

El susto fue tal, que salió corriendo por patas de allí, sin más dilación.

No volviste a tener respuesta del misterioso desconocido, o desconocida. Parece que lo que ocurría en ese momento era mucho más importante, si es que estaba allí.

Él latigazo de sobresalto recorre mi cuerpo a la par que mi hermana. Al son, como buenas gemelas. Como con todo. Era como cuando Luzbel se estaba corriendo en la ducha, mientras se mete el consolador hasta el galillo y yo siendo un cosquilleo en la pepitilla. ¡Magia! 

Me llevo una mano al pecho, en un instante, cuando parece que a Sadie le está pasando algo chungo abajo, y luego sube el olor a barbacoa de jardín de barrio obrero. Así, como un sustito repentino. Como cuando máma bromeó con enviarnos a una universidad pública para darnos una lección de humildad. Paro después se partió el ojete de tal forma que acabó vomitando de la risa. 

- Aquí esta pasando algo raro, hermana. Alguien la está liando parda y no nosotras...Y eso no lo podemos permitir - me levanto de la cama y recoloco el tanga - Vamos prender fuego a esta mierda. Empezando por la habitación de Chanel. Siguiendo por las demás. Bloqueamos las salidas  y nos largamos a nuestra puta casa. 

–Eso es, hermana. Tengo aquí como un nosequé que queseyó por dentro que me pide... no sé, sangre. Creo que no dormiré tranquila hasta que no escuche unos cuantos gritos de agonía. Pero no los de Sadie. No sabe ni gritar en condiciones. Gritos que provoquemos nosotras. Podríamos pillarle una teta con la puerta a Channel. Y con la teta atrapada así, darle con el mechero en el pezón un buen rato.

Se relamía y hablada con total normalidad. Algo se había desatado en su interior. Papa llama.

–Pero eso cuando la pillemos. Si hay que degollarla sin más, me vale. ¿Por qué no? Ya sabes que no soy ambiciosa. Tienes razón, quememos esto. Si ya no vamos a vivir aquí, ¿de qué sirve? Una buena fogata. ¿Cómo lo hacemos? A lo mejor prendiéndole fuego a su vestidor...

¿Qué mejor? Destruir el bien más preciado de Channel, su ropa. Y Chad, también, pero eso es secundario para ella. Hacer un aquelarre de ropa de Chanel de Channel, y que el fuego se extienda por toda la casa.