Partida Rol por web

Al gafotas se le iluminan los ojos con las palabras en exclusiva que le da la rubia. Casi le dio un soponcio cuando lo llamó Fucker, era como lo que le decía la princesa Leia en sus sueños más húmedos.

-Estábamos de fiesta, sí… Tenemos una lan party en el salón. Hay cerveza y ganchitos- sonrió como si aquello fuera suficiente para hacer una fiesta.

-Cuidado, rubia, que eso corta- dijo el gordito con cierto humor y levantando ambas manos a la broma. Porque la idea de Lilith era acuchillar pero se había quedado en eso. Se notaba que de las dos gemelas ella se había llevado la parte menos coordinada de aquella partición intrauterina. –Sí que eres una gatita, me recuerdas a catwoman. Pero a la de Michelle Pfeiffer, ya sabes. No tengo ningún comentario racista contra la Halle Berry, que está to buena… Pero ya sabes, ese encuentro con látigo y esa lengua recorriendo a Batman, no tienen comparación.

Channel seguía manejando a los frikis, en realidad a todos los hombres, como quería. Una sonrisa amable apareció en su rostro, justo la contraria de la sonrisa maligna que tenía dentro de su cabeza al ver a los frikis dispuestos a luchar y a morir por ella. Preferentemente morirían y la especia humana mejoraría, reduciendo su ya bajas posibilidades de reproducirse y consiguiendo equilibrar con las muertes de maromos anteriores.

Pero el friki espiritual seguía ahí... y haciendo de las suyas. —¡Mierda! —señaló hacia la puerta al exterior— ¡Huyamos! ¡Ayudad a las que caigan! —le había costado decir eso, pero a fin de cuentas, eran sus hermanas, y no dejaría a una atractiva HOT en un antro como aquel. Aquellos frikis guardarían el cadáver y se lo follarían durante años. Que ella sabía como eran esas cosas. Y sus putitas recién ascendidas, que se habían mantenido fieles, no merecían aquello. 

Aquel ruído inferna. Oh aquel madito ruido de bajos. Yen medio del desastre, Channel guiando, como siempre a su rebaño hacia la seguridad del establo. Pero un puñetero establo de lujo. Darcy salió pitando detrás de la lideresa, palabra que había oído por primera vez para designar a una tal Hope Aguirre oalgo así. Una tía que había estado en tantas batallas como ellas (helicopteros cayéndose, tiros, bombas, secuestros...) y aún así había salido ilesa.  Sin embargo, una vez llegó a la puerta, momentos antes de salir decidió atacar con la misma medicina al friki de ojos verdes. ¿Qué era lo que más podía molestarle?¿Lo que más podía dañar su mente y su cuerpo?. Estaba claro. ¡¡¡AGUDOS!!

Darcy soltó entonces un sonido chirriante y espantoso, de esos que hacían explotar cerebros masculinos. Y femeninos con algo dentro. Las HOTS estaban a salvo, claro esta.

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIKKKKKKKK

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIF you wanabiiiiiiiiiiiiii maiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii lovaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Aquellos sonidos eran matafrikis y matahombres por igual, pero el inicio de aquella canción hacia que cualquiera con un poco de sentido común tuviese un derrame cerebral. De nuevo, las HOTS estaban a salv.

-¡Sí jefa!- grito acatando la orden de Channel. De repente en mi cabeza somos hermosas guerreras como las de las películas. Moviéndonos gráciles entre nuestras huestes. Nuestras armaduras doradas cubriendo lo mínimo imprescindible porque todo el mundo sabe que un corte en un pezón es mortal, por eso van tapados, pero los muslos tienen que ir desnudos y verse porque no hay riesgo, por ahí no se desangra nadie.

Channel como una comandante en jefe, reparte órdenes, cuida de sus comandos. 

Y Darcy, como una auténtica valkiria, lanza un canto de opera que casi revienta los vasos de la sala (pero no lo hace porque son de plástico, como los boles de gusanitos y patatas) y que nos obliga a todas a taparnos los oídos durante un momento.

"Bueno, también podría ser como una sirena, pero eso no pega en este ambiente... ¿¿Porqué estoy pensando estas cosas tan raras?? ¿Qué son unas huestes? ¿Qué son los comandos? ¿Será el olor a friki que te contamina o algo?" 

Ahora estoy más asustada que antes, quiero salir corriendo de aquí. ¡No quiero que me lo peguen!

Corro, corro mucho, corro tanto como puedo sin parecer una loca histérica. Corro mucho pero sumamente elegante.

Al principio mi expresión es casi de alarma cuando veo a aquel empollón que se me acerca tanto y hasta pretende tocarme. Sin embargo, tantos años de aprovecharte de gente como esa, te hace tener miles de ideas sobre sacarles partido en una milésima de segundo y el gesto se trasforma en una sonrisa, algo malévola, cual vampiresa.

- Mmmrrrr... - De mi garganta sale un sonido mezcla de ronroneo de satisfacción y duda, mientras ignorando la mano que me tiende, camino despacio a su alrededor. - Hola, - digo con tono meloso, - yo soy Leraie. Gracias por... intentar al menos ayudarme a saltar. Todo un caballero. Ay... - finjo un suspiro, - una pena que seas un caballero, porque eres guapo y... solo me falta que fueses un poco... tirano para ser totalmente mi tipo. Ya me entiendes. Como Eric Draven en el Cuevo, que por amor fueses capaz de vengarme... matando si es necesario... - Me paro cuando le tengo de nuevo de frente, muy cerca, pero sin llegar a tocarle. - O quizás sí que lo eres... Qué me dices, ¿te creerías capaz de vengarme? ¿De matar por mí?

Me dispongo a estamparle el teclado en la cabeza al tío pesado ese, a ver si eso le ayuda a dar con la tecla y nos deja en paz, pero entonces emite un sonido ensordecedor que me frena en seco obligándome a taparme los oídos.

- ¡¡¡AAAAH!!! ¡¡¡ME QUEDO SORDA!!! - grito mientras casi pierdo la cordura entre ese chirrido y los gritos de Darcy.

Mierda, así no voy a poder conseguir darme el lote con ninguna. Entonces oigo las palabras de Channel, quien parece preocuparse por nosotras. Es en estos momentos cuando se ve quién vale y quién no, y Channel está demostrando que sí. Rayos, le daría un morreo ahora mismo si la tuviese a mano, pero es mejor obedecer su orden y escapar.

Joder, aquello era infumablemente infumable (Uis que palabrejas para el pensamiento de una HOTS), no solo perseguidas por las furcis del chupi infierno, ahora estaban sufriendo algún tipo de ataque sónico, como cuando te pones pegada a los altavoces de una discoteca de jarcor.

-EEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKKK- Gritó Kimber mientras se echaba las manos a los oídos. Ni siquiera con un ejército de frikis cachondos de su lado eran capaces de lograr algo.

Había que irse de allí como fuera, el caso es que a cada paso era peor que el anterior.

-DARCY, VÁMONOS- Gritó creyendo que hablaba de manera normal, pero el pitido de sus oídos era demasiado traicionero.

Acaba la vomitona uso la camiseta el gordo para limpiarme. Debería sentirse afortunado, pues había elegido su camiseta de nerd para limpiar un fluido que sale de un orificio mio. Vamos, que debía serle una experiencia cuasi erótica. No sé que coño dice de catwoman, pero le iba a dejar con la polla morcillona y falto de razón con lo siguiente. Porque, ni corta ni perezosa, le como la boca a mi hermana. Si, con todo mi saborcido estomacal, pero le meto la lengua hasta la garganta y con suerte me vomita en la boca y así empieza un tandem genial. 

- Mejor, mucho mejor... - al menos se me había ido el puto asco por el gordo de mierda. Carraspeo un par de veces y vuelvo a mirar a los tres pringaos-consorte. - Ayudadnos a acorralar a las putas que han entrado en la casa - señalo a la fraternidad - Y nosotros haremos una orgía, de lo más divertido...- azote al culo del gordo, que pique y le de gusto a la vez.- Haced caso a nuestra perrita Leraie...

Luzbel recibió su lengua, notó el agrio del vómito Lilith, y se le erizó todo. Porque era de su dulce hermana, por supuesto. Y eso solo podía significar que era la mejor calidad. Notó una notable pureza en el paladar, ya que esa bilis no estaba contaminada con alimentos. Lilith no comía, obvio, y por eso su reflujo gástrico era pura esencia de ácido natural, recién destilado y segregado por glándulas perfectas en un estómago encogido y sin más uso habitual que digerir lefa. Y Lilith no había ingerido lefa en las últimas horas, algo que tampoco hubiera estado mal a la hora de recibir el reflujo. Este tampoco estaba contaminado por posos ni por partículas de materia orgánica en suspensión procedentes de la digestión de un bocata de panceta o de 1 cm2 de lechuga light. Nada de eso. Todo puro, natural, ecológico.

A lo sumo, Luzbel podía percibir ciertas notas alcohólicas en los laterales de la lengua, y un chispeante toque retronasal por el chile picante de Quetzaltenango que le había obligado a morder en aquella prueba de lealtad, amor y dolor. La conjunción era perfecta y el caldo tenía el justo equilibrio entre lo repugnante y lo asqueroso, muy subido en bilis verde y en clorhídrico virgen, ligeramente templados por la calidez del azúcar de caña del ron y por la solidez de la cebada malteada del bourbon, con su sequedad de roble y nuez; y con juveniles toques frutales de cóctel (papaya, piña, fresas, menta) que aportan alegría y juventud; y, al final, el posgusto de capsaicina bruta, un punto que cerraba el mensaje como una firma escrita en sangre. «De Lilith, con amor», decía.

Sublime.

Joder, si esa noche Lilith sabía así por arriba, no quería pensar por abajo.

Quedaron unos segundos así, mirándose a distancia de punta de nariz, enchochadas la una de la otra.

– Sí, mucho mejor –comentó a lo que dijo Lilith. Así, sí. Reaccionó, espabilándose–. Eso, vosotros, quien quiera pescado, que se moje el culo.

Darcy le dio por cantar, o descantar, porque llamar a aquello cantar debía ser delito por lo menos. Los frikis, que iban por el friki de ojos raros y que se habían visto tocados por aquel sonido que salía de los altavoces, gritaron de dolor con aquel sonido chirriante que salía por boca de la animadora de generosas curvas. Ahora les daba igual ver pechuga de mujer, aunque pareciera mentira.

El resto de HOTs pudieron salir hacia la calle y la oscuridad del campus, pero con secuelas. Aquellos berridos se podían cobrar un alto precio. Al menos aquello había dejado KO al rebaño y les daba la oportunidad de poder escapar.

Al friki le dio la risa tonta y se puso a sudar como un cerdo, que bien podrías pasar un limpia parabrisas para ver la piel que había debajo de tanta transpiración.

-La venganza es una opción, ya sabes, como Corvo en dishonored que intenta vengarse del gobierno por todo lo que le hace cuando él intentaba solo hacer algo bien- empieza a hablar con su verborrea friki de algo que claramente no entendías. –Pero yo nunca me he visto de matar. Además, la sangre me marea. El otro día me corté con una hoja de papel mientras estudiaba, perdí el sentido y me desperté al día siguiente. Llegué tarde al examen y tengo que recuperarlo. Pero no le dije nada a mis padres, porque se preocuparían que no mantenga mi media.

Y los otros dos nerds iban a decir algo, pero allí quedó todo en cortocircuito. Porque el sueño erótico de todo hombre era un trío. Para que fuera fetén lo sería con gemelas. Para poner la guinda que se enrollaran entre ellas. Ahí abrieron los tres la boca, ignorando que las gemelas ahí compartían un poquito de baba con tropezones de pota.

Miraron a una y a la otra cuando acabaron, porque aunque ellas les hablaban, su cerebro no llegaba a hacer contacto para procesar lo que habían visto. No estaban tan cachondos desde el beso a tres que le había cascado Madonna a Britney y a Cristina. Un beso de divas, como el de las gemelas. Asintieron a lo que fuera que les hubieran dicho, esperando que con eso se les incluyera en la próxima muestra de cariño.

Corro, aún en camisón, entre muchos chicos embobados y compañeras envidiosas y perseguida por un tio de ojos verdes que me la quiere clavar hasta que pida que pare. ¡Que lastima! En mis sueños, ser HOTs tenía mejor pinta.

Pese a correr con los oídos tapados no puedo evitar sufrir más daño por los horribles alaridos de Darcy. Está claro que ella debería presentarse a un concurso en plan Factor X o a algo por el estilo, fijo que gana. Pero sabía a pesar de lo que sufrían mis oídos que lo hizo por salvarnos a las demás, y solo por eso me entran ganas de meterle la lengua hasta el esófago como agradecimiento. Está claro, si salimos de ésta tengo que liarme con Darcy, sí o sí.

Logramos salir del edificio, y estamos más cerca de estar a salvo. Solo tenemos que correr y pedir ayuda, ya sea a, rector, a la policía o a la morena irsaelí esa de NAVI, que también está buenorra y además sabe repartir hostia con el entrenamiento ese de Taj Majal* o como se llame.

Darcy contraatacó al friki y a sus altavoces asesinos con un buen chillido de puta follada, sucia y despechada. Hasta hizo un poco de daño a sus compañeras, que deberían ser inmunes a semejantes ataques. Pero, por fin, Channel se encontró fuera, escapando de aquellos lugares de pesadilla.

—Chicas... vamos, un poco más y habremos huido. ¡Podemos hacerlo!

Todavía le quedaban bastantes escudos humanos hermanas en HOTs. pero si continuaban aquellos ataques en área... a saber qué ocurriría. 

Me relamo tras el enjuague lingual con mi hermana. Su saliva mezclada con el aroma bílico hace un cóctel explosivo que me hace dar palmas con los labios de todo el papo. Es por eso que las neuronas se ven desprovistas de flujo sanguineo, porque el flujo está en otra parte, y los argumentos que salen de mi boca no son los mas acerados. Quizá. Si le sumamos además que escupo un tropezón de algo al mismo tiempo.

- ¿Habéis visto "two girls, one cup"? - paseo la lengua por mis labios - Puedo hacer eso mismo con vosotros si nos ayudais - cojo de la mano a mi hermana. 

Agarradas de la mano, porque de momento no podían encajarse de otra manera, las hermanas parecían hasta inocentes. Se plantaron ante los niñatos aquellos y Luzbel guiñó con complicidad.

– Lilith tiene razón. Hacemos TODO. Pero podemos empezar por cosas más... no sé... que os gusten más. Primero tenemos que buscar un buen sitio para estar tranquilas. ¿Y si nos lleváis a la puerta trasera de vuestra fraternidad? Entramos por ahí, nadie nos molesta y... bueno... ha sabéis... a lo mejor podemos subir a vuestra habitación. ¿Tenéis bebida? Tenemos menos vergüenza cuando tenemos algo para tragar –guiño, guiño–. Venga, llevadnos.

Se acercó a ellos con Lilith de la mano. Puso un dedo en los labios de Fogell y lo deslizó por ese mentón que parecía no haber conocido nunca barba, y luego por el cuello.

– Dime... Fucker... ¿está muy lejos tu cuarto?