Partida Rol por web

¿Manchas y agujeros? Cree el ladrón que todos son de su condición. Ella quizás no puede permitirse comprar ropa interior nueva cada semana y tiene que reutilizarla, pero yo no.

Sonrío para mí misma mientras pienso en ello, imaginando a Luzbel cogiendo sus bragas tiesas y descoloridas del cesto de la ropa.

Una y otra gemela hacen sus discursos. Largos, insultantes y denigrantes para las novatas. Channel sonrió para sí, orgullosa. Lo habían aprendido todo de ella*. Cuando llegaron no sabían ni decir dos palabras juntas. —De todas maneras la prueba sigue, así que elegid la prenda que más os guste u os represente... una que sea cómoda.

—Y no, no hay problema con los peluches— hizo un gesto despreciativo con la mano ¿Por qué iban a tener un problema con peluches? Toda chica tenía alguno. Ella en casa en vitrinas, toda la colección de Teddy Bears originales... pero aquí iban a buscar mierda. No peluches. 

-Bueno- Comenzó Kimber adelantándose otra vez

-Si tiene que ser cómoda, puessss, cogeré una camiseta que suelo usar para entrenar- o Cuando voy con Darcy a pillar hierba al gueto.

Sacó una camiseta gris de tirantes y encogió los hombros con una sonrisa.

-Yo elijo esta-

Y se quedó más ancha que pancha.

- ¿La que más nos guste? Entonces genial - afirmo teniendo claro qué prenda voy a presentar. Sí, esa camiseta preferida que uso siempre que puedo y esté limpita. La del pollo ese tan cuqui.

-Tu peluche no nos importa, Pintapitos. O no nos importaría si fueras normal. Pero ahora todas sabemos que te preocupa que se sepa que te frotas la raja con él. ¿Por eso no está presentable? ¿Está acartonado de tu flujo reseco de años? ¿Desde cuándo te lo follas? ¿Desde los 12 años? Das asco, Pintapitos -sentenció Luzbel. No habían pasado cinco minutos y ya le costaba retener el nuevo nombre de aquella.

Era parte de la naturaleza de una chica decente tener amor por los peluches. Pero hasta Luzbel sabía que no podías dejar a tu peluche hecho una mierda. O que se supiera que lo dejas hecho una mierda. Porque una cosa es disfrutar de tu amigo más tierno cuando le colocas un dildo, y de eso Luzbel tenía experiencia sobrada, y otra, que se supiera. Un poco de decencia, por favor. Pero para eso era esa prueba, para pillar a esas guarras en sus vergüenzas más íntimas.

Luego la otra nosequién habló de su camiseta de "chica mala". Luzbel chistó, negando con la cabeza, haciendo un alarde de paciencia.

-Ais peroporfavor... de verdad es que... ays chica -qué poco glamur. "Chicas malas" como esa había a puñaos. Todo maneras de negra barriobajera tragasables. Cualquiera era una "chica mala" violenta y malencarada. Pero esas no duraban ni dos telediarios ante la verdadera maldad. La maldad que no necesita imitar gestos de negraca. Esa que te mira con brillantes ojos y dulce sonrisa mientras te acuchilla el vientre.

Luzbel se quitó la imagen de la cabeza con un gesto para sí. La horrible imagen de esa camiseta también. últimamente tenía ideas muy turbias.

- ¿Qué? ¡No, yo no hago esa clase de cosas! - repliqué horrorizada. ¿Cómo podría hacer eso con mi peluche preferido? ¡Jopé, solo lo dije porque lo metí de tal forma que se habrá quedado deformado, en plan cuadradito! ¡Yo no haría esa clase de cosas, al menos no con peluches! - Solo lo decía porque no cabía todo en la maleta y tuve que apretujarlo un poco. Tiene que haberse deformado mi pobre Stinky...

Por un momento dejo de pensar en mi camiseta supercuqui. Mi pobre Stinky está pasándolo muy mal ahí encerrado. ¡Tranquilo, ya te sacaré de allí!

¿Algo cómodo? ¿Algo que me represente?

No me hace falta rebuscar mucho en mi maleta hasta dar con ello.

Me gustaba tanto ese vestido, que tenía unos 10 iguales para poder ponérmelo sin que se desgastara.

- Yo me quedo con esto.

Aquel peluche me da ganas reales de vomitar. Lo prendería en una chimenea y obligaría a Pintapollas a mirar. ¿Un peluche? Esta no podía ser HOTS. Pero ya me encargaré de eso después, ahora estábamos a lo que estábamos...

Vuelvo a chasquear los dedos hacía los bomberos. Tenían que inspeccionar bragas y aún no habían empezado. Vale que se pudieran distraer admirando mi culo de alabastro, pero había trabajo que hacer. 

- !Inspección!

Los musculosos y fornidos bomberos se dispusieron a abrir maletas y sacar lo que hubiera dentro. Camisetas, pantalones, maquillaje y por supuesto la ropa interior. Sacaban todo sin delicadeza, porque eran hombres duros y con pechos bien untados en aceite (cortesía de las gemelas y de Sadie, que bien se habían tomado su tiempo en sacarles brillo y en untarles aceite también).

La rubia que había estado callada como una puta porque nunca decía una palabra de más, y no porque la directora se hubiera olvidado que ella estaba ahí y era otra veterana más, miró a Channel ante lo de la ropa cómoda. Aquello debía ser una trampa, una HOTS no llevaba nada que fuera cómodo, ni comía nada que tuviera calorías. Es por ello que ella tragaba aire de vez en cuando para sentir la tripa llena, osea, el aire como que no engordaba ni nada de eso. No era como el agua que lo mismo tenía restos de animales muertos del río y podías comerte algo de carne sin querer. 

-Creo que sería mejor que ellas expliquen lo que tienen en la maleta*- dijo mirando aquellos trapos por el suelo y dando un paso hacia atrás para que no le tocaran los pies.

Darcy se había perdido en la conversación. Tenía la mirada fija en uno de los bomberos. O en una parte de el. Su paquete.  Pero era futura HOTS y no podía demostrar que le atraía aquella tableta  más que a una gorda un bollo. Que cuerpo, que ojazos, que poll..dios...Darcy se mordió el labio y de pronto volvió a la realidad. Y encima...oh dios...Encima "él" estaba revisando su maleta. Su maleta llena de ropa (interior y exterior) recién comprada. Bragas caras, sujetadores caros. Los cásicos que llevaban las actrices de hollywood... y también lencería "divertida". 

Incluso estaban las dos joyas (renovadas) de su colección.

Sin embargo Channel les había pedido que enseñasen una prenda. LA prenda. Y no dudó

Pueees....

Los shorts. Los shorts que le daban aquella gran forma a su culo y que dejaban adivinar la longitud de las piernas y mas allá....O no...mejor, aquellos nuevos pantalones Balmain. Sus 926 euros que habían costado. Y le hacían mejor culo que los shorts.

Con una pequeña sonrisa, bastante pícara, le señalo al bombero mi maleta, como si le diera permiso para inspeccionarla. Mi ropa interior quizás no era la más rica en colores, pero desde luego me parecía que tenía bastante más clase que la de Darcy. Y posiblemente más que la de cualquiera de ellas.

- Bueno, a ver. Eso que tienes en las manos, sí, eso, es un ejemplo de la ropa interior "de diario"(*).  Las del tipo de esa otra las uso cuando tengo una ocasión especial (**), y cuando estoy segura de que voy a tener que enseñarla, uso cosas como esa (***). Después, por supuesto, tengo de "relleno".

Lo primero que hago es apartar a Stinky del montón de ropa y apartar mi camiseta preferida (la del pollo adorable), y acto seguido empiezo a recoger mi ropa interior.

- Aquí están mis prendas íntimas, de Victoria Secret. Salvo la oscura, que la compré en París en una "Carine Gilson".

Espero hasta mi turno y entonces, a la vista de que todo el mundo ha dejado de enseñar ropa "exterior" para pasar a la interior, me voy directamente a la lencería

-La mía la compro a una empresa inglesa llamada Myla y me la mandan desde Londres-  No acabo de entender qué importancia tiene, pero cómo todas parecen decir la marca...

-Veamos... ésta  va con éste 

Digo mientras voy sacando la ropa por conjuntos

-Este otro, va con éste... 

 -Éste de aquí con éste...

Luzbel observó a los bomberos en su trajín, mordiéndose el labio. Notó su pachuli estremeciéndose. Los siguió con la mirada... esos culos, esos brazacos, los paquetones, las sonrisas de machacahigos... ¡Y eran tan profesionales! Les debía de estar costando la vida aguantarse las ganas de entrarle a saco y enseñarle la manguera en el camión. Luzbel reaccionó con lentitud y tardó en darse cuenta de que su hermana los había invocado para algo, y entonces se acordó del asunto de las maletas. Hizo un esfuerzo sobrehumano para apartar la atención de ellos y fijarse en la exposición que las paletas iban a hacer. Le lanzó un beso a uno, un guiño prometedor a otro, y un sutil meneo de lengua entre los labios a un tercero.

Empezaron a sacar la morralla. Chupalápiz era sencilla, discreta y pobre. Esperaba que tuviera dentro unas bragas de castidad de metal rosa con un logo de Hello Kitty, pero parecía que no. Se las habría dejado en casa, esperanzada de entrar en HOTS y por fin ser adecuadamente reventada por hombres de verdad. Cejacipote, por su parte, tenía algo más de estilo. Barato y de imitación, de los chinos, pero tenía algo. Se puso a jugar a las muñecas con sus trapitos toda entusiasmada.

Suici, en cambio... Luzbel sintió rabia en su interior. Esa zorra sabía lo que se hacía. Esa zorra sabía elegir su mierda y venderla. Aquella putilla transilvana se vestía mejor por dentro que por fuera. Hasta Luzbel se pondría eso si lo encontrara del precio apropiado (y no baratucho, que se veía a la legua) y en talla para delgadas (y no talla alforjas para llevar grano como esa).

-¡Tst! Pues vaya mierda... -chistó y apartó la mirada. No admitiría nunca que aquella le había gustado, al menos nunca antes de que no fuera miembro de HOTs. Porque a partir de ahí, amiguitas de puñalada, respeto en el insulto y zancadillas con estilo, sí. Leales y cordiales en el odio. Pero ¿antes de eso? Ninguna de esas valía un chicle pisao.

Pero lo que de verdad le estaba rompiendo los esquemas era la basura que le estaban sacando a la supergorda. Unos sujetadores y bragas horripilantes. De máquina expendedora de local de estriptis. De sexshop rancio con saldos para despedidas de soltera de garrafón. ¿De dónde había salido aquella? ¿Estaba de cachondeo? ¿Cómo podía tener esa mierda en la maleta? No pudo esperarse. Antes de que la rubia badass sacara sus bragas de estampado militar, alzó la voz con curiosidad.

-Perdona, pero tengo que preguntarlo, cari. ¿Tienes una cámara oculta o algo? ¿Vienes aquí a grabarnos y luego a vender tu reportaje? -miró al resto de veteranas con cara de interés, asintiendo, para ver si tenían la misma duda razonable.

Kimber empezó a rebuscar su ropa interior, mostrando tanto las caras, como las mas normalejas.

-Esas son las de ir a matar-

Una vez terminado con los ropajes interiores caros, empezó con los cualquierilla, para ocasiones normales.

-Y estas otras son las de ir cómoda por ahi, algunas tienen como aire acondicionado- Le pareció graciosa su broma, pero en realidad, la graciosa era Darcy y no ella, ya que al lado de su amiga, sonaba como un perro rabioso...

El caso es que ya habían enseñado 'sus cositas', y realmente, no entendía el interés de las nazis veteranas en ello.

¿Envidio quizás?

Salvo alguna escasa excepción, en general las novatas tenían algo de clase a la hora de elegir la ropa interior. Algunas prendas eran baratas, imitaciones de chinos, carne de tienda de lencería de pueblo, o de convento franciscano....Pero sin duda se llevó un chasco al ver que el contenido de sus maletas no tenía la carnaza que esperaba. Salvo la chunga morena, de cuyo nombre no quiero acordarme, que saca morralla horrorosa. 

- Si...Sin duda se debe estar riendo en nuestra puta cara...- respondo a mi hermana, en su cuestión implícita en aquella mirada. - Pero que no la guarde, que le hará falta...

Mi odiada y querida gótica parece tener muy buen gusto...Muy dark. Debía reconocer que estaba sintiendo envidia de su ropa interior, que es mejor que la mía de esta temporada. Eso no podía ser...Cuando acabara todo esto prendería fuego a todas mis bragas y compraría algo para estar por encima de esto.

- Las del resto...Bueno...Baratita o en modo novicia on....- mirando sobre todo a la chica pastelito que había pintado la pollaca en la frente de la perdedora- Pero comparado con esta mierda....- mira los horrores de la otra (Darcy).

Channel asintió cuando fue viendo la mercancía íntima de la que disponían las putas nuevas. Ya no era una mirada de desaprobación. Exceptuando un caso. UNO HORRIBLE. 

—De acuerdo. Tenéis un aprobado. Uno conseguido en posición horizontal con el profesor en el armario de las escobas, pero era esperable... —inspiró fuerte— excepto una a la que estoy tentado de echar, pero entre las demás me habéis dado esperanza... en breve os hablaré de diseñadores y como conjuntar, pero el material es casi aceptable para una HOTS...

—Ahora, todas os pondréis una de vuestras braguitas y la prenda que habéis dicho que más os representa... y nada más... y toca hacer una carrera alrededor de la manzana... con los cordones de vuestras deportivas, sí, esas que os ponéis para animar, atados. Sadie os atará los cordones, vosotras ir vistiéndoos... o más bien desvistiéndoos para la prueba.   

Channel se había animado. Las novatas casi parecían casi funcionales... y ya se habían dedicado a destruir su autoestima antes. Ahora tocaba reconstruirlas y modelarlas en un ejército de HERMANAS PERFECTAS para la envidia, asombro y rabia del resto de hermandades. Antes, una carrerita en bragas... por la tradición.

—Premio para la que mejor luzca la ropa interior. 

La rubia violenta tenía mucho mejor gusto de lo esperado. Viendo la basura que sacó la obesa, Luzbel ya temía encontrarse con calzoncillos de los marines y sujetadores deportivos, o algo así. Pero no. Eso fue chocante.

Channel dio su aprobado. Pero esa no era la auténtica prueba. Solo era una excusa para meter la nariz en armarios ajenos y confirmar la poca clase de las candidatas. Pero el nivel medio había resultado ser más o menos aceptable, y sin duda eso había chocado a Channel, que se esperaba algo mucho peor. Sin duda por eso estaba diciendo cosas raras. Como referirse a sí misma en masculino.

Channel ya era cosa del pasado, estaba claro. Dos telediarios.

-Channel, si me permites... -dijo Luzbel-. Nuestra querida presidenta sin duda olvida una cosa. La primera es que sois mierdas. Y para sacar una perla entre un montón de mierda hay que amasar mucho. Amasar, apretar, destilar el jugo que salga, purificarlo, cristalizarlo y pulirlo. Sois montones de estiércol, niñas. Venís aquí manchadas de pobreza, cosas feas y celulitis. Vuestro pasado apesta igual que vuestras bocas. Si queréis ser radiantes como nosotras tendréis que dejar atrás lo que creéis importante. Aquí lo único importante somos nosotras, y Channel por encima de todas.

Hizo una señal a los bomberos para que recogieran las "prendas favoritas".

-Queremos que seáis como nosotras. O al menos que lo soñéis, pues está claro que no os llega la sangre ni la clase para ser tan chics. Queremos que seáis perfectas. Brillantes. Aquí dentro es lo que toca. O eso, o fuera. Así que ahora toca limpiar la mierda. Lo que creéis importante solo sirve para limpiar la lefa de la polla de un leproso. Vuestras prendas favoritas serán incineradas por nuestros bomberos. Incluyendo al peluche reseco. Y la carrera que viene la haréis en bragas y sujetador -dijo, mirando a Channel a lo "no pasa nada, querida, un lapsus lo tiene cualquiera"-. Y somos generosas. Estoy segura de que para vosotras andar por la calle en bragas es habitual, pues tenéis pinta de hacer la calle. Furcy... así te llamas ¿no? Tú te pondrás tus bragas más miserables. Esas del coño, mismamente. Con ellas serás recordada por todo el que te vea para siempre jamás. Todo lo demás será destruido.

Antes de reconstruir hay que derribar. Reducir sus espíritus para poder modelarlas como entidades perfectas. Al menos, a la afortunada, o la pareja de afortunadas, que consiguieran llegar a entrar en HOTS.

-¿Preguntas?

Ni siquierda cambio el gesto cuando dicen que van a quemar nuestras prendas favoritas. Como ya dije, siempre tenía varias como ésa, y sabía dónde conseguir más. A la última pregunta de Luzbel simplemente me encojo de hombros. Las instrucciones no eran complicadas. Ni corta ni perezosa, comienzo a quitarme la ropa, empezando por desabrochar el precioso pero aparatoso corsé. Sigo con la falta y las bailarinas, y saco mis zapatillas de animadora de la maleta.

Escucho a Channel y a Luzbel y miro a los lados por si se me está pasando algo por alto o por si hay una cámara oculta... "¿En serio?..." No es que acostumbre a correr en ropa interior por la calle pero que todos te vean las bragas es el día a día de una animadora. Y, tampoco pecamos de humildad así que una prueba en la que puedes demostrar al mundo que eres absolutely fuckable divina de morirse, no es lo peor que nos puede pasar. Lo peor que voy a tener en esta prueba es lo que llevo pintarrajeado en la cara.

Realmente lo que más pena me da es lo de quemar mi ropa interior. Tendré que sobrevivir las 24 horas que tarda un envío urgente desde Londres, con algo de Victoria's Secret o algo así "¡Qué horror!" 

 Así que comienzo a desvestirme, hasta cumplir los requisitos de la prueba y luego me pongo mis superdeportivas de animadora