Partida Rol por web

¿Quién le ha hecho esto? - pregunta Oreja-a-Tierra, líder del clan del Prado, señalando el cuello roto de Taylor.

Yo - contesta Cassandra.

El plan de Bianca salió bien. Mejor que bien, de hecho. Al poco tiempo de escapar del edificio los cuatro Garou ya estaban en el bosque con su presa y de camino al túmulo. Nada más llegar fueron recibidos por los otros guardianes y conducidos ante el consejo de ancianos del clan. Por supuesto, en cuanto le quitaron la mordaza el joven indio empezó a despotricar sobre el maltrato y la intromisión de los "impuros" en los asuntos del clan.

¡Me lisió para que no pudiera luchar ni defenderme! - grita Taylor - ¿Qué clase de honor tienes, Contemplaestrellas?

El honor de haber capturado a un traidor - responde ella con asco.

¡Suficiente! - exige Oreja-a-Tierra. Hace un gesto con la cabeza para que uno de los Theurge del clan se acerque a curarle el cuello. Por un momento Ewan ve a su tío y maestro haciéndole un gesto con ambos pulgares hacia arriba mientras sonríe orgulloso.

Las acusaciones que habéis lanzado sobre uno de nuestros Colmillos (1) son muy graves - dice Oreja-a-Tierra a los cachorros - ¿Estáis seguros de querer seguir manteniendo esas acusaciones? ¿Cuáles son vuestras pruebas?...

Estaba algo nerviosa, pero segura de que había hecho lo correcto. Con aquellos tipos no pensó que fuera a colar su bulo pero así había sido. Ahora debía justificar sus actos ante unos desconocidos y solo esperaba que fueran más justos y honrados que el capullo de Taylor.

- Estabamos haciendo nuestro rito de iniciación cuando ésta escoria se cargó a Dientes-serrados - Tenía las manos metidas en los bolsillos de sus vaqueros así que sacó una de ellas sujetando un carnet entre sus dedos. Dió un paso y se lo tendió al lider  - Estaba al lado del cuerpo sin vida de vuestro compañero - dió tiempo para que viera que pertenecia al indio.

- Antes de llegar al lugar donde le atacó casi nos atropella un coche que huia. El suyo. - lo señaló con la cabeza - Ahora está en un taller, al lado de su casa, reparandose, pues embestir a un crinos no es moco de pavo - finalizó con sorna. No quiso mencionar el testimonio del espiritu que les ayudó pues ya estaba muerta

La verdad era que estar frente al consejo era cuanto menos abrumador, aun así cuando veo a mi abuelo sonriéndome consigo tranquilizarme. Por otro lado yo solo me había unido al grupo después, por lo que espere que fuesen mis nuevos compañeros quienes expusieran las pruebas los hechos al clan del Prado. Cuando Bianca termina de comentar el como lo habían localizado y seguido decido añadir:

- Se puede confirmar que el coche participo en el asesinato, pues fue un acto tan cobarde y traicionero que dejo marca en la Umbra. Aunque bueno quizás lo más importante sería decir que aquí tu colmillo -no puedo evitar mirar con desprecio al Ahroun- reconoció hacerlo cuando le interrogamos antes.

Los tres Wendigo llevan a Gina a un claro en cuyo centro arde una gran hoguera. La veintena de Wendigo que compone el clan están allí reunidos rodeando a cuatro cachorros. Gina reconoce con facilidad a Bianca, Cassandra y Zoo pero nadie le ha hablado del cuarto, un chico delgado y pelirrojo. A juzgar por lo que se ve está claro que está tan metido en el asunto como los otros tres. Junto a ellos hay un joven Wendigo con una herida en la nuca que está siendo atendido por una compañera de clan.

¡No les creáis! - grita Taylor poniéndose de pie - "Dientes-serrados" confundió a esta cara de Sanguijuela (1) - señala a Bianca - con una metis y estos tres impuros decidieron cazarlo. No podéis creer en la palabra de unos extraños antes que las de un hermano de clan.

Y sin embargo las palabras de los extranjeros no hieden a mentira - un hombre mayor con el pelo plateado entra en el claro. Coge el abono de metro de manos de Oreja-a-Tierra y se lo enseña a Taylor.

Esto pertenecía a un cachorro de Nueva York que también estuvo aquí pasando su Rito de Iniciación y que desapareció ¿Sabes qué le pasó?

¡No! ¡Tenéis que creerme! ¡Anciano Adahy, por favor!

¡MIENTES!

¡No tuve nada que ver con su muerte!

Yo sólo dije que desapareció, no que hubiera muerto - replica Adahy. Mientras habla sus palabras se van cargando de ira y su cuerpo cambia a la poderosa forma Crinos - Tienes la desfachatez de apelar a la unidad de los Puros pero mientes como un coyote ¿Qué más nos estás ocultando?

¡Nada, lo juro!

Adahy derriba a Taylor con un brutal golpe de revés, aunque todo el mundo sabe el trabajo que le ha costado no utilizar las garras. Ahora habla a los cachorros neoyorquinos.

¿Sabéis con quién trabaja este gusano?...

- ¿Te atreves a llamarme a mi sanguijuela? - preguntó irritada apretando los puños con fuerza para contenerse pero con el cuerpo ligeramente inclinado hacia delante como si en cualquier momento se fuera a abalanzar sobre su cuerpo.

Ver como aquel anciano lo ponia en su sitio logró rebajar su enfado

- Trabaja para Azaera. Y para el Narlthus. Supongo que conoceis a este espiritu... - su tono ahora era respetuoso.

El nombre de Azaera provoca gruñidos de indignación y sorpresa

¿¡AZAERA!? - Ruge Adahy a punto de perder los estribos - ¿Nos has traicionado por una maldita Danzante de la Espiral Negra?

¡Es por el bien del clan! - se defiende Taylor - El Narlthus va a desperar sin importar lo que hagamos para impedírselo. Es mejor perder sólo el túmulo que no el clan y el túmulo ¡Intento salvaros a todos! ¿Por qué no podéis entenderlo?

Sujetadlo.

Dos enormes Crinos se abalanzan sobre Taylor y lo derriban. A una orden de Adahy lo levantan y lo obligan a permanecer arrodillado. Adahy utiliza sus garras para trazar terribles glifos en la frente del chico.

Taylor Cudy "Agua-que-corre-roja". Has traicionado a tus hermanos, al túmulo del Lobo Gélido, a Wendigo y a la propia Gaia. Tus manos están manchadas con la sangre de Dientes-serrados, tu mente envenenada por las mentiras de la Danzante Azaera y tu alma podrida por el Wyrm. Con estas marcas de deshonor tus antepasados renegarán de ti, los espíritus puros de Gaia te odiarán y tus hermanos te darán caza hasta matarte. Después tu nombre será borrado de nuestros recuerdos. Jamás serás recordado y tu vida no será cantada.

Ante la mirada atónita del joven Adahy se hace un corte en la muñeca y vierte la sangre sobre la cara del condenado. Una vez completado el ritual el suelo sobre el que está Taylor se cubre de afiladísimas cuchillas de plata. Adahy ordena soltarlo y Taylor se levanta inmediatamente con las piernas cubiertas de cortes sangrantes. Se tambalea y se apoya sobre un árbol, cuya corteza se transforma rápidamente en plata pura que araña la mano de Taylor con sus rugosidades.

¿Qué... qué me has hecho? - pregunta. Allí donde pisa el suelo se cubre de puntas o cuchilla de plata sometiéndolo a un infierno de dolor.

Corre, traidor. Corre - le contesta el Anciano - Pues hasta la propia Gaia te ha condenado.

Taylor echa a correr gritando de miedo y de dolor. A una orden de Oreja-a-Tierra varios Wendigo cambian a sus formas de batalla y se lanzan a la persecución del condenado.

Jefe Oreja-a-Tierra - dice Adahy una vez que los aullidos se pierden en la distancia - Estos cuatro cachorros han prestado un gran servicio al clan y a nuestra tribu. Los considero dignos de ser considerados guerreros de Gaia de pleno derecho y propongo que ejecutemos los ritos pertinentes.

Que así sea - dice el jefe Wendigo - Salmón-grande - le dice al Theurge que recibió a Gina - Llévatelos y prepáralos. Cuando volvamos a hablar con ellos lo haremos de igual a igual.

Salmón-grande conduce a los nuevos Garou a un círculo ritual e invita a Gina a acompañarles para que sea testigo del clan de Central Park - vuestra Madre Larissa ha enviado a esta Furia Negra a buscaros. Parece que al final no vas a tener nada que hacer.

Aunque el Wendigo podría estar equivocado. Will no deja de repetirle a Gina que tiene que buscarse una manada y aquí tiene una a punto de formarse...

Sin poder quejarme, sigo a los Wendigo todavía en mi forma Glabros y observo el juicio en silencio. Los cachorros, si no me equivoco, están ahí mismo. "Y tanto lío para esto..." suspiro pensando en el comportamiento de Madre Larissa. Tras el veredicto, no puedo evitar alegrarme de lo que le ocurre al condenado, aunque es triste. Los que sucumben al Wyrm no merecen perdón alguno...

Me quedo observando a los Garou que salen de caza hasta que mencionan a Madre Larissa. Es verdad que llevarlos de vuelta va a ser una misión mucho más sencilla de lo que tenía pensado en un principio, pero eso no quita que haya sido mi primera misión. Y además volverán como cliath... Como yo. 

- En realidad sí hay algo más que debo hacer. - me dirijo a los cachorros, observándolos un momento. Madre Larissa había mencionado que eran "especiales" y simplemente con verlos lo parecían. Incluso el cuarto que se había acoplado. A sabiendas de que hay un lupus entre ellos, les hablo en Garou - Cuando terminéis el rito, estaremos al mismo nivel. Ha pasado poco desde que yo pasé el mío. Y todavía no tengo manada. - "Vale, Gina, ¿y ahora qué? Tendrás que pedírselo directamente, no te van a seguir las indirectas." Dudo un par de segundos antes de añadir rápidamente - ¿Querríais formar una conmigo para entonces?

Ante la triste defensa de Taylor, mientras como no insultaba otra vez a uno de nosotros, no puedo evitar reírme. Por suerte un anciano intervino antes de que nadie le diese importancia. El hombre parecía tener bastante sentido común y vio a través de las mentiras del traidor.

Cuando se vuelven a dirigir a nosotros en busca de respuestas dejo que Bianca conteste otra vez, al fin y al cabo había sido la insultada. Al parecer la tal Azaera era bastante conocida y nada menos que una Danzante. Con los detalles aclarado la sentencia era clara pero aún así su ejecución me sorprendió enormemente, no por su brutalidad (la cual se merecía ese cobarde y traidor) sino por que jamás se me habría ocurrido un ritual capaz de algo así.

- Te lo dije. - le digo con sorna antes de verle salir corriendo lastimeramente.

Una vez todo se tranquiliza, el mismo anciano que había intercedido para callar a Cudy nos recomienda para el ritual de iniciación. -Bueno esto ha sido rápido, ¿pero ahora que?- Pienso mientras dirijo mi mirada por un momento donde estaba mi abuelo.

Al parecer el ritual iba ser ahora mismo y fuimos conducidos por una Theurge, de la que tuve que contenerme para no reírme de su nombre, hasta un círculo para iniciar el ritual. Es entonces cuando la wendigo se dirige a una joven en forma glabro que al parecer había venido a buscar a mis nuevos conocidos. Al escucharla no puedo evitar alzar una ceja mientras le contesto.

- Uff, eso es muy personal para pedirlo sin siquiera invitarnos a una cena primero o al menos presentarse, preciosa. - bromeo risueño para luego continuar algo más serio- Aunque bueno eso deberían decírtelo ellos, yo apenas los conozco de unas horas y no estoy seguro de que quieran a alguien que no esta acostumbrado a pasar más de seis meses en un mismo sitio... Por cierto soy Ewan.

Al comentar sobre formar una manada en voz alta se me empiezan a generar dudas. Ahora que iba ser un Cliath tenía que decidir si seguir con mi abuelo, irme por mi lado o incluso quedarme con esta gente... si es que me aceptaban.

Bianca no esperaba un castigo tan duro pero la afrenta había sido demasiado grande. Aún así se cruzó de brazos y desvió la mirada a un lado del suelo. No quería presenciar su final.

Hasta que aquel anciano no se dirigió a Oreja-a-Tierra haciendo mención de ellos no volvió a alzar la vista. Sacó pecho para erguirse en toda su altura, pero aunque intentó aparentar humildad no pudo evitar que una sonrisa orgullosa bailara en sus labios

En ese momento les presentaron a una chica que aunque decia que venía de casa no la reconocía. Sus palabras la dejaron fuera de juego, y las de Ewan más todavia, por lo que buscó contacto visual con Zoo y Cassandra.

- Yo.. eh... - carraspeó indecisa. Todo aquello era nuevo para ella. También inesperado. - No te conocemos de nada. Ni siquiera sabemos tu nombre, pero si te manda madre Larissa - volvió a mirar sus compañeros de rito - Respecto a ti - ahora pasó al pelirrojo - hoy hemos hecho un buen trabajo conjunto. Por mi estas dentro si tu quieres. Pero ellos tienen que opinar -

Al oír las palabras del tal Ewan, pongo los ojos en blanco y termino girando la cabeza, soltando un breve suspiro, más parecido a un bufido en mi forma actual. Ese "preciosa" no me había gustado ni lo más mínimo. "Macho tenías que ser" pienso para mí. Aunque recupero algo de esperanza cuando veo que la albina Bianca tomaba la iniciativa. De momento parecía la jefa.

- Mi nombre es Gina y pertenezco a las Furias Negras. - digo rápidamente al darme cuenta de que no me había presentado - Madre Larissa me envió a buscaros, junto con mi maestra, pero veo que habéis conseguido resolverlo solos. Tenéis valor para haberos enfrentado a alguien así. Y yo estoy buscando una buena manada. Entiendo que es repentino, pero al menos dejadme acompañaros de vuelta a Nueva York. - "Suenas a desesperada, Gina." Cada vez con la impresión de que les estoy convenciendo menos, hago un gesto con las manos para que se muevan - Pero primero vuestro rito, que es más importante.

El lupus salta excitado un par de veces antes de enterrar su hocico en la entrepierna de Gina, olfateándola rápidamente antes de hacer lo mismo con Ewan.

Huelen-bien-buenos-hermanos - dice con alegría...

Si os sirve de consuelo a mí me hizo lo mismo - dice Cassandra - Sólo Bianca se libró y aún no entiendo cómo ni por qué.

Intento-explicar-pero-gritas-mucho...

Cállate, tarugo. Bianca, nuestra manada empezó siendo pequeña y nuestra fuerza poca. Con la astucia del Ragabash y la ferocidad de la Furia Negra nos harán más fuertes. Yo estoy de acuerdo en darles la bienvenida a nuestra manada y llamarlos hermanos...

Al escuchar la respuesta de Bianca se me aclaran un poco las dudas pero lo que ya me convence del todo es la reacción de Zoo y el apoyo de Cassandra.

- Woo, tranquilo chico. La próxima vez acuérdate de pedir permiso o puede que recibas un buen coscorrón de gente menos abierta de mente.- le digo entre risas y mirándole incrédulo hasta que escucho a Cassandra- Bueno ante una bienvenida tan directa sería hasta maleducado dudar en aceptar. Así que contad conmigo.

Tú-tiendes-mano-no-pides-permiso - replica Zoo

¡No es lo mismo! - protesta Cassandra

Lupus-más-sinceros-cuando-queremos-conocer - contesta el lupus - Si-mis-hermanos-se-pierden-sigo-su-olor.

Aunque Ewan y Gina no los conocen todo apunta a que ésta es una conversación que viene de antes y que podrían estar así todo el día...

- ¡CAZZO! ¡Lupo di merda, te giuro che...! - aprieto los puños y los dientes y me contengo para no decir nada más después de la maravillosa bienvenida de Zoo. Noto cómo todo el pelo se me ha erizado en cuestión de segundos. Las palabras de Cassandra me reconfortan un poco, pero no me quitan la sensación del hocico del lupus... Ahí - Soy Ahroun así que no dudéis de tener mis garras a vuestro servicio.

Luego dirijo una mirada amenazante a Zoo, pero veo que Cassandra ya se está encargando de ello. Y parece que no fuera la primera vez. Pero bueno, lo que importa es que Bianca me acepte así que la miro expectante.

- Basta - dice sin alzar la voz pero con el ceño fruncido - Sabes perfectamente porque Zoo lo hace - dice fijando sus ojos grises en Cassandra para luegovolverse hacia el resto.

- Es Lupus, y así es como actúan. Si no te ofreces primero para el "reconocimiento" ellos dan el primer paso hacia el sitio donde su hocico llega, que suele ser... ese - se le escapa una risa al ver el lado cómico del asunto. - Y no es mala idea. Si vamos a ser compañeros de manada deberemos reconocer nuestro olor por si nos separamos -

Mientras hablaba había dado los pasos necesarios que la llevaron hasta Gina. Puso una mano en su cintura y esperó a ver su reacción antes de acercarse a oler su bronceado cuello, justo detrás de la oreja. Todo el mundo decía que aquella zona era donde más se potenciaba el olor y por eso la gente se aplicaba los perfumes caros ahí. Dejó que ella hiciera lo mismo.

Tras estar segura que en su forma hominida había captado su aroma particual se aproximó a Ewan. Con naturalidad, lo abrazó y aspiró con suavidad en la misma zona que la furia negra

Lo comprendía, pero me seguía pareciendo algo... súbito. Al notar la mano de Bianca en la cintura, no puedo evitar tensarme de nuevo, pero dejo que se acerque, a la vez que la olfateo yo también. Los olores son mucho más notables en esta forma y no me cuesta reconocer su esencia enseguida. Es un aroma a frío, pero también dulce, como las primeras flores que brotan tras el invierno. Es leve, pero muy distingible.

Luego le toca el turno a Ewan. Mientras se abrazan, aprovecho y me acerco por detrás para olfatearle también el pelo. Bosque... no, mar... no... No consigo identificar qué es exactamente. Huele a isla, a campo, también a ciudad. Casi es el olor de la misma Tierra entera. No sé en cuántos sitios ha estado este chico, pero pocos no han sido. Casi me dan ganas de darle un lametón en el pelo. Tengo la sensación de que sabe a chocolate con sal.

- Espero que no te importe... - me dirijo entonces a Cassandra y la olfateo un par de segundos, dejando que ella haga lo mismo. Suficientes. Huele como un saco de tela lleno de especias, y alguna demasiado picante me ha dado picor de nariz. Durante unos instantes tengo la duda de si Zoo habrá reconocido lo mismo olfateando en otro sitio... pero tampoco me hace ilusión comprobarlo.

Hablando del lupus... Me agacho para poder estar a su altura y le hago un gesto con el dedo, casi amenazante, indicándole que se esté quieto. El olor de Zoo es mucho más fuerte que el de los demás y se distingue bien. Huele a tierra y a corteza de árbol, como un bosque todavía con el rocío de la mañana. Un bosque lleno de barro, eso sí.

Terminadas las "presentaciones", me alegro al ver que parecen haberme aceptado como una más de la manada.

La idea era práctica no podía negarlo pero me parecía cuanto menos rara. Supongo que mi forma de ver las cosas seguían siendo demasiado "humanas". Aún así no veo razón para negarme y acepto fácilmente el abrazo de Bianca para olerle el pelo y quedarme con su toque. Apenas la olisqueo me vienen recuerdos de los Fiordos. Mi madre había sido contratada para fotografiar los glaciales del lugar y aunque la fragancia obviamente no era la misma al ambiente puro de ese lugar no podía evitar sentir esa familiaridad. Al mismo tiempo que estoy concentrado en eso noto como Gina se me acerca por detrás y hace lo propio.

Cuando acabamos veo como la Furia Negra se dirige a Cassandra por lo que me acerco a Zoo. 

-Bueno te toca darte a conocer. - le digo entre risas mientras junto mi frente con la suya e inspiro su olor, bastante más fuerte que el de la albina pero mucho más genérico. Había ciertos rastros de tierra y hierba pero eran fácilmente tapados ante la intensidad del polvo y humo. En pocas palabras olía a ciudad. Termino separándome de él mientras le comento- Me da que si necesito direcciones en la gran ciudad tu vas a ser mi guía.

Al parecer las otras dos jóvenes habían acabado, así que me acerco a la Contemplaestrellas con tranquilidad mientras me abro de brazos en de manera amistosa pero dejándole a ella dar el primer paso. Una vez se acerca le ofrezco el cuello para repetir el mismo proceso que con Bianca. Apenas huelo su cabello un fuerte picor me llena las fosas nasales haciéndome cosquillas y obligándome a contener un estornudo. Debido a ello espero a que Cassandra se familiarice conmigo sin hacer nada, para luego girarme hacia la italiana.

- Me faltas tu Gina, que mucho quejarte de Zoo pero conmigo también lo has hecho a traición. - bromeo mientras me acerco a ella y la abrazo antes de que pueda protestar. Tenía un aroma tan intenso como el de la asiática. No obstante donde la otra me sofocaba y hacia cosquillas, la italiana olía a lavanda y a madreselva con cierto toque de salitre y humedad. Era imposible no recordar el tiempo en el Mediterráneo, realmente había sido por las tierras griegas pero el parecido era innegable.

Una vez acabo me separo de la Furia Negra y me giro hacía Bianca y la Theurge que debía estar a punto de agotar su paciencia.

- Bueno creo que va siendo hora de empezar,¿no?